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Para las dos potras más mágicas que conozco-Arabella y Beatrix

Amanecer sobre Canterlot

La luz del sol salpicaba por el suelo del castillo en fragmentos multicolores, suavizando el
aspecto de las baldosas con su calor y energía. La suave neblina de la madrugada siempre
había sido la época preferida de la princesa Celestia, no sólo porque ella estaba a cargo de
elevar al sol. Para ella, el amanecer era una promesa de paz y tranquilidad ante las cosas
por venir: actividades del emocionante día que aún tenían por delante todos los ponis en la
tierra. Y hoy sería un hermoso amanecer.

Celestia se giró hacia el sol y enfocó su magia. Observó la progresión del orbe dorado
elevándose hacia el cielo, girando su atención hacia el patrón proyectado sobre el suelo, de
vez en cuando con la atención enfocada de un artista creando una gran obra maestra y a
pesar de que esta imagen la había pintado de la misma forma cada mañana durante cientos
de lunas, le daba el mismo cuidado cada día. Era su honor y deber.

Las piezas de vitral situado en el centro de la ventana principal representaban a la más


reciente princesa de Equestria: una excepcional y talentosa joven erudita conocida como la
Princesa Twilight Sparkle. La nueva alteza, sus cinco mejores amigas poni y su asistente
dragón, cuyas imágenes fueron inmortalizados en el vidrio, habían protegido a Equestria
del peligro en más de una ocasión. Ahora noblemente trataban de difundir el verdadero
espíritu de los Elementos de la Armonía y, a su vez, la Magia de la Amistad a través de sus
tierras.

Twilight Sparkle, Rainbow Dash, Rarity, Pinkie Pie, Applejack, Fluttershy y Spike habían
recorrido un largo camino desde que todos se convirtieron en amigos. Celestia sonreía con
orgullo cada vez que los jóvenes héroes adornaban sus pensamientos o cuando su imagen
en la ventana llamaba su atención.

Una pieza destacada de cristal morado lanzó un resplandor en forma de estrella al centro de
las baldosas del suelo, lo que indicaba que el proceso de la mañana estaba casi completo,
Celestia cerró sus ojos almendrados y sus oscuras pestañas se presionaron en marcado
contraste contra sus pómulos blancos. Reunió cada pulgada de fuerza en su cuerpo y sintió
como brillaba con la energía mágica, desde el fondo de sus cascos dorados hasta los bordes
de su fluida melena, estallando en la punta de su largo cuerno.

Cuando Celestia volvió a abrir los ojos, el sol había alcanzado el pico más alto de su arco
sobre el cielo. El mundo brillaba.

— Gratias ad solis ortum —recitó mientras hacía una profunda reverencia al sol— gracias
por permitirme guiarte y gracias por otro día de luz.

— Muy bien hecho, hermana.

— Gracias, Luna —Celestia sonrió sin darse la vuelta— creo que este amanecer fue
particularmente tranquilo.
— De hecho, lo fue—la Princesa Luna ahogó un bostezo mientras daba un paso hacia
adelante para encontrarse con su hermana mayor.

El contraste de la rica oscuridad aterciopelada del pelaje de Luna junto a la pálida tez
nacarada de Celestia era cruda. Estos reflejaban los colores de los cielos que cada una
vigilaba. Luz y oscuridad. Noche y día. Pero las hermanas no eran tan diferentes. Además
de elevar el sol y la luna, ambas gobernaban Equestria, y protegían a sus habitantes de
cualquier daño.

— Pareces más cansada que de costumbre, Luna —Celestia frunció el ceño con
preocupación mientras su hermana bostezaba de nuevo—. ¿Fue una noche intranquila?

— Debo confesar —Luna ofreció con una exhalación profunda— estoy sintiendo los
efectos de una noche más amenazada —apuntó su casco hacia la ventana este de la sala del
trono— peligro en la costa.

— ¿La costa? Dime, hermana —Celestia instó— ¿Qué pasó? ¿Hay algo que necesite
atender en este día? —Celestia trató de mantener la calma en sus palabras mientras
hablaba.

Tal vez era porque tenía cientos de lunas de experiencia frente a las crisis bajo su corona, o
porque sabía que el pánico era la forma más rápida para descarrilar una solución. Las
respiraciones profundas y una voz firme eran la clave. Mantener siempre una compostura
calmada y todos a su alrededor harían lo mismo.

La princesa Luna negó con la cabeza. Su oscura y fluida melena ondulaba al lado de su
cara—simplemente fue una manticora perturbada en la costa —explicó Luna, levantando su
casco hacia el este— una vez que mi presencia fue reconocida, fui capaz de razonar con
ellas. Hasta que el Carcinus apareció… salió de la nada —levantó la ceja con una leve
exasperación. Luna era dura, por lo que esta pequeña muestra señalaba que el desastre era
peor de lo que le había contado.

Celestia se puso rígida— ¿el Carcinus otra vez? —, frunció el ceño, imaginando a la bestia
en su mente.

La especie de cangrejos gigantes era del tamaño de pequeños edificios y podían ser muy
temperamentales, pero también eran gentiles y comprensivos. Un poni simplemente tenía
que saber cómo hablar con ellos, para usar su bondad.

— Este último tiempo han habido demasiadas perturbaciones para mi gusto. Tal vez no
debería ir a Monacolt después de todo. Me dirigiré a la bahía Horseshoe y…

—Hermana, no —Luna intervino bloqueando el camino de Celestia hacia la puerta. Su


rostro se puso muy serio— debes mantener tu promesa con la duquesa Diamond Waves,
eres la única poni que puede ayudarla, ¿cierto?
—Ella parece creer que los estudiantes de su escuela de magia necesitan mi ayuda —
Celestia se mordió el labio y reconsideró. Era una lucha para renunciar a la responsabilidad
de Equestria por salir de la capital, pero aún más por decepcionar a una vieja amiga en su
hora de necesidad. Celestia asintió.

— Tienes razón, tengo que ir con ella. Con un poco de suerte, tendré a los estudiantes de
Monacolt de nuevo en marcha dentro de unos pocos días.

Celestia se deslizó de nuevo hacia el balcón, y Luna pronto se colocó a su lado. Ambas
princesas observaron desde arriba los movimientos de la ciudad en reverencia silenciosa,
los ponis de Canterlot empezaban a llenar los caminos empedrados.

Un par de guardias reales en su armadura dorada trotaron hacia el castillo, sus cascos con
penachos azules subían y bajaban mientras entraban al mismo tiempo. Al otro lado de la
plaza principal, un poni lechero hacia sus rondas mañaneras y colocaba botellas de vidrio
con crema fresca frente a cada cafetería y residencia. En otro lado, un grupo de traviesos
potros y potras trotaban juntos, riendo y bromeando entre ellos.

Celestia sonrió para sí misma mientras los observaba disimuladamente. Sus jóvenes
estudiantes eran unicornios vivaces, brillantes como el sol y llenos de talento. ¿Qué podría
ser tan diferente sobre los estudiantes de la academia de Diamond Waves? Se preguntó,
cualquiera que fuera la razón de su lucha, ella estaba a punto de averiguarla, y estaría
mintiendo si dijera que no estaba intrigada por la aventura.
Las princesas de Equestria

La princesa Luna levantó una ceja hacia Celestia— ¿De verdad me haces eso otra vez?—,
la yegua azul trotó alrededor de su hermana en un círculo, preguntándose si su hermana
alguna vez aprendería a confiar en ella.

Celestia casi nunca dejaba que ningún poni supiera cuándo estaba preocupada, pero Luna
siempre podía decirlo. Y ahora mismo, las joyas de oro de su collar estaban ligeramente
torcidas. De lo contrario, ella era la imagen de la perfección.

—Sé que necesito comenzar mi viaje, ya que es largo, pero sólo quiero estar absolutamente
segura —Celestia respondió desde su asiento. Un brillo color rosa suave emanó de su
cuerno y levantó una alforja que portaba una imagen de su Cutie Mark, en el asiento a su
lado— ¿Estas segura de que puedes manejar Canterlot por tu cuenta? ¿Incluso con la
situación en la bahía Horseshoe?

—Me gustaría que tuvieras más fe en mí, Celie.

—Lo hago, es sólo que…

La cara de Luna se puso seria— ¡Muy bien, me atrapaste, planeó transformarme en


Nightmare Moon tan pronto como salgas de la frontera! —, era su forma favorita de
quejarse con Celestia.

Después de que Luna había actuado mal y había sido desterrada a la luna, su hermana era
muy delicada sobre el tema. Pero ambas hermanas ya lo habían dejado en el
pasado. Celestia rodó los ojos y la cara de Luna se iluminó con una sonrisa burlona.

— Soló te estoy tomando el pelo, hermana. Sé que te preocupas por mí velar del día, por lo
que he traído a un poni muy competente para ayudar en tu escuela y vigilar Canterlot
mientras yo descanso.

— ¡Sorpresa! —una alicornio púrpura con una Cutie Mark en forma de estrella color rosa
trotó hasta su encuentro— La princesa Luna me dijo que necesitaba un poco de ayuda.

— ¡Twilight Sparkle! —, Celestia exclamó, abrazando a la poni— ¡Qué gusto verte de


nuevo, mi fiel alumna! Espero que no estés demasiado incomoda por esta petición.

—No, en absoluto, princesa — Twilight respondió con una sonrisa— no puedo pensar en
nada más excitante que vigilar su clase durante unos días —Twilight reveló un gigantesco
cacharro lleno de libros— ¡de hecho, incluso traje material de lectura especial con el que sé
que sus estudiantes estarán encantados! No puedo esperar para discutir la teoría de las alas
con ellos. ¿Ya han cubierto los hechizos de metamorfosis? Tal vez voy a comenzar con el
viejo experimento de manzana a naranja —Twilight rió y agregó—. Me aseguraré de que
todas las ranas de la clase están fuera de la habitación —le guiñó un ojo, una vez había
transformado accidentalmente a una pobre rana en una naranja por error.

— Gracias —Celestia sonrió— cualesquiera que sean las lecciones que decidas trabajar, sé
que mis potros y potrancas están en buenos cascos ahora ¿Pero, Twilight?

— ¿Si, princesa? —Twilight se animó, con sus ojos muy abiertos y sus alas extendidas, se
veía llena de entusiasmo sobre su inminente temporada en la academia.

—Por favor, asegúrate de que tengan un poco de diversión, ¿de acuerdo? casi son las
vacaciones de verano, y por Star Swirl —Celestia le dio un codazo a la joven alicornio con
su casco— también pásala bien.

Luna se rió y Twilight arrugó sus ojos, confundida— ¿que no hay de divertido en una
rápida lectura de toda la Enciclopedia de Equestria y luego preguntarle a cada uno sobre
ella?

Celestia rió, palmeando a su fiel estudiante en su melena— asegúrate de hacerme saber


cuándo te des cuenta, Twilight.

