Con el gold sta!ldar d, las moneda s naciona les eran libreme nte convert . . . ·in embarg o identifi car un denomi nador
ibles con otras. Ello no ha de impedtr nos, s . t u~ originad a en la revoluc ión
en oro y los cambio s tendían a oscilar, entre bandas muy estrecha s, en . 1 unidad de pensam 1en o q '
torno a los común, una sus l ancia d l . t y a .,
ni\·eles determi nados por las paridad es áureas. Esto desince ntivaba . d'a a emerge r gra ua roen e converg er hacia la construc c10n
los movi- margina l1sta, ten 1 . d siglo xx la teoría econom 1ca, .
mientos de capital a corto plazo, que son en general desestab ilizador . zos e1
es, e incen- de un único sistema t eo'rico · Ya a comien . . mpacto · la inflexió n de los pn-.
tivaba -en cambio - las inversio nes exterior es a largo plazo, al mismo b o un corpus doctnn ano ca .
tiempo pura se present a a ~om al final había produci do un sístema teórico to-
que proporc ionaba al comerc io internac ional garantía s de certeza en
los pagos. rneros años de la deca_dal de 1::~avía predom ina en la actualid ad.
!\o resultab a fácil para cada país perman ecer vinculad o a este sistema , que talment e nuevo, que es e que
exigía
un alto nivel de prosper idad y de seriedad en las práctica s moneta1 ias,
pero los
período s durante los cuales alguno de los países abando nó el gold standar
d fue-
ron breves. Éste no era un sistema tan automá tico como afirmab a una Marsha ll y los neoclás icos inglese s
gran parte 6.2.
de la literatu ra económ ica; sin embarg o, Gran Bretaña poseía recurso
s financie -
ros y autorid ad suficien tes como para poner en acción, en el momen to
oportun o, 6 _2.1. ALFRED MARSHALL
los necesar ios mecanis mos de ajuste.
Las innovac iones tecnológ icas, la estabili dad económ ica y una relativa . . . lmente ersonal, Marsha ll logró ofrecer al pa-
paz Recorri endo un itiner~n o to~a. l p t' a la propues ta por Jevons y, so-
social produje ron, pues, un ciclo de desarro llo capitali sta tan vigoroso radigma neoclás ico una sahda teonca a tema ivla
que sólo El método de análisis del
sería superad o en intensid ad, duració n y número de países involuc rados, t'
por la bre todo, una perspec iva e ultural .
de mavor a canee.
., . ~ tribució n decisiva al análisis eco-
expansi ón internac ional de los años 1950-19 73. La gran fábrica, el maquin . • l fu su gran mvenc1o n 'v su con
ismo y equilibn o parcia e . ~ l de toda la tradició n contlne . al
la aspirina conquis taron incluso la imagina ción popular , a través de las
exposic iones internac ionales que se realizar on en las principa les ciudade
colosale s nómico . A diferenc ia de Walras, y
. •¡ •
:n generla
l eahsmo v a capaCI
"dad explicat iva de la teoría
nt '
s indus- Marsha ll tendía a pnv1 egiar e r l .· f . al de los resultad os. Fue por eso
triales del mundo y que gozaron de un enorme éxito de público , haciend - lógica y la e eganc1a 01 m
o sentir más que 1a coh erencia . l
su influenc ia en la literatur a, la pintura, la arquitec tura y la música. La
Belle Épo-
, l . l .ones entre 1os mercados , para centrars e en . as
por lo que ignoro -~ i~terre ac1a uno de los sectores product ivos. Sus princ1pa -
que fue una época de optimis mo y de grandes transfor macion es económ
icas, condici ones de equ1hb~ ~ ~e cad l nce tos de «industria}) y de «empre sa re-
aunque en el ámbito político estuvo marcad a por una serie de antiguo les instrum entos de anahs1s eran os e~ t p d empres as que produce
s y renova- n la misma
dos antagon ismos naciona les que, aliment ados por las nuevas y potente presenta tiva». Una industri a es un co~Jun o e empres a «media}) que
s armas reúne las
militare s fabricad as por la industri a modern a, llegaria n a explota r en ,
un conflict o mercanc ia,. una empres a represen tativa· es d
una
·
armado de proporc iones descono cidas hasta entonce s. Dicho conflict . ,
o supuso el caracter ísticas mas so b r esalient es de la .m ustna. d la existenc ia de numero sos v1ncu- ,
final de la Be/le Époque . Natural mente, Marsha ll era conscie nte ed , Walras por otra parte,
había
Las generac iones de estudios os margina listas que trabajar on entre
del siglo XIX y comien zos de la década de 1920 de nuestro siglo conquis
finales
taron las
d
los de inter epe~. encia
d
reconoc ido la uuhdad practic ad
.
:n . tre todos los merca os. '
el método del equilibr io parcial. El hecho es que
academ ias en casi todos los países occiden tales y contribu yeron a alzar
al nuevo
d .stas se dirigían a 1ectores d"stinto I
s· Marsha ll al hombre
. '
sistema teórico a una situació n de predom inio absoluto . En Gran Bretaña los dos ~ran. es econom 1 1 hombre de negocio s (por ello los aspecto s ma-
, Alfred común mtehgen te y, sobre t~~º-' a daron relegado s a apéndic es); Walras, a sus
Marsha ll (1842-1 924), la figura más relevan te del período , dio origen
a una au- temátic o-forma les de su anahs1s qule , l rato matemá tico de los Element os
téntica escuela de pensam iento con caracter ísticas peculiar es, pero d. sen genera (as1, e apa
también colegas y a 1os estu ioso. ocas) A este respecto , hay que sena _ ¡
Francis Ysidro Edgewo rth (1845-1 926), Philip Henry Wickste ed (1844-1 ar que
927) y Ar- era notable y sólo acce~1ble a u;os prb . . rcial al estudio de los mercad
thur Cecil Pigou (1877-1 959) realizar on contribu ciones de p1imer orden. os de
En Aus- Marsha ll aplicaba el metodo de equdI I fnotpa product ivos Para estos
tria, la rápida difusión del enfoque «austria co» fue obra de los entusias , últimos ,
tas segui- mercanc ias, no a 1 d e los mercad os l eb ac, oressistema de «equilib ·
rio
al
dores de Menger, Eugen von Bohm-B awerk (1852-1 914) y Friedric h ., , • al gener » en
von Wieser tamb1en e1 -a1 1gu que Walras l
- e a oro un
d t .. d
(1851-1 926). En Italia, Maffeo Pantale oni (1857-1 924), Enrico Barone
(1859- el que las interrel aciones entre os pro uc os y los factores de producc 10n esem-
1924) y, sobre todo, Vilfredo Parcto (1848-1 923) desarro llaron y popular
izaron peñan un papel esen~ial . , . el econom ista adecuad o en el momen to y el
las enseñan zas walrasia nas. En Suecia, Knut Wicksell (1851-1 926) y
Gustav Cas- Marsha ll es el eJemplo_ t1p1co _d d 1 . 1 XJX la Inglater ra ,~ctoria na
sel (1866-1 944) trataron de fusiona r la teotia austriac a con la de Walras, nave-
dando lugar adecuad os. En los ult1mos an?s. e s1g o , ' ·co se difundí a el
vida a una original escuela sueca. Finalme nte, las dos figuras predom y con optimis mo
inantes en gaba viento en popa; ' . el crec1m1 . d
ento econom i ,
. 1 El alario medio real aument ab a cons-
Estados Unidos fueron Irving Fisher(1 867-194 7) y John Bates Clark (1847-1
938), sobre el destino de la soCieda d in u~tn~ . l s semana laboral tendía
a quienes debemo s la difusión del sistema teórico neoclás ico en los a disminu ir
ambien tes tanteme nte, y, gracias al progres o tecnico, a
académ icos y en los círculos cultural es de aquel país.
