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1 y Vida: Fabricantes de Herramientas Olduvaienses Origen Del Modo Humano
1 y Vida: Fabricantes de Herramientas Olduvaienses Origen Del Modo Humano
Chopper bifacial
Percutor
ffi
Raspador
Discoide
Poliedro
chas con herramientas de piedra y los fósiles de dolftnsis, Kenyanthropus platyops y Parant-
A. garhi. Aunque no se encontraron herramien- hropus aethiopicus. Cualquiera de ellos podía
tas de piedra con los fósiles en Bouri, se encon- haber fabricado las herramientas encontradas en
traron muchas herramientas en un yacimiento Gona sin haber dejado sus restos fósiles.
próximo, Gona, con unos 2,5 millones de años También es posible que las primeras herra-
de antigüedad. Así pues, A. garhi puede haber mientas de piedra fuesen fabricadas por una es-
sido el primer fabricante de herramientas de pie- pecie que no apareciera hasta más tarde en el
dra. Pero cabe recordar que en esa fecha tam- registro fósil. Los instrumentos de piedra son
bién se encontraban en el este de AficaA. ru- más duraderos que los huesos, 1o que hace que
344 Co[/o EVOLUCIONARON LOS HUMANOS
Recientemente, Kathy Schick y Nicholas Toth, de la Universidad de Indiana, han realizado distintos experi-
mentos con útiles líticos simples. Ambos dominan las técnicas necesarias para fabricar el tipo de artefactos ha-
llados en las localidades olduvaienses y han aprendido cómo usarlos correctamente. Los resultados de sus ex-
perimentos son muy interesantes. Schick y Toth creen que los artefactos olduvaienses que los arqueólogos han
recogido y descrito laboriosamente no son en absoluto verdaderos útiles, sino núcleos desechados después de
extraerles pequeñas y cortantes lascas. Los verdaderos útiles son las lascas. Schick y Toth han descubierto que
las lascas pueden usarse para un número impresionante de tareas distintas, incluido matar animales de gran ta-
maño como elefantes. En cambio, los núcleos son, en general, mucho menos útiles, aunque pueden servfu para
talar un iárbol, fabricar un palo para cavar o una lanza y parti los huesos para obtener el tuétano. El anrálisis mi-
croscópico del filo de un pequeño número de lascas olduvaienses corrobora las conclusiones de Schick y Toth:
indica que éstas fueron usadas tanto para trabajar la madera como para cortar came.
Schick y Toth también han podido explicar la función de unos enigmáticos objetos que los arqueólogos
llaman esferoides, unas piezas de cuarzo, más o menos esféricas y lisas, del tamaño de una pelota de béis-
bol. A los esferoides se les habían asignado diversas funciones, entre ellas el procesamiento de material
vegetal y la extracción del tuétano de los huesos. Algunos investigadores pensaban que los esferoides for-
maban parte de una bola, una herramienta de caza utilizada en las pampas argentinas. Las bolas consisten
en tres piedras unidas por una correa de piel que se lanzan de tal manera que enredan las patas de la presa.
Schick y Toth han demostrado que existe una explicación mucho más plausible para el uso de estas pie-
dras. Cuando un fragmento de cuarzo se usa como percutor para obtener lascas, inadvertidamente saltan
pequeñas astillas. Lentamente, en las manos del tallador, la superficie del percutor se va modificando; va
adquiriendo una forma cada vez más redondeada, hasta convertirse en un esferoide.
Quizás la conclusión más destacable que se puede sacar de los experimentos de Schick y Toth es que
los primeros homínidos talladores de útiles eran diestros. Estos dos investigadores descubrieron que los
diestros normalmente sujetan el percutor con 1a mano derecha, y con la izquierda sostienen 1a piedra que
quieren astillar. Después de extraer la primera lasca, hacen rotar la piedra en el sentido de las agujas del
reloj y extraen la segunda lasca. Esta secuencia produce lascas con el córtex (la superficie tosca no gol-
peada de la piedra) a la parte derecha(figura 12.2).En las lascas elaboradas por zurdos, el córtex queda
en el lado izquierdo. Teniendo esto en cuenta, Schick y Toth estudiaron lascas de las localidades de
Koobi Fora, Kenya, datadas entre 1,9 y 1,5 millones de años. Sus resultados sugieren que la mayoría
de individuos que fabricaron estas lascas eran diestros.
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o/o de zurdas,
fabrican un 56 o/o de lascas diestras y un 44
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mientras que los zurdos hacen justamente lo contrario. Una
el registro arqueológico sea generalmente más A partir de ahora veremos cómo las habili-
completo que el registro fósil. Esto significa dades de recolección muy productivas, pero a
que las primeras herramientas aparecerán en el su vez difíciles de aprender, distinguen a los
registro fósil antes que los primeros fósiles de humanos de otros primates, y cómo este nuevo
las criaturas que las fabricaron (véase cuadro nicho de recolección debe haber dirigido Ia
I0.2paramás detalles sobre el tema). Así pues, evolución de otras características del ciclo de
el primer fabricante de piedras pudo haber sido vida humano como el enlentecimiento de la
A. habilis, P. boisei o incluso Homo ergaster, maduración y la reducción del dimorfismo se-
el miembro más antiguo de nuestro propio gé- xual. Posteriormente se considerarán las prue-
nero, que se discutirá detalladamente en el bas arqueológicas de los yacimientos oldu-
capítulo 13. Debido a esta incertidumbre, a lo vaienses que indican que estos homínidos em-
largo de este capítulo nos referiremos a estos pezaron a cambiar hacia una economía de sub-
homínidos que fabricaron las herramientas de sistencia basada en técnicas de recolección
este período como homínidos olduvaienses o más arriesgadas.
fabricantes olduvaienses.
lógicos de Olduvai.
