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Traducido por Yuuri Ishtar

HASBRO y su logo, MY LITTLE PONY y todos sus personajes


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© 2017

Ilustración de la portada: Kayleigh McCann

Little, Brown

Primera edición: Marzo del 2017

Impreso en los Estado Unidos de América

Traducido por Yuuri Ishtar

PROHIBIDA LA VENTA DE ESTA VERSIÓN


Una gran entrada

La unicornio azul levanto la cabeza, inclinando su barbilla hacia el cielo para echar un
vistazo a la cima de la torre más alta del castillo. Su sombrero largo y puntiagudo cayó
de su cabeza y aterrizó en el suelo resplandeciente.
—¡Chispas! —gruñó, intentando recuperarlo. Aplastó el ala púrpura de su sombrero de
regreso sobre su crin azul—. ¿Holaaaaa? —volvió a golpear con su pezuña, cada vez
más impaciente. Le tomó toda su fuerza de voluntad el abstenerse de usar una bomba
de humo para desaparecer y reaparecer en el interior. Estaba siguiendo las
reglas. Twilight amaba las reglas. Así que primero llamaría. Entonces sería bienvenida
en el Castillo de la Amistad para una estancia prolongada.
Ningún poni sabía que vendría. Por lo general, aparcaba su carro cerca del castillo y
acampaba afuera. Pero esta vez, Trixie pensó que sería bueno estar en las
comodidades de un lugar que tenía más espacio para estirar sus pezuñas. ¡Era un
castillo gigantesco, por el amor de Celestia!
En realidad, no siempre se había llevado bien con Twilight. Después de todo lo que
había ocurrido entre las magas duelistas, ambas seguían viendo a la otra como algo
para impresionar y desafiar al mismo tiempo. Incluso si ahora una de ellas era una
“princesa”. Trixie seguía sin entender que Twilight hubiera recibido el honor cuando
realmente ambas eran iguales en talento y carisma.
Pero finalmente, Trixie y Twilight tenían algo innegablemente especial en común: su
amistad con Starlight Glimmer. Nunca lo admitiría en voz alta, pero se sentía
maravilloso el poner la rivalidad a descansar. Además, razonó, todavía había mucho
tiempo para que la princesa Celestia decretara que Trixie también era una princesa. Ya
antes habían sucedido cosas extrañas en Equestria: la princesa Luna alguna vez fue
exiliada a la luna, Discord se había vuelto amigo de la equindad, y toda una horda de
changelings había aprendido a amarse unos a otros.
Podría pasar.
Acababa de comenzar a conjurar imágenes de sí misma en su gran coronación cuando
la pesada puerta se abrió. Un aura mágica familiar bailaba alrededor de sus bordes
y Trixie se animó. ¡Reconocería ese resplandor en cualquier parte! Era exactamente la
poni que quería ver, su nueva mejor amiga e inesperada confidente, Starlight. Exhaló
con alivio ante la cara amistosa.
—¡Trixie! —sonrió Starlight—. ¡No sabía que vendrías a Ponyville! —levantó su pezuña
e hizo un gesto hacia la cavernosa morada—. Ven y toma una rebanada de tarta de
manzana. Han pasado siglos desde que me visitaste —para alguien tan sarcástico y
rebelde, Starlight estaba inusualmente alegre el día de hoy—. Tenemos mucho con que
ponernos al día desde ese épico viaje a la colmena changeling donde salvamos a todo
el mundo de la ruina—bromeó Starlight—. Esta vez vamos a mantenerlo un poco más
casual, ¿eh?
—La observadora y sospechosa Trixie se da cuenta de que estás en un estado de
ánimo particularmente genial —entrecerró los ojos—. ¿Por qué?
Starlight sonrió.
—¿Puedo respirar por un minuto? —Su rostro se transformó en un ceño fruncido.
—¿Para qué son las amigas? —preguntó Trixie, ansiosa por oír el chisme. Esta era la
Starlight que conocía.
—Bueno, es sólo que... —la luz del sol entró en la cocina del castillo—, las lecciones de
amistad son geniales y todo, pero a veces siento que no voy a llegar a ninguna parte —
suspiró—. Supongo que eso es todo. Sólo es un poco frustrante.
¿Ese fue el gran desahogo?
—Oh —dijo Trixie, intentando ocultar su decepción. No es que quisiera que las cosas
entre Starlight y Twilight fueran desagradables; sólo quería que Starlight la quisiera
mejor a ella. ¿Era eso mucho pedir?
—¡Suena rudo!
La unicornio púrpura activó su magia para abrir el armario de repostería, donde
reposaba una tarta de manzana deliciosamente fragante con una corteza enrejada.
—Por lo menos, gracias a Applejack, al fin sé cocinar la tarta perfecta. ¿Puedes creer
que cocinamos esto sin usar nada de magia? sólo la receta de la familia Apple y algo
de grasa en las pezuñas como a la antigua. Ten... toma algo —la sonrisa de Starlight
se iluminó con orgullo.
La corteza dorada brilló cuando Starlight puso la tarta delante de su invitada. Trixie le
dio una gran mordida y habló a través de ella.
—No entiendo, ¿en serio eres feliz horneando tartas y haciendo cosas lentas y
aburridas con Twilight? —llovió un confeti de migajas.
—Bueno, sí —Starlight sacudió su crin—. Pero también estoy feliz porque en el
momento en el que apareciste, me di cuenta de que últimamente he estado trabajando
demasiado —explicó—. Necesito tener un poco de diversión totalmente loca e inútil, ¡y
tú eres la poni perfecta para unirte a mí! ¿Qué dices? —sonrió con esperanza.
—¿Diversión inútil? —Trixie alzó una ceja—. ¿Cuál es el punto de eso? —esperaba
que este proyecto no obstaculizara la habilidad de su mejor amiga para ayudarla con su
importantísima misión mágica.
—¡Para divertirnos! No tiene que haber una razón —rio Starlight y añadió:— Pinkie Pie
me enseñó eso.
Trixie gruñó en respuesta.
—Rayos, Trixie. ¿Cuándo te volviste tan aburrida?
—Muy bien. Vamos a encontrar algo de frivolidad —Trixie desvió la mirada—. Pero
¿podemos hacerlo después de que me ayudes en mi proyecto?
—¡Claro! —Starlight comió un bocado y miró a Trixie de reojo—. ¿Qué es este
misterioso proyecto que no puede esperar?
—Bueno, ese es el problema —admitió Trixie con impaciencia—. Aun no lo sé. ¡Pero
sé que tengo que presentar un brillante nuevo acto prácticamente para ayer!
Starlight comió el último bocado de su pastel y lamió las migas sobrantes de su
pezuña.
—Bueno, sentarnos aquí no nos va a inspirar —miró alrededor de la habitación
cavernosa y resonante—. En este momento Twilight y Spike ni siquiera estaban en
casa. Starlight se levantó y golpeó sus pezuñas sobre la mesa—. ¡Vamos, Trixie!
Vayamos a dar un paseo por Ponyville.

—Se supone que Ponyville es la ciudad más amistosa de Equestria y todo eso —el
ligero toque de orgullo local en la voz de Starlight provocó a Trixie de la manera
equivocada. ¡Empezaba a sonar como Twilight! Ponyville estaba bien y todo, un gran
lugar para pasar y hacer una actuación o dos, pero realmente nunca había visto el
alboroto. Starlight la empujó.
—Tal vez si intentas decirle hola a algunos ponis, te relajes un poco...
—¿Relajarme? —la sonrisa de Trixie se transformó en un bostezo—. ¡Brillante idea! Tal
vez la princesa Luna entre en mis sueños y me dé una idea para mi nuevo acto de
magia —hablar con cualquier poni era una completa pérdida de tiempo. Trixie se dio la
vuelta sobre sus pezuñas y se dirigió hacia el castillo—. ¡Adioos!
—¡Eh, espera! —exclamó Starlight, lanzando algo de magia hacia Trixie.
Un orbe reluciente la rodeó, haciéndola incapaz de alejarse más. Trixie hizo una mueca
y golpeó su pezuña contra el campo de fuerza. Sus ojos se lanzaron hacia a todas
partes en busca de espectadores descarriados. Lo último que necesitaba era un
puñado de ponis viendo que ella, la Gran y Poderosa Trixie, ¡ni siquiera era capaz de
escapar de un simple hechizo de escudo! Empañaría su reputación de maga.
—¡Déjame salir de aquí en este instante!
—¡Vaya! —dijo Starlight—. Lo siento —a veces era un poco impulsiva con sus
hechizos. Envió un rayo contra la burbuja, reventándola de inmediato. Trixie cayó al
suelo, pareciendo bastante gruñona.
Trixie fingió un bostezo.
—Aburrido —se levantó y se cepilló con la esquina de su manto estrellado—.
¡Suficiente de este vagabundeo! Tengo una manera mucho mejor de pasar nuestro
tiempo, ¡O Sabia y Brillante asistente Starlight!
Starlight frunció el ceño.
—Pero yo…
—¡Calla, mejor amiga! —interrumpió Trixie—. Trixie tiene algo de mayor importancia
que lograr. Verás, este nuevo acto mágico que vamos a crear tiene que ser el mejor
que jamás haya realizado, porque... —se interrumpió cuando una oleada de nervios la
atravesó y sus rodillas se tambalearon—. Porque…
Starlight levantó una ceja, esperando.
—… ¿Porque?
—¡Porque estoy a punto de ser la primer maga aceptada en la Sociedad de magos de
Starmane desde el Retorno Lunar! —Trixie estaba prácticamente borboteando de
anticipación—. Puedes preguntar ¿Cómo voy a lograr esta tarea imposible? La
respuesta es obvia. Voy a intentar una nueva proeza de trucos mágicos, el truco más
valiente que jamás haya sido imaginado por cualquier poni a lo largo de la historia de
los magos. Y tú me vas a ayudar. Ahora ¿dónde está mi habitación? Voy a necesitar
mucho espacio para practicar.
—¿Tu habitación? —Starlight apenas había dicho algo antes de que Trixie retrocediera
hacia el castillo en un galope—. ¡Espera! —gritó mientras corría tras la maga
sinvergüenza—. ¡Déjame ayudarte a elegir una! —recordó la mágica suite secreta que
recientemente había descubierto en el castillo. ¡Había resultado ser un amplificador
andaluz, el cual hacia que cualquier magia que se realizara en su interior se saliera de
control y creara un vórtice! No quería saber qué pasaría si Trixie encontrara uno de
esos—. ¡Trixie, espera! —gritó Starlight.
Cuando Trixie irrumpió por las puertas del castillo y corrió por los pasillos, la unicornio
azul no pudo evitar sonreírse. ¿Qué daño haría un pequeño truco de desaparición
improvisada? Le encantaba mantener a su audiencia en suspenso, y su mejor amiga,
Starlight, no era la excepción. Todo era parte del espectáculo.
Juego de pezuñas