Ciertam ente, no hay que infraval orar la existenc ia de diversas corrient lentame nte. b "d Marsha ll estudió teología , matemá ticas y
es de Típico intelect ual de Cam n ge,, ,, nos en la época en que en los
pensam iento y de distinta s escuela s naciona les, a menudo en agria polémic física, para llegar por fin a la econom ia mas o me
a unas
,
PA!\JOR M,1A DE l!JSTOR I..-\ DEL PE\JS4..r -...UHd O LA CO'\ST RLCCIÓ \; DF LA ORTOD OXIA \iEOCL ÁSICA 191
190 FCO\JÓ, \1TCO
i
192 PA.'.'.ORA.\1A DE HISTORIA DEL PE!\"SAM IE\ilü ECOr-.:Ó\11CO LA COl\:STRCCCIÓ'.'-J DE LA ORTODOX IA ~EOCLASI CA 193
. • d d d
Como ya hemos visto en el capítulo 5, es precisam ente este concepto de equili~ un cierto mvcl e eman a, e l m creado se halla en ddesequil ibrio si el precio de
b1io competit ivo el que rechazó ¼'airas. El sistema walrasia no parte de la hipóte- • •
demanda difiere d e l precrn · d f rta Una situación e d esequ1·¡·b · · d
1 no tien d
e a e-
eo e . ,
sis de que los agentes formulan sus planes y llernn a cabo sus decisione s toman- · , ·
sencaden ar ]a siguiente relac1on. S1 Pd > Ps, los vendedor es reaccion aran aumen-
d d ..
do los precios como dados. No así Marshall , cuya concepci ón de la compete ncia tando el volumen d e la o fert a, O bien mediante un aumento. e Ia pro ucc1on, . , 1
o
•
y del equilibri o es profunda mente distinta de la de ½'airas, aproxim ándose
más a bien mediante una re duccw · , n del nivel de las resen:as; y si p d < p ,, ocurnra
d · •
o
•
la de Cournot. t no De este mo d o, ¡a ex1·stencia de un desequili brio se tra uce en pnmer .
con ra . . ., d l s
En primer lugar, Marshall distingui ó netamen te entre comport amiento de lugar en una \'artacwn e a cantidad es , \'. sólo después - y d como consecue ncia
d h ¡¡·
mercado )' comport amiento normal. El primero se refiere a la cantidad de bienes de ésta en una vanacwn · · · d ]os precios En general, los ven e ores mars a ia-
~ . .
e · . d
t
comprad os y vendidos efectivam ente en un momento dado y a un determin ado nos prefenra n aumen ar sus beneficio s actuando sobre .
las cant1da es antes que
precio de mercado . El segundo, en cambio, refleja lo que cada uno de los agentes . ¡
sobre los precios, por a razon , obvia de que en situacrnn es cercanas a ¡a compe-
.. .
decide vender o comprar ({normalmente)), por unidad de tiempo, en un determi- . f ta uede resultar difícil modifica r los prec10s.
nado período. Las decisione s normales depende n del nivel ({normal» de los pre- tencia per _ec P d t. M rshall le llevó ine\itabl emente a un análisis de las
El metodo que a op o ª ..
cios de los bienes que el agente espera que predomi nen en el mercado en el perío- . . d 1 f rt . I movimie nto hacia el eqmhbn.o adm1tia . , vanacrnn
• ·
es
cond1c10nes e a?¡ e da.len eproductos, sino también de los factores, si éstos son
do de tiempo consider ado, Sabiendo por experien cia que el precio de mercado en en la oferta no so o e os
general difiere del precio normal, el agente basará sus decisione s cotidiana s -su- . ' , to de contacto con la economi, a ncar
. d.
iana, aunque
reproduo bles. He aEqu1 ufn ptunMarshall no aceptó la óptica de la productibilidad
poniendo que el día sea la unidad de tiempo conside rada- en la tendenci a de los sólo parcialm ente. n e ec o,
precios de mercado . Sin embargo , su objetivo último consiste en realizar sus pro- d d tar la teoria del valor ricardian a. Ad opto, una teona , b
as~ a
d
hasta el punto e a op d ciéndolo s -como Senior Y Stuart Mili- a trabaJo y
pias decisione s normales en el horizont e de tiempo consider ado.
en los coste~s real~s, perSo hre u ter consider ó la teoría del coste real de Marshall
La distancia entre el precio de mercado y el precio normal llevará al sujeto a «esperai> No en \-ano c umpe · ¡· · (
anticipar o a retardar la compra o la venta de un determin ado bien, pero no como «la· ramita . d ¡· . fr 'da a sus predeces ores
e o n-o o eci e as1cos» p. 1057) .
a
cambiar su idea de cuál debe ser el comport amiento normal: éste constituy e una
especie de punto de referenci a fijo. En efecto, hay que precisar que, para Marshall
,
los precios normales son valoracio nes subjetiva s de los precios que se prevé que 6.2.3. LA FILOSOFÍA SOCIAL DE MARSHAL L
tenderán a predomi nar en el mercado en un determin ado horizonte temporal futu-
ro; y es basándos e en estos precios esperado s como cada empresar io decide la di- En The Present Post·1wn ·
o
fEconom ics lección inaugura l del año académi co
'
mensión y el tipo de instalacio nes que adoptará . Marshall se mostró muy reticente ·, la tarea principa l de la economr,n como e ¡ ca·¡ cu ¡o
\885-188 6 Mars h a11 d e fi rno •¡ · d ·
' ¡¡ •
con respecto al mecanis mo de formació n y revisión de los precios normales , pero d lO s bene cios de ¡a 1rans formació n industria l v~ socia , temen o siempre pre-
negó que éstos pudieran obteners e de manera directa de los precios de mercado e d l •sma cantidad de dinero mide un mayor placer para e 1
sente el hecho el q~e a mi t nto como decir que el bienestar total aumenta si
observad os, como su media o la extrapola ción de su tendenci a pasada. Si hay un
pobre que parade lncd~' ~due des ªocia!» se modifica a favor de los pobres, hasta ni-
vínculo causal entre los precios de mercado y los precios normales , parece que va la distribuc ión e {( IVI en ° s
de los últimos a los primeros , y no al revés. • •d d
lar las utlh a es margma· ¡ 5 de todos los sujetos. Para Marshall, ¡a d e fensa d e
ve e . . . .. . ,
, .
En segundo lugar, existe una sensible diferenci a entre Walras y Marshall en 1 s políticas econom1 cas re d.is tributiva s procede del pnnc1p10 ut1htans ta segun
lo que se refiere a la definició n de compete ncia. En el concepto walrasian o, ªel cual el fin
. u.1timo
. d ¡ . .
t • ,. dad económi ca es la max1m1z
e a ac n l
. , d I b.
ac10n e 1enestar
el
agente en compete ncia perfecta es un price-taker: consider a los precios como da-
colectivo . I d M·¡¡
dos y sin posibilid ad de que su propio comport amiento influya en ellos. Para Como buen a umno e 1 , Marshall fue el iniciador ¡ .
dentro de la corriente
. ]'
Marshall , en cambio, un mercado perfectam ente competit ivo es aquel en el que d
eoclásica d e una ten encia · que trata de atemper ar el atssez. [arre con una po 1-
n . ente como Mill- 1 f
rechazó a tesis, de en 1 a por d.d
opera un número elevado de sujetos; cada uno de ellos tiene objetivos que están • d f rmas· v -prec1sa m
t1ca e re o . ' ~ ¡·b
en conflicto con los de los demás, y tratará de realizarlo s sin entrar en coalicio- 10 s más acérnmo s i recam b.1s tas de la época ' de que la única ,
vía de mejorar las
. E
condicio nes de ¡os po b res consistir ía en incentiva r el egmsmo
nes o bloques y sin poder ejercer una presión especial. La compete ncia «perfecta . .
)) de los neos. sta
d
· ¡ ]levó a incluir en su sistema e pensamie nto pnnci- . • ·
de Marshall no presupon e en absoluto que cada agente consider e el precio de los ostura de comprom iso e
p l .
¡ , n en abierto conflicto con a 1deologia spencena . •
bienes como dados, ni presupon e que las empresa s sean idénticas (aunque sí de- -
p ios -y normas que se ¡reve ana . . , d M
ben ser «parecida s»). En el sistema marshall iano, las pequeña s diferenci as entre a dominan te Y que e acarre arían no pocos sinsabore s. En la vis10n e ar-
las empresa s desempe ñan un papel equivale nte al de las variacion es genéticas en n ·¡ ' - . d ¡ de Walras- existe un vínc u! o inextrica bl e entre 1os
hall -a di erenc1a e a ' · •. h
la teoría danvinia na. s , .
'mbitos economi co, socia • ¡ , ultural una
Ye '
fuerte conex1on entre los ec hos de ]a
a . . .
