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OCTUBRE 2014

PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA CON TIC – CLASE 1

Clase 1: Enseñar, una práctica cultural

Invitamos en esta clase a todos los maestros y maestras a pasar de ser observadores de obras
de la cultura, a recrearlas, a emocionarnos, a conversar y a asumir una actitud de lectura de esas
obras. Cuando hablamos de actitud de lectura no solo nos referimos al encuentro con la cultura
letrada, sino a los variados modos de relacionarnos con palabras e imágenes, a los sentidos que
construimos en diálogos interiores y también con otros. En última instancia, a la vitalidad como
enseñantes, hombres y mujeres, de movilizarnos frente a las pequeñas y grandes obras de la cultura.
Desde una producción cinematográfica buscamos desenhebrar algunos hilos tramados en el
título de esta clase, enseñar, una práctica cultural. Así, nos desplazaremos a dialogar sobre la
enseñanza como acontecimiento, para luego acercarnos a los saberes en la contemporaneidad y la
relación con el saber que promovemos en las aulas, y las ideas de mediaciones culturales y procesos
de apropiación. En este sentido, la primera clase condensa el itinerario de trabajo que compartiremos
durante las seis clases del módulo y presenta un recorrido sobre el que volveremos permanentemente,
a modo de brújula. Un recorrido que, llegando al cierre del módulo, buscaremos reconstruir y
resignificar.

Motivos para comenzar a conversar…

Invitamos entonces a entrar en “Cuervos”, uno de los sueños de Akira Kurosawa (Sueños-
Akira Kurosawa), de la mano de un estudiante de artes plásticas que se conmueve en silencio y en
soledad frente a cuadros de van Gogh

Varios son los motivos…el principal, porque queremos compartir con cada maestro y maestra
que cuando enseñamos, es desafío atrevernos a los “mundos posibles” a que abre la imaginación,
como lo ha propuesto sugerentemente Jerome Bruner (1998). Tenemos que permitirnos transitar los
caminos que trazaron los maestros. Tenemos que atrevernos a poner en diálogo la obra con la vida,
como lo hizo el propio van Gogh…Enseñar en parte es la invitación que hacemos a niños y niñas a
entrar en mundos no conocidos, de la mano de maestros.

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"Cuervos"- Sueños de Akira Kurosawa-1990

Foro de presentación
Imaginamos que ya se han encontrado con van Gogh en “Cuervos”, uno de los
sueños de Akira Kurosawa. Proponemos este espacio para presentarnos, contar
brevemente quiénes somos y compartir con el grupo un pequeño texto (no más de
diez líneas) referido a lo que me sugiere el sueño de Kurosawa en relación al tema
que nos convoca: la enseñanza y las TIC como lugar de imaginación para abrir
mundos culturales.
Los/as invitamos a dejarse interpelar y conmover por la ficción de este cineasta y la
obra de van Gogh... Nos estaremos encontrando en este espacio durante la semana.

El sueño “Cuervos” con el que hemos decidido iniciar nuestro recorrido de esta clase –con el
que ojalá ya se hayan encontrado y compartido entre colegas–, decíamos, es invitación a pensar en un
modo de asumir la enseñanza en encuentro con los variados mundos culturales que la virtualidad nos
habilita.
Pensamos la enseñanza como ese acto inventivo de poner a disposición de otros (niños y
niñas, adolescentes, jóvenes y adultos) los saberes culturales y experiencias que creemos vale la pena
compartir en las aulas porque en ellos se condensan saberes y experiencias que hicieron sentido para
nosotros como maestros.

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Dice Philippe Meirieu, pedagogo francés, en el breve y provocativo libro Carta a un joven
profesor. Por qué enseñar hoy: “enseñamos para que los demás vivan la alegría de nuestros propios
descubrimientos (…). Y probablemente, una de las debilidades principales de nuestra condición
humana es la de necesitar, para llevar a cabo esta experiencia, la mediación de un hombre o una
mujer cuyo espíritu se ha adueñado, antes que nosotros, de un objeto de saber, y cuyas palabras nos
lo hacen asequible” (Meirieu, 2005: 31-33).
A través de “Cuervos” –sueño que creemos maravilloso– las y los invitamos a caminar
siguiendo las huellas que el mismo pintor nos deja…es atrevernos a jugar, a ir y venir, entrar y salir,
todo el tiempo, en el doble plano de la producción artística (la obra de van Gogh) y la ficción del
cineasta que ayuda a re-crear con su magia indicios de las que imagina y sueña serían realidades en
las que el pintor se pudo haber inspirado. En un blog muy interesante (“Por amor al arte”), personas de
distintas geografías y lugares del mundo comparten sus miradas y descubrimientos sobre la relación
entre los sueños, el artista, la naturaleza, el tiempo. La idea es que puedan volver a recorrer y disfrutar
algunas de las pinturas de van Gogh que fueron motivo de inspiración para Akira Kurosawa.

