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GARCIANI, CARLA

EL ARTE RUPESTRE
El arte rupestre: un medio de comunicación. Se conoce como arte rupestre a los rastros
de actividad humana o imágenes que han sido grabada o pintadas (pictografías Pág.16)
sobre superficies rocosas.
En su paso por el mundo, el hombre ha dejado plasmadas en cuevas, piedras y paredes
rocosas, innumerables representaciones de animales, plantas u objetos; escenas de la
vida cotidiana, signos y figuraciones geométricas, etc., obras consideradas entre las más
antiguas manifestaciones de su destreza y pensamiento. Antes del desarrollo de la
escritura, las sociedades humanas posiblemente registraban ya, mediante la pintura y el
grabado en piedras, una gran parte de sus vivencias, pensamientos y creencias.
Expresadas de una manera muy sintética, estas manifestaciones son el reflejo de la
capacidad intelectual de la humanidad para abstraer y representar su realidad. Su
denominación como “arte” no significa que se trate de objetos artísticos en los términos
y con las finalidades con que hoy los entendemos desde nuestra cultura occidental. Ésta
es sólo una más de las formas como se ha intentado definir su significado. Lo “rupestre”
hace referencia al soporte en que se encuentra (del latín rupe: roca). Quizás sea más
indicado el término manifestaciones rupestres*, pues la palabra “arte” implica darle un
sentido que no necesariamente coincide con el que le dieron sus ejecutores.
Los cazadores-recolectores del Paleolítico Superior formaban comunidades de grupos
reducidos que vivían de la caza, de la pesca, de la recolección de alimentos silvestres,
frutos secos (piñones, nueces y otros), raíces, setas, insectos, etc. El hombre todavía
tenía que competir con otros predadores como por ejemplo el oso o el lobo y su modo
de vida era un nomadismo restringido que implicaba desplazamientos estaciónales en
función de los recursos aprovechables dentro de un amplio territorio. Esto no le permitía
grandes acumulaciones de posesiones materiales. Aquellas sociedades donde todos los
bienes eran propiedad común y el reparto de los alimentos se hacía de forma igualitaria
se basaron en un comunismo elemental que implicaba como base de las relaciones
sociales la solidaridad. En aquellos tiempos del Paleolítico Superior no existieron ni
esclavos ni guerras porque nadie podía sacar provecho de tales cosas. Grupos de
distintos territorios incluso se necesitaban mutuamente para el intercambio de materias
primas, cacerías colectivas y para evitar la consanguinidad (propiciar parejas).
Las cuevas que decoraron se han localizado desde el sur de España y Portugal hasta
Rusia, con una frecuencia de distribución muy desigual. Mientras en muchas regiones se
trata de casos aislados, destacan el norte de España y los Pirineos franceses por la gran
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abundancia. Pero el arte del Paleolítico Superior no se limitó solamente a


representaciones bidimensionales, también incluye la escultura como p. ej. las famosas
«venus», representaciones femeninas de pequeño tamaño. Las más antiguas de estas
figuras y el arte parietal aparecen hace poco más de 30.000 años, durante el proceso de
sustitución de los neandertales por el hombre moderno.

Composiciones abstractas de signos y símbolos y la ausencia por ejemplo de


representaciones de plantas, astros y paisajes dejan claro que el arte paleolítico no es
una simple acumulación de observaciones de la naturaleza. Cuevas decoradas que
aparentemente no fueron habitadas, figuras intencionadamente incompletas o ambiguas,
el número limitado de especies representadas y otras observaciones originaron la
opinión generalizada que ve en estos lugares santuarios. Aspectos, como los cánones
estilísticos aplicados en la representación de ciertas especies y otros dejan incluso
pensar que los artistas no plasmaron en las paredes de las cuevas el entorno real, sino un
mundo sobrenatural.
La práctica de no dibujar la silueta entera de las figuras era muy frecuente. En estos
casos, lo que falta no viene señalado por el pigmento de la pintura o por el surco del
grabado: es el relieve de la roca madre el que completa la imagen. En muchos casos da
la impresión de que el animal sale de la misma pared de la cavidad. Un magnífico
ejemplo es la Cueva del Moro que también demuestra que el arte parietal paleolítico no
se desarrolló exclusivamente en cuevas profundas y oscuras. En esta estación llega la
luz del día hasta los grabados que se agrupan alrededor de una formación natural que se
asemeja a la cabeza de un caballo en alto relieve.
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Sabemos poco de la vida cultural (ritos, creencias, tradiciones, etc.) y el