• l , los de la esfera moral, conexión que implica importan tes, con-
Marshall distingui ó entre precio de demanda (pd), el precio máximo para el
que la demanda alcanza un nivel prefijado , y precio de oferta (ps), el precio míni- esfera ~atena l; d d ebir por eJ·emplo, la intervenc ión del Estado en la
secuenci as en e mo o e conc '
mo que induce a los vendedo res a ofrecer una cantidad igual a la prefijada . Dado economí a.
194 :TO ECO\i ÓMIC O . '\IFOC L-\SIC A 195
PAT\"OR.\MA DE HISTO RIA DEL PE\:SA _\HE:\ L\ CONS TRLC CJÓI\ DE LA ORTODOXIA
econ om1c a son notab les. El Estad o la natur aleza inter viene en la prod uc-
tiene el derec ho v-' el deber· de 1· n t en'en e a ~o itical
ir en e á b ·t o econ om1c , • ción de que, mien tras que la parte en la que
~ I o para regul ar los tos decre cient es, la parte corre spon -
meca nism os del merc ad , . .. .
últim a, prese nte ción mues tra una tende ncia a los rendi mien
en toda la obra mars hall~ a~:o n/gn las d~sto
rs1ones; tesis, esta a los rendi mien tos creci entes ; lo cual
dient e al homb re mues tra una tende ncia
o so~ter.nda( lf9ucrte y explí citam ente en Posibili- nuam ente para enco ntrar mane ras
dades sociales de la caballerosid~drecon a 07) Sus prop u t d e Intro . d . equiv ale a decir que el homb re lucha conti
. onuc uc1r ales. En térm inos teóri cos, esto im-
1
en e siste ma econ ómic o-po lítico de la socie dad i . ~s as nuev as de afloj ar o romp er los \IÍncu los natur
ngl_e sa meca rnsm os corre ctore s, estát ico, en el que los coste s aume ntan
como la coop eraci ón , la pa1•1· c,·p . . 1
ac1on en os benc f ICios, · ¡ b" • plica una clara distin ción entre un análi sis
e ar itraJe en mate ria ico, en el que los coste s camb ian en el
en funci ón del outp ut, y un análi sis dinám
l
salar ial v otras simil ares ' pare c1ero . zada s a los . d
. n muv avan OJOS e sus coetá neos . esfue rzo huma nos. Es preci same nte
l.
y tamb ién es verda d que se debe a M .h ll e que, ya desd e princ ipios de siglo , tiem po como cons ecue ncia del ingen io y del
ars a a admi tir la irrev ersib ilida d de la curv a
el danv inism o socia l empe zara a d ec¡·mar en Ingla terra ' aun que no ¡¡ egara a <lesa- por este cami no por el que Mars hall llegó
escal a, una vez alcan zada s medi ante el
parec er total ment e. de ofert a a largo plazo : las econ omía s de
te desap arece rían, aunq ue el outp ut
prog reso gene ral de la econ omía , difíc ilmen
ya había obse rvado Mars hall en The
del secto r decre ciera . Ello impli ca, como
sibili dad de move rse hacia adela n-
Pure Theory o(Do mest ic Values (1879 ), la impo
197
.\1lCO LA CO:s!ST RUCCIÓ l\i DE LA ORTOD OXIA ;',l:EOCLÁSTCA
196 PA.\iORA..MA DE IIISTOR JA DEL PEl\SAM IE:\J.TO EC0:"iÓ
al propor cional a sus
a su propu esta de dise- mismo modo: todos recibe n una cuota de la renta nacion
~e ~· hacia a_u·ás en la misma curva de oferta, lo que explic ad produ cida viene determ ina-
na1 de nue\ o la curva cada \'ez que «se introd uzcan grande
s econo mías adicio na- respec tivas produc tividad es margin ales. La cantid
de de factore s tecnol ógicos ,
irrever sibles de oferta da por la suma de los recurs os emple ados y depen
les))_- Por otra parte, es impor tante señala r que, con curvas s están determ inadas por las
entar el equilib rio a lar~ mientr as que las remun eracio nes de dichos factore
el aJuste usualm ente ~escri to en los manua les para repres de la estruc tura de los merca dos.
go plazo del sector deJa de tener sentid o. Marsh all debía
de ser consci ente de ello fuerza s de la oferta y la deman da, y depen den
distrib uida son dos magni tudes inde-
ió que «la teoría estáti~ Así pues, la renta produ cida y la renta
ya que en _I~ c~arta e~ició n ~e sus Pril:cipios (1898) escrib distint as, por lo que no hay ningu na razón
ca del eqmlib ~,o es solo una mtrodu cc1ón a los estudi os económ icos; v apena s re- pendie ntes, determ inadas según reglas
s. Por otra parte, desde el punto de vista ló-
so y el desarr ollo de ia:-s indust rias para espera r que sean siemp re iguale
presen ta una Introd ucción al estudi o del progre ión en la que la suma de las cuotas distrib u-
crecie ntes» (p. 461 ). Esta insis- gico resulta ría inacep table una situac
que .muest ran una tenden cia a los rendim ientos el prime r caso, despué s
como agente s de progre so consti tuve tivas fuera inferio r o superi or a la unidad . En efecto, en
tencia en .el desarr oUo y en la compe tencia al, queda ría un residu o
de Marsh all, rasgo que -sin emba rgo- ~o de haber pagad o cada recurs o según su produ cto margin
u~ ra~~o im~o1 ;ante del pe~sa miento distrib uir; en el segund o, en cambi o, parece ría que los
nado como estaba por la exigen cia de confer ir rigor que no se sabría a quién
asum1 0 su d1sc1pulo, obsesw r una retribu ción pro-
formal a la obra del maestr o. recurs os aplica dos no produ cirían lo suficie nte para obtene
la cohere ncia lógica de
Marsh all, acabó tradu- porcio nal a su produc tividad margin al. En ambos casos,
. Así Pig~~' _en su papel de intérp rete autori zado de que uno estuvi era dis-
plazo al ~engua je de la compe tencia estátic a, y así pasa- la teoría se veria inevita bleme nte compr ometid a, a menos
c~end_o el anahs1 s a largo ar alguna s retribu cio-
más acredi tados. En el puesto a introd ucir un princi pio no margin alista para explic
ra mas tar~e a los manua les de microe conom ía, aun a los cto se «agota )) en las cuotas
entativ a marsh allia- nes. De ahí la necesi dad de demos trar que el produ
curso de dicha traduc ción, Pigou redefin ió la empre sa repres
rio, e identif icó el equi- corres pondie ntes a los factore s.
~a ~orno una ei:i-ipresa en busca de una posici ón de equilib factore s de produc -
titivo. Más aún: tam- Supon gamos , para simpli ficar, que haya únicam ente dos
h~no :11arsh~lli~~o con el equilib rio perfec tamen te compe r s unitar ios a los que éstos se
de la empre sa con el ción: trabaj o y capita l. Indica ndo con w y los precio
b1en h1z~ ~omc1dir la posici ón de equilib rio a largo plazo y con L y K las cantid ades emple adas, el
coste medio a largo plazo; adquie ren en los respec tivos merca dos,
punto mm1m o de la célebr e curva en forma de «U» del p Y = wL + rK, donde Y es el volum en del
ientes se redujo a una mera proble ma consis te en demos trar que
con e_l~o, todo el proble ma de los rendim ientos decrec ías hay de que la determ inació n de los pr~-
mento centra l del análisi s produc to, y p su precio . ¿Qué garant
cuest1~~ de econ~ ~í~s extern as. Situan do como instru regla de la produ ctivid ad margin al resulte compa ti-
finalm ente a defini r la indust ria cios de los factore s según la
la noc10n de eqmh bno de empre sa, Pigou pasó y el de la renta nacion al?
