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© 2017
Little, Brown
La unicornio azul levanto la cabeza, inclinando su barbilla hacia el cielo para echar un
vistazo a la cima de la torre más alta del castillo. Su sombrero largo y puntiagudo cayó
de su cabeza y aterrizó en el suelo resplandeciente.
—¡Chispas! —gruñó, intentando recuperarlo. Aplastó el ala púrpura de su sombrero de
regreso sobre su crin azul—. ¿Holaaaaa? —volvió a golpear con su pezuña, cada vez
más impaciente. Le tomó toda su fuerza de voluntad el abstenerse de usar una bomba
de humo para desaparecer y reaparecer en el interior. Estaba siguiendo las
reglas. Twilight amaba las reglas. Así que primero llamaría. Entonces sería bienvenida
en el Castillo de la Amistad para una estancia prolongada.
Ningún poni sabía que vendría. Por lo general, aparcaba su carro cerca del castillo y
acampaba afuera. Pero esta vez, Trixie pensó que sería bueno estar en las
comodidades de un lugar que tenía más espacio para estirar sus pezuñas. ¡Era un
castillo gigantesco, por el amor de Celestia!
En realidad, no siempre se había llevado bien con Twilight. Después de todo lo que
había ocurrido entre las magas duelistas, ambas seguían viendo a la otra como algo
para impresionar y desafiar al mismo tiempo. Incluso si ahora una de ellas era una
“princesa”. Trixie seguía sin entender que Twilight hubiera recibido el honor cuando
realmente ambas eran iguales en talento y carisma.
Pero finalmente, Trixie y Twilight tenían algo innegablemente especial en común: su
amistad con Starlight Glimmer. Nunca lo admitiría en voz alta, pero se sentía
maravilloso el poner la rivalidad a descansar. Además, razonó, todavía había mucho
tiempo para que la princesa Celestia decretara que Trixie también era una princesa. Ya
antes habían sucedido cosas extrañas en Equestria: la princesa Luna alguna vez fue
exiliada a la luna, Discord se había vuelto amigo de la equindad, y toda una horda de
changelings había aprendido a amarse unos a otros.
Podría pasar.
Acababa de comenzar a conjurar imágenes de sí misma en su gran coronación cuando
la pesada puerta se abrió. Un aura mágica familiar bailaba alrededor de sus bordes
y Trixie se animó. ¡Reconocería ese resplandor en cualquier parte! Era exactamente la
poni que quería ver, su nueva mejor amiga e inesperada confidente, Starlight. Exhaló
con alivio ante la cara amistosa.
—¡Trixie! —sonrió Starlight—. ¡No sabía que vendrías a Ponyville! —levantó su pezuña
e hizo un gesto hacia la cavernosa morada—. Ven y toma una rebanada de tarta de
manzana. Han pasado siglos desde que me visitaste —para alguien tan sarcástico y
rebelde, Starlight estaba inusualmente alegre el día de hoy—. Tenemos mucho con que
ponernos al día desde ese épico viaje a la colmena changeling donde salvamos a todo
el mundo de la ruina—bromeó Starlight—. Esta vez vamos a mantenerlo un poco más
casual, ¿eh?
—La observadora y sospechosa Trixie se da cuenta de que estás en un estado de
ánimo particularmente genial —entrecerró los ojos—. ¿Por qué?
Starlight sonrió.
—¿Puedo respirar por un minuto? —Su rostro se transformó en un ceño fruncido.
—¿Para qué son las amigas? —preguntó Trixie, ansiosa por oír el chisme. Esta era la
Starlight que conocía.
—Bueno, es sólo que... —la luz del sol entró en la cocina del castillo—, las lecciones de
amistad son geniales y todo, pero a veces siento que no voy a llegar a ninguna parte —
suspiró—. Supongo que eso es todo. Sólo es un poco frustrante.
¿Ese fue el gran desahogo?
—Oh —dijo Trixie, intentando ocultar su decepción. No es que quisiera que las cosas
entre Starlight y Twilight fueran desagradables; sólo quería que Starlight la quisiera
mejor a ella. ¿Era eso mucho pedir?
—¡Suena rudo!
La unicornio púrpura activó su magia para abrir el armario de repostería, donde
reposaba una tarta de manzana deliciosamente fragante con una corteza enrejada.
—Por lo menos, gracias a Applejack, al fin sé cocinar la tarta perfecta. ¿Puedes creer
que cocinamos esto sin usar nada de magia? sólo la receta de la familia Apple y algo
de grasa en las pezuñas como a la antigua. Ten... toma algo —la sonrisa de Starlight
se iluminó con orgullo.
La corteza dorada brilló cuando Starlight puso la tarta delante de su invitada. Trixie le
dio una gran mordida y habló a través de ella.
—No entiendo, ¿en serio eres feliz horneando tartas y haciendo cosas lentas y
aburridas con Twilight? —llovió un confeti de migajas.
—Bueno, sí —Starlight sacudió su crin—. Pero también estoy feliz porque en el
momento en el que apareciste, me di cuenta de que últimamente he estado trabajando
demasiado —explicó—. Necesito tener un poco de diversión totalmente loca e inútil, ¡y
tú eres la poni perfecta para unirte a mí! ¿Qué dices? —sonrió con esperanza.
—¿Diversión inútil? —Trixie alzó una ceja—. ¿Cuál es el punto de eso? —esperaba
que este proyecto no obstaculizara la habilidad de su mejor amiga para ayudarla con su
importantísima misión mágica.
—¡Para divertirnos! No tiene que haber una razón —rio Starlight y añadió:— Pinkie Pie
me enseñó eso.
Trixie gruñó en respuesta.
—Rayos, Trixie. ¿Cuándo te volviste tan aburrida?
—Muy bien. Vamos a encontrar algo de frivolidad —Trixie desvió la mirada—. Pero
¿podemos hacerlo después de que me ayudes en mi proyecto?