comportamiento social del hombre prehistórico y no tenemos la máquina del tiempo que
nos permita preguntar a los propios artistas sobre el significado y el porqué de las
imágenes. Existen muchas teorías que tratan de dar una explicación. Hay que recordar
que una interpretación siempre es arriesgada porque también tratamos un puzzle
incompleto. Han desaparecido figuras y paneles enteros a causa de la erosión,
derrumbamientos y otros factores naturales.
Las teorías más difundidas ven en las representaciones paleolíticas elementos de una
magia propiciatoria para la caza, signos de una magia de fecundidad, o un arte por amor
al arte, por nombrar algunas. Pero ninguna da una explicación satisfactoria para todos
los elementos representados. Si se trata por ejemplo de una magia para conseguir
buenos resultados de caza, una hipótesis muy racional para tribus de cazadores-
recolectores, ¿ por qué se han plasmado en otras cuevas también animales que
difícilmente formaban parte de la dieta diaria, como por ejemplo leones? De los pueblos
que todavía realizan pinturas (bosquimanos de África del Sur, aborígenes australianos y
otros) sabemos que este arte tiene objetivos religiosos o mágicos. Muchas veces se
comunica de esta manera mitos, leyendas o acontecimientos de su propia historia.

El hecho de que no existan representaciones de plantas y animales que también


formaban una parte importante de la dieta del hombre, hace pensar que las
representaciones parietales no tenían que ver sólo con la preocupación de llenar el
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estómago. Esto viene corroborado por los resultados de numerosas excavaciones que
demostraron que los animales más representados no siempre fueron los más capturados.
Parece que cada grupo cazador-recolector escogió los temas según razones religiosas y
culturales, y la composición singular de figuras y signos en cada una de las cuevas nos
impide cualquier generalización. La forma de vida y las preocupaciones de distintas
poblaciones eran muy diferentes. Los grupos de zonas cercanas a los glaciares por
ejemplo tuvieron que emplear otras estrategias de caza que los del extremo sur de la
Península. Por eso existen también diferencias entre el bestiario representado en las
cuevas de Cantabria y de la provincia de Cádiz donde había un clima templado, incluso
durante las épocas glaciales.
Es de suponer que la comunicación mediante imágenes fue utilizada por el hombre del
Paleolítico en contextos muy diferentes. La importancia de la comunicación y de la
expresión en la supervivencia biológica ya fue demostrada por Charles Darwin. Los
elementos pictóricos pueden tener una relación con conceptos tan distintos como por
ejemplo la transmisión del saber y experiencia de una generación a  otra (enseñanza),
difusión de ideas, información con el fin de inducir o intensificar actitudes y acciones
específicas, mantener el orden jerárquico del grupo o simplemente dejar constancia de
la existencia del hombre, de sus mitos, leyendas, historia o mundo espiritual. Fuera cual
fuera el objetivo de cada objeto del arte rupestre, la razón de su existencia implicaba el
intento de persuadir a través de los sentimientos o de la razón.
A pesar de todo el arte rupestre es una realidad física que se puede y debe documentar,
analizar y clasificar: medir tamaños de pinturas y grabados, estudiar las composiciones
químicas de los pigmentos, determinar edades, comparar estilos y técnicas, examinar el
entorno, relacionar las manifestaciones artísticas con el registro material de
excavaciones, etc. Estudiando cada figura y símbolo en detalle, no se debe perder de
vista el conjunto y posibles relaciones de distintos componentes que incluso pueden
formar escenas de gran interés. Las expresiones artísticas no pueden ser desligadas
tampoco del ambiente social, ideológico y económico que las produjo.

