TRANSPORTACION Y REGIMEN ADUANERO NUMERO DE CONTROL: 17500353
FECHA DE ENTREGA: 07 DE MAYO DE 2021.
ACT.2 TEMA 4 DESARROLLAR EN ESTUDIO DE CASO LOS CRITERIOS PRINCIPALES PARA LA SELECCIÓN DE RUTAS DE TRANSPORTE. INTRODUCCION En el trabajo que haremos a continuación desarrollaremos los criterios principales para la selección de rutas de transporte, ya que es muy importante para saber que rutas de transporte son las más adecuadas y cuales elegiremos, son muy esencial pues nos ayudan a la distribución de productos a gran número de clientes DESARROLLO Seleccionar el transporte internacional resulta ser una tarea no siempre fácil. La primer decisión involucra el modo de transporte a utilizar, en donde las opciones normalmente están compuestas por el modo aéreo, el marítimo y el terrestre. La segunda decisión tiene que ver con el transportista que resulta conveniente, ya que los servicios y los costos no siempre son universales, habiendo diferencias sustantivas entre lo que ofrece uno u otro prestador. En cuanto a la selección del modo de transporte, si bien algunos productos, por sus características, solo permiten la utilización de un único modo, existen muchos casos en los cuales la decisión amerita un análisis pormenorizado. Los factores que intervienen en la selección del modo de transporte son normalmente los siguientes: ➢ Factibilidad logística ➢ Factor de estiba de la carga ➢ Valor de la mercadería ➢ Cantidad del envío ➢ Perecibilidad de la carga ➢ Urgencia del cliente ➢ Riesgos que pretendan asumirse ➢ Costos de terminales portuarias, depósitos fiscales y terminales aeroportuarias. Factibilidad logística: Este es el primer análisis, el cual suele ser sencillo, y tiene por fin determinar la existencia de opciones. Por ejemplo, si se está evaluando transportar productos desde América Central hacia España, la opción terrestre no es factible. Y como el modo terrestre también involucra al ferrocarril, tampoco será factible este transporte cuando no haya vías férreas disponibles, o cuando las mismas no se encuentren en condiciones, lo cual suele ocurrir en muchos países en desarrollo. Factor de estiba de la carga: Este segundo elemento de análisis consiste en establecer la relación entre el volumen de la carga y su peso. El resultado surge de dividir los metros cúbicos de la carga por el peso total expresado en toneladas. Ese resultado nos arroja el “factor de estiba”, el cual sirve para saber lo que ocupa una tonelada de carga. Por ejemplo, si el factor de estiba es 10, estamos ante carga mucho más voluminosa que pesada. Si el factor de estiba es 0,10, estamos ante mercadería mucho más pesada que voluminosa. Esto es válido para comentar que en el modo de transporte aéreo el envío mercadería pesada se encuentra penalizado, ya que le significa el mismo esfuerzo al transportista mover 1 tonelada que 6 metros cúbicos. Es decir que la mercadería liviana tiene más afinidad con el transporte aéreo. Por el contrario, la mercadería pesada, o los envíos en grandes volúmenes tendrán afinidad con el transporte marítimo, en función de su mayor capacidad para transportar tanto peso como grandes cantidades. Situaciones intermedias tienen afinidad con el transporte terrestre. De esta forma puede empezar a obtenerse un “factor de afinidad de la carga” con cada modo de transporte. El factor de estiba es el primer aspecto a considerar en tal sentido. Valor de la mercadería: El costo del flete aéreo es el más elevado por kg transportado, siguiendo luego el terrestre, y dejando en tercer lugar, como modo más económico, al marítimo. De esta forma, si la mercadería es de bajo costo, difícilmente pueda soportar el flete aéreo. Por ejemplo, transportar bolsas de abono para la tierra, de bajo costo, y elevado peso, sería imposible por el modo aéreo. Sin embargo, transportar minerales preciosos, aunque tengan elevado peso, será totalmente viable en el modo aéreo, ya que su alto valor puede soportar un alto costo de flete. El transporte