Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Entre las innumerables definiciones vir y expresarse con las palabras “mío”
del ser humano, hay una que está laten- y “mía”. Todas las disciplinas del saber
te en toda la historia del pensamiento, al humano han resaltado esta dimensión
menos del occidental: la de “animal pro- antropológica básica, que bien podemos
pietario”. La connatural indigencia del calificar como un existencial humano1.
ser humano para poder subsistir por sí Y, como ocurre con otros existencia-
mismo, se refleja en la necesidad de les humanos (el poder o la sexualidad),
apropiarse de las cosas que lo rodean, también la propiedad ha mostrado ser un
con la ayuda de los demás o a sus ex- arma de doble filo. A la vez que se ma-
pensas. El instinto de apropiación se nifiesta como una forma ineludible de
evidencia cada día en la forma en que el realización humana, puede convertirse,
niño, indefenso y carencial aprende a vi- y se convierte, en una amenaza tanto pa-
3
ra uno mismo como para los demás y pa- – Ni es lo mismo apropiarse de
ra la misma naturaleza que lo acoge co- bienes que se destruyen con su uso, o de
mo huésped. Por eso, la cuestión de la bienes que son “fértiles” y producen
propiedad ha sido siempre problemática ellos mismos nuevos bienes.
y ha necesitado ser pensada y legitima- – No es lo mismo que el origen de
da. Ya desde Platón y Aristóteles que, la apropiación haya sido la ocupación,
por cierto, disentían al respecto. la guerra, la conquista o la herencia o
El término “propiedad” viene del la- que haya sido el trabajo y la industria
tino proprietas, sinónimo del de domi- propios.
nium, al que los Digesta de Justiniano – Ni es lo mismo apropiarse de lo
definían como “el derecho de usar, de que uno necesita para satisfacer las ne-
gozar y de abusar de su cosa en la me- cesidades básicas, que hacerlo por puro
dida en que lo admita la razón jurídica”. afán de acumular. Aristóteles distinguía
Pero sería un anacronismo inadmisible entre “economía” (apropiación necesa-
querer encontrar en dicha definición la ria, racional y legítima) y “crematística”
fórmula adecuada para referirnos al he- (apropiación irracional e ilegítima). Y
cho de la propiedad en nuestras socie- esta distinción es fundamental.
dades modernas. Pues “usar, gozar y
Para valorar cuándo una forma de
abusar de sus cosas” en el mundo ro-
propiedad es moralmente legítima, más
mano, en el que la economía estaba in-
allá de su reconocimiento jurídico, hay
mersa en un orden ético y religioso, no
que tener en cuenta además tanto la di-
significaba un ejercicio de derechos sin
mensión objetiva de la cosa apropiada,
obligaciones ni deberes. Razones de
como su dimensión subjetiva (o inter-
justicia y de piedad ataban la libertad del
subjetiva). La ley puede señalar autori-
“dominus”, señor y amo de su casa, en
tativamente al propietario de una cosa,
el ejercicio del derecho de propiedad.
para que los demás le reconozcan como
tal, y se eviten conflictos. Pero la pro-
1.1. Legalidad y legitimidad de la piedad sólo será un bien moral (confor-
propiedad me a los criterios de justicia y equidad)
cuando el dueño la ha adquirido a tra-
Para legitimar ese derecho se ha bus- vés de medios legítimos.
cado clasificar las formas de propiedad, Esta combinación de factores obje-
distinguiendo la naturaleza de las cosas tivos y subjetivos acaba convirtiendo a
apropiables, y la utilidad que aportan al la propiedad en uno de los hechos so-
individuo o a la comunidad en que éste ciales más relevantes. No es posible
se inscribe. Por ejemplo: pensar la sociedad sin tener presente es-
– No es lo mismo apropiarse de co- te hecho, y sin preguntarse por la forma
sas que no son de nadie, que hacerlo de menos inadecuada de vivirlo. Porque
cosas que son comunes (como el agua o como escribe J. Atalli, el concepto pro-
el aire), públicas (los ríos o puertos), o piedad es: “tal vez el más importante,
privadas (tienen ya dueño). pero también el más impreciso de todas
4
las ciencias humanas; el que hace siglos la historia, han pretendido negar este
aplasta a la economía política por su existencial humano y que (como todas
amplitud y del que no se pueden trazar las utopías totalitarias negadoras de lo
los contornos sin ser víctimas del vérti- humano) han resultado ser un fiasco y
go. Porque si se puede “tener” una tie- un fracaso, creo que debe servirnos pa-
rra, un capital, un nombre o una idea, ra pensar la propiedad como el hecho
hay que comprender también que humano complejo y ambivalente que es.
“amar” o “mandar” a alguien es, en cier-
ta manera, usar de él, apropiándoselo.
Una historia de la propiedad, si se desea 1.3. La propiedad: una forma de
exhaustiva, debería ser, por tanto, un pensar y construir la realidad
historia de la ciencia y del amor, de las
La calidad humana de las relaciones
lenguas y del poder, del derecho y de la
que tejemos con los demás depende, en
familia”2.
gran medida, de la forma en que nos
apropiamos las cosas que nos rodean, y
1.2. El hecho tenaz que necesitamos para vivir. Formas pa-
cíficas y legítimas de apropiación posi-
Por eso ha sucedido que incluso los bilitan una convivencia justa y solidaria
grandes detractores de la propiedad con los demás; formas violentas e ilegí-
acabaran reconociendo que suprimirla timas de apropiación imposibilitan la
es una tarea poco menos que inútil, convivencia y provocan guerras y hasta
cuando no indeseable por su utopismo muertes. La forma de organizar las re-
totalitario. laciones entre personas y grupos huma-
Así, Proudhon, al final de su vida nos tiene mucho que ver con la forma
anota que su hostilidad a la propiedad en que éstos pueden acceder o no a la
privada no había comprendido que: “el propiedad.
pueblo, incluso el del socialismo, se di- Por eso, pensar sobre la propiedad
ga lo que se diga, quiere ser propieta- obliga a pensar, a la vez, sobre política,
rio... Después de diez años de una crí- derecho, ética, economía, sicología so-
tica inflexible, he hallado sobre este cial, etc. Pensar la propiedad es consi-
punto la opinión de las masas más du- derarla una categoría decisiva en la
ra, más resistente que sobre cualquier construcción social de la realidad.
otra cuestión. Yo he violentado las con- Así, en la tradición occidental, una
vicciones, y no he obtenido nada sobre forma particular de comprender la pro-
las conciencias... Cuanto más terreno piedad sirvió para justificar la apropia-
ha ganado el principio democrático, ción privada de recursos escasos; para
más he visto a las clases obreras de las explicar la naturaleza del poder político,
ciudades y de los campos interpretar su origen, límites y derecho a oponerse
ese principio en el favor de la propie- a él; para justificar la conquista europea
dad”3. del Nuevo Mundo; para vincular el he-
La experiencia de los proyectos ide- cho natural de la propiedad con el des-
ológicos colectivistas que, a lo largo de arrollo humano, con el progreso y pros-
5
peridad de las sociedades y con las li- Para ello, tras una rápida mirada a la
bertades democráticas; sirvió como ar- escandalosa situación de desigualdad de
ma en la guerra contra el socialismo y, nuestro mundo, reflexionaremos sobre
más tarde, en la guerra fría... En todos la forma en que se construyó el discur-
esos ámbitos, los análisis de la propie- so legitimador de que el ser humano
dad fueron instrumentalizados ideológi- puede llegar a ser propietario de todo
camente y adolecieron de la parcialidad cuanto pueda acaparar, sin límites lega-
propia de los prejuicios arbitrarios. Por les ni morales. A ese discurso le llama-
ello han sido objeto de juicios y valora- remos “imaginario propietarista”. Co-
ciones contradictorias. nociendo su historia podremos ser
En política, la propiedad sirvió para conscientes de su raigambre y del reto a
garantizar la estabilidad del poder y su que nos enfrentamos.
