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Las Psicosis
Alejandro Ariel
Pura H. Cancina
t' Norberto Rabinovich
Sergio Rodríguez
Isidoro Vegh
Hector Yankelevich
Pablo ZOpke

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1
Colección: La clínica en los bordes
1

r PROLOGO

Tenemos el honor y el agrado de prologar el libro que reúne la serie de conferencias

que en su momento, -agosto 1992-, presentamos en la Facultad de Psicología de la U.N.R.
En aquella ocasión nos sentimos también honrados por la presencia en el panel de los
invitados, -siempre reconocidos por el talento, la seriedad científica, la vasta producción
teórica y la profunda incidencia lograda, en la extensión del psicoanálisis de sus reflexiones
acerca de la práctica y de la cUnica- y, asimismo por el numeroso público asistente.
La respuesta amplia a la convocatoria de las "Jornadas sobre las Psicosis" posibilitó
la participación activa y entusiasta de la audiencia que, en pequeños grupos coordinados,
re-trabajó las cuestiones desplegadas en las exposiciones centrales. No es de lamentar que
esa fase de las jornadas no sean publicadas, pensamos (deseamos) que sea un elemento
movilizador para los lectores: que las coincidencias, las polémicas y las preguntas se
susciten en este otro tiempo precedido por la lectura. La publicación guarda aún la frescura
y el encanto propio de la transmisión oral, a la vez que cada uno de los autores conduce el
desarrollo de los temas escogidos con rigurosidad, rozando y por momentos traspasando,
los lfmites que el entrecruzamiento de las propias prácticas con la reflexión clínica y el
sustento de la teoría psicoanalítica les posibilitan; no es un fenómeno raro tratándose de
un terreno tan dificultoso, ajeno y, como no, también extraño como el de las psicosis,
resumido bellamente en el subtítulo de Alejandro Ariel: "Adentro de nada. Afuera de todo".
Dirección de la colección Desde siempre, -una vez que se descubrió... , siempre se supo-, el Psicoanálisis es la
"La Clfuica en los bordes·: respuesta más eficaz que Freud encontró para tratar los sufrimientos neuróticos, sus
Pura H. Cancina síntomas, sus inhibiciones y sus angustias,· y asi mismo, desde siempre las psicosis no
Carmen Dellariva enigmáticas en si mismas pero resistentes a las especulaciones teóricas e indiferentes (en
el mejor de los casos) a cualquier interpretación despertaron el interés de los psicoanalis-
tas. Aquello que no se comprende de ninguna manera, que dificultosamente se entiende y
Las Psicosis muy dificilmente se explica no ha sido obstáculo para movilizar y encausar los esfuerzos de
Copyright 1993 - Horno Sapiens Ediciones quienes han puesto y ponen en juego toda su experiencia para dar cuenta de que en la raíz
Sarmiento 646 - Rosario de la misma hay una ética que encuentra sus principios en la estructura misma del deseo.
El deseo del analista en las psicosis eselhiloconductormanifiesto de lasformulaciones
de Alejandro Ariel, el que le permite reubicar ciertas indicaciones de J. Lacan, -aquellas
Queda hecho el depósito que establece la Ley 11.723 que, descontextuadas, provocaron algunas confusiones en nuestro país- como paso necesa-
rio para el abordaje de las psicosis. Sus conclusiones: no hay psicóticos en análisis, hay
ISBN: 950-808-014-0: analistas que reciben psicóticos, no hay transferencia analítica en las psicosis y las
Prohibida su reproducción total o parcial.
viscisitudes de la transferencia permiten el abordaje de un psicótico, son al mismo tiempo
punto de llegada de un recorrido meduloso y apertura a futuras investigaciones.
Por sendas paralelas transcurre la conferencia de Isidoro Vegh. Es destacable el
Esta tirada se terminó en: énfasis puesto en señalar que una reflexión clínica sobre los límites de los tratamientos no
Marzo de 1993 conlleva una posición pesimista, sino que pone de relieve los bordes riesgosos sobre los que
Impresiones Seis
se despliega todo trabajo en el campo de la psicosis. lillógica con la que piensa las distintas
estructuras psíquicas, -Neurosis, Perversión, Psicosis- fundadas en la metáfora paterna; y
Córdoba 2578 - Rosario las especi[zcidades de las diferentes psicosis por la presentación de los distintos anudamientos
de lo Imaginario, lo Real y lo Simbólico,· abren vías seguras para los posibles tratamientos
Composición y Compaginación: de los psicóticos en los cuales la amistad -en el sentido griego del término explicado en el
Corrientes 675- P. 2- D. 6- Rosario
trabajo- no es de ninguna manera un accesorio.

Pablo 'lilpke propone una interesante equivalencia entre la función de la membrana
del oido, el tímpano, y el esquema L de Lacan. Va a decir que el segundo término "es la
escritura timpánica por excelencia" y que "en el cabe toda la psicosis". A partir de esta
proposición organiza su conferencia desarrollando ocho tesis sobre el carácter episódico,
la capacidad de propagación, el encadenamiento y desencadenamiento, la ubicación
critica, el a-sintomatismo, el delirio, las formas más comunes en los hospitales psiquiátri-
cos, su cercan{a con ciertas neurosis y las posibles vinculaciones con la perversión, de las
psicosis. La interrogación acerca del factor tiempo, del antes y después del "brote" es
ineludible en su reflexión.
La melancolía abordada en las sendas de la literatura y cuando el escritor es nada
menos que Sdbato, no por brillante deja de tener su sesgo dificultoso. Pura Cancina
encuentra en la escritura de Sábato la materia prima que le permitirá elaborar algunas
precisiones sobre el tema que abre la pregunta: "¿qué pasaje se hace posible entre el
sufrimiento y su escritura?". En el recorrido por los textos literarios recoge elementos
suficientes para sustentar la hipótesis de/fantasma que opera y lo nombra: ''fantasma de
sufrimiento". Sus conclusiones: eclipse del sentido, maldad de la Cosa, falla en el nombre
y congelamiento del Padre Imaginario en la realización de su función, son posibilitadoras
para el abordaje y estudio del siempre evanescente y ubicuo "cuadro" de la melancol{a.
Las paranoias (en plural), as{titula Norberto Rabinovich su conferencia, y en vista de
esa pluralidad propone dar cuenta del mecanismo forclusivo para as{ fundar su tentativa
explicativa de la(s) paranoia(s). El interrogante apunta a la equivalencia que Lacan hace
entre personalidades y psicosis paranoica. La caracterización casi exhaustiva del delirio
le permite establecer las relaciones homólogas entre esta expresión y el Inconsciente. El
manejo de los tres registros, Real, Imaginario, Simbólico,facilitan la entrada al aforismo
de Lacan: "El Nombre del Padre, forcluido en lo simbólico, aparece en lo real" como
desencadenante de la psicosis.
Ell{mite entre la histeria y la esquizofrenia es el borde sobre el que se organiza la
conferencia de Sergio Rodr{guez.. Dos relatos elaborados sobre materiales clínicos le sirven
para trazar los límites y demarcar las fronteras entre neurosis y psicosis. La metáfora
paterna funcionando o no bajo las expresiones "el precio de un padre y la ausencia de una
madre", "los nombres-del-padre", son algunas de las claves de las que se vale para descifrar
los textos. La pregunta por una clinica y tratamiento de los pacientes esquizofrénicos es all{
toda una respuesta.
La conferencia de Héctor Yankelevich sucedió en otra oportunidad, con pocas
semanas de diferencia con las Jornadas. La no coincidencia en el tiempo quedó sobrepasada
por la pertinencia de la temática que sostiene. El autismo infantil y el interrogante que
instiga: ¿psicosis?; el tratamiento de un niño autista; la intervención de los padres y demás
familiares; los vínculos y la naturaleza de los mismos, que entrelazan a los participantes de
esta historia, "Fabián el niño de la computadora. Historia de la cura de un niño autista de
4 años"; las intervenciones técnicas, las observaciones teóricas; hacen que la colaboración
de H. Yankelevich sea valorada como imprescindible en la programación del libro.
Por último, agradecemos calurosamente una vez más a los autores por su contribución
en aquellas jornadas, al equipo docente por su colaboración en las tareas de coordinación,
a la Dirección de la Escuela de Post-Grado por la organización y a la Asociación
Cooperadora de la Facultad por el auspicio brindado.
JorgeBesso
Carmen Dellariva
r
lA MELANCOUA
PURA CANCINA*
"Yo siempre he tenido miedo, no de la cñtica,
de mí mismo, soy muy autodestrudivo, casi todo lo he
roto, la pintura por ejemplo. Casi todo está en la
terraza de la viejll quinta donde vivo. Pudriéndose".
i' He citado, para introducirnos en el tema de la melancolía, las palabras
que Ernesto Sábato dice, hace poco tiempo, en un programa, muy conocido
de todos, conducido por Mariano Grandona.
Ernesto Sábato es entrevistado en ese programa, en razón de haber
recibido un premio por sus pinturas, por la exposición de sus pinturas en un
salón español. En ocasión de esta exposición, Viviane Forrester dice lo
1' siguiente (Viviane Forrester es una famosa crítica de arte, escribió uno de los
libros más importantes de los que se han escrito sobre Van Gogh, el libro que
se titula "Van Gogh o el entierro en las arenas"), di~e de la pintura de Sábato:
"jamás había sido confrontada de esa manera una verdad tan peligrosa que
parece impensable". Se refiere a la pintura de Sábato. Yo quiero hoy abordar
el tema a partir de la escritura de Sábato. Sábato: ex-físico, escritor, pintor.
Pero además de abordar el tema de la melancolía a través de su escritura, es
ocasión de un homenaje ya que estamos a dos días, hoy 26 de junio, del
aniversario del nacimiento de Sábato, ocurrido el 24 de junio de 1911.
Sus pinturas, la mayoría de ellas, están pudriéndose en la terraza de la
quinta donde vive. Viviane Forrester habla con respecto a ellas de una verdad
peligrosa, de algo del orden de lo impensable. Entre lo que se pudre, la
podredumbre, entre el peligro de una verdad y lo impensable, ¿qué relación
podemos hacer con respecto a la melancolía?
Me gustaría esta noche presentarles a Sábato como alguien de quien
*LaDra. Pura Cancina es miembro psicoanalista de la Escuela Sigmund
Freud deRosario, docente de la Facultad de Psicologfa de la U. N. R. y autora
de los libros "Escritura y Feminidad" y "El dolor de existir... y la melancolfa ",
además de numerosaas publicaciones en revistas del pafs y del extranjero"
5
 podemos decir es el novelista de la melancolía. Y en este punto les propongo
que recurramos al artista, como en muchas·otras oportunidades el psicoanálisis
se ha visto precisado a hacer. No para interpretarlo, sino para que el artista,
con su creación, nos guíe en esos terrenos donde nuestro saber falla, donde
nuestro saber cae en fracaso. Y uno de esos terrenos es precisamente la
melancolía.
De la melancolía podríamos decir que tanto el saber psiquiátrico como
aún el saber que ha sabido procesar el psicoanálisis, dejan una serie de
cuestiones sin responder y sin resolver.
Desde el punto de vista del saber psiquiátrico, vemos que sus máximos
desarrollos -me refiero a los clásicos- arriban a encontrar esto que, podríamos
decir, es una entidad- desparramada a todo lo largo de las nosografías que se
han construido. Tan desparramada que podemos encontrarla entre los cuadros
llamados endógenos, productos de una constitución previa de la cual la
s~ enfermedad no sería nada más que su punto de culminación (me refiero, por
~ejemplo, a la escuela de la degenerecencia). En el otro extremo la encontramos
.r\ en las entidades que son pensadas como causadas por algo exógeno. Las más
de las veces pensadas como de autointoxicación. Y aquí se recoge de alguna
manera el sentido etimológico de la palabra melancolfa: bilis negra. En el
psicoanálisis yo diría que el procesamiento de Freud, e incluso lo que luego
otros han podido agregar a ello, sólo llega a situarnos de. qué objeto preciso
se trata en el dolor melancólico. Ese objeto, producto de una elección
narcisística de objeto, objeto incorporado canibmísticamente que con su
sombra cae sobre el yo. Lo que no es poco. De todos modos, Freud se vio
necesitado, se vio precisado en algún momento de sus elucubraciones clínicas,
a separarla del resto del as psicosis, denominándola "psiconeurosis narcisística".
Me refiero al año 1924. Y sin embargo, tampoco el psicoanálisis nos explica
cuestiones tales como la cura diferencial de la melancolía con respecto a otras
psicosis. Esto que podemos encontrar en nuestra práctica. Y por otra parte,
las remisiones espontáneas que ya Freud observaba en muchos casos de
melancolía. Remisiones que, Freud nos decía, no dejan detrás de sí rastro
alguno.
Que este novelista, Sábato, el escritor de la melancolía, recoja en sus
personajes, en los avatares de sus personajes, en la arquitectura de sus novelas,
en las reflexiones de sus creaciones, de sus criaturas, numerosos elementos
autobiográficos; que el mismo Sábato, podríamos decir, circule por la trama
de sus letras, que ahí se reitere en sus obsesiones, sus angustias, abriga un
interés nuevo, puesto que, creo, nos alumbra algo del camino que importa
6
desde las perspectivas de la cura.
· Nos confronta a la pregunta: ¿qué· pasaje se hace posible entre el
sufrimiento melancólico y su escritura?·-·
Uno de los más brillantes autores ,de la psiquiatría clásica francesa, eo-y~
a
Cotard, fines del siglo pasado, elabora. una entidad que propone llamarb.J..:,'<';.,
"Delirio de las Negaciones", más conocido entre nosotros como Síndrome de .Lt~
Cotard, síndrome que él sitúa como un ·avatar posible de un cuadro de ~~ " -
melancolía ansiosa. La descripción, la fenomenología de este delirio, le
permite situar una clara diferencia -producto del rigor de observación de la
psiquiatría clásica- entre el delirio de las negaciones y el delirio propio de los
- ido-s._ Y.o vo·y·a lee_ rles un-a suci-nta síntesis de la~\~~~-~
persegu-
delirio: __
---- "ansiedad
... -. ---
melancólica~
. ---~ ·------- idea
'
de daño
---- sesión, ropensión al suicidio t-Jo ~
y ~- l~_!!lu_t!!ª~!~lles VOJWJ.~M.__~e~~-_!li~~-- ~~~JÍ~_Jl9 ~~
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exJste~~_iª-º. 4~ ¡;l~t!ll.C,C,ió_!!. de div_ersos órganos~. del ~uerpo todo entero, del \.
. -·· ~ ~------ -~---------.-·-"· ---··-·~----·----··-----------
!l_~L~ Pt~~ ~t~-!J9~-!~_J)q p~er mQnr -----j~ás". ..
~---- ·--
Bien, los invito, diríjanse a los textos de Sábato y van a encontrar,
personificados, cada uno de estos rasgos .fenomenológicos, que Cotard
encuentra en el delirio de las negaciones.
Me introduzco en los textos de Sábato, vayamos a la primera de sus
novelas, ".El túnel", n()Vela que escribe enJ?~, poco tiempo. después de
abandonar para siempre la física. Un detalle al margen que quizás nos pueda
hacer reflexionar: él trabajaba como físico en el laboratorio Curie durante los
años de la segunda guerra mundial. Abandona la física en el año 1945, para
dedicarse a la escritura. En "El túnel" dice:
"La llegada de la carta fue como la salida del sol, pero este Sol
era un Sol negro, Sol nocturno, no sé si se puede decir esto, pero aunque
no soy escritor y aunque no estoy seguro de mi precisión, no retirarla
la palabra nocturno. Esta palabra era, quizás, la más apropiada para
Maria entre todas las formas de nuestro imperfecto lenguaje".
Les recuerdo, brevemente, la trama de "El túnel", y pido perdón a los
que ya la han leído, se trata del camino ineludible que sigue el protagonista y
que lo conduce al asesinato precisamente de María, esa mujer que él cree tiene
la verdad de su pintura, porque la ha descubierto mirando atentamente un
cuadro que, no es casual, se llama "La maternidad". En ese cuadro, en un
ángulo ha hecho una ventana, en donde se observa, atrás de esta imagen de
maternidad, una mujer frente al mar mirando al infinito. María atiende a ese
7
 detalle del cuadro, y a partir de ahí es la obsesión de Juan Pablo Castel, que
la persigue, intentando obtener de ella una verdad que sea absoluta. Finalmente
la mata. Pero, cuestión importante a tener en cuenta, María se lo ha anunciado,
le ha dicho: "Te voy a hacer mal. Les hago mal a todos".
En" ~1> exterminador" -su última~- , Sábato nos confirma
~rvcJ1 que la referencia hecha al sol negro en " 1tdnel", es tomada precisamente de
po;f"Q.. Nerval. Nerval, el poeta de la melancolía, como podemos decir de Sábato el
~ escritor, el novelista de la melancolía. Nerval se suicida a mediados del siglo
u-0.~- pasado, muy poco antes de suicidarse él escribe un poema que titula, siendo
él de habla francesa, en español; lo titula "El desdichado", quiero leérselos
porque allí se sitda aquello de lo que se trata en esto del sol negro:
"Yo soy el tenebroso,
el viudo, el inconsolado,
el prlncipe de Aquitania de torre abolida,
mi única estrella está muerta
y mi laúd, constelado,
soporta el sol negro
de la melancolfa ".
Puntuemos lo siguiente: "El tenebroso", Sábato permanentemente pone
a sus personajes entre las tinieblas, ante las fuerzas de las tinieblas. "El viudo",
el· que está de luto, en duelo. "El inconsolado", no el inconsolable, el
inconsolado en el pasado. "La torre abolida", una derrota. Nuevamente la
muerte, "mi única estrella está muerta y mi laúd constelado soporta el sol
negro de la melancolfa"
En "Abbadon, el exterminador", hace hablar de él a uno de sus
personajes, me animo a decir su doble, ésto que despliega en sus ficciones.
Quique, con un sarcasmo, con una ironía que les son muy propias, hace
referencia a Nerval, diciendo· que para Coca, una amiga evidentemente
melancólica, "el único sol que existe es el sol negro de Nerval".
En los últimos párrafos de "El túnel", Juan Pablo Castel dice:
"Sentf que una caverna negra se iba agrandando dentro de
mi cuerpo. En estos meses de encierro he intentado muchas veces
razonar la última palabra del ciego... "
8
A.
Primera mención de un ciego en sus novelas,
" .. .la última palabra del ciego: la palabra insensato. Un
cansancio muy grande o quizás oscuro instinto, me lo impide
reiteradamente, algún dfa tal vez logre hacerlo, y entonces
analizaré también los motivos que pudo haber tenido ayer este
ciego para suicidarse. Al menos puedo pintar, aunque sospecho
que los médicos se rfen a mis espaldas. Como sospecho que se
rieron durante el proceso cuando mencioné la escena de la
ventana. Sólo existió un ser que entendfa mi pintura, mientras
tanto, estos cuadros deben de confirmarlos cada vez más en su
estúpido punto de vista, y los muros de este infierno, serán asf,
cada dfa, más herméticos ... "
Puntúo: Caverna negra, en el cuerpo. EL ciego, recuerden que una
novela dentro de su segunda novela "Sobre héroes y tumbas" es el "Informe
sobre ciegos". La palabra insensato, proferida por el ciego. ¿,No les rememora
a Tirecias, ante Edipo? El ciego, Tirecias; el clarividente, Tirecias. Y
finalmente: la locura, la exclusión, el encierro, lo hermético.
Esta temática del sol negro, la lleva a Kristeva, justamente, a titular su
·tratado sobre Duelo y Melancolía "Le soleil noire", "El sol negro". Y en ese
tratado encontramos, que es opinión de una serie de críticos, que la estructura
del poema de Nerval "El desdichado" responde a cierta relación muy estrecha
con textos herméticos, cabalísticos, y que, es importante, retoma la elabora-
ción que la temática del sol negro tiene en estos textos. Son referencias,
fundamentalmente, a textos sobre la alquimia. La negrura -le noirceur -en
francés; no sólo es negrura sino también horror. La negrura, el horror, es el
verdadero signo de la perfecta solución, o sea de su disolución completa. Losl
filósofos herméticos han dado a esta disolución el nombre de: Muerte, .
Infierno, Tinieblas, Noche, Tumba y Melancolía. Se trata en esta disolucióJ! ~;:t~
de algo así como un ecli~ de sol. O como un sol eclip~una, también ;~~
son numerosasrasfeferenciis a lo lunar en los textos de Sábato. Han designado d..l. ~z
también a esta disolución con todos los nombres que puedan expresar la
corrupción, la disolución, la negrura.
~ ...............
Un diccionario mito-hermético del siglo XVIII define así a la melancolía:
"Nombre dado a la materia, al negro, sin duda porque el
color negro tiene algo de triste, y el humor del cuerpo humano,
9
 llamado melancolía, es visto como una bilis negra e irreconocida,
que causa vapores tristes y lúgubres. La tristeza y la melancolía
son los nombres que los adeptos dan a la materia llevada al
negro".
1
E.ct....f. ~ Si hay un ecli¡!se enj~, este eclipse es a ser retomado como
lo que encontramos en los textos de los que hoy nos servimos. Eclipse del yo.
Eclipse del sentido. Eclipse de Dios.
Vemos lo cercano que está ésto a la elaboración de Freud, donde es la
sombra del objeto que cae sobre el yo, sombr_a ~~o ecliosa.
· El eclipse de Dios, ha sido ocasión también de creación poética. En algún
~ tiempo me detuve en la lectura de Rilke, quien fue nombrado, justamente, "el
~~poeta de los tiempos de penuria", nombre que acuña Holderlin, otro poeta de
~los tiempos de penuria. ¿Y qué tiempos son estos tiempos de penuria'? Los de
~-~~la falta de Dios.
lJl.. ':.-;- Quiero simplemente hacerle decir a Sábato su palabra al respecto. El
"Informe sobre ciegos" comienza con este poema:
¡Oh, Dioses de la Noche!
¡Oh Dioses de la Tzniebla!
del incesto y del crimen
de la melancolfa y del suicidio
¡Oh Dioses de las ratas!
y de las cavernas
de los murciélagos
y las cucarachas
¡Oh violentos, inescrutables Dioses
del sueflo
y de la muene.
El sol negro está claramente situado así por Sábato. Las palabras que
mejor le corresponden son "Sol Negro". ¿No están ustedes aproximándose a
través de estas letras a esta confrontación con la maldad de la Cosa'? La Cosa
esta que, Freud nos dice, debe ser perdida. Con la extrema maldad de la cosa,
sin velos, es a lo que se confronta el melancólico. Ella la que seguramente va
a hacer mal, porque no termina de perderse.
10
La experiencia de la maldad de la Cosa queda sorprendentemente
ilustrada en el "Informe sobre ciegos". Lean, o relean, los capítulos xxxvn
y XXXVlll, en sus dos versiones. El goce monstruoso del Otro, el crimen y
el incesto ambiguamente encarnados en la Secta y la Ciega, no son más que
las figuras de un Destino que atiende y conduce los actos del protagonista,
agazapado en su propio interior, en lo más recóndito de su ser. Dice allí
Fernando: " ... tenía la sensación de que aquella mujer había llegado hasta mí
en virtud de un oscuro pero tenaz llamamiento de mi propio ser ... era cierto
que yo aparecía prisionero de la Secta y que aquella mujer que ahora estaba
a mi lado y con la que yo tendría la más tenebrosa de las cópulas, parecía ser
parte o el comienzo del Castigo que la Secta me tenía destinado, pero no era
menos cierto que era el final de una larga persecución, que yo, por mi propia
voluntad, había larga, paciente y deliberadamente llevado a cabo a lo largo de
muchos años". Y más adelante: "También sé que mi tiempo es limitado y que
mi muerte me espera. Y, cosa singular y para mí mismo incomprensible, que
esa muerte me espera, en cierto modo, por mi propia voluntad, porque nadie
vendrá a buscarme hasta aquí y seré yo mismo quien vaya, quien deba ir, basta
el lugar donde tendrá que cumplirse el vaticinio".
¿Estamos ante un héroe. trágico, ett.~l ~c~-~~J..~~~~lía~ que se ~e: r-oe
encamina como los héroes de las novelas de Sábato, como el personaje del T~c..\
"Informe sobre ciegos", irremediable e irremisiblemente a cumplir su destino
de muerte?. En algún momento, enAbbadón, Sábato dice de su "Informe sobre
ciegos": "Es un delirio". Pero también delirio es lo que produce Até, la
desgracia. La desgracia del héroe trágico de la tragedia griega, juguete en mano
de las pasiones de los dioses ...
En esa entrevista con Grondona, Sábato hace una serie de confesiones,
dice:
"... Yo tuve una infancia desgraciada. Mi educación fue
muy severa y sl(rf mucho por muchos motivos. Fui sonámbulo
(muchos de sus personajes son sonámbulos) durante muchos
aflos. Siempre he sido sonámbulo de algún modo, tenfa aluci-
naciones ... ".
Dice haberse salvado del peor destino, según lo que él considera que es
el peor destino que le puede tocar a un hombre, el suicidio, ya vamos a ver
cómo. Y hace referencia en muchas ocasiones, no sólo en entrevistas sino
también en sus textos, a Van Gogh. Justamente en Abbadón, en su última
11