— ¡Oooh! ¿Con una carta de actualización? —Twilight se iluminó— ¿igual que antes?

Los pensamientos de Celestia destellaron hacia la montaña de cartas sobre la amistad que
tenía en un armario de su dormitorio— pensándolo bien, sólo envíame una carta si es
necesario, para ponerme al día en las noticias reino. La princesa Luna y tú juntas, ¿de
acuerdo? —parecía ser un buen trato y la manera perfecta para mantener su mente
satisfecha.

— ¿Eso es todo? —La cara de Twilight se contorsionó— pero qué tal si me entero sobre…

— Vamos a hacer justo lo que pides, hermana —Luna interrumpió, inclinando la cabeza y
le guiñó un ojo a su hermana. Evidentemente, Twilight todavía estaba aprendiendo a
controlarse— Ni más, ni menos, te lo prometemos, ¿cierto, princesa Twilight?

— Por supuesto —Twilight suspiró, luchando contra su adicción a las cartas de la amistad,
las princesas sonrieron y balancearon sus cascos hacia Celestia— ¡Que tengas un viaje
maravilloso!

—Voy a inténtalo — Celestia asintió solemnemente. Pensó en la súplica desesperada de su


amiga y no pudo evitar imaginar que no iban a ser unas vacaciones muy alegres.

Celestia trotó por el pasillo para empacar sus alforjas, tranquilizándose a sí misma con el
hecho de que el reino estaría muy bien en su ausencia. Sólo miró por encima del hombro a
Twilight y Luna dos veces para asegurarse de que nada había ido mal todavía.
Una princesa en el extranjero

Unas pocas horas y mil kilómetros más tarde, la princesa Celestia estaba empezando a
sentir una punzada de anticipación ante la visita improvisada, a pesar del tono preocupado
de la carta de su amiga.

La enseñanza de otro grupo de estudiantes unicornios no iba a ser difícil. Comparado con lo
que había lidiado en las últimas lunas, francamente sería sencillo. Ella había tenido que
enfrentar enemigos amenazadores, además de dirigir su propia academia mágica.

Al menos el regreso de la princesa Luna y el surgimiento de Twilight y sus amigas habían


aliviado un poco la presión de los acontecimientos, cómo el intento de Discord por
apoderarse del reino, un ataque changeling total y el rescate del Imperio de Cristal de la
maldición de malvado Rey Sombra.

Probablemente esta era sólo una estratagema elaborada por la duquesa Diamond Waves,
para obtener la visita de su amiga. Sí, Celestia concluyó, tendría un montón de relajación y
se pondría al día durante el té que la esperaba en la tierra lejana.

— ¡Ya casi llegamos! —gritó hacia sus guardias reales.


Ellos agitaron sus alas y se inclinaron a la derecha, listos para el descenso.

Ella respiró con satisfacción y miró hacia el paisaje que tenía debajo, durante la última
hora, habían estado volando sobre un campo verde lleno de colinas, salpicado por pequeñas
y pintorescas aldeas.

Pero la verdadera joya en los alrededores de Prancia, era el estado costero de Monacolt, y
estaban acercándose más con cada minuto que pasaba. Celestia inhaló el dulce aroma de la
masa de las decadentes panaderías mezclada con el fresco aire salado del océano y se sintió
feliz.

Cuando esta estuvo a la vista, Celestia jadeó en reverencia. Monacolt era el epítome del
glamour, reconocible por sus lujosas estructuras adornadas en detalles dorados y los
muelles llenos de cientos de barcos de todos los tamaños. Celestia siempre amó cómo se
balanceaban en el agua, sus altos mástiles se agitaban como si estuvieran saludando sólo
para ella.

Cuando el carruaje comenzó su descenso a través de las nubes, Celestia comenzó a


preguntarse por qué no había visitado a la duquesa Diamond Waves antes. Ella amaba esta
hermosa ciudad marítima. La última vez que la había visitado, recordaba estar parada en la
playa de la pequeña ensenada conocida como la Ensenada Unicornio, mirando las olas
estrellarse contra la arena de los acantilados. Las gotas azules brillaban en su cálido sol,
salpicando sobre su hocico y melena. El agua parecía más tranquila hoy.
— ¿Le gustaría aterrizar en la playa de nuevo, Alteza? —, uno de los guardias reales la
llamó de nuevo. Su melena azul se balaceo en el viento, golpeando los costados de su
casco.

—Justo enfrente de la escuela, por favor —la princesa Celestia dirigió a sus guardias
mientras regresaba su atención a la razón por la que había viajado a Monacolt en el primer
lugar—. Llego tarde, las lecciones ya deberían haber comenzado y la duquesa me espera,
ella se pone muy molesta cuando las cosas no se ejecutan a tiempo —Celestia observó la
ensenada unicornio desaparecer detrás de ellos, y un sentimiento triste descendió por su
estómago— tal vez mañana me pasaré por ahí—, añadió como una promesa personal.

—Como desee —los ponis de la Guardia Real se dispararon a través de la ciudad y


finalmente sus cascos tocaron el suelo.

Aunque normalmente estoicos, los corceles no podían dejar de reprimir una sonrisa de
satisfacción ante su bello entorno. Glimmering Shield, el poni líder, le dio un codazo a su
compañero Golden Flight, señalando con su pata a una fila de edificios muy iluminados a
través de la plaza.

Las bombillas parpadeantes en colores azules y naranjas prometían JUEGOS DE CARTAS


Y SIDRA, así como TARTAS DE MANZANA Y HAZAÑAS ASOMBROSAS. Los
guardias siempre discutían sobre que ponis acompañarían a Celestia en sus viajes al
extranjero.
Monacolt en particular, era un destino que todos deseaban visitar. Estos dos habían ganado
el premio gordo de las asignaciones, y ellos lo sabían.

— ¿Caballeros? —Celestia levantó la ceja ante los dos corceles hipnotizados.

— ¡Oh, disculpas, Alteza! —, los guardias se pusieron firmes y rasparon sus gargantas,
inclinándose hacia su princesa—. Denle la bienvenida a su Gran Alteza Real a su bella
tierra, ¡Preeeeesentando a la princesa Celestia de Canterlot! Protectora del sol sagrado y
todo lo que sus toque su luz por todos los tiempos y…

—Eso es más que suficiente, Glimmering Shield —Celestia rió. Mientras los pasos de un
carruaje se desplegaron sobre la brillante calle de adoquinada, Celestia estaba ansiosa de
desembarcar y estirar sus alas, apenas había colocado un casco en el suelo cuando escuchó
una voz familiar.

— ¡Celie! —la duquesa Diamond Waves, una alta y esbelta yegua unicornio trotó por la
puerta principal del edificio de la escuela, exclamó con una atractiva sonrisa en su rostro
color limón. En lugar de una corona, llevaba una banda dorada en la frente— ¡¿Mis ojos me
engañan, enserio eres tú?! ¡¿O es algún changeling enviado a engañarme?!

La princesa Celestia hizo una cara de vampiro chupa-amor como el de la Reina Chrysalis, y
usó su magia para que le crecieran unos colmillos falsos para un efecto extra. La duquesa se
quedó sin aliento con fingido horror, los dos ponis se rieron y abrazaron. Era como si nunca
hubieran estado separadas, después de todo los verdaderos amigos siempre seguían justo
donde lo dejaron.

La princesa Celestia puso su pata en la espalda de Diamond Waves— ¡se siente como si
hubieran pasado cien lunas!

—Sólo catorce, pero ¿quién está contando? —Bromeó la duquesa— en realidad, yo.

— Demasiado tiempo — la princesa Celestia negó con la cabeza— pero ahora estoy aquí, y
estoy muy contenta de verte, mi querida amiga.

— Y yo, a ti. Pero… —La cara de Diamond cayó, y su voz comenzó a temblar— pero
significa mucho más desde... desde que tengo no tengo a ningún poni en el mundo para
corregir este momento —miró al suelo, y lo mechones de su melena azul océano cayeron
sobre las piedras como una cascada de agua. No eran tan brillantes como Celestia
recordaba, y su cola no formaba sus habituales ondas perfectas de tonalidades azules ¿Y su
Cutie Mark de una concha azul brillante siempre fue así de aburrida? Diamond Waves no
se veía como ella. Parecía cansada.

— ¿Estás bien, Diamond? —Celestia preguntó con tono más suave— pareces tan...
diferente.

— ¿Así que te has dado cuenta de que mi melena ya no brilla?— La duquesa se alisó la
melena y suspiró pesadamente, el peso del estrés era visible en los delicados hombros de la
unicornio— No lo ha estado por un tiempo, en realidad. Pero vamos, no hables de melenas.
Vayamos a los negocios, de mi escuela.

Celestia frunció el ceño con preocupación—. ¿Cuál es el problema?

La duquesa negó robóticamente, perdiéndose en sus pensamientos—. Ninguno de mis


alumnos está listo para lo que viene...

— ¡Me sorprende que aún los tengas aquí en el verano! —Celestia bromeó— mis
estudiantes en Canterlot ya han terminado— ella miró a su alrededor hacia el buen tiempo y
se dio cuenta de que todo lo que faltaba eran un montón de ponis jóvenes deleitándose en
él.

Deberían estar abajo en la playa, chapoteando en el surf, recolectando conchas, jugando al


escondite y explorando las cuevas del océano. Todo menos estudiando.

—No tenía otra opción. Tenía que tenerlos aquí ya que no pasaron sus exámenes. Es la
primera luna en la historia de Monacolt que ha ocurrido esto —Diamond Waves gimió—
mi padre estaría tan avergonzado de mí si aún estuviera aquí. Es por eso que te necesito,
Celie.

— No te desespere, Di —Celestia miró a Diamond directamente a sus fríos ojos azules y


sonrió— lo que sea que esté pasando en tu academia, no tiene ninguna posibilidad contra tú
y yo juntas, como nunca antes lo hizo —Celestia bajó su cuerno y expulsó un suave
resplandor de magia azul hacia la duquesa.

Envolvió a la poni amarilla y levantó su ánimo lo suficiente como para devolverle la


sonrisa a su amiga en un toque de nueva confianza. Y habría durado más, si no fuera por el
espeluznante grito que llegó desde el interior de la escuela dos segundos después.
Unicornios bien portados

Celestia y Diamond cruzaron el letrero dorado en forma de arco que decía ACADEMIA
MAGICA DE MONACOLT, irrumpiendo a través de las puertas, y galopando al interior
del atrio principal de la escuela. Celestia se preparó para el ataque, reuniendo sus fuerzas
restantes del día para defender esta tierra de peligros mortales.

¡No podía creer lo que sucedía antes de siquiera tener la oportunidad de sentarse y disfrutar
algunas crujientes manzanas Monacoltenses!