limitación, mientras otros la señalaban
como fuente de desigualdad y de ines-
tabilidad social. 1.4. Un mundo roto por la
perversión de un derecho
En ética, unos la han considerado
como fruto del propio trabajo y como Vivimos en un mundo tan desigual e
derecho inalienable, otros como una injusto que ha superado las dosis de irra-
oportunidad de explotación y como ne- cionalidad e injusticia razonablemente
gación de la igualdad de oportunidades. tolerables. La descripción de Juan Pablo
En economía, unos la han valorado II, en la Sollicitudo Rei Sociales, mere-
como una razón clave en la producción ce ser recordada, por su claridad y con-
de riqueza, y otros la acusan de ser mó- tundencia: “Una de las mayores injusti-
vil de la competencia destructiva. cias del mundo contemporáneo consiste
En psicología, unos la ven como precisamente... en que son relativamen-
fuente de identidad y de autoestima en te pocos los que poseen mucho, y mu-
el individuo, otros la acusan de corrom- chos los que no poseen casi nada...
per la personalidad humana, alimentan- Injusticia de la mala distribución de los
do pasiones y vicios indeseables. bienes y servicios destinados origina-
En todos esos análisis hay una apro- riamente a todos... Están aquellos pocos
ximación valiosa a la propiedad que es que poseen mucho (y que no llegan ver-
preciso valorar más adecuadamente. daderamente a “ser”, porque, por una
inversión de la jerarquía de los valores,
No pudiendo abordar aquí todos se encuentran impedidos por el culto del
esos aspectos, señalaré algunas cuestio- “tener”); y están los muchos que pose-
nes que me parecen más relevantes y en poco o nada (y que no consiguen re-
significativas en nuestros días: las rela- alizar su vocación humana fundamental
cionadas con el ejercicio del derecho de al carecer de los bienes indispensables)”
propiedad privada sin límites legales ni (n. 28).
morales. Así se verá cómo una forma
histórica de apropiación burguesa, in- La quiebra radical de lo humano que
justa y excluyente, se ha convertido en esta dialéctica supone está perfecta-
un derecho natural sacralizado. mente calificada con una doble expre-
6
sión de nihilismo: la aniquilación bioló- La ex-presidenta irlandesa Mary
gica del ser humano, porque le niega la Robinson, en su calidad de ex-alta co-
condición de posibilidad de la vida; y el misionada de la ONU e integrante de la
nihilismo espiritual que niega la posibi- Comisión para el Empoderamiento
lidad de que se desarrolle la dimensión Legal de los Pobres, escribía hace poco
constitutiva de lo humano: ser con otros que más de la mitad de la población
y desde otros. Unos infrahumanos y mundial vive en entornos carentes de le-
otros inhumanos, como ya insinuara san yes reconocidas y aplicables, sin medios
Juan Crisóstomo. jurídicos eficaces para proteger a sus fa-
El texto papal (de 1987), lejos de milias, viviendas u otras posesiones.
quedar obsoleto, sigue siendo proféti- Son las estructuras profundas de mu-
co, dado que esta “dialéctica criminal” chas sociedades las que perpetúan la po-
ha seguido sosteniéndose y potencián- breza y la desigualdad. A pesar de la
dose4. La “obscenidad”5 de nuestro Declaración Universal de los Derechos
mundo adquiere un tinte pornográfico Humanos: “toda persona tiene derecho
en lo que Z. Bauman llama “vidas des- a la propiedad, individual y colectiva-
perdiciadas”6. El problema de la po- mente” (art. 17), y a pesar de que este
breza, dice Bauman, no está en la su- derecho se vio reforzado en el
perpoblación, sino en que hay Documento Final de la Cumbre
demasiada gente rica, parásita planeta- Mundial 2005 de la ONU, el imagina-
ria, que, además, se permite diseñar rio hegemónico de nuestras sociedades
qué producto es útil y cuál está llama- sigue siendo tan desigualitario y exclu-
do a ser residuo. Pero los residuos han yente que se resiste a dar expresión le-
crecido tanto y se han acumulado tan- gal a esos derechos.
to que ya no sabemos qué hacer con No es momento de explicar con ri-
ellos. Esto no vale sólo para el proble- gor la lógica estructural que el capita-
ma ecológico sino, sobre todo, para la lismo neoliberal de las últimas décadas
inmensa muchedumbre de vidas des- ha dinamizado, ni sus resultados fata-
perdiciadas. Algún autor, al referirse al les. Tampoco quiero incurrir en la sim-
siglo XX, ha preferido llamarlo el “si- plificación de que la única causa de di-
glo de los asesinos” y no el de los de- cha “dialéctica criminal” sea la
rechos: “siglo dominado por una vio- irracional distribución de la riqueza.
lencia inaudita, expresable con Desigualdad, exclusión social, domina-
números nunca antes vistos, cuyos fru- ción y servidumbre, tienen una etiolo-
tos venenosos seguirán intoxicando el gía compleja y como tales hay que tra-
futuro”. Y añade que no se refiere sólo tarlas. Pero parece claro que, en esta
“a las guerras, a los nacionalismos y a situación tan indignante, hay que bus-
totalitarismos que las generaron, sino car el empoderamiento legal de los po-
también a las relaciones sociales y pro- bres, especialmente de las mujeres. Lo
ductivas de las democracias”... al “tra- cual implica un cambio estructural de
bajo alienador”7. las sociedades en su conjunto8.
7
1.5. De forma de dominio a del credo que recitamos en nuestras li-
estructura de dominación turgias, no lo recitaríamos con la ligere-
za con que lo hacemos, contraviniendo
Lo más grave de esta trágica situa-
la advertencia litúrgica (“nos atrevemos
ción no está sólo en la obscena desnu-
a decir”)....
dez de los hechos sino, sobre todo, en
los discursos que los legitiman. En al-
gunos análisis del derecho de propie- 1.6. La construcción ideológica
dad, hay una obscenidad propia de la ra- de un dominio humano
zón cínica: la que busca cargarse de
razones para defenderse de la razón hu- Durante siglos se entendió el dere-
mana. La razón que disfraza las cadenas cho natural como el reflejo de la ley di-
del pobre con las guirnaldas que el rico vina en la naturaleza y la vida de los se-
pone sobre ellas, como ya denunció res humanos (iluminado además por la
Rousseau. revelación positiva en la tradición jude-
Antes hemos aludido sucintamente ocristiana). Para organizar nuestra vida
al argumentario ideológico que, a lo lar- razonablemente los humanos debíamos
go de siglos, ha regido la polémica en- tener en cuenta este orden jerárquica-
tre defensores y detractores de la pro- mente establecido. Así, tanto el orden
piedad privada. Entre esos argumentos natural como el humano positivo estu-
hay uno que ha sido determinante para vieron fundamentados y guiados por el
justificar la situación actual. Es el que religioso. Y la Iglesia católica (que se
utilizan quienes consideran el derecho consideraba depositaria de la recta in-
de propiedad privada como un derecho terpretación de este orden jerárquico)
natural del individuo, querido por Dios, pudo mantener un control hegemónico
y sacralizado hasta considerarlo invio- de toda la sociedad.
lable. La apelación a ese derecho natu- Se comprende entonces que, cuando
ral (llamada jusnaturalismo) ha sido en la situación revolucionaria desplaza a la
gran medida responsable de esa sacrali- Iglesia de este lugar privilegiado y pre-
zación, como luego veremos. tende legitimar el nuevo orden jurídico-
La propiedad es un problema que no político, lo haga construyendo un nue-
se agota en las consideraciones políti- vo “orden natural revolucionario”, que
cas, éticas, económicas y sicológicas proclama la soberanía del ser humano,
antes mencionadas. El hecho de que se racional y libre, para interpretar tanto el
sigan dando de ella legitimaciones ex- derecho natural como el divino. En el
plícitamente religiosas y jusnaturalistas caso más extremo, el nuevo orden no
sacralizadas, nos obliga a hacer un co- querrá tener otro fundamento y legiti-
mentario epistemológico y metodológi- mación que la voluntad del individuo
co, para saber el alcance de lo que va- soberano (positivismo jurídico): el fun-
mos a tratar. Si fuéramos conscientes de damento del derecho está exclusiva-
que nuestra forma de ser propietarios mente en la voluntad de quien lo crea.
determina nuestra forma de rezar el Así, el binomio jusnaturalismo-positi-
“Padrenuestro”, más que la ortodoxia vismo servirá de marco obligado para
8
pensar la realidad social, también la de ya intuyó A. Tocqueville siempre fue
la propiedad, hasta nuestros días. preciso que se diera un contexto histó-
El derecho de propiedad moderno, rico y social concreto (lentamente incu-
se ha visto secularmente remitido a es- bado) en el que nació un nuevo imagi-
te marco legitimador. Y uno se pregun- nario social dominante que tuvo
ta cómo fue posible que, si las Sagradas virtualidad suficiente para transformar
Escrituras dicen cosas tan sublimes so- la realidad a su imagen y semejanza. “El
bre la dignidad de todos los seres hu- principal efecto de la democracia es
manos como imágenes de Dios, no se convertir al amo y al servidor en extra-
las tuviera más en cuenta a la hora de ños, poniéndoles uno al lado del otro, en
organizar la vida real de las sociedades. vez de uno sobre el otro” . Desde posi-
Y aún más grave: cómo en nombre de ciones como esta se abre la posibilidad
dichas Escrituras, se pudieron defender de trascender la polémica miope entre
posiciones ideológicas contradictorias jusnaturalismo y positivismo, en que se
y, en algunos casos, negadoras de dicha encerró con frecuencia la discusión so-
dignidad humana. bre los derechos humanos, en general, y
La razón fundamental fue que toda el derecho de propiedad en particular.
esta cosmovisión jusnaturalista, que se Así pues, la jerarquización de los de-
presentaba como defensa de un orden rechos humanos, no es ni el simple re-
natural, reflejo del orden divino, era flejo de un orden natural objetivo y tras-
también, y sobre todo, una construcción cendente al quehacer humano, ni
ideológica. Tanto el jusnaturalismo co- expresión de una racionalidad que crea
mo el positivismo son ideologías abs- un código de obligaciones universal y
tractas y dogmáticas que ocultan o des- abstracto. Es fruto de la historicidad de
conocen las razones de su propia la conciencia y la praxis críticas de los
génesis, facilitando así su instrumenta- excluidos, de los “sin-derechos” que,
lización jurídica y política. Por eso es llegado un momento, comenzaron a gri-
necesario explicar esa construcción ide- tar “no hay derecho”. Y, cuando se gri-
ológica, en su génesis y en su funciona- ta “no hay derecho”, es porque se ha to-
lidad. mado conciencia de que la situación en
que se vive no es humanamente sopor-
table, por mucho que muchos quieran
1.7. Para entender esa génesis justificarla como natural o providencial,
Antes de explicar esa génesis dire- y se exige otra situación mejor, que se
mos que los derechos humanos son una ajuste de verdad al derecho.
construcción social de la realidad, vin- Como escribe lúcidamente E.
culada a un tiempo y unas experiencias Dussel “La dialéctica no se establece
concretas. Durante siglos, se los funda- entonces entre “derecho natural a priori
mentó basándose sólo en un orden on- versus derecho positivo a posteriori”,
tológico autorizado (el tomista por siendo el derecho natural la instancia
ejemplo) o en un jusnaturalismo racio- crítica a priori del derecho positivo, re-
nalista creador de un orden. Pero, como formable..., sino entre “derecho vigente
9
a priori versus nuevo derecho a poste- como tampoco era posible el ecologis-
riori”, siendo el nuevo derecho la ins- mo antes de la revolución industrial,
tancia crítica (es decir: histórica) y el de- cuando el planeta aparecía todavía co-
recho vigente el momento positivo, mo una fuente inacabada de recursos y
reformable, cambiable.... No caemos así los efectos negativos sobre la reproduc-
en el dogmatismo del derecho natural ción de la vida eran casi no medibles”10.
(solución... metafísica ya inaceptable), Pues bien: el derecho de propiedad,
pero tampoco en el relativismo... Los como derecho humano que se ha cons-
“nuevos” derechos son los exigidos uni- truido históricamente, ha necesitado de
versalmente (sea en una cultura, sea pa- un contexto histórico e ideológico con-
ra toda la humanidad, según el grado de creto para poder configurase y llegar a
conciencia histórica correspondiente) a ser lo que ha sido. En la medida en que
la comunidad política en el estado de su seamos capaces de conocer ese contex-
evolución y crecimiento histórico. Por to estaremos en condiciones de poder
ejemplo, no era factible (por las condi- valorar su pertinencia y vigencia histó-
ciones históricas concretas) el movi- rica y social, así como las legitimacio-
miento feminista en la Edad Media nes de que sigue siendo objeto. Vamos
(aunque hubo heroicas anticipaciones), pues a intentarlo.
