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La tarea de entender las causas asociadas con un riesgo superior de violencia sexual en
contra de la mujer es difícil, dadas las distintas figuras que puede tomar la violencia sexual y los
abundantes contextos en los que se presenta. El patrón ecológico, que postula que la violencia es
consecuencia de factores que operan en cuatro niveles —individual, relacional, comunitario y
social— es útil para comprender la interacción entre los factores y en los distintos niveles.
El estudio de los factores que suman el riesgo de que los hombres hagan actos de
violencia sexual es aproximadamente reciente y se refiere dominantemente a hombres que fueron
detenidos, en particular por haber cometido una violación. Entre los factores que han sido
señalados en varios estudios de ese tipo se cuentan los siguientes:
pertenencia a una pandilla,
*consumo perjudicial o ilícito de alcohol o drogas,
* personalidad antisocial,
*exposición en la niñez a la violencia entre los padres,
* antecedentes de abuso físico o sexual en la niñez (22),
*escasa educación,
* aceptación de la violencia (por ejemplo, creer que sea aceptable golpear a la esposa o la novia),
* múltiples parejas o infidelidad,
*opiniones favorables a la inequidad de género
Cuando estos exponen una evidencia de poder, en algunas oportunidades suelen ser
amables y manipuladores, usan muchas veces su poder y les prometen aumentos de sueldo, de
posición y objetos materiales a cambio de placeres sexuales”.
Otros ejemplos que nos ayudan a ubicar un acosador es que, por ejemplo, cuando una pareja está
en fase de “enamoramiento”, los dos desean acercarse –el uno al otro–, al contario , en el acoso,
uno de los dos no desea ese acercamiento.
Si el enamoramiento es igual de ambas partes , ambas personas se sienten bien y su autoestima
aumenta, pero en el acoso, la persona acosada siente temor , tristeza y preocupación.
Cuando el coqueteo es compartido, la pareja participa de forma activa y con gusto de él, mientras
que, en el acoso, la víctima es sometida a través de un agudo acto de fuerza que divide la
intimidad –y también, la voluntad– de la persona acosada.
REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS