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La Anunciación (El Greco, Museo de Arte de São Paulo)

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La anunciación
El Greco - Anunciação.jpg
Autor El Greco
Creación c. 1600
Ubicación Museo de Arte
Estilo Manierismo
Material Óleo y Lienzo
Técnica Pintura al óleo sobre lienzo
Dimensiones 106.5 centímetros x 72.5 centímetros
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La anunciación1 es una pintura al óleo sobre lienzo tradicionalmente atribuida a El
Greco y que está datada aproximadamente en 1600. La obra integra un conjunto
compuesto por al menos siete versiones casi idénticas, de grados variados de
calidad, todas tradicionalmente acreditadas al Greco y hechas entre 1595 y 1605. El
tema de la anunciación del ángel a la Virgen María fue frecuentemente tratado por
el pintor renacentista y el conjunto de versiones a la cual pertenece la obra
parece derivar de la composición homónima elaborada por el artista para el tríptico
de Módena, obra de juventud ejecutada entre finales del período cretense y el
inicio del período veneciano.2

La Anunciación es una obra emblemática de carácter «expresionista» del Greco, con


luces deslumbrantes, colores y acordes cromáticos, donde la decoración es compuesta
por zonas plásticamente distintas, interligadas por movimientos ascendentes e
interrumpida por la presencia de luces místicas y destellos de fuego. La pintura
está relacionada al período final de vida del artista en Toledo, donde su
producción asume una postura más religiosa, en comparación a aquella de su período
italiano, alineándose los recursos tradicionales de la estética renacentista —quizá
por la influencia de las nuevas doctrinas elaboradas por la Contrarreforma.3 El
trabajo en cuestión está conservado en el Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) desde
1952.2

Índice
1 Iconografía
2 Anunciaciones del Greco
3 La obra
3.1 Contextualización
3.2 Descripción y análisis
4 Atribución
5 Procedencia
6 Fuentes
6.1 Referencias
6.2 Bibliografía
Iconografía
La representación de la anunciación es uno de los temas más populares del arte
cristiano, representándose en paralelo con las obras de la Virgen con el niño y la
crucifixión. El episodio es narrado tanto en texto canónicos como en libros
apócrifos. Según la narrativa del Evangelio de Lucas (1, 26-48), el arcángel
Gabriel fue enviado por Dios para anunciar a María, esposa de José, descendiente de
la casa de David, que ella sería la madre de Jesús, «Hijo de Dios»:4

No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y


le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El
Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para
siempre y su reino no tendrá fin.
Frente a un cuestionamiento de María («¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo
relaciones con ningún hombre?»), a lo que el ángel replica: «El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el
niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un
hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su
sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios», María dijo entonces: «Yo soy la
servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Ángel se alejó.4

La iconografía de la anunciación surgió en el Oriente Medio, donde la fiesta de


Nuestra Señora de la Anunciación es conmemorada desde al menos el siglo V,
extendiéndose en seguida por todo el mundo cristiano.4 La representación
tradicional trae a María posicionada a la derecha y al ángel posicionado a la
izquierda del observador, con Gabriel asumiendo la postura de que habla y la Virgen
lo escucha y acepta. María era indistintamente representada como una simple mujer,
muchas veces costurando un paño, simbolizando, de acuerdo con el Evangelio de Juan
(10:1) al «tejido del velo del Templo». El ángel era representado en postura
erecta, con un semblante inequívocamente masculino, a veces, extendiendo su mano
derecha hacia la Virgen. Con el paso de la Edad Media, la representación del
episodio se fue volviendo gradualmente más compleja, desde la elaboración de la
indumentaria de María y del ángel, hasta la inclusión de símbolos místicos, como
ramos de lirio, o bien un recipiente con agua, símbolos de la pureza.45

