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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL P.P. PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA INDUSTRIAL (I.U.T.I.)
EXTENSIÓN CARACAS
ESPECIALIDAD: TECNOLOGÍA AUTOMOTRIZ y MECÁNICA TÉRMICA

Exposición

Docente: Estudiante:
Esneider Aponte
Matrícula: 23434
Andrés Cumache
Matrícula: 23420
Omar Lovera
Matrícula: 23435
Marcos Meléndez.
CARACAS, MARZO Sección 2
Walter Fernandes
2021 Matrícula: 23405
Maikol Muñoz
Matrícula: 23433
Josbel Rivero.
Sección 2
Matrícula: 23408
Carlos Rizzo
Matrícula: 23391
TABLA DE CONTENIDO

1
INTRODUCCIÓN

LA EXPOSICIÓN

Importancia de la Exposición.

Objetivos de la Exposición.

Ventajas y desventajas de la Exposición.

Ubicación de una Exposición (ámbito físico).

Tipos de Exposición: Formales (discursos, conferencias, charlas,


clases, informes) e Informales (debates, conversaciones).

Proceso para una Exposición eficaz.

Estrategias y técnicas de la Exposición.

Proceso de una Exposición oral: inicio, desarrollo y cierre


(Fases).

Cualidades pedagógicas y psicológicas del expositor.

CONCLUSIÓN

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS

 Introducción

2
Continuamente sabemos de muy buenos trabajos de investigación que no se les da
importancia y no se concluyen como buenos proyectos por no haber contado con
una exposición exitosa, y esto se ve en todos los ámbitos, ya sean estudiantiles,
profesionales, de pequeños equipos de trabajo o a nivel de ejecutivos altos.
El ser humano se comunica no solo a través de su vos, sino acentuada con una expresción
corporal y con los ojos: "si logramos analizar que hace todo nuestro cuerpo en cada una
de sus partes cuando estamos frente al público nos vamos a volver locos, por eso
debemos de comenzar por tener buenas costumbres y una forma de expresarnos que
tome en cuenta todas las partes de nuestro cuerpo en una forma natural y sencilla, y esto
sólo se puede llevar a cabo por el análisis, la atención, el concentrarse y la continua
práctica", estas fueron las palabras del profesor de Teatro Jorge Gomez de
la Universidad de Costa Rica en el año 1982.
He aquí una recopilación de datos interesantes de cómo lograr en una forma natural una
exposición exitosa que lo puede llevar a tener excelentes resultados, pero se debe de
tomar en cuenta, los mayores éxitos en la vida son fuertemente impulsados
por actitudes mentales positivas.

LA EXPOSICIÓN

Una exposición es también el acto de exponer de manera oral o


escrita un tema o asunto para un auditorio. En este sentido, una
exposición puede ser una presentación, una conferencia, una
ponencia o un discurso en el cual se desarrolla un aspecto específico
de un tema para someterlo a la discusión e interpretación del público.

IMPORTANCIA

Las exposiciones orales son probablemente la técnica más


común de transmisión de información especializada que existe.

Se utiliza tanto en ámbitos académicos como profesionales o


testimoniales.

De hecho, en los juicios se pide a los testigos hacer una


exposición oral conforme a las preguntas de quien los interpela.

La capacidad de expresión oral es un rasgo distintivo e


importante de la socialización de nuestra especie.

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El exponer un tema, no importa que también se conozca
requiere de herramientas y técnicas que haga exponerlo de manera
atractiva para la audiencia, que se logre captar la información y
transmitirla de manera clara.

OBJETIVOS DE LA EXPOSICIÓN.

Los objetivos de la exposición definen su finalidad educativa,


tanto en lo que se refiere al contenido como a las formas de
alcanzarlos. Los objetivos de una exposición tienen una formulación
general, quiere decir, valen con independencia del tipo de visitante. Si
una exposición se propone conmemorar el natalicio de una
personalidad, debe argumentar, en su desarrollo, los valores
fundamentales por lo que esta conmemoración es necesaria (objetivos
del contenido) y, al mismo tiempo, debe hacer valer los recursos
propios de una exposición para que llegue al público dicha
argumentación (objetivos comunicativos). Ambos tipos de objetivos
son de carácter general.

Los objetivos del contenido se materializan a través de los


objetos. Los objetivos comunicativos van desde la forma en que se
relacionan los objetos en los espacios temáticos, hasta en los más
insignificantes detalles de diseño, carteleras y otros recursos que
facilitan la comunicación.

Uno de los objetivos principales de la exposición es explanar


detalladamente un tema o acontecimiento ante un grupo de
espectadores. Debido a esto, es recomendable que antes de realizar
una exposición se recopile la mayor cantidad de información posible
sobre el asunto a tratar, para exhibir todos los puntos relacionados con
el tema ante el público.

4
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA EXPOSICIÓN.

La exposición es una oportunidad para comunicarse; se


caracteriza por decir a otros de manera clara y sin temor las ideas y
opiniones, así como escuchar y atender las de los demás. En las
situaciones académicas puede constituir un medio a través del cual se
evalúan los conocimientos que se posee sobre un tema y la claridad y
precisión con que se presenta. Para poder reconocer cuando se
presenta o no una buena exposición; por ello es necesario saber
que desarrollar la habilidad para expresar en forma oral permite:

 Saber organizar las ideas que se van a exponer.


 Practicar el uso adecuado del lenguaje.
 Mejorar la participación en situaciones escolares o personales,
además del poder compartir ideas y sentimientos.

LA EXPOSICIÓN INFORMATIVA

Ventajas Desventajas
Dirigida a un gran Retroalimentación
público limitada

Puede ser dinámica y Participación limitada


rápida Conclusiones
Permite uso de unilaterales
materiales diversos No permite discusión
Aprendizaje rápido de
conceptos

UBICACIÓN DE UNA EXPOSICIÓN (ÁMBITO FÍSICO).

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TIPOS DE EXPOSICIÓN: FORMALES (DISCURSOS,
CONFERENCIAS, CHARLAS, CLASES, INFORMES) E
INFORMALES (DEBATES, CONVERSACIONES).

Exposición oral

La exposición de tipo oral es la comunicación de unos temas


ante un público partiendo de un esquema o guión previamente
realizado. Consiste en una práctica de gran importancia en diferentes
aspectos. En el área académica está presente en las explicaciones
que los maestros dan en clase o en los trabajos que los estudiantes
comunican los compañeros.

Conferencia

Consiste en una exposición que hace una o más personas,


sobre un tópico cualquiera, generalmente de interés genérico, ante un
auditorio, al que se le permite participar mediante preguntas. Si no es
permitido realizar preguntas se trata de un monólogo denominado
conferencia fija, o más específicamente, discurso.

Quien habla debe tener la suficiente empatía para obtener la


atención de sus oyentes, y responder las preguntas con el mayor
interés posible, para que sea tedioso.

Charla

El término charla se emplea para describir la conversación, que


usualmente tiene tonos informales o amistosos, y que una persona
sostiene con otro individuo o con varios, que hacen las veces de
interlocutores, con la misión de comentar algún tópico, ponerlo, o
tomar conocimiento de algo.

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Se conoce por sus niveles de informalidad y poca seriedad y
aunque se pueden abordar temas relevantes y profundos, también es
común que se hable sobre cosas banales e ir cambiando de un
aspecto a otro, especialmente cuando se habla de charlas de amigos
que no se ven desde hace mucho tiempo y que se ponen al día
durante la charla.

Exposición (fotografía)

La exposición de una fotografía es la estabilización entre el


tiempo de exposición, la sensibilidad del sensor y la abertura
de diafragma, con el objetivo de conseguir de forma correcta la luz
presente que el fotómetro ha medido.

Entre las diferentes clases e exposiciones se pueden distinguir


dos tipos:

Para realizar la posición formativa se determina la estructura y


sobretodo buscar información en libros revistas televisión o
testimonios. Los elementos que utilizamos son introducción desarrollo
y conclusión

EL LENGUAJE FORMAL ...

Se utiliza en situaciones donde las personas generalmente,


tienen una relación lejana como ejemplo: un doctor o un policía

Por ejemplo, al hablar con un amigo usamos un lenguaje


coloquial y relajado, pero si debemos hablar en una entrevista o con
alguna persona desconocida usaríamos un lenguaje más formal

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DIVULGATIVA: Están dirigidas a receptores que tienen un
cierto interés por el tema que se trata, pero no son especialistas en él,
este tipo de exposiciones incluyen pocos tecnicismos

Tiene como característica que nos permite utilizar los elementos


como apodos y los diminutivos entre otros

especializada

están dirigidas a receptores con conocimientos amplios del


tema que se trata ........ :)

EL LENGUAJE INFORMAL ...

lo utilizamos cuando conversamos con gente con la cual


tenemos confianza como entre amigos familiares y compañeros. Este
lenguaje lo utilizamos diariamente, se caracteriza por ser expresivo y
emotivo, por la razón que lo hacemos con la gente as cercana a
nosotros

Debe constar de una estructura, que dependerá del tipo de


información que se esa transmitir.

