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CEBOLLA DE BULBO
Desde el IPTA, en lo que se refiere a cebolla de bulbo, los trabajos se realizan desde
hace siete años, de manera de reconocer las variedades con mejores resultados en la
primera, segunda y tercera época de producción. O, por ejemplo, si una variedad tardía
permite obtener buenos rendimientos en la primera época. Aquí, la prioridad es observar
los rindes. Por otra parte, una segunda investigación enfatiza en el uso de herbicidas,
probando diferentes tipos para el control de malezas, que es uno de los mayores
problemas en el campo. Y, finalmente, el tercer trabajo consiste en la ejecución de
investigaciones por parte de estudiantes dela Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Uno de los trabajos busca probar la productividad de cultivo de las variedades Caete,
Dorada y Valencianita, considerando diferentes tipos de densidad y fertilización.
APLICACIÓN DE HERBICIDAS
De acuerdo a la experiencia con este cultivo, a partir de las tres o cuatro hojas de cebolla
es el momento oportuno para el control de malezas. En estos casos, se recomienda la
aplicación de un herbicida preemergente tres días antes del trasplante. Luego, a los 20
días, se procede a la primera aplicación posemergente, y a otros 20 y 25 días, la segunda
aplicación. Es fundamental hacer dos aplicaciones para un tratamiento más efectivo.
DENSIDAD RECOMENDADA
Los productores tienen en cuenta densidades de plantas que varían entre 20 cm x12
cmy30 cmx8 cm, aunque es recomendable utilizar una densidad de30 cmx12 cm, a fin
de conseguir bulbos más grandes. El distanciamiento deberá ser mayor porque
normalmente las cebollas compiten entre sí y, de estar muy cerca unas de otras, no
tendrán un tamaño uniforme al momento de la cosecha.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
Hay que considerar que la carencia de variedades adaptadas al trópico ocasiona la falta
de cebolla en verano. Sin embargo, podrían establecerse métodos de conservación del
bulbo una vez cosechado. Por otra parte, a fin de lograr mejores rendimientos, el
sistema de riego juega un papel fundamental, de modo de superar las 15 y 18 ton./ha.
Aunque el riego debe ser preciso, no debe superar los niveles hídricos para evitar el
ambiente propicio que favorece la aparición de enfermedades en las plantas.