En el siglo XII, se volvió habitual la representación de la Virgen de la


Anunciación sosteniendo la biblia en sus manos, como una premonición de su propio
destino. Se integraron en la iconografía la paloma blanca o una luz divina,
simbolizando al Espíritu Santo. En el sur de Europa, era frecuente la ambientación
de la escena en jardines y palacios, al punto de que los artistas del norte
prefirieron retratar el episodio en ambientes domésticos o eclesiásticos. Ya en el
Renacimiento, se volvió común la substitución de la Biblia por un libro de horas.
La Virgen ya no fue representada solamente en actitud de resignación, sino más bien
sorprendida por la vista del ángel. El dramatismo de este acto, así como un efecto
visual más efectivo, fueron continuamente explorados por los artistas del
Manierismo y del Barroco. La iconografía se volvió menos rígida, dando a los
artistas cierta «libertad espontánea».45 En este último contexto se sitúan las
múltiples representaciones del episodio hechas por El Greco, a pesar de que sus
obras a menudo hacen uso de ciertos atributos de la iconografía medieval,
especialmente en su aspecto bizantino.

Anunciaciones del Greco

El Greco. La anunciación (c. 1570). Museo del Prado, Madrid.


El tema de la anunciación fue frecuentemente tratado por El Greco, haciéndose
presente a lo largo de toda su trayectoria artística, desde su llegada a Venecia
hasta los últimos años de su vida. En el inventario de obras de taller del artista,
realizado en el momento de su fallecimiento, por ejemplo, cinco pinturas de este
tema están registradas.2 La más antigua representación del episodio atribuida al
artista data del inicio de su período veneciano (c. 1567). Se trata de los paneles
del tríptico de Módena (conservado en la Galería Estense), obra representativa del
período de transición entre el estilo post-bizantino de su nativa Creta y la
poética típicamente latino-europea con que entró en contacto en Venecia y Roma.67
La obra presenta un diseño todavía inseguro, poco maduro, lo que lleva a algunos
especialistas a dudar sobre la autoría del Greco.8 Al final de su período
veneciano, el artista ejecutó una segunda Anunciación (Museo del Prado, c. 1570),
finalizada poco antes de su partida a Roma. La obra ya demuestra importantes
avances plásticos en relación al panel de Módena, evidenciando la asmilación de
algunos de los elementos formales de arte italiana por parte del autor y
permitiendo establecer paralelos con la poética de maestros como Michelangelo y
Tiziano.910

Las Anunciaciones del período romano son caracterizadas por una técnica todavía más
refinada y por composiciones más armoniosas. Data de este período la aproximación
del Greco al miniaturista Giulio Clovio, que debe haber ejercido sobre el artista
una considerable influencia. Clovio es autor de un célebre libro de horas dedicada
a la vida de la Virgen María, que pudo haber servido de inspiración para que El
Greco ejecutase algunas de sus pinturas. En común, las Anunciaciones de Venecia y
Roma trazan la preocupación con la ambientación y con el tratamiento conferido a la
arquitectura y a la perspectiva. En contraste, sus obras son fuertemente
influenciadas por la estética del Alto Renacimiento —pero sobre todo por la de
Michelangelo. En algunas obras, El Greco llega a hacer uso del piso cuadriculado
como forma de acentuar la perspectiva, un recurso bastante utilizado por los
pintores renacentistas de Italia y del norte de Europa.10

El Greco. La anunciación (1596-1600). Museo del Prado, Madrid.


En Toledo, sobre todo en las últimas décadas de vida del pintor (período en que se
realizó la obra aquí mencionada y sus variaciones) esas características formales de
sus Anunciaciones «italianas» serían profundamente modificadas. El Greco se mostró
más interesado en el tratamiento de las figuras y su estilo percibió una actitud
muy más religiosa, en comparación con el período anterior. Probablemente por la
influencia de las doctrinas surgidas a causa de la Contrarreforma, el artista pasa
a conferir menos importancia a la escenografía, las representaciones
arquitectónicas y otros recursos visuales típicos de la Escuela veneciana y Escuela
romana. Asimismo, se mostró un mayor interés en aborda una imagen mental, en
escenificar un acontecimiento místico, y no en representar el episodio como una
aparición histórica. Tal proposición estaría de acuerdo con el pensamiento
contrarreformista entonces bastante difundido del uso de la iconografía religiosa
sobre todo para el estímulo de la devoción. Es curioso también el hecho de que la
mayor parte de las Anunciaciones del Greco fueron ejecutadas justamente en su
período en Toledo. Una posible explicación para ello estaría en el supuesto
contacto del pintor con los escritos de Ildefonso de Toledo, personalidad muy
popular en Toledo y que fue representada diversas veces por El Greco en sus últimas
décadas como artista. San Ildefonso es uno de los patriarcas de la Iglesia Católica
y dedicó buena parte de sus estudios al tema de la Inmaculada Concepción.10