—¡Claro! —Starlight comió un bocado y miró a Trixie de reojo—. ¿Qué es este
misterioso proyecto que no puede esperar?
—Bueno, ese es el problema —admitió Trixie con impaciencia—. Aun no lo sé. ¡Pero
sé que tengo que presentar un brillante nuevo acto prácticamente para ayer!
Starlight comió el último bocado de su pastel y lamió las migas sobrantes de su
pezuña.
—Bueno, sentarnos aquí no nos va a inspirar —miró alrededor de la habitación
cavernosa y resonante—. En este momento Twilight y Spike ni siquiera estaban en
casa. Starlight se levantó y golpeó sus pezuñas sobre la mesa—. ¡Vamos, Trixie!
Vayamos a dar un paseo por Ponyville.
—Se supone que Ponyville es la ciudad más amistosa de Equestria y todo eso —el
ligero toque de orgullo local en la voz de Starlight provocó a Trixie de la manera
equivocada. ¡Empezaba a sonar como Twilight! Ponyville estaba bien y todo, un gran
lugar para pasar y hacer una actuación o dos, pero realmente nunca había visto el
alboroto. Starlight la empujó.
—Tal vez si intentas decirle hola a algunos ponis, te relajes un poco...
—¿Relajarme? —la sonrisa de Trixie se transformó en un bostezo—. ¡Brillante idea! Tal
vez la princesa Luna entre en mis sueños y me dé una idea para mi nuevo acto de
magia —hablar con cualquier poni era una completa pérdida de tiempo. Trixie se dio la
vuelta sobre sus pezuñas y se dirigió hacia el castillo—. ¡Adioos!
—¡Eh, espera! —exclamó Starlight, lanzando algo de magia hacia Trixie.
Un orbe reluciente la rodeó, haciéndola incapaz de alejarse más. Trixie hizo una mueca
y golpeó su pezuña contra el campo de fuerza. Sus ojos se lanzaron hacia a todas
partes en busca de espectadores descarriados. Lo último que necesitaba era un
puñado de ponis viendo que ella, la Gran y Poderosa Trixie, ¡ni siquiera era capaz de
escapar de un simple hechizo de escudo! Empañaría su reputación de maga.
—¡Déjame salir de aquí en este instante!
—¡Vaya! —dijo Starlight—. Lo siento —a veces era un poco impulsiva con sus
hechizos. Envió un rayo contra la burbuja, reventándola de inmediato. Trixie cayó al
suelo, pareciendo bastante gruñona.
Trixie fingió un bostezo.
—Aburrido —se levantó y se cepilló con la esquina de su manto estrellado—.
¡Suficiente de este vagabundeo! Tengo una manera mucho mejor de pasar nuestro
tiempo, ¡O Sabia y Brillante asistente Starlight!
Starlight frunció el ceño.
—Pero yo…
—¡Calla, mejor amiga! —interrumpió Trixie—. Trixie tiene algo de mayor importancia
que lograr. Verás, este nuevo acto mágico que vamos a crear tiene que ser el mejor
que jamás haya realizado, porque... —se interrumpió cuando una oleada de nervios la
atravesó y sus rodillas se tambalearon—. Porque…
Starlight levantó una ceja, esperando.
—… ¿Porque?
—¡Porque estoy a punto de ser la primer maga aceptada en la Sociedad de magos de
Starmane desde el Retorno Lunar! —Trixie estaba prácticamente borboteando de
anticipación—. Puedes preguntar ¿Cómo voy a lograr esta tarea imposible? La
respuesta es obvia. Voy a intentar una nueva proeza de trucos mágicos, el truco más
valiente que jamás haya sido imaginado por cualquier poni a lo largo de la historia de
los magos. Y tú me vas a ayudar. Ahora ¿dónde está mi habitación? Voy a necesitar
mucho espacio para practicar.
—¿Tu habitación? —Starlight apenas había dicho algo antes de que Trixie retrocediera
hacia el castillo en un galope—. ¡Espera! —gritó mientras corría tras la maga
sinvergüenza—. ¡Déjame ayudarte a elegir una! —recordó la mágica suite secreta que
recientemente había descubierto en el castillo. ¡Había resultado ser un amplificador
andaluz, el cual hacia que cualquier magia que se realizara en su interior se saliera de
control y creara un vórtice! No quería saber qué pasaría si Trixie encontrara uno de
esos—. ¡Trixie, espera! —gritó Starlight.
Cuando Trixie irrumpió por las puertas del castillo y corrió por los pasillos, la unicornio
azul no pudo evitar sonreírse. ¿Qué daño haría un pequeño truco de desaparición
improvisada? Le encantaba mantener a su audiencia en suspenso, y su mejor amiga,
Starlight, no era la excepción. Todo era parte del espectáculo.
Juego de pezuñas
Al día siguiente y a pesar de que aún tenía que elaborar el acto de magia perfecto,
Trixie se permitió trabajar en su impresionante y amplia lista de pendientes en los
alrededores de Ponyville. «¡No hay tiempo que perder cuando Trixie se está
preparando para lograr lo imposible!» Pensó para sí misma mientras preparaba un
abundante desayuno de pan tostado, jugo y azúcar con canela para sus anfitrionas.
Cierto, era un intento de congraciarse con Twilight y Starlight, pero parecía estar
funcionando. Las ponis devoraron la deliciosa comida y parecían bastante sorprendidas
por sus brillantes habilidades culinarias.
—Vaya, Trixie —se maravilló Twilight con la boca llena de azúcar y canela—. ¡Esta
avena esta deliciosa! ¿Qué hechizo usaste para hacerla?
—No utilice un hechizo. ¡Sólo es una cosa más en la que soy increíble! —cantó, sólo
para ser recibida con un doble gesto de exasperación. Después de que las tres ponis
comieron, Trixie espantó a sus renuentes anfitrionas. Prometió limpiar y darles algo de
tiempo para trabajar en sus “importantes lecciones de amistad”. Y aunque Trixie no era
positiva, le pareció que Twilight seguía mirándola por encima de su hombro mientras
salía de la habitación. ¡Se veía impresionada!