— ¡Alto! —Celestia gritó al vacío. Su hermosa melena y cola ondeaban tras ella como si
estuviera buscado la entrada de una cueva por una bestia amenazante— ¡que se sepa que
cualquier criatura que amenace a cualquier ciudadano de Monacolt debe responder ante mí-
la princesa Celestia! —ella gritó.

Celestia casi no reconoció sus propias palabras, sonaba más como el tono de la princesa
Luna cuando se había convertido en Nightmare Moon que la gentil melodía de su propia
voz. Pero un joven poni estaba en peligro. ¿Dónde estaba el pobre estudiante que había
señalado la alarma con su grito inocente? Ojalá que resultara ileso y oculto en algún lugar,
en espera de ser rescatado. Celestia escaneó la habitación. La duquesa había desaparecido.

— ¡Eeeeeeeeek! —otro grito resonó, haciendo eco por el vacío pasillo de la escuela,
Celestia giró alrededor, pero no había nada. ¿Acaso Discord la había seguido hasta aquí
para jugarle una broma? Ella recordó la vez que el travieso draconequus se había cubierto a
sí mismo en algo llamado Invisipaint y la siguió durante toda una semana, susurrando todo
lo que ella decía justo después de decirlo sólo para divertirse.

Esa vez, Celestia había pensado que se estaba volviendo loca, justo como ahora, pero esta
vez era poco probable que se tratara de algún tipo de truco.

Los gritos se detuvieron repentinamente, seguido por el sonido de los cascos y la voz
apagada de Diamond Waves— Ahora, ¿qué has aprendido de esto?—, dijo entre dientes,
Celestia siguió los sonidos para encontrar que no había ningún monstruo después de todo,
sólo un pequeño unicornio azul parado junto a su amiga, y parecía trastornado.

—Lo siento, sólo necesitaba un aperitivo. Mi estómago se quejaba y no podía pensar, y


yo… —el potro se balanceaba sobre sus cascos mientras miraba a la directora. Sus ojos se
dirigían hacia la yegua y de regreso al suelo— yo, uh, aprendí a no dejar las clases si-si-sin
un pase, o se seré atacado por un hechizo de araña falso.

Diamond Waves se inclinó hacia el potro— repítelo de nuevo, como te lo enseñé, Rainy
Air —la duquesa dijo, con la mandíbula apretada.

—Ss-sí, directora Waves —Rainy Air asintió— no voy a salir de la clase sin un pase,
porque el poni que sale de clases no pasa.
— Buen potro —Diamond Waves dijo incorporándose de nuevo, le dio una pequeña
sonrisa. —Necesito que todos ustedes se enfoquen. Sólo a los unicornios serios y talentosos
se les permite permanecer en mi academia. Es un honor y un privilegio estar aquí, lo
entiendes, ¿verdad?

—Sí, directora —Rainy Air respondió y arrugó su hocico— es sólo que terminamos de leer
los libros asignados en la lucha contra las mantícoras que usted nos dijo, y pensé que tenía
ti- tiempo.

—Entonces lee la siguiente sección —Diamond Waves respondió— dile a los demás que
hagan lo mismo, estoy ocupada mostrándole a nuestra profesora invitada, la Princesa
Celestia, los alrededores y necesito que todos ustedes estén listos para intentar sus hechizos
de ataque cuando lleguemos a clase.

—Sí, directora —Rainy Air asintió— voy a hacer eso y…


—Hola, pequeño— la princesa Celestia llamó mientras salía de las sombras. Ella asintió
con la cabeza en saludo para el dúo.

— ¡Celestia! — la duquesa brilló como si un interruptor se hubiera activado y se rió entre


dientes— no había nada de qué preocuparse, aquí Rainy Air, solo se asustó un poco.

—Rainy Air, ¿no es así?— Celestia le sonrió al joven poni y se agachó— parece que te
vendría bien un bocadillo —un resplandor mágico se arremolinó desde su cuerno y giró,
creando una hermosa manzana roja. Celestia se la pasó al potro, cuyos ojos estaban
maravillados. La superficie de la manzana era tan brillante, que su reflejo bailaba en su
superficie.

La princesa hizo una reverencia hacia el estudiante—. Encantada de conocerte. Soy la


princesa Celestia de Canterlot.

—Guau— Rainy Air se maravilló— ¡eso fue genial! gracias —mordió la fruta y le devolvió
la sonrisa— ¡ahora, hay un hechizo que debemos aprender, directora Waves! —gritó antes
de salir trotando por el pasillo y atravesar la puerta del salón.

—Estos potros y potras —la duquesa negó con la cabeza en la derrota y trotó hasta una
ventana de arco y observo hacia la calle— ¿Ves? ellos simplemente no entienden cómo
tomar nada en serio. A este paso, ninguno va a pasar sus exámenes.

—Es cierto que los exámenes son muy importantes, pero no debes preocuparse tanto —
ofreció Celestia.

— En la búsqueda de la educación, todas las lecciones se pueden aprender si solamente te


permites el tiempo suficiente para ellos. Ten paciencia.

— Me gustaría ser paciente... pero no puedo. Tal vez lo entenderás cuando veas esto —la
duquesa le indicó a Celestia a seguirla, y ambas se dirigieron hacia el corazón de la
escuela. Mientras trotaban por los pasillos, sus cascos resonaron ligeramente sobre el piso
de mármol hasta que llegaron a la sala principal.

Celestia notó que las paredes de la escuela estaban decoradas con grandiosas banderas de
las Cutie Marks reales de Monacolt en un arcoíris de colores. Las cuales llegaban hasta las
vigas del techo, en un recordatorio constante para los estudiantes, de la historia que los
había llevado allí. Una moneda, una estrella de mar, una corona, una nube de lluvia, un
castillo de arena y una concha marina.

Celestia se inclinó ante los estandartes con respeto. Habían sido sus grandes aliados en toda
la historia de Equestria. —En nombre del unicornio, el pegaso y el poni terrestre, ofrezco
mis saludos.

— ¡Celie, mira! —Diamond Waves interrumpió, señalando a un enorme reloj de arena— el


tiempo es lo único que no tienen —el reloj de arena estaba forjado a partir de plata,
montado sobre un pilar de mármol y llenado con arena dorada. Los granos eran canalizados
hacia la cámara inferior del cristal en remolinos y delgados hilos de arena. Este no era un
cronometro ordinario.

— ¿El Cristal del Tiempo?— Celestia se quedó sin aliento. Acerco su casco al reloj de
arena— no sabía que estuviera aquí —la alicornio se maravilló con la forma en que su
gloriosa luz solar brillaba sobre él, a través del tragaluz en el techo— la última vez que oí
de él fue hace más de quinientas lunas. Pensé que había sido destruido.

La duquesa suspiró—. Por suerte, no.

Celestia observó la caída de la arena a través del cristal, hipnotizada por su belleza— el rey
Nautilus debió estar muy orgulloso de ti por continuar su tradición de excelencia educativa
como para permitirte mantener el Cristal del Tiempo aquí.

— Sí —la duquesa asintió— de hecho, esa fue la única razón por la que mi padre quería
que yo abriera la escuela, lo sé. Es por eso que es una crisis que —la duquesa ahogó un
sollozo— la formación de estos jóvenes unicornios ha sido un fracaso. ¡No quiero fallarle y
poner a Monacolt en peligro!

— ¿Cómo estás poniendo Monacolt en peligro?— Celestia miró el reloj de arena de nuevo,
indagándolo.

Pero no vio ninguna energía mortal rodeando al Cristal del Tiempo. Sólo una escultura
preciosa hecha de metal y vidrio, y tallado con imágenes de la historia de Monacolt. Había
imágenes de estrellas dispersas en las orillas de la arena, olas rompiendo contra los
acantilados y ponis de la región parados en reverencia de todo eso.

—Las arenas del tiempo están a punto de agotarse —Diamond Waves dijo mientras
señalaba la arena arremolinada. Se inclinó hacia Celestia, y con los ojos muy abiertos por el
terror, bajó la voz a un susurro— cuando lo hagan, se dice que los ponis de Monacolt
tendrán que proteger las fronteras de una gran invasión de las bestias.
Celestia frunció el ceño— en todas mis lunas, no he oído esta leyenda. Tenía entendido que
el Cristal del Tiempo era solo un objeto mágico que mantenía los días del calendario ¿Por
qué nunca hablaste de esta amenaza, duquesa?

Diamond Waves comenzó a caminar de un lado a otro, sus nervios intentaban escapar a
través de sus cascos—. Pensé que teníamos al menos otro Círculo de Cometas antes del
evento… eso es lo que dicen los ponis del Norte de Prancia, pero estaba equivocada. Pensé
que teníamos más tiempo para convencer a estos jóvenes que necesitan entrenar, ya que
sólo las hijas e hijos de esta tierra que pueden cumplir este destino protegernos —Diamond
Waves hizo un gesto al pasillo principal, lleno con las puertas de los salones— gracias a
dios estás aquí para arreglarlo todo, Celestia. Eres mi única esperanza.

Celestia miró al reloj una vez más y de vuelta a la expresión de pánico de su amiga— Haré
lo que pueda.

—Gracias por entender. Necesito que cada estudiante pase los exámenes de hechizos de
defensa contra bestias en el siguiente intento. Si no es así, habré... habré fallado —la cara
de Diamond se endureció más— como educadora y como protectora de Monacolt.

Celestia y Diamond levantaron la vista hacia el último estandarte de la secuencia. Era del
mismo color que la melena de Diamond, y el emblema de una concha marina cosida en él,
era la misma marca que adornaba el flanco de la duquesa. Ella estaba destinada y decidida a
proteger a esta tierra, sin importa qué. Así como lo haría Celestia.
Lección número diversión

A la mañana siguiente, la Princesa Celestia se sentía bastante incómoda mientras se


colocaba al frente de la clase, no estaba segura del por qué los estudiantes parecían tenerle
tanto miedo, pero allí estaban: doce unicornios mirándola con expresiones de puro
terror. Ninguno hablaba o reía, como sus estudiantes en Canterlot antes de que la clase
comenzara cada día.

Cuando las duquesa Diamond le había informado la noche anterior que tenía que irse por su
visita improvisada a los ponis del norte, le había reiterado que sus alumnos carecían de
enfoque. Parecía una evaluación falsa, por lo que Celestia no estaba segura de qué pensar
sobre la pila de notas que su amiga le había proporcionado. Había llegado el momento de
experimentar.

— ¡Buenos días, potras y potrillos! —Celestia entonó, con la esperanza de agitar una
reacción con su radiante sonrisa.

Ningún poni siquiera parpadeó. Eran como las estatuas de piedra en el jardín de Canterlot.

— Mi nombre es Princesa Celestia —continuó y utilizó su magia para escribir su nombre


en el pizarrón con un trozo de tiza—. Soy una vieja amiga de la directora Diamond Waves,
y estoy aquí para ayudarles con algunos de sus hechizos mientras ella está lejos en el norte
de Prancia. Vamos a empezar con algo sencillo, ¿de acuerdo? —Celestia comenzó a
caminar de un lado a otro, pero luego lo pensó mejor. No quería asustar a alguno de estos
pequeños ponis.