Ejemplar de este contexto es el gran retablo de La anunciación ejecutada para el


Colegio de Doña María de Madrid (Museo del Prado, 1596-1600), considerada no
únicamente una de las mejores representaciones del tema, imbuida de misticismo sin
precedentes en su producción, sino también como una de sus mejores obras de arte.
De esta misma composición hay dos réplicas autógrafas en escala reducida, datas del
mismo período, conservadas actualmente en el Museo de Bellas Artes de Bilbao y en
el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.1112 Es posible que el éxito de esta
composición entre sus contemporáneos haya estimulado al pintor ejecutar el grupo de
pinturas a la cual pertenece la obra mencionada aquí.6 Ligeramente posterior a este
grupo es el tondo de La anunciación pintada para el «Hospital de la Caridad» de
Illescas, ejecutado en colaboración con su hijo, Jorge Manuel Theotokopoulos.13
Asimismo se incluye La anunciación encomendada para la iglesia del Hospital de San
Juan Bautista, conservada actualmente en la colección de Santander de Madrid.14

La obra
Contextualización
En sus últimas décadas de actividad en Toledo, El Greco, ya establecido como
maestro de gran prestigio, recibía frecuentemente encomiendas públicas de diversas
organizaciones eclesiásticas para ejecutar retablos de grandes dimensiones. No
obstante, el artista también era bastante solicitado por clientes de variadas
regiones de España para producir pinturas de menos escala que servían para la
devoción en capillas particulares o para figurar en colecciones privadas. Muchas de
estas obras menores, reproducían las mismas composiciones concebidas por El Greco
para sus grandes cuadros de altar, hecho apoyado por la existencia de muchas
versiones repetidas de sus mejores obras, atribuidas indistintamente al Greco y sus
colaboradores. Tal hecho es documentado en el siglo XVII. En El arte de la pintura,
Francisco Pacheco comenta que El Greco tenía el hábito de ejecutar réplicas en
tamaños reducidos de sus composiciones más populares (los llamados ricordi), de
forma que pudiesen ser mantenidos a disposición de la clientela en su atelier o
servir para le ejecución de posteriores copias.615 Tal es el caso, por ejemplo, del
ya mencionado retablo de La anunciación, actualmente en el Prado, del cual existen
dos réplicas autógrafas reducidas.

El Greco. La anunciación (c. 1600). Museo de Bellas Artes, Budapest.


Otras composiciones, entre tanto, eran elaboradas ya en forma reducido, con el
objetivo de atender exclusivamente la clientela privada, no estando relacionadas
con las órdenes monumentales oficiales, pero sí concebidas como obras puestas a la
venta directamente en el atelier del artista. La preferencia de la clientela por
determinada composición estimularía la producción de más copias autógrafas. Este
hábito no sólo explica la existencia de una gran cantidad de versiones de obras
populares (como el Éxtasis de San Francisco, del cual MASP posee una versión, San
Francisco y el hermano Leo meditando sobre la muerte y Santo Ildefonso, entre
otras), si no que también dificulta el hecho de determinar qué obras serían las
originales (en sentido de «prototipo») y cuáles serían las derivaciones.16 Es muy
probable que en esta categoría La anunciación de este artículo sea incluida.