LAS CUEVAS DE LASCAUX


Lascaux es un complejo de cuevas en el sudoeste de Francia, famoso por las pinturas
rupestres que contiene. Las cuevas originales están situadas cerca de la aldea de
Montignac, en el departamento de Dordoña. Estas contienen parte del arte más antiguo
conocido, datado entre 13.000 y 15.000 años a.C. o tan antiguo como 25.000 años a.C.
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DESCRIPCION
Las pinturas rupestres del Paleolítico Superior consisten en su mayor parte en imágenes
realistas de animales grandes (como los búfalos con un detalle tan impresionante que
aún nos dejan asombrados), de los cuales se sabe que vivieron en esa zona en esa época
mediante hallazgos de fósiles. El otro tipo de pintura rupestre consiste en huellas
humanas. La cueva fue descubierta el 12 de septiembre de 1940 por cuatro
adolescentes. El acceso público se facilitó tras la Segunda Guerra Mundial. Hacia 1955,
el dióxido de carbono producido por los 1.200 visitantes que la cueva recibía al día
dañó la misma visiblemente. Se trata de una caverna provista de magníficas pinturas
prehistóricas (17.000 años a.C.) cuyos autores fueron -en ese caso y según se cree-
miembros de la sociedad magdaleniense. La misma que se supone inventó la aguja de
coser y el farol de grasa.
La pintura revela las técnicas empleadas que no difieren de las actuales como
degradado cromático, coloración parcial de patas, vientre y hocicos, y por sobre todo
indican un profundo conocimiento del cerebro en cuanto a su funcionamiento de
inmovilidad a inmovilidad ya que descomponían el movimiento en imágenes sucesivas,
empleaban la perspectiva y deformaban algunas siluetas para que sean vistas desde
todos los ángulos tal como se manifiestan de hecho. Hay, por ejemplo, un friso con
cinco ciervos nadando de los que sólo emergen el cuello, la cabeza y las astas como si
vadearan en fila india un río imaginario, y aparecen numerosos caracteres de una
escritura que tal vez nunca llegue a descifrarse.
 Las lámparas de grasa al no despedir humo como las antorchas permitían conservar
intactas las pinturas que contaban con 25 tonalidades, desde el negro de manganeso
hasta el óxido de hematites.
En el sitio más recóndito de la caverna llamado “Pozo” se encuentra la pintura más
dramática basada en un bisonte cuyo vientre -perforado por una jabalina- desparrama
las entrañas mientras frente a él se desploma el matador simbolizado por un hombre
con cabeza de pájaro muerto a causa de una cornada.
Esta pintura realizada en el Pozo tiene una resonancia de gran belleza estética. El reino
del conjunto “Yo Ilusorio-Imagen de Sí “, dividido por un lado, y el hombre-pájaro, por
el otro, es el símbolo egipcio, el del Apocalipsis, y muchos más, que representa al
dragón que custodia la manifestación de ese reino. La lucha que se entabla en ese reino
dividido concluye con el "suicidio" del yo ilusorio.
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Diez años después, 1950, cerca del Lago Eduardo ubicado en el Congo, se encontró un
extraño hueso de 20,000 años de antigüedad, que luego de numerosos estudios
realizados por especialistas belgas se constató que se trata del sistema numérico,
cálculo y relaciones matemáticas más antiguo del que se tenga conocimiento. Estos
investigadores belgas observaron en ese instrumento matemático tres grupos de
inscripciones que revelan valores numéricos y relaciones matemáticas, encontrándose
expuesto al público en el Museo de Ciencias Naturales de Bruselas.
La cueva de Lascaux del valle del Vezere, cerca de Montignac, en el suroeste de
Francia, se compone de un amplio espacio que es denominado Sala de los Toros y
numerosas galerías que se encuentran decoradas con casi 1500 grabados y 600 pinturas
en tonos amarillos, marrones y negros. En la mencionada Sala de los Toros aparecen
pequeñas figuras de ciervos y caballos en claro contraste con enromes figuras de toros
que tienen unos 5 mts. de longitud. Se han encontrado encajes que se suponen eran
utilizados para colocar andamios, y los análisis del material orgánico con carbono 14
señalan que la cueva comenzó a estar habitada alrededor del año 15.000 a.C., mientras
que las pinturas datan aproximadamente del año 9000 a.C. y se encontraban en perfecto
estado de conservación.
Como es característica esencial en las actividades del hombre máquina cerebral, basada
en el utilitarismo, se ha dedicado desde siempre a destruir las obras más monumentales
e imposibles de realizar con los conocimientos científicos y tecnológicos de los que
dispone actualmente y que fueron concebidas y construidas por los supuestos monos de
los cuales cree descender. Así fue que después del año 1940 se deterioraron las
pinturas, los colores palidecieron y comenzó a desarrollarse cierto hongo verde sobre
los pigmentos. Hicieron una imitación, una réplica, para seguir en el año 1983 con el
utilitarismo de dejarla visitar por el público.
Las representaciones originales se traten de bisontes, caballos y ciervos, por nombrar
algunas, están realizadas con pigmentos extraídos de la tierra, compuestos de diferentes
minerales pulverizados y mezclados con grasa animal, clara de huevo, extractos de
plantas, cola de pescado y también sangre. Los pinceles que usaron estaban hechos de
varitas y juncos y utilizaban técnicas que les permitían soplar la pintura sobre la pared.
 Lo menos que demuestran aquellos antepasados del hombre-máquina es que no eran
monos, sino que tenían un profundo conocimiento del hecho religioso en el Hombre y
además la capacidad analógica entre diversas disciplinas (incluida la astronomía) que es
realmente creativa para expresar ese conocimiento abstracto por medio de imágenes y
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símbolos, anexando a todos los materiales que fueron necesarios para semejante obra
arquitectónica y pictórica un material esencial, fundamental, que jamás puede ser
desechado para realizar una obra de esa naturaleza, como es la Luz.
Para entender la importancia del material Luz en este tipo de construcciones, las
memorias consolidadas del hombre son las rocas en que se encuentra incrustada la
cueva y demás materiales utilizados para levantar el teatro donde se desarrollará el
drama onírico de la existencia humana como parte del hecho religioso en el Hombre,
pero la evocación que es la esencia de dicho hecho religioso y que también forma parte
de los materiales necesarios no son de la misma clase de materialidad que las rocas o
memorias consolidadas. La evocación es la Luz para la obra arquitectónica llamada
Hombre.
El bisonte rojo con sus dos cuernos gruesos señala la presencia de la dualidad u
opuestos del funcionamiento del cerebro animal en el Hombre, y al mismo tiempo el
color rojo indica el lugar más alejado y grosero en el círculo cromático (por tal motivo
queda iluminado con el último rayo de sol, es decir al anochecer, en la caída de la Luz)
mientras que el caballo tiene el significado muy claramente expuesto en el ajedrez
porque su movimiento es un triángulo áureo de reproducción de sí mismo que circula el
perímetro del cuadrado de ocho en 12 pasos recurrentes o circulares. De modo tal, que
el material de la luz muestra invertida su mitad dentro del círculo de luz (para la
existencia cerebral) y la otra mitad queda fuera del círculo recurrente que proyecta la
entrada de la cueva (para la Vida en la Alta Fuente de Origen), con el primer rayo de
sol o amanecer. Es evidente que la puesta en escena de estas imágenes no obedecía a
algo antojadizo, y que cada una de ellas está colocada en un lugar predeterminado que
está indicado por un patrón o plan maestro elaborado y posteriormente llevado a cabo
con toda precisión durante varias generaciones (como en el caso del conjunto de
pirámides de Gizeh, Egipto), lo que está señalando la forma religiosa del gobierno de la
sociedad en que los constructores existían. De lo contrario esa obra hubiese sido
imposible de realizar en tan largo período manteniendo en todos sus detalles el Plan
Maestro o Patrón.
La cueva es lugar donde se unen la existencia onírica y la vida en el Hombre. Y este es
otra característica que asemeja a la Cueva de Lascaux con las tres pirámides de Gizeh.
Esta relación queda patentizada por la relación que ambas tienen con el mundo estelar.
Entre los dibujos de toros, antílopes y caballos de la cueva hay 12 puntos, que terminan
en un cuadrado. Precisamente es el caballo, como se dijo anteriormente, que como
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transmisión en el ajedrez, recorre circular y recurrentemente el cuadrado de ocho en 12