Así que se detuvo y se sentó, tratando de igualar su quietud. Se quitó su corona y la puso
sobre el escritorio para mostrarles que podían verla como a un igual— ¿Alguno sabe lo que
es un Windigo?

Una potra magenta de melena rizada en la primera fila levantó su casco. Celestia miró su
grafico de los asientos. —Hola querida. ¿Eres Ambrosia Breeze, acaso?

—Sí, princesa —Ambrosia asintió, manteniendo sus ojos abatidos en su escritorio. Ella
comenzó a hablar robóticamente. —Un-Windigo-es-un-mal-espíritu-que-se-alimenta-de-
las-luchas-y-el-odio-pero-puede-ser-derrotado-por cualquier-'fuego-de-amor'- tal-como-el-
fuego-de-la-amistad-o-el-fuego-del-cariño.

— ¡Excelente! Eso es correcto— Celestia se rió, y sus ojos se contrajeron en deleite


satisfecho.

— ¡Eres tan inteligente como el propio Clover el Ingenioso!— Ambrosia parpadeó sus
grandes ojos verdes con incredulidad y miró a sus demás compañeros, que parecían tan
sorprendidos por la respuesta de Celestia como ella. La princesa, sin embargo, no notó el
asombro del resto de la clase.
— Ahora... —Celestia continuó, asumiendo su papel natural de profesora. Este era uno
donde se sentía completamente cómoda, a pesar de no estar en su propia escuela o guiando
a su fiel estudiante Twilight Sparkle— ¿alguno sabe qué otras criaturas pueden ser
domesticadas con el Fuego de la Amistad? —, de inmediato cinco ponis levantaron sus
cascos al aire— ¡Guau! —, exclamó Celestia, escudriñando los cascos— díganos… ¿Sr
Sandy Shore?

— Manticoras e hidras —respondió un potro marrón de melena blanca, atreviéndose a


sonreír un poco— principalmente —agregó, en caso haberse equivocado— probablemente
también hay otros.

— ¡Bien hecho! —Celestia sonrió, miró a su alrededor y asintió— tengo que decir, que
todos ustedes están mucho más preparados de lo que su directora piensa. Esperaba tener
que empezar de cero, pero seguro que todos han hecho sus deberes —recorrió el pasillo de
escritorios y notó que cada estudiante tenía un grueso pergamino lleno de letras sobre altas
pilas de libros. Utilizó su magia para recoger uno que se encontraba sobre el escritorio de
Rainy Air— ¿Qué es esto, Rainy Air?

—Son nuestros ensayos, señorita princesa —una pálida potra lavanda con una melena recta
color verde chilló y sofocó un bostezo— en hechizos de defensa. Los hacemos todas las
noches para practicar para la gran prueba de Muybridge.

— ¿Muybridge?— Celestia repitió para sí misma. Nunca antes había oído hablar de él. En
su escuela, el único examen se llamaba simplemente el final del unicornio.

La potra le indicó a Celestia que se inclinara más cerca y le dijo en voz baja— Muybridge
era un viejo corcel que ganó una batalla en Monacolt hace mucho tiempo. La directora está
obsesionada con él, así que siempre estamos estudiando lo que hizo y escribiendo acerca de
cómo él luchó contra los monstruos. Nuestro gran examen se basa en todas las hazañas que
realizó.

— ¡Flora! ¡Shhh! —instó un potro amarillo de crin puntiaguda color verde— Nos vas a
meter en problemas. ¡Se supone que no le digamos a nadie! Es mayor secreto de los
negocios de la academia.

—Está bien, Lemon Square. Ella es nuestra nueva maestra, ¿verdad? va a saberlo
eventualmente… —dijo Rainy Air y volvió a mirar a Celestia soñadoramente, admirando
cómo su crin y cola flotaban de forma continua, resplandeciendo en la luz del día. Se
preguntaba cómo hacia eso y consideró preguntarle, pero lo reconsidero.

Ambrosia Breeze levantó sus pergaminos, cubiertos de escritos— hemos tenido que escribir
un ensayo cada noche desde que la directora Diamond Waves su puso toda estricta,
aburrida y horrible… —cubrió su boca— ¡Oops, por favor, no le diga que dije eso! —
Lemon Square le lanzo una mirada de complicidad y luego rodo sus ojos. Ambrosia frunció
el ceño y se dejó caer.
Pero ella no era la única que parecía de mal humor y cansada. Todos alrededor de la clase,
tenían las cabezas agachadas sobre sus escritorios, luchando por mantenerse despiertos de
sus largas noches de tareas.

Celestia recordó que cuando su amiga era más joven, Diamond Waves tenía la tendencia de
dejarse llevar al completar sus tareas, al igual que cierta Alicornio púrpura en casa. Pero
había una cura perfecta para eso.

La princesa Celestia le guiñó un ojo a Ambrosia— no se preocupen, clase, sigan adelante y


tomen un descanso si es necesario. Sólo háganmelo saber, pueden decirme cualquier cosa y
todo lo que suceda en esta clase será sólo entre nosotros los estudiantes.

—Pero usted no es una estudiante… —Flora susurró tímidamente, mirando a sus


compañeros de clase— es una... una... princesa.

— ¡Por supuesto que estoy un estudiante! —Celestia respondió— un poni nunca deja de
aprender, no importa la edad que tengan o si son de la realeza. Por ejemplo, acabo de
aprender algo de todos ustedes.

— ¿Lo hizo? —Rainy Air preguntó, inclinándose hacia adelante con curiosidad—
¡genial! quiero decir… ¿qué es?

— Que los estudiantes necesitan desesperadamente poseer el poder más grande de todos…
—Celestia se inclinó hacia delante y lo enfrento a los ojos— ¡el poder de la diversión! —
La palabra causó que todos los estudiantes jadearan con horror.

Claramente tenían un largo camino por recorrer.


La clave de la magia
Celestia rió entre dientes y usó su magia para borrar el pizarrón, que estaba lleno de
diagramas de grandes bestias, mapas de Monacolt y hechizos tácticos. En su lugar, dibujó
un manojo de globos que harían que Pinkie Pie estuviera orgullosa y algunas caras felices.
Al menos, era un comienzo.

— ¿Diversión? —, los estudiantes susurraron entre sí— ¡pero es tiempo de clases! La


directora se pondría como loca si tuviéramos diversión.

— ¿Quién puede decirme algunas cosas divertidas de hacer? —Celestia preguntó, haciendo
caso omiso de las protestas y continuó usando su magia para desaparecer todo lo que se
veía serio o aburrido. Crack. Un montón de carteles sobre la postura adecuada para lanzar
un hechizo voló por la ventana. Swoosh. Una pancarta que decía ESTUDIAR ES LA
CLAVE DE LA MAGIA se plegó en un ramo de flores de papel y aterrizó en la mesa del
profesor.

— ¡Oooh, lo sé! —Sandy Shore levantó su casco— ¡es divertido cuando termino mi ensayo
por la noche y mi mamá dice que tengo que lavarme los dientes antes de dormir!

— ¡Sí! —Acordó una potra color rosa con una melena lacia— me encanta eso, todas esas
burbujas de menta bailando en mi boca es refrescante.

— Hmmm… —Celestia ladeó la cabeza hacia un lado— supongo que el cuidado personal
es satisfactorio, sí, pero ¿qué otra cosa te hace feliz?

—Me gustan las gotas de lluvia sobre las rosas —, dijo Rainy Air encogiéndose de
hombros casualmente— pero eso es más una cosa favorita que algo divertido.

— Pueden hacerlo un poco mejor —Celestia animó— pero piensen en grande. ¿Qué tal…
galopar en la playa con el viento en su melena o cantar canciones con sus amigos alrededor
de una fogata?

La clase consideró esto. Unos pocos unicornios se veían como si se estuvieran esforzando
para recordar cómo era una “fogata”. O tal vez ni siquiera sabían lo que era una fogata.

—Me gusta el sonido de esas actividades en teoría. ... —Flora chilló. Sus ya grandes ojos
comenzaron a ampliarse aún más— ¿pero que si haces alguna de esas cosas y luego te
metes en problemas por no hacer tu tarea en su lugar? —, todos asintieron en acuerdo.

Esto era mucho peor de lo que pensaba, ella necesitaría algo para verdaderamente iluminar
un fuego en los corazones de estos estudiantes, y lograr que se soltaran. Tenía que ser otra
estrategia, una manera de hablar su propio lenguaje.
— Todos, me gustaría que se emparejaran con un compañero y le den sus ensayos. Van a
practicar un hechizo de fuego de la amistad.

— ¿Lo haremos? —, los ponis estallaron en una ráfaga de susurros—. ¡Ese es uno difícil!
¡Nadie lo ha hecho antes!

— Te lo daré al instante —Ambrosia trotó y se sentó junto a Flora, usando su magia para
pasarle su ensayo. Sandy Shore y Rainy Air también se emparejaron. Pronto toda la clase
había encontrado un compañero. Observaron a Celestia, esperando ansiosamente sus
próximas instrucciones.

— ¡Oooh!, ¿Vamos a leer el trabajo del otro y criticarlo primero? —Ambrosia gritó— ya
que hemos hecho esto muchas veces antes y somos muy buenos en eso, para que lo sepa —
Ambrosia sonrió y añadió: — por cierto, todo esto de que podamos hablar sin levantar
nuestros cascos es impresionante. Tan liberador —Ambrosia se tapó la boca con su casco—
no le diga a la directora que dije eso.

— No, Ambrosia. No vamos a leer los ensayos. Esta vez vamos a hacer algo un poco
diferente —Celestia se acercó a Ambrosia y Flora y se inclinó para conocer sus rostros—
quiero que ustedes dos rompan el trabajo de la otra —alguien en el fondo del salón dejo
caer uno de sus libros. La princesa Celestia se rió de sus caras de asombro.

— ¡¿Qué?! —, las dos ponis chillaron con incredulidad— ¡pero vamos a meternos en un
gran problema! —al otro lado de la habitación, Sandy y Rainy también estaban paralizados
por la sorpresa. Rainy acerco su ensayo cerca de su pecho de manera protectora.

— ¡Y hemos trabajado tan duro!

— Suena arriesgado… —Celestia asintió con una mirada astuta— pero algo interesante,
¿verdad? — pasó un minuto, donde nadie sabía cuál es la respuesta correcta. ¿Era un
truco? ¿O una prueba que había sido establecida por la duquesa Diamond Waves para ver si
sucumbirían a esta tentación?

— ¡Lo es! —Flora dijo al fin, mucho más fuerte que cualquier otra cosa que jamás hubiera
pronunciado. Su voz ni siquiera desafinó y causó que todos se sobresaltaran, Ambrosia le
lanzó una mirada ofendida— Quiero decir, suena un poco diferente y científico… uh... con
fines de aprendizaje y... oh, no importa, —flora susurró, retrocediendo de nuevo en sí
misma.