)\
 novela encontramos cuál es el parentesco de Sábato con Van Gogh. Dice
Sábato del 24 de junio, día de su nacimiento: "Era un dia infausto, porque es
uno de los dias del afio en que se reúnen las brujas". No sé si ustedes sabrán
que, efectivamente, originariamente, y aún se conserva en las tradiciones
europeas algo de esto, el24 de junio es un día sabático. "El24dejunio -dice
Sábato- era un dfa infausto porque es uno de los dfas del alto en que se reúnen
las brf4ias. Consciente o inconscientemente mi madre tratapa de negar esa
fecha, aunque no podia negar el crepúsculo -Sábato nació en el crepúsculo-
' hora terrible. No fue el único hecho infausto vinculado a mi nacimiento.
Acababa de morir mi hermano inmediatamente mayor, de dos aflos de edad.
Me pusieron el mismo nombre". ¿Encuentran el parentesco con Van Gogh?
También él nace luego de muerto un hermano y le ponen el mismo nombre:
Vincent. Se suicida cuando nace su sobrino, Vincent. "Y me pusieron el mismo
nombre. Durante toda mi vida -dice Sdbato me obsesionó la muerte de ese
chico que se llamaba como yo. Chico que se recordaba con sagrado
respeto... no se sabe bien por qué... por algo asf como "no podfa vivir", por
su mirada -recuerden lo de ciegos-, su portentosa inteligencia, al parecer
estaba marcado por un signo aciago. Pero, ¿por qué entonces habrdn
cometido la estupidez de ponerme el mismo nombre?, como si no hubiera
bastado con el apellido, derivado de Saturno, Angel de lp. Soledad, en la
Cábala, Espfritu del Mal para cienos ocultistas, el Sabath de los hechiceros".
Había comentado antes, en el texto: "Mi madre estaba enferma cuando nacf,
y recién me inscribieron un 3 de julio, como si no se decidieran".
~ Bien, primera cuestión a puntuar entonces, que Sábato nos enseña, sólo
'--3./ tenemos que leerlo: un accidente en la nominación. Si un sujeto, para
t,.~ l:'~ constituirse, tiene que hacerse representar por un significante para otro, es
tJOtA-tUo\~~ importante que de ese Otro pueda retomar algo que fmalmente haga de su
nombre un puro sinsentido, mientras que aquí nos encontramos, Sábato mismo
nos lo atestigua que, con respecto no sólo a su nombre, sino a muchas
circunstancias de su nacimiento, hay un sentido en exceso. En lugar de un
significante, tenemos algo que amenaza convertirse en signo. Qué ocurre si
este retomo no puede ser hecho, encontramos lo que se ha nombrado en muchas
oportunidades como holofraseo. Encontramos holofraseo: en un punto muy
específico, algo funciona en bloque y hay una significación congelada. Allí
sólo cabe entonces o un exceso de sentido o un eclipse del sentido. ~
el ser o el smtido. Y las más de las veces con o queooseñCoiítraiÍlos es con
el egjpse de Di9.§. Esto gue de.@ al su~o ~es~o2e inermidad total frente
¡ll_maldad _s!e la Cosa.z. abortado de!.c~del Ol!g, con la densidad de ser
12
el objeto de deshecho del goce del Otro.
¿De qué nos habla este eclipse de Dios? Primero démosle la palabra a
Sábato y luego tratemos de reflexionar sobre lo que él nos dice. Dice en el texto
de "El túnel": "'A veces creo que nada tiene sentido, en un planeta minúsculo
que corre hada la nada desde millones de all.os, nacemos en medio de dolores,
crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos,
morimos, mueren y otros están nadendo para volver a empezar la comedia
inútil ¿Toda nuestra vida seria una serie de gritos anónimos en un desierto de
astros indiferentes?".
En "El escritor y sus fantasmas" dice que "el escritor es testigo y mártir.
Ustedes saben, la etimologfa los reúne. Testigo y mártir de su drama, su
desdicha, su soledad. Las juenas de las tinieblas son invencibles y si se las
proscribe -como él piensa que el Iluminismo intentó hacer- se revuelven y
estallan perversamente. La tarea central de la novelfstica de hoy, es la
indagación del hombre, lo que equivale a decir que es la indagación del mal.
El hombre real existe desde la calda, no existe sin el Demonio, Dios no basta".
Vemosperfilarse,desdelasubjetividaddeSábato, unaespeciedemaniqueísmo,
que él va a conservar a lo largo de su obra y de sus reflexiones, y en Abbadón,
con respecto a la falta de Dios, por boca de Quique, por boca del sarcasmo,
enumera una serie de posibilidades para Dios. Dice: "el-mundo es una sinfonla,
pero que Dios toca de ofdo. Quién me dice, viste? que no hay varias
explicaciones posibles: el T1p0 (eso sí: con mayúsculas, por si las moscas), el
Tlpo es unjodón, el T1p0 es un chacotón y el mundo es como quien dice un
mot pourrire, un chiste, unajoda de tamalto sideral. O también puede ser la
obra de un mal músico que compone después de comer demasiado como
Rossini (sus canelones). O también podrla ser que el universo que conocemos
sea tal vez una fracción de todo lo creado y que nos haya tocado la peor
pane... o que el Tzpo durmiera y que sus pesadillas fueran nuestra reali-
dad, ... " y sigue así barajando posibilidades.
Veamos la que nos propone en "El túnel": "Primero Dios no existe o Dios
existe y es un canalla" o "Dios existe pero a veces duerme, sus pesadillas son
nuestra existencia " o "Dios existe pero tiene accesos de locura, esos accesos
son nuestra existencia,. o "Dios no es omnipresente, no puede estar en todas
partes y a veces está ausente, en otros mundos, en otras cosas".
Rilke escribió un hermoso cuento sobre este Dios que, como no es
omnipresente, tiene que ausentarse a veces y ocurren las cosas que ocurren.
13
 "O Dios es un pobre diablo con un problema demasiado
complicado para sus fuerzas, lucha con la materia como un
artista con su obra, algunas veces, en algún momento, logra
hacer un Goya,pero generalmente es un desastre". O "finalmen-
te, Dios fue derrotado antes de la historia, y derrotado,
convertido en presunto diablo, es doblemente desprestigiado,
puesto que se le atribuye este universo calamitoso".
@ ¿De qué Dios nos habla? ¿De quién nos habla cuando nos habla de estas
posibilidades de Dios? ¿No nos está hablando a esta cara del Padre, de este
~~ modo~P~e.S!!e~cOiñOer~rei~~
.rci::.c-~ de quien se es era que instale al su· eto en la rivación, e lo saque de la queJa
pr ucto e la dec etón la frustración lo instalen esta es te e
trascendencia de la falta_9!1e es a pnvación. Este Padre imaginario tiene dos
caras, el DiOs bueno yel Dios rñaio que Si las cosas van bien viene a ser la
Providencia con la que todos contamos y que, sin embargo en muchos casos,
es este Dios del odio, a quien se odia por haber hecho tan mallas cosas. Eclipse
de Dios que nos orienta en el camino de pensar un accidente en la función que
debió cumplir J.J!l padre. Pero además, y ya a esta altura hemos dicho o pode~ros
' t... recordar para puntuar: la maldad de la Cosa es afrontad!_ sin velos, sjn
distancia. Se trata de la falla de J.J!l pédre que algo teñfa que producir a ese nivel,
el padre imaginario, éste que es denunciado en las fallas de Dios, productor
de odio. Además de estas dos puntuaciones, hay una más que hemos situado:
'----..., ~rp.o-~~It.()!l!_in~e afecta al no~~~ cargándolo de una
significación de fa que tlene que seraeSpüfado.
Entonces, situadas estas tres cuestiones, les propongo, y también de la
mano de Sábato, intentar alguna tópica que nos diga algo más de la melancolía.
G-) Démosle entonces primero la palabra a Sábato, pero precisando antes una
~. - cuestión. En psicoanálisis sabemos que está el principio del placer, que es
~·~ necesario que rija, como así también un más allá del principio del placer. Esto
'bO~ sitúa dos límites y por lo tanto un territorio. Un territorio a pensar con una
tt a: espacialidad distinta a la que estamos acostumbrados, pero un territorio que
Lacan denominó "entre dos muertes". Entre-dos-muertes, territorio limitado
por un lado por el Bien o los Bienes -desde la moral cristiana podemos situar
allí a nivel de los bienes, el bien cristiano, la compasión, y del otro lado, el
otro límite, que tiene que ver con un más allá del principio del placer, es la
belleza funcionando como límite. Cuando está la belleza funcionando como
límite podemos, intentaremos hoy situar qué otra cosa puede sustituirlo, ello
también sostenido por la moral cristiana. Entre el atravesamiento de estos dos
14
límites está el territorio del deseo, donde no es fácil estar situado, y sin
embargo, hay algunos que están más allá o más acá, veamos que nos dice de
ésto Sábato, hablando de otro grande de nuestras letras, Borges. Sábato en un
escrito, en uno de los artículos que aparece en "El escritor y sus fantasmas",
lo critica a Borges, no hace falta disimularlo: lo critica a Borges. Lo critica
fundamentalmente en lo que él llama el esteticismo de Borges -pensemos en
la Belleza como límite-, el esteticismo de Borges, el eclecticismo de Borges,
y dice lo siguiente: "hay un abismo que está situado entre una literatura que
se propone un deleitoso juego y otra que investiga la tremenda verdad-
recordemos a Viviane Forrester, que habla observado ésto- de la raza
humaruz ". Está criticando la estilística de Borges y el puro interés estético que
le asigna. "Este mundo cruel que nos rodea le fasciruz a Borges al mismo
tiempo que lo atemoriza, y se aleja hacia su torre de marfil en virtud de la
misma potencia que lo fascina. El mundo platónico es su hermoso refugio, es
invulnerable y él se siente desamparado. Es limpio y él detesta la sucia
realidad, es ajeno a los sentimientos y él rehúye la efusión sentimental, es
eterno y a él/o ajlije la fugacidad del tiempo. Por temor, por repugruzncia,
por pudicia y por melancolfa, se hace platónico"... "Al mundo no sólo lo tiene
afuera, lo tiene adentro, en su propio corazón, y ¿cómo aislarse del propio
corazón?"... "Es que el juego, posterga pero no .aniquila sus angustias, sus
nostalgias, sus tristezas más hondas, sus resentimientos más humanos". "Y
Borges, el corporal Borges, el sentimental Borges, acaso dramáticamente
sufridor de sus precariedades ftsicas, un ser que como muchos artistas (y
muchos adolescentes) buscó el orden en el tumulto, la calma en la inquietud,
la paz en la desdicha, de la mano de Platón intenta acceder al universo
incorruptible".
¿Qué Borges es el que Sábato prefiere? Justamente ese Borges que hacia
el fmal de su obra escribe: "El mundo desgraciadamente es real, yo,
desgraciadamente, soy Borges ".
Puntuemos lo que hay en este texto: por temor, por repugnancia, por
pudicia y por melancolía, Borges se aísla en el juego estético. Con estas
palabras, Sábato lo que ha situado es ese límite donde está el límite de la
primera muerte, ese que está al servicio de mantener la existencia. Pero al
mismo tiempo nos ha permitido pensar que hay un desplazamiento posible del
límite, donde el límite del Bien puede ser desplazado y ser situado en el lugar
de la Belleza como límite, ya que este platonismo de Borges es situado desde
el punto de vista estético.
Bien. Con respecto a estos límites, en relación al mismo Sábato, en esa
15
 misma entrevista con Grondona él cuenta que cuando adolescente lo enviaron
al colegio nacional de La Plata, asistió por primera vez a la demostración de
un teorema. Dice: "Asistf a la demostración hecha por un hombre de provincia
-acota- un caballero de provincia, y vi esa pulcritud con que demostraba una
verdad interna. Era el teorelTUl de Pitágoras, no se puede decir "no me gusta
el teorelTUl de Pitágoras", era el teorelTUl de Pitágoras y punto. Descubrf un
orden peifecto, que yo no habfa tenido nunca" -es el Sábato adolescente, el
Sábato del secundario. En "El escritor y sus fantasmas" hace referencia al
lugar que luego va a otorgar al mundo de las matemáticas, al mundo de la
geometría. Dice: 'Todos sabemos qué es una sinusoide o una geodésica, entes
que pueden y deben definirse con absoluto rigor. Como penenecientes al
universo matemático, no sólo son puros sino que no pueden no serlo". En
cambio "... los hombres, en la.ficción o en la realidad, no obedecen a las leyes
de la lógica. Somos impeifectos, nuestro cuerpo es débü, la carne es mona/
y corrompible", a diferencia de esos entes del universo matemático cuya
eternidad define como lo que vale para todos, en todo lugar y en todas las
lenguas. Por eso, dice, "aspiramos a algo que no tenga esta desgraciada
precariedad: a algún género de belleza que sea peifecta, a algún conocimiento
que valga para siempre y para todos. a principios éticos que sean absolutos",
agregando que ya los griegos se plantearon la cu~tión y que la solución que
encontraron, como el joven Sábato podemos decir nosotros, fueron las
matemáticas.
Sigue diciendo en la entrevista con Grondona:
"La realidad es muy terrible y de chico yo sufr[ mucho y me
sigue pareciendo terrible y sin embargo -responde a Grondona-
ahora puedo pintar con más tranquüidad. Yme hubiera ido muy
lTUll si no, -y ahí declara- hubiera llegado al suicidio como Van
Gogh -la referencia a Van Gogh es directa ahora y termina
diciendo -pero eso no se f!Uede hacerle al otro, aunque hubiera
uno solo que sufriera por nuestro acto aunque sea un perro ".
Lo encontramos cuando hace esta declaración allí donde situamos al Bien
como límite. La compasión, la caridad cristiana de la compasión, viene a
sustituirse a ese punto límite del Bien que hace retroceder en el acceso de la
primera muerte. Pero al mismo tiempo el escritor Sábato que se ha asomado
del lado del otro límite ese, de la Belleza como límite, se ha animado a espiar
el horror -y de ello atestiguan sus novelas-, habiéndose asomado de aquel lado
pudo encontrar algo en qué afirmarse de este otro y nos da testimonio de estas
16
~
cosas, nos habla de temor, de compasión, y nos habla de culpa. La culpa es
lo que se produce cuando alguien, habiendo accedido al entre-dos, retrocede.
Justamente en "Abbadón... ", aparece la secta o la entidad que se opone a su
tarea de escritor, inmediatamente luego de una referencia que hace a que el
profesor Houssay le quitó el saludo cuando él decidió abandonar la física, acto
que inmediatamente, por lo que el acto implica, produce la culpa como
sentimiento.
Les propongo conceptualizar ahora estas lecturas, ver qué nos permiten
pensar.
Puntwyno!,_ una serie de elmtentos gue hacen.¿ la cuestiue lé!j
melancolía: el eclipse del sentido, la maldad de la Cosa, la falla eiL.!!
noimnación, et rracasoael P'adre Íll!!gíiiário en la realización de su funcmu.
Pero, como Sábato no se suicida, y al mismo tiempo nos dice por qué no se
suicida, esto nos permite dirigimos a sus letras para tratar de situar qué es lo
que la operación de la escritura permi~ en relación a lo que~ pensable CO@
una E2sibilidad de aso~e al territorio de iis dñieblas ~ salir de.!.
Porgue ya no ,egamos en el tiel!!Po de la tr"igediª. No estamos en tiempos de
la tragedia y a nuestros tiempos, más bien íO(iue corresponde, es la comedia.
La que vivimos todos, todos los días. Y, si un héroe trágico es ~nsable, es
el_sujeto¿ocesando un anális~, sujeto que se encaíni~irremediablemen~
encontrarse con eso que está más allá de la Belleza como..L~· Y más allá ~1 GJ. l.»
de la Belleza como límite~~ eso a lo ~ace límite la Belleza;j_ustamente ~~
la maldad de la Cosa. Al.J.í está el estaaQ.. éste descrig~t.freud del I~.Q
ab~lutamente ~n reCUf!OS, el desamJW"..,g, porque detrás de este límite con lo
que üñ süjetoseeiicuentra en tanto está incluido y excluido de la cadena que
lo constituye, es exactamente con eso que él es y que no es. Y ahí está
desamparado.
¿Pero podríamos decir que el melancólico es alguien que está transitando
ese más allá de la segunda muerte? Yo, hoy, me animo a decirles que no. ~ ""' ~
la m~colía ha situado allí un nuevo límite, y gue ese nuevo límite lo muestra ..U 4
.... ~ ._... .....,..--...._ ~ ~ ::w: ..._... ~
como más allá 4e la segunda muerte, nos lo muestra como el héroe trá~co ¿ ~
lQtalmente sometido a la m!Ldad d~os dioses, y sin embargo está detenido en ~ ~
este más acá, sostenido por los queiés propongo en llamar un "fantasma de
sufrimiento". Es el límite que sustituye a la belleza como límite. Porque de este
haber pasado más allá, como nos atestigua Sábato, no hay posibilidad de
retomo en tanto falla esta función que debió cumplir :1m padre como instancia
normativizante.
17
 r
Y desde la perspectiva de una cura posible, ¿qué es lo que las novelas,
la escritura de Sábato nos permiten pensar? Su escritura opera a varios niveles,
en distintos registros, y son esos registros los que les propongo que atendamos.
Porque quizás nos están dando las claves, los resortes que tengan que ver con
una posible cura en relación a la melancolfa.
Su escritura, la escritura_de ~.!!O. Jm>rluce una operación que gira
alrededor del nombre. ¿Cómo opera allí con el nombre, teniendo esto que
aparece en su historia, y aparece novelado en sus novelas, como este trastorno
en la constitución del nombre propio como puro sinsentido?
¿Qué es lo que produce Sábato? En sus.. novelas l!_foduce_una es~cie d_.e
oe.eración gy,sJ~JejJ,!Stituir ~~J.i.!.Y_Eerteza ~bre un~ 2 una
cierta incertidumbre. ¿Cómol.Con inversione.s.. con dobles.._C.Q!l frawenta~
de su ~rson!je en muchos. Hay textos, páginas enteras, donde cuenta cómo
un personaje en una novela fue uno y después él pensó que fuera otro, y as f... O
sea, se trata de un Yo deba· o de diferentes máscaras con difer n i nti ades
~sibles Q!faJo eme$ siru la Iccióf!:
Sábato en esto hace una aclaración preciosa. En la entrevista a la que me
he referido, él dice que "Van Gogh se suicida porque no contó con el recurso
de la escritura, y la pintura no le bastaba"'. ¿Pero qué recurso era éste de la
escritura? El de poder hacer ficción con sus ·personajes, es decir, desdoblarlos
en muchos personajes y mostrar un Yo bajo diferentes máscaras.
Otra operación es la que produce alrededor de esta "La Cosa" y su
maldad, en una especie de empresa de amor y de odio con respecto a la Cosa.
El es~~r..._cuando ~n su ~ra alred~r de la ~OM¡..]od.r!am.l!§
decir, que está en dg!_endencia de esa Cos!._ ~ro también está en otro 1!!8_!!.
Entonces, pone en acción la ficción con el héroe, el desheredado, el privado,
el infortunado, pero la literatura es el medio con que se domina este infortunio
y de los dos lados de la problemática de la privación, del lado de las tinieblas
del inconsolado, y del lado del poseedor incestuoso de la Diosa. Recuerden la
pocesión de la Diosa en el "Informe sobre ciegos".
Por lo tanto escribir como o eración practicada con referencia la C a
\ .:(1 es un modo de ~rder la Cosa. Puede ocurrir c¡ue los restos e esa Cosa~
arrastren:i! sujeto con el~~e._uedt}2~~~jetO....Q.Üed~
JUwarlos consi~.
18
esa novela donde la temática del muerto, del cadáver y el entierro, está lo
suñcientemente expuesta cuando Sábato nos habla de ese cadáver, el de
Lavalle, que un grupo de hombres, como Antígona, intentaba salvar de la
indignidad si era atrapado por los enemigos, y que llevaban hacia el norte.
Cadáver que se pudría inexorablemente, y que fmalmente tuvo que ser
descarnado. ·
Nombrar, entonces, a la melancolía, sitúa, después de nombrarla, en el
umbral de una experiencia que se torna crucial, la experiencia del no-sentido
y de los signos. La experiencia de la aparición y la desaparición. La experiencia
de la abolición y del canto creador. Es una ex eriencia frontera, en la lucha
- -- __
con lo a-simbólico que tiene lo tenebroso, lo imQ<>sible, lo innominado, lé!
~
._............._~
El triunfo sobre la melancolía -podemos verlo siguiendo a un escritor
como Sábato- se sitúa a partir de una serie de operaciones que permiten:
1o: la constitución de una familia simbólica,
2°: la constitución de ese objeto simbólico independiente que es la
novela,
3°: engendrada por el autor: se sustituye como objeto al ideal perdido,
e invierte las tinieblas de la tristeza en poesía.
Si se trata de una subjetividad en que la crisis de la nominación y de la
autoridad garante de la no-disolución subjetiva es muy profunda, el autor,
entonces, se hace su ro io adre e adre de sus e on ·es a través de los
cuales elabora una puesta a distanciad~.
19
 ; ~"('
PreguntiiS del público
- Dos cosas. Por un lado quiero agradecer este hermoso trabajo de Pura
y la segunda es una pregunta. En el melancólico: se trata de una trágica pasión
por la verdad o se trata de una pasión y de un reclamo por la certeza? En el
sentido de que la pasión por la verdad puede ser como el reclamo de esa certeza.
-P. C.: Me gusta esta fomulaciónde "Pasión por la Verdad" porque creo
que se puede hacer la diferencia con el deseo de saber. Recién conversaba con
Pablo ZOpke y él me decía, "Me he sorprendido de esta propuesta blya del
rantasma del sufrimiento, del suftimierto como un famasmade sufrimiento"
y yo le decía y con esto creo intentar respooderte, de que a mí también me había
sorpreodido, cuando salga mi libro, y si ustedes lo quieren leer, no van a
encontrar algo de ésto a menos que la editorial me permita agregar un capítulo,
por lo siguiente: porque me fue ineludible formularlo y una vez formulado creo
que algunas cosas se me aclararon. Por la pregunta que yo mismo me
formulaba: ¿~emos se~ir R.~~melanc61~ el camjno del h~
tr ico? ·E la x ·enci e é e tr ioo? Bueno, me parecía que esto no
podía sostenerlo, que era insostenible. Y entonces llegué a esta formulación
que les hacía hace un momento: se trata de una especie de clarividencia, e~
fuerte con e cuenta la melancolía, el saber de las tinieblas, el saber de la
mal_!ad de la Cos~ pero una e ~v ~cia en~ec or.a... .u í~ e~
en esta clarivideñcia enceguec(;j{)ra. Pero justamente certeza que no le permite
---------~~--~~~---
hacer ese movimiento que lo lleve a ceder a la incertidumbre. Por eso sitúo que
allí la escritura puede producir ese movimiento. Entonces, esta certeza, con
respecto al mal: Es pasión por la verdad? (Eso sí. Del otro lado, del otro lado
de la belleza accedemos al horror. Pero la diferencia está situada en este ir y
venir en que como sujetos podemos funcionar en tanto hay ahí algún velo, y
1 entonces cuando ya no hay velo: No estamos frente a una claridad que
1 enceguece? Esto creo, tiene gue ver con situar la difere ia entre: neurosis
l melanc~lía, !O~~ Por eso creo gye e~iv~melanco~
p~cura de~una man~ absolutam~cia_!. No es
restitutiva, creo que es posible, como además de algunos enfermos, muchos
escritores nos lo muestran, QI?eracion~ hagan a la co~c~n d~
nos~ ha cof!_tjtyido.J~ e.!!~a a la Q_atemi~ o sea a este Padre que
falla, pero que diferenciamos con respecto a la neurosis por esta cuestión de
la presencia o ausencia del velo. También lo diferenciamos con lo ue es el final
de un anál~rJI!le !l.finª'-.~....@lisi!_ oo ~I'Q!iuce melanc6 i~~
su·etos e se las arr lan me· r con su sufrimiento neurótico, produce sujetos
20
que pueden hacer algo diferente con sus síntomas, pero que se mantienen
constituidos como sujetos con el fantasma. Algo ha Q!Sado con el fantas~
pero el fantasma está, !!go se ha_producido alrededor de eso que es el fantasn!!.
... clarividente, el ciego clarividente, es el analista, a quien justamente, se
sostiene en su función de no ver nada, eso que ha llegado a ver, no le sirve más
que para sostener su lugar en un discurso. Muy distinto al melanc6lico ...
-¿Cuál sería, clínicamente hablando, la.ganancia que plantea el fantasma
de sufrimiento en lugar del delirio de insignificancia, que planteaba Freud en
relación al melancólico?
- P. C.: Bueno, yo hice alusión a otro delirio que también se le asigna al
melancólico, el delirio de las negaciones, un delirio que se lo piensa como un
avatar de la melancolía. Hice referencia a ese delirio para invitarlos a que
transiten los textos de Sábato y van a encontrar desparramados en estos textos,
todos los componentes de ese delirio, sin faltardirfaninguno, quizá... falte esto
de la anestesia. Bien, pero creo que la cuestión está en que creo ques distinJo
un deliriº--gue un fan~Illil •..Q.....sea que~n__r_egistros d!!tintos~.tJo g_enª¡y
co..!let felidº ñO s~ioCi~ii""trabaJar~e ayÜd...l!....~irio tr~e,
con el f¡gtasma .sí... Hay QPeraciQDes a nracticar en~.
~ w-
•Yo casi más que una pregunta querfahacer una reflexión. Me preguntaba
si no estás en el camino ya que sitúas como Freud, no-neurosis, no-psicosis,
si no estás en el camino de encontrar otro estilo. Porque la escritura le permite
a Sábato una posición del sujeto igual que a Joyce, encontrando un estilo de
cura, sin análisis.
-P.C.: Sí. Esto me lo enseñó Sábato. Te diría para responder, quienes
se curan sin análisis enseñan a los analistas más sobre lo que puede practicar
con el análisis. En cuanto a Joyce ¿cuáles son las operaciones que él practica
con su escritura? Fundamentalmente una operación encaminada a algo asf
como la destrucción de esto que lo atormenta: El lenguaje y su lengua, el inglés.
Mientras que acá, y ésto es muy claro en Sábato, no encontramos eso. Se trata
de otra estructura, quizás, po_rgue la so~ción ~ce Sáb~e en:_uentra..,
s el ba· con el si ificante solamente, sino el trabajo en la ficción. Y
creo que esto ya nos marca alguna diferencia que nos permita pensar que quizá
estamos en un territorio diferente. Se trata de lo que expuse cuando mencioné
lo que decía Sábato: Por qué Van Gogh no contó con el recurso que él mismo
contó? Bueno hay que ver si Van Gogh no se encontró un señor que hiciera
de padre muy bien encamado en un caballero de provincia, que le demostrara
la posibilidad de una verdad que se sostuviera y donde hacer anclaje, para
21

luego, digamos, asomarse a esos territorios por los que ya había transitado y
poder retomar a ellos. P~ ade~lo gye él nos djg,g,ue~ ~de la ficción,
ll<! laQPeración escri~ de~a.J!!!?!a ficci~. Yo en un primer momento
cuando lo escuché dije: -~e~ lo~ E~ es g_ue ~ e:.J!S31ld~ una
pintura que no logró hacer letra. No sé si ustedes sabrán que la pintura también
p'uede próducír letras. Y sin embargo no me apresuré a decir, bueno él apuntaba
a la letra. Retuve esto de "ficciones" y luego leyéndolo, re-leyéndolo me di
cuenta que efectivamente la posibilidad de la ficción, de las tramas ficticias
tenían una función operatoria.
22
TIMPANO
PABLO ZÓPKE*
-Una digresión: "mujeres", yo no escribí ese libro. Eso teje, das Es, es
del inconsciente textil, como diría Freud, en el Proyecto, el tejido. El autor
deviene mosca en vez de araña, queda un poco perdido en la tela del texto, y
como le comentaba recién a Gloria, la gran duda que yo tengo sobre ese texto
MUJERES, mis mujeres, estas mujeres, es sí, en definitiva no serán sino un
sueño, una larga siesta mía, donde he soñado con una suerte de macho travestí,
moico, yoico y paranoico. Claro, yo no soy Scott Fitzgerald, que parece que
daba muy bien el tono. Soy, apenas, un muchacho del Paraná. Eso sí, un poco
crecido. ¿Quién?
Ay!. Lenguaje. lenguaje ... no eres mío, soy tuyo!..
Bueno, de todas maneras el tema anunciado es "Tímpano", no sé si no
me gustaría más hablar de mujeres.
Pero mi tema es el tímpano: membrana tensa batida por mil cacatúas de
colores chillones, que Freud·colocó en uno de los lados del yo como un ~nete
en el esquema, un poco burdo, de la segunda tópica. El género humano no
soporta mucho el lenguaje que digamos. Las palabras tienen un peso material,
físico, enorme. El tímpano es una estructura de margen, es un guiño que le
hago al lector más feroz de todos los que yo conozco, que es Jacques Derrida,
estructura de tambor o filtro. Un encuentro padre, un pequeño traspié, un
accidente de la vida cotidiana bastan. Tocado en el ángulo más secreto de su
consistencia mental, hace del sujeto alguien atravesado por su palabra o por
la palabra de otros.
Uno de los primeros que se ocupó de la constricción del lenguaje fue un
psiquiatra. Un psiquiatra que respondía a un nombre sumamente musical:
Gaetan Gatian, más conocido en el ámbito o círculo de sus enemigos por De
Clerambault. ¡Inimitable psiquiatra!. Sf, lo habíamos leído antes de que Lacan
diera la pista, o de habernos enterado, de que había sido el maestro de Lacan.
•El Dr. Pablo ZiJpke, psicoanalista, es docente de la Facultad de
Psicologfa de la U. N. R. Autor de los libros "La jonologta del Cuerpo" y
"Ml4ieres ", además de otras publicaciones en revistas especializadas. "
23
(
En nuestro medio, ustedes saben, conocemos muy bien a los franceses, y
también es cierto que nuestros antepasados conocían muy bien a las francesas,
y a la "francesa" de los "quilombos" de la calle Suipacha, y que por otra parte
conocíamos muy bien a Proust y a ese bizco monumental que se llamó Sartre.
Este Clerambault era un psiquiatra sumamente atípico, porque en una
época en que todo el medio psiquiátrico estaba sumergido en los problemas del
sentido, de la comprensión_, el deseo de lo imaginario, este Clerambault tuvo
un presentimiento de lacanismo. Oyó el significante, el significante desestibado,
y lo escuchó sobre toda psicosis, en pequeños fenómenos, murmullos
intrapsíquicos, sonorización del pensamiento, eco en el pensamiento. El
significante, quiero que sepan ustedes esta noche, tal como lo conocemos, no
nos viene de Saussure, viene de Clerambault, él encontró que el significante
era atemático, anideico, neutro; sólo le faltó decir que era tonto y malo. La
escritura timpánica por excelencia es el esquema L de Lacan. En el llamado
esquema de la comunicación intersubjetiva, de la dialéctica intersubjetiva, el
tímpano parece tendido entre dos polos de tijación a y a', protegiendo al sujeto
del mensaje que viene del Otro. En este esquema L, que lo podemos tener en
la palma de la mano, cabe toda la Psicosis. Lo que precisamente se llama
xenopatía, para recuperar el término de la clínica psiquiátrica, es esta relación
del sujeto psic6tico con la palabra. Esta relación abrumadora. Esta relación que
lo golpea y que se figura muy bien en este esquema. Yo los invito esta noche
a que sigamos alguno de los efectos de la pere-foración. Y dada la dinámica
de estas Jornadas he elegido un cierto número de tesis, que son más bien
hipótesis, pero que las formularé afirmativa y, si puedo, enérgicamente, total
después tengo tiempo para aguarlas.
1 una verdaderafolie a deux con su hijo, su pobre hijo, que lentamente se afernin6
Mi primera tesis es que, contra lo que pensaba Gaetan Gatian, la psicosis
se transmite; él sostenía que solamente el delirio se transmitía, yo digo que la
psicosis se propaga. Y la psicósis" se propaga por folie a deux más que por
dimisión paterna o rechazo. Es una idea de lafolie a deux que no es exactamente
la idea de la psiquiatría, de los casilleros de la psiquiatría. No sé por qué
siempre me gustó reventar esos casilleros, será por eso que nunca fui
psiquiatra, sino antipsiquiatra. La psiquiatría ha reconocido a la folie a deux
bajo dos formas, bajo dos paradigmas: la llamada folie a deux simultánea y la
folie a deux comunicada. En la folie a deux simultánea, dos personas, en
general aisladas, imagínense a una vieja pareja viviendo en un departamento
24
r ~
de pasillo, cometían un delirio a dúo, hacían un trabajo delirante a dúo; ésto
se ve ahora mayormente en la gente que suele emigrar, un matrimonio que
emigra a un país del que conoce poco y nada su lengua, éstos son candidatos
a un delirio, en general a un delirio de perjuicio. Aquí es evidente que existe
una pareja psicológica, que existe una interacción, una suerte de tete a tete, un
ca-delirio. Y en la otra forma, la forma comunicada, hay alguien que es
inductor del delirio y hay alguien que es inducido; el inducido no es
necesariamente un psicótico, en general no lo es, ésta es una pareja excelente.
Por ejemplo, un delirante, un buen paranoico que tiene un supremo delirio,
un delirio con un enorme poder de convicción, firme, lógico, elegante,
capcioso y que desliza este delirio en su pareja, que bien puede tratarse de una
histérica, que al fin y al cabo ha tropezado con un amo de tanta consistencia.
La libertad que la histérica declara o invoca, siempre la conduce del lado del
mandón o del bastón. Yo tengo una idea diferente de la folie a deux. Para mí
la folie a deux es una suerte de pere-orata y también de pece-orate. Había una
1
mujer encantadora, pero que no figura en mi texto, que se llamaba Gisella
1· Pankow, que se preguntó y contestó: ¿Cuántas generaciones eran necesarias
para obtener un psicótico?. Ella sostenía que había tres generaciones de
obsesivos que permitían conseguir un buen psicótico. Como fruto de esta
familia, digno además d~ un árbol martirológico. Creo que se puede poner en
duda esta tesis de Gisella Pankow. ¿Por qtié'?. Tomemos el caso de la familia
Schreber. En esta familia, y por la rama macho, exclusivamente, se transmite
delirio. Un delirio que conoce en las últimas cascadas, la relación entre el padre
de Schreber y su hijo. Es evidente que el padre de Schreber, Moritz, el bello
Moritz, médico, pedagogo, gimnasta, inventor de du,ros aparatos de conten-
ción que aplicaba en sus hijos, como parte de la crianza, de la educación, hizo
después de los 50 años, sin (noten ésto, grupo de trabajo, atención) que
Schreber como sujeto de la enunciación cambiara sus pedales gramaticales de
macho, lo cual significa que cuando un hombre en la psicosis deviene mujer,
ese impulso a la mujer o se marra o es perfectamente logrado, precisamente
porque es no toda. Ustedes saben que entre los lacanos, hay casi un slogan que
circula de boca en boca. Al fin y al cabo, eso es lo que me gustó siempre de
Clerambault, que era un hombre más interesado en el dramatismo de las frases
que en los argumentos especiosos y tediosos, itinerario en que yo también me
inclino, mi texto es también una enunciación, porque francamente yo a veces
prefiero esa enunciación a la aburrida homilía de muchos lacanos.
Les decía que Lacan sostenía que en las psicosis el hombre deviene mujer
25