No hay registro de ningún retablo reproduciendo la composición de La anunciación de


MASP, puesto que únicamente se conocen una serie de versiones muy similares en
tamaño «privado». En el catálogo de 1998 del Museo de Arte de São Paulo, Luiz
Marques apunta siete de ella: una en el Museo de Arte de Toledo, en Ohio; una en el
Museo de Bellas Artes; una en la colección de Zuloaga, en Zumaya, España; y una más
en la colección de Ralph Coe, en Cleveland, en Estados Unidos.2 Referente a alguna
de las obras mencionadas anteriormente, el catálogo de venta de La anunciación del
Museo de Arte de Toledo, publicado por Sotheby's, aporta dos versiones adicionales:
una en la colección Danielson, en Groton, Massachusetts, y otra en el Museo de
Santa Cruz, en Toledo, España.6

A pesar de las similitudes entre las versiones, hay variados grados de calidad
entre ellas, apuntando a una mayor o menor participación del estudio del artista en
la ejecución. No obstante, las siete versiones señaladas por Marques, incluyéndose
la de este artículo, datan de entre 1595 y 1605 y consensualmente aceptadas como
autógrafas por la literatura especializada, a excepción Harold Wethey.2 La versión
anteriormente conservada en el Museo de Arte de Toledo fue por mucho tiempo
considerada el «prototipo de serie». La crítica contemporánea, entre tanto, tiende
a acreditar que en tal distinción cabe la pintura de Budapest.6

Descripción y análisis
Según el análisis de Rodolfo Pallucchini, la obra retoma la composición elaborada
por El Greco para el ya mencionado panel del tríptico de Módena (c. 1567). Esta
obra, a su vez, derivaría de una composición perdida de Tiziano, conocida por medio
de una reproducción de Jacopo Caraglio. Marques también establece paralelos entre
el panel de Módena y un retablo de La anunciación de Tintoretto, conservado en la
Galleria degli Uffizi, Florencia. El Greco retomaría el mismo esquema compositivo,
diez o quince años más tarde, con algunas variaciones, en las Anunciaciones
conservadas en la catedral de Sigüenza y en el Museo de Santa Cruz de Toledo,2 así
como la famosa versión monumental del Museo del Prado, cuyo éxito entre sus
contemporáneos pueden haber influido en el artista para producir la serie a la cual
pertenece el trabajo del MASP.6

El Greco. La anunciación (c. 1567). Galería Estense, Módena.


Están representado en la obra la Virgen María, el arcángel Gabriel, portador de la
revelación divina, y la paloma blanca, símbolo del Espíritu Santo. La composición
es relativamente inusual en la tradición iconográfica de La anunciación, con el
ángel posicionado a la derecha de la virgen.2 María se arrodilla en un altar,
caracterizando la aparición del episodio en un lugar sagrado, sosteniendo una
biblia, abierta, con su mano izquierda. La mano derecha se encuentra erguida, a la
altura del hombre. Usa un vestido de color rojo, en alusión a la pasión de Cristo,
con un manto azul por encima, simbolizando al mismo tiempo la protección y
fidelidad. Un velo blanco, símbolo de la modestia y el virtuosismo, cubre su
cabeza, mostrando a la vez su rostro, con ambas orejas descubiertas, tal vez una
referencia al escuchar el mensaje divino. María se olvida por un instante del libro
sagrado, volteando la cabeza al lado izquierdo, en dirección a Gabriel. Su
semblante es tranquilo y angelical.17

El ángel flota sobre una nube, aparentemente cargada de agua, con el cuerpo
ligeramente inclinado en dirección a María. Su indumentaria es amarilla, color de
la eternidad, con mangas blancas. La mano derecha se levanta para saludar a la
Virgen. La mano izquierda porta un ramo de lirio, simbolizando la pureza, inocencia
y virginidad. Su semblante también es tranquilo y su fisonomía es andrógina o
infantil. Gabriel observa a la virgen con los ojos entre abiertos. Su cabeza es
coronada por una aureola luminosa. Un destello cubre toda la parte central de la
pintura, el cual se extiende casi hasta el suelo. Desde el centro, surge la paloma
blanca, volando hacia María. La luz también incide sobre la Virgen, encendiendo su
ropa y parte de su rostro.17