\ adquiridos en rres tipos según eL grado de
conocímientos y aptitudes necesarias para
obtenerlos. La recolección, la extracción y
Homo ergaster apareció en África hace Ia caza son los tres tipos por orden creciente
unos 1,8 millones de años. Contrariamente a 1o de dificubad en su adquisícíón.
que pasa con A. habilis o A. rudolfunsls, no hay
duda de que esas criaturas pertenecen al mismo Hillard Kaplan, Kim Hill, Magdalena Hur-
género qve Homo sapiens. Como se verá en el tado y Jane Lancaster, de la Universidad de
próximo capítulo, H. ergaster era una criatura Nuevo México, han afirmado recientemente
asentada completamente en el suelo con un que lo que ha conducido a la evolución del
cuerpo grande similar al nuestro. Estas criatu- modo de vida humano ha sido un cambio hacia
ras tenían un desarrollo más lento que el de ho- recursos alimenticios valiosos, pero difíciles
mínidos anteriores, y los machos y las hembras de adquirir. Han clasificado los recursos ali-
diferían en tamaño de modo similar al de los menticios en tres categorías según su dificultad
hombres y mujeres actuales. De este modo, de adquisición:
unos 2 millones de años de selección deben ha-
ber favorecido estas características más pareci- 1. Los alimentos recolectados se pueden
das a las humanas actuales en una de las prime- tomar y comer directamente del hábitat. La fru-
ras líneas homínidas. El hecho que no sepamos ta madura y las hojas serían ejemplos de este
qué primer homínido es el ancestro de los hu- tipo.
manos es fastidioso pero no fatal ya que parece 2. Los alimentos extraídos provienen de
probable que quien fabricó las herramientas o1- material que no se mueve pero que está prote-
duvaienses es el responsable de esta línea ho- gido de algún modo. Este material se debe pro-
mínida. El conocimiento de los pueblos reco- cesar antes de que se pueda comer. Como
lectores actuales combinado con el estudio mi- ejemplos tenemos los frutos con cortezas du-
nucioso de las herramientas olduvaienses nos ras, los tubérculos o termitas que están enterra-
puede mostrar la transición desde un simio dos, la miel escondida en colmenas situadas en
bípedo hasta una criatura muy similar a los hu- lo alto de los ¡írboles y las plantas que contie-
manos modernos. nen toxinas que deben ser extraídas.
346 Covo evo¡-ucroNARoN Los HUTMANoS
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Recolectado Extraído Cazado Recolectado Extraído Cazado
recolección de raíces entre los 35 y 40 años. aprender a ser un buen cazador, y se necesita
Las chicas de diez años sólo obtienen el l0 7o mucho tiempo para aprender a desenterrar tu-
de lo que obtienen las mujeres mayores, alta- bérculos. Esto significa que todos salen ganan-
mente capacitadas. Entre los Aché, la máxima do si algunos individuos se especializan en la
eficiencia en las tasas de extracción de almidón caza y otros se especializan en la adquisición
de las plantas y la extracción de miel es a los extractiva. En segundo lugar, parece lógico
20 años. que los hombres se especialicen en la caza y las
mujeres en la adquisición extractiva ya que los
cuidados infantiles son más compatibles con la
ü $ X,i::,í::';:':, ::,'; ::tr; ::,Y,?:::::i: recolección que con lacaza, y la lactancia com-
la división del trabajo grupos en los cazado- promete a las mujeres a cuidar a los hijos du-
re s -re c olectore s actuale s.
rante una parte sustancial de sus vidas adultas.
Evidentemente, todo esto sólo puede funcionar
En todos los grupos cazadores-recolectores si se comparte regularmente el alimento en el
actuales, lacaza y la adquisición extractiva se grupo.
asocian con compartir extensivamente los ali- Sin embargo, una dependencia en la inges-
mentos y la división sexual del trabajo. En casi tión de carne favorece el compartir el alimento.
todos los grupos cazadores-recolectores, los La caza es una misión insegura. Los mejores
hombres son los responsables de la caza de cazadores pueden regresar a casa con las ma-
grandes presas y las mujeres son las responsa- nos vacías e incluso si los cazadores cazan lo
bles de la adquisición extractiva de alimentos suficiente cada día para alimentarse, una sema-
ffigura 12.6). Esta división del trabajo tiene na o dos de mala suerte puede matarles de ham-
sentido en dos aspectos. En primer lugar, las bre. Sin embargo, si varios cazadores compar-
técnicas difíciles de aprender requieren espe- ten sus presas, la probabilidad de morir de
cialízación. Se necesita mucho tiempo para hambre es mucho menor (cuqdro 12.2).