Al día siguiente y a pesar de que aún tenía que elaborar el acto de magia perfecto,
Trixie se permitió trabajar en su impresionante y amplia lista de pendientes en los
alrededores de Ponyville. «¡No hay tiempo que perder cuando Trixie se está
preparando para lograr lo imposible!» Pensó para sí misma mientras preparaba un
abundante desayuno de pan tostado, jugo y azúcar con canela para sus anfitrionas.
Cierto, era un intento de congraciarse con Twilight y Starlight, pero parecía estar
funcionando. Las ponis devoraron la deliciosa comida y parecían bastante sorprendidas
por sus brillantes habilidades culinarias.
—Vaya, Trixie —se maravilló Twilight con la boca llena de azúcar y canela—. ¡Esta
avena esta deliciosa! ¿Qué hechizo usaste para hacerla?
—No utilice un hechizo. ¡Sólo es una cosa más en la que soy increíble! —cantó, sólo
para ser recibida con un doble gesto de exasperación. Después de que las tres ponis
comieron, Trixie espantó a sus renuentes anfitrionas. Prometió limpiar y darles algo de
tiempo para trabajar en sus “importantes lecciones de amistad”. Y aunque Trixie no era
positiva, le pareció que Twilight seguía mirándola por encima de su hombro mientras
salía de la habitación. ¡Se veía impresionada!
Una vez que ambas estuvieron ocupadas, Trixie se escabulló y marchó hacia Boutique
Carousel, ignorando sus advertencias de no molestar a Rarity. Al parecer, la unicornio
estaba inmersa en un proyecto personal, cosiendo un vestido para algún evento de
moda. Centellas, pensó Trixie mientras trotaba por Ponyville. Moda, estrellada.
—¡Me encanta la moda! —gritó Trixie mientras entraba por la puerta principal. Se sentó
en una de las tumbonas de terciopelo y se acomodó—. La Gran y Poderosa Trixie te ha
honrado con su presencia porque le gustaría encargar una capa de suma importancia...
—se levantó con decisión—. Para hoy —clavó su nariz en el aire y cerró sus ojos como
si ilustrara la seriedad de su demanda.
—Oh, Trixie, tú sabes cómo hacer una entrada, querida —se rio Rarity, colocando una
lustrosa pezuña sobre su pecho—. Que yo, de todos los ponis, puedo apreciar —
continuó empujando una franja de gasa por la aguja de su máquina de coser—. Pero
sinceramente, cariño, me temo que el día de hoy no puedo hacer eso. Estoy muy
ocupada con este vestido para los premios Glammy. Ya sabes, ¿la noche más
glamorosa del año para quien está en la moda, la música o las artes? No puedo dejar
que mi querida clienta Sapphire Shores de un solo paso sobre la alfombra roja
viéndose como algo menos que la pura perfección —ajustó sus gafas de trabajo y la
miró con simpatía—. Así que hoy no habrá capas.
El rostro de Trixie rápidamente se contorsionó en un ceño fruncido.
—¡Puedes añadir tu nombre a mi lista de comisiones! —gritó Rarity agitando
elegantemente su pezuña hacia la larga lista en la pared—. Pero puede tardar algunas
lunas.
—Pe… pero... ¡necesito una capa nueva ahora! —gimoteó patéticamente Trixie —. Es
mi única oportunidad de entrar...— le tembló su labio—. ¿Por favor?
—¿Entrar? —Rarity levantó una ceja. Ahora su interés había despertado—. ¿A algo
exclusivo? —se levantó y trotó a un poniqui que llevaba un vestido blanco de
gasa. Mientras esponjaba las faldas voluminosas, la tela parecía danzar y girar en la
luz. Trixie no podía quitarle los ojos de encima.
—¡La Sociedad de Magos de Starmane! —exclamó Trixie, chocando su pezuña con
firmeza—. También conocida como la única organización de magos que significa algo,
en cualquier parte. ¡Simplemente tengo que hacerme una oferta de membresía o bien
no ser una maga en absoluto!
El silbido de la tela fue silenciado mientras Rarity hacía una pausa.
—¿En absoluto? —estaba intrigada.
¡Ha! Ningún poni podía resistirse a los encantos de Trixie.
—Bien… —sonrió Trixie—… es prácticamente imposible audicionar para Starmane,
pero mi plan es más sólido que los cimientos de una granja de rocas —comenzó a
andar alrededor de la habitación, gesticulando salvajemente con su pezuña mientras
hablaba—. Primer paso: Que la más magnífica diseñadora de moda en Equestria me
diseñe un nuevo atuendo. ¡Ahí es donde entras, Rarity!
—Entonces, mientras estás ocupada trabajando en tú magia, yo me quedare aquí en
Ponyville practicando mi asombrosa hazaña de genialidad mágica frente a una
audiencia hasta que sea impecable. Finalmente, me escabulliré en el gran baile de
magos y realizaré la hazaña para todo el comité de ancianos de Starmane. No podrán
apartar la mirada de mis increíbles talentos, y entonces tendrán que hacerme un
miembro justo en el acto —Trixie estaba furiosa.
—¿Te invitaron a un gran baile? —dijo Rarity, perdiendo claramente el objetivo del
discurso. Trixie prácticamente podía ver la mente de Rarity corriendo con visiones de
seda y tocados de alta costura. Rarity batió sus pestañas—. ¿Puedes conseguir
otra? ¿Para tu diseñadora?
—Uh... —rio nerviosamente Trixie y se sentó en el sofá de terciopelo, palmeó un cojín
de color turquesa—. En realidad no he sido invitada, pero...
—Oh, Trixie —Rarity sacudió su crin púrpura—. Asistir a una gala a la que no has sido
invitada es bastante anticuado, ¿no?
—No cuando es la única manera de que un poni sea notado —respondió Trixie y
expulsó una bocanada de aire antes de desplomarse, tratando de sobreactuarlo.
—Realmente deseo poder ayudarte, pero este vestido para los Glammys realmente
necesita mi atención —Rarity trotó de regreso a su creación cubriendo al poniqui y
comenzó a lanzar pequeños rayos de magia de su cuerno a la tela.
Cada vez que la magia tocaba un botón o una costura, había un pequeño chisporroteo
que activaba un resplandor sutil. Rarity estaba admirando su trabajo en el espejo de
tres vías cuando vio el triste rostro de Trixie.
—Por el otro casco —se dio la vuelta—, podría tener algo de tiempo extra para
acomodarlo. Después de que haya terminado el vestido.
—¡Excelente! —exclamó Trixie, trotando para unírsele al lado del poniquin—. Haz que
sea así —señaló el vestido. La prenda hipnotizante brilló mientras giraba— ¡Podrías
perder un velo de estas excesivas enaguas y coserla en una capa para mí ahora
mismo!
Rarity frunció el ceño y siguió trabajando.
—Eso no fue lo que acordé, y realmente no tengo tiempo ahora. Todavía tengo que
añadir un borde dorado aquí y allá…
—¡Espera, te lo enseñaré! —interrumpió Trixie mientras se zambullía en el tejido. En el
mismo instante, Rarity envió un rayo de magia dorada hacia el dobladillo. Este golpeó
la pezuña derecha delantera de Trixie con un chisporroteo.
—¡Ouchies! —Trixie hizo una mueca, perdiendo el equilibrio. Como en cámara lenta, la
unicornio tropezó con sus demás pezuñas, golpeándose contra una mesa lateral. Un
vaso de agua se balanceó precariamente. Trixie levantó su pezuña para intentar
detenerlo—. ¡Nooo! —Otro rayo de magia salió disparado de su cuerno directamente
hacia el vestido mientras que el agua lo salpicaba. Mientras el hechizo de retención
hacia efecto, las faldas empapadas comenzaron a desgarrarse. Rarity rápidamente
disparó un rayo de su propia magia hacia el vestido para contrarrestarlo, pero era
demasiado tarde. El vestido estaba roto y húmedo.
—¡Mi hermosa obra! —exclamó Rarity con horror. Sacudió su crin púrpura con
incredulidad.
—¿Whoopsies? — contestó Trixie, masajeando su pezuña, que ahora palpitaba de
dolor. Rarity no tuvo que responder nada, la mueca molesta en su rostro lo dijo
todo. Trixie salió de la tienda con un humilde encogimiento de hombros y un guiño.
Hasta ahora, el imparable espectáculo de magia se parecía más a un lamentable
ensayo general, donde el vestido estaba arruinado. Y no había capa nueva.
Trucos del oficio