Vincent van Gogh, Campo de trigo con cuervos (1890)

Vincent van Gogh, El pintor camino del trabajo (1888)

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Ese doble plano que mezcla todo el tiempo ficción y realidades es el que hoy se habilita
también en la virtualidad, que en este caso nos permite recorrer la obra de un pintor como si
estuviéramos ahí, en su tierra, en su época, en sus mundos. El sueño en el espacio virtual nos
propone un juego. El juego de transitar en la pantalla compartiendo la risa de las lavanderas cuando
advierten que el estudiante busca a alguien que no está en su sano juicio; abriendo la posibilidad de
escuchar y apuntar las palabras del pintor que nos dejan señas, enseña, cuando cuenta cómo y
cuándo pinta; escuchando la llamada a aprender de su acto de pintar de modo urgente, de modo vital,
porque el sol se oculta y porque pintar da sentido a su vida. En síntesis, es invitación a soñar como lo
hizo Kurosawa, que al final del camino –metáfora que insinúa tránsito, recorrido y también el final de
una biografía– van Gogh siguió pintando.

Enseñar, un acontecimiento

Nos inspiramos con Kurosawa y decidimos compartir uno de sus sueños porque desde su
producción artística, que re-lee e interpreta la de otro gran artista, van Gogh, nos convocó a pensar la
enseñanza como un acontecimiento singular donde se produce el entrecruzamiento entre decisiones
más o menos deliberadas y la sorpresa que en el día a día nos depara el encuentro con las infancias
no siempre conocidas, enigmáticas (en sus saberes, en sus deseos, en sus intereses, en sus
búsquedas). La infancia, nos interpela Larrosa, “inquieta la seguridad de nuestros saberes, cuestiona
el poder de nuestras prácticas y abre un vacío en el que se abisma el edificio bien construido de
nuestras instituciones de acogida (…)” (Larrosa, 2000: 166).
En la historia, un acontecimiento es en sí mismo una trama enigmática que debemos poder
comprender y que reúne sujetos, situaciones, prácticas, causalidades múltiples que conoceremos a
posteriori y también incertidumbres y azar.
Algo de este orden ocurre al enseñar. Para que ese acontecimiento ocurra –o como dice
Mireille Cifali, psicoanalista de la Universidad de Ginebra preocupada por la formación docente, para
“reservar un lugar para el acontecimiento, (…) preservar la sorpresa y aceptar el riesgo de un nuevo
fracaso…”– estamos desafiados como maestros y maestras a abandonar las imágenes estereotipadas
de nuestro quehacer, y permitimos que se produzca en nosotros mismos ese momento casi milagroso
de los descubrimientos, la alegría del conocer y compartir con otros el saber y el deseo de saber, no
pre-figurable en un todo y de antemano (Charlot, 2008; Cifali, 2005).
Como advierte Meirieu (ahora en su texto La opción de educar. Ética y pedagogía), educar
sería una tarea simple “si el conjunto de educadores de un sujeto –padres, docentes, amigos, entorno
cultural y mediático– ejerciera de común acuerdo, una influencia homogénea sobre éste” (2001: 75).

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Ese ejercer influencia supone hacerse cargo, también, de las que cada docente ha vivido y procesado.
Supone invitar a niños y niñas a recorrer los caminos abiertos por quienes nos antecedieron y los
propios. En la metáfora del sueño que hemos visto, a lanzarnos por los recovecos que un maestro nos
ofrece.
Al enseñar, nuestros sueños e imaginación se potencian cuando ficciones y realidades se
funden en los múltiples lenguajes que convergen en la virtualidad y se potencian con las posibilidades
que ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación, entendidas como productos sociales
y culturales que inciden y transforman los modos de producción, circulación y recepción de la
información y el conocimiento. Es decir, son resultado de demandas y necesidades de la sociedad que
los crea que propician nuevos modos de percepción y de lenguaje, a nuevas sensibilidades y
escrituras (Martín Barbero, 2001:81).
En este contexto, el acontecimiento de la enseñanza rompe los muros del intenso encuentro
que imaginamos y promovemos en nuestras aulas (esas con mucha historia y altamente familiares) y
se expande y amplifica en otros espacios que incluyendo la virtualidad, son aulas menos conocidas y
frecuentadas, pero que hoy son sin dudas lugar de encuentro.
Invención e incertidumbre son dos rasgos sustantivos de toda práctica de enseñanza, la
definen.
Podemos pensar en ese sentido que hay un doble movimiento al enseñar: como docentes
asumimos el enorme desafío de imaginar cómo convertir los saberes culturales para interpelar y abrir
el deseo de saber, provocaciones al pensamiento y a la búsqueda, y al mismo tiempo, no sabemos
qué nos deparará el minuto a minuto de cada clase, y menos aún hasta dónde llegará ni cuándo
efectivamente inicia, como dice Philip Jackson (2001), nuestra influencia en los estudiantes.
Entonces, habitualmente aprendemos a inventar y movernos en la incertidumbre. ¿Qué ocurre
con esos dos rasgos sustantivos cuando enseñamos incorporando lenguajes y herramientas que
suelen converger en el aula virtual? Los nuevos medios digitales interpelan nuestros saberes,
capacidades y prácticas habituales. No porque como docentes seamos proclives a resistir las
novedades –posición muchas veces deseable cuando estamos frente a imposiciones sin sentido– sino
en tanto sujetos de mundos culturales que han transformado de modo muy acelerado las formas de
creación y circulación de conocimientos y las de intercambio y comunicación entre generaciones.
Cuando deseamos incluir estos medios digitales en nuestras propuestas de enseñanza nos
disponemos en general al aprendizaje instrumental para poder sostener nuestras invenciones. Si bien
el manejo instrumental es necesario para sostener el proyecto, es preciso poner en tensión, correr el
velo de la fascinación y naturalización del uso de las herramientas tecnológicas para habilitar