Cerca de la Virgen, en la parte inferior del cuadro, un costurero contiene una tela
blanca y tijeras. Es una referencia al «tejido del velo del Templo», mencionado en
el Evangelio de Juan. A su lado, un vaso con un ramo dentro, ardiendo en llamas que
no lo consumen, tal cual la zarza ardiente de Moisés, un elemento raro en
representaciones de la anunciación.6 El segundo plano de la composición,
indefinido, sugiere la forma de nubes cortadas por luces místicas. Es bastante
oscuro, lo que da más énfasis (y dramatismo) con la chispa divina y la iluminación
que se origina.17

Como en otras diversas composiciones del Greco, la escenografía de esta Anunciación


es concebida por medio de zonas plásticamente distintas, pero que están
interconectadas por medio de acordes rítmicos mutuamente correspondientes.18 Es
posible trazar una diagonal, prolongándose del vértice superior izquierdo al
vértice inferior derecho, separado las figuras de la Virgen y del ángel en dos
triángulos distintos. El ángel y la nube ocupan el triángulo superior, en tanto la
Virgen y el cesto de ropa su lado conforman el triángulo inferior. El equilibrio de
la obra es asimétrico, consiguiéndose por medio de la tensión estructural de estas
áreas distintas.19 Los contornos de las extremidades de las figuras de la Virgen y
del ángel sugieren un movimiento circular u ovalado, entrecortado por las curvas
paralelas del ala derecha del ángel y las alas de la paloma.18 Esta disposición
auxiliar proporciona equilibrio a la composición, al mismo tiempo que le confiere
sensación de movimiento.

Los cuerpos alargados y retorcidos de los personajes, que parecen libres de


gravedad, no sólo ayudan a equilibrar, sino que también enfatizan el misticismo del
acontecimiento. La figura ascendente del ángel encuentra eco en la figura
igualmente ascendente de María. Por otra parte, ambos personajes indican la forma y
el movimiento de una llama, tal como enfatiza, ya hacia 1584, Gian Paolo Lomazzo,
en su Trattato dell'arte della pittura. Interligados por el destello místico al
centro de la composición, se unen en un límite de ritmo armónico ascendente. El
punto de vista, radial, se origina en la canasta, proporcionando las coordenadas
para la contemplación de la obra, de abajo hacia arriba, haciendo hincapié en la
ascensión.19 El cromatismo complejo de la obra y del fondo indefinido remueven los
objetos de la escena del mundo natural, insertándolos en una atmósfera saturada de
significados místicos, volviendo indistintas las dimensiones de lo real y lo
imaginario. Por último, cabe mencionar la prominencia conferida a la figura del
Espíritu Santo como agente de la encarnación, probablemente fruto de las doctrinas
contrarreformistas sobre la actitud religiosa del pintor.3

Atribución
La cuestión de la autenticidad de las obras tradicionalmente atribuidas al Greco
permanece como un tema bastante controvertido. No sólo el número exacto de obras
realizadas por el artista es desconocido, sino que también la identificación de las
obras consideradas de autoría segura están distantes de un consenso. Al mismo
tiempo en que la crítica contemporánea tiende a tener una actitud más restringida
con relación a las obras tradicionalmente reconocidas como auténticas, otros
trabajos simplemente ignorados por la historiografía tradicional se han atribuido
al pintor. Y, en ambos casos, las disputas permanecen. El historiador José Camón
Aznar atribuyó al Greco aproximadamente 800 obras, al tiempo que para Harold Wethey
el número sería inferior a 300.