y la mujer encuentra el hombre, hum.. hum... relativo, relativo ... Yo le llevé
una enferma de presentación a Contardo Calligaris, donde justamente esta
mujer en la psicosis había devenido macho, y un macho comp~eto, con pedales
gramaticales de macho, "estoy cansado, soy un prisionero", decía ella, él.
Pero por otra parte, en ningún momento, Schreber, el feminizado, pens6
que todo el universo tenía que ser de mujeres. En cambio, éste, esta mujer. que
se hizo hombre, que se hizo transexual por vía de la psicosis, sostenía que todo
el universo, de acuerdo con la fórmula de la sexuación, perfecta adecuación,
tenía que ser necesariamente de hombres. Lo que ocurría era que había gente
que llevaba el pene más o menos listo a saltar por la bragueta y otros, en
cambio, tenían el pene invaginado, escondido en una suerte de estuche ventral,
y solamente mediante una operación que se llamaba "pega" o "cura", ese pene
podía saltar y lucirse. De modo que vemos las vías de propagación de las
psicosis, pero, escúchenme, un loco puede permanecer perfectamente soltero,
no todos se casan; además que el que se casa bien puede no tener hijos, y el
que tiene hijos puede no tener hijos locos y ésto nos conduce a la parte femenina
o materna en la elaboración de la metáfora. Muy exactamente, la loca en ese
vientre abultado, no digo fecundo, abultado, ¿qué lleva ahí exactamente: un
cacho de carne.• un feto o un murciélago lila?.
Cuando hablamos de forclusión, nos estamos refiriendo al hecho de que
el fracaso del don puede deberse al donador. Pero la causalidad significante
de las psicosis tiene otros acentos, y sólo he mencionado lafolie a deux. En
cambio, la dimisión paterna viene a corresponder mas bien al caso que Lacan
menciona a propósito de Joyce: un padre mentecato que dimite como padre.
Pero también cabe el término de rechazo, rechazo del inconsciente o rechazo
del lenguaje. Lo cual supone que el sujeto rechaza la impostura paterna. Pero
inmediatamente estamos obligados a pensar en cuál es el estatuto del sujeto en
psicoanálisis. Se parece mucho al sujeto de la enunciación. No es exactamente
un cogito, desfondado o no, como ustedes quieran; tampoco es exactamente
un dasein, por más que la elección de la psicosis nos lleve a él. Ese es otro
problema...
JI
Yo creo que síntoma y psicosis se excluyen mutuamente. -La psicosis no
tiene síntoma. No tiene síntoma en el sentido freudiano del término. El sujeto
psicótico hace fracasar la verdad del síntoma.
El síntoma es esencialmente neurótico. Lo que más se parece en una
26
\
psicosis a un síntoma es el delirio. El delirio en tanto es defensa, ciertamente,
mensaje, y también sentido. Lo propio de lá psicosis es una coacción a la
sublimación. Síntoma y sublimación pertenecen evidentemente a registros
diferentes, a campos diferentes. El síntoma es una salida sexual, es una
vicisitud de la función. La sublimación es también una vicisitud, diría Freud,
desexualizada. Pero yo voy a colocar el acento en algo que me importa mucho
más en la discusión, yo creo que vale la pena distinguir claramente sublimación
y síntoma como vicisitudes.
Cuando la gente escucha esta referencia a la profunda relación, a la
ligazón que existe entre psicosis y sublimación, piensa inmediatamente en estas
instituciones donde siempre existe un pabellón de laborterapia y donde se lo
invita al psicótico a una suerte de creación, ya sea con punzones, con pinceles,
y por qué no, con lápices y con papeles. Permítanrne decir que ésta es una visión
totalmente ingenua de esta profunda cuestión.
La sublimación desempeña un papel de primer orden en la curación de
la psicosis.
Hago una nueva digresión. Para señalar algo que se me ocurre, algo que
no sé si es francamente una obviedad o una tontería y otras veces no sé si tiene
importancia, en este momento creo que es importante y por eso, bueno, lo
largo. Cada vez que se piensa en una psicosis brota inmediatamente, como si
fuera un tic, el término de estabilización de una psicosis con un delirio. Y yo
quiero señalar esta noche, y muy enfáticamente que la psicosis, si fuera así,
sería siempre psicosis crónica; es decir, alguien comienza con una psicosis, en
el mejor de los casos delira y sigue delirando per sécula seculorurn, y hay sin
embargo, y toda la clínica lo muestra y lo demuestra hasta el hartazgo, hay algo
que se llama lisa y llanamente brote psicótico, racha psicótica o episodio
psicótico. Esto, ¿qué sugiere?. Que la psicosis se encadena, voy a hablar
inmediatamente de ésto, pero que también se encadena. Quiero decir que tiene
un curso, a través del cual el sujeto consigue (y vamos a ver de qué maneras),
un autotratamiento que permite constituir precisamente esa crisis corno crisis,
corno episodio, corno algo que tiene su comienzo y que termina, y que a veces
no se repite más en la vida. Aunque muchas veces tenernos más de una crisis.
Hubo un psiquiatra, llamado Kretschmer, que en 1918, publicó un
extraordinario trabajo sobre el llamado delirio de relación de los sensitivos.
Que era en realidad un delirio de, particularmente, mujeres solteronas, un
delirio que tenía una clínica de desencadenamiento sumamente precisa. Se
trataba de mujeres con una fogosidad contenida, que en el primer encuentro
27
con un hombre hacían justamente todo lo posible para que esa relación
fracasara; son, como diría Melman, mujeres que se distinguen por un
incumplimiento de lo que podríamos llamar deber fálico. Esta circunstancia
de encuentro malogrado, de encuentro bloqueado, de profunda evitación, era
definitiva. Observen ustedes que es bastante fácil darse cuenta que estas
mujeres vivían esta relación o esa aproximación o esa proximidad o esa
posibilidad de un encuentro como una suerte de conminación paterna. Después
de cierto tiempo, semanas, meses y a veces un poco más, todas estas mujeres
se curaban ese delirio, obtenían una sedación, una enmienda, una corrección,
y Kretschmer dice exactamente en su texto: "en todos los casos la curación se
ha obtenido mediante el sesgo de la sublimación religiosa".
Lacan, que no es ningún tonto, en su tesis, lector avispado como era, en
su tesis de 1932, coloca esta observación de Kretschmer en un lugar
francamente estratégico, es decir, a pie de página, disminuyendo, no sé por
qué razón, el alcance. Le da, digamos, un valor condicional a la frase, que en
la mayor parte de los casos la curación se obtiene por sublimación, ¡no, no!,
Kretschmer dice siempre y ésto ocurre con su Caso Princeps, Helene y también
con Anne, que se colocan bajo el amparo del Salvador, que se aferran a la
protección divina. Y que también confirma el caso del Dr. Kluge, que se
convierte al catolicismo y que comienza a ir todos Jos días a misa.
Extraordinaria sedación de las mujeres delirantes que se curan cuando se
colocan al amparo divino, como diría Kretschmer, un intento de solución de
sus conflictos éticos sexuales colocándose bajo una directriz supra-individual;
en otras palabras diríamos: la curación se obtiene por el Padre Nuestro que
estás en los Cielos ... colosal y asexual.
111
Les decía recién que las psicosis se desencadenaban. Muchas veces se
atribuye ésto a Lacan. No, ésto era bien conocido por otros clínicos interesados
en la suerte de la psicogénesis en la psicosis. Kretschmer entre otros, habla
muy claramente del desencadenamiento de la p~. Es decir, que la psicosis
tiene un comienzo, que hay un momento a partir del cual uno está loco. No
esta noche para mí. Conociendo esta circunstancia de desencadenamiento, esta
conminación paterna que yo llamo simplemente encuentro Padre, que obliga,
digamos, a un sujeto a referirse a la función paterna, y esta función paterna está
allí, justamente, fallida, fallada. ¿Qué pasa ahf?. Dos o tres cosas nomás. Un
paso al acto, un delirio o una crisis alucinatoria. Objeciones ... ¿las hay?. Sí,
28
J·
hay psicosis que no se desencadenan.
Pero cuidado, atención, hay dos cosas diferentes. La psicosis en Joyce
no se desencadena, no se desencadena como una psicosis clínica. Me han
escuchado ustedes una referencia a por qué esa psicosis no se desencadena
como tal, quiero decir de una manera clínicamente evidente, franca, nítida,
limpia. Pero hay otra psicosis que tampoco se desencadena. ¿Quieren saber?.
Un típico delirio: el delirio de imaginación de Dupre, conocido también como
parafrenia confabulatoria, que no tiene momento fecundo, que no tiene
alucinación, que no tiene delirio articulado, que no se desencadena. Digamos,
es una enfermedad de la mentalidad, imaginario sin Moi, sin ningún cristal de
identificación, no sé si tanto.
De todas manera, subrayar que la psicosis se desencadena tiene sus
méritos. Yo simplemente he dado un par de excepciones, mérito que notarán
cuando ustedes vayan a trabajar a un hospital psiquiátrico, sea el Agudo Avila
o alguno de sus inmediaciones. ¿Por qué?. Bueno, porque los psiquiatras no
están como ustedes, ellos tienen un DSM-lll, biblia, bueno, la primera biblia
que tuvieron era la biblia de Jaspers, una biblia riquísima, interesantísima.
Ahora tienen ese DSM-III-R, que va por el cuarto. Es un interesante manual,
porque hay consenso, evidentemente, los psiquiatras se han vuelto democrá-
ticos, hay una gran coincidencia, sí, en la tabla diagnóstica, o sea, un manual·
profundamente consensuado y a-teórico. Y Jaspers cambió la psiquiatría, fue
el primer epistemólogo de la psiquiatría, perdón, perdón, ando mal, el primer
epistemólogo de la psiquiatría fue Schreber, el segundo fue Antonio Artaud,
en todo caso Jaspers fue el tercero.
Precisamente para Jaspers la Psicosis no se desencadenaba. ¿Por qué?.
Porque ocurría, o bien como algo incomprensible, como un proceso entera-
mente nuevo, algo que irrumpía en la vida de un sujeto, como un rayo, ésto
es el llamado proceso psíquico por Jaspers. Ese fue el gran dilema, la
psiquiatría se atrancó bastante allí, y por otra parte la noción de desarrollo de
la personalidad según el cual uno comenzaba siendo un loquito y terminaba
siendo un loco. Eso se podía comprender, era comprensible.
Esta teoría de las relaciones comprensibles es precisamente la que Lacan
objeta en su seminario de las Psicosis, después de haberle rendido tributo a
Jaspers, en 1932. Más tarde tiene ocasión de comenzar su polémica con él.
Ya ven ustedes que estoy marcando algunas diferencias con la psiquiatría,
con la psiquiatría que concibe la transmisión como un paso de genes, y yo estoy
hablando de un paso de significantes, lo cual, creo, son cosas muy diferentes.
29
 IV
Vamos a hablar de algo que sin duda se desencadena, ¡y cómo!. La manía.
¿Cuándo, cómo y dónde? La manía se desencadena, en más de a mitad de los
casos, en una situación de duelo, no bajo una conminación paterna; la manía
complica un trabajo de duelo y complica también un trabajo de parto, porque
precisamente el trabajo de parto es un trabajo de duelo. De allí que la mayor
parte de las psicosis puerperales son psicosis maníaco-depresivas y entre ·los
méritos de ese manual de "déme salud mental lll" está la Maternity Blues, la
tristeza de la maternidad no está mal, parece un título de jazz, yo le pondría
música de color Trane. En realidad, cuando yo escribía mi libro, ponía otro
tipo de saxo, el de Coleman Hawkins, que suena un poco más ronco y sensual.
El maníaco avanza, como un bocón, grossmaulig Binswanger. En realidad casi
siempre comienza bruscamente, hay una aceleración, un paciente maníaco
había ido al baño y juzgó por el tamaño de sus excrementos que un porvenir
de riqueza se presentaba delante de él; a la mujer se le cayó la mandíbula cuando
lo escuchó. El maníaco avanza y se come el tiempo y el espacio, y también
morfa, o es morfado, no es lo mismo, hombre de grandes gestos, de grandes
palabras, se siente sumamente orgulloso de su órgano, de la potencia de su
órgano, a menudo también lo exhibe, lo siente como un portento. Casi siempre
se trata de-un sujeto de más de 40 o 50 años. Los psiquiatras dicen que si hay ·
un signo patognomónico de la clínica es justamente la fuga de ideas del
maníaco, la Ideenflucht sobre la cual Binswanger escribió un texto o poema
notable en la década del '30 y después "Manía y Melancolía" en la década del
'60. Les aclaro que los lacanos recién lo conocen, de allí que en un trabajo,
Colette Soler lo llama Otto; no, éste era Ludwig, no tiene nada que ver, Otto
era el tío, el que se ocupó de Nietsche.
¿Qué es esta bendita fuga de ideas? ¿Es aceleración del pensamiento? Al
sujeto se le impone un relación tal con la palabra, que termina por disolver el
lenguaje. Avanza, retornando la imagen del túnel, avanza por el peor de los
laberintos, el laberinto borgiano, el laberinto que va precisamente en línea
recta, y avanza en esta excitación, siempre con la boca abierta. Bocón, bocaza,
avanza por juegos de palabras, por retruécanos, por similicadencia, hasta el
final, en el colmo de la excitación, en el colmo de la manía solamente le quedan
algunos interjecciones y exclamaciones. El maníaco despedaza el lenguaje,
verdaderamente deshabla, consigue obtener del lenguaje eso que tiene de
atómico, porque hay que ser psicótico, verdaderamente psicótico, para captar
el ruido que está detrás de las palabras y las palabras que están detrás de los
30
l
ruidos. Y solamente en las psicosis, el lenguaje revela su perfil de murga y de
candombe. Mostrándonos que existe un peso de las palabras, un envión, algo
que ooncierne al significante, una precipitación del significante. Imposible
prácticamente hablar con un maníaco, todo lo distrae, no comunica nada, no
transmite nada, la palabra del maníaco no tiene mensaje, la manía es una
psicosis sólo porque altera o disloca el grafo del padre, la_ erección dellogos
paterno. El maníaco no tiene nombres de loco.
¡Qué maravilla que uno pueda escuchar el tic-toe inocente de una canilla!
Si lo escucha el paranoico, es el alfabeto Morse de su perseguidor-perseguido.
Nomalmente, estamos sordos, bestialmente sordos, gloriosamente sor-
dos.
Ya ven ustedes que tener un tímpano nos protege, precisamente nos
protege de este horror que yace detrás de las palabras más banales, del átomo
linguístico.
Excitación mortal, se suele decir de la manía. No, no. Hay un
compromiso de la homeostasis y sin embargo, de pronto, el acceso comienza
a sedarse. Y aquí tengo que rendir un homenaje a uno de los analistas que yo
más admiro, después de Freud y al lado de Ferenczi, que es Karl Abraham.
Hoy men~ionaba Pura Cancina esa opinión, que también compartía Fr:eud,
acerca de que entre la crisis maníaca o la crisis de manía y de melancolía había
lo que se llama en buen latín la restitutuio ad integrum, es decir, una remisión
total del acceso maníaco o del acceso melancólico. Eso no es cierto. Abraham
fué el primero que se dio cuenta de que en los llamados intervalos libres de la
locura circular existía un semblante obsesivo, existía una formación de carácter
obsesiva, que de ninguna manera existía una remisión total; a sólo un paso para
decirse, como lo digo yo, que precisamente ese síntoma obsesivo es una
equilibración. El modo de autotratamiento de la manía y de la melancolía es
un síntoma neurótico. Eso me permite abordar un problema sumamente difícil
de toda la clínica, que son las llamadas fachadas neuróticas de las psicosis. Por
ejemplo, una que es muy conocida, que es la forma pseudoneurótica de la
esquizofrenia. Estas fachadas neuróticas no son sino psicosis que encuentran
su sedación a través de un síntoma neurótico. Exactamente lo mismo ocurre
en la llamada locura histérica o histeria psicótica, y coincido enteramente con
Melman cuando nos dice que se trata de auténticas psicosis socializadas bajo
la máscara de la histeria. Les estoy señalando de paso la eficacia del sujeto,
es decir, cómo un sujeto se equilibra. ¿Qué le permite remitir? ¿Qué le permite
que eso se constituya únicamente en un episodio psicótico? No sé si soy
31
totalmente claro con respecto a ésto.
Les he señalado la sublimación, les he dicho ahora, el síntoma neurótioo;
paso de largo, porque ya me estoy quedando sin tiempo, sobre otra manera que
Lacan señala en su tesis: El Paso al Acto.
Un paso al acto, digamos un asesinato, hace desplomar el delirio de un
pasional. Está comprobado, está asegurado.
Que se hable de psicosis, antes del desencadenamiento, y de remisiones,
más tarde, indica claramente que la forclusión puede ser compensada por
medios de defensa que no se reducen, ni mucho menos, al sobado delirio. La
• nada ajena, no sé si eso pudo haber sucedido en el teatro Griego de Siracusa,
psicosis es asunto del sujeto; de eficacia del sujeto. El sujeto freudiano tira a
Dasein más que a Cogito.
V usted tiene un bello porvenir".
Nombré a Ferenczi recién, y creo que tenemos el caso de una psicosis
desencadenada por un encuentro padre. ¿Estaba loco Ferenczi? Sf. Estaba loco
por Freud.
Ubiquémonos en 1908. ¿Qué quería entonces Freud? Hijos. Hijos que
siguieran su camino. Entonces apareció Ferenczi, inocente, fresco, inteligen-
te. Freud lo valoró y io sedujo, de un solo golpe. Amor a primera vista. En
191 O viajan juntos a Sicilia. La trama de sus vidas los llevó cerca del mar,
Thalassa. Cerca del mar, donde todas las palabras son claras y donde Telémaco
seguramente llamó a Ulises, su padre. Algo muy grave tiene que haber
ocurrido bajo el sol de Sicilia, escenografía perfecta para este encuentro padre.
La psicosis pasional de Ferenczi no se curó nunca, no encontró el cuarto nudo,
quedó desnudo. ¿Cómo explicar ésto? ... Despistado de Freud que eligió como
passeur a Ferenczi que apenas si tenía análisis. Fueron dos períodos, nada más,
en 1914, en 1916, tres semanas. Ustedes saben que el que arrojó los dardos
más venenosos fue Jones, el Goy del Comité, analizante de Ferenczi, quien
consideraba que la modificación del setting freudiano hecho por Ferenczi era,
simplemente, la obra de un loco, le llamaba loco "turbulento e infantil", pero
después tuvo que reconocer que había un cierto método en esa locura. Y
Ferenczi se fue apartando cada vez más y tiene otros inventos, la técnica activa
por otra parte y la neocatarsis. ¿Podemos verlo ciertamente a ésto como un
acting? No tiene estructura de metáfora, pero estaba dirigido hacia su padre,
que le había dispensado ese poco de análisis. ¿Qué quería decirle Ferenczi?
Quería decirle, es preciso intervenir más ... es preciso que me quieras
más ... Porque como se lo confesó a Groddeck muchos años más tarde, tal vez
32
lo que sucedió, probablemente en Siracusa, y antes en Palermo, fue que
quer~éndose un colaborador, fue tratado como un vulgar copista. Freud estaba
escribiendo en ese momento el caso Schreber. ¿Pero qué hizo el Viejo? Se
encerraba todas las tardes en el hotel, y abría sus papeles y majestuosamente
sigue escribiendo solo, como si tal cosa, mientras que el niño terrible del
psicoanálisis estaba enfurruñado, eso fue insoportable para él. Hay que leer
las páginas del diario de Ferenczi cuando él atribuye su enfermedad mental,
su anemia, esa anemia que lo mata en 1933, a que fue pateado por un sustituto
del padre. Sufrió un golpe y yo creo que esta psicosis de Ferenczi no es para
pero lo que sí sé es que Ferenczi fue nombrado por Freud: Mi Paladín, mi
secreto Gran Visir. ¡Quédese tranquilo! quédese tranquilo, hijo mío ... Dos
veces le dijo hijo mío en sus cartas. "Querido hijo mío, quédese tranquilo,
Muchas veces se invoca a Ferenczi como piedra de toque para la libertad
del analista, su creación según su experiencia, un cambio de marco sospechoso
de inacción o del silencio de un cadáver exquisito.
El niño terrible del psicoanálisis era también un infante marino, cautivo
de las imágenes maternales del mar y de las imágenes marinas de la madre. No
en balde escribió Thalassa.
De allí viene su niño mago. La celebrada libertad de Ferenczi, su ímpetu
o su bravura a la hora de reanimar la escena freudiana de la cura, es aparente.
Más bien está tomado en la alienación de la transferencia, en su impase, en una
suerte de telemaquiada sin fm, eterna, inagotable.
El psicoanálisis es un diálogo, sin duda. Pero desigual: llorar juntos no
sirve para nada.
VI
Vuelvo al Dr. De Clérambault. En la psicosis, está el postulado y está
el automatismo mental. Eso es todo. Son las grandes marchas de la xenopatía.
Yo creo que bajo el término de postulado lo que está diciendo Clérambault es
que existe la posibilidad de una significación completa del delirio, de entrada,
como un avant-coup, una anticipación. La función de la prisa en la psicosis,
lo que Gruhle por ejemplo, un psiquiatras alemán, llamaba la ocurrencia
delirante, la revelación delirante, la inspiración delirante o la corazonada
delirante, se vería inmediatamente con una significación absolutamente
33
j
r
1
completa. Esto es importante, por ejemplo, en los delirios de celos donde se
sospecha que el celoso procede por encuesta y reflexión, mediante una suerte
de trabajo delirante. Cavilación delirante que lleva muchísimo tiempo de
probar en definitiva algo que es sumamente serio como lo es, nada más y nada
menos, que el adulterio, no es nada que uno pueda tornar a la ligera, hay que
verificar, hay~ar~:hay que oler las bombachas, los corpiños, eso
lleva su ti~, U,. muchos matices en los olores, el semen del otro no se
reconoce fticülllelD, por otra parte también hay que mirar las fotografías, y
a las fotograflas hay. que mirarlas con lupa, porque mirándolas con lupa, allí,
en esa mirada, uno puede reconocer una cierta complicidad lanzada hacia
alguien e inadvertida a la mirada común, pero está registrada en el documento
fotográfico, así poco a poco, ¿llega adónde? Como decía Lacan, no llega a
nada, se detiene frente a la puerta de la averiguación, o la puerta de la verdad.
¿Y por qué, por qué ocurre ésto? Porque el delirio estaba completo de entrada
y lo que el sujeto hizo durante todo este tiempo, una escena, una verificación,
no del postulado que es justamente el término que nadie va a verificar, sino
que solamente se dedicó a verificar la adecuación de la conducta del objeto con
el postulado. Este delirio de celos es un tete-a-tete entre él y la esposa, el rival,
es decir el otro, queda justamente al margen. Es una axiomática o una
axiológica que antecede a la conducta de su mujer, zorra astuta, y tant~ da que
le meta los cuernos o que se vea comprometida en una mascarada virtuosa. El
crimen pasional siempre es de temer.
Destaco, en los celos, el papel de los signos: todo está dado a leer. Es
constante, también, la alusión y la ilusión, todo el mundo está enterado, en
un derroche de sentido y de "sentidos".
En el delirio está la pareja y uno más, el rival, cada vez más periférico
y anónimo a medida que la locura lo habita. Se dirá que normalmente, el tercero
siempre está presente, y es verdad. Siempre la mujer es del padre. Esto explica
el resorte que mueve a Don Juan, su motor, el motivo de burlar y birlar. Los
dos pisos de la función paterna son el padre totémico y el padre edipiano; como
lo enseñó Juanito, tótem y tabú no son del mismo paño.
En la paranoia, sin embargo, ese uno más es el falóforo, la potencia viril,
la potencia obscena. El sujeto delirante se declara impotente delante de la
lujuria de su esposa. Una vez más observamos, de nuevo, la inmediatez, la
cercanía entre paranoia y neurosis obsesiva. Lagache tenía razón en su análisis
de los celos delirantes cuando subrayaba la importancia de la homosexualidad
y el odio a la pareja del sexo opuesto.
34
VII
Paso muy rápidamente sobre esta tesis, solamente quería mencionárselas:
acerca de la psicosis que uno encuentra en un hospital general. La psicosis que
uno encuentra en un hospital general se llama hipocondría.
Estos son pacientes que se dicen a sí mismos: yo soy un caso. Yo tenía
un paciente que me decía: "este caso" y se refería a él mismo; eso significa
que esta gente tiene dolores innombrables, dolores ubicuos, tenaces, que los
médicos no conocen para nada. ¡Caramba! ¿Y la tomografía?¡ No me haga
reír! ... La rebanada más fma y más perfecta, aunque me cortaran el cuerpo en
pequeñas rebanadas horizontales, en ninguna de ellas podría encontrar mis
tejidos enfermos ... De manera entonces que esta gente pende de la in-
nominación, pende de lo innominado. Pero observen ésto. Existe un temario
sumamente curioso de la clínica, un terceto, un trébol entre hipocondría,
paranoia y melancolía, con formas de pasaje. El sujeto que comienza con su
queja hipocondríaca y desemboca, en la marcha de su delirio, en una
querulancia, en una verdadera paranoia, el sujeto no desconfía del cuerpo
médico, es decir, del discurso de la ciencia. El discurso de la ciencia, se le
ocurre, debe ser un discurso sin fallas y sin ninguna clase de contingencia, pero
ocurre que los mediquillos son una especie de tullidos que soportan un discurso
que no está a ía altura de las circunstancias. Lo cual hace temer, precisamente
que esos aprendices de brujo, que le han envenenado la vida, son los que
pueden ser destinatarios de acciones médico-legales.
Y un dato más. Me ha sido comunicado el caso de un hipocondríaco,
sumamente grave, que por una intuición genial de su médico, estaba ¡harrto ... !
le dijo un día, como para sacárselo de encima: "sí, señor, usted padece un
síndrome de Waldenstrom". Escuchar ese nombre propio, bizarro, cabalístico,
sonoro, que de alguna manera lo extrae de su innominación, hizo ceder,
completamente, su episodio psicótico. O mejor dicho, convirtió su psicosis en
un episodio. La psicosis es un arreglo formidable. En este sentido, el
psicoanálisis, que normalmente desencadena la neurosis, también desencadena
la psicosis.
¿No retroceder frente a la psicosis? ¿Por qué no? Yo lo hago a menudo.
Sobre todo cuando capto que la sintomatología neurótica funciona como
fachada. ¿Hay una neurosis infantil? ¿No? ¿No la Hay? Entonces, paso. Los
consejos sobre técnica siempre tienen un carácter negativo.
EL cliniqueo en un hospital general pone de manifiesto o nos pone en
contacto, con casos muy sutiles de psicosis, inaparentes, psicosis blancas:
35
cierta perturbación del lenguaje, cierta hipocondría, cierto matrimonio, ciertos demuestra a propósito de Joyce. Y esto es exactamente lo que Jacobson
síntomas somáticos. Lo digo con mucha precaución, pero me parece que existe observó en los últimos poemas de Hoelderlin, cuando Hoelderlin, entre los
un ascenso social de la paranoia debido al efecto del discurso de las ciencias tantos nombres de loco que tenía, firmó los poemas que se conocen como los
sobre los grupos humanos. La transmisión desfallece. En este sentido, la poemas de Scardanelli. Es bastante común que un loco tenga varios nombres.
paranoia es el sujeto de la ciencia. Hoelderlin tenía cuatro: Scardanelli, Buonarotti, el señor Bibliotecario y
Killalusimeno. Lo que Jacobson notó en estos últimos poemas fue la falta de
VIII shifter. La clase gramatical de los schifter fue lo que precisamente Lacan
observó en las alucinaciones truncas del presidente Schreber, que comienzan
Bueno, me queda poco por decirles. Ustedes saben que las sirenas únicamente para darle los mensajes de código, para colocarlo "ahora usted
cantaban, parece que cantaban. ¿De qué índole era el canto de las sirenas y por debe", "es hora que", y Schereber se hallaba compelido a completar esta
qué su inaudita atracción? Mitad mujer y mitad signo, las sirenas se dirigen alucinación trunca. Que algún psiquiatra, en una osadía sin límites llamó
a nuestras vidas, nos intiman a devenir. Seguramente, lo que escuchó Ulises, fonemas interrumpidos.
marinero, padre fornicador, fue el extremo lácteo de las palabras . Palabras El psic6tico pierde los pedales, pierde el embrague, pierde el shiftrer. Se
veladas o develadas, labiales o palatinas. La seducción de los fonemas. No es convierte entonces en un sujeto del enunciado.
lo que Moisés escuchó. Moisés escuchó lo que a mí se me ocurre una frase
Nos podemos preguntar: ¿pero antes, antes de la psicosis, antes del
seca y altisonante: "Soy el que Soy". O peor todavía: "Donde estuviere, seré".
comienzo de la psicosis: qué pasaba con este sujeto? Miente. Miente. Tenía
Entre paréntesis, a la Summa Teológica de Sábato habría que añadirle, se me
una sintomatologfa neurótica, como cualquiera de nosotros, porque hay algo
ocurre en este momento, esa profunda apreciación de Schreber, "¿Qué clase
que uno se rompe la cabeza pensándolo, que un adulto loco no ha sido un niño
de Dios tenemos, que sólo manipula cadáveres?". ¿Entre lo que oyó Ulises y
loco. Si no podríamos hablar de pre-psicosis, les aclaro, el término pre-
lq que oyó Moisés, es por allí que comienza a hablar nuestro psic6tico,
psicosis no es de Lacan, sino de Katan; hay una pequeña diferencia. ¿Y cómo
encuentra sus palabras en ese terreno? No.
es esa existencia? Imaginen ustedes que es la existencia de alguien que no tiene
En los casos recientes, en los casos agudos, existe un arte neológico. Del mito individual, no tiene novela familiar, no tiene iteración, no tiene
neologismo se tiene casi siempre la misma visión, muy estrecha, de alguna repetición, no tiene ciclo, no tiene un triciclo siquiera. El psicótico, pues, no
palabra morfológicamente nueva. Eso es verdad. ¡Pero el arte neológico de la tiene, en suma y en definitiva, no tiene Psicología.
psicosis! De la psicosis cuando comienza, yo suelo decir que hay que hablar
con el paciente un rato largo. Un rato largo, para darse cuenta de que ese
materna, ese materna que Saussure llama lo arbitrario, que Lacan llama la
contingencia y que Mallarmé, con un acento sibilino y envidiable, lo llamaba
el azar, ese materna vacila. Hay un vértigo encubierto de la retórica, no hay
metábole que quede sin tocar, está tocada la morfología, está tocada la sintaxis,
está tocada la semántica, está tocada la lógica. El arte neológico del psic6tico,
cuando recién comienza su psicosis, es delirar en la misma lengua tuya. Y no
nos damos cuenta que ésto, es un delirio. Una creación de sentido y de lengua.
Por esa razón yo no creo que haya delirio en la manía y en la melancolía, pero
este es un tema en discusión.
Y bien, ¿adónde nos lleva esta pere-foración del tímpano? Nos lleva de
este arte neológico a lo que se convierte el sujeto. El sujeto, psicótico, termina
finalmente siendo un sujeto del enunciado, esto es exactamete lo que Lacan
,. 37
 UN PSICOANALISTA EN LA FRONTERA

SERGIO RODRIGUEZ*

"Todo está dicho en cuanto a la estructura de la

relación de "a" al Otro, completamente hecho
especialmente y muy suficientememe enganchado en
la indicación que es del imaginario de la madre que
va a depender la estructura subjetiva del niflo. •
Jacques Lacan- "Lógica del fantasma• -16/11166

El precio de un padre,
y la ausencia omnipresente de la madre
Un joven delgado y preocupado por sus frecuentes "depresiones" -así las
suponía él y sus profesionales que lo habían atendido según se lo habían dicho-
consulta a quien busca como nuevo analista. Este siente una rara sensación de
incomodidad. Escucha al consultante hablar de muchos temas, pero no logra
entender nada, fuera de que se queja insistentemente de su padre con quien
trabaja en un oficio sobre el cual declara no tener interés, pero en relación al
que se enciende la pasión cuando propone multitud de variantes que piensa
producirían notables mejoras en la rentabilidad del mismo. Casado, ama a su
mujer y se siente amado por ella. Lo que va captando el analista es que no logra
entender nada, porque está frente a un discurso puramente metonímico. Pero
no porque principalmente, la dicronfa en el sintagma precipite un resto sin
significar que convoque a la continuidad del relato, sino porque la mayoría de
las veces esta continuidad es efecto de la atracción que un significante
enunciado produzca, sobre otra cadena absolutamente ajena a lo que se estaba
tratando de enunciar. Hay fracaso casi total en el intento de cernir un objeto.
No se logra precipitar, precisar apariencias. A la vez, lo que se trata de retener
son las palabras que se escapan, hilvanándolos con otras palabras en
disposición preconsciente. Todo el primer período de tratamiento aparece
ocupado por el anhelo del paciente -acompañado por el trabajo del analista-
de terminar sus estudios. Eso, embrollado con problemas económicos y
financieros de la empresa del padre en la que el muchacho trabajaba y que le
daban tela para imaginar y llevar a la práctica diferentes tentativas de salvación.

38 39
 ·~·.i'~
No obstante un serio obstáculo a su laboriosidad reside en que, durante largos
períodos, llega muy tarde o falla por no poder levantarse de la cama,
constituyendo el extremo de sus llamadas "depresiones". En tanto al analista
le llamaba la atención que en los relatos del paciente nunca aparecían
referencias a la madre. Tempranamente se suceden eri la transferencia
repeticiones consistentes en períodos durante los que el paciente falta
prolongadamente. Sólo sale de los mismos ante insistentes requerimientos
telefónicos del analista y ante un subrayado por éste de una frase que el paciente
utiliza reiteradamente para explicar sus ausencias: "no me puedo levantar".
Que luego se tornará en una especie de interpretación sobre sus situaciones
como para abonar un autodiagnóstico de depresión que, de paso digamos, el
analista no compartíartstaban ausentes del discurso la serie autorreferencial
reprochante, correspdnttiente a ese cuadro.
Luego de algunos años de trabajo ap~e la novedad de que la señora
quería quedar embarazada, anhelo que él sin demasiado entusiasmo decide
acompañar. Luego de varios meses de infructuosos intentos inician una
investigación sobre infertilidad. Atravesado el período de exámenes no
violentos para la mujer, le llega el turno a él. Comienza a desarrollarse una
agresividad incomprensible contra el ginecólogo por haberle requerido eso.
Hacía ya un tiempo que había conseguido un trabajo independiente del padre
y en el período que estamos relatando había sido ascendido, lo que se iba a
reflejar en una suma sustancial de los ingresos. Su nueva función le exigía estar
permanentemente hablando por teléfono. Coincidió esa situación con un
período en que habían aparecido algunas manifestaciones de antisemitismo en
el país, lo que había impulsado a la comunidad judía a organizar actos y
manifestaciones de repudio. El paciente que siempre se había expresado
contrario a reconocerse judío haciendo hincapié en que era segunda generación
de argentinos, se apasionó y entró a participar activamente en las actividades
organizadas por la comunidad.
El paciente y sus acontecimientos se fueron acelerando. Taquipsíquico,
comenzaron a aparecer ilusiones visuales, alucinaciones auditivas, delirios
efímeros y focal izados de tipo paranoide que se iban reemplazando y que tenían
como materia el estar en peligro por su judeidad, y por antiguas simpatías por
la izquierda. Apareció agresividad e intento de homicidio contra la esposa, a
la que acusó de tener un micrófono en la concha. Otros pasajes al acto
consistieron en cortar los cables del teléfono y del portero eléctrico. También
un acelerado e impresionante proceso de disgregación del pensamiento.
40
Borracho, puede ser un nombre-del-padre (•)
Una colega harta de una paciente se la deriva a un psicoanalista de origen
médico con el siguiente enunciado: .. yo no voy a atenderla más porque es una
borracha, y es adicta, además tiene una fuerte tendencia homosexual y yo no
me la banco, así que yo la voy a derivar".
Era una muchacha joven, (como ella decía de treinta y pico de años)
bastante desprolijamente arreglada, muy excitada y con una taquipsiquia muy
especial. Una palabra se sucedía a la otra pero bajo un efecto de compresión
que obligaba a detenerla y preguntarle qué había querido decir para aclarar la
ininteligibilidad de la masa amorfa de palabras con que intentaba hacerse
entender. Se le presenta al nuevo terapeuta diciendo que ha sido enviada por
la licenciada x y que lo único que necesita es una receta para una nueva
medicación, porque ella ya estuvo tratada con otros psicólogos y otros
psiquiatras y que ha tomado cualquier cantidad de psicofármacos y que
ninguno de ellos la ha llevado por un camino diferente al que se encuentra
.··~ ahora. Que tiene un problema con la medicación porque la toma a veces de
manera desmedida, que vive sola y que por la noche cuando no puede dormir
abre una botella de vino, toma varias pastillas de distintas marcas para tratar
de dormir, lo que no siempre logra. Relata que trabajaba en un banco en la parte
contable y que por reducción de personal la habían despedido. Que sucedía
algo raro con los jefes que prefería no contarlo porque ya lo había tratado con
la licenciada, pero que se trataba de una conspiración por la que la habían
cesanteado. Había consultado a un abogado y estaba enjuicio contra el banco.
El hospital no le resultaba confiable, decía que ella sabía muchas cosas que no
podía decir, y que no estaba segura que lo que dijera en las consultas no iba
a ser comentado con otras personas, lo que podría llevar a que se tomaran
públicas actividades de las que había participado, cosa que no quería en
absoluto. Tenía dificultades serias para dormir, la ansiedad aumentaba, el
descontrol también, especialmente en relación a la ingestión de psicofármacos
y alcohol, casi no podía quedarse quieta, y lloraba profusamente.
Había momentos en que parecía interceptada -como si le sucediera algo
por lo que tenía que dejar de hablar y al retomar no lo hacía nunca desde el
lugar donde había dejado, como si parara para escuchar algo interior. Relató
una vida sexual en el tiempo previo más inmediato a este nuevo intento de
!'> Comunicación del Dr. Fabian Menendez, docente en la escuela de fomtaCión en psicoanilisia de
Herramienta Freudiana Transdisciplinaria.
4l