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experiencias que sin negar la dimensión técnica, logren inscribirlas en una reflexión pedagógico-
política permeable a las transformaciones culturales contemporáneas (Coria, Pacheco, Yazyi, 2012).
Especialmente, abordaremos estos procesos de invención en la elaboración de guiones para la
enseñanza y de análisis de lo incierto en las interacciones en las aulas, en las clases 5 y 6.
Como ya lo anticipamos al iniciar la clase, ahora nos detendremos en otros conceptos que
creemos importantes para comprender la enseñanza como una práctica cultural, que nos ayudarán a
reconocer sus implicancias cuando incorporamos los nuevos medios digitales, y que podremos poner
en uso al volver sobre esta misma clase para pensarla en su modo de construcción didáctica.
Compartiremos (y apoyaremos con una lectura breve pero a la vez profunda) una aproximación al
debate sobre los saberes en la contemporaneidad y la relación con el saber y algunas referencias
sobre las mediaciones culturales y los procesos de apropiación.

Saberes en la contemporaneidad y relación con el saber

zonas de problematización necesarias e


interrelacionadas: necesitamos abrir en nuestras escuelas una reflexión deliberada, voluntaria y
colectiva, sobre los saberes que vale la pena preservar y transmitir, saberes que tienen y hacen
sentido, lo que supone simultáneamente preguntarnos sobre la relación con el saber que se promueve
desde las prácticas de transmisión y los dispositivos que en ellas se despliegan.
Podremos compartir con estudiosos de la cultura que vivimos en un tiempo donde se observan
nuevas formas de interacción con lo simbólico –transformación de saberes, sus condiciones de
producción y formas de transmisión o comunicación–, un tiempo de amplia difusión de conocimientos
simultáneamente con la persistencia de fuertes diferencias en el acceso y formas de uso de las nuevas
tecnologías (brechas digitales) en un marco de tensiones entre lo global y lo local, como el historiador
Roger_Chartier lo advirtiera tempranamente (Chartier, 1999: 223; 2000: 125).
Peter Burke, también historiador, señala ya avanzado el siglo XXI: “El ideal de la ciencia para
todos o el conocimiento para todos no puede aplicarse a la práctica tratando a todo el mundo de la
misma manera” (Burke, 2012: 18). Es preciso una lectura de larga duración para observar la
coexistencia de la “explosión del conocimiento” en la contemporaneidad que sería para el autor una
metáfora que combina la expansión rápida y la fragmentación con la “persistencia de las tradiciones”
que se configuraron y proyectan desde el pasado.

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A propósito de la educación en Francia, Michel de Certeau nos propone pensar que se rompe
el monopolio cultural que detentaba la escuela, con diversos lugares de circulación de saberes y
diversas prácticas de consumo-uso cultural. Señala hacia fines de los ´90: “pueden constatarse
múltiples porosidades culturales, fenómenos de simbiosis con el medio (…) se asiste entonces a una
multilocación de la cultura. Se hace posible mantener numerosos tipos de referencias culturales (…)”
(De Certeau, 1999: 115). Los diferentes lugares culturales representan para el autor una construcción
que da a cada uno un lugar en la autonomía cultural, reconociendo en ellos “un espacio de creatividad
propia”. En ese marco, en EEUU la cuestión de la alfabetización en medios y la pedagogía cultural se
viene planteando también desde fines de los ´90 (Steimberg y Kincheloe, 1997; Burbules y Callister,
2000), en alusión a lugares pedagógicos diversos donde el poder y también la creatividad se organizan
y despliegan: los juguetes, los anuncios, las bibliotecas, los videojuegos, etc.
Se trata en síntesis de fuertes movimientos económicos, políticos, sociales y culturales que
inciden en la configuración de novedosas identidades culturales, nuevas formas de subjetividad, donde
ya se discute la idea de las infancias digitales, la infancia atravesada por los medios modernos –la
televisión, el video, los videojuegos, Internet, los teléfonos celulares y la música popular así como por
la inmensa variedad de mercancías vinculadas a los medios que constituyen la cultura contemporánea
del consumo, en un marco de “convergencia tecnológica”, donde asistiríamos a la “fusión de
tecnologías, formas y prácticas culturales que antes eran independientes, tanto en el punto de
producción como en la recepción” (Buckingham, 2008: 110).
Pero en este mundo tan variopinto, las voces no son equivalentes en la imagen de la
multilocación cultural, como ya lo hemos señalado: persisten desigualdades que se sobre agregan a
las expresiones de la diversidad cultural, diversidad que por cierto debemos poder reconocer, cuidar y
compartir. Trasladado esto al dominio de los saberes culturales de los que son portadores el
curriculum y nuestros niños, debemos admitir que estamos en un mundo de jerarquías, y de las más
variadas formas de antagonismos o rivalidades. Los conflictos de saberes de los que son unos y otros
portadores, los conflictos que giran en torno a saberes (en torno a su producción, a su adquisición),
son conflictos políticos y sociales.
En la escuela, vale la pena preguntarnos sobre la tensión entre los saberes escolares, los
prescriptos y aquellos que circulan en las prácticas, que se supone habilitan futuros en el pasaje del
pasado (la herencia cultural) en el presente, y que deseamos que de ellos se apropien todos los niños
y niñas, y los saberes sociales, producto de las historias de socialización, de las experiencias de vida y
posibilidades de acceso a los mundos culturales. En este sentido, la escuela tiene el desafío de
contribuir a suturar en algo la herida de esas desigualdades, sobre todo en el plano del acceso y
promoción de formas creativas de uso de esos medios digitales, cuya interactividad, posibilidades de