La exposición oral (informativa) proporciona información


detallada sobre un determinado tema.

En este caso cada persona se expresa según su información

Exposición informativa: formal e informal

* Proceso para una Exposición eficaz.

Hacer presentaciones en público es, en la mayoría de los


casos, una tortura para quien tiene que hacerlas; si sale mal la culpa

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casi siempre es de los nervios, pero no creas esto, los nervios son la
ausencia de tranquilidad y tú puedes tener toda la tranquilidad del
mundo si sigues estos pasos. Te puede interesar el siguiente artículo:
Técnicas para hablar en público.

1. Ten confianza en ti mismo.

Para aprender a preparar una exposición, debes confiar en lo


que sabes. Ser experto en lo que vas a exponer te dará la confianza
que necesitas. Si no estás seguro de lo que vas a decir porque no
conoces el tema en su totalidad, puedes llegar a tener un bloqueo
mental que te jugará una mala pasada y te dejará en blanco e
incómodo frente a tu audiencia. Para esto lo que debes hacer es
preparar con suficiente antelación tu exposición, escribe en una hoja
las preguntas que harías si fueras un asistente más y contéstalas, esto
te dará ventaja. Te puede interesar: Técnicas para hablar en público:
manejo de la ansiedad.

2. Conoce a tu público.

Es súper importante el conocimiento que puedas tener de tu


público, es más fácil preparar una presentación si conoces el perfil de
las personas que van a asistir, puesto que podrás hacerte una idea de
lo que estas personas están interesadas en escuchar. Conocer a tu
público te permitirá enfocar tu exposición hacia el interés de los
asistentes. Te puede interesar: Cómo lograr una comunicación
asertiva.

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3. Investiga a fondo el tema.

Haz un arduo trabajo investigativo, deja las excusas a un lado y


saca tiempo para investigar temas que, aunque sean diferentes,
tengan que ver con el que vas a exponer, esto ampliará el contenido
que debes manejar en caso de que haya una persona experta y tenga
una pregunta que, si bien, no concierne a todos, puedas manejar
gracias a todo lo que sabes del tema.

4. Organiza tu exposición.

La estructura de tu exposición determinará no solo el tiempo


que tomará la misma, también le dará sentido a lo que estás diciendo.
Si no sabes el orden en el que vas a decir los contenidos puede que
pierdas con facilidad la coherencia de tu discurso y por ende la
confianza que ganaste desde un primer momento.  Elabora una lista
de contenidos en orden de aparición, que sean coherentes y se
entrelacen los unos con los otros.

5. Escribe tu discurso.

Hazlo con palabras precisas, sencillas, concretas, recuerda que


menos puede llegar a ser más, al público le agrada que le hablen en
su idioma y con esto me refiero al vocabulario que ellos pueden
entender fácilmente. No des tantos rodeos ni repitas las ideas, es muy
común escuchar en las presentaciones frases como: “eso ya lo dijo”,
“no entiendo lo que está diciendo”, “otra vez con ese tema”, evita que
esto te pase revisando una y otra vez el contenido de lo que vas a
decir en el escrito que vas a preparar para tu discurso.

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6. Prepara tu voz.

Para preparar tu voz lo primero que debes hacer es respirar


bien, puesto que esto permite evitar la fatiga o que se te resequen las
cuerdas vocales haciendo que te distraigas e interrumpas tu
presentación al tener que tomar agua constantemente. Un ejercicio
que puede ayudarte en el manejo de la respiración es el siguiente:

Toma aire por la nariz y asegúrate de que el aire está llegando


a tus pulmones, sintiendo como se agranda tu estómago.

Suelta el aire por la boca, esto lo puedes hacer ya sea


soplando, emitiendo la vocal “a” o diciendo los días de la semana. 

Repite este ejercicio durante cinco minutos todos los días, no


solo antes sino después de tu exposición para que mejores
constantemente, y no olvides ser consciente de tu respiración. Ya
verás cómo empiezas a manejar tu respiración de manera adecuada
en todos los espacios de tu vida. Ahora bien, si ya manejas la
respiración, pero tu tono de voz es bajo o alto, puedes valerte de
recursos como el micrófono o proyectar tu voz sin necesidad de este,
según sea tu caso. Te puede interesar el siguiente artículo: Cómo
hablar en público: El buen uso de la voz.

7. Adecúa tu presentación personal.

Quizá te has preguntado cómo preparar una presentación y


aunque no debería ser tan importante, seguro has pensado en qué
ropa llevar. Debes tener en cuenta que la primera impresión es la que
cuenta y lo que uses ese día determinará, en cierto modo, que tan

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enserio puede tomarte el público al que te diriges, no obstante, esto no
pasa en algunos casos, ya que el discurso es el que finalmente atrapa
la atención de cualquier desprevenido; sin embargo, no dejes de
pensar en el público al cual vas a dirigirte (edad, nivel académico,
etc.), esto con el fin no solo de sentirte bien sino de hacer sentir bien al
público. Recuerda, lo más importante es que te sientas cómodo sin
desencajar en el espacio en el que te encuentras.

Siguiendo estos pasos tendrás un 95% de éxito asegurado en


tu presentación, el otro 5% depende de tu actitud. ¡Buena suerte! Te
puede interesar: Cómo mejorar la autoconfianza.

* Estrategias y técnicas de la Exposición.

La Técnica de la Exposición Oral y sus estrategias didácticas

Los modelos expositivos se relacionan fundamentalmente con


la enseñanza y el aprendizaje de hechos y conceptos, y son útiles
cuando se trata de presentar una síntesis de cantidad de información
nueva a la que no puede tener acceso fácil el alumno.

Características de la técnica de la exposición oral, explicación o


presentación.

Descripción de la técnica. Consiste en una secuencia de


expresiones monologadas, dialogadas o coloquiales de los contenidos
de un tema curricular. Esta técnica predomina en buena parte de la
docencia universitaria y tiene por tarea comunicativa expresar algo que
resulte informativo, relevante y clarificador,

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Propósito: El profesor pretende transmitir información que se
relaciona con conceptos, con procedimientos o con exhortaciones que
fomenten cambios deseables en actitudes, conductas y hábitos.

Rol del profesor y del alumno. Para que esta técnica funcione,
el profesor no sólo se concreta a exponer lo que sabe, sino que se da
cuenta de ese saber, cuál es su sentido, qué es lo importante y por
qué. El alumno muestra sus preocupaciones y pensamientos acerca
de ese conocimiento que se le ofrece.

Procedimiento. La exposición oral se puede presentar en tres


momentos: Inicio, explicación y cierre.

Inicio:

Presentar una lista del contenido que se pretende exponer. De


esta manera, se prepara el escenario para la presentación de todo lo
que sigue.

Plantear preguntas para extraer las concepciones previas sobre


el tema que se va a explicar.

Plantear preguntar para indagar conocimientos previos al tema


que se va a explicar, de esta manera aseguramos los “cimientos”
sobre los que se va a construir el nuevo conocimiento.

Explicación:

Definición de conceptos, qué es y qué no es, comparación con


otros conceptos con los que puede confundirse, relación con otros
conceptos.

Uso de mapas conceptuales.

Descripción de características o propiedades del concepto.

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Presentación de ejemplos y contraejemplos.

Uso de analogías, metáforas, comparaciones.

Clasificación del concepto, hecho u objeto.

Situar el concepto, hecho u objeto en el tiempo y en el espacio.

Combinar los procedimientos anteriores.

Cierre:

Recapitular en diferentes momentos de la exposición oral.

Resumir, sintetizar la información.

Verificar el aprendizaje a través de preguntas.

Sugerencias para su uso:

Formular los objetivos.

Organizar los temas principales de la presentación.

Presentar el material en forma clara, organizada y en etapas


para que los alumnos comprendan la información.

Evitar las digresiones (“irse por las ramas”)

Modelar el proceso o ejemplificar de acuerdo con la información


que presenta.

Acompañar sus explicaciones con dibujos, diagramas, texto


escrito en el pizarrón, pósters, carteles, fotografías, postales,
ilustraciones periodísticas, casetes, CD´s, DVD, sitios de Internet, etc.

Verificar si los alumnos comprendieron los conceptos o


procedimientos. Por ejemplo, formular preguntas a los alumnos o bien,
pedir a los alumnos que se interroguen entre sí.