tratamiento, promiscua y muy conectada a drogas y alcohol. Estaba absolu-
tamente empobrecida, sin dinero para viajes ni comida. Le estaban por cortar
el teléfono. En ese contexto plantea que en el edificio en el que vive ocurren
cosas muy raras. Que hay una gente que dice que es de ENTEL y que está
arreglando los teléfonos en la terraza pero que ella sabe que son de algún cuerpo
especial tipo SIDE y que en realidad lo que están haciendo es, pinchando los
teléfonos. Que ella lo sabe porque cuando hace llamadas siente ruidos y sabe
que están pinchando las llamadas buscando informaci6n que ella tenía.
Durante estos relatos se le transfiguraba el rostro y lloraba muy
intensamente como si estuviera viviendo los hechos que relataba en el mismo
momento en que los relataba. Dice que hay cosas que ella sabe pero que prefiere
no referirlas para no comprometer a su interlocutor porque si esa gente que
esc.ucha el teléfono se da cuenta que está tratando con un psicólogo, éste puede
quedar comprometido, pues ella sabe de gente "chupada". Se siente atormen-
tada durante todo el día. No sale a la calle porque cuando sale le sucede algo
muy extraño, siente que le tocan el culo y supone que los que le tocan el culo
la están persiguiendo. Habitualmente no le da mucha importancia hasta que
pasan una o dos cuadras, recién ahí se da vuelta y se encuentra con que la
persona que la tocó y la seguía ya no está. Ella piensa que todos esos sucesos
obedecen a una conspiración contra ella, al igual que algunos sucesos
transcurridos en un sindicato de los cuales prefiere no hablar porque "ella era
amante del sindicalista que es muy conocido lo que hace a la cosa muy
comprometida".
Esa extraña frontera (Entre la histeria y esquizofrenia)
Comienzo esta presentaci6n resumiendo los elementos con que estos dos
pacientes se presentaron a sus analistas, porque creo que nos dan material
suficiente para circular por una frontera de inquietante extrañeza, la que separa
a la histeria del a esquizofrenia. Situarse ante un país, o ante el otro, no resultará
de poca importancia para el destino del trabajo del an~lista y por lo tanto del
futuro del paciente. Todo lo contrario, será decisivo para llevarlo adelante con
el mayor nivel de eficacia posible. Desde el propio Freud ya se sabía que ahí
había un límite. Y al igual que en las fronteras entre países todo en él es muy
confuso. Se usa un idioma mixto, aunque establecidas las condiciones
necesarias, cada uno habla bien el propio. Se reverencian banderas y símbolos
nacionales distintos, pero no siempre está claro a qué país desearían pertenecer
sus habitantes. Se cruzaron los matrimonios y por lo tanto las ascendencias.
42
1'~
Suelen haber reclamos territoriales, rencillas suspendidas. Según c6mo esté el
cambio monetario conviene más comprar en una banda o en la otra, lo que
genera expectativas de comparas en una y de trabajo en la otra. Sin embargo
a la hora de presentar los documentos. se es ciudadano de una o de la otra, no
lll hay posibilidades de doble ciudadanía en esos lugares.
De los casos que presenté me guardo por el momento algunas cartas que
las iré poniendo sobre la mesa cuando me vayan resultando necesarias para
definir las diferentes ciudadanías. Sin embargo,_ con las presentadas ya se
podría empezar a reconocer ciertos estilos que diferencian a las distintas
nacionalidades.
En el primer caso. antes del frágil reencadenamiento delirante podemos
anotar tres hechos llamativos. Prolongados períodos sin poder levantarse de
la cama, casi absolutamente introvertido. Aquella modalidad de relato no
guiado por el objeto que se escurre, sino por la atracción que una palabra a
punto de escurrirse, de volatilizarse, ejerce sobre otra cadena en la que también
tiene funcionalidad pero conduciendo hacia otro sentido y hacia otro objeto.
Y finalmente, estados de hipomanía en los que entusiasta trabaja activamente
por levantar activamente el negocio del padre supuestamente amenazado de
bancarrota. Interrogado sobre aquellos períodos no aparecía producci6n
significante y si apego a los que el habla del psicoanalista o la divulgaci6n
psicológica pusiera en escena.
En ella, (el segundo caso), las ideas delirantes se establecen en referencia
a hombres. El discurso se estructura siempre en relación a ellos, o a alguno
de ellos. De ellos se escapa y ellos son los que por no terminar de ser
significados en el discurso, la obligan a seguir hablando ansiosa y confusamen-
te. Incluso sus reclusiones y ausencias toman el carácter de apelación al Otro.
Jerárquicamente por encima de ella, o con poder. Pongo sobre la mesa una
nueva carta que lo representa a él (el primer caso). La madre ausente en todos
los relatos previos al brote, es conocida por el analista al producirse éste.
Entonces se da cuenta que el muchacho no hablaba de ella, porque ella hablaba
desde él. Pero hablaba desde él en los únicos enunciados a los que se les podía
reconocer sentido, las quejas contra el marido, o sea contra el padre del
paciente y justamente sobre aquellos problemas y con exactamente las mismas
palabras que el paciente reproducía (no utilizo sin darme cuenta este
significante) con su lucidez previa al desencadenamiento. No está demás
señalar que eran quejas en parte motivadas.
43
 Las diferencias, o: también en el campo de la causa
La forclusión del Nombre-del-Padre en el punto en que es convocado en
oposición simbólica al sujeto se produce, cuando en los avatares de la
ontogenia, en un lugar equivalente, estuvo ausente un saber representando a
al función del padre, provocando la quebradura de aquel, condición de
posibilidad para que se produzca su forclusión cuando el sujeto es llamado a
ocupar esa función en un lugar homólogo.
En el caso de ella voy a poner sobre la mesa una carta que hasta ahora
me había guardado. La relación transferencia! rápidamente se deslizó a
actuaciones eróticas que según la ética animada por el deseo del analista se
encontraban con la abstinencia de éste.
Dichas actuaciones eran adornadas con detallados relatos sobre intentos
de "levantarse" al coordinador de un grupo de alcohólicos anónimos al que
concurría y al que en esos relatos llamaba "papito". Este, que también se
abstenía, pero parece ser que por otras razones, le preguntaba insistentemente
"si sabía chupar bien la pija". Ocurría que en sus demandas eróticas al analista
también lo llamaba "papito". Hasta que después de un momento clave en que
el analista en función paterna la había enviado a trabajar, órden que ella acató
y en una sesión en que la paciente insistente en sus demandas eróticas lo llamó
''papito", éste le preguntó qué le pasaba con el padre. Surgió, largo y
apasionado, el relato sobre una fuerte relación con el padre borracho a la vuelta
de su trabajo y mientras miraban en televisión a la Coca Sarli y a Libertad
Leblanc evidentes objetos ideales en la fantasmática sexual de éste. Tal vez
sea innecesario decir que además del alcohol había formado parte del goce oral
de esta chica la blanca cocaína. El Nombre-del-Padre en lo que hace a su
función sexual había permanecido bajo represión. Después de dichas interven-
ciones e interpretaciones y algunas otras que no relato en función de la
capacidad de transmisión de esta exposición, la paciente se tornó analizante.
Había formado parte de sus relatos la información sobre la existencia de la
madre psicótica que había perdido a su hombre, cuando la paciente tenía trece
años. Creo que entre los elementos sobredeterminantes de la locura, no
psicosis de esta muchacha, había una clara identificación histérica al deseo
insatisfecho de su madre psicótica. Ella también hacía lo necesario para perder
a los hombres deseados, quedando con su deseo insatisfecho ..
No fueron las cosas asf para él (el primer caso). La transferencia al
tratamiento se sostenía muy entrecortada y con mucho esfuerzo de parte del
analista. Casi se podía decir que iba desde el analista al paciente que a la
44
inversa, a pesar de la gran idealización de que aquel era objeto por parte de
éste. Sólo la insistencia telefónica y a veces en persona por parte del analista
lograba sacarlo de la cama y reiniciar un ciclo de trabajo en sesiones, en
estudio, y de trabajo propiamente dicho. Preguntado sobre los antecedentes de
esas caídas a la cama, relató algo atinente a la separación de su primera esposa.
Cuando tornaron el acuerdo de hacerlo. él entendió que era un acuerdo
transitorio "para pensar qué hacían". En esa situación, para una Navidad (cosa
llamativa, ya que ambos eran judíos) va a buscarla y la encuentra con otro
hombre. Tiene ahí su primer caída. Nunca pudo entender que eso hubiera
pasado. No entró en ningún registro posible, o sea escribible. La única función
que se le mantenía intacta en esas "caídas". era la sexual. No dejaba de coger
cada vez que la posterior compañera, con la que había buscado el embarazo
se lo requería y era común que fuera directamente él quien la buscara. La
convocatoria al Nombre-del-Padre para representar a este sujeto en su lugar
obviamente más sensible, el de la paternidad propiamente dicha, precipita
primero infertilidad (la que a posteriori del reencadenamiento delirante cedió,
embarazando a su mujer) y luego el descalabro psicótico con ilusiones visuales,
alucinaciones auditivas y reacciones delirantes.
Muestro el as de bastos. En los relatos predesencadenamiento. había
insistido la narración de que el padre contaba recurrentemente que él no había
querido ser padre. Que se había casado sólo para salvarse del Servicio Militar,
y que los hijos habían nacido (el paciente fue el primero) porque la esposa era
como una coneja y solamente con el olor a esperma ya quedaba embarazada.
Claro que esta afirmación del padre, no estaba desencadenada de un incidente
en la vida de su propio padre, o sea, del abuelo paterno del paciente. En una
de las grandes guerras que asolaron al continente europeo y mientras sus masas
se intlamaban e inmolaban llenas de sentimientos patrióticos, aquel sujeto
desertó, atravesó el continente y el océano y desembarcó en nuestra metrópolis
en la que no al mucho tiempo era llamado por sus amigos del barrio, el "loco".
Como vemos, la forclusión respondió a una lógica transgeneracional, en la que
como planteó David Cooper y suscribió Lacan, se inscribieron al menos, tres
eslabones.
Saber "chupar" puede hacer un padre, aunque por supuesto no sin
consecuencias. Pero, ¿qué padre no trae consecuencias y no sólo del as mejores
sino también de las peores?.
Proclamar recurrentemente que no se deseó ser padre ni marido, y que
sólo se lo fue para, repitiendo de otro modo el camino paterno, "zafar",
transgrediendo, de las Fuerzas Armadas, planta un deseo negativo y una
45

dimisión a una ley, como fundamento de lo que entonces pasa a ser genitura
a secas, sin el pro de la progenitura: Lo que se potencia porque el dicho sobre
la fecundación por olor esperma no contradicho por la esposa, pone en cuestión
el deseo de hijo por parte de ésta. La quebradura del eslabón fue un hecho, las
condiciones necesarias para la posterior forclusión quedaron labradas. La clara
presencia del deseo por otro y no por él, manifestada por la primera esposa en
la escena de Navidad precipitan el primer desastre. Repetido luego, cada vez
que obtenidos éxitos en sus esfuerzos por abrir nuevas fuentes de rentabilidad
al negocio del padre no encontraba, de parte de éste, señales de alborozo. Y
no había falta de amor o de dones por parte del padre. Todo lo contrario, era
de los siempre dispuestos a ayudar económicamente a los hijos, con los que
disfrutaba enormemente yendo los domingos a la cancha a alentar al equipo
del que desde siempre eran hinchas.
Por qué en un caso podemos hablar de locura neurótica y en otro de
psicosis, a mi modo de ver queda claro. ¿Pero por qué en este último caso se
dispara una esquizofrenia y no una paranoia?
En mi opinión, para la conformación desectructurante de una esquizofrenia,
la forclusión del nombre-del-padre es condición de posibilidad, pero no
suficiente. Es condición necesaria algo que ocurre desde temprano en el objeto.
Casi al final del Discernimiento de lo inconsciente, nuestro lúcido Freud dice:
"Si en la esquizofrenia esta huída (del yo) consiste en el recogimiento de la
investidura pulsional de los lugares que representan a la representación-objeto
inconciente, cabe extrañarse de que la parte de esa misma representación-
objeto que pertenece al sistema Prcc -las representaciones palabras que le
corresponden- esté destinada a experimentar más bien una investidura más
intensa. Esperaríamos que la representación-palabra, en cuanto es la porción
pre-conciente, resistiese el primer asalto de la represión y se volviese por
completo no investible después que la represión avanzó hasta las representa-
ciones inconcientes-cosa. Sin duda es ésta una dificultad para la comprensión.
Aquí viene en nuestra ayuda la reflexión de que la investidura de la
representación-palabra no es parte del acto de represión, sino que constituye
el primero de los intentos de restablecimiento o de curación que tan
llamativamente presiden el cuadro clínico de la esquizofrenia. Estos empeños
pretenden reconquistar el objeto perdido, y muy bien puede suceder que con
este propósito emprendan el camino hacia el objeto pasando por su componente
de palabra, debiendo no obstante conformarse con palabras en lugar de las
cosas( ... ) Por otro lado, puede ensayarse esta caracterización del modo de
pt1nsamiento de los esquizofrénicos: ellos tratan cosas concretas como si fueran
46
JUAN ALBERTO LITMANOVICK
abstractas".
Como podemos apreciar, Freud colocaba la dificultad del esquizofrénico
en el terreno del objeto, más precisamente de su representación. Aquí lo
formula de dos maneras: l) ... recogimiento de la investidura pulsional de los
lugares que representan a la representación-objeto inconciente ••• , 2) Estos
empeños pretenden reconquistar el objeto perdido •... La primera formulación
aclara que, en relación a lo simbólico, el problema que se produce es de orden
tópico, ya que el retiro de investidura pulsional lo es de los lugares que
representan a su representación. La segunda, que el intento de cura se propone
tratar de reconquistar al objeto perdido, para lo cual tiene que pasar por su
componente de palabra. Pasar propone otra vez una cuestión de orden tópico,
en el cual la palabra tendría que desempeñar la función de puente. Esto es
explícitamente afirmado en "Complemento metapsicológico a la doctrina de
los sueños", cuando dice: "Tan pronto como la interpretación pesquisa el
circuito del trabajo onírico, sigue los caminos que llevan desde los pensamien-
tos latentes hasta los elementos del sueño, descubre el modo en que se sacó
partido de las ambiguedades de las palabras y pone de manifiesto los
puentes-palabras entre los diversos círculos de materiales, transmite la
impresión de algo ora chistoso, ora esquizofrénico, y así nos hace olvidar que
todas las operaciones con. palabras no son en el sueño sino otros tantos
preparativos para la regresión a cosa (escorro de cosa concreta)". Es en ese
punto en el que queda fijada la tragedia del esquizofrénico. Lo desencadenado
en el tesoro de palabras del esquizofrénico no logra, como en el paranoico, ser
zurcido por significantes de otro orden al del Nombre-del-Padre forcluído y
que, por la vía de la metáfora delirante producen una significación al sujeto,
de la cual éste busca sostenerse. En el intento de curación, al no acceder los
significantes al lugar que representa a la representación-cosa, y por lo tanto
no poder articularse a la representación que en perspectiva representa a ésta.
el esquizofrénico queda en ese punto de su recorrido, con lo simbólico siendo
puramente real. O sea, sufrible pero no escribible, y mucho menos interpretable.
No es lo mismo panorama desde el puente -neurosis- que vivir en el puente
-esquizofrenia.
¿Podemos discernir causa para esta diferencia? De discernida, ¿puede
servirnos de algo en la estrategia de tratamiento? ¿Hay alguna tierra en la que
podamos situar al esquizofrénico por fuera del puente?
47
 De cuando las palabras no producen objeto,
lo que las obliga a serlo
En una presentación anterior <"l, articulando lo que la experiencia de
trabajo me había mostrado con una relectura de Bateson, planteé: "Cuando se
desencadena la esquizofrenia, en la frágil organización codificada del pre-
esquizofrénico se forcluye no sólo el Nombre-del-Padre, sino lo que fundamen-
ta la estructura del significante y de la significación, ergo, lo que posibilita la
posibilidad de que se produzcan los efectos de sentido por oposición y
diferencia. El carácter contradictorio y/o confusionante de los mensajes
emitidos desde el lugar del Otro primordial en lo atinente a la civilización de
las pulsiones y al amor y el odio, y sin la función de corte del significante del
Nombre-del-Padre configura una estructura donde los significantes son sólo
objetos; "todo lo simbólico es real", nos decía Lacan".
Retomo en esta oportunidad un concepto fundamental de Lacan, en el cual
insiste a todo lo largo de su obra y que en esta circunstancia voy a citar de su
seminario Las relaciones de objeto. Dice ahí: "Existe una eficacia del
significante que escapa a toda explicación psicogenética, puesto que el sujeto
no introduce este orden significante simbólico, sino que lo encuentra ya
constituido". ¿Qué sucede, en efecto, cuando la madre deja de responder a la
solicitación del deseo, cuando responde a su arbitrio? Ella pasa a ser real, se
convierte en poder y en consecuencia, el acceso a los objetos se modifica: los
objetos, que hasta ese momento eran pura y simplemente objetos de satisfac-
ción, se transforman en dones de parte de ese poder. En suma, asistimos a una
inversión de posiciones. La madre, anteriormente simbólica, se transforma en
real, y los objetos, de reales que eran, pasan a ser simbólicos. Ellos son el
testimonio del don proveniente del poder materno, simbolizan un favor y una
desgracia (al mismo tiempo que satisfacen o no una necesidad). Se suele
invocar la omnipotencia a propósito del niño; sí, pero omnipotencia de la
madre, que puede darle todo al niño y en consecuencia desilusionarlo siempre.
En este sentido el niño es completamente dependiente y está sin recursos frente
a ella.
De esta manera se pone en marcha la constitución del mundo de los
objetos. Recordemos lo de Freud: "Estos empeños (de curación) pretenden
reconquistar el objeto perdido y muy bien puede suceder que con este
<')Esquizofrenia: la significación imposible (leído en la reunión Lacano americana de Mar del Plata)
48
propósito emprendan el camino hacia el objeto pasando por su componente
de palabra, debiendo no obstante conformarse con palabras en lugar de
las cosas". Por eso modificaría levemente lo que continúa en la formulación
freudiana y diría: eso los obliga a tratar cosas concretas como si fueran
abstractas, y a lo abstracto como concreto.
Entonces, el mundo de los objetos se pone en marcha mediado por la
función significante del Otro primordial. Su presencia y su ausencia simboli-
zan para el "enfans" de los primeros tiempos, la cercanía o la lejanía de la
satisfacción de la necesidad. En la alternancia va tomando forma el deseo.
En este punto hago entrar algunas formulaciones de José Blejer. En el
apartado 2, Discriminación del concepto de ambiguedad, en el capítulo La
ambiguedad en la clínica psicoanalítica de su libro Simbiosis y ambiguedad,
va describiendo con los siguientes pincelazos lo que define como "personali-
dad ambigua":" ... entre hablar de sí mismo, de su mujer o de sus hijos, no hay
diferencias; al hablar de ellos está hablando de sí mismo(. .. ) Lo que llama la
atención, además, es la falta de contradicción, pero con una característica
especftica: los términos diferentes están ambos en actividad, en el mismo
momento y en la misma situación. Dicho de otra manera: existen términos
diferentes, pero que no son excluyentes ni contradictorios (... ) La personalidad
ambigua presenta· la característica de no asumir, eludir o no comprometerse,
o no hacerse cargo de una situación, de su sentido, motivaciones y consecuen-
cias. Pero todo ello no es consecuencia de una negación, sino de una falta de
discriminación, en la que nada es afirmado o negado totalmente. Su compor-
tamientos es furtivo, a diferencia de la futilidad que caracteriza al esquizoide.
A ello se agrega la permeabilidad o el mimetismo con que son asumidos o
incorporados distintos comportamientos. (... ) En la ambiguedad coexisten
elementos, comportamientos o rasgos, que pertenecen a series o conjuntos
distintos; por ejemplo: malo, vacío. heces, oralidad, etc. Es decir, falta la
discriminación de términos antinómicos y de los distintos conjuntos o
series a los que estos fenómenos corresponden. No se halla discriminado yo
del no-yo, homo de heterosexualidad, esquema corporal del mundo externo,
zonas oral, anal de lagenitalidad, etc. En proporción y características variables
(... )Una de las características fundamentales de la ambiguedad es la "natura-
leza incierta", es decir, lo que todavía no está defmido, lo que todavía no está
discriminado, lo que permite la coexistencia de cosas, situaciones o actitudes
que para otro sujeto. o para el yo más evolucionado del mismo sujeto, resultan
confusas o dudosas, pero que en sí mismas son inciertas, no definidas, no
discriminadas y no jerarquizadas en especies o conjuntos (... )En la ambiguedad
49
se existe y no se es (... ) Tienen además un déficit en la utilización de la
represión y de la ansiedad como señal de alarma, y la reacción es directamente
de pánico(... ) La personalidad ambigua es tan vacía de interioridad como de
exterioridad (o tiene otra interioridad y exterioridad); dan la impresión (y con
esto pasamos a las vivencias contratransferenciales) de un comportamiento
furtivo, de inautenticidad, carencia de autonomía, ingenuidad, vaguedad,
desorientación, oscilación, provisoriedad, inconsistencia, variación, a veces
de indecisos o dubitativos. Para la ambiguedad podríamos hablar de una
verdadera polivalencia, o de un carácter proteiforme".
Afirmo que si en el primer período de vida, cuando "el niño es más
dependiente y sin recursos que nunca", y en el que se moldean los lugares que
van a dar asiento a la estructura significante, queda a merced (o sea, sin
intervención eficaz de la función del Nombre-del-Padre) de un Otro primordial
ambiguo, el objeto no se pierde, sino que no se constituye por no producción.
La estructura de lenguaje productora de aquel requiere como mínimo:
oposición, diferencia y exclusión en la sincronía del paradigma, diferencia,
oposición, combinatoria, diacronía y diferencia tópica en el sintagma. El lugar
y el tiempo de aparición, de pulsación, de emergencia del significante tienen
entonces una función clave y de clave en el sentido de la función de ésta en el
pentagrama. Es .en esta estructura que se produce el efecto de sentido y de
apariencia del objeto y, en consecuencia, lo que queda por fuera de ambos o
sea el objeto a en su función de causante del deseo. Sin la función de corte del
Nombre-del-Padre, un Otro primordial que no diferencie cuando habla de sí
mismo y de otro, que no establezca contradicción ni diferencia en sus actos y
dichos sobre lo que lo tiene (o sea que una vez produzca una acción en un
sentido y otra la misma con un sentido contrario), que sea elusivo, indiscriminado,
incierto, furtivo, oscilante, mimético, existente pero sin apariencia de ser, fácil
de entrar en pánico, que transmita inconsistencia, provisoriedad, no genera el
lugar ni las escanciones, de un modo capaz de producir escritura, o sea huellas
mnémicas capaces de tejer una red de lenguaje. Es un Otro real en la fase en
que tendría que ser simbólico, es un Otro que no cesa de no inscribirse. Pero
por reunir en sí la función significante y el lugar de objeto, su no inscripción
sanciona la ruptura entre puente y costa. Producido el desencadenamiento, a
los empeños por reconquistar el objeto perdido pasando por su componente de
palabra, no le queda otra posibilidad que conformarse con éste, pues no hay
delineada apariencia del objeto que por su pérdida funde la serie, al no haber
habido estructura significante que instale un saber posible sobre el mismo.
Claro que la palabra, sin articularse a la representación del objeto puede
50
objeto sin palabra que la represente, sin posibilidad de articularse a un segundo
significante, a un saber que le dé sentido. Ahí nos encontramos con el
desconcierto, el estupor, la desubicación en el tiempo y el espacio, en el
período agudo del desencadenamiento o allegados al deterioro fmal de la
demencia. Abraham ubicó el punto de fijación de la esquizofrenia en la fase
oral de succión, previo al oral canibalístico, desde lo trabajado se torna
evidente mi coincidencia en ese punto con Abraham. Considero de importancia
para la clínica esta hipótesis de Abraham, pues puede facilitarnos las conjeturas
para el diagnóstico diferencial con la histeria y darnos razones para la estrategia
de la cura en la esquizofrenia.
Si también situamos el punto de fijación de la histeria en la oralidad de
succión, pero a diferencia de la esquizofrenia, resignificada por la castración
en tanto hay Nombre-del-Padre, entenderemos las razones de similitudes y
diferencias.
Similitud en tanto lo traumático se ejerció cuando, al no haberse formado
el yo, no se discrimina el propio cuerpo del del Otro, lo que metaforiza
brillantemente Lacan en su frase "un pecho que chupa a una madre"
evidentemente simbólica, pero indiscriminada. De ahí que la escena principal
de la afección histérica y la esquizofrénica sea el cuerpo.
La castración hace del cuerpo femenino y del pene-falo al resignificar la
fase oral de succión, en la que la regulada presencia-ausencia del Otro
primordial instaló al cuerpo en el discurso, haciendo de la tensión de necesidad
y de la satisfacción, significantes sin palabras representantes del sujeto, para
esa presencia-ausencia transformada entonces en significante 2, significante
del saber sobre el mismo. De ahí la observación freudiana de que mientras el
esquizofrénico utiliza palabras denotantes de partes del cuerpo para tratar de
expresar lo que lo aqueja, en la histérica el cuerpo dice las palabras que están
reprimidas. Por esa misma razón para el esquizofrénico, lo simbólico es real.
Preguntado un internado en el hospicio por qué le había dado treinta puñaladas
a la madre, matándola, contestó: "tenía que cortar con ella".
DE UNA POSIBILIDAD EN EL TRATAMIENTO DE LOS
ESQUIZOFRÉNICOS
¿Qué hizo posible en estos sujetos su conformación y funcionamiento
pseudo neurótico hasta el desencadenamiento? A mi modo de ver, la identifi-
51
cación imaginaria. Ella les permitió, más allá del Otro primordial ambiguo,
al pensamiento esquizofrénico, o el pasaje a la acción como sostén contra el
identificarse al otro y por identificación apropiarse del código de palabra,
desencadenamiento y la disgregación. Pero quedarán pendientes, causándome
gramática y sintaxis. La ausencia se transforma en el gran problema para una
el deseo, y tal vez el de ustedes.
estructura de esa naturaleza, pues en ese lugar no hay nada o s6lo se pueden
plantar palabras que no logran atrapar al objeto. Recuerden la modalidad de
relato del primer paciente. En cambio a la segunda, la vigencia del falo como
ordenador le permite sustituir un papito por otro, y que su boca y su culo
hablen, lo que torna analizable lo que dichas zonas erógenas le hacen decir.
Lo que el esquizofrénico dice, al no ser articulable por no ser más que cosas
en sí, no es interpretable, como no eran interpretables las piedras hasta que se
produce un discurso geológico o uno poético sobre ellas. La interpretación
aparece ante él tan real como sus propias palabras, lo que lo sume en mayor
perplejidad y angustia, o se le presenta como un código al cual enfrentarse o
identificarse.
Con fineza de artesano y firmeza sin ambiguedades, esta última es la
variante elegible para asociarse con el paciente en un trabajo de tejido
reforzante de su yo. En &quizofrenia: la significación imposible, ese trabajo
mío al que antes aludí, planteé lo que en éste sigo sosteniendo: .. Acuden
pobremente (pero algo es algo) en nuestra ayuda (para llamarlo de alguna
manera), el carácter de salvavidas que adquiere para estos pacientes, antes del
deterioro total, la imagen del otro, la disociación esquizofrénica y, como
coadyuvante, los neurolépticos.
En mi experiencia, lo que más resultado me ha producido, es ofrecerme
de soporte idealizado y amado, de tal manera, con la ayuda de la retórica y del
humor, que eso no origine en ellos el efecto de quedar del otro lado del espejo,
sino de que queden situados en el territorio de mi mirada amable. Lo que
también exige no asustarse, no someterse, en los momentos de agresividad, y
operar para eludirlos sin crear en el paciente la sensación de que se los
descalifica, rechaza o abandona.
En este contexto de maniobras, trabajar con lo que de código queda para
estabilizar, acotando lo que de lo simbólico es real para el enfermo". "El
trabajo con la familia puede ser útil con el único fin de abrir vías que faciliten
establecer distancias -incluso territoriales- entre el enfermo y los miembros
más confusionantes de ella".
Sé que queda mucho por trabajar tanto de lo que nos ofrecen para el
análisis los casos presentados como otros temas que se pueden derivar de las
cuestiones que nos plantea la esquizofrenia, como otros problemas en relación

52
53
 LAS PARANOIAS

NORBERTO RABINOVICH*

Voy a intentar hablar de la paranoia desde la teoría analítica. En verdad,

tendría que decir desde la teoría lacaniana de la paranoia, en la medida que,
a mi juicio, Freud no pudo resolver suficientemente bien la cuestión de la
psicosis, aún cuando despejó gran parte de sus puntos fundamentales. Pero
Freud carecía de un articulador teórico fundamental, el "significante del
nombre del padrel", que es un invento de Lacan. Sin este articulador, la
diferencia de estructuras entre neurosis y psicosis, no queda suficientemente
bien establecida. A mi juicio, este referente teórico del nombre del padre no
sólo resulta fundamental teórica y clínicamente, sino que posee un carácter
absolutamente original en relación a la doctrina freudiana, y conviene destacar
dicha originalidad, para no reducir su alcance o amputarle su valor. Lacan
articula en una lógica rigurosa algo que fue evidentemente intuido por Freud,
pero de lo que no da cuenta en su elaboración doctrinaria.
Las diferentes entidades clínicas, dentro del cuerix> de la psicosis,
constituyen una extensa lista. Sin embargo, Lacan propone una única
explicación y un sólo mecanismo estructural para tan inmensa diversidad. Dice
así: el nombre del padre forcluido en lo simbólico aparece en lo real.
Mi objetivo hoy no será explicar la paranoia a partir de la forclusión,
dando el mecanismo de la forclusión como sobreentendido, sino intentar dar
cuenta del mecanismo forclusivo para explicar la paranoia.
Por supuesto, el Seminario 111 de Lacan, dedicado a las psicosis, será el
referente fundamental. En este Seminario, Lacan comienza haciendo una breve
mención de problemas clínicos y nosográficos. Dice que Freud dividió el
campo de las psicosis en dos grandes grupos: la J?NJDOia !)a ~f¡~.
En cada grupo, a su vez, hay múltiples subdivisiones, e incluso éstas se
complican según las escuelas. Pero esto no es relevante; lo importante es que

