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Incoherencias,
contradicciones y disparates de los textos
sagrados
Incoherencias y mentiras de la Biblia que demuestran que los
textos sagrados son falsos
Por Fernando de Orbaneja
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Según el texto, nuestros supuestos primeros padres, Adán y Eva, fueron creados por
Yahvé. Esta pareja tuvo dos hijos Caín, labrador, y Abel, ganadero. Ambos efectuaban
ofrendas a Yahvé, quien recibía con agrado las de Abel, posiblemente porque al ser
ganadero sus sacri cios estaban mejor realizados, y rechazaba los de Caín porque cree
que no los hace desinteresadamente. ¿Siendo Yahvé omnisciente no sabía las verdaderas
intenciones de Caín?. Indudablemente esa actitud de Yahvé creó y fomentó el odio de
Caín hacia Abel, al extremo de que un día lo asesinó.
Este mito está basado en las ancestrales luchas entre labradores y ganaderos o entre los
agricultores-ganaderos y los industriales; pues Abel signi ca “pastor” y Caín “herrero”.
Uno de los muchos anacronismos y mentiras de la Biblia es aquel que supone que la
familia de Adán y Eva, al ser los primeros habitantes, estaban en la edad de piedra,
faltaban aún muchos años para llegar a la edad de los metales y que Caín pudiera ser
herrero.
Al enterarse del asesinato, Yahvé castiga a Caín a ser errante, pero no se cumple el
castigo, porque Adán le echa de casa (¿ya tenían casa?) y Caín se va al país de Nod, “a
oriente del Edén”, donde conoce a una mujer con la que tuvo a Henoc y otros hijos.
Vemos con enorme sorpresa que la misma Biblia echa por tierra el mito de “nuestros
primeros padres”, porque según el mito, y si las matemáticas no fallan, sólo había tres
seres en la tierra: Adán, Eva y Caín, pero éste, al ser expulsado, forma otra familia con
una mujer de otra tribu. Es decir, ¡había otros habitantes!. Lo que echa por tierra el mito
de una primera pareja, de la que desciende toda la humanidad. Parece muy poco serio
que de algo tan importante se a rme una cosa y a renglón seguido se dé una
versión que la desmiente.
Cuando Yahvé se entera de que hasta los elohim se sienten arrastrados por el deseo
sexual “se arrepiente de haber creado al hombre” y decide eliminarlo mediante una
diluvio universal. Según otras versiones, Yahvé sólo pretendía eliminar a los ne lim. Sea
cual sea el original y disparatado relato nos re eja un Dios que se arrepiente de haber
creado al ser humano, considerado como la culminación de su obra; un Dios que no sabe
lo que va a pasar y que no puede evitarlo si no es por las bravas, o sea matando.
Además el supuesto pecado lo cometieron los elohim ¿qué culpa tienen los demás?,
¿también pecaron los animales?. No se comprende la razón por la cual Dios crea una
raza de hombres y de animales y los elimina con el diluvio para sustituirla por otra igual o
peor.
La incoherencia del diluvio universal en la Biblia
Otro ejemplo más entre las mentiras de la Biblia es el relato del diluvio. Es un compendio
de tres fuentes distintas, por eso hay disparidades en el número de parejas de animales,
en la duración, en el envío de pájaros, etc. Esta leyenda es copia, casi exacta, de la
sumeria, relatada en la Epopeya de Gilgamesh, escrita unos dos mil años antes, y nunca
fue mencionada por ninguno de los patriarcas, lo que demuestra que fue introducida
posteriormente para exaltación de Yahvé y para tratar de que el pueblo volviera a ser
creyente.
Yahvé, una vez más, se arrepiente de haberlos creado y decide exterminar “desde el
hombre hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo”. Un auténtico cruel e injusto
genocidio que se excusa porque “la tierra estaba viciada”, y por lo visto nada mejor que
lavarla con abundante agua. Noé, que debía de ser el único “bueno” de todos los seres,
recibe el mandato de Yahvé de construir un arca de madera de cedro, capaz de albergar a
toda su familia y a siete parejas de animales limpios y una pareja de animales inmundos
de cada especie, se supone que incluyendo a la maldita y condenada serpiente y sin los
peces de agua dulce, porque los marinos hubieran perecido todos en el diluvio.
