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Por: Felipe C., Ruiz S.

La filosofía cristiana.

Todo pensamiento filosófico nace desde la experiencia que tiene el


individuo y de cómo este, a través de sus reflexiones, va dando respuestas a
sus interrogantes; para esto es necesario, en primer lugar, ver cómo se
empieza a asumir estas interrogantes que se plantea; entender cómo, desde su
realidad, desde su contexto, puede encontrar las respuestas necesarias a
dichas preguntas. Cabe destacar que, para que estas preguntas, sobre
cualquier tema en particular, llegue a tener una “respuesta”, hay que tener en
cuenta que el filósofo (pensador), tiene su modo de interpretar y entender lo
que conoce.

Lo mismo pasó con la filosofía cristiana. La filosofía cristiana, nace en el


contexto de la edad media, etapa en la que filósofos cristianos se preguntan
por la idea de Dios, y cómo este puede ser estudiado desde la fe y la razón, por
lo que tuvieron que asumir una postura y dar respuesta. Al mismo tiempo tuvo
que responderse sobre cuáles eran esos principales problemas que tenía, y
Étienne Gilson (1981) en su libro El espíritu de la filosofía medieval nos plantea
que hay dos problemas fundamentales: uno “de orden histórico” (p.13) y el otro
“de orden filosófico” (p.13).

El nombre de “filosofía cristiana” surge en la misma edad media, por el


Papa León XIII, donde el Sumo Pontífice, con su encíclica Aternis Patris
(Eterno Padre) sobre la restauración de la filosofía cristiana, hace énfasis en la
filosofía de Santo Tomás de Aquino, y la define como la filosofía que es capaz
de unir la fe y la razón para dar cuenta de la existencia de Dios; es por esto que
el Romano Pontífice, denomina a la filosofía de Santo Tomás de Aquino,
filosofía cristiana.

El Santo Padre León XIII, en la encíclica antes mencionada, Aeternis


Patris, enuncia del filósofo santo Tomas de Aquino lo siguiente: “No hay parte
de la filosofía que no haya tratado aguda y a la vez sólidamente: trató de las
leyes del raciocinio, de Dios y de las substancias incorpóreas, del hombre y de
otras cosas sensibles, de los actos humanos y de sus principios …” (1879, p.
9), en otras palabras, el Sumo Pontífice, con esta expresión, quiere decirnos
que santo Tomás de Aquino es quien hace de la filosofía, una filosofía cristiana,
es decir, la cristianiza; es él quien acerca la filosofía a la fe en todo el contexto
de la edad media.

Por otra parte, Étienne Gilson (1981) en su libro elementos de filosofía


cristiana, haciendo referencia a la Encíclica del Papa León XIII, Aternis Patris
nos plantea que: “la razón filosofía cristiana es el método filosófico en el que la
fe cristiana y el intelecto humano unen sus fuerzas en la investigación conjunta
de la verdad filosófica” (p. 9), se puede decir entonces que, para dar razón de
la existencia de Dios, la filosofía cristiana tiene su médula en la fe y la razón.

Ahora bien, ¿qué viene a darnos este pensamiento filosófico? ¿por qué
tanta controversia con una manera de pensar? ¿por qué el problema de tener
una filosofía cristiana? La filosofía cristiana, como ya se ha planteado
anteriormente, viene a darnos una nueva forma de mirar la realidad, vienen a
darnos un nuevo método que los filósofos anteriores no se plantearon, o quizás
no vieron oportuno mirar en su momento. La filosofía cristiana viene a darnos
un método que era inconcebible para el hombre, unir fe y razón; unir creencia e
intelecto; es por esto la controversia, es por esto el problema de tener una
filosofía cristiana. El que haya un método que tenga su principio no solo en la
razón sino en la fe; el que haya un método que parta de "una concepción de la
naturaleza y de la razón abierta a lo sobrenatural" (Gilson 1981) es una de las
principales controversias de esta forma de pensar.

Hablar de filosofía cristiana, es tener en cuenta dos nociones que esta


filosofía posee. La primera, como lo plantea Gilson (1981) en su libro el espíritu
de la filosofía medieval es “lo sobrenatural” y nos dice: “consideran como
cristiana toda filosofía verdadera que presente una concepción de la naturaleza
y de la razón abierta a lo sobrenatural" (p. 41). Aunado a esto, el mismo autor
nos dice que no es solo lo sobrenatural es lo que hace a la filosofía cristiana lo
que es, sino que nos plantea que a “lo sobrenatural” se le anexa lo “natural” y
esto lo podemos contrastar cuando en su mismo libro de “el espíritu de la
filosofía medieval” nos expresa: “Llamo, pues, filosofía cristiana a toda filosofía
que, aun cuando haga la distinción formal de los órdenes, considérela la
revelación cristiana como un auxiliar indispensable de la razón”. (p. 41).

Podemos observar entonces que Gilson alude a otro elemento


importante de la filosofía cristiana: el elemento “natural”, esto se puede percibir
cuando habla de “aun cuando haga la distinción formal de los órdenes” estas
dos órdenes, estos dos elementos, serán pues, “lo natural” y “lo sobrenatural”.
Para hablar de Dios, entonces, hay que reconocerlo como un ser sobrenatural
pero también se debe reconocer como un ser natural, y para poder llegar a este
reconocimiento es importante la experiencia.

