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Uno de los sectores más afectados por la pandemia que ha generado el covid-19

ha sido, sin lugar a dudas, el sector de las artes escénicas, porque su naturaleza
implica definitivamente la corporalidad, la presencia física, la interacción e
implicación de ese territorio de expresión, emociones y energías que es el cuerpo.

En este preciso momento de distanciamiento físico en donde se hace realmente


notorio el valor que representa la música, el arte, el cine, la literatura, la danza,
teatro, en fin, todas las disciplinas de contenido cultural a las que la población
alrededor del mundo recurre buscando calmar la ansiedad, liberar el estrés
provocado por el confinamiento y buscando ese efecto calmante y de relajación
que produce la cultura en los seres humanos.

Todos aquellos artistas independientes, todas las personas que han trabajado en
el mundo de la actuación, de la música y la danza, o en el circo dondequiera que
hayan estado, detrás o encima del escenario, sin un empleo permanente, que
vivían de contratos temporales, artistas invitados o tarifas nocturnas, han perdido
su sustento de la noche a la mañana.

El canto sufrió las primeras consideraciones de riesgo ante los mecanismos de


contagios, debió a las emisiones vocales y fueron los primeros en cancelar
presentaciones y mega conciertos, tanto de artistas, como sinfónicas. Muchos
dicen que la música nunca será la misma interpretada en vivo que en
grabaciones; sin embargo, los músicos han tenido una búsqueda constante y
eficaz en el plano tecnológico que ha beneficiado a muchos artistas hasta los días
de hoy y sin lugar a dudas será después de la pandemia.

Desde salas de conciertos vacías podemos darnos cuenta que comenzó a surgir
nuevas ideas que antes ni se habían pensado y que ahora resulta imprescindible
implementarlas llegando fugazmente a la industria del canto, estas son como
utilizar las plataformas digitales que se han convertido en el nuevo medio de
distribución y consumo de tantos artistas.

Las plataformas de streaming entre otros proveedores de servicios digitales han


apoyado a la comunidad artística que más gente los conozca, debido a que
muchas familias están encerradas en casas y definitivamente está comprobado
que la música los ha ayudado a salir de estados depresivos y agobiantes que han
estado muy presentes en esta pandemia. Artistas, fans y muchos otros han
publicado mensajes de apoyo en redes sociales para alentar a comprar discos en
las tiendas online de música durante la crisis, y para destacar el papel vital que
éstas desempeñan en la comunidad. Diversas asociaciones han hecho llamados a
los medios de comunicación para que fomenten los artistas locales y la música
producida por sellos independientes locales en sus emisoras Chilenas.

Los conciertos vía Zoom con valores agregados de intimidad y conciertos vía
online, que impulsan experiencias personalizadas de interacción artista-fan. Están
entregando nuevas alternativas que pueden ayudar a adaptarse de manera
efectiva a tantos artistas a este cambio que les tocó sin estar preparados.

Ahora si hablamos de los conciertos con más afluencia de gente se comenzaran a


incluir montajes de módulos separados por rejas, con mesas y sillas para un
máximo de 10 personas cada uno, todos los asistentes deberán usar mascarillas y
someterse en el ingreso a un proceso de toma de temperatura, tanto técnicos y el
personal de servicios y seguridad deberán certificar examen PCR negativo antes
del evento. Bastantes medidas que se comenzaran a efectuar para enfrentar esta
nueva realidad en la música, lo que cada artista ha manifestado estar de acuerdo
para iniciar sus actividades.

Otra área muy golpeada por la pandemia es el teatro, que incluye la danza y la
actuación, tantas cancelaciones de festivales, obras, ferias, este cierre del telón
fue inevitable, pero no así las ganas de buscar otras alternativas para entregar sus
creaciones permitiendo que tantos artistas se reinventen. Primero surgieron las
plataformas online, especialmente vía videoconferencias, las que también han
servido como escenario de nuevas formas de hacer teatro.

Hay muchas iniciativas de hacer teatro en Zoom. Además de diversas páginas


web que han permitido dar cabida a las obras para que lleguen a la gente en sus
hogares, estos proyectos que se han adaptado sus obras a las plataformas, los
mismos actores han sacado provecho de esta idea para seguir más adelante a
implantarla de una mejor forma. Se puede experimentar más con el movimiento,
los distintos encuadres y otros elementos. En general las obras presentadas a
través de estas plataformas han tenido una buena recepción del público, es una
forma de mantenerse activos, de llegar a la gente.

El éxito del formato se explica al menos desde dos perspectivas: como una
manera de ofrecer al público nuevos contenidos para consumir desde casa, y
como una oportunidad de trabajo para los actores.

Aunque la experiencia online es completamente diferente a la del teatro


tradicional, hay algo en lo que coinciden. Es que la obra se desarrolla en el mismo
tiempo, en vivo. Y como ya nos acostumbramos a hablar con nuestros seres
queridos por la pantalla, se nos hace natural ver a los actores así, en presente por
la pantalla y luego poder hablar con ellos. Esa parte es muy importante en el
espectáculo. Si bien hacer teatro a través de Zoom partió como una solución
temporal frente a la emergencia, hoy es una alternativa que no se descarta una
vez que las salas vuelvan a abrir. El principal motivo es la conexión que se logra
con el público, a pesar de la distancia, a un solo clic.

Se considera que esta metodología podría continuar de forma paralela a las


funciones presenciales. Se puede considerar que el teatro con los actores en el
escenario y el público aplaudiendo, no va a desaparecer aunque estemos en
pandemia.

Estas plataformas llegaron para quedarse, como el virus, sobre todo la proyección
del teatro por Zoom, cuando tras la pandemia las salas vuelvan a subir el telón,
que ya está ocurriendo, pero con medidas de distancia y cantidad limite de
personas en las salas.

Los y las trabajadores de las artes y la cultura tienen a su favor una enorme
capacidad de imaginación, experimentación e invención, que se potencia
notablemente en situaciones críticas como la que estamos atravesando. Es
fundamental que, como sociedad, comprendamos la importancia de esa
capacidad y de los potenciales alcances de su contribución en la búsqueda
de formas de ser y estar en el mundo, tanto en el marco de esta emergencia
como del nuevo mundo que se está gestando. Desde luego, es también
necesario que, como sociedad, aportemos al menos lo mínimo necesario
para dotar de bases materiales a los y las trabajadores del arte para
continuar realizando esa necesaria labor.

Si hay un aspecto positivo de esta crisis, es que ha dejado latente en las artes
escénicas es el valor de trabajar unidos y asociarse para tener una voz común y
una interlocución directa con los gobiernos y otras entidades para reclamar ayudas
y medidas adecuadas para el sector de las artes que tan abandona estaba antes
de la crisis y ahora aun más. Porque más que reinventarse necesita medios
económicos para implementar estas medidas tan necesarias para seguir activos
para que la cultura nacional no muera junto a esta pandemia.

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