10
2. LA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA DEL IMAGINARIO
PROPIETARISTA
11
Por lo que respecta al tema de la pro- medida en que se originen y reflejen el
piedad, hay, en el jusnaturalismo mo- dominio divino.
derno, individualista y secularizado, Conscientes de que hay muchas for-
una forma de explicar su origen y su na- mas humanas de dominio pervertidas y
turaleza jurídica y política, que sería in- degradadas, buscaron definir la natura-
comprensible sin tener en cuenta el tra- leza y límites del dominio, para que el
tamiento que de ese tema habían hecho hombre pueda ejercerlo adecuadamen-
los teólogos, católicos y protestantes. te. Por eso, aunque la Escritura dice que
Sin la legitimación teológica del de- Dios dio al hombre el dominio sobre las
recho de propiedad (y del modelo eco- cosas, los teólogos se preguntarán por
nómico en que éste se configura), no ha- qué lo hizo y de qué modo lo manifes-
bría sido posible la deriva economicista tó. La respuesta a estas preguntas es de-
de las sociedades occidentales. Otra co- terminante para definir y valorar la for-
sa será valorar adecuadamente la cali- ma de dominio y, más en concreto, la
dad cristiana de esas categorizaciones propiedad privada como un derecho hu-
teológicas. Me siento cercano de la in- mano básico.
terpretación que ve en el puritanismo b. Dando un paso más: si el dominio
calvinista una religión ética instrumen- humano sobre el mundo es una forma de
tada al servicio de los negocios. participar en la tarea divina y una con-
Tocqueville da pie a esta interpretación cesión de Dios al hombre, se puede con-
cuando (hablando como un sociólogo cluir que la dominación divina es fuen-
de la religión a quien no importa tanto te de un orden inscrito en la naturaleza
su verdad cuanto su funcionalidad so- de las criaturas, que pone a cada una en
cial), se refiere a la religión en América su lugar y le concede un estatus, que se-
como la primera institución política. rá visto como un derecho. En este sen-
Solamente una religión que garantizara tido, el hombre posee un derecho a do-
el amor al bienestar y a la riqueza, dice minar porque se encuentra en la cúspide
Tocqueville, era viable en una sociedad de lo creado. El dominio y el derecho,
como la americana11. que en Dios coinciden, por definición,
acabarán también coincidiendo en el ca-
so humano. El dominio humano se fun-
2.2. Fundamentación del dominio da en la voluntad expresa de Dios; y
humano sobre un mundo creado además está inscrito en el orden de la
por Dios creación.
a. Para un creyente, Dios es la fuen- c. Sin embargo, estos dos funda-
te y destino de todo lo creado. Para los mentos responden a dos lógicas dife-
teólogos de la Segunda Escolástica tam- rentes que, para la visión unitaria de los
bién deriva de Dios el modelo del do- teólogos, son dos caras de una misma
minio humano sobre el mundo. Dios es realidad; pero no lo serán cuando, más
el auténtico Dominus, el dueño de todo, tarde, se prescinda de toda considera-
y las diferentes formas de dominio hu- ción religiosa. Es decir: en la filosofía
mano sólo se explican y legitiman en la moderna, el orden jerárquico de las co-
12
sas ya no está vinculado a la creación o autorizan a ejercer el dominio sobre to-
Providencia divinas. ¿Cómo se llega das las demás criaturas. Y porque está
hasta ahí? legitimado por la creación divina para
d. Para el tomismo, el Dios Creador un ejercicio fáctico de dominación y
es todopoderoso. Pero es además apropiación.
Sabiduría infinita. Por ello, el ejercicio
de su voluntad será siempre ordenado.
Pero, como es sabido, con la aparición 2.3. La transformación del
de los “nominalistas”12, la voluntad de derecho natural al dominio en
Dios no está atada por sabiduría o razón derecho de propiedad
alguna (la potestad de Dios, según ellos, Pero una cosa es afirmar que el de-
es “absoluta” no “ordinata”). Es decir: recho natural del ser humano al domi-
para los primeros escolásticos, Dios nio sobre lo creado procede de Dios, y
quiere una cosa porque es buena; para otra, muy distinta, mostrar que los do-
los nominalistas, una cosa es buena por- minios concretos a los que se refiere el
que Dios la quiere. derecho positivo son una derivación ló-
Esta doble concepción del dominio gica de este dominio originario. Los te-
de Dios, se reflejará en una doble con- ólogos jusnaturalistas se habían preocu-
cepción del dominio humano, cargán- pado por mantener esa vinculación
dolo así de ambigüedad. Si el dominio entre ambos, de modo que el (inaliena-
humano se funda en el orden y la sabi- ble e imprescriptible) derecho humano
duría divinas, entonces los órdenes hu- a la propiedad privada, tenga también su
manos habrán de adecuarse al orden na- sentido y alcance en el orden divino.
tural divino (jusnaturalismo). Pero si se Intentaron así explicar el papel que jue-
subraya una lógica “voluntarista”, se ga cada uno, Dios y el hombre, en la di-
dará al dominio humano un carácter te- visión de los dominios y propiedades
ocrático (absolutista). entre los humanos. Y se basan para ello
e. Pues bien: la segunda escolástica en una doble convicción: a) Dios no di-
tiende todavía mayoritariamente a su- vidió ni repartió expresamente las cosas
brayar los datos naturales que reflejan y entre los hombres; pero b) el hombre no
se justifican en el orden divino (el do- es un dueño absoluto del mundo, que
mino del hombre debe respetar ese or- pueda crear las propiedades particulares
den y tiene cualidades, como la razón y a su antojo.
la libertad, que le permiten hacerlo). En ¿Cómo ha de hacerse entonces ese
cambio los jusnaturalistas modernos reparto? Las respuestas que dan son di-
quitan esa sacralidad al domino huma- ferentes.
no: éste no tiene que reflejar el dominio – Unos buscarán la explicación en
divino ni tiene ningún carácter sagrado. un mediador que, actuando como lugar-
Con ello se posibilita una forma de con- teniente de Dios y representante de la
cebir el derecho humano como un dere- humanidad, tiene la tarea de administrar
cho subjetivo, que tiene el hombre por- el dominio y dividirlo entre los seres hu-
que sus necesidades y sus facultades le manos. Buena parte de los teólogos ju-
13
ristas defenderán esta tesis que tiene, creción social y jurídica), desborda los
por otro, lado una gran tradición, y vie- conceptos romanos de “dominium” o de
ne avalada por figuras tan importantes “proprietas”. La sola referencia al mun-
como San Agustín. Y cuya versión mo- do romano habría sido insuficiente para
derna serán El Príncipe o, más adelan- legitimar un derecho a la propiedad con
te, el Estado Nación absolutista, como los atributos que en el discurso de esos
mediadores que ejercen el dominio so- teólogos se adjudican a un ser creado a
bre las cosas y las dividen entre sus súb- imagen de Dios. Fueron éstos quienes,
ditos a través del derecho. aunque no tuvieran conciencia clara de
– Para otros, esa visión “patriarca- la trascendencia de lo que estaban ha-
lista” de la realidad supone demasiadas ciendo, pusieron el sello de lo divino co-
dificultades y buscan otra explicación mo legitimador de lo que era una cons-
menos inadecuada como es la de un do- trucción humana, ayudando así a
minio común o una comunidad de bien- sacralizar lo humano e incluso a divini-
es (que, para unos, sería como estado in- zarlo.
termedio entre el dominio indiviso y la Pero así se abrió la puerta a la sa-
división de los dominios mientras que, cralización de un individuo y de un
para otros, será un ideal siempre desea- Estado propietarios y soberanos, en el
ble). Esta explicación se ajusta mejor a sentido moderno del término. Pasamos
sociedades no jerárquicas, formadas por ahora del jusnaturalismo teológico a su
individuos libres e independientes. versión secularizada en la Escuela del
Siempre se busca, a la vez, justificar el Derecho Natural y de Gentes y del ra-
derecho de propiedad y conseguir que la cionalismo de los siglos XVII y XVIII,
sustitución de Dios por el hombre en la que pretende explicar la realidad sólo en
realización de dicho derecho se haga te- clave antropocéntrica y racionalista,
niendo presente a Dios13. “como si Dios no existiera” y que será
Así se ve cómo la legitimación que el referente fundamental de nuestros sis-
los juristas teólogos de la segunda esco- temas jurídicos e ideológicos en el tema
lástica hacen del derecho al dominio, y de la propiedad (llamamos a eso jusna-
del derecho de propiedad (como su con- turalismo moderno).