pasos. Esto señala, por lo menos, dos cosas simultáneamente. Una está diciendo que el
cuadrado es un círculo, y la otra que existe un zodíaco estelar que tiene como punto
relativo de observación en el cerebro humano desde la Tierra.
Los estudiosos universitarios en cuestiones de astronomía, entre ellos Gérard
Jaswniewicz de la Universidad de Montpellier,  aseguran existen constancias en la
cueva que no pueden ser refutadas como la posición de Escorpio y la del toro en la casa
de Capricornio. Es decir, que en la cueva se ha simbolizado parte de la bóveda celeste.
Dichos estudiosos han determinado que las estrellas de la constelación de Capricornio
constituyen un dibujo lineal sobre el cual está montado el unicornio pintado en el
extremo superior izquierdo de la Sala de los Toros.
Capricornio (del latín "cuerno de cabra), es una constelación situada muy al sur del
ecuador celeste, y su nombre procede de las leyendas griegas relacionadas con el dios
Pan, que era representado en forma de cabra. Se trata de una constelación situada en la
elíptica trayectoria anual aparente del Sol en el cielo constituyendo un zodíaco de 12
pasos. En Astronomía, Unicornio es una constelación ecuatorial atravesada por la Vía
Láctea, y que se encuentra entre las constelaciones Can Mayor, Hidra, Can Menor,
Géminis y Orión, que fue descripta por primera vez en el siglo XVII d.C. por el
astrónomo alemán Jakob Bartsch.
La Can Mayor es una constelación del hemisferio sur ubicada al sureste de Orión y
alberga numerosas estrellas dobles.  Estas estrellas dobles son parejas de estrellas que
se mantienen juntas y giran alrededor de un centro de masa común, en una clara
analogía con Géminis. Las estrellas dobles tienen diferentes periodos orbítales que van
desee minutos en el caso de dobles muy cercanas hasta miles de años en el caso de
parejas distantes, dependiendo esto de la separación entre las estrellas con sus
respectivas masas.
En el caso de parejas muy próximas sólo se descubre que son dobles cuando se estudia
su luz mediante espectroscopia y en este caso se observan los espectros de dos estrellas
mientras que su movimiento orbital sólo se puede deducir por los diferentes efectos
doppler.
El efecto Doppler significa que las líneas del espectro de un cuerpo luminoso, como es
una estrella, se desplaza en forma similar a lo que ocurre con el sonido pero en este
caso se trata de un desplazamiento hacia el rojo si la estrella se aleja del observador.
Midiendo, por tanto, este desplazamiento pude calcularse el movimiento relativo de la
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Tierra y la estrella en cuestión.