Hacer un repaso de los puntos de mayor complejidad.

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Alternativas de uso:

La exposición oral se integra en otras técnicas como el


aprendizaje basado en problemas, el Aprendizaje colaborativo, el
método de casos.

La estrategia Audición-Discusión-Lectura.

El profesor explicar a los estudiantes, en forma oral, durante


quince minutos los conceptos clave y hechos básicos hallados en las
áreas de contenido del libro de texto. Estructura el material de lectura
con base en la causa y el efecto: porque, como resultado de o, por lo
tanto.

Los alumnos leen las páginas en las que se basó la explicación,


localizan palabras, ideas o hechos que resulten difíciles.

Discusión a través de preguntas como ¿Qué es lo que te ha


quedado más claro de todo lo que escuchaste y leíste? ¿Qué es lo que
menos entendiste de lo que escuchaste o leíste? ¿Qué otras
preguntas o ideas les sugirió este tema?

Estrategias para exponer / explicar un tema

Partir de una anécdota o cuento.

Iniciar el tema con la observación del medio que le rodea al


alumno.

Comenzar la exposición con un juego.

Breve lectura del texto o documento por parte del profesor.

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Introducción a través de un medio audiovisual.

Lectura del texto por parte del alumno.

Comenzar con una canción o recitación.

Presentar una palabra o frase nemotécnica que sirva para la


exposición.

Comenzar la exposición con la fórmula de “Hoy vamos a hablar


del tema…”

Diálogo sobre la unidad anterior

Presentar los objetivos del tema.

Partir de la realización de una ficha.

Presentación de datos para que el alumno vaya adivinando el


tema que va a tratarse.

Diálogo sobre una situación familiar o social.

Partir de una experiencia de laboratorio.

Exponer gráficamente el esquema del tema que se va a


presentar.

Aplicar la técnica de lluvia de ideas para que todos los alumnos


aporten ideas sobre el tema en cuestión.

Comenzar con un Philips 66. En grupos de 6 personas se


discute un tema durante 6 minutos y mediante portavoces se dan a
conocer las conclusiones al resto del grupo.

Un alumno expone.

Otras estrategias didácticas para exponer un tema

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Llegar a un acuerdo sobre las tareas a realizar.

Selección del problema o cuestión sobre lo que se va a trabajar.

Escribir qué tareas realizarán los alumnos tan pronto entren al


aula.

Comenzar con una pregunta abierta para todos.

Partir de lo que ya sabemos.

Repaso con preguntas y respuestas orales.

Lectura, análisis y valoración de un suceso leído en diversas


fuentes de información.

Pausas para pensar y escribir.

Introducción del tema a trabajar.

Resumen hecho entre todos.

Preguntas para la activación del conocimiento previo.

El profesor plantea preguntas sobre datos, conocimientos,


dudas sobre un tema: ¿qué sé? ¿qué es lo que no sé? ¿dónde se
aplica? ¿qué dudas tengo? ¿qué es lo que me interesa saber? ¿cómo
puedo aprender lo que no sé?

Uso de mapas conceptuales para explicar el tema y mostrar la


organización, jerarquía y dependencia entre los contenidos.

Los alumnos pueden lograr una visión amplia y completa de un


tema, comprender la relación que existe entre los conceptos de un

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tema. Para ampliar sus conocimientos en el tema, consulte la lectura
“Mapas conceptuales” en el material de apoyo al curso.

Los conceptos más inclusores se colocan en los niveles


superiores del mapa.

Los conceptos menos inclusores se colocan en los niveles


subsiguientes.

La relación entre conceptos se establece por medio de flechas.

Los conceptos se ubican en cuadros o rectángulos.

* Proceso de una Exposición oral: inicio, desarrollo y cierre


(Fases).

Toda exposición oral comprende más o menos las siguientes


partes:

Introducción o apertura. Una aproximación al tema que sienta


las bases para el posterior desarrollo. Ofrece conocimientos previos o
más sencillos que luego serán necesitados, o un abordaje inicial a
partir del cual empezará a construirse el contenido de la exposición.

Desarrollo. La extensión del “cuerpo” de las ideas que se


desean transmitir, con sus complicaciones, sus particularidades y los
detalles que completen la información. Es la parte concreta de la
exposición.

Conclusión o cierre. La parte final en que se resume lo expuesto


hasta entonces, explicitando lo que a partir de todo ello puede
inferirse, nuevas ideas que de ello se desprenden o la importancia del
tema para futuras investigaciones.

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Fuente: https://www.caracteristicas.co/exposicion-
oral/#ixzz6pF7NyZEK

* Cualidades pedagógicas y psicológicas del expositor.

Es necesario contar con diversas habilidades si se quiere ser un


buen expositor, y tales virtudes de manejarse con maestría,
empleándolas de manera simultánea, de tal forma que logren, en
conjunto, una gran capacidad para convencer a cualquier tipo de
público. 

El uso de cada cualidad por separado es una actividad valida y


recomendable para los indicios en la oratoria, pero después de un
tiempo razonable en el que se dominen individualmente, habrán de
integrarse progresiva y constantemente las diez que aquí se proponen.

2.1 La mirada

Una de las condiciones más importantes para entablar una


relación de comunicación entre dos o más personas consiste en mirar
directamente a los ojos. Es su libro “La comunicación no verbal”, la
autora Flora Davis señala que la mirada tiene que ver con el agrado o
desagrado entre las partes, y que desviar la mirada, puede significar
falta de veracidad (DAVIS; 1983:91 ss.)

19
Según el autor norteamericano Wright C.W. (1982), al momento
de hablar con las personas debemos dirigirnos directamente a los ojos
de ellas, de tal forma que todos los presentes son importantes y se les
deberá tomar en cuenta, es decir, como si fuera una conversación
“amplificada”, en el que los ojos del que habla puedan posarse en
cada uno de los que escuchan, y no solo mirar a uno o a varios de los
que escuchan; si llegaran más receptores, entonces la mirada
abracara también a los recién llegados.

Al exponer un tema o iniciar una conversación resulta muy serio


tomar en cuenta a todos y cada uno de los que nos escuchan; la
mirada es fundamental para trabar contacto con la audiencia. El
mirarlos directamente a los ojos representa un mínimo de respeto por
quienes acuden a escucharnos. En la medida que se incremente la
distancia física entre orador y auditorio, se recomienda dirigir la mirada
alternativamente a toda la audiencia, hacia cada persona o sección a
donde se encuentre un grupo de receptores.

La práctica de esta modalidad facilita el contacto afectivo entre


el expositor y la audiencia, pues esta última sabe que se le está
tomando en cuenta al momento de que las miradas del orador van
posándose en cada rincón del auditorio. Un ejemplo de esto lo
proporciona la captación de imágenes de una cama de cine o
televisión, cuando efectúa el camarógrafo tomas abiertas, cerradas, de
primer plano; acercamiento y alejamientos de las personas, lugares y
objetos de interés. También se le denomina comúnmente “paneo” a
este procedimiento.

20
Si dentro del auditorio existieran cámara de televisión, cine,
video, o las llamadas webcams (cámaras integradas a la red de
Internet), estas serán tomadas en consideración por el expositor como
“otras personas más que asisten al evento”, y por lo tanto la mirada se
dirigirá de la misma forma que si fueran parte de la audiencia. Sin
embargo, en la vida diaria, es muy probable que como expositores nos
encontremos con miradas “pesadas” o difíciles de sostener al tiempo
de disertar un tema. En tal caso se puede evitar la mirada directa a los
ojos, dirigiéndose la vista al frente de los receptores; el efecto en la
distancia es el mismo como so se les mirara directo a los ojos.

Resulta conveniente posar la mirada por algunos segundos


sobre cada grupo de espectadores o al menos de la impresión de que
así nos conducimos. Fijar la vista en un sola o en un mismo lugar por
más tiempo, puede proporcionar que el resto del público se distraiga, y
que el propio expositor pueda llegar a ponerse nervioso, perdiendo su
capacidad de concentración y convencimiento.

2.2 La modulación

Cuando las personas hablan en un solo tono (monotonía)


pueden provocar tedio entre el auditorio, no importando que
mantengan un nivel medio o alto en el volumen de su voz; un tono bajo
tiende adormecer al auditorio, mientras que mantener un nivel alto de

21
volumen de voz puede provocar fastidio y hasta enojo entre los
presentes.

Si deseamos mantener la atención del público y convencerlo,


requerimos variar el volumen de la voz, acorde con el contenido del
mensaje y sus pasajes emocionales. Arbitrariamente podrían ser
cuatro niveles de modulación que se pueden empelar con éxito: bajo,
medio, alto, muy alto, aunque también se los puede denominar como
nivel uno, nivel dos, nivel tres, y nivel cuatro, respectivamente,
partiendo del hecho de que los cuatro deberán de estar presentes en
una exposición.