*Norberto Rabinovich, psicoanalista, miembro de la Escuela Freudiana

de Buenos Aires, ha pronunciado numerosas cOTiferencias y publicado
artfculos en revistas del pafs e internacionales.
55
54
los fenómenos de la psicosis se organizan en dirección a dos grandes polos.
Dos polos, un solo mecanismo. Esto no es muy distinto de lo que ocurre en
el campo de la neurosis: dos grandes polos, las histerias y las neurosis
obsesivas, y un solo resorte estructural. Incluso Freud había establecido en
algún lugar una relación de parentesco elltre las histerias y las esquizofrenias
por un lado y entre las neurosis obsesivas y las paranoias por otro.
En la obra de Lacan hay algunas referencias terminológicas que acarrean
cierta confusión. A veces, la polaridad recién señalada se pierde porque habla
de paranoia en un sentido genérico, abarcando todo el campo de las psicosis.
"La psicosis -dice en algún lugar-, quiero decir la paranoia ... ", es decir, las
hace equivalentes. Si tomáramos esta propuesta terminológica como definiti-
va, poco nos ayudaría: necesitaríamos encontrar un nuevo término para el
grupo de las psicosis, que a diferencia de las esquizofrenias fueron denomi-
nadas paranoias, es decir las paranoias propiamente dichas, porque esa
diferencia existe. Es cierto también que Lacan a veces utiliza como sinónimo
de neurosis en general el término de histeria, lo cual no le quita especificidad
a las distintas subestructuras dentro del campo de las neurosis. Pero en lo
relativo a las psicosis, nunca fue muy amigo de establecer clasificaciones
no sográficas. Usaba el término esquizofrenia o parafrenia de tanto en tanto sin
ningún gusto. Era más bien enemigo de una clasificación sistemática y
minuciosa. Prefería centrarse en los factores causales de la estructura, y para
eso le resultaba suficiente el término de psicosis o bien paranoia, para referirse
a aquellas entidades tributarias de la forclusión del nombre del padre.
Hoy voy a hacer especial hincapié en el grupo de las paranoias
propiamente dichas.
Para crear una nueva complicación en el tema de las paranoias, en el
Seminario "Le sinthome", Lacan afir-
ma que él se resistió mucho tiempo a
publicar su tesis de doctorado titulada
"La psicosis paranoica y su relación
con la personalidad". porque entre
paranoia y personalidad no hay rela-
ción: son lo mismo. El no explicitó a
qué se refería con el término de perso-
nalidad, pero hizo un nudo al que llamó
"nudo de trébol", y dijo que en ese
nudo no están diferenciados los tres
registros (real, simbólico e imagina-
56
rio). Bueno, esto es la paranoia, donde real simbólico e imaginario se
subsumen en una sola consistencia, que es la consistencia imaginaria.
Eso es la paranoia en el lugar donde dice que eso es la personalidad. Bien,
¿qué quiere decir esto? Voy a intentar dar una lectura. En un diálogo común
nos podemos preguntar si lo que escuchamos es el sonido o el sentido. Es
evidente que el sentido no se escucha, no es lo que hace vibrar el aparato
auditivo. Sin embargo, el soporte sonoro del discurso, cuando se escucha,
queda velado.
Si tenemos la intención de comprender ese discurso, nos centramos en
el sentido, creemos comprender ese sentido y no nos interrogamos demasiado
_S 0 ,, por los puntos de ambigüedad, de equívoco, de malentendido que producen
''í"-ciertos significantes. Lo que creemos comprender de este discurso es
~videntemente del orden de lo imaginario del lenguaje, y presenta siempre un
carácter evanescente, indefinido, y que se realiza hacia una aprehensión
imposible del sentido. Ahora bien, una de las características del discurso
paranoico, del discurso del delirante paranoico, es el de llevar al extremo una
vana pretensión. E.!J?retende. exige incluso, que el sentido sea aceptado pOf
el otro de una manera unívoca, absoluta, cerrada, concluyente. El pretende que
e!Jnt~f.!Q~E_!_or ~inprenda absolU~~ lo _qu:e·anriña~l:ualquier fisura,
cualquier agujero ·qi.iépuedaaarlílgar al malentendido o al doble sentido, será
experimentado como persécutorio. Para él el lenguaje debería sostenerse
solamente en el registro imaginario del sentido. B~
discurso. ·
r•-•·•--•· ~·~·---
Esto no coincide para nada con lo que sucede en el grupo de las
esquizofrenias. E~ poco a p()CO \'a~esi11te!e~Q~ m.ás.x_más
de las relaciones de. .sentidQ_ de .su di.scurs.o. Las palabras extrañas, las
constrÜcClones aberrantes, etc., dan cuenta de esto. Pero no es que se
desinterese de que el interlocutor pueda seguir el hilo significativo del
discurso. Profundamente, la desarticulación del lenguaje apunta a producir en
el Otro un agujero en la comprensión, agujero en el saber. En este caso, lo
manifiesto es ~-~~fl.t!d_~!~a._pro resivame te ~~.
quedando lo una articulación de dos re i tr simbólico real. ata a las
palabras como si fueran cosas. Estas descripciones son muy parciales, pero
permiten fundamentar por qué es necesario reconocer por lo menos estos dos
grupos. Grupos extremos, ya que entre uno y otro hay infmidad de casos
mixtos: la parafrenia, particularmente, que se ubicaría en un punto intermedio
entre la pérdida radical de referencia al sentido, que aparece en la esquizofrenia,
y al mismo tiempo no tan cerrado en la univocidad de un sentido congelado,
57
que es lo característico de la paranoia.
Ahora voy a interrogar esta equivalencia propuesta por Lacan entre
paranoia y personalidad. Pregunto: ¿es posible establecer algún referente
estructural que permita diferenciar la personalidad paranoica de la psicosis
paranoica? Este es un punto que puede leerse en el Cap. 3 del Seminario de
Las Psicosis. Lo encontramos en torno al ejemplo de una paciente, que es
mencionada también en algún escrito. Dice que esta paciente no presentaba
gran parte de los rasgos de carácter que defmen o defmían en ese momento a
las personalidades paranoicas, pero sin embargo lo esencial estaba ahí
presente. Dice ue ella, a lo lar o de su relato, pretendía que él comprendiera
y entrara e ese ·uego en donde ella o ecía su 1scurso ex usivamente a la
comprensión, ue aceptara sus razones, sus argumentos, los cuales estaban e
el d r · le s enuncias e e rácter ersecutorio, etc. Todo
esto que ella sostenía. has..ta ese momel_!!Q no era suficiente, dice Lacan, para
establecer ~ diagnóstico de psicosis. ___.. - Lo que ellos designan es el objeto central del delirio: la palabra nueva dice todo,
Finalmente, después de una iiga hora y media de entrevista, extrae de
ese discurso una referencia distinta, que rompía con el orden de comprensi-
bilidad donde se desplazaba: ella lar ó al o ue mantenía más o menos en
reserva. Un térmilllh_ el término :jalo¡ililer", que Lacan efine como un
neOlogiSmo:Punto deruptura, eñtonces,Cóñ'el ordéñde la comPfeñSi15ÍÍidad
del discurso, es decir, con el registro de lo imaginario. Un término que está
por fuera del lugar del Otro, fuera del material significante de la lengua. Pero·
lo más importante no era eso, sino que ese término constituía para ella un punto
de referencia central, algo así como la clave que organizaba todo su discurso:
era un punto límite en el campo de la significación compartida, y al mismo
tiempo un punto de referencia esencial a la significación desplegada en su
delirio. Recién a partir de reconocer ese elemento, Lacan pudo establecer un
diagnóstico de psicosis, porque es ese elemento, fuera de significación y punto
de referencia esencial del delirio, el que constituye la característica estructural
del delirio. A partir de este "galopiner", que organiza todo su mundo de
significaciones, Lacan pudo afirmar que ella, en verdad, "estaba en otro
mundo". Es lo que después denominó como la ausencia de lazo social,
característica de las psicosis. Ella era una persona que se adaptaba muy bien
a las exigencias de la convivencia en el hospicio, a las relaciones sociales o
familiares: eso a veces andaba muy bien. Pero lo que determina la ausencia de
lazo social es que en el punto donde ella se sostiene por su discurso en relación
al Otro, hay entonces pérdida de la relación imaginaria. El lazo social se
sostiene del S2, dei significante binario donde se articula todo el saber de la
58
lengua. Ella, como sujeto de un discurso, participa s6lo aparentemente de su
inclusión en la estructura de la lengua, y el Otro, gracias a esa operación que
se sostiene de "galopiner", queda excluído, no borrado como en las neurosis
(donde escribiríamos S (.A:), siendo .. galopiner" un intento de restituir la
función de ese significante. Pero el resultado no es el mismo. Damos un paso
más: Lacan defme a un delirio como .. un determinado campo de significación,
organizado por un significante". Nos preguntamos acerca de la naturaleza de
ese significante, de ese UN significante.
Les leo un fragmento de un trabajo de Recamier, psiquiatra francés,
titulado "Trastornos de la semántica", donde él captó y expuso de manera
bastante clara esta referencia a "un significante" que organiza el campo de
significación del delirio. Dice así: "Los neologismos tienen con el tiempo una
fijeza de forma y de significación tanto más grande cuando el delirio está mejor
sistematizado y no se modifica sino por perfeccionamientos o degradaciones.
es la fina flor y la quintaesencia del delirio. Palabra polivalente, resume,
condensa, expresa una o muchas experiencias delirantes; mejor que expresarlas
las representa. Aún aislado en el discurso bien ordenado y lógico del paranoico
perseguido, conserva las características fenomenológicas, el poder mágico,
conjuratorio o malético que ha extraído de lejanas experiencias delirantes de
las cuales ha nacido y que permanece como último testigo".
Bien, estoy tratando de explicar que cuando estamos frente a una
estructura delirante, debemos pensar un tiempo inaugural donde este primer
significante, que organiza toda la red delirante, "se escribió", para decir as f.
A partir de ahí se puede establecer una referencia estructural de la psicosis.
Lacan sólo habla de delirio cuando se trata de psicosis, reservando otros
términos para cuadros clínicos que presentan decires de "tipo" delirante.
Delirio es una palabra fuerte, y remitida exclusivamente al campo de la
psicosis.
Bien, con esto yo creo que el nudo de trébol no alcanza, y que entre
personalidad, por más paranoica que sea, y psicosis paranoica, hay diferencia.
No toda la consistencia del decir delirante se subsume a nivel de lo
imaginario. Hay un punto de anudamiento diferente. En el campo de la
paranoia también "existe al menos un significante" que representa al sujeto
para el resto de los significantes de la cadena, donde se despliega el decir
delirante. Hay sujeto en la psicosis, un sujeto que podemos defmir como
aquello que queda soportado por un significante para el resto de los
significantes del delirio.
59
 ¿Qué validez tiene este primer significante a partir del cual se estructura
este cuadro? Podemos decir que este significante introduce el "sin sentido",
que es fundamental para todo anudamiento subjetivo. En la neurosis, es el
fundamento por el cual se pone un límite, una barra a la significación que viene
del Otro primordial. Este primer significante, que no está en el campo del Otro,
que fue extraído del campo del Otro (o bien que existe por fuera de su discurso),
es aquello que le permite al sujeto soportarse como tal, en un punto que dice
no a la alienación significante. Soporte significante a partir del cual va a poder
representarse en relación a otros significantes. Sin e~ no ~
salida de la aliena~ión~ordi~. Estrictamente hablando, no habría
SÚjeto en un tiemP'o inicial, anterior a este significante; habría puro sujetamiento
al sentido que viene del Otro. Es el significante sin sentido, llamado por Lacan
falo simbólico y escrito con la letra c;l> , que se encarna en cada sujeto a nivel
del S1 , significante amo de la cadena inconsciente. Es lo que responde a la
~\ r~-:~:!2..~-~!~I~ Y. CO!lStitu~ aquello que Freud designó rwres=· '
...2!!&ffi3r}~.;.
-----
operación del Nombre del Padre, que en el neurótico se inscribe en el agujero
.
¿Qué sucede cuando este operador no opera en la estructura, cuando es
forcluído?
A través del ejemplo de la paciente paranoica recién comentado, traté de
señalar algunos efectos estructurales que genera, en la psicosis, la presencia de
un significante que opera en el lugar dejado vacante por el significante del
Nombre del Padre. Les voy a relatar un breve fragmento de la historia de un
paciente, un muchacho de aproximadamente 20 años, que cuenta lo siguiente:
""" "El otro día fui a almorzar solo y una señora de la mesa de aliado al irse me
pregunta la hora y me hace un gesto extraño, que yo no comprendí. ¿Por qué
siempre me pasan estas cosas? Ella me sonreía, entonces yo le dije adiós.
¿Pero?, ¿por qué?, ¿qué quería decirme con ese gesto?"
En principio, se trata de quebrar, de descompletar un mensaje que viene
del Otro, hay un intento de leer algo que está más allá de lo efectivamente
articulado, y que él no alcanza a descubrir. Intuye que hay un más allá, pero
no sabe bien qué es. Tiene profundas dificultades en general para desanudar
del significante el sentido que viene como mensaje desde el lugar del Otro.)::9
~el Otro 'Íi9e~~ tiene valor de verdad; pero aquí vemos un primer paso,
un intento de ir más allá de esa aceptación sumisa al sentido del Otro. A esta
señora del bar, por su edad, por su color de pelo y por una serie de
características más, la asocia con su madre. Cuenta entonces la escena que
sucedió un rato antes: la madre, que lo cuida y lo protege como a un niño
60'
desvalido, le insistió muchas veces, antes de que él saliera a almorzar, que
llamara al electricista, ya que el enchufe del velador de su cuarto no funcionaba
bien. Debo aclarar a esta altura que este paciente, si bien consultó por un sin
fin de manifestaciones patológicas del orden de la paranoia, aún no había
constituido un delirio sistematizado, y no creo que lo hubiera llegado a
construir. Me inclino a pensar, tratando de hacer un diagnóstico, en su
inclusión en un grupo muy particular dentro del campo de las paranoias, pero
que está a mitad de camino, no llega a constituir una paranoia propiamente
dicha. La psiquiatría denominó estos cuadros de muy distintas maneras: delirio
sensitivo de relación, paranoia abortiva, y muchos otros nombres que dan
cuenta de un grupo de fenómenos que tienen características propias de la
estructura paranoica, pero que pueden llegar a ser reversibles. Hay un punto
donde esto cede, se disuelve, y hay un pasaje a otra cosa. En fin, se trata de
algo oscuro para mí. Este m hacho hace un traba"o mu ar · un
~is; dirfagueé,1.enlas sesiones.z...estáae_rendi~oa ee~. Con el neurótico,
sucede que es el sujeto del inconsciente el que lee el discurso del Otro, y de
esta manera lo descompleta respondiendo con el síntoma. En este paciente, lo
que puedo observar es que efectivamente está aprendiendo a leer, y esto tiene
consecuencias, una de las cuales es que el enchufe con la madre no anda bien.
La madre entonces le insistió: "quiero _que mandes a arreglar el enchufe", y
ante el gesto de fastidio del paciente, ella agrega: "es por tu bien, mi amor".
En la escena siguiente, la del restaurante, evidentemente marcado por esa
situación, él empieza a hacer el esfuerzo de leer más allá: ella me dice que es
por mi bien, pero ¿qué quiere?, y traslada la pregunta a la señora del
restaurante, que le ofreció una buena ocasión. Estuvo a punto de suponer que
ella que l, pero no lo logró, quedó en un campo de intuición.
intuición delirant es un sentimiento de que algo se escapa a la
simbolización, qu el significante algo por detrás, algo oscuro, algo que
requiere ser leído, algo que requiere ser simbolizado, y no poder hacerlo se
convierte en angustiante. En el horizonte, es el goce de un Otro incastrable,
el que se perfJ.la. El Otro quiere aniquilarme como su· eto reducirme a la
condición de uro o to e su goce. Esto, que es un ejemplo de la intuición
delirante, muchas veces da un paso más: el de la interpretación delirante, que
tiende a resolver ese estado de angustia suspendida que genera la intuición. La
interpretación delirante es ya una lectura, es una simbolización, es del orden
de la respuesta y opera un corte en relación al sujetarniento al campo del Otro.
Por esta operación de lectura que es la interpretación, el sujeto introduce en
el Otro, en lo simbólico, una nueva y personal significación. Esta significación
61
 reveladora agujerea la consistencia imaginaria de lo que hasta ese momento se
articulaba en el lugar del Otro como sentido. En el campo de la neurosis, este
efecto de significación, producto de la interpretación metafórica, Lacan la
escribe con las letras S (A:), significante de la falta del Otro.
En el libro "Psicopatología General", Jaspers hace un par de observacio-
nes que me parecieron pertinentes para describir qué es lo que pasa en ese
momento, en ese tiempo de producción de la primera interpretación. Un
paciente dice: "me pareció como si lo viese todo claro y preciso, como si lo
supiese todo, como si hubiese una nueva comprensión, nueva y maravillosa,
de todas las cos~". Otro paciente dice: "era como si hubiera recibido un
sentido especial, mucha clarividencia, como si pudiera percibir lo que otros
seres y yo mismo antes no hubiéramos percibido". Esta es la consecuencia de
la introducción fundacional del nuevo campo de significación original y
personal, para decir así, que el sujeto introduce en el Otro, aunque luego lo
experimenta como viniendo desde el Otro, pero ya es su propio mensaje que
retorna.
Aprovecho la ocasión, ahora que está Sergio Rodríguez aquí, para
recordar un caso bien descripto por él, que una vez presentó en la EFBA, donde
precisaba ese instante de la primera interpretación delirante. El contó la
~ . '· historia de un muchacho médico, obstetra; que hasta ese momento andaba bien
-... ·por la vida y nada daba a suponer que podría haber una estructura psicótica
por detrás. Bueno, hubo en la observación una serie de elementos que no voy
a contar, para no extenderme demasiado, que daban cuenta del surgimiento de
un estado de gran ansiedad ante una tremenda dificultad: ésta tenía que ver con
la asunción de su propia paternidad, pero en esa ocasión se jugaba en relación
al inminente nacimiento del bebé de una paciente suya, cuyo nombre evocaba
el nombre de su propia esposa. Recibe el Uamado telefónico de su paciente,
avisándole que ya está por tener su bebé, y le indica que vaya inmediatamente
al sanatorio. El entra en un estado de confusión y angustia, y presiente que va
a llegar tarde a ese nacimiento. Efectivamente, llegando a la sala de parto,
escucha el llanto del bebé que ya había nacido. Es decir, el fatal destino de su
imposibilidad para acceder a esa posición, se había concretado. En ese
momento se encuentra con su asistente, con quien cruza una mirada. Describe
luego que en esa mirada, él descubrió algo nuevo, revelador, y dice
textualmente: "yo me di cuenta, a través de su mirada, que ella me
permisio~". Aquí vemos la génesis de un significante equivalente a aquel
"galopiner", que en el otro caso estaba recubierto por el delirio. A partir de
este significante, sürge en él una producción delirante bastante febril.
62
La palabra mágica, la palabra sin sentido y origen de la significación
delirante del sujeto, es lo que estoy aquí subrayando. Tomando este campo del
delirio, como campo de significación organizado por un significante, podemos
utilizar por lo· menos tres letritas lacanianas, forzándolas un poquito para
llevarlas al campo de la psicosis: el significante originario lo escribimos S1,
al conjunto de los significantes del delirio lo escribimos S2, y la significación
emergente de esta metáfora delirante la escribimos con el materna S (A:). No
son exactamente intercambiables, pero estas letras que Lacan produce para las
neurosis, nos ayudan a situar aquello que en el delirio suple su función. Este
último ejemplo muestra la efectuación de la operación que había sido forcluída.
Acá seguramente van a surgir algunas dificultades en la comprensión. Cuando
Lacan habla del Nombre del Padre, designa un operador de la estructura, y no
hace referencia a ningún otro más allá del sujeto mismo. El Nombre del Padre
no es el padre simbólico, no es el padre imaginario, sino el padre llamado real
que, en tanto significante asemántico, es agente de la castración simbólica. Es
el puro sin-sentido, inscripto en lo real de la estructura, por medio de la
Bejhangung, para utilizar este término freudiano de incorporación, en el seno
\ de la represión originaria. Aquello que Freud designó como represión
"-• originaria, es ese agujero real en la trama simbólica donde reconocemos la
función del significan,te sin-sentido, que determina una hiancia en el campo de
la significación, es decir, su punto de origen y límite de la misma. En ese lugar
de la hiancia, del agujero en el campo de las representaciones, se aloja aquello
que en sí mismo nunca puede advenir al campo de la representación, del saber.
Se sitúa, en el campo de la neurosis, en el punto umbilical del inconsciente
como imposible de ser simbolizado. En ese agujero Lacan ubica a la ley del
significante, y al Nombre del Padre como soporte de esa ley.
¿Cuál es la ley para el sujeto del inconsciente, en tanto éste está
estructurado como un lenguaje? ¿Cuál es la ley del lenguaje que se tiene que
introducir en el sujeto? Lacan defme la ley del significante de muy diversas
maneras, pero siguiendo una sola y misma dirección. A veces dice que es la
ley del malentendido, es la ley del sinsentido, es la ley del equívoco, y muchas
otras es la ley de la metáfora. Es la ley que permite operar en el campo del
significante para desprenderlo, para aislarlo del sentido, de las relaciones de
sentido establecidas en el saber de la lengua. Así, entonces, cuando defmimos
la paranoia como una estructura tributaria de la forclusión del Nombre del
Padre, decimos que no fue inscripto en el sujeto un operador que permita
descompletar el campo de significación que se articula en el lugar del Otro,
y por lo tanto el Otro es un Otro absoluto. El padre que le falta al psicótico
63
 no es el papá que le puede decir no al goce; al revés, le falta ese significante
que le va a permitir al sujeto decir no al goce del Otro sin barrar. Debemos
entender la metáfora paterna como ese momento estructurante en el cual se
produce una primera interpretación del niño respecto al discurso del Otro, un
primera interpretación de la que se desprende, cae en lo real un significante.
En este punto, se abren dos facetas: el significante que soporta el límite, que
pone barrera a la significación, al mismo tiempo funda el campo de la
significación fálica del sujeto. A ese significante, Lacan lo llama Fi mayúscula
(el»). El significante del Nombre del Padre, el el» y el S1, operan en el mismo
lugar de la estructura. Esta no es una lectura a la cual estén habituados, pero
pueden comprobarlo. En el Seminario Encore, por ejemplo, la proposición
~~designa la función paterna, el el» y el S1•
Retomo ahora la fOrmula del aforismo con el que Lacan da cuenta del
desencadenamiento de la psicosis: "el Nombre del Padre, forcluído en lo
simbólico, aparece en lo real". No es que el Nombre del Padre, una vez
articulado en la estructura del sujeto, no sea de lo real: defme a un significante
del orden de la existencia, que es de lo real. Es un real anudado a la articulación
significante, a lo simbólico, agujereando la red de lo simbólico. En el caso de
la psicosis, cuando aparece restitutivamente, lo hace desanudado de lo
simbólico, desanudado. del campo del Otro. Si, por lo tanto, en la psicosis
aparece en lo real, no quiere decir que se restituya por eso una estructura
neurótica, se restituye por esta operación la función del Nombre del Padre,
pero desanudado.
Este tiempo inaugural del delirio puede leerse en las memorias de
Schreber, cuando describe en los momentos previos un estado de angustia, de
ansiedad, donde aparecen intuiciones de orden delirante: escucha ruidos, ¿qué
será?, ¿una rata?. Hasta que cuenta que una noche se abrió el tiempo de la
revelación sagrada y lo que aparece en lo real es, digamos, el S1, el sinsentido,
lo que llama "la lengua fundamental". Tiempo de revelación, tiempo sagrado,
tiempo inaugural y organizacional de todo lo que después va a aparecer en el
delirio. Acá está el núcleo, sopoite subjetivo en el campo de la simbolización
delirante. El S1 es entonces esa mitad del sujeto, que una vez inscripto inicia
el ciclo de la repetición. Se encarna en elemento literal asemántico, pero se
repite articulado siempre en los significantes de la lengua donde se acumula
el saber, haciendo su ingreso en el campo del Otro. Estoy tratando de establecer
una cierta relación de homología entre la estructura del inconsciente y la
estructura del delirio, y a su vez marcar las diferencias. Cuando la mitad del
sujeto instalado en lo real, garantía de su corte en relación al Otro, quiere
64
representarse en el discurso, entrar en el campo de la significación, no tiene
más remedio que volver a alienarse en el campo del Otro, de la lengua. Ea ahf,
entonces, donde lo que es su propio discurso, la significación emergente de la
primera interpretación, retorna desde el lugar del Otro en forma invertida. Yo
entiendo que recién en este tiempo lógico uno puede hablar claramente de un
delirio paranoico ya estructurado. Cuando retorna desde el lugar del Otro su
propio mensaje plasmado en sentido, es en esa dimensión persecutoria,
aniquilante. Es cuando el sujeto testimonia que en el mundo hay una
significación.
Si recuerdan el fragmento que comenté de ese muchacho, en la relación
con la madre, durante mucho tiempo todo era consistente, aplanado, conge-
lado. Era así porque la madre lo decía, no había interrogación, no había quiebre
en eso. Entre la madre y él había un enchufe bien ajustado. Bueno: el delirante
dice no, intuye una significación más allá del discurso, en el mundo, en lo real.
Sólo que no se reconoce como emisor de esa significación, no sabe que es efecto
de su interpretación, sino que la atribuye al Otro. Sabe que es una significación
personal,que le concierne sólo a él, y además piensa que el Otro quiere
hacérsela saber, que le envía signos y señales. Esta significación entonces
empieza a cobrar el valor de lo que el Otro quiere, de lo que el Otro sabe, de
lo que el Otro ordena, y esto suscita un sentimiento de persecución y el temor
a ser aniquilado como sujeto.
Contaré otra breve histOri~ par ejemplificar esto: otro muchacho, de 1t"
alrededor de 25 años, que de nifio tenía un miedo muy grande a que el padre
lo matara, cuando confiesa esto lo hace con pudor, con anonadamiento~ El no
entiende cómo de chiquito podía tener ese sentimiento respecto del padre, dado
que él con el padre se llevaba muy bien, lo acompañaba siempre en sus viajes,
estaba con él los fines de semana, incluso entró a trabajar (por voluntad del
padre) en el campo de su propiedad. Este muchacho no estaba advertido de la
profunda sumisió~ padre le exigía para .. llevarse bien". De pequefto
tenía relación co~ cual amaba mucho, un tío materno, con el cual habfa
establecido verdadera relación de filiación. Este tío, por otra parte, era
profundamente celado por el papá, y lo esencial de esta relación con el tfo, es
que tenía que ser más o menos escondida, oculta, secreta a la mirada del padre.
Desde muy pequeño padecía por las noches del temor a ser asesinado por el
padre, pero había encontrado un arma de juguete a la que se aferraba antes de
dormir y que le servía de protección. Si él tenía un arma, estaba a salvo.En
relación al arma, pudo establecer un puente con una armadura antigua, que el
u .
tío tenía en el living de su casa. Era una originalidad de este tío, que cuando
F
' venía de visita, por la noche, hacía que -por su sola presencia- él no necesitara
el anna. Los únicos momentos donde no necesitaba el arma para garantizar no
ser asesinado por su padre, era cuando estaba el tío en su casa. Es evidente que
el anna era un sustituto del tío. Este significante, anna de juguete, aunque
demasiado amalgamado para él a un soporte imaginario, era un significante que
ponía cierto límite a la ferocidad del Otro.
Quería relatar cómo intetviene este arma en la génesis de un episodio
delirante. Cuenta que una vez estaba en la casa de una amiga-novia con la cual
iba a tener relaciones sexuales por primera vez. Con el netviosismo de la
ocasión, se levanta, mira por la ventana y ve a dos hombres con un arma, que
lo estaban vigilando. Esto no hubiera tenido consecuencias mayores, si no
fuera que, a la vez siguiente, un par de semanas después, pasó exactamente lo
mismo. El estaba por acostarse con su chica y aparecen dos hombres con un
arma, vigilándolo desde la terraza de enfrente. ¿Qué querían? ¿Por qué lo
perseguían? Evidentemente, lo querían matar.
En los años siguientes, y cada vez que estaba en una situación angustiante,
aparecía un hombre armado que quería matarlo. En verdad, no podríamos
hablar en este caso estrictamente de paranoia propiamente dicha, porque ya el
arma que porta el perseguidor es del orden de una sustitución metafórica y tiene
historia. Casi podríamos equiparar! o a un síntoma fóbico, donde un significante
es proyectado al mundo y desde ahí se convierte en fuente de peligro. Pero la
diferencia es que este arma formaba parte de experiencias alucinatorias del
sujeto. El significante aparecía en lo real, retornaba en lo real. Si yo tuviera
que describir el mecanismo en este caso particular, diría que hubo una primera
metáfora, lo que se llama metáfora paterna, de la cual se precipitó un
significante (arma), pero no lo suficientemente literalizado, aunque sitvió de
soporte al sujeto en su significación. Cuando este mismo significante retoma
para responder con un síntoma, aparece en lo real y desencadena un breve
delirio. También en este paciente me inclinaría a pensar, dada la naturaleza del
síntoma, en una extraña estructura que está a mitad de camino entre la paranoia
y la neurosis, pero ya me extralimité en tiempo de la exposición y deseo
interrumpir aquí.
66
Preguntas del público
-¿Se podría considerar como un significante metafórico en el sentido de
que condensa diferentes significaciones? Inclusive hablaste de múltiples
experiencias delirantes comenzadas en este significante. Mi pregunta es esta;
si se podría considerar esa palabra como una holofrase en el sentido que allí
hay una compactación y una polivalencia de significación. Pero si vuelvo a la
frase, la separación entre un S1 y un S2 no estaría presente y en ese sentido cómo
podría ser posible que representara a un sujeto para otro significante, puesto
que no habría abertura entre ambos significantes?
-N. R.: Cuando Lacan habla de la holofrase para definir la ausencia de
creencia en el campo de la paranoia, habla de holofrase respecto de los
primeros dos significantes, en relación a lo que uno puede denominar la
alienación primera al discurso articulado de un Otro primordial, la madre. Ese
deseo de la madre está articulado en una cadena de significantes que están
congelados, holofraseados. A mi juicio quiere decir eso que dijimos antes, que
no hay posibilidad de quebrarlos, que son puro sentido. La palabra clave del
delirio apunta a quebrar esa alienación a un Otro holofrásicamente fascistizado,
para decirlo asf. Luego se plantea la relación entre la palabra clave ·y los
significantes del delirio. En la paranoia propiamente dicha, esa relación vuelve
a holofrasearse, se produce un pegoteo tal entre S1 y S2 , que tiende a erradicar
la dimensión del equívoco. Además en la paranoia -y a diferencia del último
ejemplo-la palabra clave no resulta de una sustitución metafórica. La metáfora
fracasa y aparece el resultado de una falsa metáfora (galopiner. permisionó,
o los múltiples neologismos que aparecen como puntos de referencia estruc-
tural del delirante).
61
 ,.

ESTRUCTURA Y TRANSFERENCIA
EN LA PSICOSIS

ISIDORO VEGH*

Quiero comenzar agradeciendo a los gestores de esta Jornada, al Decano

de la Facultad de Psicología, Dr. Jorge Luis Besso, a la Directora del
Departamento de Postgrado Dora Bentolila, que tuvo la gentileza de presen-
tarme y una mención especial a Pura Cancina, quien personalmente me invitó
para esta Jornada.
Es una hora dificil, después del almuerzo, pero no me voy a amparar en
eso ya que en realidad lo dificil es el tema que nos convoca. Es probable que
ustedes, que asisten desde una hora temprana, tuvieran la oportunidad de
escuchar a dos colegas cuya experiencia y palabra valoro, Sergio Rodríguez
y Norberto Rabinovich; encontrarán que algunas de las cosas que voy a decir
ya las escucharon. Si bien ésto puede ser válido para cualquier capítulo de
nuestra disciplina, me refiero al psicoanálisis, creo que, cuando nos referimos
a lo que hoy nos convoca, es más probable que esto. suceda. ¿Por qué? En este
caso creo que hay un cierto referente común en lo que podemos decir de la
psicosis, que tiene su égida en ciertos nombres que fueron mencionados y que
yo también voy a mencionar.
Pero, además, por algo que la psicosis me recuerda: esa virtud griega que
a Lacan le gustaba tanto recordar, aunque su estilo parecía alardear de lo
contrario: la prudencia. Internarse en la psicosis toca el límite de nuestro
campo, implica una diversidad de riesgos. El más simple, que suelo decir de
un modo más o menos humorístico, es la tentación de la crotoxina: "descubrí
con qué curar el cáncer, les voy a contar el paciente que curé". ¿Quién, que
trabaje desde hace años con psicóticos, no puede sacar de la galera el paciente
que curó?
El problema es que a cualquiera, me sitúo en ese lugar, le sería muy difícil

