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Este documento discute cómo la pandemia de COVID-19 ha afectado la economía, el arte y la cultura. Las cuarentenas han paralizado la actividad económica y social, y han obligado a cancelar eventos culturales como conciertos, obras de teatro y exhibiciones en museos. Los artistas aún pueden crear durante este tiempo, aprovechando las emociones generadas por la pandemia como inspiración. El teatro en línea u obras grabadas en video pueden permitir que el arte continúe compartiéndose a través de la te
Descripción original:
Ensayo Reflexivo
Título original
No solo la Economía, sino el Arte y la Cultura en esta Pandemia Mundial.
Este documento discute cómo la pandemia de COVID-19 ha afectado la economía, el arte y la cultura. Las cuarentenas han paralizado la actividad económica y social, y han obligado a cancelar eventos culturales como conciertos, obras de teatro y exhibiciones en museos. Los artistas aún pueden crear durante este tiempo, aprovechando las emociones generadas por la pandemia como inspiración. El teatro en línea u obras grabadas en video pueden permitir que el arte continúe compartiéndose a través de la te
Este documento discute cómo la pandemia de COVID-19 ha afectado la economía, el arte y la cultura. Las cuarentenas han paralizado la actividad económica y social, y han obligado a cancelar eventos culturales como conciertos, obras de teatro y exhibiciones en museos. Los artistas aún pueden crear durante este tiempo, aprovechando las emociones generadas por la pandemia como inspiración. El teatro en línea u obras grabadas en video pueden permitir que el arte continúe compartiéndose a través de la te
No solo la Economía, sino el Arte y la Cultura en esta Pandemia Mundial.
La tierra se ha puesto en pausa en repetidos momentos a lo largo de la historia,
muchas veces a raíz de las pandemias que aparecieron con la aglomeración de las personas en grandes ciudades viéndose interrumpidas de modo destructivo los funcionamientos regulares de las actividades usuales ejercidas por los pobladores de los territorios en las que se desarrollaron, dejando a su paso y gravemente enfermos a hombres, mujeres y niños produciendo la inevitable muerte, también en reiteradas veces ciertas enfermedades letales suelen aparecer por causa del traslado de personas de un lado a otro sin saber que en su sistema alberga una bacteria, la cual estando en un lugar climatológico desconocido, el agente infeccioso puede reaccionar dentro del organismo con el pasar de los días en una mutación nada favorable, esa persona que lo posee, se lo transmite a otro convirtiéndose en una cadena de contagio mortal; en los centros de salud los doctores comienzan a registrar una sintomatología poco habitual en los individuos infectados, un margen más arriba que el día anterior y la información empieza a presentarse como principal titular en las noticias, cada vez más, hasta que llega la fecha en que la Organización Mundial de la Salud declara públicamente el padecimiento como pandemia debido a su extensión, así, fue declarado el COVID-19 (nombre asignado por la misma institución) el 11 de febrero del presente año y que ahora el 97% de los países se encuentran siendo víctimas de un mal invisible. Los entes gubernamentales de cada nación deciden tomar como medida provisoria ante el brote descontrolado de este virus (en el que quedan expedidos tanto al personal de salud y funcionarios estatales como militares y policías) una cuarentena social en la cual se aconseja solo salir de casa si es estrictamente necesario, también se incluyen otras medidas como lavar la ropa apenas se llegue a nuestros hogares en caso de haber estado fuera de ella, el uso obligatorio de tapabocas, no tocar el rostro con las manos y estar en constante aseo de las mismas lavándolas con agua y jabón, estas medidas deben ser acatadas responsablemente por cada uno de los ciudadanos para así intentar aligerar el proceso de infección ya que de lo contrario al no ejercerse, el impacto de la crisis sanitaria sería mucho peor. Es innegable que esta cuarentena paraliza otros aspectos en la vida de los individuos, por ejemplo, al estar encerrados en sus hogares, sin asistir a sus espacios laborales no generan la adquisición monetaria necesaria para el acceso de productos como alimentos, artículos de higiene personal y medicamentos a excepción de aquellos que trabajen en tiendas donde se ofrezcan estos artículos de primera necesidad (y unos que otros restaurantes que poco a poco terminan cerrando sus locales en el que no se toman en cuenta ni siquiera los pedidos a domicilio) en sí, la actividad económica de todos los sectores se detiene. Las circunstancias ocasionan que el desenvolvimiento de las relaciones sociales se haya tornado distante, evitando a toda costa por miedo a contaminarse el contacto con otras personas y aquello de lo que se solían