—¡Venga! —gritó Trixie a su reacia asistente. Llena de entusiasmo miró por encima de
su hombro. No podía esperar para comenzar los preparativos del show de magia de
esa noche. ¿Y qué si había ocurrido un tonto accidente? La más grande y más
poderosa unicornio de toda Equestria no iba a dejar que una cosita como un vestido
roto la frustrara. Incluso si era para una “estrella pop”. Sapphire Shores, Sapphire
schmores.
No es como si alguien hubiera sido herido, aparte de la propia Trixie. Una pequeña
pezuña dolorida no era para tanto. Eventualmente, Rarity regresaría con la idea de
coserle su nueva capa. De todas formas el aspecto más importante no era el traje, era
la audacia con la magia.
Todo lo que necesitaba era a su mejor amiga en esto para ayudarla.
—¡Date prisa, Starlight!
—¿Estás segura de esto? —Starlight trotó dos pasos detrás de Trixie. Era como si
quisiera darle a su amiga el espacio suficiente para cambiar de opinión. No es que lo
hiciera. Una vez que Trixie se proponía algo, no se olvidaría del asunto.
—Soy positiva —declaró—. La única forma que tengo de perfeccionar el truco que
pretendo hacer frente a los ancianos de la sociedad es practicándolo frente a una
audiencia en vivo —Sus ojos se iluminaron al doblar la esquina y su carro de trucos
surgió a la vista—. Y vas a ser mi asistente, ¿verdad?
—Por supuesto —Starlight asintió. Claramente aún se sentía culpable por la última vez
que Trixie había intentado hacer un show en Ponyville. Starlight había aceptado
ayudarle con su hazaña, “El disparo lunar a la boca de una manticora”. En el truco
(originado por el gran Hoofdini), Trixie estaba lista para lanzarse de un cañón a la boca
de una manticora hambrienta antes de reaparecer ilesa dentro de un caja mágica.
Pero la cena de Twilight con la princesa Celestia se había interpuesto, y Starlight casi
había decepcionado a una de las únicas ponis que realmente era capaz de llamar su
amiga. Trixie la había perdonado, pero la memoria todavía le dolía un poco.
—Entonces, ¿qué decidiste para tu gran truco? —Preguntó mientras seguía a Trixie por
los peldaños de su vagón y entraba al interior de su casa de viaje. El lugar estaba lleno
de rollos de pergamino, trajes y paquetes vacíos de puré de manzana.
—¡Es 'Las Lágrimas del Dragón! —giró alrededor y su capa golpeó un sombrero de
copa púrpura que se encontraba sobre el piso. Un conejo saltó confundido.
Los ojos violetas de Trixie brillaron con desdén.
—La Inteligente e Inventiva Trixie lo inventó esta mañana después del desayuno. ¡No
cabe duda que entregará cantidades similares de asombro y temor necesarias para
captar la exigente mirada de los ponis de mayor rango en la Sociedad de Starmane! —
Cambió su tono a uno más realista—. Además, cada candidato ni siquiera será
considerado para la membresía a menos que él o ella se presenten con una proeza
completamente nueva, atrevida, y nunca antes intentada de trucos mágicos.
—¿Ves? ¡Te dije que dar un paseo por Ponyville te inspiraría! —respondió Starlight.
Quitó unos pañuelos de colores del sofá y se sentó—. Entonces, ¿cómo funciona?
Trixie desplegó un enorme pergamino con una compleja serie de dibujos en él. Starlight
siguió la progresión de imágenes con incredulidad. El último cuadro estaba lleno de
flechas y plumas, rodeado de cientos de gotas de lluvia ardientes. Un enorme y
enojado dragón estaba sentado en el centro, y la figura garabateada de Trixie se
alzaba sobre él con las pezuñas sostenidas en señal de triunfo.
—¡Vaya! —Starlight hizo una mueca—. ¿Estoy leyendo esto correctamente? —con su
pezuña señaló al dragón que respiraba fuego—. ¡¿Con una pluma vas a hacerle tantas
cosquillas a un dragón que llorara lágrimas de diversión, la sustancia más caliente
conocida por los ponis, luego realizaras una rutina de baile mientras llueven sobre ti,
culminando con tu desaparición antes de reaparecer sobre el dragón para colocar la
misma pluma con la que le hiciste cosquillas en tu sombrero de actuación?! —los ojos
de Starlight eran tan grandes como platos.
—Precisamente —Trixie sonrió—. Qué bueno que Trixie sabe lo que está haciendo.
Comenzó a trotar alrededor recogiendo varios artículos en una alforja.
—Que bien, ¡mi silbato de dragón! —recogió el accesorio, lo pulió en su capa y lo lanzó
dentro—. Ahora, ¿dónde puse esas plumas? —Trixie se arremolinó entre su desorden
pero tuvo poca suerte. Finalmente, cogió una almohada y la abrió. Estalló, y las plumas
llovieron sobre cada superficie.
—No tienes que hacer esto, sabes... —Starlight puso su pezuña en el hombro de
Trixie—. No quiero que te pase nada.
Trixie escupió una bocanada de plumas y se echó a reír.
—Estoy afectada por tu preocupación, pero dame un descanso, Starlight. ¡Soy grande
y poderosa! Todo va a ir exactamente como quiero.
Un ensayo destellante

El nuevo y mejorado escenario de viaje, el cual recientemente había sido construido


para “El humilde y penitente tour del perdón de Trixie”, oficialmente estaba de regreso
en Ponyville. Era algo grandioso, un auténtico avance desde el diminuto escenario que
Trixie solía arrastrar de ciudad en ciudad.
Dos grandes carteles representando una dramática Trixie dentro de un anillo de fuego
colgaban a cada lado de la plataforma de madera. Cortinas relucientes sostenidas por
estrellas de cartón adornaron desde arriba. Un reflector iluminó el centro del escenario,
y música emocionante salió de los altavoces. Era más que suficiente para llamar la
atención. Efectivamente, no pasó mucho tiempo antes de que los curiosos ponis
comenzaran a reunirse y esperar con anticipación el espectáculo.
Detrás del escenario, Starlight se robó un vistazo a través de las brillantes cortinas
azules hacia la creciente multitud. Esperaba que Trixie tuviera razón en cuanto a la
seguridad de su audaz exhibición.
Sin importar que pasara, Starlight haría todo lo posible para resolver la situación y
proteger a todos los ponis, incluso si eso significaba disparar campos de fuerza por
todas partes para hacerlo.
—¿Cómo me veo? —preguntó Trixie, posando en sus viejos sombrero y capa púrpura
llenos de estrellas. Sonrió diabólicamente—. No me lo digas, ya lo sé.
—¡Te ves genial! —mintió Starlight, forzando una sonrisa alentadora—. ¡Poderosa!—
En verdad, ahora el traje parecía mediocre en comparación con el extravagante
escenario. Tal vez Trixie había estado en lo correcto esa mañana sobre la necesidad
de una nueva capa.
—¡Eso significa que la Gran y Poderosa Trixie está lista para intentar '¡Las Lágrimas
del Dragón! ' —le lanzó el silbato a Starlight—. ¿Recuerdas tu señal?
Starlight asintió con la cabeza.
—Cuando digas 'Contemplar al temible dragón', soplo el silbato —con su pezuña
señaló una manguera—. ¿Y enciendo eso después de que le hagas cosquillas a la
bestia?
—¡Sí! —los ojos de Trixie se encendieron con una determinación ardiente. No era muy
diferente a la que la había poseído cuando llevaba la maldición del Amuleto del
Alicornio y trató de controlar a Ponyville. Trixie rio de alegría—. Va a ser tan peligroso e
impresionante —Starlight le lanzó una mirada amonestadora—. ¿Queeeé?— respondió
inocentemente—. Así se llama juego.
Sin más preámbulos, Trixie trotó a un lado y tiró de una palanca. Las cortinas se
separaron y la unicornio azul salió al escenario.
La audiencia pisoteó sus pezuñas en el suelo en forma de aplauso. Habían esperado
un largo tiempo, lo que siempre amplificaba la anticipación a un nivel adecuado.
—Bienvenidos, yeguas y caballeros, al más grande espectáculo, la proeza más
memorable que jamás verán —Trixie hizo un giro teatral. Su crin y cola se sacudieron
junto a su capa—. El gran y poderoso truco exclusivo de Trixie, '¡Las Lágrimas del
Draaaaagón! '
—Todavía tengo que probar esta hazaña audaz —La multitud jadeó. Trixie sonrió
alegremente y continuó—. Así que si eres de corazón débil, ¡aparta la vista! Pero si te
interesa ser testigo de la gloria de mi proeza mágica, no te atrevas a apartarla.
—¡Contemplar al temible dragón!— Trixie dijo entre su sonrisa de dientes
apretados. Starlight trotó en el escenario mirando a todas partes. Sopló el silbato. En
seguida, toda la multitud sintió el calor ardiente de la gigantesca bestia.
Trixie trató de levantar sus pezuñas en alto para hacer un gesto hacia el dragón que se
acercaba, pero de repente su pezuña delantera derecha parecía demasiado pesada.
Luchó con su peso, apenas levantándola la altura de su hombro. La multitud resopló.
El casco de Trixie palpitaba con un misterioso resplandor dorado.
La gran revelación