 La espectroscopia es posible porque cada elemento absorbe y emite luz
descomponiéndose ambas cosas (absorción y emisión) dentro de una octava de colores
característicos que componen su espectro.
La Can Menor, a su vez, está simbolizada como perros que corren detrás de los talones
del bello y gigante cazador de la mitología griega llamado precisamente Orión. Era hijo
de Poseidón y su propio padre, con la ayuda de Dionisio, lo hundió en un profundo
sueño y lo cegó. A su muerte fue trasladado al cielo como una constelación.
Hidra, también forma parte de la mitología griega, y se trata de una constelación
cercana al ecuador celeste, y su forma larga y sinuosa la ofrece con la imagen de suna
serpiente de agua. La única estrella brillante de su constelación la solitaria Alphard, que
en realidad es una estrella doble. En la mitología forma parte del segundo de los doce
trabajos zodiacales de Hércules.
La cueva fue cerrada al público en 1963, para así preservar el arte. Después del cierre,
las pinturas fueron restauradas a su estado original y actualmente se está realizando un
seguimiento diario.
Las pinturas de Altamira, descubiertas en 1879, suponen el primer conjunto pictórico
prehistórico de gran extensión conocido en el momento. Tal descubrimiento determina
que el estudio de la cueva y su reconocimiento levante toda una polémica respecto a los
planteamientos aceptados en la ciencia prehistórica del momento.
El realismo de sus escenas provocó, al principio, un debate en torno a su autenticidad.
Su reconocimiento como una obra artística realizada por hombres del Paleolítico supone
un largo proceso en el que, también, se van a ir definiendo los estudios sobre la
Prehistoria.
Su primer defensor fue Marcelino Sanz de Sautuola, su descubridor. Su valor será
avalado por los frecuentes hallazgos de otras piezas de arte mueble similares en
numerosas cuevas europeas. A finales del siglo XIX, principalmente en Francia, se
descubrieron pinturas rupestres innegablemente asociadas a las estatuillas, relieves y
huesos grabados aparecidos en niveles arqueológicos paleolíticos, unidos a restos de
animales desaparecidos (mamut, reno, bisonte, etc.).
En ese reconocimiento, destacó muy positivamente el Abate Breuil. Sus trabajos en
torno al tema «El arte parietal», presentados en el congreso de la Asociación Francesa
para el Avance de las Ciencias en 1902, provocaron cambios sustanciales en la
mentalidad de los investigadores de la época.
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Cartailhac fue uno de los más grandes opositores a la autenticidad de Altamira. El


descubrimiento de grabados y pinturas a partir de 1895 en las cuevas francesas de La
Mouthe, Combarelles y Font-de-Gaume, le hace reconsiderar su postura. Tras visitar las
cuevas, escribió en la revista L'Antropologie (1902) un artículo titulado La grotte d'
Altamira. Mea culpa d' un sceptique. Ese artículo conlleva el reconocimiento universal
del carácter paleolítico de las pinturas de Altamira.
Fijada la autenticidad de las pinturas, se inicia el debate sobre la propia obra. La
divergencia entre los investigadores se centra en torno a la precisión cronológica, la
misteriosa finalidad de las mismas y su valor artístico y arqueológico. Estas cuestiones
afectaron, no sólo a la cueva de Altamira, sino a todo el arte rupestre cuaternario
descubierto.
El método del carbono 14 llevó a los investigadores Laming y Leroi-Gurhan a proponer
para las pinturas de Altamira una datación entre 15.000 y 12.000 años a.C. Pertenecían,
por tanto, al período Magdaleniense III.
Las pinturas de Altamira

Signos tectiformes en la Cueva de Altamira - Localización - Santillana del Mar (Cantabria); Datación - Su
realización data del año 12.000 a.C.