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comunicación y producción a través de múltiples herramientas (páginas web, blogs, foros, redes) no es
comparable con otros medios.
Ahora damos un paso más que liga con nuestras inquietudes iniciales en este punto, y nos
interrogamos: ¿Qué vínculo con los saberes culturales –los escolares y los sociales promovemos en
nuestras aulas? Esta no es una pregunta disociada respecto de la problematización de los saberes en
la contemporaneidad. Es interesante al respecto la reflexión a que nos insta Bernard Charlot (2006)
cuando sostiene la idea que antes que nada hay una relación con el saber, que es a la vez una
relación consigo mismo, con los otros y con el mundo, clave de lo que a diario pasa ante nuestros ojos:
“No hay sujeto de saber y no hay saber más que dentro de una cierta relación con el mundo –que
resulta ser, al mismo tiempo y por ello mismo, una relación con el saber . Esta relación con el mundo
es también relación consigo mismo y relación con los otros. Implica una forma de actividad y,
agregaría, una relación con el lenguaje y una relación con el tiempo” (Charlot, 2006: 103). Y esto
constituiría la experiencia escolar.
Ante la cuestión de la relación con el saber, la pregunta por lo que ocurre con la legitimación y
deslegitimación de los saberes sociales en los marcos escolares es necesaria. No ya en el sentido de
su incorporación como contenido de enseñanza, sino como dato de realidad. ¿Desde dónde aprenden,
interpretan, leen los chicos el mundo? La definición del hombre como sujeto de saber choca con la
pluralidad de relaciones que mantiene con el mundo. La idea de saber misma implicaría para Charlot la
de sujeto, la idea de actividad del sujeto, que va cambiando en el tiempo su relación con el mundo. En
ese sentido, para el autor, si el saber es relación –consigo mismo, con el mundo, con los otros
debemos formar precisamente en el proceso que lleva a alumnos y alumnas a mantener una relación
activa de saber, poniendo así en cuestión la idea de un dominio cerrado de saberes acumulados.
Ese proceso de carácter cognitivo, y también didáctico, proporciona placer pero siempre
implicará para Charlot la renuncia provisoria o profunda a otras formas de relación con el mundo,
consigo mismo y con los otros, y deberemos desde la escuela crear cada vez más y mejores
condiciones para asumir experiencias que habiliten estas novedosas relaciones con el saber cuando
trabajamos con los nuevos medios digitales.
En la virtualidad (que pareciera imponerse como mundo incuestionable) así como en los
soportes impresos, será preciso también plantearnos como sujetos y promover, aún de modo
incipiente en niños y niñas, formas críticas de acceso y relación con el saber. Como dice Buckingham,
“poder preguntar por las fuentes de información, los intereses de quienes la producen y las maneras
en que esa información representa el mundo, y comprender cómo se relacionan los desarrollos y las
posibilidades tecnológicas con fuerzas sociales y económicas más amplias” (2008: 195-196). Tenemos
problemas de confiabilidad y credibilidad en la red. Buckingham retoma a Burbules y Callister quienes

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han sugerido pensar en la necesidad de contribuir a la formación de “hiperlectores”, es decir, ser
capaces de leer de modo selectivo, evaluar, cuestionar críticamente la información en la red.

Proponemos una breve exploración crítica al link Bernard Charlot que remite a lo
construido en la enciclopedia libre Wikipedia en relación con uno de los autores de
base que hemos incorporado en la clase, Bernard Charlot. Aunque no es nuestro
propósito estudiar aquí el modo en que se construye la información en Wikipedia, sus
avatares, sus fortalezas, sus problemas, en el link advertirán ciertas reglas con las
cuales la misma comunidad controla críticamente las entradas y el carácter de la
información, poniendo de relieve que lo elaborado por ejemplo en este link no tiene
suficiente validación.
El mismo ejercicio puede hacerse con el link Jerome Bruner Para ampliar sobre el
tema sugerimos ingresar directamente al link
http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia:Los_cinco_pilares y también al texto de Jordi
Adell, Universitat Jaume I, Wikis en educación (Versión preliminar). En
https://www.google.com.ar/?gws_rd=ssl#q=jordi+adell+wikis+en+educaci%C3%B3n
Consultado el 20 de junio de 2014.