14
3. LA CONSTRUCCIÓN DEL INDIVIDUALISMO
PROPIETARIO
Además, el orden del mundo des- mente toda similitud entre el dominio
cansa en la mera naturaleza humana, divino y el humano; y se irá imponien-
que está guiada por leyes propias, tanto do una visión nominalista que hará
físicas como racionales. El hombre se coincidir el dominio de institución divi-
guía, sobre todo, por su libertad, que, na y el de institución humana en una vi-
ahora, ya no es tanto una libertad-deber, sión positivista del derecho14.
cuanto una libertad-derecho, que le per-
mite imponer su voluntad a todas las co-
sas creadas. Solamente el poder políti- 3.1. Primeros pasos hacia el
co seguirá, durante algún tiempo, imaginario posesivo
legitimando el absolutismo en nombre
del derecho divino de los reyes; pero Así se irá construyendo el imagina-
también ahí desaparecerá progresiva- rio más importante de nuestras socieda-
15
des modernas: el del individualismo po- arresto arbitrario, las penas crueles o la
sesivo. Ese imaginario, aunque secula- tutela eclesiástica de los saberes) no es
rizado, sigue manteniendo una gran do- un mero subproducto de la lucha por la
sis de sacralización. En alguna de sus propiedad económica. El objetivo fun-
versiones recuperará incluso el explíci- damental del liberalismo era liberar al
to sello legitimador del providencialis- individuo del poder arbitrario y de las
mo cristiano (por ejemplo, en el “libe- fuerzas irracionales que le impiden vi-
ralismo doctrinario”, al que nos vir su propia vida con autonomía.
referiremos más adelante). Aunque la mayoría de sus representan-
El individualismo moderno tiene tes mostraron una actitud receptiva ha-
una compleja etiología y las causas de cia la sociedad mercantil y escribieron
tipo ético o religioso han sido muy rele- textos en los que convierten a la propie-
vantes. Pero una de sus señas más dis- dad y su protección en la prioridad de
tintivas ha acabado siendo el propieta- los gobiernos, todo ello ha de entender-
rismo, el cual determinará de forma se en su contexto: “Afirmar que el pro-
decisiva las relaciones del ser humano pósito central del gobierno es proteger
con los recursos que necesita para satis- la propiedad significa, en primer lugar,
facer sus necesidades y, a la vez, con negar que el propósito central del go-
sus semejantes. bierno sea salvar almas... Además, los
liberales clásicos asociaban muy estre-
3.1.1. Contrato social chamente la propiedad privada con la li-
bertad, tanto personal como política. En
Las sociedades modernas encontra- términos políticos, la propiedad podría
rán su explicación más convincente en aún definirse como aquello que los tira-
un contrato social llevado a cabo por in- nos arrebatan sin consentimiento”15.
dividuos propietarios, que se ponen de Esta dualidad perdura: Locke co-
acuerdo en las normas que van a regir mienza su Ensayo sobre el Gobierno
su convivencia y en instituciones que Civil afirmando que la protección de la
garanticen el cumplimiento de dichas propiedad es la finalidad del poder po-
normas. En la definición de dicho con- lítico. Pero también reitera en su obra
trato social será tan importante la eco- que “el fin del gobierno es el bien del
nomía que algunos autores hablan del género humano”.
papel “colonizador” de la economía so-
bre toda la vida social. Pero incluso es-
ta primacía de lo económico no deja 3.1.2. Individualismo posesivo
nunca de estar legitimada ética y reli- Ahora bien: exculpar a los liberales
giosamente. Es cierto que hubo diatri- clásicos de la acusación de materialis-
bas contra el “homo oeconomicus”, tas, economicistas y egoístas, no signi-
acusándolo de materialista y de egoísta, fica que desconozcamos que la deriva
y opuestas al liberalismo de clásicos, real del liberalismo occidental ha con-
como Locke, Smith, o St. Mill. El deseo ducido a lo que se ha venido llamando
liberal de libertad religiosa e intelectual el individualismo propietarista o pose-
(y las luchas contra el absolutismo, el sivo. Y, en dicha deriva fue decisiva la
16
importancia de algunos de los clásicos va rasgos religiosos del jusnaturalismo
del liberalismo (como el caso paradig- anterior (sobre todo la idea de Dios cre-
mático de Locke). ador que es muy explícita y sirve para
De este modo, el referente canónico argumentar a favor del destino univer-
para la tradición posterior será el jusna- sal de los bienes, pero también a favor
turalismo de Locke y su legitimación de la propiedad privada, que brota de la
del derecho de propiedad privada como naturaleza creada por Dios). Su jusna-
un derecho natural e inviolable. El he- turalismo quiere tener un carácter nor-
cho de que haya sido un autor que su- mativo, es decir: los derechos naturales
brayó de forma particular el aura sagra- son constitutivos de la condición moral
da de la propiedad y la legitimó además del individuo e irrenunciables. Pero la
en términos religiosos y morales, lo necesidad de garantizarlos le lleva a
convierte en un referente significativo ajustar las exigencias jusnaturalistas
de cómo el jusnaturalismo moderno be- con las demandas de seguridad, utilidad
bió en el jusnaturalismo religioso pre- y bienestar que la sociedad del indivi-
moderno y, a la vez, supo prescindir de dualismo impone.
él, cuando formuló su jusnaturalismo Para Locke, el individuo es libre, in-
racionalista. dependiente y propietario; y la sociedad
Como ahora vamos a ver, Locke es es el resultado de las relaciones entre in-
el autor de la ambigüedad y la incohe- dividuos libres, independientes y pro-
rencia lógicas. Quizá tuvo que serlo, pa- pietarios. Lo que hace luego es elevar a
ra responder, a la vez, a las exigencias de la categoría de natural (en el sentido
la nueva sociedad burguesa, que ya no ilustrado de racional, universal y prepo-
soportaba el absolutismo (al que consi- lítico), lo que era la sólo forma hege-
deraba enemigo de sus intereses de cla- mónica de pensar en aquella sociedad
se), pero que necesitaba defender estos mercantil guiada por la lógica del indi-
intereses frente a otros nuevos enemi- vidualismo posesivo, y vertebrada des-
gos, especialmente, los nos propietarios. de el principio sagrado del derecho na-
tural a la propiedad privada.