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y
En las sociedade.s de caz.adorcs-rccolecto-
.s 400 \' res, el comparrir alimentos v la división del
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trabajo conllevan un.flujo extensivo de ali-
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o. ment.os entre individuos de diferente edad y-
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Recordemos del capítulo anterior que la
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cantidad total de alimentos compartidos entre
E chimpancés es pequeña madres compar-
-las comparten pe-
ten con sus hijos y los machos
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o
queñas cantidades de carne, básicamente con
otros machos adultos. Esto significa que una
z0 Came Raíces vez finalizada la lactancia, los chimpancés ob-
tienen toda la comida por su cuenta. Este hecho
. Figura 12.6 es similar en otros primates. Así pues, parece
Datos sobre el comportamíento de adquísición
que el estado ancestral en la línea homínida es
de alímentos en tres grupos de la autosuficiencia después de la lactancia.
ca z a do re s-reco lect o r e s ext en
s am ent e an a li z a do s, La economía de los cazadores-recolectores
los Aché, los Hadza y los Hiwí. Los hombres y humanos es sorprendentemente diferente
mujeres de estos grupos se especializan en
gunos individuos producen muchos más-al- ali-
diferentes tareas para adquirir alimentos. Los
hombres cazan mientras que las mujeres se mentos de los que consumen. mientras otros
especíalizan en adquirir alimentos de manera consumen más de lo que aportan. Durante los
extractiva. últimos 20 años los antropólogos han llevado a
LA HISToRIA DEL LINAJE HUMANO 349
'Caadro 12.2
¿Por qué comer carne favorece el compartir?
Muchos antropólogos creen que una fuerte dependencia en la ingestión de came hace que sea necesario com-
partir el alimento. Vamos a analizar cómo el compartir comida proporciona un seguro contra los riesgos inhe-
rentes a la caza. La caza, especialmente para los cazadores que se centran en grandes presas, es una áctividad
de éxito o fracaso. Cuando un caz ador mata a una presa, hay gran cantidad de alimento áe gran calidad disponi-
ble. Sin embargo, los cazadores a menudo no tienen suerte y cadavezque un cazador sJdirpon" atr di caza
tiene una gran probabilidad de volver con las manos vacías y hambriento. El compartir comida reduce amplia-
mente los riesgos asociados con la caza ya que así se promedia los aportes de un gran número de cazadores.
Para ver la robustez de este argumento, consideremos el siguiente ejemplo hipotético. Supongamos que
hay cinco cazadores en un gn¡po que subsiste únicamente de la carne. Los cazadores van aiazar cada áía,
y cada cazador tiene una probabilidad de I de cada 5 (0,2) de hacer una presa, mientras que 4 de cada 5 ve-
ces (0,8) vuelve sin comida. La probabilidad de inanición para cada cazador en un período de 10 días se
obtiene multiplicando la probabilidad de fallar el primer día (0,8) por la probabilidaá de fallar el segundo
día (0,8), y así sucesivamente, hasta obtener
0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 x 0,8 = 0,1
De este modo existe una probabilidad del 10 7o Que un cazador muera de hambre en un período de l0 días.
Con esta probabilidad es imposible para los individuos subsistir cazando en solitario.
Una comparación con la caza que efectúan los chimpancés proporciona una buena razón para pensar que
estos valores son bastante aproximados para los primeros homínidos. Craig Stanford y sus colegas de la
Universidad de Southern California, han analizado exhaustivamente registros de caza efectuados por
chimpancés en el Gombe Stream National Park de Tanzania. Alrededor de la mitad de los intentos de caza
de los chimpancés, éstos conseguían matar al menos a un mono y a veces incluso a más de uno. La me-
dia de monos conseguidos por cacería fue de 0,84. Sin embargo, los machos cazaban en grupos que tenían
como media siete individuos. Dividiendo 0,84 por 7 obtenemos el número medio de monós caiados por
macho y por cacería, que es de 0,14. De este modo, en un día cada chimpancé macho tiene una probabili-
dad del 15 % de conseguir una presa, lo que es menos que el 20 % que supusimos para los cazadores huma-
nos al principio de nuestro ejemplo.
Consideremos ahora cómo el compartir comida modifica la probabilidad de inanición. Si cada cazador tie-
ne una probabilidad de 0,8 de regresar de la cacería con las manos vacías, entonces la probabilidad que
cinco cazadores regresen una tarde sin comida es de
0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 x 0,33 = 0,000015
Compartir reduce la probabilidad de inanición de 1 en l0 a aproximadamente I en 10.000. Claramente los
humanos podrían reducir incluso más los riesgos asociados conla caza si hubiera fuentes alternativas de
alimento que pudieran compartir los cazado¡es sirt éxito. Por ejemplo, supongamos que un miembro del
gmpo cace mientras los otros recolectan, y todos contribuyan con el alimento en un fondo común.
El hecho de que compartir alimento sea mutuamente beneficioso no es suficiente para que ocurra. Como
señalamos en el capítulo 8, el compartir comida es un acto altruista. Cada individuo saldrá más beneficia-
do si él o ella consigue came sin compartirla. Para que el compartir se produzca entre individuos no empa-
rentados, como ocurre a menudo en sociedades de recolectores actuales, aquellos que no comparten deben
ser castigados de alguna manera, como por ejemplo ser excluidos de compartir en futuras ocasiones o for-
zados a abandonar el grupo.
