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Discurso de Motivación Reflexiva N° 102

NUEVA DEMOCRACIA NATURALISTA


Por Reynaldo Charres Vargas
(Rey Charré)

Señoras y Señores 2

O
frezco este discurso reflexivo porque creo que ha llegado
el momento oportuno para compartir ideas nuevas que
pueden cambiar los sistemas de gobiernos imperantes en
todas las naciones del planeta. La pandemia global reciente,
ocasionado por un virus invisible, publicitado como nunca antes y
mejor comercializada con notorias ganancias para fabricantes de
medicinas y vacunas, es una primera voz de alerta y advertencia de
lo que está ocurriendo en democracias anti naturalistas e
inhumanas.

La presencia de la enfermedad ha puesto en vuelta y media a la


humanidad que cayó rendida ante el Covid, a tal punto que
muchos pueblos quedaron paralizados por cuarentenas con
confinamientos obligatorios. De otra parte, con inusual velocidad
los laboratorios ubicados en países desarrollados ahora producen y
venden vacunas, además los ricos se convirtieron en productores y
acaparadoras de las mismas, mostrando así un des-humanismo sin
piedad. Esta dolorosa realidad, me ha motivado a pensar,
reflexionar y escribir este discurso con una visión prospectiva y
poner en tela de juicio la descomposición del modelo democrático
que impera en la actualidad.
Democracia es gobierno del pueblo y para el pueblo, mejor dicho
para la vida y no para acelerar la muerte ni tampoco para la
destrucción por artificios. Lamentablemente, las democracias han
sido capturadas por el poder y la codicia del dinero, es decir por el
mercado y las economías auspiciados por el industrialismo más
consumismo y que ahora son objetivos de la vida y la convivencia.
Dentro esta lógica los gobiernos de las sociedades humanas en el 3

planeta cumplen la regla que señala: “Si no eres industrializado,


eres subdesarrollado o nación pobre”.

Entonces, el objetivo final es imponer y sostener políticas y leyes


para favorecer la acumulación de riqueza monetaria y material sea
pequeño, mediano o grande. Hoy, la prosperidad y el bienestar de
la humanidad depende de la cantidad de dinero y cosas que cada
quien posea. Una democracia con este enfoque trae degeneración
y perversión pues en su nombre se destruye a la naturaleza a
cambio de un cruel mundo artificial hecho con insumos y productos
opuestos a la vida saludable y duradera.

Ahora se afirma que la industria es el sostén de los pueblos y sin


ella sería imposible lograr desarrollo, así lo dicen los postulados
desde cuando surgió la revolución industrial en el siglo IX.

Un siglo y medio después, y aunque ustedes no lo crean, el


funcionamiento y crecimiento de las industrias en todas partes del
planeta, se han convertido en fuentes de amenazas y peligros
porque son los primeros destructores del medio ambiente,
especialmente del aire, el suelo y las aguas, los mismos que por
contaminación matarán a la naturaleza, es decir la vida de
animales, plantas y seres humanos.
Las campañas de alerta y de mitigación que impulsan organismos
mundiales como la ONU (proyecto economía verde) y diversos
colectivos civiles aún no tienen efectos correctivos. La cultura
industrial sigue siendo poderosa y dominante, lo defienden
expertos que en su mayoría creen que el dinero, los mercados de
productos y los consumidores como las únicas vías de desarrollo y
prosperidad. 4

Desde el inicio los humanos consumidores son los que sostienen a


las industrias, sin ellos entrarían en quiebra. No sé si alguna vez la
humanidad entenderá que tiene el poder en sus manos pero no lo
sabe usar. La publicidad comercial lo convence fácilmente y le
impone modos y costumbres que asumirá como lógicos o propios.
El velar y abogar por la salud del planeta es obligación de mujeres
hombres, por tanto deben tomar conciencia que al comprar
cualquier producto artificial de fabricación industrial, se convierten
en cómplices de la destrucción.

El consumismo de bienes e insumos artificiales, principalmente de


descarte, es aquella que genera miles de millones de residuos y
sustancias tóxicas, basta ver a las urbes pobladas con toneladas de
basura en sus contenedores. No hay duda que la naturaleza en su
totalidad está siendo agredida con ferocidad y velocidad, pues no
hay minuto donde no se compren o vendan cosas y más cosas, bajo
el bendito lema, “lo último de la tecnología” o “esto está de moda”.