estátic o. De este modo, se dejaba n ble con la iguald ad entre el valor del produ cto nacion al
como una colecc ión _d~ empre sas en equilib rio de recurs os emple ados
so marsh alliano : las que tratab an de La cantid ad produc ida, Y, resulta determ inada por el total
d~ l~d~ las partes mas intere santes del discur a los factore s se de-
un enemi go de Marsh all, sino de un «mars ha- según la funció n de produ cción Y= f (K, L); las retribu ciones
d~nam1ca. Todo esto_ no fue obra de = p Y L y r = p YK, donde
lhano leal, aunqu e sin fe», según la feliz expres ión de Rober tson. termin an según la regla margin a1ista que estable ce que 1.v
Y = dY / dL es el valor de la produc tividad margin al
del trabajo , e YK = dY I dK, el
cida y la distrib uida son,
d~ la produc tividad margin al del capita l. La renta produ
as; así, no hay ningun a ra-
6.2.5. WICKS TEED Y «EL AGOTAMIE.r-.;:TQ DEL PRODL 'CTO» por tanto, magni tudes determ inadas por reglas distint
zón necesa ria para espera r que siemp re coinci dan.
la siguie nte maner a:
-más que a The El proble ma admite soluci ón si podem os expres ar Y de
El nombr e de Wicks teed está indiso lublem ente ligado lican~ o los dos té~i~ ~s de 1~
ambic iosa~ a An Essay Y= YL L + YK K. Efecti vamen te, en este caso, multip
Comm on Seme of Po/itica/ Econo my ( 191 O), su obra más Ahora bien, una cond1c10n sufi-
en esta obra en la que ecuaci ón por p se obtien e: pY = pYLL + pYKK.
on the Coord m~twn of the Laws of Distrib ution (1894) . Es L + Y K K es que la funció n de pro-
pto de funció n de pro- ciente (aunqu e no necesa ria) para que Y= YL
halla_~os la pnmer a defini ción explíc ita del célebr e conce es decir, que manifi este rendim ientos
lación explíc ita del «pro- ducció n sea homog énea de prime r grado,
ducc10n. En ella se encue ntra tambié n la prime ra formu se puede aplica r el famos o teorem a de
blema ~el agotam ie~to del produc to». Ya hemos señala do que debem os a Menge r consta ntes de escala . En tales condic iones,
ón para salvar el rigor formal de la teoría res-
utivas en términ os de produc tivi- Euler. Pero es obvio que esta soluci
el proyec~o de explic ar todas las cuotas distrib de aplica bilidad . Sin embar go, Wicks teed no era
el sistem a teórico menge riano, en su tringe excesi vamen te su ámbit o
~ad margm al, ?ero record emos tambié n que bilidad de la hipó-
e~~ca, no hallo eco en Inglate rra. Es cierto que en la prime ra edició n de los Prin- de esta opinió n; antes bien, estaba tan conve ncido de la plausi
fue el consta ntes de escala que ni siquie ra trató de justifi carla.
ClJJ_Ws de Marsh all se encue ntran ya indicio s del proble ma, pero Wicks teed tesis de los rendim ientos
de Wicks teed lo que Pa-
Algun os años despué s, Y será precis ament e la valide z empír ica de la conclu sión
pnme ro en tratar la cuest~ón de maner a sistem ática. tanto porqu e existe n
Clark, Baron e ~ otros volver an a aborda rla; más adelan te hablar emos de ellos. reto critica rá en 1897: la teoría no tiene valide z univer sal,
o decrec ientes de es-
distint as para casos de proces os produc tivos con rendim ientos crecie ntes
.Al contr~ no que en el siste~ a .rica_rdiano, que recurr e a teorias por presen tar propo r-
cuota~ ~1stnb utivas, el pensam iento margi nalista parte de cala como porqu e los proces os a menud o se caract erizan
explic ar las. diferen tes a que no es posibl e defini r sus
s se consid eran del ciones fijas en el emple o de los factore s, de maner
una sola ley, la de la produ ct1nda d margin al. Todos los factore
198 PA~ORAMA DE HISTORIA DEL PEKSA ,\HE.'HO ECO;\Ó
MICO LA COl\tSTRlTCIÓ-.,¡: DE LA ORTOD OXIA ~EOCLÁSTCA 199
produc tividad es margin ales. Obsén ·ese que este tipo de
crítica no socava la es- d d dmira ción probab lemen te ello se
tructu ra lógica de la teoría, sino únicam ente su valide Si hoy Edgew orth es recor ad o co]nb a En e'sta 'tras haber definid o a los
z empíri ca. En cualqu ier d 1 da parte e su i ro.
caso, y aparte de su mayor o menor realismo, la solución de deba sobre to,º.ª a segun ,
\Vicksteed no era sa- vidos or el self-interest, se expon e la famos a teoria
tisfact oria, puesto que era incom pleta; supon ía un hecho agente s econom 1cos como mo p 1 1 roceso de interc ambio como una se-
que en realida d estaba
por demos trar: que las leyes del merca do permi ten pagar de la negociación, en la que se ':ºn_temp a e p, 1 interru mpe en el mome nto en
los factore s según su
produc tividad margin al, es decir, que w = pYL y r = pYK· rie de negoc iacion es y re_negociac1ones qt~~a~ºo: ;:ra revisa
¿Qué estruc tura deberí an r los acuerd os que se
tener los merca dos para asegu rar este resulta do? Habrá el que los indivi duos deJan de estar mol\ . 1 . o en
Wicks elt y luego a Robin son, para m·anz ar de maner a
compl eta del problema.
que espera r prime ro a
decisiv a hacia la soluci ón han tomad o. A difere ncia del ~ª~•n.~;:1~-~
bastad or)) -com ~ e~t~ supram (In~ o¿iaci ón edge\\ ·orthia
el que la acción del «su-
:~:/~s ;;;fí¡i co- es la que coordi na las
na son los propio s in-
decisio nes de los mdiv1 duos, e~ a g t de alcanz ar una
posici ón óptima , aca-
dividu os quiene s, tratan do fat~f~s~m~n, e o fácilm ente
se puede intuir, el análisi s
6.2.6. EDGEW ORTH Y LA NEGOCIACJÓ>-; ban llevan do el sistem a al e~u1 I no. oml texto walras
h' . iano. En particu lar, la
es mue 1s1mo m ás compl eJo que .. b .
en e con
. 1 , aquí más delicad a. Ya Edgev,:ort h
Edge\v orth es una figura singul ar en el panor ama teórico cuesti ón de la unicid ad del eqmh nodse \Ue \ e una econo
de estos años. Gra- . mía de interca mbio con
cias a sus excepc ionale s dotes analíti cas y a una forma ción se d10 cuenta de e llo , v- había mostr a o que en
matem ática netam en- . d" "d . . .. l e iste un contin uum -la ce-¡e bre
te superi or al estánd ar de su época, sin duda ha sido uno dos 1n 1v1 uos, dadas las dotac1 0nes 1mc1a es, x b".
res)) de la econo metría , entend ida en su sentid o origin al
de los «padre s fundad o- t atos» de puntos p are1o-o'ptimo s alcanz ables. Observ ó tam 1en
«curva d e con r - al l
aumen ar e nu, mero de agente s econó micos , pero
de aplica ción sistem ática . h t
del instru mento matem ático al ámbit o del análisi s econó
mico. En este aspect o que d ic a curva se reduce d 1 . .
tuvo una funció n profét ica en la histori a de la discip lina, tam b ién que, en g eneral ' no pue e conc wrse n ada defini do de su compo rtam1edn-
conve rtiría en línea de invest igació n incues tionab le en la
anticip ando la que se . , . ando cambi.a e I numer ,
o e
d agente s. Los contem poráne os e
época más recien te. to as1nto tico cu . . bsolut o la impor tancia de su teoría de 1a negocr.n-
Su principal obra, Mathematical Psychics (1881), es un breve
pocas página s afront a, con sorpre ndente profun didad, alguno
volum en que en Edgew orth no perc1b1eron :;1
ción, la cual. en efecto , era emasi a
a . do avanz ada para su época, inclus o para inte-
o . . . ., l del 1<marginalismo)) y de
su~us o ~~e el comp miam iento huma no está 'b• nent~ do a la max1m 1zac1o n de la do. Ya en su época se le consi derab a el princi pal apósto
satisf accion indi\'i dual - v que se p d d · Knies en Heide lberg, Clark ha-
ue e escn ,
ir media nte la
.