—¡Ahhhhh! —gritó Trixie mientras levantaba su pezuña para inspeccionarla. No sólo


era brillante, ¡ahora era completamente transparente!
Starlight galopó hacia ella.
—¿Qué ocurre, Trixie? ¡No me hablaste de esta parte! —susurró en un pánico—. ¿Es
parte del acto?
—¡N… n…nooo!— Trixie sacudió la cabeza con incredulidad. ¿Realmente estaba
ocurriéndole mientras estaba en el escenario, a mitad del truco? Era como un sueño
embarazoso, excepto que era real. Miró al público. Los ponis se protegían los ojos
mientras su pezuña se hacía más brillante—. ¡Ayúdame, Starlight! —susurró por la
comisura de su boca.
—¡Tengo una idea!— Starlight entró en acción. Galopó a través del escenario con un
movimiento sobreactuado mientras recogía la manguera. Usó su magia para activar el
flujo de agua e inclinarlo hacia arriba en un ángulo correcto para crear un hermoso y
brumoso rocío.
Ocultó el escenario con la combinación de agua y luz de la pezuña pulsante de Trixie,
creando una cortina de rocío llena de arcoíris. Fue suficiente para distraer a la multitud
temporalmente.
Starlight trataba de pensar qué hacer después cuando un gigantesco dragón rojo
aterrizó en el escenario. Chilló mientras se precipitó por encima de las cabezas de la
multitud. Levantaron la vista, sorprendidos, mientras las enormes alas del dragón
hacían soplar ráfagas de aire a través de sus crines. El dragón se lanzó directamente a
través de la niebla y estalló a través del fondo del escenario antes de despegar hacia el
cielo.
La multitud se sorprendió. Ni siquiera importaba que la parte del truco donde el dragón
lloraría lágrimas de diversión no hubiera ocurrido.
Era música para los oídos de Trixie. Se olvidó de su pezuña afligida y salió al agua
para recibir la alabanza y hacer una reverencia. El agua llovía sobre ella mientras hacía
su giro característico.
—¡Otra impresionante actuación de la Gran y Poderosa Trixieeee!
En cuestión de segundos, un pequeño aerosol de gotitas doradas cayó sobre la
multitud, solidificándose en el aire como una granizada resplandeciente. Los ponis que
estaban cerca del escenario las sacudieron de sus crines y las levantaron del
suelo. Sus caras resplandecían mientras sostenían temerosos los pedazos de piedra
en sus pezuñas.
—¿Qué es? —preguntó uno.
—¡Es hermoso! —exclamó otro.
—¡Es Glowpaz! —gritó una pegaso color rosa pálido. Levantó un gran pedazo en señal
de victoria.
A su lado, la poni de tierra color aguamarina sonrió.
—¡Esa es una de las joyas más valiosas en Equestria!
El resto de los ponis se apresuraron a encontrar una gota de Glowpaz.
—Uhhhhhhh... —Trixie se rió nerviosamente—. ¿Voilà? —Miró a través del escenario y
se cruzó con la mirada de Starlight. Esta parecía decir: ¿Qué ha pasado exactamente
aquí? Trixie le dio un pequeño guiño y mantuvo su sonrisa de cientos de watts. Porque
cualquier conjuro extraño que Trixie acabara de conjurar, había sido una Gran
Revelación incluso para la propia maga.

El cielo se oscurecía sobre Ponyville mientras Trixie se acercaba a su lugar favorito al


borde del Bosque Everfree.
—¡Suficiente! —gruñó, tratando de levantar su pesada pezuña. Gotas de sudor bajaban
por su hocico mientras comenzaba a sentir un profundo sentimiento de temor interior. A
pesar de que al impresionar a todos había logrado su objetivo, sabía que algo estaba
muy mal con su pezuña. Si sólo pudiera llegar a su lugar favorito para pensar, sería
capaz de encontrarle algún sentido a los extraños eventos de la noche.
Finalmente, lo vio. Los árboles se arqueaban como un marco sobre un recinto aislado
de hierba que rozaba una curva en el río. Trixie se había detenido allí en numerosas
ocasiones cuando pasaba por Ponyville. Era perfecto para refrescarse después de un
largo día, lo cual necesitaba desesperadamente ahora mismo.
La problemática interacción con Rarity seguía molestándola, pero la verdad era que lo
único que no podía descifrar era la tonta actuación. En su mente se repetían los
sucesos del extraño espectáculo mientras arrastraba su pezuña a través de la tierra.
Agotada, Trixie se dejó caer un momento. Levantó su pesada pezuña hasta su rostro
para inspeccionarla. Seguía resplandeciente, pero más débil. Originalmente, la
conmoción de ver brillar su pezuña la había desconcertado. Pero no podía negar la
forma en que había impresionado a la multitud con el truco del agua. ¡Era una
respuesta que nunca antes había sentido de ninguna audiencia! Trixie los había
conmocionado. ¡Los había sorprendido! Casi no le importaba que “Las Lágrimas del
Dragón” no hubiera ido de acuerdo a su plan. ¡Tal vez este truco de la pezuña
resplandeciente era mejor que su idea original! Realmente la diferenciaría de los demás
magos que esperaban cortejar a la Sociedad de Starmane.
Una imagen de Starmane misma fijando un broche de la sociedad en su capa bailó en
su mente. Con este nuevo talento, era imparable. Pero en el momento en que llegó al
borde del agua, el resplandor había pulsado hasta una débil luz.
—¡No, no, no! —gritó Trixie mientras se desvanecía. Levantó su pezuña con facilidad,
con la pesadez mágicamente eliminada y el color azul restaurado. Estaba tan
decepcionada por que su ingeniosa idea se había desvanecido que ni siquiera tenía
ganas de sumergir sus pezuñas en la corriente. Saltó en ella rápidamente y salió de
nuevo, cayendo derrotada—. Supongo que volveré al castillo —murmuró.
Así, la poni volvió al castillo galopando, sin notar la diminuta masa de brillantes piedras
de Glowpaz que ahora se formaban en el río como pequeñas estrellas en un cielo
oscuro.
La fiebre del resplandor