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cabo rigurosos estudios cuantitativos sobre las posmenopáusicas. Por el contrario, los chin:-
economías de subsistencia de un gran número pancés obtienen muy pocos alimentos de otrc,-
de grupos cazadores-recolectores. En estas so- individuos después de la lactancia.
ciedades, los antropólogos han observado el Otros datos menos minuciosos de otrt'-
comportamiento diario de los individuos, han grupos de cazadores-recolectores apoyan e\t;
cuantificado cuántos alimentos han producido patrón. La figura 12.8 muestra que los hombre.
y cuántos han consumido. Para tres de estos contribuyen con más de la mitad del total de c"-
grupos, los Aché, los Hiwi y los Hadza, los in- lorías consumidas en siete de los nueve grup.'
vestigadores han calculado meticulosamente la de cazadores-recolectores de los que hay sut.-
producción y el consumo medios de alimentos cientes datos disponibles. Nótese que todos e.-
para hombres y mujeres a distintas edades. Ka- tos grupos viven en hábitats tropicales. Los d*'
plan y sus colaboradores recopilaron estos da- tos históricos y etnográficos parecen apuntur -
tos para comparar los patrones de producción que los grupos de cazadores-recolectores c.
de alimentos entre diferentes sociedades. Su climas templados y árticos dependen inclu.
análisis revela diferencias sorprendentes en la más en la ingestión de carne que los grupos tr, -
economía de adquisición de alimentos de hu- picales y, por lo tanto, en esas sociedades 1.'
manos y chimpancés, e importantes cambios hombres deben contribuir incluso más a la cr,:.'
de productividad a lo largo del ciclo vital. tribución calórica.
La figura 12.7 muestra cómo los humanos
jóvenes continúan dependiendo de los otros Ld .\eleú iótr debe lubt'r fil or€cidt¡ tt ,:t
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para alimentarse durante largo tiempo después $ bnts grtutde.s. Iurgo perrodo jut'enil )' ltt,,
de la lactancia. Los hombres llegan a ser autosu- ciclo vital ya que estas caracferísticu.s.fl.
ficientes a los l7 años y las mujeres no producen litan el aprendizaje cle lcts rnétoclos crtnt¡' .
lo suficiente para alimentarse hasta que llegan a jos tle adquisición de aLintentos.
los 40 años. Los hombres mayores también de-
penden de los otros para sus necesidades diarias. Las técnicas complejas aprendidas para .-
Estos déficit se cubren con la producción de los adquisición de alimentos permiten a los hun:--
hombres jóvenes y de mediana edad y, hasta nos obtener recursos alimenticios muy valio.
cierto punto, con la producción de las mujeres que de otra manera serían inaccesibles. La c¡r:,
LA HISTORIA DEL LINAJF HUMANO 351
fHombres [-:-lMu¡".es
-Nukak-t..I
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G*iret¡&Et¡¡-j
0 50 t00
Porcentaje de calorías en adultos
es una mejor fuente de los nutrientes que necesi- buen aprendiz. De este modo, un cambio hacia
tan los animales comparada con los alimentos la caza y la adquisición extractiva favorecería
habituales de los primates, como las hojas o la cerebros mayores y una inteligencia mayor. La
fruta madura. La carne es rica en energía, lípi- dependencia en habilidades complejas adquiri-
dos esenciales y proteínas. Algunos recursos ex- das para la accesibilidad de alimentos también
traídos como la miel, las larvas de insectos o las favorecería la evolución de un largo período ju-
termitas también son fuentes concentradas de venil. Como es sabido, el aprendizaje requiere
nutrientes impofantes. Otros tipos de alimentos tiempo. Uno no puede llegar a ser un buen es-
extractivos conllevan una gran gama de aportes quiador, panadero o programador en un día
nutritivos. Los tubérculos son un buen ejemplo. necesita práctica y experiencia. De manera -se si-
Un gran número de plantas de la sabana tropical milar, el aprendizaje de los hábitos de los ani-
almacena sus reservas de energía bajo tierra en males y el conocimiento de las plantas, adquirir
forma de tubérculos, protegidos de las hordas de el conocimiento para rastrear animales y las ha-
ramoneadores, hasta a un metro de profundidad bilidades para disparar un arco o un arma, y lle-
bajo el suelo rocoso. Aprendiendo a reconocer gar a dominar la extracción de almidón de la
qué especies tienen tubérculos, cómo usar las pulpa del baobab requiere años de práctica. Así
herramientas para desenterrarlos y cuándo es pues, es posible que la selección haya favoreci-
provechoso desempeñar este trabajo, los huma- do un peíodo juvenil más largo para dar a los
nos han tenido acceso a una gran variedad de niños humanos el tiempo suficiente para adqui-
alimentos por los cuales ha habido relativamen- rir las habilidades que necesitaban.
te poca competencia con otras especies. Un período juvenil más lar,9o provoca la
Si aprender es valioso, la selección natural selección de un ciclo vital más largo. A menu-
favorecerá las adaptaciones que permitan ser un do se dice <el tiempo es dinero". En evolu-
352 COMO EVOLUCIONARON LOS HUMANOS
ción, <el tiempo es eficacia biológica>. Para actuales indica que los hombres aportan inver-
entender por qué, supongamos que dos geno- siones sustanciales a su descendencia. Este he-
tipos A y B tienen el mismo número promedio cho es evidente en los datos de la figtxa 12.7
de hijos, pero el genotipo A acaba la repro- hombres producen la mayor parte de la
ducción a los 30 años y el genotipo B a los 60 -los
sobreproducción de calorías que mantiene a los
años. Mediante un cálculo sencillo podemos jóvenes y adolescentes. Así pues, esperaríamos
concluir que la tasa de crecimiento de la po- que la selección favoreciera las características
blación con el genotipo A será el doble de la de comportamiento y morfología que hicieran
del genotipo B y rápidamente el genotipo B a los hombres mejores productores de bienes,
será reemplazado. Esto implica que un perío- mientras que la selección que favoreciera las
do juvenil prolongado es costoso y no será fa- características que propiciaran la competencia
vorecido por la selección natural a no ser que entre machos quedaría reducida. Esto provoca-
permita a los individuos tener más descen- ría una reducción del dimorfismo sexual.