Mediaciones culturales y procesos de apropiación

En este apartado solo nos aproximamos –como asomando a uno de los cuadros de van Gogh
y en perspectiva de la historia cultural, a la cuestión de las mediaciones y los procesos de apropiación.
Es muy difícil imaginar un aula de escuela primaria (invención de la modernidad que perdura en el
presente) sin la presencia de objetos mediadores para la enseñanza, especialmente láminas
(Comenio, 1659 en Aguirre Lora, 1993 a y b; Novoa, 2003; Hamilton, 2003; Feldman, 2010). Es muy
difícil imaginar escenas en el aula donde no observemos acontecimientos de lectura y escritura, y
como su soporte, la materialidad de un libro, una computadora, un e-book o un texto que remite a otro
texto, que remite a otro texto…en el universo hipertextual del aula ampliada al ciberespacio. Es hoy
difícil imaginar el aula de pared de cal y canto sin imaginar a la vez el aula virtual.
En parte, la enseñanza se despliega con esos soportes u objetivaciones culturales. Ellos
presentan importantes variaciones en la historia y muchos sobreviven en las formas de escolarización,

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coexistiendo y superponiéndose con otros en el tiempo, en las paredes, transformándose y
permaneciendo a la vez.
No se trata de un camino evolutivo sin más. Hay grandes saltos o discontinuidades en la
historia, pero estas presencias nos permiten pensar en términos de modos de hacer o prácticas y
ciertas materialidades que se obstinan en retirarse de la vida de nuestras aulas y escuelas. De esta
manera, en los procesos históricos se reconocen emergencias, nuevos significados, valores, nuevas
prácticas y nuevas relaciones que suponen innovación, también se verifican superposiciones,
continuidades, residuales que siguen operando como “efectivos elementos del presente” (Williams,
1980:144).
¿En qué sentido podemos pensar el papel mediador de esas materialidades en los procesos de
apropiación de saberes en nuestras aulas?
Es preciso advertir que las categorías mediación y apropiación se han desarrollado
especialmente en el campo de la psicología socio-histórica –con Vigotsky como la principal referencia
y relecturas discutidas en profundidad en los textos de Daniels (2003) y Baquero (1996)–; en el marco
del enfoque de la historia cultural con el que hemos insistido en esta clase, y en clave estrictamente
pedagógica como la que sugiere Philippe Meirieu.
Daniels recupera la génesis del concepto de mediación, aludiendo a Cole (1996) quien lo
interpreta en el centro de la psicología cultural-histórica de Vigotsky: se trata de un concepto que abre
el camino para el desarrollo de una explicación no determinista donde los mediadores funcionan como
medios por los que el individuo recibe la acción de factores sociales, culturales e históricos y actúa
sobre ellos. En la lectura de Daniels, para Vigotsky hay tres clases de instrumentos mediadores:
instrumentos materiales, instrumentos psicológicos y otros seres humanos (medios mediadores).
Según el autor, en distintos momentos de su obra y distintos seguidores ponen el acento en uno u otro
aspecto: las relaciones sociales, mediaciones de los adultos con los niños, los signos, símbolos,
actividades, sistemas de actividad, prácticas, las obras de arte como artefactos mediadores terciarios.
Para todos los tipos, la idea es que en el curso de la actividad humana el significado se sedimenta,
acumula o deposita en las cosas, por lo cual el artefacto es al mismo tiempo material o ideal.
Elsie Rockwell, en quien nos hemos inspirado y a quien hemos pedido prestada en parte la
idea que encabeza esta clase, en su texto denominado “La lectura como práctica cultural: conceptos
para el estudio de los libros escolares” (que invitamos a recorrer como lectura ampliatoria de esta
clase), retoma a Roger Chartier y Michel de Certeau para referir a las maneras de leer, a las figuras o
formas de leer, donde se alude a la doble historización necesaria en relación con los libros de textos:
sus soportes, su materialidad, y las prácticas de lectura que se despliegan en el espacio escolar. La
idea de práctica cultural liga con la de espacio intersubjetivo, construido históricamente, donde se