Recientemente Starlight había adquirido el hábito de despertar muy temprano cada


mañana para tener un buen trote antes de que ella y Twilight se ocuparan del negocio
de la amistad del día. Era un momento agradable para reflexionar sobre todo lo que
había aprendido hasta ahora, todo, desde cómo hacer nuevos amigos hasta ser
honesta sobre la necesidad de un tiempo a solas lejos de sus estudios. Todo el
incidente en el que accidentalmente había creado un vórtice en el castillo había sido
una manera dura pero valiosa de aprender esa lección.
Starlight despertó al amanecer y rápidamente se puso en camino. Se abrió camino a
través de la ciudad, mirando y saludando mientras los demás madrugadores de
Ponyville abrían sus puertas y entregaban los periódicos. Luego se dirigió hacia los
campos.
En raras ocasiones, se aventuraba dentro del Bosque Everfree para buscar
ingredientes de pociones o plantas interesantes. Hoy, estaba en una misión.
El fresco aroma del exótico follaje golpeó su hocico al momento que entró en la
espesura del bosque. Las grandes copas de los árboles daban una cubierta
abundante. Como resultado, las sombras cubrían la tierra, excepto donde los rayos de
luz atravesaron los árboles e iluminaron el suelo. Starlight se detuvo y examinó los
arbustos.
Había estado tan preocupada por Trixie después de ese raro espectáculo mágico de
anoche que de inmediato le contó a Twilight sobre el desastre. Twilight, a su vez, había
pasado horas estudiando minuciosamente los libros en la biblioteca para encontrar
cualquier cosa que pudiera darle una pista sobre Trixie. No era normal tener una de las
pezuñas iluminándose como una bombilla. Si el libro de Twilight sobre plantas estaba
en lo correcto, sólo había cierta planta exótica que podría ayudar.
Eso, si es que alguna vez lograba encontrar una.
Tenía confianza, pero esperaba reconocer las Bayas Destello en cuanto las viera. Y ya
que nunca se había encontrado con algún otro poni en el Bosque Everfree, le sería
difícil obtener una segunda opinión hasta que regresara al castillo, y si Twilight tenía
razón, esa pezuña brillante se pondría mucho peor, y mucho más poderosa. Tal vez
comenzaría a lastimar realmente a Trixie mientras la magia más se desarrollara.
El sol se alzaba sobre el horizonte, iluminando a Ponyville con un brillo dorado. Las
aves comenzaron a cantar, y el olor de la hierba fresca y las flores flotaron a través del
aire dulce y fresco. Cuando Starlight se encontró con un pequeño riachuelo cerca del
borde del bosque, sintió una sensación de alegría, aunque le destacó la preocupación
por Trixie. ¿Por qué su amiga necesitaba tanta atención que constantemente se ponía
en peligro sólo por la aprobación de otros ponis? Un repentino recuerdo interrumpió sus
reflexiones.
Bueno, pensó Starlight, Trixie puede querer atención, pero al menos no obligó a todo
un pueblo de ponis a entregarle sus cutie marks en nombre de la igualdad como yo lo
hice. Starlight apartó la memoria y se sonrojó notablemente aun cuando no había
ningún poni alrededor para escucharla o incluso verla.
—¿De qué te sonrojas, jovencita? —La voz de una yegua vino del otro lado de los
arbustos. Starlight se sobresaltó—. No hay nada de qué avergonzarse. ¡También
salimos disparados a este lugar cuando oímos acerca de los avistamientos!
—¡No la asustes, Emerald! —Respondió otra voz ronca—. Ella se ve aterrada. Siempre
ahuyentas a los nuevos amigos...
—Sparky, ¡eso es una total tontería y lo sabes! —ambas voces continuaron quejándose
la una de la otra.
—Uh, ¿hola? —Starlight estiró el cuello, en busca de la fuente. Hizo a un lado una
rama con su pezuña y se quedó sin aliento ante la visión. Una pareja de ancianos
unicornio había levantado una tienda, reunido madera y preparado una comida de
avena con manzana y zanahoria. Al menos eso implicaba los olores que flotaban
desde la burbujeante olla que se encontraba sobre el fuego.
Pero aparte de todo eso, era evidente que no era un campamento ordinario.
Los viejos ponis estaban hasta las pezuñas sumergidos en la corriente, buscando entre
cacerolas llenas de piedras de río. Llevaban lupas gruesas y botas de goma altas.
—¡Te dije que le gustaría venir! —El viejo corcel se dio la vuelta hacia Starlight y
extendió la pezuña—. Puedes quedarte a cenar algo de avena, querida. Pero debes
saber que esto de aquí es nuestra compensación. Así que si estás planeando entrar en
este lugar, será mejor que te vayas.
—¿Compensación? —Preguntó con incredulidad—¿para qué?
—Para todo el Glowpaz en esta sección del bosque, por supuesto —hizo un gesto
hacia el río—. ¡Vamos a hacer una fortuna!
—¡Tengo una! —Emerald gritó de alegría descarada—. ¡Mira aquí, Sparky!— La yegua
levantó un pequeño trozo de mineral que brilló en la luz.
Ambos ponis la acercaron a sus ojos, que parecían gigantescos detrás de sus
gafas. Efectivamente, ¡brillaba al igual que la pezuña de Trixie durante el show! Pero,
¿cómo habían conseguido esa pieza por aquí? Starlight estaba desconcertada.
—¡Buena suerte! —Starlight trató de ocultar su conmoción al tiempo que respondía,
retrocediendo a través de los arbustos y rodeando su campamento. Aunque el
encuentro había sido extraño, no cambió su actual misión, hallar algunas bayas
destello para Trixie.
Pero tan pronto como siguió trotando por el río, se dio cuenta de que tenían un
problema mucho más grande en sus pezuñas. Parecía que Emerald y Sparky no eran
los únicos que había oído hablar de los avistamientos del Glowpaz.
¡Había docenas de otros ponis buscadores de gemas estacionando sus carros y
preparándose para una larga estancia en Ponyville! Algunos de ellos incluso habían
comenzado a cavar hoyos para buscar las gemas en el suelo, como era evidente por
los montones de tierra y palas en todas partes.
En un instante, Starlight se olvidó por completo de las bayas. Salió galopando hacia el
castillo para decirle Twilight lo que vio y encontrar a Trixie. Tenía que darles la noticia.
El fuego había sido encendido y la fiebre del resplandor había comenzado.
La Hoofi—Cure

Trixie echó un vistazo por la ventana delantera y tocó suavemente la puerta de


Carrusel Boutique. No irrumpiría en las habitaciones exigiendo las cosas. No, tenía que
aparecer humilde y penitente. Pero sin el alboroto de su pezuña brillante, tuvo que
recurrir a su viejo plan de acción.
—¿Hay alguien allí? —Trixie se mordió el labio y levantó las cejas esperanzada—
¿Hooooola?
La puerta se abrió, revelando a una Rarity demacrada. Definitivamente había estado
trabajando toda la noche. Detrás de ella, Trixie pudo ver que el hermoso vestido había
sido reparado con éxito. ¡Eso quería decir que Rarity había terminado y tendría tiempo
para coser su capa!
—¡Rarity! —Trixie se animó—. ¡Te ves maravillosa el día de hoy!
—Si volviste para preguntar sobre la capa… —Rarity sacudió su crin—. Lo siento
mucho, pero…
—¡No, no, no! —Mintió Trixie. Miró al suelo y dejó caer los hombros para un efecto aún
más dramático (los hombros caídos siempre sellaban el trato)—. ¡Estoy aquí para
disculparme por ser tan torpe! Como ofrenda de paz, pensé que ambas podríamos
disfrutar de un buen día en el Spa La Ti Da —sonrió inocentemente.
Rarity miró por encima del hombro hacia el vestido recién terminado. Se sentía muy
agotada y mantener a Trixie lejos del vestido era probablemente una buena idea... por
si acaso.
—Supongo que sería bueno relajarse durante un rato.

En la recepción, Lotus Blossom, una poni del spa color azul con una crin rosa, les dio la
bienvenida.
—¡Bienvenida, señorita Trixie! —Dijo con una sonrisa—. Tengo todo lo que pidió listo
para iniciar. Por aquí, yeguas —las fragancias de lavanda y pepino les llegaron a sus
hocicos mientras trotaban detrás de Lotus. La poni señaló dos sillas apiladas con
mullidas toallas y batas blancas.
Mientras Rarity se acomodó en su lugar habitual, observó a Trixie. No podía dejar de
sentir que había algo más en los motivos de Trixie. La poni no tenía un gran historial
cuando se trataba de las intrigas, pero Rarity hizo a un lado la idea. Todos merecían
otra oportunidad.
—Así que, Trixie —dijo Rarity, recargándose en la silla. Una poni del spa llamada Aloe
torció su crin en una toalla y le colocó unas rodajas de pepino sobre los párpados.
Buscó en su mente un tema ocasional para la conversación
—¿Qué... qué has estado haciendo desde que ayudaste a rescatar a todos del dominio
de los changeling?
—Eso fue una locura, ¿cierto?! —añadió una voz aguda bastante familiar. Una risueña
poni rosa rebotó hasta ellas. La crin fucsia de Pinkie Pie estaba atada en una toalla,
pero pedacitos muy rizados trataban de escapar por los bordes. Comía alegremente
las rodajas de pepino—. ¿Qué has estado haciendo? ¿O a dónde fuiste? ¿O que
recorriste?
—Sólo viaje por Equestria en mi gira —dijo Trixie con un indiferente encogimiento de
hombros. Esta conversación la aburría, quería llegar a la parte buena, la parte donde
Rarity volvería a estar de acuerdo con hacerle su capa. No este cuchicheo.
—¡Oh! ¡Yo sé cuál! —Pinkie mantuvo su amplia sonrisa—. ¿“El humilde y penitente
tour del perdón de Trixie”?
—Eso fue un título provisional —suspiró Trixie agotada y extendió su pezuña a la poni
del spa que se disponía a darle un masaje y una pezuñicura.
—¡Oooh! ¡¿Cómo se llama ahora?! —exclamó Pinkie entre bocados de pepino—. 'El
relajado e imperturbable tour del spa La Ti Da de Trixie? —Pinkie saltó sobre sus
pezuñas izquierdas—. ¿O 'El tour de pepinos para ojos y batas de baño de la pezuña
mágica de Trixie'?
Rarity reprimió una risita.
—¡Ninguno! —respondió Trixie—. Ahora, Pinkie Pie, ¿serías tan amable de dejarnos a
solas para que podamos llegar a la parte relajante?
—¡Okeydokey-lokey! —se rio Pinkie y comenzó a rebotar hacia el baño de vapor.
—Espera, ¿qué fue lo que dijo sobre mi pezuña? —Trixie se tambaleó hacia delante y
los pepinos se resbalaron de sus ojos.
Sin perder el ritmo, Pinkie gritó desde el pasillo,
—¡Se ve toda brillante y rara!
—¿Se ve? —Trixie levantó su pezuña hasta su hocico y se dio cuenta que brillaba con
una luz sutil. ¿Cómo era posible? Sus ojos se clavaron en el recipiente con agua tibia
en la que Lotus había empapado su pezuña. De pronto, el momento le llegó
corriendo. En un principio, sobre el escenario, había estado en una cortina de niebla
cuando su pezuña se había vuelto mágica...
—¡Ja! —gritó Trixie en señal de triunfo mientras saltaba sobre sus pezuñas húmedas.
Era el agua. Sus ojos parecían salvajes—. ¡Mi pezuña mágica está de vuelta y sé cómo
conservarla! ¡Ahora nada podrá impedir que entre en la Sociedad de Magos de
Starmane! —arrancó la toalla de su crin y la arrojó a un lado. Luego lanzó una nube de
humo y desapareció hacia Luna sabrá dónde.
—¡Rarity! —Starlight irrumpió en la habitación. Estaba sin aliento después de galopar
todo el camino desde el Bosque Everfree—. ¿Has visto a Trixie?! ¡Tenemos que
detenerla antes de que arruine a todo Ponyville por accidente!
Rarity colocó su pezuña en su cabeza y suspiró.
—¿No puede una yegua tener una pequeña sesión de spa sin algún tipo de drama
épico?
Starlight la miró frenéticamente.
—¿Creo que no?
—Muy bien, querida —Rarity se levantó, le lanzó algunos bits a Aloe y Lotus, y asintió
—. ¡Ahora vayamos a ayudar a esa poni loca!
Sigue el truculento camino amarillo