dientes a lo largo de su vida. La infancia hu-
mana es una inversión costosa; consume tiem-
po pero permite aprender, lo que produce Pruebas aportadas por los fabricantes
adultos más capacitados. Como toda inver- olduvaienses sobre la adquisición
sión costosa, producirá más si se amortiza en de alimentos
un período largo de tiempo. (El mismo razo-
namiento explica por qué uno invierte más Detengámonos un instante y revisemos el
tiempo en algo que usará durante un período tema. Hasta el momento hemos destacado dos
largo de tiempo que en algo que se utilizará puntos. Primero, los fabricantes olduvaienses
durante un período corto y después se descar- (fueran quienes fueran) son la posible especie
tará.) La selección favorece un ciclo de vida candidata que une a los primeros homínidos si-
largo porque permite a los individuos obtener milares a los simios con los homínidos poste-
más beneficios de las técnicas de adquisición riores, que tienen patrones de vida más simila-
de alimentos aprendidas durante el prolonga- res a los humanos. Segundo, los cazado-
do, necesario pero costoso, período juvenil. res-recolectores actuales dependen de técnicas
de adquisición de alimentos mucho más com-
ü *. El compartir alimentos y Ia división sexual plejas y de difícil aprendizaje que las de otros
t \ del trabajo conllevan a lct reducción de Ia primates, y este cambio puede explicar la evo-
competencia entre los machos y a Ia reduc- lución de muchas características del modo de
ción del dimorfismo sexual. vida humano. Para relacionar estos dos puntos
necesitamos comprobar que los homínidos ol-
Tal como se mostró en el capítulo 7,la in- duvaienses empezaron a depender de la caza y
tensidad de la competencia entre los machos de- en métodos extractivos para vivir.
pende de la cantidad de inversión paterna en su
descendencia. En la mayoría de especies de pri- .i¿í... Experimentos actuales nos indican que las
mates, los machos invierten poco en sus crías y, y
consecuentemente, la selección favorece las ca-
$ herramíenÍas olduvaienses podrían haber
sido utílizadas para una gran variedad de ta-
racterísticas masculinas que incrementan su ha- reas, incluyendo el descarnamiento de gran-
bilidad de competir con otros machos por las des animales.
hembras. Este hecho provoca el pronunciado di-
morfismo sexual observado en la mayoría de es- Kathy Schick y Nicholas Toth, de la Uni-
pecies de primates. Cuando los machos invier- versidad de Indiana, han analizado las habili-
ten en sus cías, hay menos competencia entre dades necesarias para fabricar el tipo de arte-
machos y una reducción del dimorfismo sexual. factos encontrados en los yacimientos de Oldu-
El patrón de compartir alimentos observa- vai, e intentaron utilizarlos para diferentes ti-
do en las sociedades de cazadores-recolectores pos de actividades de adquisición de alimen-
LA HISTORIA DEL LINAJE HUMANO 353
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. Figura 12.10
Ei este mapa de un ni'¡el de la Capa I cle la Garganta de Olduvai, Ia mayoría de los huesos son de un
elefante ), los instrumentos se mLtestran en negro.
tran en la Garganta de Olduvai en Tanzania, Entre estos huesos Mary Leakey también
Koobi Fora en Kenya y en diversos yacimien- encontró muchos tipos de artefactos: núcleos.
tos de Etiopía. Pero los yacimientos de la lascas de piedra obtenidas de núcleos, trozos de
Capa I de la Garganta de Olduvai excavados piedra que debieron ser usados como martillos o
por Mary Leakey son los que se han analizado yunques. y algunas piedras que no muestran sig-
más exhaustivamente. Estos yacimientos, que nos de modificación o uso por parte de los hu-
están datados entre 2 y 1.5 millones de años, manos. Los artefactos se manufacturaban a par-
miden sólo entre l0 y 20 metros de diáme- tir de rocas que provenían de diferentes lugares
tro. Están llenos de huesos fósiles esparcidos de la misma área, y la fuente más próxima de al-
de animales (figura 12.10). Las densidades de gún tipo de material se encontraba a algunos ki-
huesos de animales en los yacimientos ar- lómetros de distancia (figura 12.12).
queológicos son cientos de veces mayores que
en las áreas circundantes o en las sabanas ac- .#., La asociaciótt de herramientas de homíni-
y
tuales. Los huesos pertenecen a un amplio \i do.s t' huesos de animale.s no implica necesa-
rango de especies animales. incluidos bóvidos riamente que los primeros homínidos fueran
(como el actual antílope y el ñu), cerdos, équi- responsables de este acúmulo de huesos.
dos (caballos). elefantes. hipopótamos. rino-
ceÍontes y Llna gran variedad de carnívoros Es fácil llegar a la conclusión de que la aso-
ffigura 12.11). ciación de herramientas de los homínidos y los
LA HISTORIA DEL LINAJE HUMANO 355
Elefante
Jirafa
Hipopótamo 4'
Rinoceronte tln
Primate qe
Carnívoro ii
Équido *í"
Suido
Bóvido
20 25 30
Número de individuos (%)
'Figura 12.11
Se han encontrado huesos de muchos mamíferos en uno de los yacimientos arqueológicos de Olduvai.
