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Arquitectura Romanica

La Arquitectura Románica es el estilo europeo de construcción que floreció durante la


Edad Media. Era una época en la cual la vida y en general todas las áreas de la sociedad,
estaba dominada por la Iglesia y el arte era una de esas áreas.
Los edificios románicos se ven ampliamente influenciados por la arquitectura romana y
también se aprecian elementos del arte bizantino e islámico. La arquitectura románica se
caracteriza por la grandiosidad de sus catedrales, monasterios y castillos.
La arquitectura románica es el resultado de la integración de fórmulas constructivas y
estéticas de diversa procedencia: romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe,
hasta alcanzar una unidad de criterios y una personalidad considerables.
Desde su nacimiento en el siglo X, hasta su lenta y desigual desaparición en el siglo XIII, el
estilo, sigue el ciclo vital de cualquier estilo artístico: fase arcaica (primer románico), fase
clásica (románico pleno) y por ultimo una fase decadente o barroca (tardorrománico).
Primer Románico
El "primer románico" se desarrolla en las décadas finales del siglo X y a lo largo de buena parte
del XI. En él juega un papel predominante la arquitectura anicónica. Nace en el norte de Italia y
se extiende por el sur de Francia y noreste de España. Por su procedencia y desarrollo se le ha
denominado también románico lombardo.

Características de la arquitectura románica


Las principales características de la arquitectura románica son las siguientes:
 Edificios austeros, sencillos y sólidos.

 Planta en forma de cruz latina con un número impar de naves siendo la central


más amplia que las laterales.

 El arco de medio punto es el elemento principal en el que se sustenta la nave,


se encuentran sostenidos por columnas o pilares decorados con escenas o
personajes bíblicos.

 Las bóvedas de cañón son las más comúnmente empleadas, están constituidas


por una sucesión de arcos de medio punto.

 La decoración se concentra en los pilares, las portadas o las cornisas, siendo el


resto de elementos de elevada sobriedad.

Como características más distintivas se puede citar el empleo de piedra escuadrada


pero no pulida, las cabeceras son de semitambor adornadas con arquillos y bandas
rítmicamente dispuestas, los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y
horno, las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos
edificios prerrománicos; se emplean los pilares como sustentación, en lugar de la
columna, y no hay figuración escultórica.

Aportaciones
En cuanto a originales aportaciones que nuestro arquitectura románica puede ofrecer al estilo,
tradicionalmente se apuntan dos hechos fundamentales.
Por un lado la creación del subestilo llamado "románico mudéjar". Sin entrar en la problemática
que este estilo ha provocado en los críticos de arte e investigadores, se puede definir, de
manera sencilla, como el románico construido con materiales y técnicas mudéjares.
Algunos autores no lo consideran una variedad de románico, sino otro estilo distinto. Apuntan
que la razón de ser del románico es exclusivamente la expresión simbólica mediante la
escultura, hecho imposible en el románico-mudéjar pues el ladrillo no puede ser tallado.
La otra aportación fundamental es la invención de la galería porticada. Este espacio mitad
profano y mitad religioso adosado al templo nace de la coyuntura especial de nuestra
reconquista, y dada su importancia en Segovia será tratada ampliamente en un capítulo
posterior.

Manifestaciones arquitectónicas
Naves y transepto
A groso modo, un templo románico es un edificio de piedra labrada orientado con la
cabecera al este con una o varias naves longitudinales que podían tener otras atravesadas
(se verá en el siguiente apartado). En ocasiones, la fachada o hastial occidental estaba
precedida de un nártex o antesala abovedada monumental.
Cimborrio
Sobre el crucero (intersección del transepto con la nave central) se solía levantar un
cimborrio o torre-linterna -de planta cuadrada u octogonal- con ventanales para iluminar el
interior.
Campanarios románicos: torres y espadañas
También era frecuente la construcción de parejas de torres campanario pareadas
flanqueando la fachada (lo que se denomina "fachada armónica") o torres únicas en un
costado del templo (con predilección por el costado norte).
Otras dependencias adosadas a la iglesia
En el caso de catedrales y monasterios se adosaban otros espacios y dependencias para
la vida monacal: claustro, sala capitular, refectorio, etc. En estos casos el claustro se
convertía en el núcleo de estas dependencias y con él se comunicaban mediante puertas.
El claustro románico suele tener forma cuadrada delimitada por galerías con arquerías
soportadas por columnas.
Materiales usados
Los materiales básicos empleados en la la arquitectura románica son:
Piedra de sillería o sillar
Bloque de piedra labrado como un paralelepípedo). Frecuentemente estos sillares eran
marcados por los canteros con marcas para su posterior cobro. Las paredes así
elaboradas tenían dos finas capas de sillería y en medio una masa de ripio (pequeñas
piedras normalmente procedentes del tallado de los sillares.
Sillarejo
Piedra más pequeña, de peor labrado y ajuste, realizada con martillo devastando
directamente la piedra bruta, pero sin pulir las caras.
Mampuesto
Piedra no labrada o de labrado tosco. frecuentemente se usaba el "calicanto" a base de
mampostería aglutinada con argamasa (mortero de cal, arena y agua). Posteriormente se
enfoscaba para dar aspecto liso a la superficie previamente irregular.

Plantas
Las plantas de las iglesias fueron muy variadas y es imposible hacer una relación de todas
ellas. Citaremos las más importantes:
Plantas de salón o basilicales
Esta planta está relacionada con antiguos edificios públicos romanos y sobre todo, por las
primeras iglesias paleocristianas y prerrománicas Se trata de iglesias longitudinales con 1,
3 ó 5 naves paralelas (espacio entre filas de arcadas) sin transepto y normalmente
finalizadas en cabecera de ábsides semicirculares escalonados.
Plantas de cruz latina
A la disposición anterior se le añadía un brazo perpendicular saliente en planta (transepto)
con lo que el resultado era de cruz latina. Ello simbolizaba la cruz de Cristo. Estas iglesias
podían estar también rematadas en cabeceras con ábsides escalonados.
Plantas circulares o poligonales
Las iglesias de plantas circulares o poligonales son menos frecuentes. Normalmente son
templos al servicio de comunidades de órdenes militares participantes en la Cruzadas,
como los templarios o los caballeros del Santo Sepulcro, por parecerse al templo de
Salomón y al del Santo Sepulcro de Jerusalén, respectivamente.
Planta de cruz griega
Otra planta ocasional es la de cruz griega, es decir, formada por dos naves iguales que se
cruzan perpendicularmente en el centro. Un ejemplo en España es la de Sant Pau del
Camp en Barcelona.

Pintura
Al igual que la escultura románica, la pintura mural se integra con la arquitectura y
sigue las reglas del "marco arquitectónico y esquema geométrico". Es decir, no se rige
por imitación de la naturaleza sino por una conceptualización racional. Esto hace que
las figuras sean planas, alargadas y sin perspectiva. Los personajes se escalonan y
adoptan diferentes tamaños en función de su relevancia. Los ojos y manos adquieren
desproporcionada dimensión pues son las partes de la anatomía humana más
expresivas espiritualmente hablando. Los colores empleados son intensos y brillantes (rojo,
amarillo, naranja y azul) y se disponen en franjas contiguas de colores muy contrastadas entre
sí. El color negro servía para perfilar las figuras.

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