Es necesario señalar que modular no significa gritar, sino


controlar el volumen de la voz a satisfacción nuestra, generando un
impacto emocional entre el auditorio que nos escucha. Al igual que
una sinfonía – como la 5ª del genio alemán Ludwig Von Beethoven -,
en las intervenciones orales dispondremos de “movimientos” en los
que repentinamente hablaremos con mayor o menor elevación de voz,
procurando llegar más profundo en la mente y el sentimiento de cada
persona que nos escucha. El arte para este particular aspecto de la
modulación, consiste en saber emplear oportunamente los niveles
adecuados de voz para cada palabra, frase o párrafo de nuestro tema,
especialmente cuando el discurso es de naturaleza escrita.

Si vamos a leer públicamente, resulta conveniente subrayar


previamente con colores el texto que usaremos. El uso de color verde

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equivaldría al nivel uno de voz (bajo); el azul nos remitiría al nivel dos
(medio); el verde, al nivel tres (alto); y el rojo, al nivel cuatro (muy alto).

Como referencia, el nivel uno de modulación deberá ser bajo,


pero suficientemente audible por todo el público presente,
independientemente de que se empleen micrófonos y altoparlantes. El
empleo de los niveles dos y tres es relativamente común, pero no del
cuarto (muy alto). No obstante, es mejor dominar este último nivel con
el fin de conocer nuestros límites de elevación de voz y del poder que
representa lograrlo; indudablemente que, empleado éste con arte,
ocasionara un mayor impacto emocional entre la audiencia. Dentro de
un recinto pequeño no es conveniente elevar nuestra voz hasta el nivel
cuatro, pero queda la responsabilidad de usar alternativamente los
niveles del primero al tercero si deseamos una mejor respuesta del
público.

Como se dijo líneas atrás, alternando los cuatro niveles de voz


se puede obtener mayor éxito entre los receptores, que usando uno o
dos de ellos. Una pequeña prueba de acústica antes del evento, nos
ayudara a escucharnos tanto con equipo de sonido como sin él. Con
base en este diagnóstico, tendremos ya una referencia auditiva real en
torno al auditorio. En este mismo aspecto, cabe la probabilidad de que
repentinamente falle el sistema de sonido electrónico, por lo que
debemos estar preparados para usar la voz en los niveles de
modulación dos y tres, y hasta cuatro, si fuera necesario.

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Cabe subrayar que los cuatro niveles de modulación de la voz
se pueden emplear dentro de un mismo párrafo, y hasta en una sola
frase, combinándolos convenientemente; la práctica facilitara dicha
mezcla. Recuérdese, además, que no debe llegarse a los gritos
estentóreos y desafinados, sino a los límites de control de modulación
(nivel cuatro), según nuestra capacidad pulmonar, nuestro tipo de voz,
y el control que tengamos sobre las cuerdas vocales.

2.3 La mímica

Seguramente que muchos de los lectores de este trabajo


habrán presenciado alguna vez una actuación de los llamados “mimos”
que, con su talento corporal y sin hablar, logran introducirnos en su
mundo de imágenes invisibles, haciendo que sus mensajes sean
aceptados por su auditorio. De igual manera podemos recordar al gran
actor inglés Charles Chaplin, quien demostró con maestría su gran
capacidad para usar la mímica en diversas películas.

Desde nuestro nacimiento aprendemos a mover las manos y a


gesticular, pues tenemos a nuestro alrededor una verdadera escuela
subconsciente a donde tenemos a imitar los movimientos de otros. En
la medida que observamos a nuestros padres, familiares, y otras
personas, logramos captar ese lenguaje del cuerpo que acompaña a
las palabras. Naturalmente que habría variaciones en las formas de
expresión de cada uno, de tal manera que se les puede encontrar
mayor o menor expresividad en las manos, brazos, cabeza, y el
cuerpo entero.

24
En el plano de la expresión oral, muchos de esos movimientos
aprendidos serán anexados a los propios, haciéndolos parte de
nuestra rutina diaria. Renglón aparte merecen la actuación, el arte
dramático, y la declamación, pues de crecer en sus carreras
relacionadas, por ejemplo, con el teatro, el cine y la televisión,
fenómenos que hoy día tienen gran impacto9 social.

La mímica, entonces, para los fines de este apartado, equivale


a establecer una buena comunicación complementaria a las palabras
que expresemos, lo cual estará en relación directa con el contexto en
el que nos desenvolvemos. Para profundizar en este rubro, es preciso
delimitar las características de esta cualidad tan esencial para un buen
expositor. El primer término, y para diferenciarla de la actuación, la
mímica deberá ser lo más natural posible, es decir, manifestarse en
forma espontánea. Para lograr el dominio de ella, es necesario
observarnos a nosotros mismos y fijarnos en los movimientos de los
demás a la hora de exponer cualquier charla formal o informal.

Notemos a los hombres y a las mujeres como mueven sus


brazos, manos, pies, piernas; como gesticulan con el rostro y cambian
de posición constantemente al momento de dirigirse oralmente ante
otros. Seguramente que la mayoría de ellos no ha tomado clases de
actuación en su vida, pero les “sale natural”. Habrá sin embargo
individuos que afirmen que la mímica no es necesaria para
complementar lo que decimos, pero la vida diaria parece manifestar lo
contrario.

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Al momento de dirigirnos a los demás, generalmente
expresamos mayor movimiento corporal y gesticulación cuando nos
encontramos conmovidos, por ejemplo, bajo el influjo de la alegría o de
la ira. En oratoria buscamos convencer a nuestro público, y la
mímica forma parte esencial en cualquier figura que representa
liderazgo. Bajo esta óptica, se entiende como líder toda persona que
tenga bajo su influencia a más de una persona.

La lista de líderes seria grande, masa para ilustrar este aspecto


mencionare algunos perfiles; los padres de familia, los catedráticos, los
empresarios, los emprendedores, los educadores, los periodistas, los
sacerdotes y pastores religiosos, diputados y senadores, conductores
del medio de difusión, personajes del arte como pintores y escultores,
cantantes, actores, entre otros.

El uso del espejo de cuerpo entero es un valioso auxiliar para


establecer un diagnóstico de nuestra comunicación corporal. Si nos
ponemos frente a él y hablamos sobre cualquier tema que nos
interese, nos daremos cuenta que gesticulamos y que movemos el
resto del cuerpo. Tomaremos consciencia de que movernos más una
mano que otra, o de que poseemos cierto tic nervioso que no lo
habíamos detectado hasta ese momento en que nos analizamos. Una
vez que precisamos nuestros errores y aciertos mímicos, entonces
podemos mejorar lo que consideremos necesario.

26
El movimiento corporal, una vez que estamos sobre el foto o
escenario, y cuando no existe barrera física alguna entre el orador y el
público (un podio es una barrera física y una limitante para movernos),
el cuerpo debe mantenerse dentro de un formato que he denominado
“asterisco del movimiento”, que consiste en partir desde el centro de
un asterisco imaginario, y desde esta punto de referencia movernos
unos pasos (con moderación) hacia adelante, hacia atrás, hacia los
lados, y también realizar movimientos en forma diagonal (igual hacia el
frente y hacia atrás), pero siempre bajo el principio de que nuestro
punto de partida – al que debemos regresar continuamente- , es el
centro del “asterisco”. Es un pésimo recurso solo moverse amplia y
lateralmente. El hecho de estar tras un podio no nos debe impedir
mover el resto del cuerpo y gesticular. A pesar de que no se ve gran
parte de nuestra imagen física, el tórax, brazos, hombros, manos, y los
gestos de la cara, deben manifestarse ante el público con toda
espontaneidad posible, pero sin exagerar.

Como sabemos, la mímica es natural, pero podemos aprender a


expresarnos corporalmente con más calidad al darnos cuenta
conscientemente de nuestros alcances y limitaciones físicas. Además,
el espejo, podemos pedir la opinión de personas de confianza acerca
de nuestro comportamiento mímico, y también usar la cámara de video
para que tome nuestras imágenes.

Tanto la ausencia de mímica como el abuso de esta deben


evitarse. Entre más espontaneidad y naturalidad manifestemos,
tendremos un impacto mayor en nuestro público, produciremos en él
una imagen autentica, convincente. Es preferible usar la mímica con
poca expresividad, que descartarla por completo.

27
2.4 La dicción

Pronunciar muy bien cada una de las palabras que expresemos,


dejando los espacios convenientes entre cada una, respetando los
signos de puntuación, así como lograr que todo lo que digamos sea
comprendido por los que nos escuchan, es a lo que llamaremos una
buena dicción.