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comparten dispositivos, significados culturales, comportamientos, en torno al acto de leer. En definitiva,
se construye una relación con la cultura escrita bajo diferentes protocolos o formatos dominantes en la
escuela.
Rockwell retrabaja a Chartier para referir al concepto de apropiación como “pluralidad de usos,
multiplicidad de interpretaciones, diversidad de comprensión de los textos”. La apropiación tiene sus
límites pero es al mismo tiempo una producción inventiva, una forma de construcción creadora del
sentido. De Certeau amplía la noción de apropiación incorporando las nociones de estrategia y táctica.
La multiplicidad de tácticas o usos subvierte el orden establecido en la escuela, subvierte la aparente
uniformidad de sus contenidos y formas.
Ya en clave pedagógica, Philippe Meirieu nos conduce a la idea de mediación en su doble
acepción: “es a la vez aquello que reúne y aquello que separa, lo que asocia y lo que permite
separarse, lo que une y lo que permite moverse gracias al punto de apoyo que provee. La mediación,
sin embargo, es también lo que debe permitir desatar, y aquí es donde está el problema. Transmitir un
saber necesario pero que se sabe provisional, o al menos, superable…jugar un papel esencial e
incluso irremplazable, pero aceptar e incluso reivindicar que un día llegue el abandono…porque esta
es la condición paradójica de nuestro éxito…” (Meirieu, 2001: 125).
Y nos interpela: a los medios hay que “interrogarlos doblemente –como a los métodos
pedagógicos– bajo el ángulo de su eficacia didáctica y bajo el de la determinación ética que lleva
consigo” (Meirieu, 2001:134-135).

Volver al sueño, para seguir conversando…

Las transformaciones culturales contemporáneas proponen una mirada compleja en relación


con la enseñanza, práctica en la que deberíamos poder incluir producciones (propias o prestadas)
donde se articulen diversidad de lenguajes, y se asuma como un propósito central amplificar mundos
culturales. Como formas objetivadas de la cultura, los libros, los nuevos medios digitales y las
tecnologías de la información y la comunicación constituyen sistemas simbólicos también complejos,
parte importante de esa “caja de herramientas” que constituye la cultura, como señala Jerome Bruner
en el ya clásico libro La educación, puerta de la cultura (Bruner, 1997; Coria, 2003, 2011).
Esta idea exige superar como decíamos anteriormente una visión artefactual y restringida de lo
tecnológico y demanda a su vez pensar en quienes aprenden desde una perspectiva socio-cultural.
Pensar que “... las obras y las obras en preparación crean en un grupo formas compartidas y
negociables de pensar”, facilitan o hacen más accesibles los esfuerzos reflexivos, permiten abrir el
paso a las mejores tradiciones compartidas de una cultura, permitirían ayudar a inventar tradiciones.

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(Bruner, 1997: 41-43). Sin embargo, ya Chartier escribía que seguimos vinculados al texto escrito
como pocas veces antes en la historia de la humanidad. Basta con observar el peso de la industria
editorial de una parte, como de la cultura textual que aún persiste en el formato del correo electrónico o
del hipertexto, a pesar que se modifique el soporte (de papel impreso al dominio informático).
La enseñanza implica un proceso de transformaciones sucesivas de los saberes culturales en
varios niveles (desde el curriculum oficial y los manuales escolares hasta los programas docentes),
proceso que también incluye el tratamiento especializado de sus múltiples productos. La escolarización
de la riqueza y variedad de relatos y visiones de mundo que circulan en producciones como revistas,
películas, textos literarios, fotografías de fragmentos de historia, supone una perspectiva educativa que
imagina a la escuela como un escenario y caja de resonancia de los procesos y objetos con los cuales
los sujetos nos vinculamos y a la vez constituimos en interacciones múltiples en la vida cotidiana.
Entrar y ayudar a entrar a producciones culturales como nuestro sueño, ricas en sus contenidos
y simbolizaciones, es contribuir a que la escuela salga y se encuentre con la vida (en los museos o en
la urdimbre urbana) en la búsqueda de superar el encapsulamiento en los procesos de escolarización.
Sin embargo, no se trata sólo de postular esa necesidad de apertura para dotar a esas experiencias de
valor educativo. Será un desafío construir itinerarios didácticos que contribuyan a re-crear (aún con
límites) el placer del goce estético, la manipulación activa, el descubrimiento, la crítica, la creación de
sentidos que niños y niñas, adolescentes y jóvenes despliegan de modo espontáneo fuera de la
escuela.
Dado que en esa espontaneidad también se condensan formas ritualizadas y canónicas de la
cultura (Bruner, 1997), modos de percibir la realidad a través de clasificaciones heredadas, en
definitiva, la imposición de ciertos patrones de consumo en la determinación de los intereses en la
infancia, se tratará al mismo tiempo de abrir la escena cotidiana de las aulas a una mirada capaz de
interrogar y favorecer la re-interpretación crítica de las formas estereotipadas que suelen plasmarse en
el imaginario de niños y jóvenes, y en el nuestro propio.
Vale también retomar en este momento las palabras de Edith Litwin en El oficio de enseñar
(2008): “Hay momentos en las aulas en que se nos mezclan próceres de la patria –en cuadros o
láminas irreconocibles con carteles con los que pretendemos ayudar a resolver errores comunes, las
producciones de los estudiantes, las frases que consideramos de valor moral, los mapas que permiten
reconstruir los espacios geográficos. Nada se descuelga y todo se superpone. Es difícil que podamos
pensar en ese espacio abigarrado como espacio estético. Necesitamos reconocer el sentido con el que
colgamos y también identificar los momentos oportunos para descolgar. El espacio del aula es también
un espacio pedagógico y laborioso, en tanto vuelve a colocar en el centro del debate la preocupación
de los docentes sobre lo que seleccionan y jerarquizan, entendiendo que las formas de enseñanza

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ocupan todos los espacios posibles, incluso las paredes, los pupitres, los patios, el pasillo,
integrándose en un todo que le dé sentido a cada una de las acciones que transcurren en las aulas”
(Litwin, 2008: 135-136).