Una vez que ambas estuvieron ocupadas, Trixie se escabulló y marchó hacia Boutique
Carousel, ignorando sus advertencias de no molestar a Rarity. Al parecer, la unicornio
estaba inmersa en un proyecto personal, cosiendo un vestido para algún evento de
moda. Centellas, pensó Trixie mientras trotaba por Ponyville. Moda, estrellada.
—¡Me encanta la moda! —gritó Trixie mientras entraba por la puerta principal. Se sentó
en una de las tumbonas de terciopelo y se acomodó—. La Gran y Poderosa Trixie te ha
honrado con su presencia porque le gustaría encargar una capa de suma importancia...
—se levantó con decisión—. Para hoy —clavó su nariz en el aire y cerró sus ojos como
si ilustrara la seriedad de su demanda.
—Oh, Trixie, tú sabes cómo hacer una entrada, querida —se rio Rarity, colocando una
lustrosa pezuña sobre su pecho—. Que yo, de todos los ponis, puedo apreciar —
continuó empujando una franja de gasa por la aguja de su máquina de coser—. Pero
sinceramente, cariño, me temo que el día de hoy no puedo hacer eso. Estoy muy
ocupada con este vestido para los premios Glammy. Ya sabes, ¿la noche más
glamorosa del año para quien está en la moda, la música o las artes? No puedo dejar
que mi querida clienta Sapphire Shores de un solo paso sobre la alfombra roja
viéndose como algo menos que la pura perfección —ajustó sus gafas de trabajo y la
miró con simpatía—. Así que hoy no habrá capas.
El rostro de Trixie rápidamente se contorsionó en un ceño fruncido.
—¡Puedes añadir tu nombre a mi lista de comisiones! —gritó Rarity agitando
elegantemente su pezuña hacia la larga lista en la pared—. Pero puede tardar algunas
lunas.
—Pe… pero... ¡necesito una capa nueva ahora! —gimoteó patéticamente Trixie —. Es
mi única oportunidad de entrar...— le tembló su labio—. ¿Por favor?
—¿Entrar? —Rarity levantó una ceja. Ahora su interés había despertado—. ¿A algo
exclusivo? —se levantó y trotó a un poniqui que llevaba un vestido blanco de
gasa. Mientras esponjaba las faldas voluminosas, la tela parecía danzar y girar en la
luz. Trixie no podía quitarle los ojos de encima.
—¡La Sociedad de Magos de Starmane! —exclamó Trixie, chocando su pezuña con
firmeza—. También conocida como la única organización de magos que significa algo,
en cualquier parte. ¡Simplemente tengo que hacerme una oferta de membresía o bien
no ser una maga en absoluto!
El silbido de la tela fue silenciado mientras Rarity hacía una pausa.
—¿En absoluto? —estaba intrigada.
¡Ha! Ningún poni podía resistirse a los encantos de Trixie.
—Bien… —sonrió Trixie—… es prácticamente imposible audicionar para Starmane,
pero mi plan es más sólido que los cimientos de una granja de rocas —comenzó a
andar alrededor de la habitación, gesticulando salvajemente con su pezuña mientras
hablaba—. Primer paso: Que la más magnífica diseñadora de moda en Equestria me
diseñe un nuevo atuendo. ¡Ahí es donde entras, Rarity!
—Entonces, mientras estás ocupada trabajando en tú magia, yo me quedare aquí en
Ponyville practicando mi asombrosa hazaña de genialidad mágica frente a una
audiencia hasta que sea impecable. Finalmente, me escabulliré en el gran baile de
magos y realizaré la hazaña para todo el comité de ancianos de Starmane. No podrán
apartar la mirada de mis increíbles talentos, y entonces tendrán que hacerme un
miembro justo en el acto —Trixie estaba furiosa.
—¿Te invitaron a un gran baile? —dijo Rarity, perdiendo claramente el objetivo del
discurso. Trixie prácticamente podía ver la mente de Rarity corriendo con visiones de
seda y tocados de alta costura. Rarity batió sus pestañas—. ¿Puedes conseguir
otra? ¿Para tu diseñadora?
—Uh... —rio nerviosamente Trixie y se sentó en el sofá de terciopelo, palmeó un cojín
de color turquesa—. En realidad no he sido invitada, pero...
—Oh, Trixie —Rarity sacudió su crin púrpura—. Asistir a una gala a la que no has sido
invitada es bastante anticuado, ¿no?
—No cuando es la única manera de que un poni sea notado —respondió Trixie y
expulsó una bocanada de aire antes de desplomarse, tratando de sobreactuarlo.
—Realmente deseo poder ayudarte, pero este vestido para los Glammys realmente
necesita mi atención —Rarity trotó de regreso a su creación cubriendo al poniqui y
comenzó a lanzar pequeños rayos de magia de su cuerno a la tela.
Cada vez que la magia tocaba un botón o una costura, había un pequeño chisporroteo
que activaba un resplandor sutil. Rarity estaba admirando su trabajo en el espejo de
tres vías cuando vio el triste rostro de Trixie.
—Por el otro casco —se dio la vuelta—, podría tener algo de tiempo extra para
acomodarlo. Después de que haya terminado el vestido.
—¡Excelente! —exclamó Trixie, trotando para unírsele al lado del poniquin—. Haz que
sea así —señaló el vestido. La prenda hipnotizante brilló mientras giraba— ¡Podrías
perder un velo de estas excesivas enaguas y coserla en una capa para mí ahora
mismo!
Rarity frunció el ceño y siguió trabajando.
—Eso no fue lo que acordé, y realmente no tengo tiempo ahora. Todavía tengo que
añadir un borde dorado aquí y allá…
—¡Espera, te lo enseñaré! —interrumpió Trixie mientras se zambullía en el tejido. En el
mismo instante, Rarity envió un rayo de magia dorada hacia el dobladillo. Este golpeó
la pezuña derecha delantera de Trixie con un chisporroteo.