* El Dr. Isidoro Vegh es psicoanalista miebro de la Escuela Freudiana

de Bs.As., donde dicta un Seminario desde hace varios altos. Es autor de los
libros "La clfnica jreudiana" y "Matices", además de publicaciones en
revistas y compilaciones tantodel pafs comodel extranjero.
68
69
 decir por qué algún paciente psic6tico mejoró, se curó, (por ahora no voy a
entraren disquisiciones queluegopretenderéhacermás afmadas). Tendría que ·
contarles, si no quisiera desmerecer mi anhelo de honestidad, la cantidad de
pacientes que no curé, con los que no obtuve nada, y algunos con los que obtuve
un resultado adverso, la cosa fue peor.
Sin embargo, que esté aquí, salvo que estuviera tomado por una inusitada
desfachatez, indica que mi posición no es precisamente pesimista, estamos
trabajando en un límite. Es esa prudencia a la cual me invita este límite la que
me hace avanzar paso a paso, y es esa la razón por la cual es probable que
muchos conceptos que ustedes ya escucharon en las exposiciones previas las
vuelvan a encontrar en lo que voy a decir.
La primera pregunta, la más simple, casi desde el comienzo: ¿hay
psicosis?
Podríamos decir, es de perogrullo, si acá nos reunimos para eso. Sí, pero
que exista de hecho no quiere decir que hayamos todavía resuelto su lugar de
derecho. Hay psicosis quiere decir: ¿vamos a situar a la psicosis como un
producto disminuido de los supuestos normales que seríamos nosotros, o
vamos a admitir en la psicosis una estructura tan válida como aquella que a
nosotros, supuestamente no psic6ticos, nos habita?
La primer respuesta, hay psicosis, afirma que la psicosis es una
estructura. Parece una disquisición bizantina; tal vez no lo sea si aceptamos que
decidir que la psicosis es una estructura diferenciable de otras estructuras, la
estructura neurótica o la estructura perversa, tiene consecuencias en el modo
de su abordaje. Lo menos que puede pedirse a un campo que tiene algo que ver
con la cientificidad, no digo ·que nuestra disciplina sea como la ciencia
matemática, es que dé razón de los modos en que opera. ¿Y cómo habrá de dar
razón de los modos en que opera una disciplina que no sitúa previamente cuál
es el objeto sobre el cual opera?
¿Qué es, entonces, la psicosis, o, si ustedes me permiten un pasito más,
qué sería para nosotros un sujeto de la psicosis?
Si aceptamos, aunque sea transitoriamente, que lo que nos acerca es
nuestra condición de sujetos de un universo simbólico determinado por nuestra
relación a la palabra, por nuestra relación al lenguaje, lo primero que les
propongo es este aforismó.Cque el sujeto de la psicosis no se encuentre con la
palabra, no lo excluye de su encuentro con la eficacia del lenguaje. Sujeto a
la eficacia del lenguaje, es en cambio alguien que sufre su desencuentro con
la palabra;)
70
¿Qué quiere decir esa referencia al lenguaje que no s6lo al psicótico sino
también a nosotros nos constituye? Si algo nos diferencia de cualquier otro
viviente es ese algo que condiciona cada una de nuestras actividades vitales;
acabo de nombramos como vivientes, en una variedad, en un abanico de
respuestas a las cuales ningún requerimiento haría necesario. Por ejemplo,
hace frío, tenemos que abrigarnos, pero no hay ninguna necesidad que haga
imprescindible que no haya dos de ustedes que estén hoy vestidos del mismo
modo. De igual manera podríamos hacer una comida balanceada que satisfaga
rigurosamente nuestro requerimiento en hidratos de carbono, proteínas,
lípidos, minerales, vitaminas, etc., sin embargo sería prácticamente intolera-
ble y en muy poco tiempo a cada uno de nosotros nos resultaría así, si
tuviéramos que soportar el mismo menú de un modo reiterado. Cualquiera que
quisiera instalar un restaurante, lo primero que haría es ofrecer un menú. En
ese sentido somos más raros que las vacas. No se ha visto hasta ahora a una
mamá vaca decirle a su ternerito "un poquito de pastito por la abuelita, otro
poquito de pastito por papá". En cambio sabemos que esto es bastante habitual,
por las risas de ustedes sospecho que lo habrán pasado.
¿Cuál es la razón que determina esas cosas raras del ser humano? No hay
ningún manual tipo Kama Sutra para apareamiento entre ranas. Leí que había
unos monitos que se entusiasmaban con videos pornográficos, pero son efectos
nuestros, como los perritos de Pavlov, los idiotizamos nosotros, si no ellos se
las arreglan y no tienen que ir a hacer terapia de pareja porque la pasión
disminuye. ¿Cuál es la razón de ésto?
Voy a intentar de esta propuesta, paso a paso, una lógica mínima.
objeto --signo
signo
objeto --signo--
sgte.
sgte.
r Preocupado porque había escuchado objeciones de gente que valoro que
me decía: "ustedes los lacanianos ¡cómo insisten con esto del lenguaje, de la
palabra!, ¿acaso no tienen lenguaje los delfmes, no se descubrió el lenguaje
de las abejas?" Aproveché al llevar a mis hijos a Miami, fui a ver el espectáculo
71
de los delfines, atento a qué pasaba con su lenguaje. Veía que el instructor hacía
un gesto y el delfín efectivamente se zambullía para el lado del gesto; hay un
signo y un referente, el delfín responde. Después hace un gesto para el otro
lado y como pueden ustedes sagazmente suponer, el delfín se tiraba para ese
lado. Esto yo no lo puedo negar, es un hecho, lo he visto, tengo que aceptar
entonces que los delfines responden a un sigo que hace referencia a un objeto.
Ese objeto puede ser también un acto: zambullirse. Lo que en cambio no
descubrí en ningún momento es lo que muchos de ustedes van a hacer cuando
termine esta jornada, y además creo que no vale la pena renunciar a eso porque
es una de las grandes satisfacciones de la vida. Les digo cuál es: no encontré
a ningún delfín que pudiera decirle al otro delfín lo que él había visto del
instructor; a lo que ustedes no van a renunciar es, cuando se vayan de acá, a
contarle a alguien que no estuvo cosas que pasaron: "¿la viste a Martita?, ¡está
más vieja que nunca!"
¿Qué quiere decir eso? Que si bien igual que los delfines podemos utilizar
un signo para nombrar un objeto, además podemos utilizar un signo para
nombrar a otro signo. Alguien puede decir de eso que aquí se dijo "me dijo
Juanita que le dijo la otra... ", un signo puede sustituir a otro, alguien puede
decir todo esto que les estoy contando ahora. "Dijo que iba a hablar de psicosis
y terminó hablando de delfines"; ya podemos decir que un si&nifi'21D~
,!UStituye a otro signiticant~. y esto sólo existe en el viviente humano. No se
ha descubierto en ningúnlenguaje animal. La abeja que ve la danza de la otra
abeja según un ángulo de la luz polarizada, recibe la información de la distancia
al botín del polen, su cantidad, pero no la puede transmitir a las otras abejas.
El ser humano, es una de las cosas que más disfruta, cuenta lo que otro le
cuenta, lo que vulgarmente decimos chusmear.
Lógica mínima, inaugura esas cosas raras, apenas si menciona algunas; .
si puedo ante el frío presentar una ropa, ella tiene una composición
significante, una sintaxis, ¿por qué no la puedo sustituir por otra?, y aún por
otra, y aún por otra; lo mismo con el menú, y lo mismo con cada una de las
llamadas actividades fisiológicás. Ustedes recordarán la película de Buñuel
donde sorprendía, coQto buen artista, con esta cuestión: se comía en privado
y se hacían las actividades fisiológicas en una mesa compartida; en cada cultura
encuentra su forma, hay una posibilidad de sustitución que da esa variedad
prácticamente infinita en la diversidad de las culturas.
Esta variedad que inaugura un conjunto de significantes que está en el
origen de cada uno de nosotros es lo que en la terminología de Lacan llamamos
el Otro, -lo escribo con la letra inicial de Autre (A), es un homenaje a Lacan-
72
. Quiero decir que en el origen de lo que nosotros somos, incluso como cuerpo,
está el diskette que nos es aportado desde nuestro inicio; llamarlo Otro quiere
decir no empirizar quien es el que nos pasa ese diskette. En términos muy
generales podemos decir que ese Otro tiene que ver con el Otro materno, pero
no coincide, el Hombre de los lobos tenía a "Gruscha", la niñera que lo cuidó.
¿Qué quiere decir que ese Otro está en el comienzo?: eso que Lacan pone
en un aforismo, "el inconsciente está estructurado como un lenguaje". ¿Dónde
está para mf lectura el punto clave de ese aforismo?. En una referencia a lo que
llamamos el conjunto de elementos discretos, que esté estructurado como un
lenguaje quiere decir que ese diskette que nos habita, -lo escribo como lo
aprenden los chicos en el colegio para presentificar un conjunto, lo que se llama
los Círculos de Euler:
X
SI
X X
X~
Está constituido por una cantidad de elementos, (cada uno lo marco con
una X) discretos, es lo opuesto a un continuo; con tantas letras puedo formar
todas las palabras, con una cierta cantidad de palabras puedo decir lo que
quiera. Elementos discretos que se combinan y se sustituyen. Si este diskette
que está en nuestro origen está compuesto por un conjunto de elementos
discretos, pasa a estar subsumido a una lógica de los conjuntos, sufrimos eso
que de un modo gracioso descubrió Bertrand Russell a comienzos de siglo, y
Frege también lo plante6, que no hay conjunto universal, que siempre faltará
al menos un elemento. Es algo no muy accesible a nuestra intuición, se escribe
con este agujerito cruzado, conjunto vacío. Conjunto vacío que si no lo coloco
como parte del conjunto me hace entrar en afirmaciones del orden del
2 + 2 es 4, y 2 + 2 no es 4 lo cual sería bastante grave, haría trastabillar la que
creemos nuestra ciencia más exacta, las matemáticas.
Propongo, quizás en un salto, que ésta es una manera en que los
psicoanalistas podemos escribir lo que llamamos castración. Un conjunto de
elementos discretos carece al menos de un elemento.
73
 ~Por qué menciono ésto?. Porque empezamos diciendo que la psicosis es
una estructura y que es una estructura que tiene el mismo derecho a ser
considerada como tal como lo puede reclamar la neurosis o la perversión.
~En base a qué voy a decidir la estructura?. Si ustedes leen los manuales
clásicos de psiquiatría, tomemos el más conocido, el de Henry Ey, se van a
encontrar con una superposición fenomenal de distintas clasificaciones
clínicas. Lo mismo si toman los trabajos de psicoanalistas posteriores a Freud,
con categorías que en Freud son muy difíciles de encontrar o son prácticamente
inexistentes. El problema es desde dónde proponen esas clasificaciones.
Cuando propongo una serie tengo que determinar en base a qué hago de esa
colección una serie. Si digo tranvía, transportadores, autos, ~qué los pone en
un conjunto?. Vuelvo a preguntar, ~en base a qué haremos una diferenciación
de estructuras?.
Aquí es donde acepto la propuesta freudiana. Freud nos dice que en el
eje de nuestra institución, de aquello que nos constituye, está lo que él llama
el Edipo. Que la culminación de eso que se llama el Edipo es la castración. Si
voy a hacer una nosografía voy a apelar a lo que es punto nodal de la estructura,
la referencia a la castración, para establecer una nosografía.
Insisto, la voy a hacer en una l?gica mínima.
Supongamos ese diskette que nos habita: lo voy a disponer como si fuera
un tablero o una red. Cada uno de esos cuadraditos los voy a ocupar con un
elemento de esos que nombrábamos como elementos discretos, cada una de las
palabras que me llegan del Otro. Si lo digo más afinado cada uno de los
significantes que me llegan del Otro. En un lugar dejo un casillero vacío:
X X X X X X X X X
X X X X· X X -1 X X X
X X 0 -1 X X 0 +1 X X ® +1
NEUROSIS PERVERSION PSICOSIS
74
U~tedes conocerán el juego llamadg Para mover todas las fichas
de su lugar por lo menos tenía que dejar un casillero vacío. Si tengo este
casillero vacío, corriendo sucesivamente los elementos yo puedo jugar. Tengo
la palabra del Otro, estoy habitado por el lenguaje, pero puedo armar mi juego.
Encuentro mi palabra. La condición es que un elemento del Otro falte. Esto
se llama castración. El neurótico es entonces el que tiene este conjunto menos
1, es la estructura del -1. Así presento una lógica mínima de la neurosis.
Vayamos a otra estructura. Igual que en la anterior ponemos un elemento
en cada casillero. Dejaremos vacío uno, igua1 que en el caso anterior. Pero no
queda como -1, los que son sujeto de esta estructura acostumbran a introducir
en lo real algo que funciona como un elemento que acude a este lugar, lo llena,
lo escribirnos así:(~l); podría ser un taco alto que al sujeto lo excite y lo lleve
al goce. Estoy hablando del fetichismo, es la estructura perversa. Reniega en
lo Real la castración simbólica.
Por último, la tercer estructura que es la que hoy nos convoca. Dónde
tendría que estar esa falta, hay también ahí un elemento. Es la estructura que
llamaré del + 1: el psic6tico, sujeto del lenguaje, también está sometido a esta
lógica que le impide tener todos los elementos; lo que viene a ocupar este
casillero es el sujeto mismo de la psicosis, él completa el casillero que tendría .
que quedar vacío.
Lógica mínima, sostiene tres estructuras diferentes. Voy a tomar
especialmente dos, la neurosis y la psicosis, las consecuencias clínicas y las
eficacias que podrían darse en la cura.
El neurótico, cuando acude a nosotros por una demanda de análisis, es
porque él también obturó ese lugar. Pero lo obturó en segunda vuelta, en la
Verdrangung, en la represión. De ahí que levantar la represión es hacerlo
reencontrarse con esta castración que le da posibilidad de juego.
Podemos apreciar que en el caso de la neurosis, este lugar vacío, al
permitir que el sujeto haga su juego, le permite encontrar un trazo, una
combinación significante que lo represente, algo que podríamos nombrar su
75
creación. En cambio, en el caso del psicótico lo que aparece es este
aplastamiento del sujeto en relación al Otro. Es la ausencia de un trazo, de una
palabra, de un enunciado que ló"fepresente. ¿Cómo lo dice el psicótico, en su
--
torma más genérica? "Vine, _eero no teníuanas de,yel!!_r; trabajo,_Qero no sé
-
para gué trabajo:. En algunos casos: "estoy casado, pero, ¿qué sentido tiene;
p~" No es algo que a él lo repr~fi ~@ vi§ª~o,
lo ap~ta, no encuentra su trazg. Eñ algunos casos la soluctón fallida puede
ser "Tdeñtificarse absolutaiñente a este Otro, será el momento de eclosión
sintomática. O bien, y esta ya es una tesis freudiana, ante la dificultad de hacer
su juego con este tablero completo, inventa algo que tenga una consistencia tan
real como esto, pero que lo represente; es la tesis freudiana del delirio como
posición restitutiva.
Les voy a proponer tres formulitas, van juntas:
Delirio~~
NP /NP ·
-DM
- -- _s_l / ~"-
X A X S2 X
Dijimos que en el comienzo está ese cassette del Otro. En términos
freudianos, voy a escribir lo que ustedes seguramente ya conocen, lo que Lacan
llama ".metáfora paterna". Ese diskette del Otro lo puedo llamar Deseo de la
Madre. Deseo de la Madre quiere decir queiio nosinteresálá niaare en la señe
de sus atributos psicológicos, sino en la medida en que estamos en el campo
del psicoanálisis, en su condición deseante, de una estructura que se constituye
precisamente por lo que le falta. Si desea, es porgue algo le falta.
Ustedes conocen esa bárbara afrrmación freudiana: una madre -al revés
de lo que dice el Para Ti: "madre, con sus nobles sentimientos, etc."- es una
mujer que busca un falo. Y por si fuera poco, agrega, es el del padre. Deseo
de la Madre busca en principio ese falo que ella no tiene. Absurdo en términos
de anatomía, pero entendible en términos de esa lógica que intentamos
desarrollar, es ~elemento de lá red que falta. --~~-~!!2~-~~o~un tiemP9
institu ente, ue es válido que la mujer alafaee ue su hi'ito es más gordito
que el de la otra, es norm , nadie diría que es patológico. El problema es que
eso persista. ~!~~_!!madre cas~t>;Uo la barra
de la_represión, por la eficacia del.~9rnbrt!A~1- !'Jl.Q!e, tercer elemento que lo
inscribe al suje~r no como piolongaciófl dercuerpo materno, sino en un
orden simbólic " érez quiere decir que pertenece al linaje de los Pérez, no
al cuerpo de la mam redefine el valor de esta x que, como en el álgebra, puede
~ '
76 \ 77
ser sustituida por cualquier número. Si al comienzo esta x valía solamente por
ser el complemento del Deseo Materno, constituida la metáfora paterna -se
habrán dado cuenta que la hago en un orden inverso al que habitualmente
escribimos, es una manera de indicar que se trata de tiempos lógicos-, este
sujeto, en este lugar (x), tiene otro valor, se inscribe en lazos sociales, en un
intercambio simbólico.
Esto es lo mejor que puede suceder. Voy a escribir otra fórmula que
propongo equivalente hasta cierto punto. El Deseo de la Madre también lo
podemos poner como el Otro, el Otro Primordial (A) para el cual su hijo ocupa
el lugar de una x. El problema es cuando a ese Otro no hay manera de barrarlo.
Persiste con la red completa. ¿Qué recurso le queda al sujeto para salir de ese
lugar?
Voy a apelar a una fórmula intermedia para que se advierta la dificultad.
Propongo como equivalente de esta fórmula la siguiente: al Deseo de la Madre
lo puedo escribir _también como un~LQª-teríé! ~Jgniti~e. En el áÍgeora
''lacáriíana eso'"se escribe 'así: ' S, . y iá X, como ese mismo valor primero de
lo que complementa a esa batería, sería lo que ocupa el lugar del significante
que le falta a la batería. Si todo va bien, esto pasa bajo la barra y es lo que
llamamos el Saber inconsciente. ¿A condición de qué?
A condición de que en el conjunto de las elementos que llamo S2, aparezca
un elemento fuera del conjunto que llamo S1 •
Lacan utiliza, apelando a ciertos valores de la ciencia, una escritura
mínima: SI y se quiere decir: no hay s3 ni S4: que todos los significantes se
inscriben como S= en tanto batería y S1 es el significante en más que muestra
que este conjunto carece al menps·-tie uno.
l
' 1
Arriba de la barra pongo ~1 S1 en el mJ~~o lug~!_que el Nombre del
Padre. Ese trazo es el que, en ekaSo del neurótico, lo representa, es lo que
represeñ'failSUjetO'~yésloqüeñO"Coñs'ígue prü<fúéirel psicóifcO. ¿Por qué?:
el Otro que lo habita no se descompleta, sólo consigue producir algo que es
una producción que le pertenece: la llamamos metáfora delirante, su producto:
el delirio.
El delirio viene a ocupar en la psicosis este lugar, de ahí su valor
restitutivo. ¿Recuerdan la película de Subiela, "Hombre mirando al Sudeste?"
Seguramente fue asesorado, y yo dir~~ ql!_e no fuemal asesorado, porque
cuando el protagonista dic~ñiequitan el delirio me deshago".; efectivamen-
te le SUCede, está diciendo muy bien cuál es SU eStrUCtUra. ToCarlo ahí sin darle
otra alternativa es quitarle lo único que a él lo representa. Esto es lo que me
permite dar una definición general de sujeto, ya sea de la neurosis o de la
psicosis: suje.!2_ es el efecto '!!e resEo~e al Otro. En el doble sentido,
"responde", obeaecea lo que viene del Otro, pero también "responde" en el
sentido en que alguien es capaz de dar una respuesta al Otro, frenarlo,
contestarle.
En la psicosis decimos sujeto en tanto tiene este delirio que a él lo
representa. Esto es nombrar la generalidad de la psicosis, es lo que me permite
hablar de un campo de la psicosis. El problema es que hay psicosis y psicosis.
No todas son iguales. Y descubrimos que esta metáfora, que por un lado nos
da la fórmula general de lo que hace la divisoria entre neurosis y psicosis, sin
embargo nos es insuficiente. Lo puedo decir también al revés. Para pensar
alguna lógica en el campo de la psicosis nos resulta insuficiente apelar a una
operación instituyente. Necesitamos más de una. Para eso acudí, más bien
encontré, en los últimos desarrollos de la obra de Lacan, una elaboración en
relación a sus tres registros, los que constituyen nuestra estructura: lo
Simbólico, lo Imaginario y lo Real.
Lo Simbólico es el campo del Otro que acabamos de mencionar. Lo
Imaginario, el campo de la representación, el campo del sentido, el campo del
yo de las instancias freudianas; lo Real, aquello que ni lo Simbólico ni lo
Imaginario, ni la palabra ni la representación, pueden cubrir. Apelando a sus
tres registros y acudiendo a una distinción freudiana, Lacan propone una
reformulación de las tres identificaciones que aparecen en "Psicología de las
masas",_ texto clásico de Freud en el que menciona tres identificaciones
primordiales.
Una identificación primera_;..J?fimaria, dice él, sumamente misteriosa,
como todo lo que aparece como primario en la obra de Freud. Es una
identificación por incorporación. Einverleibung se dice en alemán.
Presente en la cultura, es una identificación a lo Real del Otro Real, en
Freud se puede correlacionar con el mito de "Tótem y Tabú", la comida
totémica, esa introducción del cuerpo del padre muerto. Esta incorporadon del
Otro, .. que en nuestra cultUra está preSente "eñlateología cristiana, en la
incorporación de la hostia o el vino ritual, no son metáfora del cuerpo o la
sangre de Cristo, los presentes que recuerden un poco de catecismo se
acordarán que la hostia no es una representación del cuerpo de Cristo, es lo
primero que nos enseñan. Es un buen ejemplo de esta incorporación, de esta
id,ntificaciQn Rri~!!j!~~.,.E~e !e:ai· elemento fundante, es el primero que
establece,..enla Metáfora Paterna, lo que salva al hijo de quedar a merced del
78
goce de la madre.
--J>niilera identificación necesaria, el agente de la castración, fundante de
es
la divisoria entre neurosis y psicosis, el padre real. Ese que, como suelo
recordar a veces, Vinicius de Moraes, ese gran poeta brasileño, decía de otro
modo, decía "el que no escuchó roncar a su padre no sabe lo que es tener
padre". Pero si bien es necesario, como dicen los filósofos, no es suficiente,
es necesaria una semnda identificación que implica esta introducción de la
operación paterna,
..
qu~ "y~·;; es del o;den de una incorporaciÓnsino de uña
~.-,., ~_,.....,...,.,
inY.:,<lY~~~21!tim!Jó,li~a. Podría muy bien estar escrita en esta fórmula que aquí
tienen (ver página 8). Esta introyección simbólica es imprescindible para darle
vigen~ª..esa~~!Q.n pri_J!l_~ra, que sin esta segunda identificación, no
termina de cumplirse. Freud la nombrab~f.JUO-.J!:n!fjO,
presente en la teoría lacaniana, Freud es quien habla del "Einzieger zug", el
rasgo unario, trazo que al sujeto lo representa.
Aún estas dos identificaciones serían insuficientes si no hubiera una
tercera identificación que Lacan sitúa en el orden de lo imaginario, que Freud
sitúa como identificación al deseo del Otro y que llama identificación histérica.
¿Por qué nombro estas tres operaciones? Como si hubiera que decirle al
padre porto menos tres veces sí: en lo Real, en lo Simbólico y en lo Imaginario.
Pienso que en el campo de las psicosis, y ya estoy nombrando un plural,
no se trata de una sino de un conjunto o de una serie, son varias, algunas fueron
trabajadas hoy por ustedes, se habló de esquizofrenia, se habló de paranoia,
podríamos agregar parafrenia, cualquiera de esas tres son psicosis en las que
el primer tiempo de identificación a lo Real, del Otro Real, no se cumple.
Tampoco la identificación simbólica. Esto produce también un desquiciamiento
imaginario, los fenómenos clásicos de despersonalización, des-realización, el
mundo que se derrumba, la pérdida del sentido, la errancia que la acompaña
-la Legión Extranjera solía abundar en psic6ticos-; esto viene a indicar que está
afectada esta operación paterna en las tres identificaciones. ¿Cuál podría ser
la diferencia esencial entre esquizofrenia, parano~_!"¡_j>_~~.!!~!Í.@? 'rarvél
podríamos situarla desde esa formula donO'e'OeCiamos que en la psicosis se
constituye elsujeto cuanJlo._ consime.llfl delirio: es la p¡y:_anoia. El paranoico
• sWia ~i-~~i~~ ~onstituir ~~eliri?__9U~JQ~!'epr~ta, jXUil e~u
v1da. Un dehno que Te pennife;··como eñé1 caso de Schr er, pasar de un
tíeiñ en el ueél es uroobjetoamerceddel oceaeO S aséfsumasintlffiO
colaborador, él y Dios van a res 1 rr el mundo. ¿Advierten la d1 erenc1a.: e
"atar merme a merced de un dios oscuro que airuina su destino, su virilidad,
su vida, pasa a ser la mujer de Dios, ese es el precio, pero incluido en un
79

, del Otro en un psic6ti~JQ_único g_u~.P!Oduce es más psicosts, es una cuestión
ia e neoio ismo,
ausencia mexorabiU?Or falla de lo im!Sinario, de eso que los pstquiatras
clásicos llaman "lo afectivo". ~
¿Qué lugar ocuparía en esta serie l~ Quiero aclarar una
dificultad. Estamos usando términos de la psiquiatría clásica, que tampoco los
tiene muy bien acordados, también ahf se superponen de distintas maneras;
además, nosotros los usamos con otra connotación. Cuando Lacan menciona
la parafrenia, la nombra en la presentación de algunos pacientes psic6ticos, se
refiere a esos que podrían ser los locos normales, andan or el mundo; enüñ
p .,.- lSlS. · fan ser amados "personalidades comosr-,-"
presentan una fachada que les permite andar, su imaginario restituye un
continuo. Lo que no consiguen en cambio es constituir el carozo de ese
continuo, eso que, por ejemplo a los que aquí estamos, nos permite anclar en
_ -~algún deseo, elegir con ganas, por ejemplo, hoy sábado, venir a estas jornad~
1
! Estos parafrénicos, si bien arman una fachada, puede ser esa o puede ser otra,
pueden estar acá o podrían estar allá, no hay algo que los ancle.
. . -0-
Estas tres psicosis sufren de una falla en las tres operaciones. H!Y_otr~
psicosi.s_ en las cuales pensamos que tal vez, con prudencia se los propongO,
la_primera operacjón, e§aJd~lltifi_<;a.c~9n ajo_R..~;U...d.elQt!"Q_geai/~e c~plió.
En cánibio pensamos que no se Cum liÓ la operación en la dimélisiónsímbóliCá
para una_parte de la red, y más espec camente para guna especie de objeto
---
pulsional de esa red. Me estoy refiriendo a la ~icos~ manía~
melancolía.
Mi propuesta es que esas dos psicosis se podrían pensar de este otro
modo. Sería difícil desplegar hoy todas las razones que me llevan a sostener
eso, pero su evolución clínica, salvo casos muy extremos como el Cotard, lo
que afecta y lo que no afecta de la estructura, etc., me inclinan a esta distinción.
Por último propongo como una falla en la identificación im · ia a lo
que solemos nombrar como "l.Qfurahtstéri,S", donde tambtén hay una quiebra
imaginaria, hay una cierta regresión que nombro como regresión forcluyente;
su evolución nos indica que la estructura fue tocada de otro modo por estas
operaciones que nombramos: las dos primeras identificaciones se cumplieron.
¿A qué viene esta distinción, que podría parecer una nueva especie de
80
-~
catálogo de psiquiatría tradicional?
Es que me parece que así como nos es necesaria la distinción entre
neurosis y psicosis, mis fracasos me enseñaron que interpretar la castració!l·
'ética; del mismo modo me parece que las diSilñtaSpSTcosis ños.reclaman modos
distintos de intervención. Un ejemplo clásico de los últimos trabajos de Lacan.
Cuando despliega un Seminario que se llama "Le sinthome" aborda nueva- /
mente el tema de la psicosis, se dedica a la biografía y la obra de Joyce. La
tesis es que Joyce pudo poner un freno a una eclosión clínica de la psicosis'\'-.. ·,
gracias a que PU§21 .. en ~l_l-~~at:~~ una carencia absoluta de padre, de este)
,
Nombre del P~.d!~\_~u e~~r2~r~. La escritura de !oyce vendr_~~ ~í, ~~ü~ -~ ". q
e una carencia. r ·..
.... . ¿Q~ép~~;;;~s pensar, qué es esa escritura y por qué tiene ese valor? Tal'... ·• t
vez, es una manera que tiene alguien que padece de esa estructura inmodificable, .~ ' ·r
de producir en lo Real de una estructura análoga, por ejemplo la lengua inglesa '. · . ,
tomada como un lenguaje, y provocar allí ese vacío que no encuentra en el Otro~·:('''0 ' ·
que lo habita. .....
· _,·J. .
Puede ser un camino para quienes están tomados por una estructura "')
paranoica; no es el que vale en alguien vaciado de afectos en una estructura ·'
esquizofrénica.
Suelo recurrir a quienes, por su sensibilidad en el contacto con estos
pacientes, se ven llevados, en la medida en que aceptan dejarse llevar, guiar,
por los psicoticos a ciertas experiencias de las cuales quizás no han podido dar
la lógica ni la razón, pero que las han encontrado. He leído de quienes se han
animado a tratar esquizofrénicos, que han logrado algunos resultados, no digo
la curación, proponiendo experiencias musicales. ¿Por qué, qué es lo que
~introduce la dimensión de la música?
En la_;,sg,uizof!enia, donde la estructura adolece esencialmente de
feñómenos de disgreg~n que llevan al tiempo primero de la institución del
sujeto y del fracaso de esa institución, experiencias como la música, que
implica la referencia al ritmo, pueden tener algún valor propiciatorio. ¿Qué
quiere decir apelar a un ritmo? Si el psicótico es el que está a merced del goce
del Otro como objet elar a un ritmo quiere decir apelar a una emergencia
y a una caída del go . Ri uiere decir eso, un goce aparece un goce cae.
Hay un ritmo de las com1 as, hay un n o sexu ; si n o queremos reducir
a una mera fisiología, implica.unare.t~~~!l&i!.~..P~..Y-GaídaQ.e-1l!l.gQ~~
Es un camino posible de intervención.
81
 Distinto a una intervención en un cuadro de psicosis maníaca o
melancólica, donde el hecho de postular la existencia de zonas de la red que
al sujeto lo constituye que no están tomadas por la psicosis, permite un abordaje
más allá del delirio donde el analista tendría alguna chance de intervenir. Y
por supuesto mucho más en el caso de una locura histérica.
Con todo esto estoy diciendo, de un modo invertido, que esperar, cuando
un psicótico acude a nosotros, que se instale una transferencia como se
establece en el caso de la neurosis, es, por lo menos, un error; si el psicótico
viene con el tablero lleno y su delirio que lo representa, es inútil esperar que
venga a preguntarnos por el valor de verdad o falsedad de su delirio, o el valor
de verdad o falsedad de su alucinación, para él eso es de lo Real.
Supongan que acudiera a nosotros un neurótico que está tomado por un
ritual o una idea obsesiva, es probable que nos dijera: ¿por qué me pasa esto?,
ayúdeme. ·
Esperar que un psicótico acuda al analista por un saber que se le escapa
de aquello de lo que sufre, no es acorde con su estructura. Esto es lo que
determina que generalmente el psicótico no acuda al analista, más bien es
traído. ¿Qué podría decidir que un psicótico tenga ganas de acudir a un analista?
¿Qué podría sostener una transferencia en la psicosis? No va a ser eso que
puede sostener la transferencia con un neurótico, el afán de descubrir el saber
que determina su sufrimiento; no será esa la razón de un psicótico.
En cambio, una transferencia Real, no digo simbólica, es posible en la
psicosis si el analista acepta, primero, reconocer que está ante una estructura
distinta; segundo, responder en consonancia con esa estructura.
El psicótico es aquel que esencialmente sufre de este lugar que lo deja a
merced del goce del Otro, o bien sufre de un delirio con el cual intenta acotar
este goce, pero lo deja al margen del lazo social: es fácil prever que la solución
que encontró Schreber es una solución precaria, ¿quién lo habría de seguir?
A veces sucede que se arma un delirio más o menos convincente, puede dirigir
una secta, un partido político, alguna institución psicoanalítica, pero no sucede
a menudo, generalmente fracasa. ¿Cómo podría el analista intervenir para
propiciar algo mejor, algo que el genio de Joyce encontró solo?
Convendría estar muy atento a descubrir aunque sea una brizna de ese
aparato simbólico que apunte a algún goce más allá, algún objeto a crear más
allá. El analista se dispone, como lo plantea Platón en el Lysis cuando habla
de la estructura de la amistad, al encuentro con un amigo. Lo digo brevemente,
¿cuál es la diferencia entre un amigo y un enemigo?. Si es un amigo, será
82
alguien a quien podré contarle mi proyecto, algo que me gusta hacer; además
de los sentimientos que a él le puedan despertar, son humanos: la envidia, la
rivalidad, la trilogía kleiniana que quieran, sin embargo, si es un amigo, puede
acompañarme en mi anhelo y mi proyecto. En l~.f:r.~sf~~a en la psicos~,
es posible que el analista consiga ~Ai.Jl.U.~~-2: El
analista en la psicosis no puede, como en la neurosis, ofrecer un pedazo de su
cuerpo, lo que Lacan llama el objetoª como objeto pulsional que mueva el
análisis. En cambio, el analista será aquel que se perfile para permitir que, más
allá de su cuerpo, y muy atento a esas briznas. que el discurso brinde, se apunte
a un objeto que pueda tener inserción social, más allá de él, que abra algún
camino de creación.
El analista en la psicosis, en terminología más conocida, no sostiene ni
lo que Lacan llama el lugar del Sujeto supuesto Saber, ni el lugar del objeto
ª' e}g_bjeto que desencadena el movimiento pulsional. El analista, si lo logia,
no siempre puede obtenerlo, será aquel que permita que más allá de su cuerpo
se encuentre, junto con su paciente, más bien siguiendo a su paciente, ese
objeto de goce más allá. Y esto desde el vamos, lo cual implica estar abierto
absolutamente al campo de creación que el psicótico insinúao nos propone para
hacer lazo social.
Les cuento un breve relato de un paciente que vino hace poco a verme,
lo trajeron desde Japón, se había desnudado en una plaza y estaba en pleno (¿"'~
delirio erotómano, convencido que había una dama que estaba enamorada de
él, con la cual por razones familiares no se podía concretar ese casamiento. Fue ~
a esperarla a esa plaza, y como esta dama no apareció, entonces de rabia se
desnudó; conclusión: lo mandaron de vuelta a la Argentina. La situación es
trágica, vienen a verme primero sus familiares, me cuentan que está en una
situación desesperada, tirado en una cama, no comía, no se bañaba, entrando
en un tobogán realmente grave. Le digo a la família que vean cómo hacer del
mejor modo para que él tenga aunque sea ganas de venir a verme una vez.
Acude, por supuesto me dice de entrada que él viene nada más porque lo trae
su familia. Yo le cuento lo que me han dicho sus familiares y le pregunto a él
qué podernos hacer para ayudar a sus familiares que están preocupados por él.
Me dice que realmente no sabe. Le pregunto: ¿usted qué hacía en Japón? Me
cuenta que es un lugar que a él le gustaba porque de chico había aprendido artes
marciales, había encontrado un maestro, se había entusiasmado y se había ido.
En Japón estaba haciendo una especie de diccionario japonés-castellano; le
pregunto en qué quedó eso, y noto que cuando le pregunto eso comienza a haber
un brillo en sus ojos que hasta ese momento no aparecía. Dice entonces que
83
lamenta no haber podido seguir esa tarea -ya es un paso enorme que un
psicótico diga que lamente no hacer algo-, que con todo esto que le pasó él no
puede seguir, y que además no tiene ganas de nada, y que no tiene ganas de
volver otra vez. Le comienzo a preguntar acerca de lo que él hacía, me cuenta
de los "kanjis". Le pregunto si él vio que yo en mi consultorio tengo dos
grabados de "kanjis" (son los ideogramas japoneses), me dice que no. Le digo:
'..
venga, conmigo, nos levantamos, vamos los dos, los familiares nos miran
como a dos locos. -Mire, acá tengo uno, acá otro, fíjese, ¿qué quiere decir?.
Veo que se va entusiasmando. Seguimos un poco más. Me cuenta que lo que
más le gustaría en este momento es hacer ese diccionario, entonces le muestro
que yo tenía en mi biblioteca un pequeño diccionario sobre "kanjis", se lo
ofrezco, lo hojea con mucho entusiasmo y ahí llegamos casi al tina! de la
entrevista. Cuando se va a levantar mira de reojo ese libro, le digo: -¿lo
quiere?, se lo presto. Muy entusiasmado me dijo: sí, sí, claro. Me lo tenía que
traer, así que tenía que volver. Así empezó la cosa.
Yo no les puedo decir que esto es una receta, ustedes se da'n ~uenta que
es absolutamente aleatorio. Este es un caso que salió bien, tengo algunos más
que me salieron bien, y ni les cuento todos los que me salieron mal. Pero digo
que es una posibilidad, y desde el vamos.
Es fin, es un camino, los invito a que hablemos.
84
Preguntas del público
- Con. respecto al efecto. terapéutico del ritmo, ¿podría tener una relación
con el ritmo de abertura Y. cierre de S1 , S2 , con lograr este tipo de abertura y
. ?
c1erre.
-l. V.: Sí, tan
1
s6J6
que en el caso del psicótico no va a ser S1 y S2 , pero
apunta a lo mismo, ¡¡!descoagular un goce y abrir otra instancia; las categorías
de S1 y S2 , si se/tt'áta de una estructura psicótica, son forzadas.
-/.V.: Y,_ciquisiera preguntar ya que así ~amo para la paranoia mencionás
~1 sinthoi'I).e"'como abordaje a la psicosis y para la esquizofrenia el enfoque
musicat;<Si has pensado o nos podrías contar algo en relación a la parafrenia,
que sería lo que queda ahí como tercera forma .
-l. V.: El parafrénico, lo estamos diciendo de un modo muy esquemático,
apenas algunas pinceladas, en la medida en que lo definimos como esa lámina
continua, tiene la fachada pero falta la consistencia, Lacan lo decía más poético
refiriéndose a Lol V. Stein <IJ, es como un vestido que no tiene cuerpo para
poner adentro. El problema es cómo hacer para que logre un cuerpo. ¿Qué es
un cuerpo? El cuerpo del psicoanálisis no es el cuerpo de la medicina. Es el
cuerpo donde ancla un goce, es el cuerpo que permite los sentimientos, ¿cómo
hacer para que eso precipite? En el ejemplo de Lol V. Stein, Lacan dice que
ella logró, espiando a su amiga Tatiana, cuando tenía relaciones sexuales con
el amante que ambas compartían, restituir algo; por primera vez Lol pudo
ofrecerse a la mirada del hombre, pudo atrapar la mirada.
Si avanzo un poquito más, quizás a los que no estén acostumbrados a ésto
les cueste, pudo guardar en ella la mirada. En la jerga común, sin embargo,
esto se da bastante: alguien puede decir "me gustaría que ella me dé su mirada",
o de otro modo cuando un chiquito en la plaza le dice a la mamá" ¡mirame! ",
¿qué le pide? Trata de apropiarse de esa mirada que pasa a constituir cuando
todo va bien el carozo que la sostiene. Es también reconocible en ciertas damas
hermosas con un déficit de esa mirada, ella puede decir: "¡qué fea que me
siento!", y no hay m¡mera de convencerla. Después está la otra que realmente
no es muy linda, sin embargo eso funciona bien, está muy contenta, ésa se casa
pronto, convence.
Lol V. Stein, a través del cuerpo de su amiga, su amiga es su semejante,
es el equivalente de su imagen en el espejo, pero que ya tiene ese carozo, gracias
UlProtagonista de la novela de M. Duras: "El arrebato de Lol. V. Stein"
85
a una identificación con ella por primera vez consigue ofrecerse al deseo de
un hombre. Se me ocurre desde este relato que a ciertos psicóticos como éstos
les haría bien una experiencia de cura en grupo, donde un semejante les sirva
para sostenerse. Aunque no tengan teoría y lo hagan a modo de ensayo y error,
alcohólicos anónimos funciona, ¿por qué? Yo no creo que sea por las razones
que dan las teorías del campo psi, creo que hay algo de ese sostén del semejante,
en algunos alcohólicos, ya que el alcoholismo no es una entidad psíquica, pero
en algunos esa referencia al semejante es clave. Ahí habría otra indicación. Son
propuestas que me ocurre pensar, recién cuando me aplaudían pensé, ¡dios
mío!, ¿me habrán creído?, porque esto lo presento así, como un balbuceo.
En estas cosas que digo, si puedo lograr alguna tranquilidad de
conciencia, es cuando mis pacientes me ayudan. Un paciente que anda por el
mundo, con su estructura psicótica, comparado con el destino de otros
psicóticos, no diríamos que está del todo mal, tiene su trabajo, consiguió
casarse, llegó a tener un hijo, tiene sus amigos, pero cada tanto el delirio
retorna. Cuando el delirio retorna, ya es clásico, me vuelve a ver, esto es cada
varios años, y siempre empezamos igual, él me dice: "usted me ha ocupado
el mundo, tengo que matarlo", siempre empieza así, como ya nos conocemos
yo le hago un chistecito: "eh, ¡tan poderoso soy yo!", se ríe y ya empezamos
de nuevo.
Una vez, acordándome que yo tenía algo que ver con Freud, ese espíritu
científico, de investigador, me dije, a ver, voy a investigar un poco, y cuando
me dice: "Otra vez se pudrió todo, otra vez usted me ocupa el mundo" -su
delirio es asf- le pregunto; "¿por qué me vuelve a ver si usted dice que yo le
ocupé el mundo, habiendo tantos psicoanalistas en Buenos Aires?". Me
contestó: "Qué boludo que es usted, doctor, ¿no se da cuenta que si voy a otro
me va a pasar lo mismo?"
Esta respuesta es la que me permite decir con tranquilidad, me parece que
en la psicosis no hay fin de análisis, que uno tiene que estar disponible y para
tranquilizarse y no entrar en claustrofobia hay que estar al modo del viejo
médico de familia, uno tenía al doctor ahí, no quiere decir que uno era un
hipocondríaco que iba todos los días, uno sabía que él estaba ahí en el
horizonte, si hacía falta se podía acudir.
Me parece que la estructura de la psicosis nos hace pensar que no hay final
de análisis, que si uno acepta esa invitación de Lacan de acudir a la cita con
el psicótico, se trata de estar disponible, cuando sea necesario, uno está.
86
LA PSICOSIS
ADENTRO DE NADA · AFUERA DE TODO
ALEJANDRO ARIEL*
Vamos a comenzar. El tema de hoy tiene para mí y seguramente también
para ustedes bastantes complicaciones.
¿Cómo hablar de la cuestión ética en la psicosis sin transformarse en
alguien que declame principios o modos de hacer?. ¿Cómo hacerlo en relación
a una persona, que suele no tener inscripción en la cultura, en la civilización,
o en el estado, más que como paciente?.
No es fácil hablar de eso. A veces se termina declamando la ideología de
cada uno. Voy a intentar no hacerlo. No porque no la tenga sino porque me
parece que elegiría otro lugar y no éste para hacerlo.
Creo que he llegado a ciertas conclusiones, lo cual me abre nuevos
problemas, otras hipótesis.
Hoy creo poder afirmar ciertas cosas, poder situar algunas conclusiones
que he de sostener, ordenar, desplegar.
Hay muchas, pero son éstas las que me han impresionado y algunas veces
anonadado en estos últimos años.
La primera indicación que se puede leer es que Lacan no toma pacientes
en análisis cuyo deseo no esté decidido. Creo, si no me equivoco, que ésta
es una referencia de una conferencia que dio en EE.UU. Quisiera decirles sólo
un par de cosas en relación a ésto y es que Lacan nojice que él no toma estos
pacientes, esas personas que no han decidido analizarse. Me parece que él no
habla de la decisión personal de alguien de analizarse. Sino que él habla de la
decisión de un deseo. De que un deseo esté decidido.
Me parece que eso apunta a algo del orden de la estructura misma del
deseo, voy a tratar de diferenciar un deseo decidido de lo que llamaríamos una
persona decidida.
La segunda indicación es paradójica y es la que dice "no retroceder frente
*Alejandro Ariel,psicoanalista, Codirector del Centro de Investigación
del Acto Credor, ha publicado los libros: "La danza. Sem. Ane y Psicoaná-
lisis", "El teaJro.Sem.Ane y Psicoanálisis" y otros.
87
(
a la psicosis".
Todas estas indicaciones son totalmente populares en la República
Argentina. Se han esparcido bastante, hacen casi a nuestra jerga cotidiana. Lo
único que voy a decirles respecto de esa indicación es que me parece que no
retroceder frente a la psicosis no es una cuestión de valentía. Se implica con
el deseo del analista. Por lo menos intentaré situarlo de este modo. Pero
fundamentalmente no me parece que "no retroceder frente a la psicosis" sea
una cuestión de valentía. La valentía es la precipitación de las histéricas o el
sueño de los obsesivos.
La tercera indicación de Lacan es que si no situamos una teoría de la
transferencia en relación a la psicosis, sólo "se echarán los bofes a la arena".
Para quienes hemos atendido psicóticos y aún persistimos en atender algún
psicótico, se tiene a veces esa sensación absolutamente gráfica de estar echando
los bofes en la arena, de estar remando en la arena.
A estas tres indicaciones agregaré un postulado de Lacan, por demás
extraño, y que se ha leído de las más diversas maneras, que es: que "sin la
psicosis no podría el hombre concebir la dimensión de la libertad".
Piensen que Lacan no va a decir que la psicosis es esencial para que el
hombre pueda concebir la dimensión de la libertad. Esto ha producido
muchísimos malentendidos; que van desde creer que las únicas gentes libres
son los psicóticos hasta intentar producir un orden terapéutico, desarrollando
en espacios ticcionales comunidades "libres" desde hipótesis de ese orden.
Entonces con estas tres indicaciones y este postulado voy a situarles lo que
voy a llamar conclusiones de partida.
Es decir, mis conclusiones.
La primera de ellas es que no hay psicóticos en análisis.
En este sentido, (voy a desarrollar cada una de estas conclusiones), creo
coincidir allí tanto con Freud ¡;omo con Lacan.
Creo no haber encontrado en mis lecturas ninguna afirmación que dijera
que hay psicóticos en análisis. &tono quiere decir que no haya analistas que
reciban psicóticos y eso me parece esencial. Es mi segunda conclusión.
Que un analista reciba a un psicótico no quiere decir que un psicótico esté
en análisis. En ese sentido es que leo la frase "no retroceder frente a la
psicosis".
La tercera conclusión de partida es que no hay transferencia analítica
en la psicosis.
88
También me encuentro con que nunca he hallado una postulación
contraria, en textos de Freud o de Lacan.
Hace algunos años decía otra cosa, me parecía que sí la había. Hoy digo
no hay transferencia analítica en la psicosis.
La cuarta conclusión de partida es la siguiente. Son las vicisitudes de la
transferencia las que permitirán un abordaje, no en la arena, de un
psicótico. Es decir, las vicisitudes de la transferencia, los modos específicos
de restitución de los grandes tipos clínicos con que nos encontramos. Creo que
los analistas, a falta de lo que Lacan llamaba una teoría de la transferencia,
frente a esos psicótico que reciben, los analistas luego de un primer período
de entusiasmo, huirán, si pueden, o se precipitarán en un humanismo moral
que es absolutamente respetable. Humanismo moral del cual diría que los
instituye col_llo hombres pero los destituye como analistas.
Nada tengo en contra de ese humanismo moral, sólo diré en términos de
esta reunión. que aquello que los instituye como hombres los destituye como
analistas.
Otras de las vías en las cuales los analistas solemos precipitarnos cuando
uno recibe a un psicótico, es la vía de ciertos acting del analista que tipificaría
con todo el riesgo que implica, de tres modos:
Por un lado, aquello que Hamo una paranoia personal del analista. El
analista es invadido por el miedo, por el pánico. En general esto suele ocurrir
cuando un analista recibe un psicótico en su consultorio.
Otro tipo de precipitación del analista es una posición sádica. Esto no
ocurre cuando recibe al psicótico en su consultorio sino cuando lo recibe desde
la dirección de alguna institución.
La posición sádica (recordemos que estamos hablando de una precipita-
ción fantasmática) se sostiene más en la dimensión institucional.
Y por último, algo que es bastante frecuente de escuchar.
Una cierta precipitación reivindicativa. Reí vindicativa en lo social. Se
protesta por las malas condiciones, por la mala atención, cosa que como suele
ocurrir, no es una protesta falsa.
Ahora bien. Protestar es una forma de vivir, pero quien protesta se
destituye como analista. El tiempo que uno necesita para protestar lo pierde
en otro lado: es una elección.
Entonces, desde estas conclusiones de partida, se me hacía necesario
determinar si es posible, y esta es para mf verdaderamente la pregunta, si es
89
f
1
1