Esta sociedad libera de toda atadura
3.2. La “Bíblia burguesa” de John la lógica de la “crematística” denuncia-
Locke da por Aristóteles. Con ello el individuo
está en disposición de apropiarse de to-
En efecto: según Duverger, Locke do cuanto pueda que será, progresiva-
ha sido el autor de la “Biblia burguesa”, mente, casi todo. Todo se puede com-
es decir: el texto legitimador del imagi- prar y vender. No sólo las cosas, sino
nario burgués (con influjo incluso en la también el trabajo de las personas y las
Doctrina Social de la Iglesia). Por eso, mismas personas. El problema de la
vamos a referirnos a él un poco más de propiedad privada necesita ahora un dis-
detenidamente16. curso legitimador que lo haga presenta-
Locke (1623-1704) arranca de un ble. Y dicho discurso presentará una do-
jusnaturalismo racionalista que conser- sis de ambigüedad que pocos autores
17
supieron manejar con tanta lucidez y Locke busca legitimar. Pero Locke lo
eficacia, como Locke. Veámoslo. hizo y con éxito.
Textos como el que sigue evidencian
3.2.1. Del derecho natural al derecho su propósito. “Es evidente... que los
burgués hombres estuvieron de acuerdo en que
la propiedad de la tierra se repartiese de
De forma paradigmática, Locke afir-
una manera desproporcionada y des-
ma y legitima el derecho natural indivi-
igual; es decir, independiente de socie-
dual a la propiedad como el gozne so-
dad y de pacto; porque allí donde exis-
bre el que debe girar la sociedad
ten gobiernos, son las leyes las que
humana, civil y política. La naturaleza
reglamentan esa posesión. Por un acuer-
del ser humano es ser propietario de su
do común, los hombres encontraron y
vida, de su libertad y de sus bienes. “La
aprobaron una manera de poseer, legíti-
finalidad máxima y principal que bus-
mamente y sin daño para nadie, mayo-
can los hombres al reunirse en estados
res extensiones de tierra de las que ca-
o comunidades, sometiéndose a un go-
da cual puede servirse para sí, mediante
bierno es salvaguardar sus bienes; esa
el arbitrio de recibir oro y plata...”19.
salvaguarda es muy incompleta en el es-
Locke pasa, sin solución de continui-
tado de naturaleza”17. Y en la introduc-
dad, de justificar el derecho natural y
ción a su obra: “Entiendo por poder po-
universal a la propiedad, a justificar el
lítico el derecho de hacer leyes que estén
derecho burgués de propiedad como si
sancionadas [incluso con la pena capi-
fuera natural y universal. Esa falacia no
tal]... para la reglamentación y protec-
se explica solamente por la mera apari-
ción de la propiedad”18.
ción del dinero o por la necesidad del
Pero Locke es consciente de que ar- poder legítimo para organizar la socie-
gumentar a favor del derecho natural a dad con seguridad. Hay en él otros pre-
la propiedad privada y, a la vez, legiti- supuestos que conviene explicitar por-
mar la forma en que la sociedad mer- que todavía hoy gozan de vigencia.
cantil de su época defendía y salva-
guardaba este derecho, exigía solventar
algunas cuestiones poco claras. Pues el 3.2.2. De la lógica humana a la
jusnaturalismo es una filosofía esen- lógica económica
cialmente igualitaria, para la que el de- Las limitaciones naturales de la pro-
recho natural a la propiedad significa piedad (echar a perder lo que se acu-
(como él mismo reconoce) que: nadie mula, acumular más de lo que es sufi-
tiene derecho a acumular más de lo que ciente o fruto estricto del propio
puede consumir; se debe permitir que trabajo), dejan de serlo. Y se abre un
todos tengan lo suficiente para vivir y la nuevo universo construido no desde la
medida de dicha diferencia e incluso de antropología de las necesidades natura-
su limitación está en el propio trabajo. les, sino desde lógica economicista del
Con este vademécum en la mano pare- individualismo posesivo. Locke inten-
ce imposible construir una sociedad tará demostrar que actuar conforme a
propietarista como la burguesa que esta lógica es racional y moral, y que
18
cuando el propietario burgués aumenta ni el contrato deben su validez al
su propiedad, está cumpliendo con una Estado, sino a la razón natural, a la ra-
vocación racional y con un proyecto so- zonabilidad moral de los hombres.
cietario. Hay, pues, dos niveles de consenso
Pero, si Locke está pensando en in- en la teoría de Locke: el consenso entre
dividuos cuyo comportamiento es ra- hombres libres, iguales y racionales, en
cional, ¿cómo justifica el acumular di- el estado de naturaleza (para atribuir un
nero y tener más de lo que uno puede valor al dinero, y consecuentemente a
utilizar para satisfacer sus necesidades? los contratos comerciales), y el acuerdo
Según Macpherson, desde el comercio mutuo de ceder todos sus poderes a la
y la industriosidad. Locke ve el dinero mayoría. Este segundo es el que crea la
como capital, lo mismo que la tierra20. sociedad civil. Pero el primero es váli-
Su objetivo no es proporcionar una ga- do sin necesidad de él.
nancia para el consumo, sino engendrar
más capital mediante una inversión fe- 3.2.4. Justificación de la superación
cunda. Y explica esa rentabilidad del di- de límites
nero por “convenio entre quienes tienen
posesiones desiguales”. No niega la es- La superación del límite de la sufi-
terilidad atribuida al dinero, pero la tras- ciencia, es decir, que se deje lo sufi-
ciende por el concepto de convenio en- ciente para todos, se debe, según Locke,
tre desiguales. Su perspectiva es a que cuando se consiente en el uso del
mercantilista: le interesa más el punto dinero, se está consintiendo, a la vez, en
de vista de la riqueza de la nación que sus consecuencias. Está, pues, justifica-
el de la riqueza individual. El deseo de do que un individuo se apropie de la tie-
acumular no es muestra de avaricia si- rra aunque no deje suficiente y de igual
no afán de generar riqueza nacional. Sin calidad para los demás21. Locke argu-
negar los límites del derecho natural ori- menta diciendo que quien se apropia de
ginal, justifica acumular lo que no se todo lo que puede genera un incremen-
echa a perder. Una justificación típica- to del fondo común de la humanidad,
mente capitalista. por lo que, al final, genera más produc-
tividad y más riqueza, y compensa la
falta de tierra disponible para todos:
3.2.3. Justificación del dinero “Así, cuando las consecuencias de una
La introducción del dinero se da, pa- apropiación que excede el límite inicial
ra él, por un consentimiento tácito, an- se miden por la prueba fundamental (sa-
terior e independiente al de la sociedad tisfacción de las necesidades de la vida
civil. El dinero y la desigualdad en la para todos los demás) y no por la prue-
posesión de la tierra, y el comercio, se ba instrumental (disponibilidad de la
dan ya en el “estado de naturaleza” (el tierra para que los demás hagan frente a
cual es una curiosa mezcla de fabula- las necesidades de la vida con ella), la
ción histórica y de abstracción lógica a apropiación más allá del límite adquie-
partir de la sociedad civil). Ni el dinero re un valor positivo”22.