Estas democracias materialistas y economicistas, poseen un


espíritu y un modelo perverso, y esa es la doctrina y los
conocimientos que se imparten en universidades, escuelas básicas
y hogares. Yo diría que es la cultura de la auto-extinción la que
domina los cerebros de los insaciables consumidores.

En efecto, los pueblos y sus gobernantes miran y planifican su


presente y futuro con ópticas más artificiales que naturalistas. El
urbanismo, la industrialización, el mercantilismo y el consumismo
de bienes artificiales son los pilares de todas las democracias, pero
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también son los enemigos destructores que ya colisionan con la
vida y la convivencia en el planeta.

Como poblador de los Andes, predicador de la vida sencilla y


modesta, capaz de subsistir con un mínimo de medios artificiales,
que no usa teléfono móvil, además ser testigo viviente de los inicios
de la destrucción del planeta, siento tener el deber de alzar mi voz
a favor de la defensa de la naturaleza porque sin ella es poco
probable que exista armonía, felicidad ni paz en el planeta. Las
pugnas, las guerras, el armamentismo y el terrorismo nacen y
crecen por la codicia económica y material.

Espero que este escrito sea leído por muchos, y ojalá podamos
comenzar desde hoy a sembrar un nuevo pensamiento, que ayude
a mitigar o frenar la auto-destrucción. Estamos obligados a prevenir
hecatombes y con justo derecho debemos reaccionar y protestar
ante la agresión que se sufre día a día.

En lo personal me duele y siento impotencia por ver a mi país Perú,


incluido en una corriente mercantilista y consumista destructiva
que no respeta las herencias milenarias ni la preciosa geografía,
con tres pisos ecológicos: costa, sierra y selva, donde conviven
mujeres y hombres valientes, creativos y laboriosos cuya actividad
laboral mayormente manual está siendo arrasada por decisión de
gobernantes corruptos y sumisos que entregan y venden este
territorio a transnacionales cuya ferocidad destructiva del medio
ambiente no tiene freno.

Valles interandinos, aguas de ríos, lagunas y mar, tierras de cultivo,


animales oriundos, plantas productivas, bosques amazónicos están
siendo arruinadas por la furia de gigantes máquinas. En medio, son
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los habitantes nativos casi huérfanos los que luchan a diario por
preservar la protección y limpieza de la naturaleza. Las pobladores
rurales son ejemplos vivos de convivencia saludable dentro sus
propias limitaciones, y esa es una lección visible del cual tenemos
mucho que aprender.

En esta perspectiva, y como muchos otros pensadores e


investigadores lo hacen, desde lo alto de Los Andes, invoco al
cambio radical del pensamiento global en pos de la disminución de
la adicción consumista por ser dañina para la salud ambiental. Y
quienes pregonamos doctrinas opuestas a los efectos nocivos del
industrialismo tenemos que propagar nuevas ideas y alternativas
de desarrollo humano sostenible en el planeta.

Y de cara al futuro, tenemos que saber optar por la vida sana


prolongada o por la cruel y acelerada muerte por enfermedades
que se podrían evitarse, y la mejor forma de hacerlo es decidiendo
tener un entorno más natural con mayor ruralidad, con abundancia
de vegetación, con productos agrícolas, con bosques, con el aroma
de flores y frutos y también con animales como amigos del hombre.

Las democracias urbanistas, materialistas, economicistas,


mercantilistas y consumistas, copadas de equipos, máquinas,
laboratorios, sustancias e insumos químicos deben ir modificando
su ferocidad o corrigiendo sus errores para no seguir ahondando la
degradación y destrucción del medio ambiente. Nunca debemos
olvidar que minuto a minuto se consumen miles de millones de
sustancias artificiales y manipuladas por la industria, y eso significa
disminuir la vida saludable.

Apreciados amigos, este tema es apasionante, lo seguiré


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abordando en mis próximos escritos, por lo mismo, los invito a leer
más apuntes que con gusto los compartiré usando los medios
electrónicos. El discurso de motivación reflexiva N° 103 será la
continuación de este comentario.

MUCHAS GRACIAS

Arequipa, Perú Abril 2021.

Reynaldo Charres Vargas

https://reynaldocharresvargas.blogspot.com

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