El castillo no estaba lejos del centro de Ponyville, pero Trixie había olvidado lo pesada
que era su pezuña cuando estaba bajo el hechizo. Cada paso le tomó el doble de
tiempo mientras caminaba a través de las sinuosas callejuelas, arrastrando su pata
sobre los adoquines. Le lanzó una ráfaga de magia, con la esperanza de emplear un
hechizo de ligereza para aliviar el peso. El rayo no tuvo efecto, chocando en la
superficie brillante con una pequeña efervescencia.
—¡Este es tan tedioso y aburrido! —se quejó Trixie. ¡Le llevaría una eternidad volver a
su carro! Estaba tan ansiosa por llegar, ya que una vez estando allí, tenía planeado
renovar todo su acto para presentar su nuevo talento especial.
Habría agua, luz, y un montón de gemas brillantes. Le tomaría algo de trabajo extra el
decidirlo, pero valdría la pena. Estaba segura de que en poco tiempo estaría parada
junto a los miembros de la sociedad, intercambiando consejos secretos de ilusionistas y
chismes de magos mientras bebían sidra.
—¡Trixie! —gritó Starlight detrás de ella, sacando a Trixie de sus sueños de nobleza—.
¡Espera!
La unicornio se dio la vuelta para ver Starlight y Rarity galopando hacia ella. Como era
de esperar, tenían expresiones preocupadas en sus rostros. Todos en Ponyville
siempre estaban o bien sonriendo como una potra en una dulcería o preocupándose
por un “problema de la amistad”. Aquí vamos de nuevo, pensó Trixie armándose de
valor para una conferencia.
—Lo siento, tenía que irme del spa de esa forma —se disculpó. Tuvo la precaución de
ocultar su pata dorada dentro de su capa estrellada—. Tuve una gran idea para mi
espectáculo y tenía que irme inmediatamente antes de que se me olvidara —sonrió con
nerviosismo hacia Rarity—. ¡Tú sabes cómo es cuando te llega la inspiración! Hay que
agarrarla por la pezuña...
—Por supuesto —Rarity respondió con una inclinación de cabeza y una sonrisa—. ¡La
musa mágica es una yegua voluble! —Sus ojos se dirigieron a Starlight. Ella hizo un
gruñido delicado. O estaba pescando un resfriado o era una especie de código entre
ambas. Trixie levantó una ceja sospechosa.
—Queremos hablar contigo acerca de algo —ofreció Starlight brillantemente—. No va a
tardar demasiado... —de repente, ¡una nube de humo estalló entre las ponis! Starlight y
Rarity tosieron y farfullaron, mirando a su alrededor en busca de Trixie. Un momento
después, cuando la nube se aclaró, esperaban ver que había desaparecido como de
costumbre, pero estaba a sólo unos pasos de distancia. Trixie pisoteó su pezuña
normal sobre el suelo en señal de frustración. Sus trucos habituales no eran buenos
con su pesada pezuña.
—Awww. Esa también era mi última bomba de humo.
Se dio la vuelta hacia sus amigas.
—Sea lo que sea, va a tener que esperar —respondió Trixie en una rabieta—. Si voy a
estar lista con un acto totalmente nuevo a tiempo para el baile de la Sociedad de
Starmane, tengo que ir a trabajar en el diseño de mi nueva, increíble, asombrosa e
impresionante hazaña de... — Se interrumpió, distraída por un pequeño grupo de ponis
que se reunían en la distancia. Parecían estar inspeccionar algo en el suelo. Tal vez un
poni había perdido su monedero.
—¡Más Glowpaz! —Gritó Scootaloo. La potra pateó su pezuña sobre la pieza, pero
estaba alojada en la tierra.
—No lo creo. ¡Está en todas partes! —Dijo Filthy Rich, inclinándose hacia abajo. Sus
ojos comenzaron a brillar con anticipación codiciosa. Miró a la multitud, al darse cuenta
de su error—. Quiero decir... uh... ¡olvídenlo! ¡Nada que ver aquí! ¡Desaparezcan! —El
corcel dejó caer su flanco, tratando de ocultar la gema hasta que pudiera extraerla y
guardársela.
El grupo comenzó a crecer más mientras más ponis curiosos se detenían para revisar
la fuente de la conmoción. Trixie no pudo evitarlo. ¡Tenía que verlo por sí misma!
Galopó al grupo con Rarity y Starlight siguiéndola de cerca.
No pasó mucho tiempo para que todos vieran que el resplandor más brillante de todos
estaba parado en medio de ellos, era la misma Trixie. Ella se movió hacia atrás y
adelante sobre sus pezuñas, haciendo un pequeño patrón en el suelo. Las piedras
debajo de ella se iluminaron con cada paso y comenzaron a pulsar con el característico
resplandor de la gema.
—Miren... —dijo un pegaso color amarillo pálido—. Todo lo que Trixie toca... ¡se
convierte en Glowpaz!
—Whoaaaa —los ponis susurraron asombrados. Rarity y Starlight intercambiaron una
mirada nerviosa. Parecía que Twilight estaba en lo cierto y la magia comenzaba a
afectar a Trixie más y más.
Era verdad. Incluso el camino directo en el que Trixie había trotado desde el spa ahora
estaba cubierto con una estela brillante de restos. Por alguna extraña razón, la pezuña
de Trixie había progresado de la creación de Glowpaz por gotas de agua. Había sido
maldecida con la capacidad de convertir cualquier cosa, incluso las piedras ordinarias,
en joyas raras.
—¡Un paso atrás! ¡La brillante y luminosa Trixie tiene cosas importantes que hacer! —
Gritó—. ¡Pero si desean ver más de esta magnífica maravilla, vengan mañana a mi
show en Canterlot!
Trixie estallaba ante la idea de usar su nuevo poder para impresionar a la Sociedad de
Starmane. Visiones donde era recibida con las pezuñas abiertas en ciudades lejanas y
tierras exóticas la tentaban. En ellas, Trixie sería más que una simple maga de la
Sociedad, sería la mismísima sucesora del legado de Starmane: una diosa brillante
con la capacidad de entretener y deleitar creando espectacularmente joyas hermosas y
brillantes. Los ponis caerían a sus pezuñas reverenciándola por su experiencia mágica
y talento único.
Mañana era su noche. ¡Sentía que era su deber darle a sus admiradores lo que pedían
a gritos y mostrarle a esos ponis de la Sociedad de Starmane que justo en ese
momento era lo mejor de lo mejor! Todo lo que necesitaba era un poco de agua para
hacerla llover.
Perspectivas sombrías

En el castillo, Twilight era un manojo de nervios. Le había solicitado a Applejack,


Fluttershy, Pinkie Pie, y Rainbow Dash que se unieran a ella en la sala del trono. Las
cinco ponis estaban sentadas una frente a la otra, como solían hacer cuando había
algún tipo de crisis.
—Pero ¿por qué están acampando aquí todos esos ponis? —dijo desconcertada
Rainbow—Nunca antes los hemos tenido visitando Ponyville, ¿verdad?
—Los buscadores van a donde el viento les susurra —explicó Applejack encogiéndose
de hombros—. Ellos escuchan sobre un poni haciéndose rico de una u otra manera, y
van a estar allí, pidiendo una compensación.
Twilight sacudió la cabeza.
—¿Has visto lo que le han hecho al Parque de Ponyville? —levantó las pezuñas—.
¡Agujeros excavados por todas partes!
—¡Por supuesto que los vi! —Fluttershy enfureció. Su voz era sólo un poco más alta
que su típico susurro dulce y gentil—. Los pobres animalitos están aterrorizados.
Simplemente aterrados —parecía que iba a llorar—. Sus casas simplemente se
hundieron y quedaron destrozadas...
—Entonces, ¿qué debemos hacer?— Rainbow miró a su alrededor a cada uno de sus
rostros—. ¿Pedirles que lo dejen? —la pegaso jugueteó con su crin arcoíris.
—Podrías intentarlo, pero lo más probable es que no se muevan —advirtió Applejack y
miró a Rainbow Dash—. En una ocasión hubo una fiebre del oro en Appleloosa. Les
tomó lunas irse, incluso una vez que la corriente se secó.
—Espero que Starlight sea capaz de encontrar a Trixie —Twilight se preocupó—. Si
como tememos tiene la maldición de la Pezuña Gema, no tenemos mucho tiempo
hasta que esté en peligro... Se tarda un poco pero la Pezuña Gema eventualmente
afecta todo el cuerpo del poni maldito. Si llegamos demasiado tarde, ¡Trixie podría
quedar completamente transformada en una estatua hecha de gemas! —se mordió el
labio y se quedó mirando el candelabro, empujando el horrible pensamiento de su
mente—. ¡Me gustaría saber quién la maldijo y por qué!
—¡Oooh! ¡Oooh! —chilló Pinkie Pie mientras se retorcía en su trono con la pezuña
levantada—. ¡Creo que sé!
Applejack frunció el ceño.
—Bueno, ¿por qué no lo dices, terrón de azúcar?
—Sí. ¡¿Qué pasó?! —instó Rainbow Dash.
—Bueno... —Pinkie tomó una respiración profunda y habló con rapidez—. ¡Trixie
estaba molestando a Rarity para que le hiciera un atuendo, pero trató de meterse con
el vestido que Rarity estaba cosiendo para Sapphire Shores y se puso en su camino, ¡y
la magia de la Rarity se puso toda loca! Así que la pezuña de Trixie se puso
'¡brillante!' y todos los ponis en la ciudad se pusieron como, '¡Vayaaaaa!' ¡Y ahora todo
lo que toca se está convirtiendo en Glowpaz! —se encogió de hombros—. Lo vi pasar a
través de la ventana.
Las ponis fueron tomadas por sorpresa, pero el color desapareció del rostro de
Twilight.
—¿Fue Rarity? ¿Y fue un accidente? —Eso no se lo esperaba. Pero Twilight sabía que
el efecto de la magia funcionaba con intención. La magia de la Rarity estaba destinada
al vestido, no a Trixie. Así que ¿también tendría que cambiar el remedio? Entre las
habilidades de Twilight y Starlight, tenían una buena oportunidad de averiguarlo. Pero
no tenían mucho tiempo.
—Tenemos que encontrar a Trixie de inmediato y revertir el hechizo, ¡antes de que sea
demasiado tarde!
Si no lo hicieran, Trixie pronto no sería más que una gran y poderosa estatua,
eternamente congelada en Glowpaz como una mosca en una pieza de ámbar.
El remedio Resplandor