19
3.2.5. Superación del límite del 3.2.6. Resultados
trabajo Según Macpherson, la hazaña de
La limitación que impone el trabajo Locke fue dar una base moral a la apro-
(sólo es apropiable el producto del pro- piación burguesa24. Minó así la concep-
pio trabajo), parece la más difícil de su- ción tradicional, según la cual, propie-
perar, pero Locke no parece temerla. Ni dad y trabajo son funciones sociales y la
siquiera necesitó demostrar la validez propiedad implica obligaciones socia-
de la relación salarial por la que un hom- les. A partir de él, la posesión de un bien
bre adquiere legítimamente un título so- que proviene del trabajo personal de su
bre el trabajo de otro, pues se daba por propietario se legitima igual que la po-
supuesta. sesión de un bien que resulta de la apro-
Además, Locke argumentaba que, si piación privada de un trabajo que es de
el trabajo es propiedad de la persona ha otro al que se lo compra.
de ser, por definición, alienable. Pues la Desde entonces, la dominación y ex-
propiedad, para él, no es solamente un plotación del trabajo asalariado se con-
derecho a disfrutar o usar: es un derecho sidera fuente legítima de propiedad. El
a disponer, a cambiar, a alienar. Así ele- propietario de una empresa lo es con el
vaba a categoría de natural lo que era mismo título que el dueño de una casa,
normal en la sociedad de su época: los aunque el primero se haya apropiado in-
asalariados, al nivel de subsistencia, justamente de parte del trabajo de sus
eran una clase importante de aquella asalariados.
economía. Y no sólo acaba con la descalifica-
Locke niega que haya un derecho ción moral que lastraba la apropiación
natural a alienar la propia vida (pues la capitalista ilimitada, sino que, además,
vida es propiedad de Dios) y deniega a justifica como natural una diferencia de
la sociedad civil el poder de abrogar el clases en derechos, dando así una base
derecho natural. Pero no supo reconocer moral positiva a la sociedad capitalista.
que la alienación continua del trabajo La importancia de este tema para en-
por el salario de mera subsistencia para tender el alcance desigualitario y exclu-
toda la vida es, en realidad, una alinea- yente de la propiedad burguesa exige,
ción de la vida y de la libertad. “Dio por como hace Macpherson, explicar cómo
supuesto... que el trabajo era natural- legitima Locke la desigualdad de clases,
mente una mercancía, y que la relación el sufragio censitario y (cuando haga
de trabajo asalariado que me da el dere- falta) el ejercicio autoritario del poder.
cho de apropiarme del producto del tra- Tener, saber y poder, aparecen ya como
bajo ajeno era una parte del orden natu- la trinidad sagrada que regirá el orden
ral”23. burgués:25.
Así se ve que la limitación del dere- a. Las diferencias de clase en dere-
cho de propiedad introducida por el tra- chos naturales y en racionalidad, se jus-
bajo (derecho a cuanto se pueda produ- tifican por dos ideas dominantes en su
cir con el trabajo de uno mismo) no fue época. La clase trabajadora es necesaria
ni considerada por Locke. a la nación; pero sus miembros, en rea-
20
lidad, no son miembros con pleno dere- 3.2.7. En resumen
cho del cuerpo político ni tienen título – Locke dibuja un estado de natura-
para ello. Además, los miembros de la leza de libertad e igualdad entre los
clase trabajadora no viven ni pueden vi- hombres, pero acaba trasladando a él las
vir una vida plenamente racional. desigualdades de su sociedad, por el
b. La clase trabajadora es incapaz de modo de concebir la propiedad.
una acción racional y de vivir con arre- – Su tratamiento de los derechos de
glo al criterio moral de los hombres ra- propiedad implica que los supuestos di-
cionales: no es capaz de pensar o actuar ferenciales ya están implícitos en la na-
políticamente (el derecho a la revolu- turaleza humana. El postulado indivi-
ción pertenece a la mayoría, pero no a dualista transforma la masa de
la clase trabajadora). individuos iguales (justamente) en dos
c. Además, los que no trabajan, los clases con derechos muy diferentes: los
pobres holgazanes, son depravados por que tienen propiedades y los que care-
propia elección, degradados por su po- cen de ellas. Los segundos dependen de
sición, y deben ser objeto de la discipli- los primeros y son incapaces de modifi-
na y de la purificación de las costumbres car las circunstancias en que se encuen-
(justificándose el trabajo de sus hijos de tran.
más de tres años de edad). – La igualdad inicial de derechos na-
Locke está lejos de autores, como turales, consistente en que nadie tiene
Pufendorf, que creen que en el estado de jurisdicción sobre nadie, no puede sub-
extrema necesidad se anula el derecho sistir tras la diferenciación de la propie-
de propiedad, y sigue afirmando que es- dad. Dicho de otra forma, el hombre que
te derecho es la forma de garantizar la no tiene la propiedad de cosas pierde la
justicia. En extrema necesidad (y ya que propiedad plena sobre su propia perso-
las leyes que obligan al Estado a subve- na que era la base de sus derechos natu-
nirles apenas se aplican), apelará a la ca- rales iguales.
ridad para socorrerles con los bienes su- – “La diferenciación de la propiedad
perfluos. En los economistas políticos es natural, es decir, ajena a los vínculos
posteriores a la Restauración es lugar de la sociedad y al pacto”.
común el envilecimiento moral de la
– La esencia del comportamiento
clase trabajadora. La clase trabajadora
racional es la apropiación industriosa.
es una fuente de riqueza disponible pa-
Cuando la acumulación ilimitada se
ra la nación, lo que obliga a hacerles tra-
convierte en racional, la racionalidad
bajar sin descanso. Pero no es que los
plena solamente es posible para quie-
intereses de la clase trabajadora estén
nes pueden acumular así. Los que que-
subordinados al interés nacional (pues
dan sin propiedad no pueden ser in-
dicho interés era monopolio exclusivo
dustriosos ni racionales en el sentido
de la clase dominante). La clase traba-
original.
jadora era una mercancía y estaba so-
metida al estado sin ser miembro del – En suma: Locke introdujo en la na-
mismo con pleno derecho. turaleza original del hombre una incli-
21
nación racional a la acumulación ilimi- Locke dio siempre por supuesto que el
tada; mostró que se hallaba naturalmen- comportamiento plenamente racional
te frenada en la sociedad anterior al di- era un comportamiento acumulativo,
nero, y mostró que podía eliminarse ese pudo advertir, cuando el trabajo y la
freno mediante un artificio que conside- apropiación se volvían separables, que la
ra al alcance de los poderes racionales racionalidad plena residía en la apropia-
del hombre natural... Debido a que ción y no en el trabajo26.
22
4. CONSECUENCIAS: DERIVA TOTALITARIA DEL
INDIVIDUALISMO POSESIVO Y DESTRUCCIÓN DEL
SUJETO HUMANO
Desde una óptica cristiana puede ser bueno comparar cuanto lleva-
mos expuesto con la figura y praxis de Jesús. Eso ayudará a cuestio-
nar y desactivar una legitimación del dominio, como la que se ha sacra-
lizado en el imaginario del individualismo posesivo, en nombre del cris-
tianismo.