marítimo es el ideal para mercadería enviada en cantidades importantes, o cuando el peso es significativo, ya que el costo del flete es muy bajo. El transporte terrestre también lo es, resultando conveniente cuando las distancias no son muy prolongadas. Cantidad del envío: Cuando las cantidades del envío son reducidas, el transporte aéreo suele ser la mejor opción, a pesar de que el factor de estiba fuese bajo –alto peso–. Tal es así, que el transporte aéreo es el más utilizado para el envío de muestras comerciales, y de productos que por su baja cantidad no ameritan el uso de otro modo de transporte. Sin embargo, cuando las cantidades son importantes difícilmente se pueda utilizar el flete aéreo, incluso aunque el valor de la mercadería sea elevado. En muchas ocasiones el flete aéreo suele costar 5, 7 o incluso 10 veces lo que puede costar el flete marítimo, razón por la cual no siempre surge como una alternativa válida. Perecibilidad de la carga: Cuando la carga es perecedera, no hay mejor opción que el flete aéreo, aunque en tramos cortos el transporte terrestre suele ser una buena opción. El transporte marítimo resulta sub-optimo en caso de perecederos, ya que el tiempo de tránsito, al ser mayor, puede reducir el ciclo de vida comercial de la carga. El transporte terrestre, utilizado en tramos cortos, puede ser muy adecuado para carga perecedera. Urgencia del cliente: En la actualidad el cliente valora el servicio, y la velocidad de entrega es un atributo destacado de todo proveedor. Por este motivo el transporte aéreo suele resolver este aspecto. En el caso del transporte de repuestos, medicamentos, y otros bienes de urgencia habitual, el modo aéreo es el que participa con ventajas. El flete terrestre puede lograr celeridad cuando las distancias no son prolongadas, pero su tiempo de respuesta lejos estará del logrado con el modo aéreo. Riesgos que pretendan asumirse: Respecto de los riesgos, el modo aéreo es el más seguro, y cuando la pretensión es una alta cobertura de las eventualidades, se convierte en la mejor alternativa. El transporte marítimo también resulta seguro cuando se utilizan contenedores contratados en forma completa por el cargador –FCL–, aunque los riesgos son igualmente muy superiores a los del modo aéreo. El modo terrestre es el de mayor riesgo, en particular en lo relativo al modo ferroviario (aunque esto siempre depende de la gestión del ferrocarril en cada país, lo cual suele ser deficiente en el mundo en desarrollo). Costos de terminales portuarias, depósitos fiscales y terminales aeroportuarias: Estos costos son complementarios del flete, y son asumidos por quien exporta la mercadería. Nótese que para despachar un producto al exterior deberemos atravesar una terminal portuaria si el envío es marítimo, un depósito fiscal si el envío es terrestre, o una terminal aeroportuaria si el envío es aéreo. Los costos de las terminales portuarias son los más elevados, por lo cual no es conveniente el transporte marítimo cuando las cantidades son reducidas. Por ejemplo, para transportar 200 kg de mercadería el flete marítimo no será una buena opción, ya que tendremos altos costos de terminal portuaria (hay costos mínimos aplicables). Las terminales aeroportuarias representan costos moderados, siendo reducidos si la mercadería se despacha con rapidez, sin permanecer almacenada. En el caso terrestre, los depósitos fiscales suelen ser también de bajo costo, variando la incidencia en función de cada prestador de servicio. Estos costos deben balancearse con los costos del flete, ya que de nada sirve buscar economías con el flete, si al momento de embarcar esa ventaja se pierde al pagar altos costos en la terminal de salida. CONCLUSION Es este mundo globalizado es importante que como futuros ingenieros tengamos pleno conocimiento de las rutas de transporte existentes para el traslado de las mercancías así como el avance en los métodos de logística, de esta manera lograremos ser más competitivos.