Los bóvidos (que incluyen a antílopes, gacelas, ovejas, cabras y ganado vacuno) claramente sobrepasan
en número a los otros grupos.
,l' '-PJ' ,t
debido a corrientes de agua, muchos animales
fk-- acimientos podrían haber muerto en ese lugar por causas
los primeros Tiems altd
homi¡idos naturales, o los huesos podrían haber sido reco-
",*W gidos por carnívoros no homínidos como leo-
\á,;; nes o hienas. Algún tiempo después de la acu-
' Figura 12.12 mulación de los huesos, quizás cientos de años
Este mapa de Ia Garganta de Olduvai muestra más tarde, los homínidos podrían haber visita-
los principales yacimientos de Ia Capa I. do estos lugares y dejado sus herramientas. Así
Algunas de las herramientas se hicieron con pues, la asociación de piedras y huesos no es
cuarcita proveniente de Naibor Soit, otras
prueba suficiente para demostrar que los ho-
fueron hechas con gneis de Kelogi y algunos son
de piezas de lava de los arroyos de las tierras mínidos olduvaienses cazaÍan o consumieran
ahas volcánicas al sur. carne.
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.q,finF*to.{
UN DESAFIO OLDUVAIENSE
Un patrón recurrente en algunos de los yacimientos arqueológicos más ant¡guos del mundo es la pre-
sencia de cadáveres de "megafauna, (elefantes, hipopótamos) iunto con herramientas de piedra muy sen-
cillas. Por ejemplo, dos yacimientos arqueológicos en la Garganta de Olduva¡ en Tanzania han aportado
esqueletos de elefante (un Elephas recki en la Capa I y un Deinotherium, una forma extinta con colmillos
para excavar curvados hacia abajo, en la parte inferior de la Capa ll). En cada uno de estos yac¡mientos,
datados entre 1,7 y 1,5 millones de años, se ha encontrado una serie de herramientas olduvaienses. En
Koobi Fora en el norte de Kenya también se han encontrado trozos de un cadáver de hipopótamo datado en
1,9 millones de años juntamente con utensilios de piedra muy simples.
A partir de estas pruebas han surgido dos cuestiones principales. La primera es si ex¡ste una relación
causal entre estos enormes huesos de animales y estas herramientas rudimentarias de piedra, o si esta es
una mera coincidencia, lugares donde los humanos desechaban las herramientas y esos grandes mamífe-
ros murieron independientemente, qu¡zás cerca del margen de un lugar para beber junto a un río o bajo la
sombra fresca de unos árboles. La segunda es que si existiera la causa o el significado de asociar estos ins-
trumentos de piedra y estos paquidermos, ¿cuál sería el papel que podrían haber desempeñado estas pie-
dras? ¿De qué manera podrían haber sido usadas las herramientas de piedra más sencillas del mundo
para procesar la carne de an¡males que pesaban muchos miles de libras, con pieles que podían ser más
gruesas que una pulgada?
Hemos tenido dos oportunidades para hacer dos pruebas definitivas con estas herramientas de piedra:
descuartizar elefantes (que habían muerto por causas naturales). Algo desanimados, abordamos nuestra
tarea equipados únicamente con lascas y núcleos de lava y sílex, que parecían cada vez más insignifican-
tes cuanto más cerca teníamos al impresionante cuerpo. Al principio, la visión de un cadáver de un animal
de 4,800 kilos, puede ser bastante intimidante. ¿Por dónde empezar? No habíamos visto nunca un manual
de campo de descuartizamiento de paquidermos, y no son como los animales más pequeños: no puedes
mover el cuerpo (por ejemplo, darle la vuelta para tener una mejor posición) sin tener una potente maquina-
ria pesada. Tienes que trabajar con el cuerpo tal como está. De hecho, una vez has cortado la parte supe-
rior, la mayoría de la parte inferior se mantiene intacta y casi inaccesible a menos que se desmantele el es-
queleto del animal, una tarea bastante ardua.
A pesar del éxito de nuestras herram¡entas en docenas de descuartizamientos anteriores, no estába-
mos seguros de que lo consiguieran esta vez. Sin embargo, nos asombramos cuando una pequeña lasca
de lava hizo un corte a través de la gris piel de acero, de alrededor de una pulgada de grosor, dejando ex-
puestas enormes cantidades de carne de elefante roja y rica en su interior. Después de abrir esta brecha,
obtener la carne fue razonablemente sencillo, aunque los enormes huesos y músculos de estos animales
tienen tendones y ligamentos muy duros y gruesos, otro desaf ío que nuestros instrumentos de piedra supe-
raron con éxito.
