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Datos bibliográficos:
Capítulo 1
Disciplina ¿estímulo o desestimulo?
Para una madre desesperada: “atar” a su hijo rebelde. Para algunas escuelas: un pupitre
segregado, una visita al director, aislamiento, suspensión. Para un niño: estar parado media
hora viendo la pared mientras “piensa en lo que hizo”.
En este sentido, resulta fundamental visualizar los resultados a largo plazo en lugar de dar
soluciones de corto plazo que dan una ilusión de eficacia.
La disciplina que enseña a los niños les ayuda a aprender para el futuro, mientras que el
castigo hace que paguen por el pasado.
Disciplina viene del griego discipulus que significa “alumno”, y disciplina que significa
“enseñar” o “aprender”. Mientras que el castigo no consigue resultados a largo plazo. Los
adultos que valoran los derechos humanos y los de los niños están convencidos que de que
las tácticas que humillan y privan a un niño de su dignidad y respeto son medios que no
justifican el fin.
La disciplina punitiva se basa en la creencia de que para conseguir que un niños haga mejor
las cosas en el futuro primero hay que hacer que se sienta mal consigo mismo, mientras que
la disciplina positiva se basa en la comprensión de que los niños mejoran cuando se sienten
mejor.
La disciplina positiva puede ayudar a los niños a aprender muchas técnicas buenas para la
vida, como aprender la importancia de dedicar el tiempo necesario a serenarse hasta ser
capaz de pensar con mayor claridad, pudiendo así solucionar sus problemas y aprender.
Cuando se está enojado o alterado de alguna manera, los seres humanos funcionamos a
partir del cerebro primitivo (tallo cerebral). Cuando nos serenamos y podemos pensar con
claridad volvemos a funcionar desde el cerebro racional (córtex).
Capítulo 2
Si la disciplina no es punitiva, entonces ¿qué es?
La disciplina positiva está diseñada para animar a los niños y enseñarles autocontrol
y autodisciplina.
La disciplina positiva es respetuosa, pues los niños son participantes implicados en
lugar de meros objetos o víctimas del proceso.
La disciplina positiva ayuda a los niños a comprender que su cerebro no funciona
bien cuando están enfadados. Aprenden el valor de dedicar un determinado perioo
de tiempo a tranquilizarse hasta que el cerebro funciona de una forma ventajosa en
lugar de perjudicial para ellos.
Capacidad de autorrelajarse
Los niños necesitan pasar tiempo solos para mantener su capacidad de autorrelajación.
Cuando los padres no logran estimularlos o reconfortarlos, les ofrecen el móvil, columpios,
etc. Lo que deben hacer es establecer equilibrio entre la estimulación y el tiempo en
soledad, lo que no quiere decir que no puedan jamás reconfortar a los niños, sino que
hablar, jugar con ellos, proporcionarles objetos para que los exploren y jueguen.
Cuando los niños comprenden que a veces podemos sentirnos desanimados y que pueden
determinar cuándo están listos para cambiar su comportamiento, se sienten motivados, lo
cual constituye la base de pertenencia y la de significación.
Capítulo 3
Disciplina positiva para niños sin uso de razón
No se debería utilizar la disciplina positiva con los niños menores de dos años y medio, a
menos que lo elijan libremente, lo cual es muy infrecuente, aunque como toda regla, existen
las excepciones.
Para los niños menores de 3 años, a menudo su mala conducta es una consecuencia del
cansancio o la frustración producida por la falta de técnicas para obtener lo que desean o
necesitan. Muchas veces se sienten confusos y rebeldes cuando los adultos no comprenden
su necesidad de explorar y experimentar. Los niños menores de 3 años tienen la necesidad
de explorar, su instinto por desarrollo se los pide.
Su desarrollo intelectual y duda al preguntarse “¿debo hacer caso cuando mis padres dicen
“no hagas esto” o “sigo mi instinto por querer descubrir el mundo que me rodea?” se
justifica con las pruebas de desarrollo de Piaget (vasos de agua y bolitas de arcilla) niños de
3 años no comprenden los cambios de permanencia, mientras que niños de 6 años sí.