—Bueno, voy a darle una oportunidad. No tengo miedo de nada —Ambrosia arrebató el
ensayo de Flora y utilizó su magia para triturarlo en pequeños pedazos. Rip, rip, rip,
flotaron lastimosamente hasta el suelo, aterrizando en una triste pila.

La mandíbula de flora cayó. Se abalanzo sobre ambrosia y lanzó al aire su pergamino con
su casco y no tuvo piedad, haciendo exactamente lo mismo hasta que ambos ensayos
dejaron un montón entre ellos. Toda la clase se quedó en silencio.
— Todo ese trabajo, se ha ido... —dijo Ambrosia, rompiendo el silencio y mirando con
horror la pila de papel.

— Toda la investigación perdida... —Flora susurró, su cara lavanda era la verdadera


imagen del terror.

Todos se inclinaron, sin querer hacer el más mínimo movimiento, pero un momento más
tarde, Flora comenzó a reír y Ambrosia no pudo evitar disfrutarlo. Entonces las risitas
rápidamente evolucionaron en carcajadas y pronto toda la clase se reía y rompían los
pergaminos de los otros. Era una explosión de confeti de ensayos.

Y uno por uno, mientras los documentos eran destruidos, pequeñas llamas azules
comenzaron a levantarse de las ruinas.
Celestia le sonrió a la clase— ¿Ven, estudiantes? ¡Lo hicieron! ¡El fuego de la amistad arde
en su defensa!

—Pero ¿cómo completamos el hechizo? —Rainy preguntó, partiendo las pequeñas llamas
en forma de corazón que se elevaban desde los restos de su tarea—. Hemos tratado de
hacerlo por años.

—Esto es porque sólo puede venir de la valentía de dos ponis ofreciendo su amistad entre si
a pesar del sacrificio personal —explicó Celestia—, todos ustedes se unieron a pesar de que
tenían algo que perder —poco a poco, las sonrisas comenzaron a aparecer en las caras de
los estudiantes y el salón comenzó a calentarse, cómo si se tratara de un nuevo amanecer. Y
no era a causa de las llamas.
Fuera de la burbuja
Permanezcan a mi lado, estudiantes —Celestia se giró hacia la línea de unicornios que la
seguían por las escaleras de madera. Ellos susurraron entre sí con entusiasmo, señalando
hacia la orilla del océano. Mientras se dirigían a la playa, ella podía sentir su curiosidad
incrementando con cada paso.

Ambrosia saltó hasta la parte delantera— Princesa, ¿a dónde vamos? ¿Qué estamos
haciendo? —, sus ojos se abrieron con anticipación. Estiró el cuello, explorando la zona, y
le susurró— ¿está relacionado con la escuela?

— Oh sí. Es una lección sorpresa, Ambrosia —dijo la Princesa Celestia con un guiño. Por
ahora, utilizaría el nervioso cuestionamiento constante de los estudiantes. Ellos siempre
querían saber qué valor iban a obtener de cada clase. Era como enseñar a un gran grupo de
Twilights todos a la vez.

—Va a ser muy divertido e informativo, se los aseguro — su larga melena se sacudió con la
brisa del mar. Sus mejillas tenían tono rosa a la luz del sol.

— ¡Está bien! —Ambrosia regreso al lado de Flora, las dos pequeñas intercambiaron una
mirada, y chillaron.

El resto siguieron al par, chocando sus cascos contra las escaleras que conducían a la
arena. Arriba al nivel del paseo marítimo de Monacolt, los ponis comenzaron a vaciar los
hoteles y cafés para reunirse y ver. Ellos susurraron y señalaron a la real extranjera,
preguntándose qué clase de muestra podrían ver. No habían visto a los estudiantes de la
Academia Mágica de Monacolt en un viaje de campo, en un largo tiempo.

—Muy bien, clase —la princesa Celestia anunció, caminando alrededor del grupo. Sus
protectores de cascos se hundían bajo el calor de la arena—Su tarea para hoy es correr,
jugar y saltar. Miren las piscinas de la marea. Estudien las nubes. Tomen todo, y luego
vamos compartirlo entre nosotros al final del día. ¿Lo tienen? —Celestia miró sus caras en
blanco—. Básicamente, soló diviértanse bajo el sol.

— Uhh —Lemon Square levantó su casco— ¿Princesa?

— Si, ¿Lemon Square?— Celestia trotó hacia el potro amarillo— ¿tienes una pregunta?

— ¿Es verdad?— Lemon señaló el sol, ardiendo brillante y alto en el cielo, entrecerrando
los ojos como si no lo hubiera visto en mucho tiempo.

— ¿Qué es verdad?

— ¡El sol! ¿Que usted tiene el poder para elevar el sol? He hecho un poco de investigación
y…
— ¡Sí, por supuesto que puede! Ella es una Alicornio, Lemon —Ambrosia interrumpió, y
rodó sus ojos—. Todos los ponis saben que los Alicornios son los ponis más poderosos, de
siempre. Siempre. Son súper-duper raros, y sólo pueden convertirte en uno si realizas
alguna proeza mágica. No ha habido muchos excepto Mi Amore Cadenza, Twilight
Sparkle, y…

— ¿Así que podemos llegar a ser Alicornios si estudiamos más fuerte? —Sandy gritó en la
parte posterior del grupo.

— ¡¿Por favor, nos harías Alicornios?!

— No creo que me gustaría ser un Alicornio —Flora dijo con un hilo de voz— parece
demasiado, ¿sabes? —Sandy asintió.

— Tengo una mejor pregunta —Rainy miró a Celestia con una expresión soñadora—
¿Cómo es exactamente que su crin y cola se mueven así todo el tiempo? Es realmente... uh,
lindo.

— Sí, lo es —Ambrosia inclinó la cabeza hacia un lado para poder admirar su melena
desde otro ángulo— creo que la melena de la directora Diamond Waves hacia lo mismo.

—De acuerdo, estudiantes —Celestia los calmó —habrá tiempo para preguntas sobre mí
más tarde. Por ahora, sólo hagan lo que les digo, ¡están fuera del salón y están parados en
una hermosa playa! Hagan todo lo que puedan. Creo que encontrarán que vale la pena usar
su tiempo para salir de su pequeña burbuja de salón —les dio una pequeña sonrisa y se
dispersaron.

Algunos miraron hacia atrás por encima del hombro, sólo para asegurarse de que realmente
estaba bien. Poco a poco se iban acostumbrando a confiar en ella y dejar de lado sus
conductas tensas. Celestia sabía que Diamond Waves iba a estar satisfecha con el resultado.
— ¿Burbuja? —, repitió Ambrosia para sí misma mientras miraba a la gran masa de agua.
Galopó para unirse al juego de las escondidas.

Por encima de la barandilla del acantilado, la multitud de ponis comenzó a disminuir


mientras los estudiantes corrían en pequeños grupos a través de la playa. No era el
espectáculo de magia que todos estaban esperando. Los potros y potras realmente soló
parecían estar jugando, lanzándose arena y zambulléndose en el agua. Algunas yeguas y
corceles mayores se colocaron alrededor, divertidos por la vista.

— ¿No es precioso, cariño?—, un viejo semental gris le dijo a su esposa. Estaban parados
bajo la sombra de un paraguas blanco— los estudiantes han salido de la escuela.

— Oh, sí —coincidió la yegua azul. Ella miró hacia abajo a través de sus gafas circulares—
es bueno que finalmente disfruten el verano. Realmente animan este lugar. Lo necesitamos,
sobre todo porque estos días aún no hay olas en el agua.

— Demasiado tranquilo por aquí —el semental asintió con la cabeza.


— ¿Qué dijo? —, preguntó la duquesa Diamond Waves. Acababa de regresar del norte de
Prancia y pasaba por la playa en su camino de regreso a la academia. La información recién
descubierta del Cristal de Tiempo de su sabio, le había dado mucho que pensar y discutir
con Celestia después de que las clases terminaran.

— ¡Su Alteza! —La pareja de ancianos se inclinó ante ella— soló estábamos diciendo lo
lindo que es ver a los estudiantes teniendo un buen rato allí. Como una gran idea para
dejarlos respirar un poco de vapor, duquesa.

— ¿Estudiantes? ¿De mi academia? —levantó una ceja y trotó hasta el borde del
acantilado. Cuando dio un paso adelante en medio de ellos y miró hacia la playa, su
respiración se fue. ¡Era la princesa Celestia! Y no estaba dando una clase en absoluto, sino
que estaba construyendo un castillo de arena con varios estudiantes, incluyendo a Rainy Air
y Flora.

Todos estaban sonriendo. Sonriendo en la cara de una crisis, pensó Diamond Waves
mientras observaba a Celestia usar su magia para colocar una pequeña bandera de Monacolt
en la parte superior del castillo.

Diamond Waves se sentía tan traicionada, que apenas podía ver la escena. ¡Celestia estaba
haciendo exactamente lo contrario de lo que le había pedido que hiciera! ¿Cómo iban a
estar listos alguna vez si perdían cada oportunidad que tenían para prepararse para lo peor?
la duquesa cerró sus ojos, giró sobre sus cascos y se fue a todo galope hacia la
escuela. Tenía que ir a ver el Cristal del Tiempo y pensar en un nuevo plan de acción.

Abajo en la playa, la pequeña Ambrosia se escondía detrás de las rocas, esperando y


mirando hacia la línea azul cerúlea del horizonte. Las gaviotas volaban por encima,
graznando. Su cola magenta estaba húmeda y arenosa a causa de la piscina de marea sobre
la que estaba agachada.
Tan pronto como vio los cascos amarillos acercándose a su lado, Ambrosia salió de su
escondite y le lanzó un rayo de magia color naranja al potro. De pronto, el agua de la orilla
empezó a levantarse, girando sobre si misma en forma de tornado y salió disparada a toda
velocidad hacia Lemon Square. El potro gritó cuando el agua lo envolvió.

Todos galoparon en estado de pánico. Celestia extendió sus alas y voló sobre ellos. Cuando
aterrizó, Lemon Square estaba directamente sobre Ambrosia mientras una burbuja de agua
lo envolvía— ¡Lo hiciste, has hecho un hechizo de burbuja de agua!

— ¡Lo hice! —Ambrosia gritó en euforia.

Sandy Shore estaba boquiabierta— ¡ese es un hechizo avanzado de protección!

— Sí lo es. Bien hecho, Ambrosia —Celestia los miró a la cara, llena de asombro y
emoción. Ella se sentía igual— enserio se ve como si los ponis de Monacolt ya fueran una
fuerza a tener en cuenta. Ahora, ¿quién más quiere intentar un encantamiento de burbuja de
agua?
Las buenas noticias

Ahora que Diamond Waves había regresado del norte de Prancia, Celestia no podía esperar
para compartir sus avances y deleitar a su amiga con la noticia de que su plan de lecciones
sencillas había funcionado. Ella sabía que la duquesa iba a estar muy aliviada.