Pigmentos empleados - La pintura está hecha con pigmentos minerales ocres,


marrones, amarillentos y rojizos, mezclados con aglutinantes como la grasa animal. El
contorno de líneas negras de las figuras se realizó con carbón vegetal. Se aplicaron con
los dedos, con algún utensilio a modo de pincel y en ocasiones soplando la pintura a
modo de aerógrafo.
Tratamiento del volumen - Aprovechan el relieve natural de la roca y a veces la
modelan interiormente para dar un efecto de volumen y movilidad.
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Tratamiento del movimiento - El relieve de la cueva y el raspado de ciertas zonas aporta


a las imágenes gran movilidad y expresividad.
Iconografía - Las representaciones rupestres de Altamira podrían ser imágenes de
significado religioso, ritos de fertilidad, ceremonias para propiciar la caza o puede
interpretarse como la batalla entre dos clanes representados por la cierva y el bisonte.
La cueva de Altamira es relativamente pequeña: sólo tiene 270 metros de longitud.
Presenta una estructura sencilla formada por una galería con escasas ramificaciones. Se
definen tres zonas: la primera está formada por un vestíbulo amplio, iluminado por la
luz natural y fue el lugar preferentemente habitado por generaciones desde comienzos
del Paleolítico Superior. La segunda es la gran sala de pinturas polícromas, apodada
«Capilla Sixtina del Arte Cuaternario». Finalmente, existen otras salas y corredores en
los que también hay manifestaciones artísticas de menor trascendencia.
Podría decirse que el auténtico descubridor de las cuevas de Altamira es Modesto
Cubillas, un aparcero que en ese momento estaba cazando con su perro. Vio la cueva y
avisó a Marcelino Sanz de Sautuola, para quien trabajaba. Éste se introdujo en ella con
su hija de ocho años, María, pero no le dio importancia a la caverna hasta que María le
llamó para que viera ciertos dibujos realizados en el techo de una galería lateral. A partir
de ese momento, las cuevas de Altamira se han estudiado atentamente para descubrir su
significado, su técnica, etc. Su bóveda sigue manteniendo los 18 metros de largo por los
9 de ancho, pero su altura originaria (entre 190 y 110 cm) se ha aumentado al rebajarse
el suelo para facilitar la cómoda contemplación de las pinturas.
El animal más representado es el bisonte. Hay 16 ejemplares de diversos tamaños,
posturas y técnicas pictóricas. Se observan junto a caballos, ciervos y signos
tectiformes. Los artistas de la cueva de Altamira dieron solución a varios de los
problemas técnicos que la representación plástica tuvo desde sus orígenes en el
Paleolítico. Tales fueron el realismo anatómico, el volumen, el movimiento y la
policromía.
La sensación de realismo se consigue mediante el aprovechamiento de los
abultamientos naturales de la roca que crean la ilusión de volumen, la viveza de los
colores que rellenan las superficies interiores (rojo, negro, amarillo, pardos) y la técnica
del dibujo y del grabado, que delimita los contornos de las figuras.
El Bisonte encogido es una de las pinturas más expresivas y admiradas de todo el
conjunto. Está pintado sobre un abultamiento de la bóveda. El artista ha sabido encajar
la figura del bisonte, encogiéndolo, plegando sus patas y forzando la posición de la
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cabeza hacia abajo. Todo ello destaca el espíritu de observación naturalista de su


realizador y la enorme capacidad expresiva de la composición.
La gran cierva, la mayor de todas la figuras representadas, tiene 2,25 m. Manifiesta una
perfección técnica magistral. La estilización de las extremidades, la firmeza del trazo
grabado y el modelado cromático le dotan de un gran realismo. No obstante, acusa, en
su factura algo pesada, una cierta deformación. Seguramente originada por el cercano
punto de vista del autor. Debajo del cuello de la cierva aparece un pequeño bisonte en
trazo negro.
El caballo ocre, situado en uno de los extremos de la bóveda, fue interpretado por
Breuil como una de las figuras más antiguas del techo. Este tipo de póney debió de ser
frecuente en la cornisa cantábrica; pues también le vemos representado en la cueva de
Tito Bustillo, descubierta en el año 1968 en Ribadesella. Es muy posible que sea de la
misma tipología que el representado en la cueva alcarreña de los Casares.