¡Oh no! El lugar donde el carro de Trixie había estado estacionado durante los últimos
días ahora definitivamente estaba vacío. Todo lo que quedaba eran unos naipes
caprichosos y un rastro resplandeciente de polvo de Glowpaz.
—¡Se ha ido! —Pinkie chilló en estado genuino de shock. La poni rosa empezó a
hurgar entre los arbustos como si estuviera jugando un juego de escondidas—.
¡Desaparecida!
—¿Dónde creen que podría haber ido? —se preguntó Rainbow en voz alta mientras
Applejack pateó el suelo con su pata y se inclinó para inspeccionar una pieza de
Glowpaz.
—No puede haber llegado demasiado lejos —Twilight parecía perdida en la distancia—
. Si la maldición ha hecho efecto suficiente para ir dejando un rastro, entonces por
ahora su pezuña debe estar bastante pesada. —De hecho, cuanto más usará su
magia, más rápido haría efecto la maldición. Twilight espera que la unicornio estuviera
siendo prudente con sus hechizos.
Starlight y Rarity llegaron galopando a través del campo. Parecía como si hubieran
visto un fantasma en la Noche de Nightmare.
—¡Ahí están! —exclamó Starlight hacia su grupo de amigas—. Rarity y yo las hemos
estado buscando por todos lados.
—¿Saben dónde está Trixie? —Preguntó Twilight, sintiéndose ansiosa. Tal vez no
siempre se llevaran bien, pero lo último que quería era que algo le pasara—. ¡Tenemos
que encontrarla de inmediato!
Los ojos de Rarity se movían alrededor con nerviosismo.
—Se ha ido a Canterlot para montar un espectáculo. No había manera de detenerla.
Además, creo que existe la posibilidad que yo accidentalmente, erm... oh querida,
¿cómo debo poner esto? Bueno... No era mi intención, pero... ¡Yo la maldije!

A medida que Expreso de la Amistad resoplaba a través del campo a la capital, Rarity
se aferró a su bolso de vestidos protectoramente. Todos los ponis merecían verse lo
mejor posible, e incluso si la prenda no era perfecta, todavía la ayudaría a convencer a
Trixie de que se preocupaba por ella. En realidad, no quería hacerle ningún daño.
—¿No es fascinante cómo la magia puede ser tan voluble y engañosa? —rio Rarity
nerviosamente—. ¡Un minuto, una poni puede estar enviando bellos remolinos de luz
hacia el vestido de los Glammys de su celebridad favorita, y al siguiente podría estar
lanzando un rayo accidental hacia la pezuña de un poni y provocando que una
maldición oscura surta efecto!
—No te sientas mal, Rarity —dijo Twilight, dándole a su amiga una mirada
comprensiva—. Fue un accidente.
—Lo importante es que fuimos capaces de encontrar algunas Bayas Destello en los
almacenes del castillo —Starlight les recordó a todas—. La poción del Remedio
Resplandor que Twilight preparó deberá funcionar para restaurar a Trixie.
—Es decir, ¡si ella la bebe! —se burló Rainbow Dash—. Buena suerte sacando un
poder especial de las pezuñas de esa poni. ¿Recuerdan el amuleto del alicornio?
Todas las ponis intercambiaron una mirada incómoda. Sabían que Trixie se había
disculpado por el incidente en el que había exiliado a Twilight de Ponyville por celos
hacia sus habilidades mágicas. Y definitivamente había cambiado para mejor. Pero aun
así, había una astilla de duda, en cada una de sus mentes. ...
Starlight, sin embargo, conocía a un lado diferente de Trixie. La había apoyado en
numerosas ocasiones. Se lo debía a su mejor amiga.
—De una forma u otra, encontrare una manera de que beba este tónico y curarla —
Starlight levantó la botella a la luz para una inspección más cercana. Apenas había un
sorbo el interior.
—Es mejor hacer las cosas bien en el primer intento —advirtió Applejack con el ceño
fruncido—. Esa cantidad no podría apagar la sed de una pulga.
Una gota sería suficiente.
Capa y arrogancia

Rápidamente se había extendido la noticia de la magnífica yegua con la pezuña de


Glowpaz. Ponis en todo el reino tenían el nombre de Trixie en los labios. Todos los
ponis querían verla en acción y tomar un pedazo de la abundancia brillante.
Una vez que llegó a Canterlot, Trixie se había tomado su tiempo colocando el
escenario. En parte porque quería crear suspenso, y en parte porque era físicamente
incapaz de moverse muy rápido con su pesada pezuña. ¿Por qué se siente como si
toda su pata delantera fuera más pesada ahora?
Trixie estaba terminando la tarea de desplegar sus nuevos carteles gigantes de “La
pezuña que sostiene el Glowpaz” cuando oyó el molesto murmullo de un ruidoso grupo
de amigas gritándole alguna tontería. Trixie se tapó la oreja izquierda he hizo una
mueca de dolor simulado.
—¡Las rejas de Trixie son delicadas! ¿Por qué debe realizar este tipo de sonidos
terribles a mí?
—¡No subas al escenario! —Gritó Twilight.
—¡Detén el espectáculo! —Exclamó Fluttershy.
—¿Por favor? —Lloriqueó Rarity.
Trixie las observó y se rió.
—Voy a deslumbrar a cada poni aquí afuera porque es la única oportunidad que tengo
para impresionar a los ponis de la Sociedad de magos de Starmane. ¡Están justo al
otro lado de la calle mientras hablamos! —desvió la mirada—. ¿Vinieron todo el camino
a Canterlot para tratar de parar todo eso? ¡Eso no es muy amable! ¿No se supone que
todas son expertas en ese departamento? —Miró directamente a Twilight en la última
parte.
El cielo comenzó a oscurecerse. La pezuña y pata delantera de Trixie empezó a verse
aún más brillante con la poca luz. Rarity no podía apartar los ojos de la forma en que la
luz se arrastraba sobre la espalda de Trixie.
—¡Escúchame¡ — rogó Starlight. Su crin bicolor se balanceaba en la brisa mientras
señalaba al hombro brillante de Trixie—. Tienes que dejar tu pezuña brillante o de lo
contrario va a extenderse. Te convertirá en una estatua... muy... muy... ¡brillante!
—No te creo —Trixie respondió con una expresión descarada. Comenzó a alejarse
trotando—. Todo esto es sólo una estratagema para desviar la atención de mí otra vez,
¿verdad?
—No, por supuesto que no —respondió Twilight con sinceridad—. ¡Somos tus amigas!
Trixie se burló.
—Mi espectáculo inicia en tres minutos, y espero que todas ustedes estén en la
audiencia para apoyarme —elevó su nariz en el aire y se dio la vuelta para mirarlas—.
Ya saben, lo que hacen los amigos.
La maga trotó detrás del escenario para prepararse y Starlight la siguió.
—Voy a arreglar esto —le dijo a las demás—. Lo prometo.
Starlight se mantuvo oculta mientras Trixie trabajaba en los alrededores, comprobando
la utilería y mirando a escondidas por la cortina a la creciente multitud del exterior.
¡Había cientos de ponis esperando echarle un vistazo a la famosa pezuña
brillante! Cuando Trixie fue a ajustar el grifo de la manguera, todo le quedo claro a
Starlight. ¡Eso era! Podría administrar el remedio resplandor a través de una niebla de
agua, justo como había hecho en el espectáculo anterior. Entonces, Trixie seria
empapada por el tónico y se salvaría.
Starlight se sintió mejor al instante. Ahora todo lo que tenía que hacer era esperar la
señal correcta.
Desgarrado y restaurado