Actividades
La primera actividad que proponemos en este recorrido que iniciamos consiste en el análisis
de un caso de enseñanza que incluye distintos modos y recursos para acercar a los niños a la
comprensión del pasado reciente.
Se trata de explorar materiales producidos en distintos momentos por el Ministerio de
Educación de la Nación, con el objetivo de reconocer el valor de producciones y prácticas culturales
como mediaciones para promover la apropiación de saberes: un cuento que pertenece a nuestro
acervo de literatura infantil, el acto de contar un cuento, y en especial por Abuelas de Plaza de Mayo.

Las ABUELAS nos cuentan


Abordamos un tema que habitualmente se incluye en la enseñanza de las ciencias sociales,
pero que nos convoca a todos, pues el 24 de marzo de 1976 se establece por Ley 26.085 como Día
Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia, a propósito de cumplirse un aniversario cada año del
golpe de estado más sangriento que viviera la Argentina (para ampliar puede consultarse Historia de
un país- Capitulo 21).
Nos aproximaremos así a través de variadas formas de acceso a un tema delicado, complejo,
de difícil tratamiento en las aulas, que desafía nuestra imaginación y nos convoca a conocer en
profundidad nuestro pasado reciente. Para ello seleccionamos distintas producciones disponibles hoy
en portales educativos del Estado, en un canal público y en muchas escuelas del país en materiales en
soporte papel.

"Las ABUELAS nos cuentan" fue una iniciativa del Ministerio de Educación de la Nación llevada
a cabo en el año 2006, a 30 años del Golpe de Estado. Se trató de un proyecto colectivo en el que
participaron referentes del Ministerio y de la Organización Abuelas de Plaza de Mayo. Coordinado por
Mariana Moragues (MECyT) e Irene Strauss (Abuelas de Plaza de Mayo), fue desarrollado por Marina
Cortés y Adela Coria (Áreas Curriculares); Julieta Albrieu y Luciana Pampuro (Equipo Técnico de
apoyo). El Cuadernillo para docentes en su primera edición fue elaborado por Alejandra Saguier.
Tramando distintas voces y experiencias, se construyó la idea que el mejor modo de acercar a los
niños a la comprensión del pasado reciente y de ABUELAS como un símbolo de lucha por la identidad,
la memoria, y la justicia, era de la mano de las ABUELAS eligiendo y narrando los cuentos que hoy le
contarían a sus nietos -algunos prohibidos en 1976- recuperando también la voz de sus autores.

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Esta iniciativa es retomada actualmente por el Ministerio de Educación y Abuelas de Plaza de
Mayo en una re-edición ampliada que se encuentra disponible en http://www.planlectura.educ.ar/las-
abuelas-nos-cuentan/src/placas/principal.html.
Allí encontrarán el cuento de Elsa Borneman, Un elefante ocupa mucho espacio, uno de los
tantos cuentos prohibidos durante la Dictadura. También, en el Canal Paka Paka encontrarán una
escena de lectura en la que Estela de Carlotto, Presidenta de la Organización de Derechos Humanos
Abuelas de Plaza de Mayo, cuenta precisamente un breve tramo de ese cuento

Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=GdkqQJzjt0w

Les proponemos varias tareas que nos permitirán a todos participar en nuestro primer Foro de
intercambio; “Las abuelas nos cuentan”. Sugerimos que lean previamente todas las consignas así
tienen una visión de conjunto de esas tareas. Tengan presente que no suponen una secuencia en
sentido estricto, aunque hemos imaginado como verán cierto recorrido….

1. Incursionar en el material que hemos presentado (el cuadernillo para los docentes, el video, el
cuento); explorarlo en sus distintas aristas, en sus fundamentos y en las propuestas escolares y
actividades que incluye. Sugerimos ir tomando notas sobre aspectos más destacados que
fundamentan la propuesta general.

2. A partir de esa exploración, imaginamos que podrán poner en contexto y comprender el sentido
de la actividad escolar que sugiere que las Abuelas —una Abuela de Plaza de Mayo, en este
caso Estela de Carlotto— seleccionen y lean un cuento —el cuento de Elsa Borneman— en la
escuela o en un Canal Público como Paka Paka. Es muy importante detenerse en ciertos
indicios del sentido general de la propuesta, como pueden ser consigna/s de tarea, los

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materiales que incluye (cuento de Elsa Borneman), quiénes cuentan (por ejemplo, el escritor
Gustavo Roldán), el modo de abordarlo en su puesta en acto.