—¡Ouchies! —Trixie hizo una mueca, perdiendo el equilibrio. Como en cámara lenta, la
unicornio tropezó con sus demás pezuñas, golpeándose contra una mesa lateral. Un
vaso de agua se balanceó precariamente. Trixie levantó su pezuña para intentar
detenerlo—. ¡Nooo! —Otro rayo de magia salió disparado de su cuerno directamente
hacia el vestido mientras que el agua lo salpicaba. Mientras el hechizo de retención
hacia efecto, las faldas empapadas comenzaron a desgarrarse. Rarity rápidamente
disparó un rayo de su propia magia hacia el vestido para contrarrestarlo, pero era
demasiado tarde. El vestido estaba roto y húmedo.
—¡Mi hermosa obra! —exclamó Rarity con horror. Sacudió su crin púrpura con
incredulidad.
—¿Whoopsies? — contestó Trixie, masajeando su pezuña, que ahora palpitaba de
dolor. Rarity no tuvo que responder nada, la mueca molesta en su rostro lo dijo
todo. Trixie salió de la tienda con un humilde encogimiento de hombros y un guiño.
Hasta ahora, el imparable espectáculo de magia se parecía más a un lamentable
ensayo general, donde el vestido estaba arruinado. Y no había capa nueva.
Trucos del oficio
—¡Venga! —gritó Trixie a su reacia asistente. Llena de entusiasmo miró por encima de
su hombro. No podía esperar para comenzar los preparativos del show de magia de
esa noche. ¿Y qué si había ocurrido un tonto accidente? La más grande y más
poderosa unicornio de toda Equestria no iba a dejar que una cosita como un vestido
roto la frustrara. Incluso si era para una “estrella pop”. Sapphire Shores, Sapphire
schmores.
No es como si alguien hubiera sido herido, aparte de la propia Trixie. Una pequeña
pezuña dolorida no era para tanto. Eventualmente, Rarity regresaría con la idea de
coserle su nueva capa. De todas formas el aspecto más importante no era el traje, era
la audacia con la magia.
Todo lo que necesitaba era a su mejor amiga en esto para ayudarla.
—¡Date prisa, Starlight!
—¿Estás segura de esto? —Starlight trotó dos pasos detrás de Trixie. Era como si
quisiera darle a su amiga el espacio suficiente para cambiar de opinión. No es que lo
hiciera. Una vez que Trixie se proponía algo, no se olvidaría del asunto.
—Soy positiva —declaró—. La única forma que tengo de perfeccionar el truco que
pretendo hacer frente a los ancianos de la sociedad es practicándolo frente a una
audiencia en vivo —Sus ojos se iluminaron al doblar la esquina y su carro de trucos
surgió a la vista—. Y vas a ser mi asistente, ¿verdad?
—Por supuesto —Starlight asintió. Claramente aún se sentía culpable por la última vez
que Trixie había intentado hacer un show en Ponyville. Starlight había aceptado
ayudarle con su hazaña, “El disparo lunar a la boca de una manticora”. En el truco
(originado por el gran Hoofdini), Trixie estaba lista para lanzarse de un cañón a la boca
de una manticora hambrienta antes de reaparecer ilesa dentro de un caja mágica.
Pero la cena de Twilight con la princesa Celestia se había interpuesto, y Starlight casi
había decepcionado a una de las únicas ponis que realmente era capaz de llamar su
amiga. Trixie la había perdonado, pero la memoria todavía le dolía un poco.
—Entonces, ¿qué decidiste para tu gran truco? —Preguntó mientras seguía a Trixie por
los peldaños de su vagón y entraba al interior de su casa de viaje. El lugar estaba lleno
de rollos de pergamino, trajes y paquetes vacíos de puré de manzana.
—¡Es 'Las Lágrimas del Dragón! —giró alrededor y su capa golpeó un sombrero de
copa púrpura que se encontraba sobre el piso. Un conejo saltó confundido.
Los ojos violetas de Trixie brillaron con desdén.
—La Inteligente e Inventiva Trixie lo inventó esta mañana después del desayuno. ¡No
cabe duda que entregará cantidades similares de asombro y temor necesarias para
captar la exigente mirada de los ponis de mayor rango en la Sociedad de Starmane! —
Cambió su tono a uno más realista—. Además, cada candidato ni siquiera será
considerado para la membresía a menos que él o ella se presenten con una proeza
completamente nueva, atrevida, y nunca antes intentada de trucos mágicos.
—¿Ves? ¡Te dije que dar un paseo por Ponyville te inspiraría! —respondió Starlight.
Quitó unos pañuelos de colores del sofá y se sentó—. Entonces, ¿cómo funciona?
Trixie desplegó un enorme pergamino con una compleja serie de dibujos en él. Starlight
siguió la progresión de imágenes con incredulidad. El último cuadro estaba lleno de
flechas y plumas, rodeado de cientos de gotas de lluvia ardientes. Un enorme y
enojado dragón estaba sentado en el centro, y la figura garabateada de Trixie se
alzaba sobre él con las pezuñas sostenidas en señal de triunfo.
—¡Vaya! —Starlight hizo una mueca—. ¿Estoy leyendo esto correctamente? —con su
pezuña señaló al dragón que respiraba fuego—. ¡¿Con una pluma vas a hacerle tantas
cosquillas a un dragón que llorara lágrimas de diversión, la sustancia más caliente
conocida por los ponis, luego realizaras una rutina de baile mientras llueven sobre ti,
culminando con tu desaparición antes de reaparecer sobre el dragón para colocar la
misma pluma con la que le hiciste cosquillas en tu sombrero de actuación?! —los ojos
de Starlight eran tan grandes como platos.
—Precisamente —Trixie sonrió—. Qué bueno que Trixie sabe lo que está haciendo.