· ·
ma.x1m1zac1ón vincu- la teoría de la produ ctivid ad margi nal. Alum no de
1a d a d e una funció n de utilid d d 1 e mism..o , prop uso a gunas pos1'bl es es-
¡ ica alema na. Tanto el métod o
'fi . a , e a, que h
1 bía tenido una gran influe ncia de la escue la histór
pec1 cac1ones. En su anális is · Ed ge\\•O rt se rem1t10 - má s- que a ¡a econ omía - tes en su prime ra obra, The
. como el espíri tu de dicha escue la se hicier on paten
a ¡ tra b ªJº de fisio-p sicólo gos c orno F ec h ner v Helm h lt S. b
Philosophy of' Wealth (1886), que contie ne un decid
ido ~aun que respe tuoso --
d d . o z. laIn em argo, el proble -
ma que más le intere só fue el de la pos1'b'J·d· 1 1 a e mfen r . . .,
so- ataqu e a las premi sas de la teoría clásic a. El sistem
a ricard iano se descri be aquí
. /d I . d' 'd ua Ies una v meJor as1gna c10n
cza e. . os recurs os de las prefer en c1as . .m , . se propo ne la interv enció n
1v1
ez que estas se hubie ran como «la apote osis del egoísmo)), y como altern ativa
espec ificad o. y supus o no sólo que l tTd d rable en sentid o car- públic a para reduc ir el poder econó mico de los indus
triales , para llevar a cabo la
dinal, sino tambi én que no es necesaano ~ l I a result a mensu al d . y el confli cto por la coope ra-
. .
recur
I
rir a
una ese a e medid a con un justic ia distrib utiva, para sustit uir la comp etenc ia
ongen arbitr ario como ocurr e -por eJemp C h bajo el contro l del princi pio
, u
o- con la te
mp~ra ~ura. o erente - ción y, en gener al, para coloc ar el proce so econó mico
mente con sus premi sas, Edge\ vorth concl 'Ó
to, no hay razón para considerar que, en general, la productivida d marginal del . . ~ r eneral ,. permanente que es el capital, es
tación específica y trans1tona del facto dg 1·1· mpo Además Clark incluía la
trabajo deba igualar al salario de subsistencia . l h mula os en e 1e • ,
decir, el fondo de os a orros acu . ., .entada a eliminar ab ovo todos los
En segundo lugar, la aplicación de una regla general como la de la producti-
tierra en el stoc~ de capitaL u~ah d~c~10:no:1 stado estacionario el fondo de capi-
vidad parece satisfacer dos principios generales: el principio de eficiencia, dado problemas de Ricardo y de Ma t usd. n ·¡ 1 n ]os que éste se manifiesta pueden
que se excluye la posibilidad de que los recursos improductiv os puedan tomar
tal es constante, aunque los bienes .
e cap1 a e
. . l trabajo que pennanece homoge- ,
parte en la producción de la renta )' puedan seguir siendo producidos, y el princi- variar. Desde esta óptica, el capital se as1m1 1ª_ a I d 1~ fuerza de trabajo. De es-
pio de equidad, desde el momento en que parece éticamente legítimo que cada . . . di\'iduos entran\. sa en e
neo mientras ¡os d istmtos m di
uno reciba en función de lo que ha contribuido a producir. En otras palabras: . utput tarob:, 1en o
h moge'neo producido en con -
,
tos dos factores se o b tiene un o , E competencia perfecta, las pro-
cada clase obtiene, por «ley natural», el equivalente de su contribución a la pro- . • t de escala constantes. n
cienes de ren d im1en os d d n de sus respectivas o f ertas,
ducción, En tal contexto, incluso la propia noción de explotación pierde todo sig- ductividades marginales de los factores, que epen e
nificado.
determinan los salarios y e~ ~nteré~. ra distinguir entre variaciones del trabajo
C na tercera e importante consecuenci a es que el estudio de la distribución Clark halló grandes dificulta es pa . .ones del trabajo relativas al
funcional de la renta acaba coincidiend o con el estudio de la estructura de los . de capital existentes v vanaci I .
relativas a 1os b 1enes ·1
mercados de los factores, desde el momento en que es en estos mercados donde . al LI mó rentas a os ren d'1m1en - . tos de los bienes de capita exis-
se determinan los precios de los factores y se establecen las cantidades que de di-
stock de {(capit )}. a .
. tierra) v ahnno, que en equ1Tbrio éstas igualarian a l 1n-
.
tentes (incluí d a la propia 1 , l
d. . d, ¡ capi'tal»· aquí el equilibrio imp i-
chos factores se intercambia n. Así, desde el punto de vista marginalista el proble- d f -·da margina 1 e « ,
terés, es decir, a 1a pro uc n l d 1 . ión de los bienes de capital a las
ma de 1a distribución se convierte en el de la elaboración de una teoría de la ofer-
ca que se h a a Icanza d o el a1·uste e a compos1c. n a las quasi-rentas de Mars h a 11 •
ta y la demanda de los factores, totalmente simétrica de la teoría de la oferta y la . d f Dichas rentas se asemeJa
exigencias pro uc ivas. . . d 1 renta de la tierra; pero Clark ignoro, e1 h e-
demanda de las mercancías, que permita demostrar la siguiente proposición: el Deberían ser, por tanto, d1~t1ntas ~. a, no uede a ·ustarse a la demanda como la
funcionamie nto de los mercados de los factores hace que los intercambio s volun-
cho de que la oferta ~e la t1_erra es fIJa ~l r:rese:n.'¿ el término «beneficios» para
tarios entre individuos racionales y virtualmente iguales conduzcan a una estruc- de los bienes de capital. Fmalmente, d ª1a dinámica a corto plazo.
tura distributiva eficiente y mutuamente beneficiosa. los excedentes temporales que surgen e
The Distribution of lVealth se inspiraba en un proyecto ambicioso: integrar
en un único sistema teórico consumo y producción, capital y trabajo, interés, sa-
lario y renta de la tieITa, productivida d marginal y utilidad marginal. Sin embar- lÓN IN:TERTEI\'lPORAL y TEORÍA CCANTlTATIVA DEL DINERO
6.3.2. fISHER: ELE Cc '
go, Clark limitó sus ambiciones al análisis de los estados estacionario s, dejando a
otros la tarea de ocuparse de la dinámica. b fue objeto de gran admiración, Fisher
Aunque después d~ su mu~rte su ~ ra firmado la predicción de Schumpe-
El modelo agregado de Clark sería recuperado en la década de 1950 por fue muy criticado en v1da. El ~1em~odo;e :~turos considerará n a Fisher co~o el
Sv.mn y por Solo\v en dos contribucion es que marcaron el inicio de la generación ter «probablem ente algunos h1stona . ue ha habido hasta el día de
de los modelos neoclásicos de crecimiento . Se trataba de modelos que sustituían · . t ·entífico norteameric ano q
más grande econom1~ ~ ~1 , . El ro io Schumpeter dio dos ra-
el estado estacionario de Clark por vías de crecimiento sostenido, pero cuyo obje- hov» (Historia del analtszs econom~co, p. 872). F'phepr se hizo portavoz de varias
tivo principal ya no era la distribución de la renta basada en la productivida d v • L pnmera es que 1s
•,
zones para esta apreciac1on. a ºd . d I eugenesia acérrimo defensor del
marginal, ni la justifi :ación ética del principio marginalista . Sin embargo, fue . , micas· fue part1 ano e a '
instancias no econo . . . , . l'f a La segunda razón es que su ex-
precisament e la referencia a esta teoría la que hizo estallar -en la década de prohibicioni smo y escntor versal!] en p~ l ic .(Gibbs el gran físico de la termo•
1960- la gran controversia entre las dos Cambridges de la que hablaremos en el . . • ·ento de las matematlca s ,
traord1nano conoc1m1 ) 1 11 . , formular aplicaciones a la econo-
capítulo 11. . fu de sus mentores e e\.o a ,
dinámica, e uno . fu ejemplo el inventor de los numeros
El enfoque de Clark no es walrasiano, sino de tipo agregado; y se basa en la mía avanzadas para su época. F1sher , e, por b' fue un mal intérprete de los
suposición de que tanto el interés como el salario tienden a la uniformidad entre .