VENUS DE WILLENDORF

La Venus de Willendorf, es una estatuilla de una figura femenina descubierta en una


excavación paleolítica cerca de Krems, Baja Austria, en 1908 por el arqueólogo Josef
Szombathy.
La figura de esta mujer desnuda, de 11,1 cm de alto, fue esculpida en piedra caliza
oolítica, que no es local en la región, y pintada con ocre rojo. Parece ser una
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representación convencional, no realista, ya que su abdomen, vulva, nalgas y mamas


son extremadamente voluminosos (esteatopigia), de donde muchos estudiosos han
deducido una fuerte relación con el concepto de la fertilidad. Los brazos, muy frágiles y
casi imperceptibles, se doblan sobre los senos; y no tiene una cara visible, estando su
cabeza cubierta de lo que pueden ser trenzas, un tipo de peinado o una capucha. Aunque
las piernas son anatómicamente muy acertadas, los pies no han sido representados (o se
han perdido), terminando la escultura a la altura de los tobillos.
El yacimiento de Willendorf es en realidad un conjunto de siete ocupaciones del
Paleolítico Superior, en un campo de loess del valle del Danubio. La estatuilla apareció
en el Asentamiento II, cuya estratigrafía se extiende desde una base auriñaciense, hasta
el Pavloviense (una denominación local de Magdaleniense). La capa número 9, la que
contenía la figurita, deparó una industria lítica compuesta por hojas de borde anatido,
piezas truncadas y puntas de muesca de un tipo anterior al que se da en los niveles de
Kostienki, En 1990, después de una revisión de análisis de la estratigrafía del sitio, se
estimó que fue esculpida entre 22 000 y 24 000 años de antigüedad,
Muy poco se sabe de su origen, método de creación o significado cultural. El apodo con
el que es conocida (Venus) causa rechazo a algunos estudiosos actuales que no
consiguen ver en esta figura con características de obesidad la imagen clásica de la
belleza. Christopher Witcombe, profesor de la Sweet Briar College, en Virginia, por
ejemplo, sugiere que «la identificación irónica de estas figuras con “ideales de belleza
prehistóricos” satisfizo algunos conceptos corrientes (en la época en que se descubrió),
sobre lo que era el hombre primitivo, sobre las mujeres y sobre el sentido estético» [1].
Otros autores tienen muchas reticencias en identificarla como la Madre Tierra de la
cultura europea del Paleolítico Superior debido a que es imposible encontrar pruebas
sobre este tipo de especulaciones. Algunos sugieren que su corpulencia representa un
elevado estatus social en una sociedad cazadora-recolectora y que, además de la obvia
referencia a la fertilidad, la imagen podía ser también un símbolo de seguridad, de éxito
y de bienestar.
Los pies de la estatua no están esculpidos de forma que se mantenga en pie por sí
misma. Por esa razón, se cree que fuera usada para ser llevada por alguien en vez de ser
sólo observada, pudiendo ser sólo un amuleto. Hay quien defiende la hipótesis de que
podría ser insertada en la vagina, en rituales de fertilidad.
Talla en piedra caliza. Fechada en el 20.000 a.C. en el período conocido como
Auriñaciense.Tiene una altura de 10,45 cm. Figura que para ellos era como una diosa
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femenina que exaltaba la feminidad, este tipo de escultura apareció por primera vez en
el Paleolítico Superior. De forma esquemática, genéricamente llamada "Venus" y
representa a la diosa de la fertilidad o espíritus protectores. Fue descubierta en 1908 y
considerada hasta hoy como la más antigua del mundo. Sus casi inexistentes
extremidades pierden protagonismo en pro de una exageración de los atributos
femeninos.

EL ARTE RUPESTRE DE LA PATAGONIA

El Arte rupestre son dibujos, grabados, o pinturas realizados por hombres en a cuevas.
esto le permite a los investigadores estudiar algunos aspectos de la forma de vide
antiguos habitantes de una zona. En más de una oportunidad, representaciones de este
tipo recibieron el califica artísticos dada la perfección de las pinturas.
Entre estos debemos nombrar las pinturas prehistóricas de la zuna llamada del A
Pinturas (se llama así porque se encuentran en la primera parte del Río Pinturas).