Comenzó a trotar alrededor recogiendo varios artículos en una alforja.
—Que bien, ¡mi silbato de dragón! —recogió el accesorio, lo pulió en su capa y lo lanzó
dentro—. Ahora, ¿dónde puse esas plumas? —Trixie se arremolinó entre su desorden
pero tuvo poca suerte. Finalmente, cogió una almohada y la abrió. Estalló, y las plumas
llovieron sobre cada superficie.
—No tienes que hacer esto, sabes... —Starlight puso su pezuña en el hombro de
Trixie—. No quiero que te pase nada.
Trixie escupió una bocanada de plumas y se echó a reír.
—Estoy afectada por tu preocupación, pero dame un descanso, Starlight. ¡Soy grande
y poderosa! Todo va a ir exactamente como quiero.
Un ensayo destellante
En la recepción, Lotus Blossom, una poni del spa color azul con una crin rosa, les dio la
bienvenida.
—¡Bienvenida, señorita Trixie! —Dijo con una sonrisa—. Tengo todo lo que pidió listo
para iniciar. Por aquí, yeguas —las fragancias de lavanda y pepino les llegaron a sus
hocicos mientras trotaban detrás de Lotus. La poni señaló dos sillas apiladas con
mullidas toallas y batas blancas.
Mientras Rarity se acomodó en su lugar habitual, observó a Trixie. No podía dejar de
sentir que había algo más en los motivos de Trixie. La poni no tenía un gran historial
cuando se trataba de las intrigas, pero Rarity hizo a un lado la idea. Todos merecían
otra oportunidad.
—Así que, Trixie —dijo Rarity, recargándose en la silla. Una poni del spa llamada Aloe
torció su crin en una toalla y le colocó unas rodajas de pepino sobre los párpados.
Buscó en su mente un tema ocasional para la conversación
—¿Qué... qué has estado haciendo desde que ayudaste a rescatar a todos del dominio
de los changeling?
—Eso fue una locura, ¿cierto?! —añadió una voz aguda bastante familiar. Una risueña
poni rosa rebotó hasta ellas. La crin fucsia de Pinkie Pie estaba atada en una toalla,
pero pedacitos muy rizados trataban de escapar por los bordes. Comía alegremente
las rodajas de pepino—. ¿Qué has estado haciendo? ¿O a dónde fuiste? ¿O que
recorriste?
—Sólo viaje por Equestria en mi gira —dijo Trixie con un indiferente encogimiento de
hombros. Esta conversación la aburría, quería llegar a la parte buena, la parte donde
Rarity volvería a estar de acuerdo con hacerle su capa. No este cuchicheo.
—¡Oh! ¡Yo sé cuál! —Pinkie mantuvo su amplia sonrisa—. ¿“El humilde y penitente
tour del perdón de Trixie”?
—Eso fue un título provisional —suspiró Trixie agotada y extendió su pezuña a la poni
del spa que se disponía a darle un masaje y una pezuñicura.
—¡Oooh! ¡¿Cómo se llama ahora?! —exclamó Pinkie entre bocados de pepino—. 'El
relajado e imperturbable tour del spa La Ti Da de Trixie? —Pinkie saltó sobre sus
pezuñas izquierdas—. ¿O 'El tour de pepinos para ojos y batas de baño de la pezuña
mágica de Trixie'?
Rarity reprimió una risita.
—¡Ninguno! —respondió Trixie—. Ahora, Pinkie Pie, ¿serías tan amable de dejarnos a
solas para que podamos llegar a la parte relajante?
—¡Okeydokey-lokey! —se rio Pinkie y comenzó a rebotar hacia el baño de vapor.
—Espera, ¿qué fue lo que dijo sobre mi pezuña? —Trixie se tambaleó hacia delante y
los pepinos se resbalaron de sus ojos.
Sin perder el ritmo, Pinkie gritó desde el pasillo,
—¡Se ve toda brillante y rara!
—¿Se ve? —Trixie levantó su pezuña hasta su hocico y se dio cuenta que brillaba con
una luz sutil. ¿Cómo era posible? Sus ojos se clavaron en el recipiente con agua tibia
en la que Lotus había empapado su pezuña. De pronto, el momento le llegó
corriendo. En un principio, sobre el escenario, había estado en una cortina de niebla
cuando su pezuña se había vuelto mágica...
—¡Ja! —gritó Trixie en señal de triunfo mientras saltaba sobre sus pezuñas húmedas.
Era el agua. Sus ojos parecían salvajes—. ¡Mi pezuña mágica está de vuelta y sé cómo
conservarla! ¡Ahora nada podrá impedir que entre en la Sociedad de Magos de
Starmane! —arrancó la toalla de su crin y la arrojó a un lado. Luego lanzó una nube de
humo y desapareció hacia Luna sabrá dónde.
—¡Rarity! —Starlight irrumpió en la habitación. Estaba sin aliento después de galopar
todo el camino desde el Bosque Everfree—. ¿Has visto a Trixie?! ¡Tenemos que
detenerla antes de que arruine a todo Ponyville por accidente!
Rarity colocó su pezuña en su cabeza y suspiró.
—¿No puede una yegua tener una pequeña sesión de spa sin algún tipo de drama
épico?
Starlight la miró frenéticamente.
—¿Creo que no?
—Muy bien, querida —Rarity se levantó, le lanzó algunos bits a Aloe y Lotus, y asintió
—. ¡Ahora vayamos a ayudar a esa poni loca!
Sigue el truculento camino amarillo
El castillo no estaba lejos del centro de Ponyville, pero Trixie había olvidado lo pesada
que era su pezuña cuando estaba bajo el hechizo. Cada paso le tomó el doble de
tiempo mientras caminaba a través de las sinuosas callejuelas, arrastrando su pata
sobre los adoquines. Le lanzó una ráfaga de magia, con la esperanza de emplear un
hechizo de ligereza para aliviar el peso. El rayo no tuvo efecto, chocando en la
superficie brillante con una pequeña efervescencia.