Esta experiencia a la que hace referencia Gilson tiene que ver con el
esfuerzo que hace el filósofo en buscar las verdades, “verdades racionales que
han sido descubiertas, profundizadas o simplemente salvaguardadas, gracias a
la ayuda que la revelación ha prestado a la razón” (Gilson 1981. p.39). Son
esos momentos que el filósofo ha tenido con lo metafísico, con lo sobrenatural
y lo natural, lo que debe incluir en ese pensamiento que lo lleva a decir o a
plantearse sobre la filosofía cristiana, es desde allí, desde la experiencia, desde
el testimonio de su forma de vida en donde el hombre puede pensarse una
filosofía cristiana.

Por esta razón, se podría decir entonces que la noción de la filosofía


cristiana sería el discernimiento que se hace desde la razón y que tiene unas
causas y nos principios; que viene cargada de experiencias que hace que el
filósofo, gracias a la fe, se enriquezca y lleguen a dar razones de la existencia
de un Dios, que desciende; de un Dios sobrenatural que se hace natural y que
lo va llenando de vivencias que le permite tener una lectura trascendental de la
realidad donde se encuentra.

En concordancia con lo antes expuesto, puedo decir que estoy de


acuerdo con lo que plantea Étienne Gilson con relación al tema de la filosofía
cristiana. Así como hay una filosofía de la ciencia que tiene como propósito
“estudiar el saber científico desde un enfoque general y humano” (Rodríguez
2002); así como hay una filosofía moral que “se encarga de examinar el
problema de qué es el bien y el mal” (Torres s/f), entonces se puede decir que
sí hay una filosofía cristiana que viene a dar razón de la existencia de Dios.
Hacer filosofía no esta alejado de la realidad del ser humano; no es una
cosa aparte de lo que vive el hombre. Filosofar significa plantearse los
problemas desde lo que vive el individuo. Filosofar es pensar diferentes
situaciones. Así lo plantea Héctor Samour (2013) en su escrito sobre La idea
de una filosofía cristiana en Ignacio Ellacuría, él nos dice: “(…) La filosofía es el
producto de una inteligencia vital en el que la subjetividad del filósofo está
involucrada existencialmente con la desvelación y revelación de la realidad que
se le hace presente como problema en su propia experiencia vital” (p.10)

Además, el Papa León XII, en la encíclica Aeterni Patris defiende la


postura de una filosofía cristiana al expresar que: "(…) Gregorio Neocesarense
alaba a Orígenes, porque convirtió con admirable destreza muchos
conocimientos tomados ingeniosamente de las máximas de los infieles, como
dardos casi arrebatados a los enemigos, en defensa de la filosofía cristiana y
en perjuicio de la superstición". En efecto, no se esta defendiendo una mera
creencia salida de la nada, una creencia sin ningún argumento que lo sustente,
se defiende una creencia que viene sustentanda por la razón, viene
sustentanda por un proceso de discernimiento que hace decir que sí es posible
una filosofía cristiana, un proceso que plantea Santo Tomás de Aquino.

Al mismo tiempo, José Luis Rivera (2013), en su escrito sobre ¿Puede


haber una "filosofía cristiana"?, Citando el Código de Derecho Canónico de
1917 en su canon 1366, numeral 2, nos dice: "los profesores han de exponer la
filosofía racional y la teología e informar a los alumnos en estas disciplinas,
ateniéndose por completo al método, al sistema y a los principios del Angélico
Doctor y siguiéndolos con toda fidelidad". En otras palabras, exponer a los
alumnos sobre la "filosofía cristiana” filosofía heredada de santo Tomás de
Aquino.

Como último recurso, quisiera anexar que el Papa Juan Pablo II (1998),
en su carta encíclica fides et ratio, en el numeral 76 nos señala que: “La
denominación es en sí misma legítima, pero no debe ser mal interpretada: con
ella no se pretende aludir a una filosofía oficial de la Iglesia, puesto que la fe
como tal no es una filosofía”. Y esto es bien importante dado que, aunque no
es una postura oficial de la Iglesia, el sumo pontífice expresa que es una
filosofía posible; es una filosofía que busca comprender todos los progresos
filosóficos que han ocurrido en la historia, lo expresa en ese mismo numeral
antes mencionado diciendo: “hablando de filosofía cristiana se pretende
abarcar todos los progresos importantes del pensamiento filosófico que no se
hubieran realizado sin la aportación, directa o indirecta, de la fe cristiana”. Y
esto se da gracias al deseo de reconocer la verdad que se expresa en las
Sagradas Escrituras. Ese deseo de buscar ampliar esa verdad que se da a
través de lo racional.

Bibliografía

 Enciclopedia Herder. Una gran base de conocimiento en humanidades.


Filosofía cristiana. Disponible en:
https://encyclopaedia.herdereditorial.com/wiki/Filosof%C3%ADa_cristiana

 Gilson, E. (1981). Elementos de filosofía cristiana. Tercera edición.


Ediciones RIALP. Madrid. Pág. 9.

 Gilson E. (1981). El espíritu de la filosofía medieval. Ediciones RIALP, s.


A. Madrid
 Juan Pablo II (1998). Carta encíclica fides et ratio. A los obispos de la
iglesia católica sobre las relaciones entre fe y razón. Ediciones
TRÍPODE. Caracas. Pág. 70.

 Pascual, F. (2015). ¿Cómo definir la filosofía cristiana? Disponible en:


https://es.catholic.net/op/articulos/60431/cat/430/como-definir-la-filosofia-
cristiana.html#modal

 Rivera, J (2013). Revista de filosofía. ¿Puede haber una "filosofía


cristiana”? PDF.

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