—¡Bienvenidos a la vista más maravillosa que jamás hayan visto! Yeguas y caballeros
les presento... sin más preámbulos a... la grande... la única... la siempre brillante,
dadora de gemas e increíble ilusionista... ¡LA GRAN Y PODEROSA TRIXIEEEE! —
Trixie irrumpió en el escenario en un destello de luz.
La multitud se quedó sin aliento ante la impactante visión. ¡La mitad del cuerpo de
Trixie resplandecía! Trixie se miró y sus ojos se agrandaron. Rápidamente cubrió su
sorpresa y siguió, cojeando por el escenario de manera incómoda.
—La Gran y Poderosa Trixie ahora llevará a cabo un impresionante truco único en su
clase y nunca antes intentado: '¡La pezuña que sujeta el Glowpaz!' —levantó su pezuña
brillante. La luz iluminó la loca expresión en su rostro.
—He aquí... ¡mi pezuña de maravilla! —agitó su pezuña en el aire y comenzó a
caminar lentamente por el escenario. Su cuerpo se sentía bastante pesado. Todos los
ponis en la multitud la siguieron con sus ojos, de ida y vuelta—. Ahora voy a
transformar cualquier elemento, de cualquier sustancia, ¡en una hermosa joya!
—¡Cualquier elemento! —de repente, Starlight apareció, vestida con una corbata y
falda de lentejuelas. Adoptó una pose y mostró una cursi sonrisa. Luego dio un paso
adelante e hizo un giro dramático. Brincó hasta un potro joven en la primera fila y se
inclinó.
—Jovencito, ¿tendrás un artículo que te gustaría que la Gran y Poderosa Trixie
transforme? —El potro le pasó su oso de peluche de mala gana.
Trixie le lanzó una mirada de enojo a Starlight. ¿Quién se creía que era, tratando de
arruinar el espectáculo?
—Cuando tendremos la lluvia de Glowpaz? —Gritó una yegua de la audiencia—.
¡Dense prisa!
Trixie la ignoro y siguió adelante.
—Contemplen... contemplen...
—¡Contemplen la hermosa pezuña brillante mientras este oso se convierte en uno
hecho de gemas! —Starlight terminó con un guiño—. Y eso no es todo, amigos, al final
de este espectáculo, ¡Trixie hará lo mismo y se convertirá completamente en Glowpaz!
—el público se quedó sin aliento y estalló en aplausos. Incluso Trixie se vio
sorprendida.
—¡Eso es correcto! —gritó Trixie—. Me transformaré y regresaré a la normalidad, sin
un rasguño ante el peso insoportable y considerable… ¡Ahhhh, oohh! —cayó sobre su
costado como una muñeca de madera. Sus piernas quedaron atrapadas, inmovilizadas
en sus moldes brillantes.
El público comenzó a reírse. La cara de Trixie se sonrojó de vergüenza. Trató de
levantarse, pero sólo se deslizó a través del escenario.
Twilight, Fluttershy, Rainbow Dash, Pinkie Pie, Rarity, y Applejack observaron en
agonía desde la audiencia. Fluttershy se cubrió los ojos y gimió sin poder hacer nada.
A pesar de que ocurrió antes de lo que había previsto, Starlight no podía esperar otro
segundo. Sacó la manguera de detrás del escenario, la accionó, y vertió el Remedio
Resplandor directo en la corriente de la niebla, ¡disparándola todo el camino hasta
Trixie!
Tan pronto como la poción golpeó la piel de Trixie, una luz cegadora surgió por toda la
calle y un sonido resonante atravesó las orejas de todos los ponis.
Los ponis parpadearon para despejar las estrellas que habían sido dejadas en sus ojos
por la luz del hechizo al surtir efecto. El público tropezó, aferrándose a sus pezuñas, y
comenzaron a vagar en un estupor confundido. El espectáculo había terminado.
Starlight se frotó los ojos. Cuando su vista finalmente regresó, vio a Trixie ovillada
sobre el suelo. Sus ojos estaban cerrados con fuerza.
—¿Se ha terminado? —se quejó—. Mi hermosa pezuña mágica ¿se ha ido?
—Me temo que sí —Starlight extendió su pezuña y la ayudó a levantarse. Se sintió tan
ligera como una pluma—. ¡Pero gracias a Celestia! —comenzó a reír con una sonrisa
genuina—. Estaba tan preocupada por ti. ¡Y realmente no estaba segura de sí cambiar
el espectáculo de esta manera podría funcionar!
—Entonces... —Trixie suspiró y le devolvió la sonrisa—. Creo que tenías razón sobre
todo el asunto de la estatua brillante —se dejó caer en el suelo y sacudió la cabeza—.
Lo siento, volví a dejarme llevar. ¡Realmente deseaba tanto impresionar a los ponis de
la Sociedad de Starmane!
—Lo sabemos, terroncito —Applejack le sonrió tranquilizadoramente—. ¿Tal vez haya
otra oportunidad?
—Pensé... que si veían mi pezuña brillante, pensarían que era especial...— explicó
Trixie.
—Eres especial. Y lo que más nos gusta de ti, Trixie, ¡es que nunca te das por vencida!
—admitió Twilight con una sonrisa. Las demás asintieron. Todas quedaron
impresionadas por la rapidez con la que Trixie se había recuperado—. Esa es una
cualidad que todos admiran.
—No pude darte esto antes —dijo Rarity, dando un paso adelante. Desabrochó el
bolso, dejando al descubierto una capa perfectamente cosida y única en su
clase. Trixie quedó boquiabierta—. Yo quería decir lo siento por... uh... todo el asunto
de tu pezuña —rio nerviosa.
—¡Vaya! —Trixie balanceó la nueva capa alrededor de su cuerpo. Era suave, brillante,
y vistosa, perfecta en todos los sentidos—. Muchas gracias. —Trixie estaba tan
conmovida; parecía que iba a llorar—. No merezco amigas como todas ustedes.
—¡Por supuesto que sí! —Respondieron al unísono. Todas envolvieron a Trixie en un
tradicional abrazo grupal.
—Si tengo la oportunidad, aun planeo encontrar una manera de impresionar a la
sociedad — sonrió Trixie, las ruedas ya giraban en su cabeza—. Tal vez pueda tratar
con una nueva hazaña nunca antes intentada... algo relacionado con cocodrilos…
—¿Disculpe? —la interrumpió una yegua mayor bañada en esmeraldas, dando un paso
adelante—. La Gran y Poderosa Trixie, ¿supongo? —Su crin plateada estaba repleta
de estrellas brillantes y tenía una expresión traviesa en su rostro—. Soy…
—¡Starmane! —Trixie suspiró con reverencia—. Vaya. Por supuesto que sé quién es.
—Una actuación muy divertida la que montaste ahí —dijo con una sonrisa astuta —. Un
espectáculo tan inteligente. ¡Me encantó cómo fingiste no saber de qué trataba el
acto! No me he reído tanto desde que vi a '¡La hilarante y asombrosa Piebald! '
—Oh, gracias... —respondió Trixie, sintiendo una extraña mezcla de asombro y
confusión. Miró a sus amigas. Todas sonreían y hacían gestos entusiasmados.
Starmane ladeó la cabeza hacia un lado.
—Dime, Trixie... ¿te gustaría unirte a mí y a los otros con una jarra de sidra al otro lado
de la calle? Esta noche es nuestro gran baile de la sociedad, ¡y sin duda nos podría
servir algo de sangre nueva para amenizar la fiesta!
—¡Nada le gustaría más a Trixie!
El baile de sociedad de Starmane

Trixie se presentó ante los enigmáticos miembros de la Sociedad de Magos de


Starmane. Las velas flotaban por todas partes, y había suave música de jazz tocando
por toda la sala secreta debajo del salón de baile.
Era un ambiente más que adecuado para una fiesta exclusiva de sociedad, pensó
Trixie mientras giraba dramáticamente. Su nueva y brillante capa de espirales coloridas
se balanceó y cayó suavemente sobre sus hombros. Una mirada tortuosa brilló en sus
ojos.
—Y esa, miembros de la Sociedad, es la historia de cómo mis amigos y yo salvamos a
Equestria de los villanos más temibles conocidos por la equindad, ¡la reina Chrysalis y
su ejército de changelings succionadores de amor!
—¡Bien hecho! —Elogió un mago llamado El atrevido y audaz Wild Card. Se quitó su
sombrero de copa negro ante ella. Una paloma blanca voló y se posó sobre la cabeza
de otro mago.
—¡Un brindis por ti! —Dijo una pegaso acertadamente llamada La increíble y talentosa
Gimmick, al pasarle a Trixie un vaso de sidra—. Me tenías en el borde de mi asiento.
¡Un verdadero entretenimiento!
Trixie asintió con un ligero rubor en su rostro. La misma Starmane había estado
escuchando la historia. La vieja yegua dio una señal de aprobación y lentamente se
dirigió a Trixie. Sus joyas tintinearon y su larga capa de terciopelo azul flotó por el
suelo. Se sentía como si el corazón de Trixie fuera a salirse de su pecho.
—Jovencita, ¡puede que seas un poco diferente, pero eres valiente! Eres una
verdadera artista. Eso es algo que aquí admiramos mucho y necesitamos más en
nuestro estimado grupo —Starmane puso una pata en el hombro de Trixie—. Por lo
tanto, creo que esto te pertenece, oh Gran y poderosa Trixie... — Allí, en la pezuña de
Starmane, estaba lo único con lo que Trixie había soñado, lo único que significaba más
que las riquezas más brillantes o los elogios sin fin del público, ¡un broche de miembro
oficial de la Sociedad de Magos de Starmane!
—Yo... yo... —farfulló Trixie mientras estudiaba el símbolo de las dos varitas cruzadas
rodeadas por un halo de estrellas—. Estoy asombrada. ¡Gracias, Estupenda y
asombrosa Starmane!
Los ponis estallaron en risas y aplausos acogedores. Trixie hizo una gran reverencia,
tratando de mantener el rostro de una maga seria. Pero no pudo evitar sonreír.
¡Realmente estaba aquí; realmente era parte de esto! Cada gramo de su cuerpo se
sentía verdaderamente mágico, hasta las puntas de sus pezuñas.

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