—¡Este es tan tedioso y aburrido! —se quejó Trixie. ¡Le llevaría una eternidad volver a
su carro! Estaba tan ansiosa por llegar, ya que una vez estando allí, tenía planeado
renovar todo su acto para presentar su nuevo talento especial.
Habría agua, luz, y un montón de gemas brillantes. Le tomaría algo de trabajo extra el
decidirlo, pero valdría la pena. Estaba segura de que en poco tiempo estaría parada
junto a los miembros de la sociedad, intercambiando consejos secretos de ilusionistas y
chismes de magos mientras bebían sidra.
—¡Trixie! —gritó Starlight detrás de ella, sacando a Trixie de sus sueños de nobleza—.
¡Espera!
La unicornio se dio la vuelta para ver Starlight y Rarity galopando hacia ella. Como era
de esperar, tenían expresiones preocupadas en sus rostros. Todos en Ponyville
siempre estaban o bien sonriendo como una potra en una dulcería o preocupándose
por un “problema de la amistad”. Aquí vamos de nuevo, pensó Trixie armándose de
valor para una conferencia.
—Lo siento, tenía que irme del spa de esa forma —se disculpó. Tuvo la precaución de
ocultar su pata dorada dentro de su capa estrellada—. Tuve una gran idea para mi
espectáculo y tenía que irme inmediatamente antes de que se me olvidara —sonrió con
nerviosismo hacia Rarity—. ¡Tú sabes cómo es cuando te llega la inspiración! Hay que
agarrarla por la pezuña...
—Por supuesto —Rarity respondió con una inclinación de cabeza y una sonrisa—. ¡La
musa mágica es una yegua voluble! —Sus ojos se dirigieron a Starlight. Ella hizo un
gruñido delicado. O estaba pescando un resfriado o era una especie de código entre
ambas. Trixie levantó una ceja sospechosa.
—Queremos hablar contigo acerca de algo —ofreció Starlight brillantemente—. No va a
tardar demasiado... —de repente, ¡una nube de humo estalló entre las ponis! Starlight y
Rarity tosieron y farfullaron, mirando a su alrededor en busca de Trixie. Un momento
después, cuando la nube se aclaró, esperaban ver que había desaparecido como de
costumbre, pero estaba a sólo unos pasos de distancia. Trixie pisoteó su pezuña
normal sobre el suelo en señal de frustración. Sus trucos habituales no eran buenos
con su pesada pezuña.
—Awww. Esa también era mi última bomba de humo.
Se dio la vuelta hacia sus amigas.
—Sea lo que sea, va a tener que esperar —respondió Trixie en una rabieta—. Si voy a
estar lista con un acto totalmente nuevo a tiempo para el baile de la Sociedad de
Starmane, tengo que ir a trabajar en el diseño de mi nueva, increíble, asombrosa e
impresionante hazaña de... — Se interrumpió, distraída por un pequeño grupo de ponis
que se reunían en la distancia. Parecían estar inspeccionar algo en el suelo. Tal vez un
poni había perdido su monedero.
—¡Más Glowpaz! —Gritó Scootaloo. La potra pateó su pezuña sobre la pieza, pero
estaba alojada en la tierra.
—No lo creo. ¡Está en todas partes! —Dijo Filthy Rich, inclinándose hacia abajo. Sus
ojos comenzaron a brillar con anticipación codiciosa. Miró a la multitud, al darse cuenta
de su error—. Quiero decir... uh... ¡olvídenlo! ¡Nada que ver aquí! ¡Desaparezcan! —El
corcel dejó caer su flanco, tratando de ocultar la gema hasta que pudiera extraerla y
guardársela.
El grupo comenzó a crecer más mientras más ponis curiosos se detenían para revisar
la fuente de la conmoción. Trixie no pudo evitarlo. ¡Tenía que verlo por sí misma!
Galopó al grupo con Rarity y Starlight siguiéndola de cerca.
No pasó mucho tiempo para que todos vieran que el resplandor más brillante de todos
estaba parado en medio de ellos, era la misma Trixie. Ella se movió hacia atrás y
adelante sobre sus pezuñas, haciendo un pequeño patrón en el suelo. Las piedras
debajo de ella se iluminaron con cada paso y comenzaron a pulsar con el característico
resplandor de la gema.
—Miren... —dijo un pegaso color amarillo pálido—. Todo lo que Trixie toca... ¡se
convierte en Glowpaz!
—Whoaaaa —los ponis susurraron asombrados. Rarity y Starlight intercambiaron una
mirada nerviosa. Parecía que Twilight estaba en lo cierto y la magia comenzaba a
afectar a Trixie más y más.
Era verdad. Incluso el camino directo en el que Trixie había trotado desde el spa ahora
estaba cubierto con una estela brillante de restos. Por alguna extraña razón, la pezuña
de Trixie había progresado de la creación de Glowpaz por gotas de agua. Había sido
maldecida con la capacidad de convertir cualquier cosa, incluso las piedras ordinarias,
en joyas raras.
—¡Un paso atrás! ¡La brillante y luminosa Trixie tiene cosas importantes que hacer! —
Gritó—. ¡Pero si desean ver más de esta magnífica maravilla, vengan mañana a mi
show en Canterlot!
Trixie estallaba ante la idea de usar su nuevo poder para impresionar a la Sociedad de
Starmane. Visiones donde era recibida con las pezuñas abiertas en ciudades lejanas y
tierras exóticas la tentaban. En ellas, Trixie sería más que una simple maga de la
Sociedad, sería la mismísima sucesora del legado de Starmane: una diosa brillante
con la capacidad de entretener y deleitar creando espectacularmente joyas hermosas y
brillantes. Los ponis caerían a sus pezuñas reverenciándola por su experiencia mágica
y talento único.
