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La metáfora de la bicicleta y las rueditas.

"Enseñarle a un chico a andar en bicicleta suele ser un momento muy


interesante y permite una reflexión más amplia.

El problema reside en el momento justo de sacarle las rueditas de la


bicicleta ¿Cuándo puede valerse por sí mismo y no necesita de ese
sostén, incluso, de nosotros caminando a su lado? ¿Y si se cae o golpea?
¿Está en condiciones de andar solo? ¿Y si siente que lo estamos
abandonando? Éstas suelen ser las dudas de los adultos.

La metáfora de la bicicleta y las rueditas viene a la mente cada vez que


se llega al Jardín en tiempos de adaptación. En muchos casos se
observa que la situación de “despegue” parece eterna; mamás y papás
que no logran tomar la decisión de “sacarle las rueditas”…

Es muy difícil administrar la gradualidad del despegue, tener la


madurez y seguridad de tomar distancia para dejarlos crecer, cuando
lo único que queremos en la vida “es tenerlo a nuestro lado”.

Crecer, aprender, madurar, es asumir el desafío de “saltar a lo


desconocido”, “despegarnos de lo conocido” perdiendo la calidez y
seguridad de lo familiar.

Aprendemos porque arriesgamos, porque asumimos los costos de lo


nuevo y porque existen unos adultos que nos dan la garantía de que
nos ayudarán si hay dificultades.

Es la gran paradoja… porque los amamos queremos que estén toda la


vida con nosotros, pero también porque los amamos queremos que
crezcan. La madurez es entender que crecer es lo mejor para ellos… más
allá de nosotros".

Reflexión de Laura Pitluk y Ruth Harf

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