Desde muy pequeños captamos las palabras que escuchamos,


luego las repetimos. A nuestro lado los familiares más allegados van
corrigiendo los errores de pronunciación. Luego en la escuela se sigue
el proceso de aprendizaje-corrección por parte de los profesores,
método que será reforzado en la calle y en el seno familiar. Sin
embargo, muchas de esas palabras no las pronunciaremos bien a lo
largo de los años, pues no hubo quien nos enseñara, salvo
excepciones muy contadas, algunas técnicas para corregir este
aspecto.

Es muy conocido el hecho de “barrer” con las palabras, es decir,


pronunciarlas incompletas y en forma atropellada, de suerte que nos
logramos hacernos entender, y tendrán que preguntarnos de nuevo.
Este tipo de fallas es común en todo el mundo, y nos remite a los
sistemas de enseñanza y aprendizaje que se establecen
especialmente a partir del ambiente familiar.

28
Con base a lo anterior, y tomando como referencia a pueblos
latinoamericanos como el cubano y el panameño - sólo por citar dos
ejemplos-, encontraremos que en su forma de pronunciar nos dejan
que se “comen” fonemas y que hablan demasiado rápido, situación
que impide comprender a fondo lo que están expresando. Pero este
problema de dicción no se remite solo a países de habla hispana, ya
que también en los pueblos de habla inglesa, y el resto del mundo, es
posible encontrar este fenómeno que, por lo demás, sigue el mismo
patrón de aprendizaje cultural, lo que significa que es adquirido
socialmente, por lo que se repute por imitación y de manera
subconsciente.

Por otra parte, si hablamos de cuestiones genéticas, es sabido


universalmente que para algunos si dejan de usarse ciertas
extremidades, como las alas de algunas aves, con el paso del tiempo
dejaran de volar las siguientes generaciones, pues su modo de vivir ha
cambiado, digamos, al convertirse en seres domésticos y sedentarios,
en vez de seguir siendo nómadas como sus ancestros. Esto mismo
puede ocurrir con la dicción cuando, a través de los años, dejan de
articularse correctamente las palabras mediante el uso conjunto del
cerebro, la memoria, dientes, lengua, paladar, músculos faciales, la
respiración y las cuerdas vocales, aspectos muy interesantes
relacionados con la fonética, tema que merece estudio aparte.

Si las personas aceptamos que lo aprendido es lo que


tendemos a reproducir, es muy probable que podamos reaprender
buenos hábitos que, para este caso, sería pronunciar con precisión

29
cada palabra que profiramos, evitando en lo posible repetir los errores
que ya veníamos cometiendo. Es así que, tomando conciencia de
nuestras fallas orales, podremos tener muy pronto mayor calidad en la
dicción cotidiana. Practicar a diario es muy recomendable.

Dentro de las técnicas para mejorar la dicción ofrezco algunas


que podrían ser de utilidad si se las practica con ahínco; son ejercicios
que se pueden lograr en la tranquilidad del hogar, al aire libre, o en
espacios cerrados apropiados.

La lectura en voz alta es muy recomendable para ejercitarnos,


especialmente cuando respetamos los signos de puntuación. Cabe
señalar que cada signo nos marca la velocidad y énfasis que debemos
dar al texto que estamos leyendo. Por ejemplo, la coma representa
una pequeña pausa; una o varias palabras entre comas, significa que
debemos hacer una inflexión más larga (pausa mayor) dentro del tema
tratado; el punto y la coma hace alusión a un espacio temporal más
grande que las anteriores, pero pertenece al mismo tema.

Las comillas simbolizan que debemos darle un énfasis especial


a un título o a una cita textual; las palabras entre guiones cortos deben
acentuarse con mayor firmeza, dejando también una pausa tanto
cuando aparece el primero, como cuando cierra la frase el segundo.
Los puntos suspensivos reflejan un espacio especial en tiempo, como
dejando al público en estado alerta, próximo a recibir una sorpresa. El
punto y seguido refleja que el tema seguirá tratándose con más
detalles, siguiendo a la idea principal. El punto y aparte se dirigen a un

30
cambio de tema pero que tiene que ver con el título del texto; también
puede ser un corte hacia otro enfoque del mismo párrafo anterior
(Vivaldi, 1983).

Los paréntesis y corchetes encierran información extraordinaria


del autor del tema, a fin de que el lector tenga a su alcance más datos
que se desconocía en torno al texto. En los paréntesis restablecen
pequeñas observaciones en hechos o instrucciones, mientras que al
usar corchetes se hace referencia a datos históricos o extractos de
citas textuales relacionadas con el tema en rigor.

Los guiones largos son los signos que nos permiten identificar a
los personajes sucesivos que van interviniendo en los diálogos de las
novelas y los cuentos, así como en los parlamentos para teatro, cine,
radio, y televisión.

Para los signos de admiración y de interrogación, es necesario


realizar la entonación respectiva; ambos se pueden combinar, dando
el efecto de elevación de la voz.

La articulación exagerada de las palabras es una técnica que


nos permite forzar la buena pronunciación de cada fonema. La
coordinación de una boca bien abierta con la posterior movilización de
la lengua que toca los dientes y el paladar, hablando pausadamente y
con voz elevada, nos permite obtener una diáfana producción de

31
sonidos inteligibles, acostumbrando de paso a nuestro cerebro y oídos
a articular correctamente cualquier palabra.

Expresar el abecedario letra por letra favorece en mucho el


dominio de cada sonido fonético. Cuando hacemos un recorrido de
todas las letras, nos acostumbramos a escucharnos bajo una correcta
pronunciación de cada uno de los signos, situación que nos hace más
exigentes con nuestras exposiciones. Podremos enriquecer este
ejercicio si nos proponemos aplicarle los cuatro niveles de modulación
a cada fonema, y posteriormente combinamos dichos niveles en la
pronunciación de cada letra.

Morder un lápiz horizontalmente entre ambas mandíbulas es


una técnica para ayudar a la lengua y a los músculos faciales a
esforzarse más en la obtención de una mejor dicción. Se puede leer o
improvisar de esta manera, a tal grado que pueda entenderse lo que
decimos, aun con la boca casi cerrada.

Pronunciar por silabas cada palabra, en especial las más


difíciles de pronunciar una vez que separemos por silabas, entonces
decir las palabras completas, sin olvidarnos de que debemos
investigar el significado de ellas.

Anteponer la letra E a las palabras que representan para


nosotros cierta dificultad de pronunciación. Es una especie de muletilla
valida que garantiza que articularemos bien cada fonema, y que

32
separaremos correctamente una palabra de otra. Este es un recurso
publicitario y que usan mucho los locutores, especialmente los de
acento extranjero a quienes, además, se les dificulta la pronunciación
de ciertas palabras. El sonido de la E es casi imperceptible, por lo cual
este recurso es idóneo para ocultar fallas en la dicción en las personas
que se dedican a la locución en los diferentes medios de difusión
social, como la radio, la televisión, el cine, y dentro de la publicidad.

2.5 El ritmo o la velocidad de las palabras.

Esta cualidad consiste en saber controlar la velocidad de salida


de los fonemas. He considerado que tres velocidades al hablar son
suficientes para mantener el interés del público por escucharnos. Las
tres se complementan y no impiden que la audiencia capte
correctamente los mensajes que le emitimos. Estas velocidades son
lentas, intermedia, y rápida.

Ritmo lento. - se refiere a cuando hablamos pausadamente,


como destacando sobre cierta información que deseamos sea
analizada y comprendida de manera especial por los receptores, pero
procurando no provocar el tedio del público. Este recurso deberá ser
empleado con moderación.

Ritmo intermedio. - permite al orador hablar en forma relajada,


peor firme, ante su audiencia; permite darle sentido de charla a lo que
se va expresando, provocando un clima de camaradería entre orador y

33
auditorio. Esta velocidad es la más recomendada para usarse en gran
parte de una exposición.

Ritmo rápido. - es un recurso para llamar la atención del público


cuanto esta muestra mayor interés y concentración en lo que se le
expone, aunque también es un recurso para provocar la recuperación
de atención de personas distraídas al igual que el ritmo lento, la
velocidad rápida deberá emplearse con prudencia, sobre todo porque
al incrementar la velocidad por periodos prolongados, corremos el
riesgo de que haya menor asimilación y comprensión de los mensajes
que enviamos a la audiencia.