Mañana era su noche. ¡Sentía que era su deber darle a sus admiradores lo que pedían
a gritos y mostrarle a esos ponis de la Sociedad de Starmane que justo en ese
momento era lo mejor de lo mejor! Todo lo que necesitaba era un poco de agua para
hacerla llover.
Perspectivas sombrías
¡Oh no! El lugar donde el carro de Trixie había estado estacionado durante los últimos
días ahora definitivamente estaba vacío. Todo lo que quedaba eran unos naipes
caprichosos y un rastro resplandeciente de polvo de Glowpaz.
—¡Se ha ido! —Pinkie chilló en estado genuino de shock. La poni rosa empezó a
hurgar entre los arbustos como si estuviera jugando un juego de escondidas—.
¡Desaparecida!
—¿Dónde creen que podría haber ido? —se preguntó Rainbow en voz alta mientras
Applejack pateó el suelo con su pata y se inclinó para inspeccionar una pieza de
Glowpaz.
—No puede haber llegado demasiado lejos —Twilight parecía perdida en la distancia—
. Si la maldición ha hecho efecto suficiente para ir dejando un rastro, entonces por
ahora su pezuña debe estar bastante pesada. —De hecho, cuanto más usará su
magia, más rápido haría efecto la maldición. Twilight espera que la unicornio estuviera
siendo prudente con sus hechizos.
Starlight y Rarity llegaron galopando a través del campo. Parecía como si hubieran
visto un fantasma en la Noche de Nightmare.
—¡Ahí están! —exclamó Starlight hacia su grupo de amigas—. Rarity y yo las hemos
estado buscando por todos lados.
—¿Saben dónde está Trixie? —Preguntó Twilight, sintiéndose ansiosa. Tal vez no
siempre se llevaran bien, pero lo último que quería era que algo le pasara—. ¡Tenemos
que encontrarla de inmediato!
Los ojos de Rarity se movían alrededor con nerviosismo.
—Se ha ido a Canterlot para montar un espectáculo. No había manera de detenerla.
Además, creo que existe la posibilidad que yo accidentalmente, erm... oh querida,
¿cómo debo poner esto? Bueno... No era mi intención, pero... ¡Yo la maldije!
A medida que Expreso de la Amistad resoplaba a través del campo a la capital, Rarity
se aferró a su bolso de vestidos protectoramente. Todos los ponis merecían verse lo
mejor posible, e incluso si la prenda no era perfecta, todavía la ayudaría a convencer a
Trixie de que se preocupaba por ella. En realidad, no quería hacerle ningún daño.
—¿No es fascinante cómo la magia puede ser tan voluble y engañosa? —rio Rarity
nerviosamente—. ¡Un minuto, una poni puede estar enviando bellos remolinos de luz
hacia el vestido de los Glammys de su celebridad favorita, y al siguiente podría estar
lanzando un rayo accidental hacia la pezuña de un poni y provocando que una
maldición oscura surta efecto!
—No te sientas mal, Rarity —dijo Twilight, dándole a su amiga una mirada
comprensiva—. Fue un accidente.
—Lo importante es que fuimos capaces de encontrar algunas Bayas Destello en los
almacenes del castillo —Starlight les recordó a todas—. La poción del Remedio
Resplandor que Twilight preparó deberá funcionar para restaurar a Trixie.
—Es decir, ¡si ella la bebe! —se burló Rainbow Dash—. Buena suerte sacando un
poder especial de las pezuñas de esa poni. ¿Recuerdan el amuleto del alicornio?
Todas las ponis intercambiaron una mirada incómoda. Sabían que Trixie se había
disculpado por el incidente en el que había exiliado a Twilight de Ponyville por celos
hacia sus habilidades mágicas. Y definitivamente había cambiado para mejor. Pero aun
así, había una astilla de duda, en cada una de sus mentes. ...
Starlight, sin embargo, conocía a un lado diferente de Trixie. La había apoyado en
numerosas ocasiones. Se lo debía a su mejor amiga.
—De una forma u otra, encontrare una manera de que beba este tónico y curarla —
Starlight levantó la botella a la luz para una inspección más cercana. Apenas había un
sorbo el interior.
—Es mejor hacer las cosas bien en el primer intento —advirtió Applejack con el ceño
fruncido—. Esa cantidad no podría apagar la sed de una pulga.
Una gota sería suficiente.
Capa y arrogancia
—¡Bienvenidos a la vista más maravillosa que jamás hayan visto! Yeguas y caballeros
les presento... sin más preámbulos a... la grande... la única... la siempre brillante,
dadora de gemas e increíble ilusionista... ¡LA GRAN Y PODEROSA TRIXIEEEE! —
Trixie irrumpió en el escenario en un destello de luz.
La multitud se quedó sin aliento ante la impactante visión. ¡La mitad del cuerpo de
Trixie resplandecía! Trixie se miró y sus ojos se agrandaron. Rápidamente cubrió su
sorpresa y siguió, cojeando por el escenario de manera incómoda.
—La Gran y Poderosa Trixie ahora llevará a cabo un impresionante truco único en su
clase y nunca antes intentado: '¡La pezuña que sujeta el Glowpaz!' —levantó su pezuña
brillante. La luz iluminó la loca expresión en su rostro.
—He aquí... ¡mi pezuña de maravilla! —agitó su pezuña en el aire y comenzó a
caminar lentamente por el escenario. Su cuerpo se sentía bastante pesado. Todos los
ponis en la multitud la siguieron con sus ojos, de ida y vuelta—. Ahora voy a
transformar cualquier elemento, de cualquier sustancia, ¡en una hermosa joya!
—¡Cualquier elemento! —de repente, Starlight apareció, vestida con una corbata y
falda de lentejuelas. Adoptó una pose y mostró una cursi sonrisa. Luego dio un paso
adelante e hizo un giro dramático. Brincó hasta un potro joven en la primera fila y se
inclinó.
—Jovencito, ¿tendrás un artículo que te gustaría que la Gran y Poderosa Trixie
transforme? —El potro le pasó su oso de peluche de mala gana.
