A continuación exponemos en diferentes aspectos de
interés, algunas normas de comportamiento que debe interiorizar y asumir el psicólogo que ame y respete su profesión.
El psicólogo como profesional
competente: - Cuidar la comunicación escrita que se emite a otros profesionales. - Abstenerse de cometer intrusismo profesional. - Reconocer la incompetencia ante ciertos casos y acudir a fuentes autorizadas. - No emitir diagnósticos de forma apresurada. - Perfeccionar sus conocimientos en el perfil ocupacional en que se desarrolle. - Actualizarse constantemente en teorías y técnicas psicológicas.
El psicólogo como investigador:
- Cuidar la absoluta privacidad en las intervenciones. - Utilizar los resultados únicamente con fines investigativos. - Ceñirse a los resultados obtenidos y no falsearlos. - No apropiarse de los resultados de otros investigadores. - Aplicar siempre el consentimiento informado. - Contar con la autorización de los Comités de Ética.
El psicólogo como figura pública:
- Mantener una conducta moral y social ajustada. - Actuar en consecuencia con el modelo de conducta que representa. - Mostrar carácter afable y habilidades comunicativas. - No criticar a los colegas en público. - Mantener buenas relaciones interpersonales. - Tener presencia física agradable. El psicólogo como guardián del secreto profesional: - Violar el secreto solo ante inminentes daños para el paciente u otras personas. - Solicitar autorización del paciente para divulgar sus datos a otros profesionales con fines justificados desde el punto de vista científico. - Limitar el acceso a la historia clínica y otros documentos legales del paciente. - Utilizar los resultados de la evaluación psicológica solamente con el paciente y para su terapéutica. - No comentar las confidencias del paciente con la pareja, con familiares o amigos. - Ganarse la confianza del paciente dándole seguridad en su discreción.
El psicólogo frente al paciente como ser autónomo:
- Acatar las decisiones del paciente con el conocimiento de las causas y consecuencias de su conducta. - Tener en cuenta la edad y la integridad física del paciente para solicitar su consentimiento informado. - Respetar el derecho del paciente a recibir explicación sobre procederes diagnósticos o terapéuticos a emplear. - Permitir que el paciente escoja a su terapeuta y se mantenga con el hasta que lo decida. - Respetar el derecho del paciente a decidir su participación en las investigaciones. - Solicitar la aprobación del paciente para introducir en la consulta a otros profesionales o estudiantes. El psicólogo frente a dilemas éticos en situaciones límites: - Pensar siempre en hacer el bien al paciente y a su familia. - Servir de apoyo moral y psicológico al paciente y a su familia. - Prepararse para aconsejar la mejor solución y con el lenguaje más discreto y preciso. - Precisar el momento justo y la persona indicada para ofrecer una información difícil de aceptar. - Analizar con cuidado las figuras implicadas, adecuando según el rol que asumirá cada una, la información que necesita. - Respetar el derecho al conocimiento de la verdad pero ajustándolo a la edad, personalidad y estado emocional del paciente o familiar. LA ÉTICA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL DEL PSICÓLOGO La Psicología debe estar al servicio y no al uso de la comunidad humana; esta demanda del psicólogo una actitud de honestidad y respeto consigo mismo y con los demás. Herrera y Lichrszajn (1979) toman el modelo existente sobre normas éticas de los psicólogos, publicadas por la American Psychological Association en 1967, con el fin de discutir algunos casos concretos de supuestas violaciones a dicho modelo, que comprende 19 áreas, de las que se presenta un breve resumen: • Responsabilidad. Incurre en ella el psicólogo que trata de modificar el comportamiento de un cliente, de una manera distinta de lo que piensa o desea. • Competencia. No seguir estudiando, no actualizarse, particularmente respecto a tendencias psicológicas a las cuales no se les tiene simpatía. • Normas legales y morales. El psicólogo que prescribe, o expresa opinión en contra o abiertamente en pro de alguna norma sostenida por un credo religioso, de una ley civil o penal. • Tergiversación de la información sobre sí mismo. Los psicólogos que anotan en su