posible situar el deseo del analista en la psicosis. Esa posición.

Yo lo odio Yo lo amo (a él) El me ama El me ama
Porque si no. la ética del analista se confundiría con su moralidad. Se
tomaría su moralidad como hombre. sea ésta cual fuere. por su ética. (+ antigüo (identificación (S D) (S D)
Y sobre todo frente a quién la refuta. Porque el psicótico cae del mundo, que el amor) primaria) que el amor)
refuta esa moralidad. Expulsión Afinnación El me nombra Elnome
A falta de poder situar estos resortes que vamos a tratar de ver hoy, el primordial primorial sgte. Amo nombra
analista inevitablemente se implicaría en posición de amo o esclavo de ese (Ausstossung) (Behajung) (SI) Transferencia
"soy" el
psicótico. Pérdida de Donde "eso" Identificación objeto
Ahora bien, de no ser posible situar el deseo del analista, quizás sea una "eso" que era era una marca secudaria como punto
como objeto (huella de (edipo) ciego de la
teoría de la transferencia quien tenga que guiar nuestro hacer y el deseo (a-cosa) la nada) Nombres foto
del analista será aquello que nos ha de sostener sin ser valientes o cobardes. Das- Ding pronunciables
1
Marca->- <p
l Encuenro Punto de
"Afuera" existencia
El caso Schreber enla percepción no visible
que es "ahora" un en la escena
afuera, lo que ya del espejo
Vamos a abordar ahora una teoría de la (posibilidad de una) transfe- tengo adentro
rencia no analítica para la psicosis.Para no echar los bofes en la arena vamos
a tratar de abordar ésto por dos sesgos distintos. Juicio de atribución Juicio de existencia 1

Retomaré una vieja hipótesis para mf. hablé de ella hace tres años y creo
que hoy puedo decir algo más: tiene que ver con lo que Freud nos describe,
nos presenta en el caso Schreber.
Freud. en el cac;o Schreber, cuando habla de la estructura de la paranoia
y de la erotomanía. nos presenta -escuchen bien- frases que no son de un orden
retórico. sino que son MOCIONES "PULSIONALES".
No hay que pensarlas sólo en un primer efecto imaginario de inteligibilidad
que ellas producen. sino que vamos a tratar de pensarlas como mociones
"pulsionales" (no como pulsiones). Van a ver lo que quiero decir con ésto.
YO W ODIO, YO W AMO A EL, EL ME AMA, EL ME ODIA
Son estos cuatro términos de los cuales les quiero hablar. Porque si la
transferencia tiene que ver con el amor, y uno está cansado del vacío, de lo
hueco en las mismas frases, vamos a tratar de desimaginarizar el amor, en la
teoría, y ésta es una buena ocasión.
Como ven yo trazé una divisoria: YO LO AMO, YO LO ODIO 1EL ME
AMA, EL ME ODIA.
Les pido que me sigan en este desarrollo lo más atentamente posible
porque es casi lo que va a sostener mis conclusiones.

Yo lo odio
No sé si ustedes recordarán cuando Freud habla del autoerotismo, de ese
extraño amor autoerótico nunca muy bien situado. El dice que habría un odio
adn más antiguo que ese primer amor. Vamos a situarlo en relación a este YO

90 91
 LO ODIO, que no es el YO del sujeto ya alienado en su imagen especular. En
este YO LO ODIO, se trata del YO que advendrá. Je es el yo en tanto
inconsciente, en tanto desconocimiento. No es el YO en tanto enunciado.
Vamos a determinar en relación al YO LO ODIO, a la expulsión, y
vamos a situar en relación al YO LO AMO, a la afirmación primordial o sea,
la Behajung, estoy hablando del artículo de "La negación".
Van a ver lo interesante que es la lectura de lo que Freud dice ahí en el
caso Schreber, con este orden de razones en su lectura.
Este YO LO ODIO es el modo para Freud de situar allí esa expulsión
primordial, esa pérdida de eso que se era como objeto. Esta pérdida a-cosa,
del objeto.
Es decir, Freud nos va a situar que aquello que en tanto que real era hostil,
es por ésta pérdida por esta expulsión que deviene indiferente.
YO LO ODIO es el equivalente de lo que situamos como pérdida del
objeto. Allí se instituye la causa como pérdida, aquello que viene a sostener
para la estructura un ánimo, ese empuje.
Por lo tanto, YO LO ODIO es represión primaria. En el lugar mismo de
la pérdida de objeto se instituye ese lugar que es el representante de la
reptesentación. El lugarteniente de la representación, donde el significante se
irá a repetir en Otro lugar para ser SJS~, hace la diferencia.
Entonces, YO LO ODIO, esta expulsión primordial es lo que Freud va
a llamar también (desde allí distintos modos de lectura de la teoría freudiana)
objeto malo.
Es bastante interesante leer algunos trabajos de Klein desde esta óptica.
Este objeto perdido, esta expulsión es lo que Freud va a llamar también como
"MALO".
Aquello que Freud designa como un: YO LO ESCUPO. Claro, si uno
toma ésto por la acción de escupir se confundiría, lo mismo que si pensara que
el "YO LO ODIO" es lo que uno entiende por odiar (cuando es ya una pasión
del Otro y no del Uno).
Entonces, objeto malo (las consecuencias de todo ésto las dejo para que
lo piensen), yo lo escupo y Freud nos da una tercer indicación cuando dice:
es lo que constituye EL AFUERA (que no es el exterior).
Antes de esta expulsión no había afuera. Esto es absolutamente impor-
tante con esta expulsión, con este afuera, con ésto de lo que me desprendo para
constituirme como sujeto de una falta. Con este afuera, fundo el afuera para
92
mí. Si no expulsara eso, si no lo. constituyera de ese modo (expulsado), no
habría ese afuera que se puede situar después, imaginariamente, y que
constituye la realidad como velo de lo real.
Hay un verbo que usa Heidegger que me parece fantástico. El toma el
espacio y lo toma en forma de verbo. Dice espaciar, pero en el sentido de hacer
espacio, de hacer ese espacio que en tanto afuera luego me permitirá
imaginarizar un afuera que será el de la realidad psíquica en el espacio
"acotado" de mi fantasma.
Esto con respecto a la expulsión primórdial, al YO LO ODIO.
Yo lo amo
Con respecto al YO LO AMO. Seguimos en el nivel de lo que no es
especular, de lo que no es el yo del conocimiento, este YO LO AMO como
afrrmación primordial es identificación primaria. Es la identificación prima-
ria a ese significante primordial, que va a inscribir la posibilidad de advenir
sujetos.
Esa huella de la nada, esa marca que advendrá significante (-<P), ese
nombre propio, ese nombre inconfesable en las confesiones del Otro.
Esta afirmación primordial se sitúa en ese raro período que Freud llama
autoerotismo. Allí el sujeto no es sujeto, tampoco es Uno, se contempla, dice
Freud, "uno se contemple a uno mismo". Piensen qué raro es que uno se
contemple a uno mismo cuando todavía no ve en el sentido del espejo, de
figuraciones ordenadas por el significante.
Entonces en este YO LO AMO, ese amor es fuera de la ley y lo será.
"Cuando el sujeto pasa por primera vez en posición de someterse a ese
significante primordial", allí dice Lacan, "existe la dimensión de un amor sin
ümites, porque está fuera de la ley" y agrega "donde sólo él puede existir".
En principio lo que digo es que ese amor, ese YO LO AMO, está fuera
de la ley, pero no es sin ley y verán por qué. Puede situarse en la vez primera
y no sólo la primera vez.
Esta es la afirmación misma de lo que será, en tanto inscripción en el Otro,
inconsciente.(-<P)
En términos pulsionales es el objeto bueno. Este objeto, si uno no se
confunde con los objetos, el objeto bueno tendrá que ver no con el decir bien,
sino con el bien decir, el objeto bueno es esta afirmación (para quienes gusten
93
de ciertos problemas, aquí encontraremos una clave con respecto al fin del
análisis; Lacan en el Seminario del Acto dice: "es un pasaje al acto de la
castración").
Será aquello que Freud nos indica como la incorporación oral del padre
antes de toda relación de objeto. No se trata del padre del Edipo. Se trata de
incorporar, de comer, de inscribir este significante, esta marca, esta
afrrmación: "lo como" frente al "lo escupo".
Por último, esta marca es la que fundará el ADENTRO. Este adentro
no está dentro de la carne del soporte viviente. Hace casi 20 años yo era
cirujano, hoy podría decir que esta afirmación ha sido una de las razones por
las cuales dejé de serlo.
Este adentro, esta marca, es lo que funda el tiempo.
Sin esta marca (-<p) no hay tiempo, y sin pérdida de objeto, no hay espacio.
La marca es ese corte en el espacio y lo digo así para que luego lo puedan leer,
es ese corte en el espacio continuo de mi percepción que funda el tiempo.
Un corte que no divide el espacio, y un tiempo que no es temporalidad, pues
todavía no la hay.
Hasta aquí, si ustedes lo advierten, de lo que hemos hablado es del juicio
de atribución (afirmación = expulsión). En otros términos, (JE) LO AMO,
(JE) LO ODIO.
Pero Freud dice y tiene razón, que no hay existencia si no hay juicio de
existencia. Esto que parece tan claro en Freud es lo que ha sido difícilmente
leído en Lacan por tantos años. No hay existencia si el sujeto no aparece
(inscripto) en el campo del Otro. No aparece inscripto en términos de esa falta
en el lenguaje.
¿Qué dice Freud de este juicio de existencia? Dice: "el juicio de existencia
es encontrar afuera lo que ya tengo adentro" ¿Qué tengo adentro? Una marca
¿Qué tendré adentro? Este significante (-<p). Afuera encuentro un significante
(S 1 amo); encuentro afuera lo que (yo) ya tengo adentro.
Encuentro afuera (en el campo de la percepción de la voz, de la lengua)
un significante (amo), donde aparece como una falta (-<p) inscripto (S 1 S2)
Esa marca se pronuncia con un significante del Otro, y llamamos a éste
significante amo. Ese significante amo no es más que una presentación por
medio del verbo, esa pronunciación por medio de un significante del Otro,
de esta presentación impronunciable.
94
El me ama
Es EL (ME) NOMBRA. Hay un nombre del Otro que se arranca de esa
voz y que al pronunciar, hablando con esa voz del Otro, con esos significantes
me da estatuto de existencia el hacer advenir a la marca en una pronunciación,
al hacerla advenir como una falta. Por eso los chicos se llaman a sí mismos
"el nene", porque los nombran así, "el nene", entonces el chico dice (YO
SOY) EL NENE.
Será la identificación secundaria, ffje~J.se ustedes que la identificación
secundaria va a implicar la ligadura entre esa marca y un significante que en
la percepción expulsada será un significante del Otro por el acto de esa
ligadura, y que lo constituye en demanda del Otro (A simbólico en las letras
de Lacan).
Encuentro afuera, en la percepción, (pues ahora la percepción es un
afuera del sujeto), encuentro afuera en la percepción, lo que ya tengo adentro.
Ese significante. Esto es el juicio de existencia.
A partir de aquí, el sujeto de esta marca que se inscribió como falta <p,
se dirá con los significantes de este Otro. Sabrá hacer con la lengua para
constituirse como sujeto en el campo del lenguaje.
Este sujeto de la significación jamás podrá ser reducido a un significante
del Otro o a una representación del Otro. Siempre será una falta de saber, en
tanto lo que allí viene a presentar en verdad, es este significante que lo
sostiene, este nombre propio, este inconfesable e impronunciable que opera
en la pulsión.
Entonces, es en este campo del Otro, en este campo del lenguaje, donde,
recién allí, el sujeto existe. Es donde se funda lo que llamamos temporalidad,
no es el tiempo, pues el tiempo es fundamento y la temporalidad es su recuerdo,
un modo de acordar con las gentes.
La percepción seguirá siendo actual. El recuerdo del presente, del pasado
y el futuro serán los tres tiempos de esa temporalidad, tres tiempos del
recuerdo.
También en este campo habrá la historia. La historia como una versión
del acontecimiento. También la geografía. No es más que la ilustración gráfica
de aquello que un sujeto hace con la medida. En el campo del lenguaje hay
medida, hay más, hay menos, hay tiempos, adelante y atrás.
Aquí el sujeto habla con la voz del Otro, con esos significantes que lo
pronuncian, el sujeto es hablado. En este campo es donde Freud va a situar el
95
 narcisismo. En ese campo es donde Freud va a situar la elección del objeto y anhelarlo (volver a encontrar). Pero allí, me encuentro un nombre que me
el amor al prójimo. En este campo hay hermanos. Hay responsabilidad civil pronuncia.
y social. Nos queda una referencia: EL ME ODIA. Es por eso que cuando en ese lugar de la pérdida de objeto aparece el
significante re-presentado (S/a), amaré los nombres en los que creo "ser"
El me odia amado. Hasta aquí, la transferencia que el orden de la estructura ha hecho
posible. La transferencia analítica se diferencia, y esto es esencial para
Si él me ama era EL ME NOMBRA, vamos a situar este EL ME ODIA entender lo que vamos a decir sobre la psicosis, la transferencia analítica se
como EL NO ME NOMBRA. Ese Otro es como una postal, una foto. En la diferencia por las respuestas que el anafista da. Y de eso hemos hablado
foto puede estar mi figura o no, puede abarcar todo el panorama, pero siempre bastante.
tiene un punto de ausencia que es mi propia existencia al verla (a), ($O a).
En la foto no aparece ni dolor ni mi angustia, a lo sumo aparecería mi figura. Vamos a ver ahora las dificultades de la psicosis, empezando por el
Es decir, en ese campo del Otro donde me recuerdo, existe lo que es imposible autismo.
al recuerdo, mi existencia misma.
Y como yo he confiado en el que Otro me nombre y además lo amo por Autismo
eso, cuando el Otro aparece en la imposibilidad de nombrar mi existencia, En el autismo hay una cuestión que todavía está para mí en investigación.
padezco: EL ME ODIA.
Es su relación a la música. Los autistas responden a veces a la música. En el
Este EL ME ODIA es el punto ciego en la foto (la mirada). autismo no hay transferencia, y ese lugar donde no hay transferencia en
Es el punto no visible en el espejo (caído de él), es el lugar en el Otro, absoluto sería el lugar desde donde Lacan da una indicación y yo me tomo de
donde él no sabe de mí, como existencia. Aunque sepa de mí como figura y ella. El dice: "Hay una marca congelada".
como nombre común. Pero podríamos decir también: el Otro tampoco sabe Es como si ustedes tuvieran donde "eso era un objeto", esa marca que
de él como existencia. Eso para quien le pide a otro (semejante) que sea ese yo llamaba "EL NADA"; y allí, esto está congelado, no ha ido más allá.
Otro y además lo acusa de odiarlo, a uno. Entonces, esta marca congelada no se inscribe en el Otro. No hay un
Estoy hablando del campo del lenguaje, pero también estoy hablando de privilegio del Otro, y por eso, para el autista, que otra persona le hable le dará
ese campo del lenguaje, encarnado en aquel (objeto eterno) que "habla". lo mismo que escuchar el ruido del río. No hay un privilegio del Otro, no hay
El Otro sabe de mf como recuerdo, como representación.Cuando no un privilegio de esa voz. La marca no deviene falta.
responde al nombre que de él espero, digo: EL ME ODIA, y luego LO ODIO
POR ESO. Este odio es una pasión atenuada, pues El me ama (me nombra) AUTISMO
aún.
yo lo odio yo lo amo No hay transferencias
Este odio no es el odio de la expulsión. Aunque a veces se termina
expulsando a quien (se) odia. Expulsión ¿Afinnación? Marca congelada
? ?Marca
Es la famosa ambivalencia del amor=odio en el narcisismo.
es uno que No se inscribe en el A
Si el sujeto habita el campo del Otro en ese tiempo-espacio, histórico y No hay privilegio
nove e bntemplandose a
gráfico, le será posible entonces transferir (recuerden el esquema de la "si mismo" e 1 voz del Otro
identificación en Psicología de las masas). Transferencia de objeto que hace Fuera de la
un "afuera" para que sea posible transferir en el afuera sobre el objeto exterior, es uno que Temporalidad
la libido objetal según el Ideal del Yo. no oye escuchándose a de la espeialidad.
"si mismo" No hay Narcisismo
Y también encontrar la imagen (libido narcisística) de un objeto, para

96 97
l,
1

....___ .,._. 1
 ~· ----
El autista entonces, en el sentido en que "nosotros podemos pensarlo"
no ve, no escucha, lo cual no quiere decir que no tenga percepciones auditivas
o visuales. No ve. No escucha pues está fuera de la temporalidad. El no habla
eon ka \'Ol del Otro, por lo tanto lo que un autista suele hacer, cuando lo hace,
es golpearse o gritar.
Esquizofrenia
Diría que la esquizofrenia absolutamente pura es la infantil o la de la
vejez. Me parece que a todas las demás sería muy dificil considerarlas puras.
Por eso voy a tomar a la primera como paradigma de la esquizofrenia.
En la esquizofrenia hay, paradójicamente, una inscripción de la marca.
Hay un YO LO AMO (que no es a él), y no hay la expulsión del objeto, no
hay YO LO ODIO.
Hay una suerte de inscripción de esa marca, una suerte de afirmación
pero sin pérdida de objeto. El hecho de esta afirmación y que ésta afirmación
no esté congelada como en el autismo, ¿qué efectos tiene?
Esta afirmación puede pronunciarse, puede presentarse por un verbo. El
esquizofrénico puede decir significantes de la voz (su percepción). Significantes
sin sentido. · (exterior), porque, claro, no había el objeto ruido en el mundo (del
Como no habrá pérdida de objeto (de la percepción), no habrá ese
lugarteniente de la representación, ese elemento de la represión primaria que
hará a la repetición S/S 2 y el sujeto como diferencia inscripta. "Hay
inscripción pero no falta".
Por lo tanto, en lugar de escribir EL ME AMA, o EL ME NOMBRA,
yo escribiría del otro lado EL AMA, EL NbMBRA.
I. o que no está inscripto para la esquizofrenia es el (ME). El esquizofrénico
es él sin saberlo. No hay dimensión del saber para el esquizofrénico. Menciona
los nombres sin sentido que lo presentan sin re-presentarlo. Lacan lo dice de
1\\
dos modos: "el esquizofrénico habla la lengua", o bien "para el esquizofrénico
lo simbólico está en lo real". No se ha podido arrancar allf de lo real. Habla
lo simbólico sólo, sin sentido. Como el único modo de no escuchar las voces
en su cabeza.
Esto también se puede tematizar como holofrase, ustedes saben que la
holofrase es que no haya intervalo entre el S1 y el S2, están pegados. Entonces
acá la holofrase para el esquizofrénico quedaría del lado del sinsentido:
S/a S/a S¡fa (en rigor holofrase puede usarse para la paranoia, no para la
98
~......__.
esquizofrenia). Ahora bien, los esquizofrénicos tienen percepciones como
todos nosotros. Percepciones, imágenes visuales, voces, percepciones de lo
que pasa. Para nosotros una percepción en el instante mismo en que la
recibimos se liga a una representación, a Dios gracias. Porque efectivamente
eso, ligado a una representación, es inmediatamente un recuerdo. De la
actualidad que ustedes están "viviendo" recuerdan el presente. La actualidad
está perdida porque la percepción que ustedes reciben de (mi) voz está ligada
a un siguiente que es recuerdo de la pérdida.
Para un esquizofrénico, estas percepciones, imágenes, voces, sensacio-
nes, no están ligadas. Al no estarlo aparecen para él como alucinaciones.
Aparecen para él en lo real, de esa percepción no expulsada. "Adentro" de
nada. Sin temporalidad, en un embudo vertiginoso. Al no haber espacio, toda
espacialidad posterior (delirante) estará profundamente trastocada. Cuando se
dice en la psicosis que lo no simbolizado aparece en lo real, no quiere decir
que aparece en lo real del mundo. Aparece en lo real de la percepción (para
él) sin sujeto.
En ese campo de la percepción, una alucinación puede ser una percepción
o le vuelve al sujeto como una voz, sin que nadie esté hablando.
Por eso los psiquiatras decían: ¡ah, es una percepción sin objeto
psiquiatra) y el tipo escuchaba el ruido. Lo cual no está mal decirlo así, pero
no aclara nada. Que la alucinación sea esa voz, esa imagen que aparece en lo
real, quiere decir que es en lo real de la percepción. Quiere decir que (le)
aparece como percepción no ligada.
La ligadura de esa percepción hace a la fantasía, al recuerdo, al sueiio.
Esta percepción se liga a representaciones, se pierde cada vez. Entonces
definiría la alucinación como: una percepción sin sujeto. Que una imagen,
que una voz, aparezca en lo real, es que aparezca en lo real de la percepción
(no perdida), y aquí hay que aclarar algo. Los psicóticos en el momento de esa
percepción son concientes. No es un sueño conciente. Tiene una conciencia
que nosotros no sabríamos soportar, pero son concientes.
Por lo tanto, si seguimos a Freud, en el capítulo 7 de "Lo inconsciente",
vamos a poder afirmar lo siguiente: la única transferencia posible en la
psicosis (esquizofrenia) es a estas palabras, a estos significantes sin sentido
"en lo real". Lo único que le permite alguna ligadura, y por eso digo que no
es la transferencia tal cual la "conocemos nosotros" , es una vicisitud muy
singular de transferencia. La única ligadura posible donde el psicótico sale de
99
~~ ·:-::--::~:_~-~

la catatonía, es la ligadura a estas presentaciones verbales. Por eso Freud dirá: ESQUIZOFRENIA ("Infantil")
"trata a las palabras como cosas", es decir, estas palabras presentan al uno,
r
pero no lo representan para una palabra, presentan a eso en cada palabra, una,
una, una, cada palabra que pronuncia. (lo)
yo odio
~ (lo)
yo amo
(a él)
""' ~-~--
(me)
elaJDa ~~)
~·
Por lo tanto como no hay allí diferencia, el sujeto no adviene falta y el ........
efecto de significado no se produce. Quien trate de hacer un significado, una no hay Marca no me nombra 1 la percepción
versión histórica de lo que dice un esquizofrénico, no hará más que la versión expulsión Afmnación no me ama aparece
de su propia historia. ausstossung sin expulsión el ama en lo real.
percepción el nombra
Por lo tanto, de este dicho esquizofrénico, podemos afrrmar que no se no ligada habla la lengua
tiene de la lógica del sentido. De todos modos, no es lo mismo repetir todas (perdida)
las palabras que se escuchan que algunas o ninguna. En este dicho donde percepciones
sin sujeto ~;~;~
a a a
podrían decirse todas y cada una habrá, con suerte, modos de anclaje. Estos (alucinaciones) 1 1 1\
modos son los neologismos, las cantinelas, la fijación de "una(s) palabra". ~concientes: "transferencia"
Cuando un psicótico dice sólo una frase está más restituido que cuando dice 11\
una y otra y otra sin parar. Esta frase será un modo de anclaje, una plomada [DO}lay-s 1
dirá Lacan, un modo de anclar(se). Entonces, para la esquizofrenia no hay S1,
Fin del !Mundo
no hay re-presentación, para la esquizofrenia no hay sujeto. 'V
Recordemos algunas discusiones machacantes. trata a las "exterior"
¿inconsciente? palabras como adentro
"El esquizofrénico está en el lenguaje pero no en el discurso". de la cabeza
no estnletu- cosas.
Para que pudiera estar en el discurso debería haber esos cuatro elementos rado como un No hay Sdo.
del discurso. Para el esquizofrénico sólo hay significantes sin sentido y una voz lenguaje del A en mí
que los pronuncia: S¡fa S¡fa S/a. cuando puede.
El psic6tico sólo hace "a su modo" lazo social con esas palabras que él
J
~
trata como cosas. Por lo tanto, el esquizofrénico o habla la lengua y la Modos de neologismo [ Fijación de.. están "en" el lenguaje
pero no en el discuno
anclaje una Presentacton
transferencia es a estas palabras o si no, está en el fin del mundo, en la catatonía, (restitución) :;>cantinela Verbal .!t.__
en una percepción sin sujeto que es ese universo alucinatorio e inmóvil. a

Estabilizaciones
Freud dice que hay una forma de paranoia donde en lugar del YO LO
AMO A EL, hay un YO LA AMO A ELLA. En lugar de ese amor a él, hay
un amor a ella. Aquí, YO es un ELLA. Ante la "carencia" de Nombre-del-
Padre, hay un significante de LA mujer.
Yo, "je", como un ella, puede venir a ser una suplencia, un nombre
que atemperará la irrupción del odio o de la percepción. YO LA AMO A ELLA
(Significante) (de) (La).