I
LA HISTOBIA DFL LINAJE HUI\,]ANO 359
¡+ Durante estas y otras carnicerías, nuestras herramientas se encontraron esparcidas sobre el cadáver ya
que usábamos una para cortar aquí, otra para rasgar allá y otra para seccionar la férrea unión de un múscu-
lo. Fue siempre bastante fácil tomar otra herram¡enta u obtener otra lasca de un núcleo cercano. Era fácil
observar cómo las herramientas se perderían y utilizarían durante la tarea, abandonadas con los restos del
animal.
Aunque sentíamos que la carnicería de un paquidermo como éstos era seguramente un acontec¡miento
poco frecuente al principio del Paleolítico y probablemente era más frecuente la canoña que su caza, estos
exper¡mentos demuestran que las tecnologías más simples de piedra pueden usarse incluso para procesar
mamíferos terrestres. Se han encontrado marcas de corte hechas por instrumentos de piedra en algunos
huesos de Elephas en Olduvai, lo que indica que las herramientas de piedra tuvieron una relación causal
con el cadáver. Debido a que los carroñeros actuales no comen generalmente carne de un elefante vivo
hasta que se ha descompuesto pasados unos cuantos días, estos cadáveres pueden haber proporcionado
bonanzas ocasionales para los primeros homínidos de la Edad de Piedra, al menos hasta que fueron sus-
traídos por carnívoros soc¡ales carroñeros más grandes.
En muchas observaciones sobre los instrumentos de Olduvai, las lascas han sido consideradas simple-
mente como desperdicios, como algo eliminado para fabricar una herramienta a partir de un núcleo. Pero
nuestros experimentos de carnicería sugieren una interpretación importante: con una sencilla lasca un ho-
mínido podía abrir un gran mundo de posibilidades.
Fue¡¡re:Delaspp.166-169enK.D.SchickyN.Toth,1993, MakingSilentStonesSpeak:HumanEvolutionandthe
Dawn of Technolog¡ Simon & Schuster, Nueva York. Reproducido con permiso.
. Figura 12.15
La competencia entre depredadores en los lugares de captura es a menudo intensa. En las fotografías, (a)
los leones han carroñeado una presa de las hienas, ! (b) las hienas luchan para recuperarla.
mientos, mientras que otros afirman que los rroñeros que intentan robar trozos de carne o
homínidos de Olduvai no podrían haber cazado arastrar partes del cadáver. Estas disputas
grandes mamíferos porque eran demasiado pe- pueden ser muy peligrosas (figura 12.15).
queños, estaban desarmados y poco encefaliza-
dos. Estos afirman que los homínidos de Oldu- ü,,.
y
La mavoría de los grandes carnívoros ma-
vai eran canoñeros que se apropiaban ocasio- $ míferos usan tanÍo la caza como la carroña.
nalmente de capturas de otros depredadores o
que recogían cadáveres que encontraban. También tendemos a pensar que algunos
carnívoros, como los leones o los leopardos.
ü * Para la mayoría de los cantívoros actuales, sólo cazan, mientras otros, como las hienas o
t \ la carroña es ran diJícil y peligrosa como la chacales, sólo carroñean. La simple dicotomía
caza. entre carroñeros o cazadores se desmonta
cuando revisamos los datos de comportamien-
Para resolver la controversia acerca de si to de los cinco grandes carnívoros mamíferos
los primeros homínidos eran cazadores o ca- africanos (león, hiena, guepardo, leopardo y
rroñeros, primero debemos reconsiderar las licaón). La proporción de carne obtenida por
concepciones populares acerca de los carroñe- caroña varía entre nada para el guepardo.
ros. Ser cÍrroñero no es una labor para los co- hasta un tercio para las hienas, mientras que
bardes o vagos. Los carroñeros deben ser sufi- los otros se encuentran en valores interme-
cientemente valientes para arrebatar las captu- dios. Contrariamente a los estereotipos, el no-
ras de las mandíbulas de sus competidores ble león no se priva de robar presas a sus com-
hambrientos, suficientemente astutos para petidores más pequeños, incluso a las hem-
aguardar en la sombra hasta que la captura es bras de su propia manada, y las hienas son
momentáneamente descuidada, o suficiente- consumados cazadores (fígura 12.16). Para
mente pacientes para perseguir a las manadas y la mayoría de carnívoros del este de África, la
aprovechar la muerte natural. Algunos estu- cazay la carroña son actividades complemen-
dios sobre carnívoros actuales muestran que la tarias.
gran mayoúa de la carne obtenida como carro- No hay ningún carnívoro mamífero que
ña se adquiere por arrebato de la presa de otro subsista exclusivamente de la carroña. Sería
depredador. La mayoría de los depredadores difícil hacerlo para cualquier mamífero de
responden agresivamente a la competencia de gran tamaño. Muchas especies de presas son
los carroñeros. Por ejemplo, los leones guardan banquetes móviles, que migran a grandes dis-
celosamente sus presas de los persistentes ca- tancias. Aunque la mortalidad natural de estas
LA HISToRIA DEL LINAJE HUMANO 361
nrientras que los huesos con menos carne, peraríamos encontrar marcas de corte princi-
como las vértebras o el cráneo desaparecen palmente en los huesos dejados en los sitios de
más tarde o permanecen en el sitio de captura captura de los depredadores, como por ejem-
ffigura 12.19). Si los homínidos hubieran ob- plo las vértebras. Si los homínidos hubieran
tenido la mayoría de la carne por carroña. es- obtenido la mayor parte de la carne pot caza,
esperaríamos encontrar marcas principalmen-
te en los huesos largos, como por ejemplo los
de las extremidades. Sin embargo, en la Gar-
ganta de Olduvai, las marcas de corte apare-
cen en ambos tipos de huesos, tanto aquellos
generalmente dejados para los carroñeros, y
aquellos que normalmente monopolizan los
cazadores ffigura 12.20). Además, algunos
huesos muestran marcas de corte sobre mar-
cas de dientes de carnívoros, mientras que
otros huesos muestran marcas de dientes so-
bre marcas de corte. Así pues, algunas veces
los humanos deben haber robado capturas
de los carnívoros y viceversa. Todos estos da-
. Figura 12.19 tos sugieren que los primeros homínidos ad-
Después rle que otros clepredaclores se huyan quirían la carne tanto por la caza como por la
ido, los buitres consunten los restos en el lugar
carroña.