disfrutar se desfigura considerándose como armas a los besos, los abrazos, las reuniones entre familiares y amigos, capaces de originar que más personas estén internas en los hospitales luchando por respirar. Por supuesto es importante tratar el tema del arte y cultura que ya desde antes no marchaba correctamente por diversos motivos que son de conocimiento de todos aquellos inmersos en este ambiente: la convaleciente gestión del Ministerio de Cultura, el poco presupuesto que se le destina desde hace años, los pocos funcionarios, infraestructura y estímulos con los que cuenta, y la pandemia deja en evidencia esta fragilidad. La producción audiovisual o el negocio editorial en cualquiera de sus fases están siendo arrinconados en estos tiempos tan difíciles. Las industrias de entretenimiento públicas, privadas y las que viven de la autogestión encargadas del arte en vivo se han visto en la obligación de la cancelación de actividades en los espacios propicios para su difusión como son los museos de exposición de artes gráficas, pinturas y esculturas, bibliotecas, espacios para encuentros y concursos de poesía, salas de conciertos, de cine y teatro para frenar la aglomeración de personas. En el área que me desenvuelvo que es la actuación al igual que en todos los teatros a nivel mundial, los grupos dedicados al arte del drama en el Edo. Aragua, con estrenos y una temporada corta de funciones pautadas para el mes de marzo como es sabido tuvieron que ser pospuestas como también sucedió con los ensayos de nuevos proyectos teatrales, provistos a levantar el telón entre los meses de abril, junio y julio aunque ya de por sí la asistencia de público a las salas de teatro ha disminuido considerablemente por la competencia directa que ha tenido con los programas televisivos y ahora la aparición de plataformas digitales como Netflix, HBO y Amazon Prime los cuales cuentan con un panorama muy distinto ante el teatro y las otras ramas del arte ya que en esta cuarentena se ha aumentado el consumo de series y películas, así como el uso de las redes sociales para interactuar con otros desde la lejanía y el teatro parece que perdiese la batalla porque la obras teatrales requieren ser expuestas en tiempo real en el que no existen las segundas oportunidades, aclarando que son solo algunas particularidades de otras que se presentan, en esta área y en las demás. Entonces durante el encerramiento cruza por la mente la interrogante acerca de que si se puede seguir creando, considero que sí, los artistas sin importar su especialización, de cualquier situación incluso si son de carácter problemático y hostil les produce un sentimiento, una emoción, un estado de ánimo (con lo cual no se pretende decir que al resto de los seres humanos no puedan hacerlo), pero simplemente lo que hace el artista, un buen artista, es aprovecharlo como fuente de inspiración para transformarlo en escritos que se vuelvan poemas, canciones, guiones literarios para cine y teatro o quizá visuales como fotografías, pinturas o esculturas, para intentar liberarse de lo que abriga en su interior y luego expresar a otros la visión personal que tiene, como enfoca lo que acontece o aconteció, permitiéndole al que desde fuera observa interpretarlo, entenderlo y sentirse identificado con ello; debido al pleno apogeo actual, hay que tener en cuenta que esa creación debe, con la innovación de su artista acertar en la forma en la que va a ser transmitido a terceros aquí se le puede sacar el máximo provecho a la tecnología con un fin distinto al que se le suele dar como compartir memes y chistes acerca de la epidemia, que no influyen positivamente a la cultura ni dan un mayor valor de sabiduría. Recordando el discurso que ofreció Shahid Mahmood Nadeem ofrecido el aún reciente 27 de marzo en el Día Internacional del Teatro e interpretándolo, la actuación teatral en líneas generales puede llegar a ser más que solo una vivencia gustosa o intelectualmente alentadora sino un encuentro espiritual intensamente vibrante y conmovedor donde el actor y espectador pueden descubrir juntos las dimensiones espirituales del teatro y construir lazos entre el ayer y el hoy llevando a un porvenir destinado a todas las colectividades en el que los practicantes de este oficio ( pueden realizar frente a una cámara monólogos grabados o en directo y subirlos a las redes sociales) permitiendo entre lo que pasa con el COVID-19 y la reacción nerviosa, impulsiva, egoísta, separatista que nos está decretando al precipicio volver a hallarnos por medio del teatro, de las artes como seres sensibles, empáticos, reflexivos, como si se hubiese asimilado una pizca de humanidad durante el aislamiento recordando que no yacemos como inmortales, inquebrantables e insufribles.
La Reconfiguración Del Teatro, El Surgimiento Del Teatro Pandémico y El Encuentro Reflexivo Del Sector Post Estallido Social (18-O) y en Contexto COVID-19