Toda esta experiencia había sido tan maravillosa para ella, como para los estudiantes. Las
actividades diarias de las últimas dos semanas la habían llenado con un cierto sentido de
felicidad y propósito.

Si elevar el sol le traía alegría, entonces la luz de los jóvenes que aprendían bajo su guía le
traía euforia pura. Era la razón por la que hacía de su propia escuela de unicornios en
Canterlot una prioridad constante. Y mientras caminaba hacia la oficina de su amiga, sus
cascos incluso se sentían más ligeros, como si ni siquiera estuvieran adornados con
protectores de cascos fuertemente adornados.

Los estudiantes aquí en Monacolt eran brillantes y entusiastas, no indisciplinados y


petulantes como ella había esperado. Sólo necesitaban que les mostraran un camino
diferente, todos en Monacolt iban a estar bien, sin importar la clase de misteriosos
enemigos que llegaran a atacarlos. Si es que había algún enemigo después de todo. Su
sospecha iba creciendo cada vez más sobre la magia detrás del cristal del tiempo.

Desde que Diamond Waves la había dejado, la arena en el vidrio parecía haber caído por el
embudo, sin embargo, la cantidad de arena en la cuenca superior parecía no sufrir cambios.
Hoy tenía la esperanza de señalarle esta peculiaridad a la duquesa. Algo se estaba
apagando.

La alicornio trotó por una sucesión de ventanas altas y abiertas, los marcos se arqueaban en
la parte superior justo como las del castillo de Canterlot. Celestia recordó su hogar y se
preguntó qué podría estar ocurriendo en este preciso momento.

Ya que era casi la hora de bajar el sol, se imaginó que Luna probablemente estaba
descansando. En su ausencia, la princesa Luna tenía la tarea de bajar el sol, así como darle
la bienvenida a la luna una vez que era el momento de hacerlo y esto le tomaba una gran
cantidad de energía. La princesa Twilight probablemente estaba repasando el discurso de
graduación, una vez más, practicando la manera de decir cada parte frente a un espejo.

Se rió de la idea, no podía esperar para verlos a todos en la ceremonia de graduación y en la


celebración del sol de verano, cuando ella volviera a casa.

— ¿Algo divertido, Celestia? —la duquesa Diamond apareció en la puerta sur. Ella frunció
el ceño con preocupación y miró hacia el suelo de piedra— ¿Tal vez lo desesperada de mi
situación?
— De ningún modo, ¡en realidad, es todo lo contrario, Diamond! —Celestia exclamó con
una sonrisa. Ella trotó y abrazó a su amiga— he estado esperándote para decirte una noticia
maravillosa, tus estudiantes son increíblemente brillantes ¡y muy talentosos! Algunos de
ellos incluso se las arreglaron para realizar el hechizo del fuego de la amistad y el hechizo
de la burbuja de agua. Esos dos únicos hechizos pueden garantizar la seguridad contra los
ataques, te lo aseguro…

— ¡Pero eso es imposible! —La duquesa exclamó boquiabierta— hemos tratado y…


Lo que quiero decir es que estos estudiantes han demostrado... que no tienen el talento
necesario para a ocupar un espacio.

Los ojos de Diamond brillaron con algo de oscuridad. Y juegan durante las horas de clase,
pensó.

—Seguramente, estás bromeando —Celestia se sorprendió— ¿cierto, Di?

— ¡Por supuesto!— Diamond Waves se sacudió el pensamiento y forzó una sonrisa—


estoy tan contenta de que lograras tal avance —pero ella no parecía contenta, su cuerpo
estaba rígido y sus movimientos eran robóticos. El estrés de la situación claramente le
estaba afectando. ¿Por qué si no, le diría tales cosas cuando sus estudiantes habían
mostrado tal progreso?

— ¿Por qué no vamos a dar un paseo hasta el mar y así podré decirte todo sobre él?—
Celestia señalo hacia la ventana con su casco. A lo lejos, mirando a través de los edificios,
podía observarse el mar, azul y sereno. —Me parece que puede ser bastante restaurador,
incluso sin el suave sonido de las olas.

—Oh, así que te has dado cuenta de eso —la duquesa se movió incómoda, con los ojos fijos
en la ventana— bien —finalmente respondió, iniciando a caminar— eso sí, no trates de
hacerme construir un castillo de arena.
Haciendo olas

No pasó mucho tiempo para que las dos ponis encontraran la Ensenada Unicornio, la
hermosa playa se encontraba fuera de los límites de la ciudad. Celestia sintió que se
relajaba un poco mientras más se alejaban de la ciudad. Salió hacia la orilla de la playa, con
cada paso, sus cascos se hundían en la arena húmeda. Era tan tranquilo aquí, casi
silencioso. Ella miró hacia el océano y se imaginó el estruendo de las olas, pero el agua
estaba completamente inmóvil.

Diamond Waves estaba mirando hacia el agua con una expresión melancólica. Se volvió a
Celestia— por lo tanto, háblame de los estudiantes.

— Sí —Celestia se iluminó—. Es algo que tú puedes hacer, y te garantizo que van a pasar
el examen. Ha estado funcionando hasta el momento.

— ¿Qué es? —, Diamond preguntó, su voz era plana— ¿les lanzaste alguna especie de
hechizo de concentración?

— ¡Cielos, no! —Celestia sonrió—. Lo que menos necesitan es una mejor concentración.
Lo que deberían es... —ella dio unos pasos hacia delante, hacia el borde del agua y sin
previo aviso, se lanzó directamente en el océano.

La alicornio saltó y salpicó todo a su alrededor, levantando el agua sobre la duquesa, cuya
expresión era menos divertida. Celestia se rió de la cara amargada de su amiga y le salpicó
de nuevo. Las gotas de agua brillaban en la luz del sol, mientras aterrizaban sobre
Diamond.

— ¡Celestia! —Diamond gritó a través de los mechones de su melena que se pegaron a su


frente—. ¡¿Qué crees que estás haciendo?!

— ¡Simplemente teniendo un poco de diversión!— Celestia entonó —deberías probarlo.

Diamond Waves pareció sorprendida por un momento, insultada por la insinuación de que
su vieja amiga pensara que no sabía cómo pasar un buen rato. Ella prácticamente había
inventado el concepto cuando era una joven poni.

Así que la unicornio azul se zambulló en el mar, creando una gran ola que empapó a la
princesa Celestia a cambio. Pronto, cada una comenzó a reírse de lo tonta que se veía la
otra. Salieron del agua y se sentaron la arena, tratando de recuperar el aliento entre
risitas. Era como en los viejos tiempos.

Diamond Waves exhaló profundamente y miró hacia el cielo anaranjado. El sol se estaba
poniendo.
Celestia sonrió mientras veía su descenso, pensando en la luna naciente y en su
hermana. Después de un pequeño silencio pensativo, comenzó a escuchar el suave sonido
de las olas rompiendo en la orilla. Era silencioso, Whoosh, swish. Whoosh, swish.
La duquesa se incorporó de manera inesperada, su cuerno brilló con una suave luz azul. El
color se hizo más brillante mientras se levantaba sobre sus cascos y enfrentaba al
mar. Pronto, las olas eran lo suficientemente grandes, ¡tan grandes como para que un poni
navegara en el! Diamond Waves sonrió genuinamente y se giró hacia Celestia —
¡Finalmente! ¡Qué magnífico espectáculo para observar!

— Tu capacidad de crear olas en las costas de Monacolt ha regresado —Celestia observó


con una sonrisa de complicidad. Diamond no tenía que decirle a Celestia que su talento
había desaparecido. Ya todos lo sabían.

— No puedo creerlo… —Diamond derramó una lágrima de alegría. Ella la limpió con su
casco— pensé que había perdido mis habilidades mágicas. Con la mayoría de los
estudiantes sin pasar sus exámenes y la inminente condenación de mi reino, yo estaba
pasándolo terrible.

— Pero ahora ya no. Todo no siempre es lo que parece —aseguró Celestia—. El océano es
profundo. El hecho de que no haya olas en la superficie no significa que las cosas no estén
sucediendo debajo. Y eso es exactamente lo que esperaba mostrarte —Celestia se mantuvo
erguida, su crin y cola brillaban mientras sus cabellos fluían con el viento— tu magia aún
está dentro de ti.

— No entiendo… —Diamond negó con la cabeza— ¿qué hiciste?

— ¿Qué estábamos haciendo en el momento en que tu magia regresó?— Celestia preguntó,


levantando una ceja.

— ¿Que estábamos haciendo?

— Chapoteando en el agua y…

— Riendo —, dijo la Princesa Celestia—. Estabas teniendo un buen momento, ¿o no?

— Bueno, sí… — la duquesa arrugó su nariz— ¿Qué tiene eso que ver con mi magia? ¿O
con la magia de cualquier poni?

—Tiene todo que ver, mi querida amiga —Celestia sonrió y comenzó a trotar por la orilla,
Diamond Waves fue a su lado—. El problema que habías tenido contigo misma, con tu
talento de hacer las olas del océano, ¡es la misma razón por la que tus estudiantes no
pueden completar sus hechizos! Estás siendo demasiado dura con ellos. Ellos necesitan
relajarse, es la única manera de lograr magia grande y poderosa. Es algo que he probado en
las últimas lunas a través experiencia como mentora de Twilight. Ella mostró una gran
promesa como estudiante, pero sólo logró su verdadero potencial mágico cuando aprendió a
hacer amigos y abrazar la diversión grupal.

—No puede ser tan simple como eso—, dijo Diamond Waves con un escalofrío.
— ¿Por qué no? —Celestia se levantó y cerró los ojos. Magia rosa brilló desde su cuerno y
las envolvió en un torbellino de aire caliente hasta que ambas estuvieron completamente
secas— estás haciendo las cosas demasiado duras para ti misma.

— Te equivocas —dijo la duquesa, girándose hacia el océano, con su mandíbula


apretada— la única razón por la que no he sido capaz de crear las olas se debe a que el
ataque a Monacolt está acercándose cada vez más. De acuerdo con el Cristal del Tiempo,
todo está acabando. No soy yo —mientras hablaba, las olas del mar disminuían más y más,
hasta que regresaron de nuevo a su estado anterior. El único ruido era el sonido de las aves
marinas, graznándose entre ellas y batiendo sus alas.

Diamond miró a Celestia con una expresión irritada. — Te pedí que vinieras aquí para
ayudarme a preparar a mis estudiantes enseñándoles, no a jugar con ellos y divertirte. Te vi
con ellos hoy en la playa. Se suponía que eran las horas de clases. Si no crees poder
respetar eso, Celie, bueno...

— Bueno... ¿qué? —Celestia respondió, usando su tono más suave.