La obra de MASP, como ya se hace mencionado, pertenece a un grupo de versiones casi


idénticas entre sí, a pesar de tiene variados grados de calidad. Las siete
versiones identificadas por Luiz Marques en 1998, son consideradas como autógrafas
del Greco por casi todos los estudiosos (Kehrer, Mayer, Waldmann, Palluchini,
Bardi, Frati, etc). La excepción es Wethey, para quien ninguna de las versiones
conocidas de la composición es obra del Greco. El historiador norteamericano,
atribuyó todas las versiones al hijo del artista, Jorge Manuel, así como a los
integrantes de su atelier.2 La obra de MASP, específicamente, sería para Wethey
obra de un artista anónimo, de la escuela de Jorge Manuel.6

Según Pietro Maria Bardi, la obra es altamente representativa del estilo del
artista: «La flameante condición del arte de El Greco, así como su ascensional
escenario aparecen notablemente ejemplificados en esta imagen», escribió el
historiador en 1966.20 Para Luiz Marques, la obra sería inequívocamente auténtica:
«[...] la versión del MASP es de autografía incuestionable por la calidad y por su
radicalidad superlativa en la deformación estilística de las anatomías, tal y como
se nota, por ejemplo, en la desmaterializada columna de luz serpenteante que sirve
de brazo al ángel anunciante».2

Procedencia
La obra perteneció a la colección de Maurício Peña, en Velayos, España. De ahí,
tomo rumbo hacia París, pasando a integrar la colección de Lucas Moreno. Fue
adquirida de este por Barão M. Herzog y llevada a Budapest. En seguida, pasó a la
colección de la Galería Wildenstein de Londres, donde fue adquirida por el Museo de
Artes de São Paulo, con recursos donados por Fúlvio Morganti, Pedro, Luiz y
Dovilico Ometto, Bandillo Biaggi, Arnaldo Ricciardi, Geremia Lunardelli y por un
grupo de cañeros paulistas organizado por Nelson Mendes Caldeira. Se integró
oficialmente a la colección de MASP el 20 de diciembre de 1952.2

Fuentes
Referencias
Como realmente no es una obra cien por ciento atribuida a El Greco, la
bibliografía es bastante escasa. Morandi en su página 24 de Exposición antológica
hace la siguiente mención: «[Es efectivamente la Anunciación del Museo de Arte
Antiguo de Sao Paolo, Brasil. N. d. A.]». En tanto, un libro respecto a Goya
publicado por la Fundación Lázaro Galdiano hace la siguiente nota: «1602. El Greco:
La Anunciación (Museo de Sao Paulo)».
Marques, 1998, pp. 22.
Selmikaitis, 2005, pp. 47.
«Anunciação à Virgem Maria». Instituto Estadual do Patrimônio Histórico de Minas
Gerais. Archivado desde el original el 18 de mayo de 2015. Consultado el 25 de
outubro de 2010.
Selmikaitis, 2005, pp. 45-46.
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Brown, 2001, pp. 62.
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Selmikaitis, 2005, pp. 46-47.
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«Saint Francis and Brother Leo in Meditation». Christie's - Catalogue note.
Consultado el 26 de outubro de 2010.
«Annunciation». Web Gallery of Art. Consultado el 26 de outubro de 2010.
Selmikaitis, 2005, pp. 43-44.
Bardi, 1978, pp. 117.
Duprat, 2009, pp. 40.
Bardi, 1966, pp. 11.
Bibliografía
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Museus. Rio de Janeiro: Codex. p. 11.
Bardi, Pietro Maria (1978). Museu de Arte de São Paulo - Série Enciclopédia dos
Museus XI (2ª edición). São Paulo: Cia. Melhoramentos. p. 117.
Brown, Jonathan (2001). Pintura na Espanha - 1500-1700. São Paulo: Cosac Naify. pp.
62-78. ISBN 85-7503-023-X.
Duprat, Carolina (2009). MASP, São Paulo - Coleção Folha grandes museus do mundo
VIII. Rio de Janeiro: Mediafashion. p. 40. ISBN 978-85-99896-76-1.
Marques, Luiz (1998). Catálogo do Museu de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand -
Arte da península Ibérica, do centro e do norte da Europa III. São Paulo: Prêmio.
pp. 19-24. CDD 709.4598161.
Selmikaitis, Isis. A "Anunciação" del Greco do MASP : um estudo sobre seu contexto
de criação e recepção. In: Atas do I Encontro de História da Arte do Instituto de
Filosofia e Ciências Humanas da Universidade Estadual de Campinas. Campinas:
Unicamp, 2005. v.2 p. 41-47
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