índice y un pionero d e la econometna . En cam 10,
atastrófico especulador en la b o1sa.
los diversos sectores productivos. La competencia y la movilidad de los factores hechos económicos y, entre_ ot:a~. cosas, un c las cotizaciones habían alcanzado
deberían garantizar este resultado, pero en el equilibrio descrito por Clark se tra-
En el otoño d~ 1929 d;c!a;~:;.\ ~cs::~::: ;;::ste presupuesto perdió, además de
ta de una «movilidad sin movimiento)>. Para sus propósitos, Clark necesitaba que
su nivel de_ ~ax1ma es a i 1 . ~ casi todo su patrimonio familiar. .
el factor «capital» fuese homogéneo y maleable, de manera que fuera posible cal- su reputac1on como econom1st , F her se interesó por el mismo conJun-
cular su productivida d marginal específica independien temente de las diversas En el transcurso de toda su carr~:~k.1sS in embargo, su manera de afrontar-
formas técnicas asumidas por los medios de producción en las distintas distribu- to de problemas que preocuparon a do por la búsqueda de un funda·
ciones y en el transcurso del tiempo. No hay que confundir este «capital» con los . . F' h estaba menos preocupa .. d
bienes de capital, los cuales -por el contrario-- difieren totalmente de unas in-
los fue d1stmta: is er , 1 . r d d las hipótesis v la correcc10n e
mento ético del mercado y mas por a va 1 ez e ~
dustrias a otras y de un período a otro. Para Clark, éstos constituirían la manifes- los razonamient os.
\SJCA 205
204 ECONÓ MICO LA CO~ST RUCCI Ót\ DE LA ORTODOXIA '\iEOCL
PA-"OR,\MA DE HISTO RIA DEL PEKSAMIE-"J:TO
Ba\~·erk como al enemi go intelec tual que había que comba .· boles etc Según la célebr e termi-
sentab a la econo mía burgue sa.
tir: era él quien repre- miento del vino, e l crcc1m . . ~nto Y ta 1a d e 1os ar
1c . ·__ . , .
oral del proces o produc tiYo consi dera da
no}ogí a de R. Frisch , la estruc tui a temp . .
En efecto, Bühm -Bawe rk alcanz ó la fama no sólo por su H brá que espera r a
sino tambié n por su ataque fronta l a la teoiia marxi
teoría del interés , por Bohm -Bawe rk es del tipo co11tinuousdznpli9ll7-¡3Joll~t
.
~l{{~~~;. a ~na forma lizació n
1896 (el Libro III de El capital se había public ado dos
ana del valor-t rabajo . En J. Hicks y a su ensayo Capita .
l and n111e, e
..
, par
~ d . d l model o contin uous znput-
~ . .
años antes) el econo mista riguro sa del caso del capita l fiJo, es ec1r, e conn-
\-ienés dio a la impre nta La conclu sión del sistem a de Marx,
un ensayo en el que m:ous output .
preten día estigm ati;.,ar la «gran contra dicció n» de la obra . .. en el análisi s de las decisio nes
marxia na: la contra dic- Una vez introd ucida la d1mens1on tempkor[a 1
ción entre la teoria del \'alar-t rabajo y la teoiia de los
precio s de produc ción. Po- de consu mo y d e pio . d . ·, Bóhm -Bawe r a irma que resulta ·
posibl e explic ar
lemist a de talento , y al mismo tiempo hombr e de consid ucc10n , , . .. esto que la .
erable experi encia prácti- . produ cción requie re
ca (fue tres veces minist ro de Econo mía del gobier no el fenom cno de 1 m . t ·és en estos tennm os. pu
ei . . , .. ~nte los bienes presen tes a 1os
austria co), Bóhm -Bawe rk tiempo y puesto que e1 suJe . · to prefier e s1stem ancam e
dio origen a aquell a tensió n entre los estudi osos marxis ., tilizan capita l deben genera r un pro-
tas y los econo mistas neo- futuro s, ¡os proces·os de produc
clásico s que más tarde, en el períod o de entreg uerras , . c10n , que . u ~ en los períod os anterio .
res, h ayan .
hallará eco en el debate so- dueto que perm1 a pag •t ar un mteres a qmenc s,
bre la posibi lidad del cálcul o econó mico en una econo . · . d" s· embar go el desesp era o m- d .
centra lista (véase el aparta do 8.5).
mía planif icada de maner a inverti. do en los proces.os produc ll\'OS . m irectos . m
l . ,
• de demos trar la pos1t1v1 a .. 'd d d 1
tento de adapta r la teoría del caplta1 a a ex1genc1dª·r·cultades e
Bühm -Bawe rk se propo nía ampli ar la teoría menge riana , ., bl d alguna s graves 1 1 de las que Bóhm- Ba-
del valor subjet ivo tipo de interes es respon sa
a la teoria del capita l v del interés . Tras haber public ado, ,
e e h ~ - l d Van Havek en La leona ,
pura
en 1884, Geschichte und \Verk no logro nunca liberar se . Como a sena a o - , d 1
Kritik der Kapitalzinstheon·e, en 1889 dio a la impre nta la d 1 , d I capita l en apoyo de la teona e
que sería su obra princi- del capita 1 ( 1941 ): «e1 tratam iento e adteona Ie d _ rrollo ' -
pal, Positive Theorie des Kapitales. Ambas obras consti .d f t [ ] sobre todo porqu e
tuyen las dos partes de un interés , ha tem o e ec os desafo rtuna os en e esa ... d 1
tratad o titulad o Kapita l und Kapital::.ins, al que se debe
el éxito de la escuel a aus- . . l interés por
¡ , los salario s v las rentas e a
los intento s d e exp licai e ana ogia con . .,
triaca a finales del siglo pasado y comie nzos del actual . · '. . d
La obra será objeto poste- . d
tierra, como e 1 precio e los serv1c1 0s de un elerm1•nado "facto r" de produc,c10n
riorme nte de \'alora ciones bastan tes dispar es. Por una .d
parte, los neo-b6 hm-ba - .
casi siemp h
re an 11 e,,a , do a cons1 erar e 1 cap1·t a l como una sustan cia homog .
enea,
werkia nos de las décad as de 1960 y 1970, encab ezado " d d 1 (p ") Se trata de una 1mpor -
s por P. Bernh olz y M. Fa- cuva "canti dad pue e cons1 e ·d rarse como un a o» · __, ·
ber, tratará n de supera r los límites señala dos por el trabaj - , . iales del gran debate sobre la
o origin ario del maes- ..
tante propos 1c10n, , que anticip a los termm os esenc
tro. Por otra, habrá econo mistas , como L. Lachm ann,
que -ampa rándo se en la teoría del capita l de la década de 1960.
opinió n de Menge r (según la descri be Schum peter) -
juzgar án la teoría del capi-
tal de Bühm -Bawe rk como «uno de los ma:vor es errore
s jamás comet idos». En
cualqu ier caso, el propio Bühm -Bawe rk consid eraba su
teoría del capita l y del in- 6.4.2.
LA ESCUEL A ACSTRI ACA CONFL CYE El\ EL MA!SST
RE.4M
terés como una simple extens ión de la teoría del valor subjet
ivo de Menge r.
La contri bución especí fica de Bóhm -Bawe rk reside en , . . onfluv ó en el nzainstream del sistem a
la idea de que la ca- El plante amien to teonco austna co c p
racteri stica fundam ental de toda activid ad produc tiva - . terrum pir el curso de nues•
en la que se utiliza capita l , d
neoclá sico en las d eca as d e 1920 ·v 1930. ara no m
-enten dido éste como el conjun to de los medio s de produ ., . . . en este aparta do hablar emos
consis te en ,incul ar entre sí los aconte cimien tos en
cción reprod ucible s- tra narrac 10n, y aun a cos t a de alguna sfl repet1c 10nes,
. 1N 0 obstan te en los capítu los 7 y 8'
secuen cias tempo rales. En del modo en que tuvo l ugar dicha con uencia
este caso, son las relacio nes de compl ement arieda d, más 1 . '
dedica dos a los <(años de la alta teo~a)>' vo verem os. a consid erar con mavor eta-
d
que las de sustitu ibili-
dad, las que disting uen el conjun to de las transf ormac iones ~
tecnol ógicam ente po- lle gran parte d e las, cuesti ones aqm tratada s.
sibles. Hay que contem plar el tiempo como una sucesi d. 1 1 noram a de la teoría econom , .