Diamond suspiró— bueno, entonces creo que tienes que regresar a Canterlot. Yo me
ocuparé de mis estudiantes y mis ciudadanos —, la duquesa giró sobre sus cascos y galopó
de vuelta a la ciudad, sus palabras cayeron pesadamente sobre el silencioso aire del océano.

— ¡Allí está! —, una voz gritó desde arriba—. ¡Su Alteza! —, era Glimmering Shield, uno
de los asistentes de la Guardia Real de Celestia. Descendió a la playa desde el acantilado,
con las alas extendidas. Golden Flight iba justo detrás de él, cuando sus cascos tocaron la
arena, intercambiaron una mirada de preocupación.

—Mis guardias —la Princesa Celestia dijo con una reverencia— ¿hay algún problema?

Glimmering Shield se inclinó hacia ella—. Hemos recibido una carta de las princesas Luna
y Twilight Sparkle. También hay informes del líder de la Guardia Real y del alcalde de la
bahía Horseshoe.

Golden Flight le pasó los pergaminos— es el Carcinus, princesa. Me temo que... ha habido
otro ataque a Canterlot.
Una carta del hogar

Querida Princesa Celestia,

A estas alturas, probablemente ya ha recibido informes de la Guardia Real sobre la entrada


del Carcinus a las fronteras de Canterlot, ¡pero le aseguro que no hay motivo de alarma!
Algunos de los ciudadanos entraron en pánico cuando vieron a un cangrejo de veinte
metros de altura caminando hacia el castillo, eso es todo. La princesa Luna y yo tenemos la
situación completamente bajo control. Ella conocía al Carcinus y actualmente lo está
escoltando de regreso a la bahía Horseshoe.

He estudiado a estas criaturas ampliamente en muchos libros, pero tuve que ir a la


biblioteca y refrescar mis conocimientos sobre el tema.

En general, se entiende que a pesar de su apariencia intimidante, los Carcinus son criaturas
muy gentiles; sin embargo, tienden a volverse bruscos cuando son ignorados, que es
exactamente lo que sucedió en este caso.

El Carcinus era molestado por algunos ponis que construyeron sus nuevas casas de campo
junto a su cueva en la playa y trató de hacerse su amigo. Ya que los Carcinus no hablan
nuestro idioma, ellos pensaron que los estaba atacando. La princesa Luna va a poner todo
en orden y yo me voy a quedar aquí a vigilar Canterlot.

Dado que los estudiantes de la academia han terminado sus exámenes de la luna y
simplemente estaban esperando sus resultados, traté de que algunos de ellos leyeran Los
siete principios de la magia de Star Swirl: Tercera edición, ¡incluyendo algunas de sus
notas! ¡Creo que realmente lo disfrutaron! También les asigne una densa lista de lectura de
verano. ¿Todavía hace eso, cierto? Esa siempre fue mi parte favorita de la escuela.

¡Espero que todo vaya bien ahí afuera en Monacolt!

Atentamente,

(Aún) Su fiel estudiante-Princesa Twilight Sparkle

Celestia usó su magia para cerrar el pergamino, poniéndolo sobre la mesa al lado de los
informes de la Guardia Real y del alcalde de la Bahía Horseshoe. Cada uno de los mensajes
había tenido un tono diferente: el informe del alcalde era de pánico y el informe de la
Guardia Real estaba plagado de solicitudes sutiles para que volviera a Canterlot. Pero la de
sus compañeras estaba en calma. Había leído la carta de Twilight tres veces y todavía no
podía encontrar nada en él para demostrar que Equestria estaba realmente en peligro.

Si Luna iba a resolver el problema del Carcinus, entonces Equestria estaba en buenos
cascos. Su joven hermana siempre había tenido un talento especial para hablar con los
animales. Antes, cuando las dos apenas se habían convertirse en princesas, Luna incluso
había hecho amistad con una manticora llamada Melvin, así como ayudado a resolver el
desacuerdo grifo.

Celestia tenía la teoría de que la capacidad de Luna para hablar con los ponis través de sus
sueños le había ayudado a aprender a comunicarse en los métodos no convencionales. Ella
veía las cosas de una forma nueva, con una luz diferente.

Celestia miró por la ventana de su exuberante hospedaje en la Academia Mágica de


Monacolt.

La luna colgaba alto en el cielo, brillante como siempre. ¿Todo está bien, verdad, Luna? se
preguntó, ¿o debería volver a Equestria? Un suave golpe en la puerta, interrumpió sus
pensamientos problemáticos.

Cuando la abrió, ningún poni estaba allí. Pero en el suelo había una brillante manzana
roja. Celestia usó su magia para recogerla y observo que llevaba una pequeña nota. En
letras desordenadas, decía:

Querida Princesa Celestia,

¡Mire! ¡Hice el hechizo de la manzana que me mostró en su primer día! Usted es la mejor
maestra de todas.

Con amor, Rainy Air.

Ella captó como su reflejo le devolvía la mirada en la superficie de la manzana. Ni siquiera


se había dado cuenta de lo mucho que estaba sonriendo. Eso lo resolvía todo. Aun había
lecciones que tenían que ser aprendidas aquí en Monacolt, y ella iba a ser quien las
enseñara.

Canterlot podía esperar un poco más.


La noche de cristal

Los sonidos de la risa y la magia hicieron eco por los dormitorios y los pasillos de la
Academia Mágica de Monacolt. Celestia vagó a través del edificio, en busca Diamond
Waves, pero no podía encontrarla por ninguna parte. Ella había buscado a su amiga durante
todo el día, con la esperanza de disculparse por su pequeña discusión de la noche anterior.
Pero Celestia sabía que su amigo era muy terca y probablemente estaría evitándola. Ella
odiaba perder, y estar equivocada.

Era como en cierta ocasión hace mucho tiempo cuando Celestia había visitado Monacolt
para una cumbre con los Maretonianos. La duquesa había invitado a todos a bajar a la playa
y jugar un juego tradicional. El objetivo era que cada jugador construyera un castillo de
arena sin ayuda de su magia, y el poni con el castillo más alto ganaría.

Diamond se habían jactado de sus habilidades durante toda la noche, y por supuesto,
impresionó a todos con una hermosa torre con delicadas torretas y un foso alrededor del
fondo. Sin embargo, cuando el duque de Maretonia estornudó y este se vino abajo en un
montón de brillante arena. Todos los ponis se rieron, y después de eso, Diamond se negó a
volver a jugar.

Cuanto más pensaba en su situación actual, más le sorprendía que Diamond siquiera le
hubiera pedido que viniera a ayudar en el primer lugar. Pero no importaba, ella no dejaría
Monacolt hasta terminar lo que había empezado. Era la única manera de salvar esta tierra y
su amistad.

Más tarde esa noche, Celestia soñó que caía a través de un enorme reloj de arena dorada,
aterrizando suavemente en la cámara inferior, pero advirtió que estaba atrapada detrás del
cristal, viendo como Diamond Waves recorría el lugar fuera de él, gritando su nombre.

Cuando trató de usar su magia, el cristal comenzó a rodar. ¡De repente se detuvo y entonces
la princesa Luna también estaba dentro! Al lado de ella estaba un gigantesco cangrejo rojo
con enormes garras que la saludó— Saludos, hermana —Luna dijo con una risita—. Este es
el Carcinus. Sentimos venir a ti en un sueño como este, sé cómo odias cuando lo hago, es
sólo que pensé que sería más fácil que escribir una carta.

—Es una grata visita —Celestia respondió mientras abrazaba a su hermana— ¿Todo está
bien?

— Yo soy la que debería preguntar eso —Luna levantó la ceja y miró alrededor de su jaula
en forma de reloj de arena— ¿Estás bien, hermana?
—Sí, por supuesto que sí —Celestia frunció el ceño— claramente sólo estoy soñando con
el Cristal de Tiempo, ya que es lo que afecta a la duquesa Diamond Waves. Ella cree que
tan pronto como la arena se agote, un gran ataque se llevará a cabo contra sus ponis y
contra Monacolt.

—Este no sería el mismo Cristal del Tiempo que tenía el rey Nautilus, ¿verdad? —Luna
preguntó y colocó su pata en la pared de cristal, mirando los grabados en el exterior— ¿el
que fue un regalo del rey grifo Grover?

— Podría ser —Celestia respondió, en el exterior, aún podía ver la versión de Diamond
Waves en peligro— ¿Qué sabes de este artefacto?

Luna sonrió con complicidad— Las arenas del tiempo nunca siguen su curso en él. Fluye
por siempre.

— ¿Cuál sería el propósito de eso, pequeña hermana?

— Era una herramienta de entrenamiento diseñada para mantener su Guardia Real Grifo
lista para proteger el reino en cualquier momento —Luna continuó— Es ingenioso. Los
grifos se dieron cuenta que un guardia preparado se mantenía en sus garras más que uno
que creía que su reino estaba seguro. Por lo tanto, da la ilusión de un ataque inminente.

Celestia asintió, uniendo las partes— Diamond debe haber malinterpretado el significado
del regalo de su padre y lo interpretó como su deber y destino.

— ¿Significa esto que tu trabajo aquí en Monacolt está terminado? —Luna preguntó. Su
rostro era esperanzado y sin embargo, cansado— ¿ahora qué sabes que los ponis estarán a
salvo?
— No —Celestia miró hacia el Carcinus y luego hacia Luna— sólo hay una manera de
mostrarle a Diamond que todos los ponis aquí están verdaderamente seguros. Y es
montando un ataque falso —Celestia trotó sobre el cangrejo gigante— una vez que la
duquesa vea que sus estudiantes pueden manejar una situación peligrosa por si mismos, le
demostrará que están listos para dejarlos ir.

—Suena como que podría funcionar —Luna estuvo de acuerdo con un movimiento de
cabeza. Su melena brillaba maravillosamente contra la arena arremolinada— ¿Qué tienes
en mente?

Celestia señaló al Carcinus— supongo que no conocerás a algunas criaturas gigantescas


que te deban un favor, ¿verdad? —Las dos hermanas compartieron una sonrisa, y luego
Celestia se despertó.
Exámenes fallidos

A la mañana siguiente, la princesa Celestia entró en el salón de clases para comenzar sus
clases del día, pero allí no había nadie. Su mente se sentía confusa y por un momento se
preguntó si todavía estaba soñando.

Llevó su casco hacia su cara y sintió la frialdad de su protector contra su mejilla. Sin duda
era de mañana y esto realmente estaba sucediendo. Tal vez los estudiantes se habían
atrasado, así que se sentó en el escritorio para esperarlos y reunir sus pensamientos.

Luna la había visitado la noche anterior. No solía gustarle cuando Luna aparecía en sus
sueños, ya que se sentía invasivo que alguien tan cercano a ella explorara su mente
subconsciente. Pero el sueño que había tenido esta vez había sido productivo. Ella siempre
había sospechado que había algo raro sobre el Cristal del Tiempo y ahora entendía por
qué. Y pronto, la duquesa también lo haría.