Las tres velocidades de exposición deberán mantenerse bajo el


principio de que no se cometerán errores de fluidez empleando, por
ejemplo, pausas innecesarias o “muletas”. Si se realizan las pausas
cuando aparezcan signos de puntuación dentro del texto, o cuando
creamos que hace falta una inflexión oportuna, entonces dichas
pausas estarán plenamente justificadas. De ninguna manera el orador
deberá titubear, pausar en exceso o tartamudear, pues esto le valdría
la descalificación de la audiencia.

2.6 El autocontrol del expositor.

¿Quién no ha escuchado acerca del “pánico escénico”? Es muy


común que la presencia de una o varias personas nos hagan sentir
mal cuando vamos de hablar sobre algún asunto, es decir, nos

34
sentimos inseguros y nerviosos de decir cualquier cosa, porque
tenemos la reacción de la audiencia ante cualquier probable error que
manifestemos.

El nerviosismo no se puede erradicar, pero si lo podemos


controlar. Es un hecho que aun algunos de los personajes históricos,
como el estadounidense Abraham Lincoln, y el inglés Winston
Churchill, mostraban señales de inseguridad al momento de dirigirse a
sus seguidores. Del primero se dice que al comenzar a hablar
tartamudeaba un poco, y que tardaba aproximadamente un minuto
para lograr una estabilidad en su fluidez oral. De Churchill se supo que
marcaba con sus uñas la parte inferior de los atriles (un atril es el lugar
en el que se colocan libros o documentos que los oradores usan como
respaldo de texto una vez que ya están situados en el podio, de frente
y por encima del público). Así, pese a la presencia de los receptores,
debemos imponernos.

¿Qué razones nos impedirían hacer un buen papel como


expositores? Se puede decir que son varias y validas, una de ellas
sería el desconocimiento del tema (el que nada sabe todo teme)
puesto que no puede dar lo que no posee; no puede mentir ni inventar
lo que no conoce. Otra razón es que no esté convencido de las ideas
que va a expresar. Otro impedimento es que las o las expositoras se
dejen abrumar por las decenas de miradas que los “bombardean”, o un
miedo psicológico en el que se sientes “menos” ante la presencia de
personalidades con mayor nivel cultural y académico. La falta de

35
práctica también sería una razón de peso para sentirse inhibido ante
un público.

Sin embargo, las personas preparadas, convencidas de su


propia idea, y sabedoras de que el público que lo escucha as su
“alimento espiritual”, lograran obtener un mayor impacto entre la gente
que les escucha. En este sentido, y tomando como referencia al ya
citado Wright, C.W., el expositor deberá sentirse como superior –en el
buen sentido de la palabra- a la gente que va a escucharlo, es decir,
tomando a la audiencia como a sus “alumnos” o “estudiantes” que van
a recibir una cátedra magistral, y que el orador es quien conoce el
tema, mientras los receptores acuden humildemente a recibir
conocimientos que no tenían antes de asistir al evento.

Con base a lo dicho hasta ahora en este apartado sobre


autocontrol, es preciso retomar algunas de las características
fundamentales para obtener seguridad como expositores de temas o
ante la simple necesidad de enfrentarnos eventualmente a distintos
tipos de audiencias.

Poseer una cultura general nos permitiría abordar en forma


esencial una gran cantidad de temas. Este privilegio se obtiene a raíz
de que nos interesa el mundo que nos rodea, cuando aún tenemos la
voluntad y humildad para aprender. Dicho aprendizaje es infinito, pues
aun cuando llegue la muerte a cada uno de nosotros, todos
experimentaremos un nuevo conocimiento; habrá quienes creamos

36
que existe otro mundo después de este, y otros que no crean sino en
su existencia pasajera en la Tierra.

La cultura general puede entenderse como el capital de


conocimientos teóricos y prácticos que posee cada persona. Dicho
capital requiere de una actualización al día, de tal forma que domina
un mínimo de información sobre diversas áreas. Las disciplinas como
Geografía, Historia, Política, Deportes, Ciencias Naturales, Ciencias
Exactas, Artes y Humanidades, Ciencias Administrativas y Contables,
así como otras ramas del conocimiento que incluyen vivencias y viajes,
son fuentes de cultura. Gran parte de esa cultura se da a través de la
educación formal, por ejemplo, una carrera universitaria, pero también
es cierto que una disciplina autodidacta nos dará mucha más
información complementaria.

Los libros, los diarios, las revistas especializadas, los congresos


anuales de actualización, la red de Internet, y la educación no formal e
informal, son algunas de las fuentes informativas que nos ayudaran a
incrementar el acervo cultural que ya poseemos.

Además de manejar una vasta cultura general, podemos


indagar sobre algún tema específico, especializándonos en el mismo.
Con base en esto, es posible dominar en forma general y particular
determinada área del conocimiento humano, situación que depende –
de manera fundamental-, del empeño que pongamos al investigar.

37
En síntesis, la cultura general y los conocimientos
especializados nos dan un importante poder para informar y convencer
a diversas audiencias. Si al conocimiento añadimos la experiencia a
través de exposiciones como charlas, clases, conferencias,
capacitación de grupos, entonces ya contamos con dos fundamentos
para tener un mayor autocontrol en nuestras intervenciones frente a
distintas clases de público.

Decir lo que sabemos y pensamos, añadiéndole pasión por lo


que hacemos, es un conjunto de valores que nos darán mayor
seguridad al disertar.

2.7 La práctica.

¿En qué consiste la práctica de la expresión oral? Resulta un


verdadero reto enfrentar por vez primera a una o varias personas con
las que tenemos una relación de expositor y oyente. Ya desde el
kínder se puede observar que algunas tareas de los pequeños
implican dirigir mensajes orales a su grupo y hasta exponer pequeños
monólogos y diálogos en presentaciones públicas ante compañeros,
profesores, padres de familia y autoridades.

Es un escenario común que muchos padres de familia


acostumbran a sus pequeños hijos a desenvolverse como si fueran
actores, cantantes, poetas, y otros, mediante ejercicio en que los
pasan al frente y luego los presentan como si fueran intérpretes: - “Y

38
ahora con ustedes la cantante X, quien después de una exitosa gira
por Europa, nos viene a contar esta canción”. Luego la niña aludida
comienza a hablar con algún saludo, y después canta la mencionada
melodía /con todas la fallas y limitantes). Esto es solo un ejemplo, pero
nos permite comprender que, si desde la tierna infancia nos
acostumbramos a hablar en público, nos volveremos más seguros
para presentarnos ante los demás.

Naturalmente que deberá existir evolución y seguimiento de


nuestras acciones ante las audiencias, ya que en la medida que
aprendemos a desenvolvernos con soltura en distintos ambientes, nos
costará menos trabajo establecer una relación emisor – receptor. Los
padres de familia, tutores, profesores, son importantes soportes
pedagógicos y morales para que, desde la niñez, las personas
adquieran práctica en la comunicación oral y en la actuación.

Si no se rompe la secuencia de actividades oratorias, es muy


probable que, en su mismo crecimiento, tanto las niñas como los niños
vayan adquiriendo mayor experiencia, logrando con sus acciones una
mayor presencia de liderazgo. No es aventurado decir que las
personas que han recibido una formación en la que se incluya la
oratoria, logren grandes metas en la etapa adulta, como en las
profesiones relacionadas con puestos públicos y privados, espacios a
donde la palabra oral es fundamental dentro del quehacer diario.

39
Puedo recomendarles varios ejercicios para lograr mayor éxito
en la práctica de la expresión oral. He aquí algunos de los que
considero más útiles.

La gimnasia cerebral es un recurso mediante el cual hacemos


trabajar la mente desde que nos levantamos hasta antes de dormirnos.
Cuando nos acostumbramos al cerebro a realizar infinidad de acciones
de sinapsis. Lo mantenemos activo y muy creativo. La sinapsis se
logra mediante la interconexión de dos o más neuronas. Cada neurona
cerebral es capaz de transmitir datos a otras, que a su vez están en
contacto con decenas y miles de ellas. La información que guarda
cada célula es el equivalente un pequeño archivo de memoria, el cual
puede tener capacidad para almacenar a corto, mediano o largo plazo,
según la importancia que le demos, y el impacto emocional que nos
haya provocado a lo largo de nuestra vida (aprendizaje significativo).

Por ejemplo, el olor a lápices y a pies no aseados en el aula de


la primaria seguramente lo recordaremos el resto de nuestras vidas, y
bastara con oler un lápiz o las barras de plastilina o aun baño sucio,
para remontarnos años atrás, y hasta hacer memoria de algunos
compañeros y profesores, como si abriéramos archivos de
fotografías y videos de algunas de las vivencias más importantes que
nos han ocurrido a lo largo de los años que han pasado.