de captura.
Mamíf'eros grandes
. Figura 12.21
Los Efe constru)'en
campamentos tentp0ru le: tti
la selvtt y cambiun de
campa men los frec L! e t t t e nte t 1 | a.
Fotografíu gerttile:u da
(
Robert Buílet'. )
364 CON/O EVOLUCIONAFON LOS HUN/ANOS
te machacados con martillos de piedra para ex- tiempo, por qué hay huesos de carnívoros no
traer el tuétano. Sin embargo, los huesos no homínidos y por qué los huesos no fueron com-
fueron procesados tan intensivamente como lo pletamente procesados.
hacen los cazadores actuales. A primera vista, parecería incómodo que
los homínidos arrastraran a sus capturas hacia
Estas observaciones son difíciles de con- lugares de descuartización. ¿Por qué no proce-
ciliar con la idea de que los yacimientos de sar los cadáveres en el mismo sitio de captura?
Olduvai eran campamentos, es decir, lugares Hemos visto que los homínidos utilizaban he-
donde la gente come, duerme, cuenta histo- rramientas para procesar la carne. Sin embar-
rias, y cuida a sus hijos. Los cazadores-reco- go, no podían estar seguros de que siempre en-
lectores actuales hacen todo lo que pueden contrarían las rocas apropiadas para fabricar
para impedir que los carnívoros invadan sus las herramientas en el lugar de la captura. No
campamentos. A menudo construyen vallas podían abandonar a sus capturas sin vigilar
para proteger su campamento y tienen perros mientras iban a buscar sus herramientas, por-
para que ahuyenten a los depredadores. Es di- que alguna criatura hambrienta les arrebataría
fícil imaginar que los primeros homínidos pu- su cena. Esto supone que ellos tenían que trans-
dieran haber ocupado estos lugares si los leo- portar la carne hasta donde guardaban sus he-
nes, hienas y tigres de dientes de sable hubie- rramientas o llevar sus herramientas con ellos
ran sido visitantes asiduos. Segundo, los hue- todo el tiempo. Recordemos que estas herra-
sos de los yacimientos de Olduvai parece que mientas son bastante pesadas y los primeros
se acumularon durante períodos de años. Los homínidos no disponían de bolsillos ni mochi-
actuales cazadores-recolectores generalmente Ias. Potts sugiere que la mejor estrategia hubie-
abandonan sus campamentos permanentes ra sido guardar las herramientas en refugios y
después de unos pocos meses ya que la basura entonces transportar a los cadáveres captura-
acumulada atnae a los insectos y a otros bi- dos al refugio más cercano.
chos. Aunque vuelven a las mismas zonas re-
gularmente, ellos no suelen ocupar los mis-
mos lugares. Finalmente, los huesos fosiliza- Regreso al luturo: la transición hacia
dos encontrados en Olduvai no fueron proce- el actual modo de vida humano
sados totalmente, tal como lo hacen los actua-
les cazadores-recolectores. Hemos afirmado que las técnicas comple-
jas de adquisición de alimentos favorecen el
di.- Los homínidos deben haber llevado los ca- compartir la comida, la inversión parental y la
9$ dáveres a esfos lugares y procesado los división sexual del trabajo. Estas prácticas de
cadáveres con lascas hechas previamente. comportamienLo. generan a su vez presiones
selectivas para la reducción del dimorfismo
Richard Potts, un antropólogo de la Smith- sexual y el retraso de la maduración de la des-
sonian Institution, sugirió que estos lugares no cendencia. Los fabricantes de herramientas
eran campamentos sino sitios de descarne olduvaienses eran recolectores extractivos.
donde los homínidos trabajaban cazadores y carroñeros. Como se mostrará en
-lugares
pero no vivían-. El cree que los homínidos el siguiente capítulo, el reducido dimorfismo
fraían a sus capturas a estos lugares y descuar- sexual y la, hasta cierto punto, retrasada
fizaban sus cadáveres. Algunos de los cadáve- maduración caracteriza a los homínidos que
res habían sido carroñeados por parte de los ho- aparecen en el registro fósil hace unos 2 millo-
mínidos, de otros carnívoros, y algunas de las nes de años. Parece ser que estos rasgos mor-
capturas de los homínidos fueron arrebatadas fológicos y de comportamiento, que también
por los carroñeros. Si éstos eran lugares de des- caracterizan a los humanos actuales. repre-
cuartizamiento, entonces podemos explicar sentan adaptaciones a este nuevo modo de
por qué los huesos se acumularon durante tanto vida.
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