Lo que está claro es que ni con la imaginación es posible realizar esa obra (incluso hoy
acarrearía insolubles problemas) y menos aún por un hombre de seiscientos años, como
tenía nuestro personaje, por mucho que le ayudaran su hijos, unos “chavales” de cien
años, y además la construyó y capturó a todos los animales en menos de un año. Una
verdadera marca insuperable. Una de las más evidentes mentiras de la Biblia.
Este mito del diluvio es compartido por muchas religiones y se debe a que casi todos los
pueblos han sufrido, y seguimos soportando, catastró cas inundaciones que han arrasado
amplias extensiones, lo que debió de suceder en Mesopotamia al desbordarse el Tigris y
el Éufrates, por intensas lluvias o por el deshielo. Existe la creencia de que el terror que
debió de producir entre la primitiva humanidad la violenta apertura del estrecho de
Gibraltar, inundando de agua lo que hoy es el Mediterráneo, quedó grabado en su
memoria y fue transmitida oralmente de generación en generación dando origen al mito
del diluvio.
Sorprendentemente Jehová reconoce que el hombre no le ha salido nada bien y que, con
frecuencia, “tiene muy malas intenciones desde su niñez” Entonces ¿por qué no lo hizo
mejor?, ¿no es omnipotente?, ¿cómo un dios omnisciente no sabe lo que va a pasar?.
Un dios perfecto, por de nición, no puede crear nada imperfecto, como es el hombre. Y
resuelve su frustración por las bravas, como vamos a ver.
Ante la invasión israelí, varios pueblos se alían para combatirles. Los gabaonitas piden
la paz con el n de traicionarles, pero los israelíes se dan cuenta y los esclavizan, aunque
luego les tiene que defender porque son atacados por lo amorreos al ver que trabajan
para Israel. En una de las batallas se produce un hecho sorprendente, Yhavé ayuda a su
pueblo con un pedrisco y ¡Josué manda parar el sol y la luna durante casi un día con el n
de que le dé tiempo de terminar con todos los enemigos!.
Dios es un asesino
En otro pasaje, Jehová ordena que todos los moradores de Canaán, la “tierra prometida”,
sean asesinados sin excepción, y sus ciudades, ídolos y lugares de culto destruidos. Es
más, cuando “cualquier ciudad siga una religión falsa, sus habitantes y toda cosa viva que
se hallare en ella serán pasados a cuchillo, sus restos quemados y la ciudad arrasada”. ¡Y
ahora nos escandalizamos con lo que hacen los yihadistas!.
Saúl recibe la orden de Jehová de “matar hombres, mujeres, niños, mamones, vacas,
ovejas camellos y asnos” y la cumple, pero perdonó al rey Agag (¡qué coincidencia de
nombres!). El profeta Samuel le recriminó su incumplimiento y le enseñó lo que debía de
hacer, fue cortando en pedazos al rey Agag mientras le decía. “Como tu cuchillo hizo las
mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijos entre las mujeres”. ¡Una “ejemplar”
enseñanza!.
En uno de sus continuos ataques de ira, Jehová amenaza a su “pueblo elegido”, el israelí,
diciendo: “enfrentaré a cada uno contra su hermano, contra sus padres y contra sus hijos,
sin piedad ni compasión, hasta destruiros” (menos mal que era el “pueblo elegido”, si no
lo llega a ser…).
Pero al famoso rey David no sólo le gustaban las mujeres, incluidas las prohibidas
extranjeras, porque queda claro que sus relaciones con Jonatan, hijo del anterior rey
Saúl, no pudieron ser más íntimas. Curiosamente en la Biblia se considera la
homosexualidad como “una abominación que no puede admitirse bajo ninguna
circunstancia” y la pena con la lapidación de ambos. Pero claro, Jonatan era hijo de rey y
David luego fue rey, se conoce que ante eso es preciso mirar para otro lado. ¡Qué poco ha
cambiado la humanidad!.
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