ón irrever sible de mome n• , d l · era guerra mun ia e pa 1ca
tos, de maner a que el estado de la estruc tura produ ctiva Despu es e a pnm ~ 1 d l palest ra nuevas d
en un mome nto dado de- ., d. lmente sa tan o a a genera ciones e es-
pende no sólo de los aconte cimien tos pasado s, sino austria ca cam b io r~ ic~ . n 'Havek Gottfr ied Haberl er, Fritz Machl up, Os_k ar
tambié n de las secuen cias tu.dios os, como Fnedn ch ~~
tempo rales en las que dichos aconte cimien tos se han materi da 'v Hans Ma,·er. En el transc urso de las deca-
alizad o. En otras pa- Morge nstern , Paul Rosen ste1n- Ro _n_.
labras , el capita l interv endría en la produ cción como , ~rrolla ron en el seno de tres gru-
cunid o desde la introd ucción , en distint os mome ntos,
duraci ón del tiempo trans- das de 1920 y 1930, los debate s teor1c~s se ~~s rimero
de factore s origin arios encab ezado por el mate-
--com o el trabaj o y la tierra - hasta la obtenc ión de un pos de estudi osos, a veces superp ome~ osee. 1 p p~ba de las aplica ciones de
outpu t final. Sin embar - mático Karl Menge r, h..IJO del econo mista Iar' se ocu
go, a B6hm- Bmver k, como a todos los econo mistas austria , . , 1 8 donde tratare mos de las
ración , se le escapó el hecho de que el tiempo intenr iene
cos de la prime ra gene- las matem attcas ,. ha bl arem os de ello .
en e capnu o '
b I . 1
en la produ cción tam- .
contri bucion es d e a Igunos de sus m1em ros a pro blema de la existen cia de so d"u-
bién de otra maner a: como duraci ón del inten'a lo en .. . 1 D los otros dos grupos , uno estaba i•
el que la «máqu ina» cede dones en e1 m od eIo d e eqmhb no genera . e
sus sen·ici os. En efecto , en el conce pto austria co el capita
l casi siemp re es capita l . . , , .· I
b 'mcula do a a unl\·er . . •d d La princi pal contn"b ucion ·,
ngido por Ma~er \ ~~tad a 1' eoría del equilib s1 a . .
circula nte. No hay lugar aquí para el capita l fijo, lo cual rio, que consid eraba mcapa z de ex-
explic a por qué los ejem• de Maver fue su cntica e a t
plos prefer idos son los que se refiere n a proces os produc
tivos como el enveje ci- plicar -la secuen cia de las accion es que con d ucen a los precio s del merca do. Para
.
208
PA\iORAMA DE HISTORIA DEL PEI\SAMIE \/TO ECO:\:Ó,\.1JCO L\ CONSTRLCCIÓ:-... DE LA ORTODOXIA '\iEOCLASICA 209
El Essay no tuvo un éxito inmediat o, a juzgar por el ataque frontal que Souter
le individuo s so o se pue . . d·viduos En tercer lugar, el coste de oportunt -
año si- de los propios m I. . 1 que expresan la más impor-
dedicó en una reseña publicad a en el Quarterly Jounwl of Economi cs del vas
cias v expectati .
~ . íl . en las dec1s10nes son os ·
emplean recursos producti vos
.
guiente, donde le acusaba de haberse distancia do de la tradición del pensami ento dad: los costes que m uyen . . do se
- dasl cud~n . , temporal de la actividad , ftanto
marshall iano: «es un sucinto y estimabl e resumen de las principal es afirmacio tante de las alternativ as sacnf1ca
. d f Por último a tmenston
Robbins como miembro de de la ue se derivan la noción de pre eren-
nes de la escuela austriaca ; es el credo del profesor
dicha escuela» (p. 377).
para un determin a o m.
del consumo como de la producc
cia temporal y la hipótesis de la mayor pro uct1,1 a
. ~n•
w ' ¿ .. d d de los métodos de produc-
La llegada de Von Hayek a Londres contribu yó también a difundir la teoría
austriaca del ciclo económi co, una teoría que Von Mises había esbozado ya en ción indirecto s. b t d de Von Havek, Lachman nb Y
t riores a cargo so re o o -
1912. La fase ascenden te del ciclo se atribuía a distribuc iones intertem porales Los avances P?S e ' de ideas típicame nte austriaca s no esta a
elen:o d I t n el capítulo 11, al referimo s a
erróneas provocad as por tipos de interés «demasia do bajos». El error estaría en Kirzner, demostra ran que este
completo . Volverem os sobre ello mas ~ e an e, e
el hecho de que las empresa s inician procesos producti vos que implican la exis- las aportacio nes de la escuela neo-aust riaca.
tencia de un cierto deseo de los consumi dores de pospone r el consumo , mientras
que en realidad esto resulta incompa tible con el «verdade ro» pattern de sus prefe-
rencias temporal es. El consecue nte abandon o o truncam iento de los procesos ya 6.4.3. WICKSEL L y EL r-.:ACli\HENTO DE LA ESCLELA SCECA
iniciados provocar ía la fase descende nte del ciclo. Se hallan presente s aquí, por
una parte, el modo típicame nte bühm-bav,,rerkiano de represen tar el proceso pro- . Entre sus ras-
1 Marshall de Escandin avia.contribu
t'd d de reconoce r las ciones
ductivo y, por la otra, la teoría wickselli ana sobre la relación entre tipo de interés g
WickselJ es, en muchos sent1dlos,
. t·
he
s e hallan a ones 1 al ¡· .t s de su propio ana, 1s1s, . . ¡
a
real y tipo bancario , de la que hablarem os en el próximo apartado . os más caracten s 1col hs mildad de aceptar os im 1 e 1
. d bºd . , la extraord inaria agudeza de
Los primeros años de la década de 1930 constituy eron el período de máxima de los otros autores, a u .
inteligen cia de evitar generaliz ac10nes m e I as :\' .
...
210 AM1P·T o Eco .. ÁSICA 211
PA-'íORA\1A DE HISTO RIA DEL PE'.'JS
. . - " .\iOMTCO LA co:,..¡sT RUCCI ÓJ\ DE LA ORTOD OXU \IEOCL
antici par ideas poster iores · s·m em bargo a d., . ades físicas de los distin tos
. . 1 erenc ia de Marsh all, \Vicksell no to de los cambi os, expre sados en valor, en las cantid
fu e obJeto de grand es recono c,·m.1en t os en' vida · - .
h 1 , . . - . , m s1qme ra en su propi o país · y biene s de capita l. Su suma es:
asta a decad a de 1930 ' en qu e -por m1ciat 1va de K h .
¡ · ¡·
~on a ~ng es_Geldzins und Gueterpreise (1898 ) V los
uber dze Natwn aloek onom ie (1901 v 1906)
.ª . n; Key-· nes- se traduj e-
.. - dos \_olum enes de Vorlesungen
dVk = i dp, K I + ip dK,
i =1
1
dr
1= 1 dr
-y, sobre todo, el pensa mien to- d_ w· k º17 empe zana a conoc erse el nomb re
dr
un círcul o de econo mista s que las cantid ades físicas .
cada. vez sería más ampli o, hasta ef uI~t;ed en En esenc ia, al variar ,. camb ian tanto los precio s como
7i . p e que, en el period o que separ a el 1 ), el efecto \Vicksell real seria
Treat,se on Monev (1930 ) de l Ahora bien, si hubie ra un solo bien de capita l (n ==
ban neowi cksell i;nos. a eona general (1936 ) de Ke!'ne s, todos se declar a- habitu al interp retaci ón de que la in-
siemp re negati vo, a lo que se podri a dar la
. nta al dismi nuir el interé s. Pero
Con Ueber Wert, Kapital und Rente (1893 ) 1 sueco realiz ó tensif icació n capita lista de las técnic as aume
1· d d ' e gran econo mista l 1), los dos efecto s Wicks ell puede n
un notab le trabaj o de síntes is • Pa r 1en o e la t , d l cuand o existe n divers os biene s de capita (n >
. . eona e valor.. :v de la utilid ad Y a esto último no se le
margm a1 de Jevon .
s v de Meng e" t ra 1,o d e fu SIOna r l •¡· . ser de signo positi vo o negati vo, al igual que su suma.
d l . l ,,
d 1 ' 1 . e ana 1s1s bohm -bmve rkiano
puede aplica r ningu na interp retaci ón habitu al.
a
st:
C . , .. com por tam ien to del con sum ,-
E efecto , ass el era un crít ico ten az pi....