3. Con ese material en mano, proponemos dar un paso más y analizar algunos aspectos de la
propuesta pedagógica utilizando como herramientas los aportes conceptuales brindados en la
clase y en la bibliografía ampliatoria del texto de Elsie Rockwell, “La lectura como práctica
cultural” (disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/298/29827102.pdf), que imaginamos ya han
leído (y si no, deberán leer para avanzar en esta actividad).

4. Ya con la exploración para contextualizar la propuesta escolar de Las abuelas… y las lecturas
conceptuales, proponemos que reflexionen en torno de los conceptos de apropiación,
acontecimiento y mediación para mirar y analizar alguno de los siguientes ejes:

 El tipo de decisiones didácticas deliberadas (en particular las consignas y materiales


implicados) y el modo en que pueden tramarse con la sorpresa en su despliegue en las
prácticas. Se sugiere atender especialmente a las imágenes de infancia en que se sostiene, y
cómo intervienen en la propuesta seleccionada las ideas de invención e incertidumbre como
rasgos definitorios de las prácticas de enseñanza en contextos virtuales y no virtuales.

 La tensión entre los saberes escolares –los prescriptos y aquellos que circulan en las
prácticas– y los saberes sociales, producto de las historias de socialización, de las experiencias
de vida y posibilidades de acceso de niños y niñas a temas complejos de la historia reciente.
También será de interés analizar en la propuesta pedagógica seleccionada la integración de
tecnologías en la enseñanza para acompañar a chicos y chicas en la comprensión de ese
pasado reciente.

 El papel mediador de las materialidades (que supone poner a disposición una producción
cultural como un cuento); en los procesos mediadores que habilitan los medios; en el lugar de
mediación de maestros y maestras y otros adultos; y en las prácticas de lectura que se
posibilitan, abriendo u obturando procesos de apropiación de saberes en nuestras aulas,
prácticas pensadas en clave socio-histórica y cultural.

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Foro de intercambio (obligatorio)
La actividad consiste en el análisis de un caso de enseñanza que incluye distintos
recursos para acercar a los niños a la comprensión del pasado reciente. Las
producciones audiovisuales y escritas que invitamos a ver, leer y escuchar, son las
siguientes:
 El cuento de Elsa Bornemann: Un elefante ocupa mucho espacio.
 Un video del Canal Paka Paka que muestra una escena de lectura en la que
Estela de Carlotto lee para un grupo de chicos un breve tramo de ese cuento.
 La edición ampliada del material para docentes elaborada por el Ministerio de
Educación y Abuelas de Plaza de Mayo.
Les proponemos que, luego de leer la Clase 1 y el texto de Elsie Rockwell, transiten
por los diferentes recursos sugeridos, teniendo en cuenta las consignas que se
proponen en las “actividades” de esta clase.
Queda abierto este foro para que vayamos intercambiando preguntas, comentarios,
descubrimientos y primeras aproximaciones durante el análisis del material, lo cual
nos permitirá pensar ejes transversales que serán retomados a lo largo de la materia
y en el Trabajo Final. Nos encontramos durante una semana que será muy intensa,
¡no dejen de ingresar al aula en esta primera semana!

Más adelante, luego de la lectura de la Clase 2 (la próxima semana), los invitaremos
a enriquecer este análisis entramando el concepto de experiencia que deja huellas. A
partir de distintos indicios presentes en la propuesta elaborada por el Ministerio de
Educación de la Nación, la idea es reflexionar acerca de qué tipo de experiencia
puede habilitar este material que intenta acercar a los niños a la comprensión del
pasado reciente.

Criterios de evaluación (¿Qué tendremos en cuenta a la hora de evaluar?)

 Queremos compartir los criterios de evaluación que les van a permitir conocer qué se espera
de su participación en el Foro (obligatorio): “Las abuelas nos cuentan”. Al pensar en sus
intervenciones, les sugerimos prestar especial atención a los siguientes aspectos:

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 Será importante relacionar la propuesta pedagógica “Las abuelas nos cuentan” con alguno de
los ejes que se desarrollan en la Clase 1 (los conceptos de apropiación, acontecimiento y
mediación permitirán mirar y analizar esos ejes en la propuesta seleccionada).
 Se valorará especialmente la forma en que logran entramarse algunas relaciones.
 Se podrá incluir una reflexión personal sobre las formas de enseñanza del pasado reciente, a
partir de recuperar diferentes producciones culturales y audiovisuales.
 Las intervenciones en el foro deberán ser breves (no más de 15/20 líneas). Podrán participar
varias veces en este foro, se espera que puedan dialogar con los aportes de sus compañeros y
tutor/a.

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Autora: Adela Coria
Colaboradoras: Paula Basel y Mariana Palmero

Cómo citar este texto:


Coria, Adela (2014) Clase Nro 1: La enseñanza: una práctica cultural. Módulo: Prácticas de enseñanza con TIC.
Especialización docente de nivel superior en Educación Primaria y TIC. Buenos Aires: Ministerio de Educación de la
Nación.

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