Debido a lo mismo es que tampoco sería eficaz utilizar la disciplina punitiva con niños
menores a 3 años, puesto que no son capaces de relacionar el “crimen” con el “castigo”.
Asimismo, por ejemplo, para los más pequeños puede ser más atemorizante un padre
enfadado, que le grita y que le pega, que una silla alta de la que se puede caer, o la calle,
etc. En lugar de pegar a un niño que sale a correr a la calle, es preferible que se le enseñe a
mirar para ambos lados, a no bajar de la acera, puesto que si está con el padre tendrá más
miedo a que le padre le pegue a que lo atropelle un auto, y si el padre no está ahí correrá
con libertad con el riesgo de ser atropellado, es mejor enseñarle, de esta manera cuando sea
grande tendrá recursos y no miedo.
Antes de los 3 años, los adultos deben aproximar la disciplina con el niño “Vamos a leer un
libro o a escuchar música hasta que nos sintamos mejor”. De esta forma los adultos
modelan el objetivo de la disciplina para que se convierta en una técnica familiar en el
momento que el niño esté listo para utilizarla.
Capítulo 4
El castigo y las recompensas no son motivadores eficaces a largo plazo
El libro de Alfic Konh (Punished by Rewards 1993) demuestra los efectos destructivos a
largo plazo de la recompensa y el castigo. A modo de ejemplo se han extraído estos
párrafos:
Formar el autocontrol
Frente a la disciplina punitiva ¿cómo los niños van a formar su control interno (autocontrol)
si están constantemente haciendo frente a un control externo (disciplina punitiva)? Las
recompensas y los castigos se pueden reemplazar involucrando a los niños respetuosamente
en la averiguación de sus posibilidades. Se le puede pedir al niño que hable sobre el
problema en una reunión de clase o familiar, luego quienes escuchan pueden aportar
soluciones (esto les muestra que las opiniones objetivas pueden ser valiosas). Cuando los
niños están enfadados no pueden pensar de manera racional, por lo que es necesario que se
tomen un descanso y se calmen. Los padres y educadores pueden investigar qué ha
ocurrido, el causante, cómo se sienten, qué aprendieron y qué ideas tienen para evitar que
suceda nuevamente.
El objetivo de la disciplina positiva y otros métodos similares es ayudar a los niños a ser
responsables, autodisciplinados, seguros de sí mismo, y a tener autocontrol. La disciplina
positiva es una de las muchas formas no punitivas de ayudar a los niños a mejorar su
comportamiento.
El control sólo puede funcionar cuando los niños son pequeños y los puedes controlar
físicamente, pero ¿qué ocurre cuando los niños se convierten en adolescentes, demasiado
altos y fuertes para ser controlados?
Capítulo 5
Comprensión de los objetivos erróneos del comportamiento
La disciplina punitiva desanima a los niños e incrementa el mal comportamiento, mientras
que la disciplina positiva se sienten aceptados y significantes.
Los niños toman decisiones. Cuando su comportamiento ha sido guiado por la disciplina
punitiva se crean objetivos erróneos por los cuales han de tomar decisiones en cuanto a sus
acciones.
Categorías de decisiones:
Decisiones sobre ellos mismos: soy bueno o malo, capaz o incapaz, miedoso o
seguro.
Decisiones sobre los demás: ¿me van a ayudar o herir, a animar o a castigar, a
cuidar o a abandonar?
Decisiones acerca del mundo: ¿es seguro o amenazante, es hermoso o terrorífico?
Decisiones acerca de cómo sobrevivir o prosperar: debo _____ para sobrevivir o
prosperar. Cuando los niños toman decisiones sobre como prosperar se están
convirtiendo en personas con capacidades. Cuando toman decisiones sobre como
sobrevivir, los adultos dicen que se portan mal.
Objetivos erróneos:
Llamar la atención
Tener el poder
Venganza
Asunción de incompetencia
Ignorar estas creencias que existen detrás del comportamiento puede tener consecuencias a
largo plazo. La disciplina punitiva sin considerar la creencia que hay detrás del
comportamiento del niño tiende a causarles el desarrollo de más creencias negativas.
Para abordar esto, es necesario introducirse en el mundo de los niños, para así diagnosticar
el objetivo erróneo del niño y ayudarlo a comprender su propio comportamiento.