La gimnasia cerebral es un método para acomodarnos en forma


longitudinal hacia el pasado, hacia el presente y el futuro, proveyendo
de información suficiente a nuestra mente. Cuando hablamos del

40
pasado, recordaremos conocimiento de toda índole, personas, lugares,
sonido, materias académicas, accidentes, incidentes, momentos
alegres, de enojo, de ansiedad, recuerdos desagradables, entre otros.

Pensar sobre el presente gran parte del día, pero sin


angustiarnos, nos permite revisar la información que poseemos,
organizándola, acomodándola a nuestras prioridades: como resolver
tal problema, cuales son los pendientes, que partes componen
determinado objeto, que pagos por realizar son los más urgentes. Que
ofrecer a los invitados…y la lista es interminable.

Si pensamos acerca del futuro y mediato, hacemos que el


cerebro trabaje en el escenario mental correspondiente sobre cada
actividad a realizar, programando las fases correspondientes,
exponiendo metas y objetivos.

Acostumbrarnos cotidianamente al análisis y a la síntesis de la


información que poseemos sobre diversas áreas del conocimiento, nos
permitirá mantenernos alertas y disponibles para recibir, desde
diversos medios, imágenes sonidos, números, palabras, y otros
estímulos que se captan a través de los sentidos.

Se entiende por análisis de la información la capacidad que


tenemos para acumular y organizar datos que recibimos del medio
ambiente, más lo que podamos añadir con nuestra imaginación.
Analizar significa también integras todos los datos disponibles en torno

41
a un caso, un objeto, una persona, un suceso; es preguntarse por qué
y para que, el cómo y el cuándo; que y quienes intervienen en el
aspecto analizado.

Valga la siguiente ilustración para comprender tanto el proceso


analítico como el sintético. Una hormiga roja es nuestro objeto de
estudio. En sentido estricto, y usando el método sintético, este insecto
posee cabeza, mandíbulas, antenas, tórax, abdomen, patas, y
manifiesta un comportamiento muy activo tanto bajo tierra como en la
superficie a lo largo de un día soleado de primavera.

Al pasarnos al método analítico podremos añadir la información


que disponga el investigador, pero de acuerdo a limitaciones de
espacio y de tiempo. Esto quiere decir que, si vamos a realizar una
monografía sobre determinada especie de hormiga roja, habrá un
caudal de información cuando veamos sus características fisiológicas,
gregarias, de estatus (nivel que ocupa en la pirámide jerárquica entre
sus compañeras), así como de innumerables detalles en torno a sus
hábitos, y sin todavía comparar a la dichosa hormiga con otras
especies de hormigas.

Luego entonces, es un excelente ejercicio de gimnasia cerebral


establecer una observación permanente con todo lo que nos rodea,
con los temas que se no antojen. La idea es mantener la mente
ocupada, creando, modificando. Una vez que ya poseemos
información de varios temas, ya habremos llenado decenas de
archivos –repletos de datos-, para intercambiar entre distintos tópicos

42
que nos interesan. En este sentido y como una muestra relacionarse
con la robótica, o diferenciarla de los arácnidos, o establecer nexos
con las abejas…y otros más.

Leer en silencio textos sin figuras y luego imaginarnos los


pasajes que se van describiendo en las novelas, cuantos, pasajes
históricos, y otros, procurando ponerle colorido y viveza a lo que los
autores exponen.

Leer un tema o uno o varios párrafos en silencio y luego


exponerlos –sin apoyo del texto-. Tanto en forma sintética como
analítica a un público real (una o varias personas) o imaginarlo (hablar
a solas).

Observar por un tiempo razonable algún dibujo, esquema,


diagrama, pintura, proyecto arquitectónico, maqueta, u otro objeto que
contenga muchos datos, y luego hacer dos tipos de actividad. La
primera es tratar de recordar la mayor parte de los detalles a través de
un dibujo, sin apoyo del objeto original. La segunda consiste en
expresar oralmente –en ausencia del objeto del estudio-, los
pormenores de este. Finalmente, compararemos los resultados orales
y dibujados, para obtener el avance en nuestra memorización a corto
plazo.

Estos ejercicios de gimnasia cerebral tendrán mayor efectividad


si se logra tenerlo como un hábito permanente, logrando además una

43
memoria más lúcida a corto, medio y largo plazo. Según estudio
científicos, la vejez no es sinónimo de pérdida total de la memoria, sino
que la falta de ejercitación de ella durante la niñez, adolescencia,
juventud y etapa adulta, producen “lagunas mentales” de mayores
dimensiones cuando se llega a la tercera edad.

Se sabe, según Brian Key (1985), que nacemos hombres y


mujeres con una dotación de unas 100, 000, 000, 000 de neuronas
cerebrales, de las cuales perdemos a diario 20, 000 –
aproximadamente-, lo cual indica que una persona de 80 a 90 años
podría conservar una lucidez extraordinaria sino deja de ejercitar su
cerebro, y se conserva en buena salud física. Existe mucha literatura
acerca del cerebro y la memoria, pero recomiendo especialmente
buscar bajo el tema “El cerebro humano” en la red de Internet.

2.8 La convicción en los oradores.

Un expositor de corazón es aquella persona que está


convencida de lo que dice y, por tanto, procurara hablar con apego a la
verdad. Un orador que tiene convicción es alguien que se fundamente
en los hechos, en la investigación, en su experiencia personal, en los
testimonios. Ella o el poseen su verdad y sus valores personales, pero
recurrirán también a distintas fuentes del conocimiento para
argumentar y convencer a sus audiencias.

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Las creencias íntimas de cada orador son razones
importantísimas para su desarrollo como comunicador social. Sabe
que su presencia de liderazgo no es gratuita, pues posee
características que lo hacen distinguirse no con vanagloria, sino con
un sentido de servicio hacia los demás.

Nuestras convicciones son los motores que permiten que


avancemos por el mundo sembrando semillas de cambio entre los
seres que nos rodean. Sin ellas ningún orador de calidad seria tal.
Pero cabe señalar que las convicciones personales no deberán afectar
el clima de respeto que debe privar entre el que habla y los escuchan.

Usar la convicción significa expresar razones y sentimientos


propios a través de la palabra oral y escrita, pero también nos obliga a
ser imparciales en nuestra visión del mundo. Tener convicción no
significa estar cerrador antes las convicciones de otros, aunque
estamos obligados a juzgar con justicia tanto los aciertos como los
errores de las acciones humanas, sin quedarnos en el solo plano de la
crítica, sino proponiendo –en lo posible-, soluciones viables. Aquí,
nuestras creencias y valores juegan un rol fundamental que, en la
primer y última instancia, deberán convertirse en programas y hechos
que ayuden a construir un mundo futuro más aceptable, con mejor
calidad de vida.

Cuando estamos convencidos de algo, es más fácil convencer a


otros y para que exista dicho convencimiento es necesario
apasionarnos con lo que hacemos, emocionarnos con la sola idea de

45
que nuestras aportaciones pueden servir para que otros tengan
mejores opciones para triunfar en sus propósitos.

Así entonces los expositores, especialmente los que se


encuentran en posiciones estratégicas de liderazgo, poseen el don de
la palabra y del conocimiento. En este sentido, y parafraseando a Alvin
Toffler (2002), en su obra “El cambio del poder”, los conocimientos de
todas las ramas del saber son poderosos instrumentos de cambio,
para bien o para mal de la humanidad.

El expositor tiene el deber moral de transmitir diversos


conocimientos, con plena conciencia de que sus generosas
intervenciones serán de enorme valor social si van acompañadas de la
verdad y tienen como objeto el bien de sus semejantes. No es posible
concebir a oradores mentirosos o sofistas (aquellos que mezclan
verdades con mentiras) si deseamos un verdadero cambio de
actitudes y de conductas. Lamentablemente existen bastantes
ejemplos a nivel global de dirigentes que no emplean correctamente
los dones que les han sido dados, corrompiendo con egoísta
utilitarismo los valores universales –que conocen-, pero que no aplican
suficientemente en sus diferentes gestiones.

Diversos autores contemporáneos, como Prochnow, Monroe y


Ehninger, Carnegie, así como los clásicos antiguos como Demóstenes
y Quintiliano, han pregonado que la veracidad en los datos, la
honestidad, y la coherencia de vida y de los oradores, son tres de los

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más grandes valores que los deben distinguir, y que la gente de buena
voluntad sabe apreciar con sinceridad.

Con todo lo anterior tal parece que sería muy difícil encontrar
expositores honestos, oradores virtuosos, y dirigentes bondadosos,
pero si los hay, aun con sus humanos errores. El reto es preparar a
nuevos líderes que dirijan un prometedor mañana para nuestros hijos y
para las futuras generaciones. Dos formas de alcanzar esta meta es a
través de la formación humanista –teórica y práctica-, en las que se
incluya la oratoria desde los primeros años de la primaria, y otra es
que los estudiantes, cuando llegue el tiempo de presentar su servicio
social, lo realicen en proyectos de verdadero apoyo a las comunidades
que más lo necesiten.