Cuevas de las Manos en alto Rio Pinturas


Fue una zona en la que vivieron grupos de cazadores desde por lo menos unos 73 a.C.
(es decir que fue ocupada luego de la última glaciación).
Estas pinturas ( dado sus motivos, su antigüedad, el lugar geográfico y los yac
arqueológicos de la zona) se transformaron en uno de los sitios más importante rupestre
de la Patagonia.
La mayor cantidad de pinturas agrupadas se encuentran en lo que se llama LAC. Esta
cueva tiene unos 24 m de profundidad y en su entrada, unos 1 5m de aric altura.
El piso de esta cueva va en subida hacia el fondo, en donde la altura es n~enor a En los
aleros (aunque menos que en las cuevas) también están protegidas laç viento, del sol y
de la lluvia.. En algunos casos, los primitivos habitantes de esta zona aprovecharon el
tec de los aleros.
Los paredones de aleros y cuevas ( que son la base rocoSa de la zona) so fueron
utilizados con pinturas hasta una
altura de entre 3 y 4m.
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PRIMERA E POCA: 7370 Años a.C. al 5430 a. C.


En esta época las pinturas principales son los negativos de las manos y las escenas
donde xaeden verse representaciones humanas (hombres) y guanacos. Se ve en un gran
nivel artístico, representaciones dinámicas de caza donde cazadores olos o en trabajos
grupales desarrollan técnicas para atrapar los guanaços que están intados con gran
realismo yen movimiento. Los colores mas usados son: Negro, rojo claro, ocre amarillo
y violáceo. La figura humana en general se ve de frente, con piernas de perfil y cabeza
irreconocible.

SEGUNDA EPOCA: 5430 a.C. al 1430 a.C.


Lo característico de esta época es que todas las representaciones son más estáticas, las
cenas de caza vinculado a los hombres y animales se pierde, y aparece el color blanco
como el más usado. Hay gran cantidad de negativos de manos, algunas pintadas con
parte del antebrazo.
De las 829 manos registradas solo 31 son de la mano derecha. También se ven
representados los que pueden ser 3 dedos del ñandú, círculos conjuntos, líneas
serpenteantes, espirales, y figuras humanas estilizadas.

TERCERA EPOCA: 1430 a.C. al 1000 d.C.


Este grupo de pinturas comprenden pocos motivos. Se caracteriza por superponerse a
los otros grupos, porque usaron el rojo intenso y por negativos de manos blancas (a
veces sobre rojo). Las figuras humanas son más grandes. También líneas en zigzag y
triángulos opuestos por los vértices. En todos los casos, para preparar los colores se
utilizaron tierras, que de acuerdo a su composición pueden verse rojas, amarillas,
blancas, violáceas, etc. y según los análisis que se realizaron pudo saberse que uno de
GARCIANI, CARLA

los componentes con el que mezclaban estas tierras eran el yeso que le dio la posibilidad
de fijar las pinturas a la roca.

Edades de la historia
GARCIANI, CARLA

Antigua Media Moderna Contemporánea

Escritura 476 Caída del Imp. 1453 Caída del Imp. 1789 Revoluc. 2007
500 A.c Romano de Occ. Romano de Or. en Francesa
Poder de los turcos

La Edad Antigua es la época histórica que transcurre desde el nacimiento de las


primeras civilizaciones (caracterizadas por el comercio de larga distancia, la invención
de la escritura y la aparición del Estado, alrededor de 4000 aC) hasta más o menos la
caída del Imperio Romano en 476 dC.
Edad Media es el término utilizado para referirse a un período de la historia europea
que transcurrió desde la desintegración del Imperio Romano de Occidente, en el año
476 d.C, siglo V, hasta el siglo XV con la caída de Constantinopla en 1453. También se
señala como fecha de término la de la invención de la imprenta, en 1455 o el
descubrimiento de América, en 1492.
La Edad Moderna es la tercera de las etapas en la que se divide tradicionalmente en
Occidente la Historia Universal, desde Cristóbal Celarius. En esa perspectiva, la Edad
Moderna sería el periodo en que triunfan los valores de la modernidad (el progreso, la
comunicación, la razón) frente al periodo anterior, la Edad Media, identificada con una
Edad Oscura o paréntesis de atraso, aislamiento y oscurantismo. El espíritu de la Edad
Moderna buscaría su referente en un pasado anterior, la Edad Antigua identificada como
Época Clásica.
Edad Contemporánea al periodo histórico comprendido entre el inicio de la
Revolución Francesa y la actualidad. Esto comprende un total de 218 años, entre 1789 y
2007 dividido en acontecimientos históricos bien definidos y marcados por el avance
tecnológico constante iniciado con la Revolución Industrial, así como por las mayores
guerras conocidas en la historia de la humanidad.

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