Está en la página 1de 1

La Curiosidad Resucitó al Gato.

Andaba sopesando las ventajas de ser un gato cuando un ser


curioso me observaba desde el exterior de mi caleidoscopio.
Sólo podía ver su gran ojo a través de la lente y, entonces,
la hizo girar.
El mundo se deshizo en laberintos de ilusiones ópticas que
flotaban a mi alrededor. Mil figuras abstractas, una tras
otra, se fundían. Formas misteriosas que invocaban a mis
fantasmas del recuerdo por callejones sin salida.
Aturdida, caí de bruces contra la nada y un estado febril me
invadió hasta mis recónditos adentros. Esta vez sabía que no
podía escapar y presencié mi propia muerte hasta resucitar
cual felino.

También podría gustarte