n no.c1~~ de ~nh dad . ma rgin
al. Uti liza n- scu -Ro ege n, rez aba así: «si se
and a com o con ce en la for mu lac ión de Geo rge continua.~- sta
do la fun ció n de dem
pn; -1h vo, ) rom pie ndo así
el vín cul o dad de dic ho pla cer dis min uye
n de util ida d v fun ció n d el terr um pid am ent e, la inte nsi se hac e nula)) (p. LXXXJ. Jes -
ent re fun ció
gna ció de I em an a, os Cas sel situ ó a los pre cio s en alc anz ar la sac ied ad, mo me
nto en que la inte nsi dad
cen tro de su teo ría de la a~i izá aci dad de sati sfa cer ne-
n e os rec urs Qu s sea esta 1a raz ón que ida d de un bie n com o su cap
1· ¡ de 1 b d C . pué s de hab er def inid o la util cta me nte la exi sten -
exp ica a eno rme infl uen cia la lite ratu ra eco nóm ica has ta alis tas pas aba n a pos tula r dire
g ªsº hra e ass el en
la déc ada de 1930. Sin em bar o, c um pet er -ex age ran d o un po c0 - def inir á a ces ida des , los prim ero s ma rgin s de los bie nes un val or
a las can tida des con sum ible
eass e1com o «un 90 % de Wal ras Y un 10 ofc de aguaii. cia de una fun ció n que aso cia inc rem ent o en la util ida d
Ade más , se sup oní a que el
que mid e su util ida d tota l. gra dua lme nte . Est e es
can tida d con sum ida dec rec e
cor res pon die nte a cad a nue va
al decreciente.
ian os el principio de la util ida d margin sup osi ció n fun -
6.5. Par eto y los neo clá sic os ital te con stru cci ón se bas a en una
Ah ora bie n, tod a esta bril lan o de un bie n es una
el suj eto obt ien e del con sum
6.5.1. AL ORD JNA LJSM O dam ent al: que la util ida d que gni tud úni ca exc ept o
DE LA UTILIDAD CARDINAL tido car din al, es dec ir, una ma
ma gni tud me nsu rab le en sen them atic al Psychics, ha-
line al. Edg ewo rth, en la Ma
nte de una fam ili
, si se da una tran sfo rma ció n ida d. Pro fun dam ent e
Vil fred o Par eto , des cen die ít. a que con tara ent re . sus mie m- ido ené rgic am ent e la me dic ión car din al de la util
bro s tan to con em ine nte s pol Ico s com o con rev. olu c10 . . bía def end (18 60) y de E. H. We ber
nan os, suc edi ó a Wa lras rim ien tos de E. T, Fec hne r
1
a de Eco nom ía Pol ític a de la Uni v infl uen cia do por los des cub lleg ado inc lus o a afir ma r
en a cát edr san ~, don de pub licó ent al, Edg ewo rth hab ía
en 189 6-1 897 , ;~ 'fª d de Lau (18 46) en psic olo gía exp erim
una esp ecie de
el Cours d'économie politique S , . 9?6 se pub lico su Imp orta nte ría me dirs e en fun ció n de sus áto mo s me dia nte
eco nom ia pol itic a que el pla cer pod
obr a Ma nua le di
com .1 us _mlult~ples inte res es com o inv esti gad or
aba rca ban tan to la eco nom ía la ci enc1a · poI'Ihc . a. Su Trattato «hedonímetro>). * por que , en un pri-
d" soc w · l ogza. generale ( 191 6) es O a SOC IO
I' .
og1 a y
- b 1a dist ribu - no deb ería sor pre nde mo s dem asia do. Pre cisa me nte
de p Est o eca de los obj e-
z
., d I al I
un c as1c o; v la «ley are to» . so . re. , la util ida d se ide ntif ica con una pro pie dad intr íns
c1on e as ren tas ' segu' n la c u a ren ta se dis, trib uv l me r mo me nto cci ón de las nec esid a-
-
V
t d 1 - e ent re os md1v1duos apr oxi - dad de gen era r feli cid ad me dia nte la sati sfa
mo do en las épo cas , se deb ate tos (la pro pie ad o al bie nes tar físi co
ma d am ent e del mis mo o os os pai ses y en tod as
util ida d si con trib uye n a la feli cid
. nes pos een
y se util iza aún hov des ), los bie el esta do de salu d de
icid ad y bie nes tar son alg o obj etiv o, com o
, nos cen trar e de alg uie n. Fel ien e del con sum o de
. Aquí, por raz ~ne s de esp acio mo s en la que , con raz ón, se
con -
vo com o el pla cer que ésta obt
s1dera la con trib uci ón fun dam ent al d p
fun dac ión una per son a; y no alg o sub jeti los pri me ros ma rgin a-
11 e I arfeto a la t~;=>ría eco nóm ica : la par a Ben tha m ---c om o par a
del esta tuto ord ina list a vV' liga
do
ª e o, ad orm-ula c1o n del {{c·nten o par etia no» de
• una bue na com ida . Así pue s, erv abl e, y la feli cid ad se-
ars e com o una can tida d obs
, · em o d .
opt imo . Sin em bar go, no pod gs eJalr Se s~n ala r la con trib uci ón de Par eto a la lis tas - la util ida d pod ía trat
ión com o pue de ser lo el pes o.
teo ria del equ ilib rio eco nóm ico
ene ra . egu,n la opi n., 10 d
J H" s, exp res ada ría tan sus cep tibl e de me dic ida me nte y lue go
f osa teo na del e ·1 n'b •e
· 1ck abr ió cam ino -pr im ero tím
V,a lor y capital (19 39) · [ J
era l no es nad a Hac ia fina les del sigl o XIX se la util ida d: la util ida d
en · {( ··· su am d qui , no gen - una con cep ció n dis tint a de
,
ma s que una ele gan te rep etic
ión de las d .
Un a opi nió n cad a vez con má s aut ori dad isio nes del ind ivid uo.
del todoctnndasera d e Wa lras » (p. 12). nci as y, por tan to, de las dec
com par tida por mu cho s per o no
ov era co mo , . com o exp res ión de las pre fere util ida d fue det erm ina n-
1 ' Tb . ' mm 1m o por que en el este cam bio en la noc ión de
P nm. ría del
er vo um en del Cours la teo e t equ1 1 no gen era l se ve enr iqu eci da con La con trib uci ón de Par eto a elim ida d» (de l grie go
ital ian o acu ñó el térm ino «of
una par te sob re los mo nop olio
s (mi
el mo nop olio úni cam en- te. En el Cours, el eco nom ista a que es cap az de sa-
la f n rasdque en Wa lras ota r «el atri but o de una cos
te se trat aba en la lec ció n 41 en
na e una exp osic i , d ¡
on e a teo rialede Cou r- ophelos, «beneficioso))) par a den La prin cip al raz ón adu ci-
• gra rlo con la del' eq Tborr. des eo, leg ítim o o no)) (p. 3).
no yt · inte
sin m 1 no gen d . era l) Má s a, . ¡M
un. en e anu a , Par eto tisf ace r una nec esid ad o un ica era la nec esid ad de
ar su inn ova ció n term ino lóg
·a1a b a num ero sos ras gos de la que , ia mo no- da por Par eto par a fun dam ent uo -es decir, la ofe -
sen
mo s en 1 marta s tdar e se llam aría com pet enc pie dad de las cos as des ead as por un ind ivid
pol ista , a la que nos refe rire e apa o 8 l 3 dife ren cia r la pro ios as par a la soc ied ad,
mie nto de l . . , ·1 . de las cos as que son ben efic
Ya sab em os que con el adv eni verifi- lim ida d- de la pro pie dad
,
rad ica l de lo t, . ~re ,~ uc1ón ma rgin alis ta se
co una refo rmu lac ión ico . En par ti-
so eco nóm
re la n:t u:: ~:o s el ,di~ cur
cula r, cam bió la opi nió n sob I d ~~onom1cacon de la act ivid ad pro duc ti- ad de las sens acio nes que perc
ibim os.
ent o post ula la men sura bilid
va, que hal ló aho ra su fun dam en as ec1 s10 nes
.
de
.
su
mo : una
d rmi na-
ete * La llam ada ley de Fechner-Weber ació n es igua l al loga ritm o de la inte nsid ad del estím ulo» .
de la sens
da fi á pre feri bl Seg ún esta ley, «la inle nsid ad
con gur aci ón pro duc tiva ser e a otr a s1 sati sfac e me jor las nec esid
a-
del t.)
des de los ind ivid uos . (N.