2.9 La respiración.

La oxigenación del cerebro, el llenado de pulmones, y la


pronunciación de las palabras, son aspectos íntimamente relacionados
con la respiración del aire. La sinapsis de las neuronas cerebrales está
estrechamente vinculada a la oxigenación de la sangre, pues ellas
necesitan de este proceso para trabajar mejor en la transmisión de
“datos” y luego organizarlos en “paquetes” de estímulo que se
traducirá en fonemas y palabras.

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La falta de aire purificado, adormecerá a las personas y les será
difícil concentrarse tanto al organizar ideas antes de hablar como al
escuchar a un orador.

La respiración profunda permite relajarnos y organizar las ideas


que tenemos en mente, pero además facilita la exposición oral de las
frases cortas y largas. A su paso de la tráquea las cuerdas vocales
definirán el tono de los fonemas y palabras, ya sean graves o agudas.

Es probable que mucha gente conozca que los cantantes sabes


aspirar profundamente el aire antes de emitir cualquier palabra
cantada. A esta forma de aspiración se le llama diafragmática, pues se
guarda el aire en lo profundo de los pulmones, junto al diafragma el
cual divide las cavidades torácica y estomacal. Una vez que el aire ha
sido retenido el cantante puede dosificar la cantidad de aliento que
necesita para entonar palabras y usar la modulación de su voz,
“alcanzando”, por ejemplo, notas elevadas y sostenidas.

El uso apropiado de los signos de puntuación, como las comas,


el punto seguido, y el punto y aparte, entre otros, permite que el
expositor aspire y retenga el suficiente aire para pronunciar las
siguientes palabras y darles la inflexión apropiada, especialmente
cuando su discurso es de tipo leído. Así mismo, en las exposiciones
que lleven parte memorizadas o improvisadas, las pausas servirán
para realizar la correcta aspiración y expiración del aire, proceso
básico para logara la fluidez y ritmo de palabra.

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Propongo algunos ejercicios efectivos para practicar una
correcta respiración:

Aspirar profundamente por la nariz varias ocasiones, retenido


cada vez unos cinco segundos, y luego soltar el aire por la boca. Esto
ayuda a oxigenar el cerebro y a disminuir el nerviosismo.

Aspirar profundamente por la nariz, reteniendo el aire por cinco


segundos, pero en vez de exhalarlo al vacío, pronunciar vocales,
consonantes, frases cortas y largas, para descubrir la propia
capacidad para exponer varios sonidos y palabras antes de volver
aspirar el aire. El ejercicio será más provechoso si modulamos
alternativamente en los cuatro niveles que ya conocemos.

Aspirar aire al momento de tocarnos, con los dedos de las


manos las puntas de los pies, y luego exhalarlo por la boca cuando
estemos en posición vertical, con los brazos extendidos y juntos sobre
la cabeza. Este procedimiento ayuda a respirar con profundidad, y
además relajar el cuerpo.

Tomar el tiempo en segundos de las aspiraciones y


expiraciones lentas, ayudara a “medir” cuantas palabras podemos
expresar antes de realizar la siguiente aspiración, y a su vez darnos
cuenta si podemos expresar todo un renglón o línea de texto,
respetando los signos de puntuación.

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2.10 La presentación.

Esta cualidad del orador hace referencia al vestuario y limpieza


que han de manifestarse ante lo diferentes tipos de públicos. Cabe
señalar que dichos aspectos tienen mucha relevancia antes las
personas que escucharan alguna exposición, y que no se deberá dejar
en segundo término.

El vestuario se elegirá con forme al lugar como al tipo de


público receptor, así que dependiendo de las características
esperadas de las personas que escucharan el mensaje, el expositor
procurar mantenerse al mismo nivel. Si la comunidad a la que se
hablara son personas sencillas tanto en su cultura, como en su
manera de vestir, entonces el orador vestirá de manera semejante. En
cambio, si la audiencia pertenece a un ambiente cultural medio y alto,
conviene usar traje y corbata o vestido propio para la ocasión, lo cual
permitirá un clima de mutua aceptación entre audiencia y oradores.

Alfo que no deberá omitir lo expositores es presentarse


aseados, y de preferencia bañarse antes de hablar en público. Un
aspecto desaliño o falta de pulcritud, podrá influir negativamente en la
audiencia, el cabello limpio, el calzado lustrado, la ropa sin manchas,
la correcta combinación de colores, sin olvidar la loción y el perfume,
son indicadores de imagen positiva. Es muy recomendable solicitar
consejo previo a quien sabe acerca de cómo vestir y combinar prendas
y colores, incluyendo los accesorios correspondientes.

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Pero, ¿Qué decir de las personas que no se han preparado de
manera correcta para su intervención pública, pese a que vienen bien
vestidas y pulcras? La respuesta es que el vestuario y la limpieza no
son suficientes para convencer las audiencias. Se requiere que,
además de la imagen física los expositores conozcan a fondo el tema
que van a disertar, y sepan comunicarse con su público haciendo uso
del resto de las cualidades que ya se han visto.

Por otra parte, y de manera excepcional, existen caso en que


los oradores visten de una manera inadecuada y/o manifiesta desliño,
pero que al momento de dirigirse a los receptores lo hacen con gran
calidad. En tales situaciones es muy probables que la calidad de
contenido del discurso pronunciado, supere la primera imagen de
rechazo del público hacia el expositor en turno, en especial si ya
existiera entre los asistentes un previo conocimiento positivo del
personaje en cuestión.

En cuanto a la presencia física de los expositores, también es


muy importante señalar que los rasgos del rostro, la estatura, el porte,
la complexión, y hasta el color de piel, tienden a impactar mucha
fuerza la percepción de los receptores. No es mi deseo que se
interpreten mal esta observación, pero es un hecho que, en la vida
cotidiana, y me atrevo a decir a nivel mundial, las personas suelen ser
aceptadas o rechazadas como base cuestiones relacionadas con raza
y belleza.

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La voz es otra de las características fundamentales dentro de la
presentación de los oradores. Existen voces graves, aguda,
agradables, desagradables, y otras más, que van a influir de manera
impactante en los oídos de los receptores. No obstante, la voz es un
don con el que ya nacemos, y si la tenemos bellas, habrá que sacarle
provecho con un bue contenido en palabras. Si no es tan agradable,
habrá que trabajar en cómo hacerla más aceptable, por ejemplo,
vocalizando, cantando, controlando el sonido nasal, articulando con
mayor esfuerzo cada fonema y palabras, pero de manera especial
habrá que mejorar el contenido de los mensajes, preparando con
calidad cada tema.

Cuentan de cierto militar europeo de alto rango y muy capaz,


que poseía voz atiplada, aguda y desagradable, de tal manera que se
escuchaban susurros de burla cada vez que daba órdenes a sus
subordinados. Pero un día que estaba reunido con sus oficiales, tomo
una pistola revólver, extrajo las balas excepto una, y luego repercutió
el arma contra su sien, pero no hubo disparo. Después de esto, con su
fea voz, invito a sus subalternos a que hicieran lo mismo que él, pero
nadie se atrevió. A partir de entonces lo respetaron por su valor, y
cesaron las burlas que otras fuesen continuas entre la tropa.

Conclusiones
Para que la conferencia impartida sea exitosa es recomendable tomar en cuenta aspectos
como: realizar una breve introducción global del tema, hablar con
una respiración adecuada, utilizar los gestos, movimientos de los brazos y manos, dirigir
la mirada hacia el auditorio, dirigirse a él en forma personalizada, hablar en forma clara y
concreta sin utilizar, en la medida de lo posible, vocabulario técnico o términos en
idiomas extranjeros; utilizar ejemplos y anécdotas comunes para el auditorio con el
objetivo de mantener vivo el interés sobre el tema.
El hablar no sólo con las palabras sino con la expresión general del cuerpo, lleva a la
audiencia a tener un convencimiento y seguridad de la calidad del tema que se expone.
De suma importancia es el hecho de la puntualidad y de cumplir con los tiempos

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establecidos, para evitar que el público se canse en exceso y se sienta incómodo o
desilusionado, además es un gesto de cortesía hacia la audiencia.
Para terminar se debe hacer uso de comentarios positivos que procuren mantener y
aumentar el interés del publico y además haga que se sientan satisfechos luego de asistir
a la conferencia impartida.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/exposicion-
oral/#ixzz6pF7HcPDo

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