— ¡Inténtenlo de nuevo! —Celestia escucho decir a una débil voz. Se levantó y siguió el
sonido, el cual se hacía más fuerte mientras se acercaba a la sala principal— Todos, vamos
a centrarnos un poco más, ¿de acuerdo?

Era la voz de la duquesa. Su melena azul y pelaje amarillo brillaban a través de la oscuridad
de la sala. Ella se paseaba delante de los estudiantes, quienes estaban alineados en una fila
perfecta contra la pared frente a ella, en el centro de la habitación había una gran tina con
agua y Ambrosia estaba situada a su lado, mirando hacia el suelo. Parecía abatida.

— Vamos, Ambrosia —Diamond la animó— Todos dicen que te vieron hacerlo. ¡Yo
también quiero verlo! —, la duquesa levantó un sujetapapeles y una pluma y se quedó
mirando a la joven potranca— tan pronto como me muestres el hechizo de la burbuja de
agua, lo habrás hecho.

Ambrosia se movió de lado a lado sobre sus cascos. Miró a sus compañeros y se mordió el
labio— No puedo.

— Mira, estudiante. No quiero asustarte, pero creo que debes saber que…

— Me iré muy pronto —Celestia interrumpió, trotando en la habitación— y voy a tener que
decir adiós.

— ¿Usted lo hará? — Rainy gimió.

— ¡Princesa Celestia, por favor no te vayas! —Sandy Shore exclamó.

—Pero ¿qué pasa con la fiesta en la playa que estábamos planeando? —Flora chilló,
volteando su melena lejos de su triste y dulce rostro— ya hice los sombreros.
La tensión era palpable, pero Celestia miró a la cara de su amiga— ¿Qué dices, Di?

Diamond Waves parecía que no podía aferrarse a su estrés por más tiempo. Arrojó sus
cascos en señal de rendición— Bien, estudiantes. Vayan y tengan su fiesta en la playa con
la Princesa Celestia —Diamond utilizó su magia para limpiar el recipiente con agua— no
estábamos haciendo progresos, de todos modos. Así no sirve.

— ¡Guau! ¡Gracias, directora! —Los estudiantes se iluminaron— ¡que genial! —ellos


galoparon de regreso a sus habitaciones para conseguir sus artículos de playa. Todos a
excepción de Flora, quien solo recuperó sus elaborados sombreros de fiesta hechos a casco.

— Claro —Diamond Waves respondió, rompiendo una sonrisa falsa— Uh, diviértanse —
echó un vistazo alrededor de la habitación vacía. Parecía aún más grande con todos los
muebles colocados a los lados como si hubiera sido por la prueba.

La duquesa suspiró, su rostro mostraba signos de derrota. Había perdido la esperanza.


— ¿Vienes? —Celestia le preguntó y utilizó su magia para acomodar todas las mesas y
sillas con una sacudida— ¿Abajo a la playa?

—No —Diamond negó con la cabeza, superada con la emoción— tengo que ir a mi cuarto
y releer la profecía. Tal vez hay una pista que me falta y que podría predecir el momento
exacto en que el ataque va a ocurrir. Entonces sabré cómo prepararme.

Celestia trotó hacia su amiga y la abrazó. —Relájate y ven conmigo. Esto será muy pronto.

— ¿Cómo sabes eso?— Diamond preguntó.

— ¿No has visto el Cristal del Tiempo hoy?— Celestia alzó las cejas con terror fingido—
las arenas están cerca de agotarse, Diamond. Es el momento de cumplir con tu
destino. Date prisa, que está esperando.
Ataque contra Monacolt

Ambas ponis atravesaron las calles de Monacolt, más allá de los astilleros, y hacia los
escalones de madera hasta la playa. Celestia lideraba el camino, despejando el ajetreado
tráfico turístico. Cuando llegaron al acantilado, la princesa Celestia finalmente despegó
extendiendo sus enormes alas blancas.

Se lanzó a través del aire junto a las gaviotas y aterrizó en la arena justo en medio de la
fiesta. La duquesa llegó un momento después, un poco cansada y sin aliento. Miró
alrededor de la playa, expectante. Los estudiantes prácticamente eran los únicos ponis a la
vista.

— ¿Qué les llevó tanto tiempo?— Ambrosia, quien llevaba una corona parecida a la de
Celestia, sonrió. Era dorada con tres puntos y una gran joya púrpura en el centro— estamos
esperándolas para iniciar el juego del castillo.

— ¿El juego del castillo? —, Diamond preguntó.

—Nosotros construimos castillos de arena —Rainy explicó. Llevaba un sombrero de copa


negro— no se permite magia, simplemente el poder de los cascos y ¡el poni con la torre
más alta gana!

— Conozco este juego… —Diamond negó con la cabeza mientras se encontró con los ojos
con Celestia. —la princesa Celestia y yo solíamos jugarlo cuando éramos más jóvenes.

— ¿Lo hiciste?—Lemon Square se maravilló mientras se enderezaba su sombrero estilo


Star Swirl el Barbudo.

— ¿Quién ganó?

—Eso no es importante —la princesa Celestia insistió. Su melena y cola fluyeron en un


castillo de arena en progreso— lo importante es que tuvimos diver…

—Celestia siempre ganó —Diamond Waves interrumpió, volviéndose hacia los estudiantes
y dándole la espalda al acantilado, su cuerpo se enmarcó por el océano azul. Su voz de
repente se puso seria— de hecho, Celestia siempre ha sabido más de todo ¿Y por qué no lo
haría? ¡Ella tiene mil lunas de edad! —La duquesa comenzó a sonreír mientras la
comprensión la golpeaba— ¿Celie, y si estabas en lo cierto acerca de no tener que
preocuparme? ¡Es posible que haya ningún ataque en absoluto!

— ¿Ataque? —Sandy Shore preguntó, rascándose la melena— ¿al igual que el de


Muybridge?

— ¿Al igual que el cangrejo gigante que emerge del océano en este momento? —Flora
chirrió. Señalando al agua con su casco.
Todos la miraron sin comprender. ¡SNAP! ¡SNAP! El sonido de dos garras gigantes sonó a
través de la playa. ¡Los ponis dieron la vuelta y se encontraron con la vista de un enorme
cangrejo rojo de más de veinte metros de altura!
— ¡Un Carcinus! —la duquesa gritó en una mezcla de horror y alegría por tener la razón
todo el tiempo. Miró a la Princesa Celestia por su guía, pero había desaparecido. Así que
hizo lo que cualquier buen maestro haría. Ella se mantuvo de pie delante de sus alumnos,
protegiéndolos de la aterradora bestia que avanzaba hacia ellos a un ritmo alarmante.

Entonces enfocó su magia y cerró los ojos, de repente, las olas empezaron a chocar. Con
cada chapoteo contra la orilla, el cangrejo se ralentizó, siendo arrastrado por las olas. Pero
no era suficiente para detenerlo.

Ambrosia miró a sus amigos, sus compañeros de estudios. Se encontró con la mirada de
Sandy Shore y Rainy Air. Flora los siguió de cerca con Lemon Square y los demás no iban
muy lejos. Los jóvenes ponis formaron un semicírculo alrededor del Carcinus, mantuvieron
la calma, y entonces algo increíble sucedió.

Diamond Waves abrió los ojos justo a tiempo para ver a sus estudiantes realizando el más
perfecto grupo de hechizos de burbuja de agua que había visto en su vida. Ellos dispararon
sus cuernos contra el agua, creando varios tornados pequeños. Cuando su magia se unió, los
tornados crecieron y crecieron hasta que finalmente formaron un gran cilindro de mar. El
agua se lanzó hacia delante, rodeando al cangrejo y lo encerró en una jaula de agua
esférica. Él salió ileso, pero encerrado.

La duquesa Diamond estaba en shock ante lo rápido que el ataque había sido controlado,
había sido una verdadera amenaza a la ciudad, al igual que siempre había temido. Pero
ahora Monacolt era seguro y todo gracias a sus intrépidos estudiantes. Celestia les había
enseñado todo lo que necesitaban saber después de todo. De repente, trató de recordar por
qué había dudado de ella en primer lugar.
Adiós Waves
Mientras la princesa Celestia entraba en su carruaje, sintió una sensación de orgullo. Los
rostros de los jóvenes graduados de la Academia de Magia le devolvieron la mirada con
admiración y tristeza por su salida de su ciudad.

Los ponis saludaron hacia ella, gritando buenos deseos para su viaje de regreso a Canterlot
y esperando que pronto los volviera a visitar. Celestia había logrado todo lo que había
buscado lograr en Monacolt para ayudar a su amiga a ver nuevas formas de ver el
aprendizaje y aprendiendo algunas lecciones propias.

Mientras la duquesa Diamond Waves trotó hasta el carro, su melena y cola se movían y
brillaban a pesar de que no había brisa en el aire. La banda de oro a través de su frente
brillaba con el sol mientras sonreía y abrazaba a Celestia. Ella se parecía a su viejo yo de
nuevo— Gracias por todo, princesa —se inclinó hacia delante y le susurró al oído—
especialmente esa carta donde explicó todo. ¡Esto hace que la victoria sepa un poco menos
dulce, pero la hace mucho más emotiva!

Celestia se rió— espero que no estés muy molesta conmigo por planear todo con Luna.

— No, en absoluto —Diamond Waves admitió— Fue perfecto.

—En realidad, ¿estaba pensando que podríamos hacer de esto una cosa anual? ¿Tal vez
utilizarlo como prueba en la nueva clase? Suena como un montón de diversión… —
Celestia dijo, levantando una ceja— ¿O no, Diamond?

—Yo no sé nada de eso… —la duquesa hizo una cara seria y se llevó su casco hasta la
barbilla. Finalmente, se echó a reír— solo bromeo ¡Suena como una explosión total!

Celestia podía oír la risa de los jóvenes titulados mientras observaban el cielo rosa y
naranja hacia la puesta de sol más bonita que jamás había visto.
Contenido

PORTADA

PAGINA DE TITULO

BIENVENIDA

DEDICACION

CAPÍTULO 1
Amanecer sobre Canterlot

CAPÍTULO 2
Las princesas de Equestria

CAPÍTULO 3
Una princesa en el extranjero

CAPÍTULO 4
Unicornios bien portados

CAPÍTULO 5
Lección número diversión

CAPÍTULO 6
La clave de la magia

CAPÍTULO 7
Fuera de la burbuja

CAPÍTULO 8
Las Buenas Noticias

CAPÍTULO 9
Haciendo Olas

CAPÍTULO 10
Una carta del hogar

CAPÍTULO 11
La noche de cristal

CAPÍTULO 12
Exámenes fallidos

CAPÍTULO 13
Ataque contra Monacolt

CAPÍTULO 14
Adiós Waves

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