Trixie le lanzó una mirada de enojo a Starlight. ¿Quién se creía que era, tratando de
arruinar el espectáculo?
—Cuando tendremos la lluvia de Glowpaz? —Gritó una yegua de la audiencia—.
¡Dense prisa!
Trixie la ignoro y siguió adelante.
—Contemplen... contemplen...
—¡Contemplen la hermosa pezuña brillante mientras este oso se convierte en uno
hecho de gemas! —Starlight terminó con un guiño—. Y eso no es todo, amigos, al final
de este espectáculo, ¡Trixie hará lo mismo y se convertirá completamente en Glowpaz!
—el público se quedó sin aliento y estalló en aplausos. Incluso Trixie se vio
sorprendida.
—¡Eso es correcto! —gritó Trixie—. Me transformaré y regresaré a la normalidad, sin
un rasguño ante el peso insoportable y considerable… ¡Ahhhh, oohh! —cayó sobre su
costado como una muñeca de madera. Sus piernas quedaron atrapadas, inmovilizadas
en sus moldes brillantes.
El público comenzó a reírse. La cara de Trixie se sonrojó de vergüenza. Trató de
levantarse, pero sólo se deslizó a través del escenario.
Twilight, Fluttershy, Rainbow Dash, Pinkie Pie, Rarity, y Applejack observaron en
agonía desde la audiencia. Fluttershy se cubrió los ojos y gimió sin poder hacer nada.
A pesar de que ocurrió antes de lo que había previsto, Starlight no podía esperar otro
segundo. Sacó la manguera de detrás del escenario, la accionó, y vertió el Remedio
Resplandor directo en la corriente de la niebla, ¡disparándola todo el camino hasta
Trixie!
Tan pronto como la poción golpeó la piel de Trixie, una luz cegadora surgió por toda la
calle y un sonido resonante atravesó las orejas de todos los ponis.
Los ponis parpadearon para despejar las estrellas que habían sido dejadas en sus ojos
por la luz del hechizo al surtir efecto. El público tropezó, aferrándose a sus pezuñas, y
comenzaron a vagar en un estupor confundido. El espectáculo había terminado.
Starlight se frotó los ojos. Cuando su vista finalmente regresó, vio a Trixie ovillada
sobre el suelo. Sus ojos estaban cerrados con fuerza.
—¿Se ha terminado? —se quejó—. Mi hermosa pezuña mágica ¿se ha ido?
—Me temo que sí —Starlight extendió su pezuña y la ayudó a levantarse. Se sintió tan
ligera como una pluma—. ¡Pero gracias a Celestia! —comenzó a reír con una sonrisa
genuina—. Estaba tan preocupada por ti. ¡Y realmente no estaba segura de sí cambiar
el espectáculo de esta manera podría funcionar!
—Entonces... —Trixie suspiró y le devolvió la sonrisa—. Creo que tenías razón sobre
todo el asunto de la estatua brillante —se dejó caer en el suelo y sacudió la cabeza—.
Lo siento, volví a dejarme llevar. ¡Realmente deseaba tanto impresionar a los ponis de
la Sociedad de Starmane!
—Lo sabemos, terroncito —Applejack le sonrió tranquilizadoramente—. ¿Tal vez haya
otra oportunidad?
—Pensé... que si veían mi pezuña brillante, pensarían que era especial...— explicó
Trixie.
—Eres especial. Y lo que más nos gusta de ti, Trixie, ¡es que nunca te das por vencida!
—admitió Twilight con una sonrisa. Las demás asintieron. Todas quedaron
impresionadas por la rapidez con la que Trixie se había recuperado—. Esa es una
cualidad que todos admiran.
—No pude darte esto antes —dijo Rarity, dando un paso adelante. Desabrochó el
bolso, dejando al descubierto una capa perfectamente cosida y única en su
clase. Trixie quedó boquiabierta—. Yo quería decir lo siento por... uh... todo el asunto
de tu pezuña —rio nerviosa.
—¡Vaya! —Trixie balanceó la nueva capa alrededor de su cuerpo. Era suave, brillante,
y vistosa, perfecta en todos los sentidos—. Muchas gracias. —Trixie estaba tan
conmovida; parecía que iba a llorar—. No merezco amigas como todas ustedes.
—¡Por supuesto que sí! —Respondieron al unísono. Todas envolvieron a Trixie en un
tradicional abrazo grupal.
—Si tengo la oportunidad, aun planeo encontrar una manera de impresionar a la
sociedad — sonrió Trixie, las ruedas ya giraban en su cabeza—. Tal vez pueda tratar
con una nueva hazaña nunca antes intentada... algo relacionado con cocodrilos…
—¿Disculpe? —la interrumpió una yegua mayor bañada en esmeraldas, dando un paso
adelante—. La Gran y Poderosa Trixie, ¿supongo? —Su crin plateada estaba repleta
de estrellas brillantes y tenía una expresión traviesa en su rostro—. Soy…
—¡Starmane! —Trixie suspiró con reverencia—. Vaya. Por supuesto que sé quién es.
—Una actuación muy divertida la que montaste ahí —dijo con una sonrisa astuta —. Un
espectáculo tan inteligente. ¡Me encantó cómo fingiste no saber de qué trataba el
acto! No me he reído tanto desde que vi a '¡La hilarante y asombrosa Piebald! '
—Oh, gracias... —respondió Trixie, sintiendo una extraña mezcla de asombro y
confusión. Miró a sus amigas. Todas sonreían y hacían gestos entusiasmados.
Starmane ladeó la cabeza hacia un lado.
—Dime, Trixie... ¿te gustaría unirte a mí y a los otros con una jarra de sidra al otro lado
de la calle? Esta noche es nuestro gran baile de la sociedad, ¡y sin duda nos podría
servir algo de sangre nueva para amenizar la fiesta!
—¡Nada le gustaría más a Trixie!
El baile de sociedad de Starmane