28
EN CONCLUSIÓN
29
NOTAS
1. Se llama existencial a un rasgo que –aunque no ville (1805-1859), dos siglos después”,
pertenece a la esencia o a la definición de un Estudios de Deusto (enero-julio, 2005),
ser, está presente en todos los miembros de esa Universidad de Deusto, pág. 183-250.
definición. Vg. en el caso del hombre: la risa, 10. E. DUSSEL, “Seis tesis para una filosofía políti-
o la sexualidad. ca crítica”, en Hacia una filosofía política crí-
2. J. ATTALI, Historia de la propiedad, Barcelona, tica, Bibao, Desclée de Brouwer, 2001, pág.
Planeta, 1989, pág. 12. 43-64.
3. Cita tomada del inédito de G. BORDET, Étude sur 11. DE TOCQUEVILLE, La democracia..., II, 1a parte,
Proudhon, citado por ATTALI en Historia de la pág. 408-409.
Propiedad, pág. 316. Proudhon es célebre por 12. Así se llaman los escolásticos decadentes de
su afirmación: “la propiedad es un robo”, en los siglos XIV y XV que creen que la razón no
Qué es la propiedad (1840). puede alcanzar la realidad de las cosas sino
4. Bob SUTCLIFFE. 100 Imágenes de un mundo des- sólo darles un nombre arbitrario (de ahí el títu-
igual, Barcelona, Icaria/Intermón Oxfam, 2004; lo de la novela El nom de la rosa). Esta deva-
J. M. HERNÁNDEZ. “Gigantes y enanos. El con- luación de la razón comporta también una
trato social en la era de la Globalización”, inflación de la voluntad.
Revista Internacional de Filosofia Política, 25 13. Para ver la complejidad y ambigüedad de las
(julio 2005), pág. 109-129. explicaciones de los teólogos juristas del XVI-
5. CRISTIANISME I JUSTÍCIA, “Mundo obsceno”, XVII sobre el origen de la propiedad, véase
Papeles, 173 (septiembre 2006). M. F. RENOUX-ZAGAMÉ, Origines théologi-
6. Z. BAUMAN, Las vidas desperdiciadas. La ques du concept moderne de propriété, Paris,
modernidad y sus parias, Barcelona, Paidós, Librairie Droz, 1987.
2005. 14. Late aquí un problema que se da tanto en eco-
7. E. VITALE, “¿Fin de la Modernidad política?”, nomía como en política y que puede resumir-
RIPF, 28 (dic. 2006), pág. 135-147. se en la conocida tesis de C. Schmitt: “no hay
8. M. ROBINSON, “Los derechos de propiedad son categorías inmanentes apelando a las cuales
derechos humanos”, El País, 1-VI-2007. pueda legitimarse un orden político”. Este
9. A. DE TOCQUEVILLE. La democracia en América, punto aparecía también en el diálogo entre J.
México/Buenos Aires, Fondo de Cultura Habermas y J. Ratzinger que recogió la pren-
Económica, 1963; ver D. VELASCO, “Tocque- sa cuando el segundo fue hecho papa. Y expli-
30
ca el respeto que (pese a la deriva nazi de mo razonable, además del ya citado Ensayo
Schmitt), sentía por él un judío como Jacob sobre el gobierno civil. Ver pág. 191-204.
Taubes (ver La teologia política de Sant Pau, 26. MACPHERSON, La teoría..., pág. 202-203.
Madrid, 2007, pág. 149). 27. Ver G. PECES-BARBA, E. FERNÁNDEZ y R. DE
15. Stephen HOLMES, Anatomía del Antiliberalis- ASIS. Historia de los Derechos Fundamen-
mo, Madrid, Alianza Editorial, 1999, pág. tales. T. II. Vol. III. Madrid, Dykinson/Institu-
264. to de derechos Humanos Bartolomé de las
16. Aquí sigo, sustancialmente mi texto Casas, 2001, pág. 271-274; 287ss; 362-64.
“Propietarismo y exclusión socioeconómica y 28. Añado “una vez más” porque, ya en los umbra-
política” a Iglesia Viva 211 (2002). Como les del individualismo moderno, la Iglesia que,
resumen rápido puede verse también el capí- por fidelidad a su fe, no podía sentirse satisfe-
tulo 12 “Teocracia propietaria” de J. I. cha con la naciente mentalidad mercantil y usu-
GONZÁLEZ FAUS, Madrid, Ojo avizor, 2004, rera, acabó aceptándola. Pasando, como escribe
pág. 54-57. J. Le Goff, “del compromiso con la feudalidad
17. J. LOCKE. Ensayo sobre el gobierno civil, Pr. al compromiso con el capitalismo”, no hace
124. Madrid, Aguilar, 1969, pág. 93-94. más que salvarse ella misma en el capitalismo:
18. J. LOCKE. Ensayo..., pág. 4. la bolsa, es su vida. “La Iglesia transforma así
19. J. LOCKE. Ensayo..., n. 50. cinco de los siete pecados capitales (avaricia,
20. Sigo a C. B. MACPHERSON, La teoría política soberbia, envidia, ira y gula) en valores econó-
del individualismo posesivo, Barcelona, 1976, micos posibles. O, mejor... deja que esa trans-
pág. 176ss., y L. DUMONT, Homo aequalis. formación se realice sin condenarla ya, hacien-
Génesis y apogeo de la ideología económica, do que se fusionen las normas de gestión con-
Madrid, 1982, pág. 71-86. table del mercader con las normas del compor-
21. Macpherson cita un texto que aparece en una tamiento moral del cristiano.
revisión de la tercera edición del Ensayo, aña- 29. Sobre el liberalismo doctrinario, véase D.
diendo un argumento nuevo tras el primer VELASCO, Pensamiento Político Contemporá-
párrafo del n. 37. neo, Bilbao, Universidad de Deusto, 2001,
22. MACPHERSON, La teoría..., pág. 184. pág. 155 ss, y bibliografía citada.
23. MACPHERSON, La teoría..., pág. 190. 30. B. CONSTANT, Principios de Política, Madrid,
24. Comenta L. Dumont que, al desaparecer la Aguilar, 1970, pág. 120.
subordinación como principio social y quedar 31. Ensayo sobre el principio de Población.
el individuo como referente fundamental, se Segunda edición de 1803.
hace imprescindible que éste interiorice un 32. Para ver cómo se plasma en el ámbito jurídico
código moral que le impida caer en el liberti- y político el espíritu totalitario del economi-
naje y le obligue a aceptar las reglas de juego cismo, véase C. POLIN, L´esprit totalitaire,
de la sociedad. Se trata, para ello, de hacer ver Paris, Editions Sirey, 1977.
que el orden social libremente asumido es 33. P. Barcellona, El individualismo propietario,
fuente de felicidad. (pág. 77ss). Madrid, Trotta, 1996, pág. 113.
25. Para ver cómo Locke trata estas cuestiones 34. Véase el número monográfico de la revista
Macpherson analiza sus obras Ensayo sobre el Bibel und Kirche, 62 (Jahrgang, 1, 1/2007),
entendimiento humano y Sobre un cristianis- que he utilizado para redactar este apartado.
31