currículo vitae: Doctor, sin haber obtenido el grado. Profesores o instituciones universitarios que otorgan grado a alumnos que padecen obvios trastornos psicológicos. • Declaraciones Públicas. Expresar actitudes y opiniones destructivas ante corrientes que se consideran antagónicas a la propia. • Confidencialidad. Psicólogos y catedráticos que presentan casos en el salón de clases, sin cuidar la identidad ni el respeto por el cliente. En reuniones sociales, el psicólogo que habla sobre sus clientes. • Intereses de Clientes. Un psicólogo del trabajo sabe por el propio candidato algo que puede impedirle el ingreso a una organización, y lo informa porque tiene instrucciones del patrón de comunicarle toda clase de información. • Relaciones con clientes. Un psicólogo mantiene una relación muy íntima con sus clientes en tratamiento, fuera del consultorio. • Servicios Impersonales. Un psicólogo contesta cartas en periódicos, de gente que le consulta sus problemas. • Publicidad sobre servicios. Un psicólogo se anuncia en el periódico, listando todo lo que cura. • Relaciones Interpersonales. Un psicólogo acepta tratar a una persona que actualmente está en tratamiento con otro colega, sin comunicarse con él. Un psicólogo habla al paciente sobre la calidad del trabajo de otros colegas, en términos derogatorios y de calumnia. • Honorarios. Un psicólogo sugiere a las personas que atiende en una institución donde presta sus servicios, que lo vean en lo privado, cobrándoles por este servicio. • Protección de los test. Una empresa que vende test en forma indiscriminada. El Psicólogo hace del conocimiento del público el contenido de los test psicológicos. • Interpretación de los test. Un psicólogo hace estudios psicológicos sin conocer ni la confiabilidad ni la validez de sus instrumentos. • Publicación de los test. El psicólogo publica una prueba sin especificar su diseño, población a la que va dirigida, limitaciones, etc. • Precauciones en la investigación. Los sujetos no son respetados, al grado de abusar de ellos en investigaciones de laboratorio; el uso de drogas, aún con las debidas precauciones. • Créditos en las publicaciones. Un investigador publica resultados de sus trabajos, sin mencionar a sus colaboradores; publica o cita como propios datos de otros investigadores. • Responsabilidad hacia la organización. Un catedrático que se ostenta como tal sin cumplir con la institución para la que trabaja y hace uso de su cargo para fines personales. • Actividades promocionales. El catedrático asigna y obliga al alumno a comprar el libro del que es autor, con fines de lucro.
Lafarga (1979) considera algunas sugerencias
ideales para la formulación de un código ético para el psicólogo. • El psicólogo es un científico, un técnico, un profesional de la promoción del comportamiento, pero es ante todo un hombre, una persona, que crece y se desarrolla en un país rico en reservas humanas y en recursos naturales, pero víctima de tensiones. • Es ante todo un ser humano, genuinamente interesado en su propio desarrollo y en el crecimiento armónico e integral del individuo y de sus grupos. • Valora la honradez y la sinceridad como actividades personales y como método de trabajo. • Es capaz de establecer relaciones interpersonales cálidas y profundas, y de contraer compromisos estables. • Está suficientemente preparado como científico y como técnico y valora la actualización constante, trabaja con seriedad sobre hipótesis corroborables por la práctica y la experimentación. • Mantiene una actitud abierta a todas las corrientes. • Es científico por el cuidado de sus observaciones y registros, por la claridad en la formulación de hipótesis explicativas y por la metodología rigurosa para poner las hipótesis a prueba y no derivar conclusiones que generalicen más allá de lo que permitan los fenómenos observados. • Valora la confidencialidad y el respeto por la información personal recibida de su clientela. • No hace del lucro exagerado un objetivo profesional. • Está abierto al cambio social y está consciente que él es un factor de cambio social. El departamento de psicología de la Universidad Iberoamericana publicó un folleto con las normas éticas para el psicólogo que se trascribe a continuación tal como se ha publicado.
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