100 101

-·L
~
En el paranoico, cuando el delirio fracasa, las percepciones lo inundan
y welve a desaparecer en un embudo temporal ... y welta a empezar: hasta que
se canse. Luego será "la vejez" esquizofrénica. Será posible la transferencia
mientras se reconstituya la metáfora delirante. El sujeto pretende hacerse, "él
mismo", garante de un lenguaje. El YO LA AMO A ELLA, será una forma
"especial" de la paranoia, o bien aquella que nos indica que el empuje a la
mujer es un camino para que un analista pudiera entrever que tendrá algún
sentido persistir allí.
En la esquizofrenia, esa dispersión del "sujeto" en la lengua, ¿cómo
anudarla? Por un lado se suelta sola, y por otro lado los fenómenos imaginarios
(percepciones) del cuerpo, lo invaden desde ningún espacio. La escritura
(Joyce), ¿podrá ser la indicación de un camino (su acto)? ·
¿Podrá plantearse un empuje a la esa-itura literagráfica o pictográfica
que anude esa dispersión, que sea un modo de hacer frente a la disolución en
la imagen o en la lengua?. Un "ado gnifico" que hiciera una suplencia que
entramara la percepción a una hoja de papel, al trazar una "extrafta" firma sin
rasgo, en lugar de él.
Y en el autismo, ¿cómo perder ese objeto para descongelar la marca?,
¿qué estrategia transicional?
Ser humanitarios alivia nuestra conciencia moral y nos hace pelear contra
un estado "siempre cruel". Pero nos deja "a ciegas" en la arena de un desierto.
No se trata de no serlo, pero ser humanitario solamente es una forma de
retroceder frente a la psicosis. Se trata de ir mas allá de lo humanitario que cada
uno sea. La humanidad de un cirujano, le haría temblar el pulso en el mal
momento. Hay una frase de Lacan que dice: "el psicoanálisis debería aspirar
a ser una cirugía mayor".
Tampoco se trata de crueldad sino de un verdadero respeto por las
posibilidades de ese esquizofrénico, de ese autista. Respetarlo es no sólo
hacerle la comida sino poder situar verdaderamente las vicisitudes de "su"
transferencia. Respetarlo es no sólo divertirlo, porque a veces eso suele hacerle
perder un tiempo que él no tiene. Pretender tratarlo como a un igual es negarse
a interrogar sus dificultades y negarle la posibilidad de hacer algo con eso, lo
que pueda.
Abstenerse de las formas morales que nos es preciso sostener en el
mundo, nos impulsa a sostener una ética cuya eficacia en un punto tan dificil
es simplemente ésto: no pretender saber aquello que el otro quiere o dijo,
sino permitirle que en sus límites él se interrogue por ello.
102
l._
-.~
Conclusiones
No hay psicoanálisis de la psicosis.
No hay transferencia análitica en la psicosis.
Hay un psicoanalista con un pskótico.
Hay un psicoanalista que intenta~ comprender y operar con esos
restos extraños de trarwferencia, restos que no son más que los modos de
restitución de quien se ha caído del Otro, o bien quejamú se ha imai.pto
en él.
El analista habrá de saber para poder comenzar y no retroceder, que en
la paranoia será llamado a ocupar el lugar de quien garantiza el nombre del
Otro, en el delirio. El lugar de quien garantice ese nombrado PARA de la
metáfora delirante. Quien ha estado en ese lugar no lo olvida jamás. Es un amor
loco. Una demanda desmedida.
Ese amor loco no es mas que la interrogación (desesperada) por la
castración.
En una demanda de amor que se dirige sin rodeos el psicótico no lo ofrece,
pues él no es como todos nosotros. A veces es una presión insoportable, una
pasión sin límite ni piedad.
Pero además el lugar del analista es aquel desde el cual el paciente habrá
de "recibir" esa percepción que a veces le retorna en lo real. Esa voz, esa
mirada que les revelan que el odio les estaba destinado. Se anudará a su figura.
El analista se ha de "ver" convertido en perseguidor. Creo que allí se deseará
muchas veces no haber aceptado el riesgo. Porque uno "viene a ser la carne"
misma del paciente. Sentirá en la propia carne un odio también sin límites, que
podrá llevarlo a imaginar fantasmáticamente el "ser asesinado", expulsado. O
bien todo lo contrario. La peligrosidad es la inscripción social de esta
determinación real del odio.
¿A quién se interna? Al que es peligroso para los demás o para sí
mismo. No se trata de no asustarse. Yo no animaría a nadie a ser valiente en
esa situación. Realmente se los digo. La valentía no es más que un ideal
obsesivo.
Se trata de no intervenir desde el susto. Explicar no sirve para nada. Y
entonces ...
El hacerse explicar puede a veces transformar la carne del odio en
11norancia. No se trata de ser tonto ni de hacerse el tonto, sino de apoyarse
103
~
en aquello que el analista ha descubierto en su análisis, y es que hay una
ignorancia fundamental sobre el origen. Desde allí, esa ignorancia es su
lucidez desde el deseo del analista (que siendo origen no sabe sobre su origen),
él podría sostener ese semblante de ignorancia, ese hacer(se) explicar.
·i'··
En cambio, en la esquizofrenia el analista será llamado a ocupar el lugar
de una lengua de donde vendrán los significantes que el paciente pronuncia.
Intervenir será allí sostener los puntos de anclaje sobre los cuales el sujeto
pudiera sostenerse. ¿Para anudar(se) una escritura? Pero también el lugar
desde donde la alucinación provendrá en la pretensión de un espacio.
Alucinación muda, silenciosa, peligrosa, de un corte en lo real INMORAL.
En la melancolía, en cambio, el analista será el testigo unipotente de ese
delirio superyoico sobre el yo como objeto, cuando éste se ha convertido en
el objeto mismo. O bien, a veces, sólo será una mirada sobre un objeto que
se extingue sin deseo ni delirio.
En el autismo, su pretensión de ser la voz misma del Otro que venga a
sostener un significante, donde alguna ligadura pueda encontrar su ocasión,
habrá de alternarse con esos juegos desalmados de presencias y ausencias
"reales", a los cuales habrá de ofrecer la Máscara de su cuerpo.
Su intento será desprender del horror ese objeto, con el que el sujeto
"espaciará" el mundo. Con él, algún (en-(el)= cantamiento-(canto)-) pudiera
comenzar justo allí donde la belleza sea el acto mismo del verbo.
)f
;:.
104
FABIÁN EL NIÑO DE LA COMPUTADORA
HISTORIA DE LA CURA DE UN NIÑO AUTISTA DE 4 AÑOS
IIECTOR YANKELEVICH*
Me vino una imagen, una imagen de Buenos Aires, y la palabra que me
vino, que me sorprendió mucho, era una expresión muy porteña que cuando
yo llegué a esa ciudad a los 7 años no conocía. Saliendo de la escuela un día
un compañero me pregunta: "che, escuchame, ¿vos hacés renegar a tu madre?.
Yo nunca había escuchado la expresión "hacer renegar". Sorprendido le
respondí: ¡No!, por las dudas.
Y me quedé pensando un buen rato en esta expresión. ¿Cómo es posible
que una madre "reniegue" de un hijo?
Empiezo a pensar, a asociar, una madre puede abandonar a su hijo, eso
pasa todos los días por distintas razones, dejemos el por qué, el problema es
cómo una madre va a renegar de un hijo, eso es imposible. Entonces la pregunta
siguiente que me planteo es : ¿cómo es posible que la lengua mienta? ¿Es
posible que haya una expresión en la lengua que nos lleve por un camino falso?
¿Qué quiere decir esa expresión de la lengua? Una madre, que un hijo haga
renegar. "Renegar" en castellano es un tema muy fuerte, de allí la renegación
de San Pedro, .. yo no te conocí, no sé quién sos".
Yo me desdigo de lo que dije y desmiento aquello que dije.
¿Cuál es la estofa de la relación de la madre con el hijo?
No es solamente la relación de la madre con el hijo. Esa relación ya es
paterna. No hay ninguna otra posibilidad diferente a que la relación de la madre
con el hijo sea ya una relación paterna.
Esa marca del padre en el hijo es una marca que está cifrada, y es una
marca imposible de descifrar. Salvo, y en eso consiste el Saber de las madres,
que una madre tiene la posibilidad de saber que ella puede descifrar esa marca,
es decir, evaporarla, aniquilarla.
El temor perpetuo de todo hijo, de cualquiera, es un punto de temor al
Otro materno que está en la estructura y que no tiene nada que ver con la
* Conferencia en la Facultad de Psicologfa de la U. N. R., el dfa 10-8-92,
Incluida en este libro por la pertinencia de la temática desarrollada.
105
·~·
personalidad ni de las madres ni de los hijos, y es ese temor a que el Otro
materno pueda darle sentido a la marca paterna. Es decir, dar a entender "tu
padre es esto", "tu padre es lo otro", si la madre da a entender eso disuelve
esa terceridad que hay siempre entre ella y el hijo. Ni siquiera tiene que decirlo,
si lo da a entender, dando sentido a lo que es el padre.
En la Argentina, como país ítalo-español, hay otra figura de la madre:
la abnegación. Esta figura de abnegación no existe en Europa del norte, ni en
Francia, ni en Alemania. Ni aún en Francia, país católico, se da esta figura
mariana de la abnegación.
Me di cuenta de que tanto la "renegación" como la "abnegación" son
traducciones posibles de lo que es el mecanismo de la renegación en Freud.
Inel uyendo la negación para la "abnegación", "ab", uno se niega a sí mismo.
Esto fue lo que se me ocurrió cuando empezaba a escribir la historia de
Fabián. Fabián viene a verme con sus padres en enero del '90. Yo les voy a
relatar de manera más o menos precisa sesiones desde esa fecha hasta octubre/
noviembre. Les voy a contar aquellas sesiones en donde haya acóntecimientos
importantes.
En general yo recibo este tipo de niños una vez que la pediatría y la
neurología del hospital han dicho que no tienen más nada que hacer, como para
que los padres puedan venir a verme sin una ambivalencia en la demanda.
Fabián, lo cual no es común, lo sabemos, es bien parecido, rubio, de ojos
grises, tiene rasgos perfectamente normales, pero cuando se desplaza por el
consultorio no da ninguna señal en su cuerpo de que él se percate de mi
presencia. El sólo hecho de que los padres comiencen a hablar de ellos y de
él en esa primera entrevista, hace que comiencen a aparecer palabras aisladas.
Habla de la muñeca, o del muñeco. Después de esa primera entrevista el padre
me dice que,solo,puede agarrar las cosas de la cocina para poner la mesa. Es
importante entonces que él hable, que él pronuncie la palabra "muñeca",
"muñeco".
Comienza a dibujar en sesión. Comienza a dibujar formas fálicas, paradas
o acostadas. Lo importante es que tienen marcas adentro. Todas esas marcas
están vectorialmente orientadas, son semicírculos o casi círculos completos
donde hay puntos de apoyo, hay desarrollo del movimiento, terminación del
movimiento, hay una variación dinámica del movimiento de la mano y ,
adem~. está orientado. Fabián acaba de cumplir 4 años cuando viene. Cuando
estos niños son más chicos o más encerrados en el autismo, no hay movimiento
en los trazos, son líneas simplemente horizontales sin ninguna orientación. En
106
cuanto el tratamiento avanza comienza ya la virtualidad. La virtualidad, el
poder cerrar una forma en el dibujo, es siempre un efecto del tratamiento.
Dentro de esas figuras fálicas, el tipo de dinámica del rasgo muestra como
unas incisiones, hay algo en el grosor del dibujo, en la fmeza, que le da carácter
de incisión a la marca y parecen caracteres cuneiformes.
Hay redondeles que parecen lóbulos de oreja, porque dentro del redondel
que tiene algo abajo, hace las bolitas de la oreja.
Elige colores, en principio verdes y marrones. Otra forma que tiene
también de dibujar es dibujar como ampollas, figuras que tienen como una
especie de volumen por la diferencia del trazo.
Y en un momento dado: una figura que era horizontal, estaba llena de
redondeles adentro y se me ocurre hacer un cuarto de giro -vaya a saber por
qué se me ocurrió hacer un cuarto de giro- y era una cabeza totémica, estaban
los ojos, la nariz, la boca y las orejas. Ese tipo de forma totémica como las
esculturas de la isla de Pascua por ejemplo, ese tipo de dibujo alargado que es,
realmente, totémico.
Un mes después hay una señal en la madre que para mí da el comienzo
del tratamiento.
El primer mes es un mes de tanteos, yo no sé todavía bien qué pasa o qué
va a pasar.
Lo que yo le digo a los padres, cuando se trata de niños autistas, es que
somos tres: el hijo, ellos y yo. Les digo que yo solo no puedo, que no crean
que yo solo voy a poder hacer algo. Les digo directamente que algo ha pasado
de lo cual ellos no son culpables, pero que algo ha pasado y que tenemos que
saberlo y que necesito el concurso de ellos permanentemente.
Les digo que puedo lograr, en principio, que una actividad comience, esto
lo digo cuando evidentemente la actividad ha comenzado, cuando el chico
comienza a despertarse, pero que de ninguna manera puedo lograr una
modificación para que las cosas se normalicen.
Un mes después, entonces, la madre me dice algo que me dicen todas las
madres -cosa curiosa, ¿no?-, me dice: "tuve miedo de que se tire porla ventana,
Se subió al balcón, empezó a mirar para abajo, hacía signos al vacío".
Eso, sea con la ventana, o sea en mi consultorio en donde suben y hay
una baranda y miran al vacío por la escalera, para mi ha llegado a ser un signo
importantísimo de la primera constitución del objeto. Para mi los eh~
autistas, uno puede leerlo, constituyen como primer objeto libidinal el vado,
107

son ellos los que me han enseñado esto. Es a partir de ahí que algo empieza.
Fabián tiene un hermano mayor, un chico totalmente normal. Esto es una
característica en general de las familias con un niño autista, los otros hermanos
son normales, luego podrán ser neuróticos, es el destino normal de cada uno.
La madre me dice que el hermano mayor, el normal, cuando nació, comía
demasiado, escupía demasiado, lloraba demasiado y eso le sacaba todo su
tiempo. La madre no trabaja. Y dice que ella tenía miedo de tener un segundo
bebé que también le sacara todo su tienpo. Fabián no comía, no lloraba, no se
movía, estaba siempre contento con una sonrisa fija. Por lo tanto no le sacaba
el tiempo a la madre. Fabián sonríe, pero no es una sonrisa tonta, rio es beata.
En ciertos momentos tiene brío en la mierada, en el acero de esa mirada, que
nos dice que algo es posible.
La historia de la madre es una historia trágica, pero yo voy a saber detalles
de esa historia bastante tiempo después.
En general en mi experiencia con estos niños que no hablan y que no se
interesan del otro, comienzan a hablar cuando la madre en una sesión para ella,
sin el hijo, el chico puede estar con el padre en la sala de espera, o solo,
jugando, cuando la madre comienza a coantar el fantasma que precedió al
nacimiento del hijo, en la sesión siguiente, -adn cuando el nifto no vino porque
esa sesión se la dedicamos a la madre-, el niño comienza ·a hablar.
Y esto no es sólo en el caso de Fabián sino en todos los casos que han
ido bien, o que no han ido bien. En general en estos niños autistas no hay una
estructura patológica idéntica en las madres pero hay delirios puerperales
subclínicos, delirios puerperales de los que los médicos, los pediatras en la
maternidad no se han dado cuenta, y la familia tampoco. Solamente cuando
años después mefuentan qué pensaban de ellas, de la familia, del hijo, en la
maternidad, un poco antes, un poco después, surgen los temas delirantes. ,
La madre de Fabián tuvo que ocuparse de sus hermanos menores porque
la madre no podía. Luego de hablarme de ella, la madre puede empezar a
contarme que Fabián comienza a investigar su sexo, que se desnuda, que le
muestra su sexo.
Un mes y medio después, Fabián pronuncia la última sílaba de su nombre,
"ian", que es la primera de mi apellido en francés, y comienza a decir frases
sin sujeto, "de acuerdo", "entendí", "escupí". Decir frases no es hablarlas y,
menos adn, decir. Cuando dice esas frases no se dirige a nadie, no mira jamás
cuando las dice, cuando pronuncia esas frases. Las dice de costado y el sonido
de su voz es metálico. Es prácticamente el sonido de una computadora.
108
Comienza a ponerse de mañana crema de afeitar, espuma de afeitar, sobre
la cara. Se pone rouge de la madre en los labios y se besa en el espejo.
Cuando me cuentan esto yo digo: "Fabián es mamá que besa a Fabián".
Cuando Fabián escucha eso estaba frente al espejo, se da vuelta y me mira fijo,
y comienza a interesarse, hay un movimiento, hay un tono muscular indica el
analista que está escuchando, hay diferencias mínimas de vibración del cuerpo
que indican la escucha. Hasta ese momento no había tono muscualr que
indicara ningún tipo de atención. Y luego de mirarme largo y tendido, fijo en
los ojos empieza a decir "mamá". ¿Cómo han sido posibles sin embargo? ¿Qué
ha hecho posible que comience la fonetización y que comience el trabajo con
el espejo? Son las marcas en sesión. Las trazas vejatoriamenteorientadas del
dibujo en sesión. Ese comienzo de trazado es lo que sostiene la posibilidad de
aparición de la fonetización y del investimiento de la imagen especular. Es un
producto de lo que fue posible hacer porque hay el gesto y la marca del trazado.
Al mismo tiempo, lo que él hace es seguir la vectorización que se ha
producido en los padres. En los padres hay transferencia y eso ejerce efectos
\- en él.
/ Dos meses de tratamiento. Comienza a traer su osito a sesión, lo arrastra
por el brazo, lo deja, hace que se olvida y luego vuelve corriendo a buscarlo.
Toma dos jirafas e imita una conversación. ·
Lo que pasa de interesante en la casa, lo cuentan los padres, sobre todo
el padre, es que hasta ese momento cuando sonaba el teléfono él tomaba el tubo,
sin hablar, y escuchaba. A esa casa el único que llama por teléfono es el padre,
nadie más llama, es el padre que llama para ver cómo están, etc.; cuando la
madre, ahora, responde al teléfono, él no va más a buscar el tubo y levantarlo,
sino que cuando la madre levanta el tubo, él va y la golpea.
Cuando los padres me cuentan esto, comienza a construir torres, a apilar
ladrillos hasta que se caen, pero comienza a levantar hasta el máximo de altura
que puede para hacer una torre.
Comienzan los celos con la madre, quiere decir que está identificado a
ella, se pelea con la madre por el padre. Le hace gestos al padre, no le habla,
le hace gestos como que él va a hablar, y si la madre por casualidad llega, cierra
la boca y se va, se manda a mudar.
Fin del mes de marzo. Enciende la radio y escucha música clásica durante
todo el día. No es como cualquiera que puede escuchar un par de horas o un
rato, no, puede estar desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche
pegado a la radio y nadie lo saca.
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 De noche comienza una cosa muy clásica en estos niños: prenden las
luces, no duermen, quieren jugar toda la noche; ésto embroma mucho a los
padres pero es ésto de un clasicismo sorprendente. Es muy importante porque
es allí que va a comenzar la diferenciación entre el día y la noche, porque hasta
ese momento no la había.
Ahí puede decirle a la madre: "¡vos no comprendés nada!". Y sin
embargo, la madre no había dicho nada a lo cual esa frase fuese una respuesta.
Ni había pasado nada en la realidad para que eso fuera una indicación de que
había la madre, la realidad y él. Nunca saben cuál es el origen o a qué responden
las frases. Lo que falta es el embrague, sobre qué, a qué se arrima, sobre qué
se coordina la frase. O falta la anáfora, como concepto lingüístico, sobre qué
realidad, sobre qué situación se monta la predicación. No hay ninguna
indicación de ésto.
Cuando la madre habla con el padre por teléfono, se welve cada vez más
furioso, le pega, le tira objetos contundentes o se encierra en la pieza de los
padres mientras la conversación dura.
¿Qué están indicando estos celos? Están indicando que Fabián está
entrando en el tiempo de la frustración, en la pérdida del objeto imaginario.
. Si en otro tipo de análisis, con otro tipo de chico, yo me hu~iera alegrado
de esta manifestación de celos, acá no me entristezco pero tampoco me alegro,
porque Fabián encuentra la frustración sin haber encontrado la privación.
Comienza a dibujar sobre el pizarrón. Y dice: "Es muy pequefto,
demasiado pequeño", "no quiero eso". Con la salvedad de que en castellano
no pasa, no es aparente, no dice el "yo" que en francés es obligatorio.
"No sé contar". A la sesión siguiente, él dice en sesión: "no sé contar".
El padre me dice que comienzan crisis durante la semana, de tristeza, de
lágrimas, y que le dice al padre: "vos querés irte de aquí". El padre me dice:
"yo pensé que hablaba de sf mismo". Es de una gran inteligencia esa
observación del padre. Por primera vez en su vida se duerme sobre el regazo
de la madre y, en sesión, por primera vez se sube a la madre y juega a deslizarse
desde el regazo, cabeza para abajo, hacia el suelo, apareciendo entre las
piernas.
Final de mayo. Todo el comportamiento brusco, de gritos, de un día para
otro cesa. Da la mano. No hace escenas de celos ni de lloros. Por primera vez
da muestras de tener miedo de que se lo deje solo en la casa. Hasta ese momento
le importaba un rábano que lo dejaran solo, y que después volvieran, no había
sensación de tiempo. Y da muestras de dolor de manera fuerte. Los padres se
110
alarman, por supuesto, dicen: "¿qué le hicimos?, no hicimos nada", "¿por qué
tanto dolor?". Y yo les digo que es muy bueno que haya dolor por nada.
Comienza a hacer ruidos con los cochecitos en sesión, ruidos de la
policía, de. la ambulancia, de las sirenas, de los bomberos. Dibuja sobre el
espejo que tengo en el consultorio. Dibuja tres redondeles y hace un redondel
sobre los tres redondeles y hace un conjunto. Dibuja en sesión una cabeza de
hombre. Los padre de nuevo preocupados: llora y no saben por qué. Y yo le
digo siempre, a todo padre, está muy bien. Vamos por buen camino.
Se despierta de noche y va a la pieza de los padres a ver si están los padres
en el dormitorio. Llegan las vacaciones. Lo veo un mes y medio después.
Hacia octubre comienza el período que yo llamo de los grandes frescos.
Ya no le basta dibujar sobre una hoja de oficio, sino que toma cuatro o seis,
las pone en el suelo y dibuja en el suelo. Y comienzan a pasar cosas
absolutamente extraordinarias, que nunca en mi experiencia me han pasado.
Dibuja, por ejemplo, una zeta que ocupa toda una página, y aliado dibuja una
zeta muy chiquitita, mínima. Esto tiene varios planos. El primero, o el último:
seguramente ha visto la serie de "El Zorro", ya que hace el gesto, la firma de
"El Zorro" cuando se va. Otro chico me hubiera manifestado e otra manera
que ve la pelfcula por tv. El toma la letra. Eso ya es de una importancia
·fundamental. No le pidió al padre por signos, por señas, que le comprara una
capa en un supermercado de juguetes para niños, cosa que con otros chicos me
ha pasado. El identifica la letra, se identifica a la letra, y lo que me trae es la
letra. Pero esto no es suficiente y hace otras cosas aparentemente enigmáticas:
una zeta enorme y una zeta chiquita. El me está mostrando teóricamente que
él ha comprendido, sin poder decirlo, que hay identidad de lo idéntico y de lo
diferente. Dos zetas de diferente tamaño son diferentes, pero son la misma zeta.
Tiene cuatro años y diez meses. El me está mostrando, está ensayando, está
descubriendo,· que hay identidad de la letra y que hay diferencia. Es decir que
ha descubierto y ha teorizado, ahí, mostrándomelo, la identidad entre la traza
y el rasgo. Los rasgos varían, los significantes varían, la letra es idéntica. Me
muestra que hay identidad en la diferencia.
A la sesión siguiente los padres me cuentan que maltrata a la televisión,
que la prende de un golpe de puño, que la apaga de un golpe, que la traslada
a una velocidad y con una fuerza tal que la va a terminar tirando. Le pega
puñetazos. Me dicen que la primera vez que se dan cuenta de esto había por
televisión un oso que amenazaba a un bebé; él pegó un alarido y es la primera
vez que da muestras de interesarse con lo que pasa en la televisión.
lll
..,..,.,
Su reacción muestra que él ha tomado la imagen como imagen real -el
maltrato que le hace, y el oso es su objeto. Ese televisor, y la imagen del oso
amenazando al bebé, hacen aparecer por primera vez la alucinación primaria.
Lo que él hace inmediatamente es comenzar a escribir sobre el espejo para
intentar barrar esa imagen que se ha vuelto peligrosa.
En sesión, luego que los padres me cuentan eso, toma varias páginas de
papel y hace un gran rectángulo, enorme, y dos marquitas, una perpendicular
al gran rectángulo y otra perpendicular a una de las marquitas, paralela. Y yo,
como un tonto, digo: cerró un espacio, algo se constituye allí como casa, con
una especie de colita fálica, y como si me escuchara oigo que dice entre dientes:
"seis", miro de nuevo y me doy cuenta que proyectivamente ha transformado
la panza del6 en rectángulo, y el resto del6 lo ha transformado en dos líneas
geométricas perpendiculares la una a la otra. Es decir que ha hecho una
transformación topológica, perfectamente reglada aunque no está en proyectiva.
Como si eso fuera poco dice: "seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno". Es decir,
la serie de los números naturales, con lo cual él me está enseñando que lo
Imaginario no es solamente identificación especular, sino la constitución de
relaciones de simetría y simetría invertida, y en eso está explorando.
El me está mostrando que está en un espacio proyectivo y en un espacio
topológico. Tuve que alcanzar en qué topología está él trabajando para no
quedarme afuera. En ese gran rectángulo, ¿qué va a hacer? Por supuesto, va
a escribir las sfiabas de los canales de televisión franceses, A1, FR3, ese marco
que él ha dibujado es el marco del televisor, es lo que encuadra la alucinación.
Y es en ese momento en que comienza a hacer figuras humanas enteras,
nunca las había hecho. Dibuja la cabeza, el cuerpo, las piernas, los ojos, los
brazos, la boca, son representaciones totales del cuerpo.
El padre me cuenta que en la casa pregunta de una pieza a la otra: "¿qué
comemos hoy?". Es un domingo, y Fabián responde: "ella hace pastas".
Un tiempo después, el padre me cuenta que, de nuevo, de noche se pone
muy dificil, no quiere acostarse, tarda horas en ir a acostarse, protesta, se
pelea, no duerme, no quiere que le apaguen la luz, esto genera una situación
muy dificil porque el padre es un empleado jerárquico que tiene que levantarse
muy temprano. Cuando los padres se fueron a dormir, va al salón, prende el
televisor y la luz. Entonces yo le explico al padre que Fabián no hace eso para
embromarlos, ni para hincharlos con una intención agresiva, sino que la
decisión de abandonarse al suefio es angustiante, y que él reclama la presencia
de los padres para no saber que se está durmiendo porque esa sensación es
112
JUAN ALBERTO LITMANOYICII
insoportable. Le digo: tenga por seguro qu~ no es para embromarlos.
Mientras yo le decfa esto al padre, él estaba de un lado del escritorio, yo
estaba del otro y Fabidn jugaba en el medio, pero alejado, con la plastiliaa.
Cuando yo termino esta explicación al padre, dicha de esta manera,
Fabim se acerca, abre la mano, le encaja un sopapo al padre con toda la fuerza
del brazo. Nunca había pasado una cosa así. Le digo a Fabim que el padre no
podía saber lo que yo sabía, pero si yo lo sabfa era porque él me lo habfa
permitido saber, y que el padre no podía saber eso, que por eso me vienen a
ver. Se acercó al padre y se quedó cerca de él.
A partir de ese momento Fabián comienza a trabajar sobre la computadora
del padre. Comienza a escribir letras, luego palabras, le agota todos los juegos
al hermano mayor y comienza a pedir cada vez juegos más complicados. Hasta
que el padre me dice que Fabián sabe jugar mejor que él con los juegos de la
computadora. Y por supuesto, como con la música clásica, es capaz de estar
todo el día.
Volvamos a la historia de la madre.
Yo le había pedido que ella tuviera una sesión para ella, o antes de una
sesión de Fabián, o dividir la misma sesión. Durante un tiempo largo pudo
hacerlo, luego dejó. No ve más a sus padres desde hace mucho tiempo, no les
habla, sus padres están separados. Ella había sido enviada a un internado
cuando era chica y volvía a la casa sólo a ocuparse de los hermanos menores.
En una de las ocasiones en que el padre le pega a la madre, un hermano mayor
de ella agarra un cuchillo y se lo clava al padre en la espalda. El padre cae.
Hasta que llegan la policía y los médicos, ella le saca el cuchillo de la espalda
al padre. El se salva ya que el cuchillo se había deslizado sobre el omóplato,
y los médicos tienen el buen tino de decirle que es el gesto de deslizar el cuchillo
para sacárselo lo que lo podría haber matado. Esto, los médicos no se privaron
de decirlo. Y ella me dice que supo en ese momento que no habría más
remisión, en su vida, para su culpa. Cuando alguien que practica el catolicismo
a ultranza, dice que no hay remisión, hay que escucharlo con todo el peso que
tiene esa palabra: que no hay remisión. Es decir que, nada puede· permitirle
a ella salir, pagar esa culpa.
Ella se considera a sí misma como alguien inútil en la vida, sin ninguna
importancia. Cuando nace su primer hijo, ella está muy preocupada por la
muerte posible del bebé. Cuando está embarazada de Fabián, el hermano del
padre se casa, y es así que el padre tiene que salir de testigo y ausentarse durante
24 horas. Ella estaba cerca del parto pero no en período de parto. Pero la noche
113
~'
en que el padre no ~ ella da a luz. Ese día era el aniversario de la muerte
del hermano que había apuñalado al padre, muerto en una crisis epiléptica.
Cuando Fabián nace, ella lo mira y se dice: "cuanto más pronto muera, mejor,
de todas maneras, ¡para lo que tiene que soportar en la vida!" Lo mira, y lo
mira mirarla a su vez. Ustedes saben que los bebés no tienen mirada en el
momento de su nacimiento. Ella piensa que al mirarla él, ella descubre en esa
mirada que él sabe todo. Ella dice: "El sabe todo". Yo le pregunto: "¿De
qué?". Ella me dice: "De mí".
Me dice: "Somos iguales él y yo. El no habla porque no quiere que sepan
c6mo está hecho, de qué esta hecho. Yo tampoco quiero que nadie sepa como
estoy yo hecha".
Esta frase, "él sabe todo", es muy importante, ya que es la clave de la
posición estructural del futuro autista. Esta frase es la clave.
¿De quién, una mujer y cada uno, ha pensado que lo sabe todo? Del padre.
No hay ninguna posibilidad de que un sujeto hablante no haya pensado alguna
vez del padre que lo sabe todo.
Esta mujer no veía al padre, lo odiaba, más que odiarlo consideraba que
el padre y ella no tenían nada que ver en la vida, y que no habían tenido nunca
nada que ver. Cuando esta mujer dice de su hijo "él sabe todo", esto no es
solamente. una frase delirante. Lo es, por supuesto, y es muy importante darse
cuenta de esta productividad delirante, pero más allá, o más acá, de la atención
clínica al delirio puerperal, esta frase da la clave de la estructura.
esta frase da la clave de la estructura porque nos permite pensar que el
autista no es como todo niño que va a estructurarse más o menos normalmente,
aún el psic6tico. No es unacausadedeseodelamadre, no es un objeto investido
libidinalmente por la madre, no es objeto de deseo sino que es causa de goce.
Ese objeto que no es un objeto deseado, es un objeto que con su sola
presencia arrasa todo lo que hay en su camino. Cuando la causa de goce se hace
aparente, se muestra, es el arrasamiento de todo lo que existe, de ahí la
aparición del delirio puerperal.
Es una manifestación divina la causa de goce, solamente se puede
emparentar con la aparición de la zarza ardiente. Es algo que por su sola
presencia aniquila. El estupor, el delirio estuporoso en el que la madre está,
es frente a eso, es una manifestación desnudada del significante paterno.
Para defenderse de ese retorno, que no es un retorno de lo reprimido, la
única posibilidad es esa renegación, y al mismo tiempo esa renegación está
mostrando que hay algo en la relación con el padre, de entrada ya marcada en
114
la estructura, que no tenía que ver solamente con la represión.
Una madre no puede investir a un hijo que sea una tal cantidad de goce,
¿cómo lo haría?, produce distancia; es infmitamente mucho más (poniendo un
ejemplo caricatura}) que el temor que a un hombre le puede producir una mujer
muy bella. Una mujer muy bella puede inhibir a cualquier hombre, porque esa
belleza está encerrando tanto goce allí, que puede haber un momento de recular
de todo hombre ante esa belleza. Hay algo que excede la capacidad de un
hombre de marcarla, de desearla. La belleza femenina puede ser inhibitoria del
deseo. La experiencia de una madre con un niño que está puesto en esa
posición, más que inhibitoria del deseo, su respuesta es el delirio. Es la única
posibilidad de defenderse de lo que le viene de ese objeto.
~o había dich~_que el!...f..~l~ no ha~ p~ivación. Es el problema
fundamentill. Yo decía que puede pronunciar frases, pero no habla ni dice. Y
aunque por momentos parece que habla, no dice. ¿Cuál es la diferencia entre
hablar y decir? El decir es una indicación en el hablar. Hablar se puede hablar,
pero cuando se dice se está indicando una referencia, se le está hablando al Otro
de algo. Hay una doble indicación en el decir. Y decir viene, en castellano,
de indicar. "Digo" es lo mismo que" indico". No hay decir sin indicación, está
la función de señalar, de enseñar algo. El decir, más que indicar tal objeto o
tal otro, la mesa o la luz, el decir es la creación de un lugar que se va a constituir
en el agujero que permite que haya el movimiento del lenguaje en torno de ese
agujero. Eso es un decir: la creación de la referencia.
Fabián conoce los nombres de los objetos. Cuando los dice no los pide
y cuando los pide no los dice. Pide señalando, pide indicando, pero se rehúsa
aunque lo maten a decir el nombre de lo que quiere, y que lo sabe es evidente
porque lo dice cuando juega solo. El mantiene separada la palabra de la
indicación, la cual constituye la demanda, sin eso no hay demanda. Demandar
es depender del Otro. Demandar es constituir al Otro, en el lugar del Otro. Sin
demanda no hay constitución del Otro en el lugar del Otro.
La demanda en Fabián es una demanda rechazada. Hay un rechazo de la
demanda. Y él se mantiene ahí, en ese rechazo. Hay sonidos por un lado, hay
palabras que él conoce por el otro, pero no va a juntar nunca el gesto y la
palabra.
Al mismo tiempo yo lo miro en sesión, yo lo miro mirarla a la madre,
y puede mirar a la madre con arrobamiento, con deleitación, como un creyente
que mira a la Virgen, es muy impresionante ver el amor con que mira a la
madre, es un amor estático, un amor detenido en la mirada, no que el cuerpo
115
no esté allí, él todo está suspendido y pendiente en esa mirada que se dirige
a la madre, es una mirada de contemplación mística. Es como si Fabián sabe
que el Otro goce está fuera del lenguaje.
Es como si dijera que con las palabras uno juega, que no tiene ninguna
importancia que las palabras sirvan para constituir la realidad o para pedir, él
se da placer a sí mismo pronunciando, hay un goce en la pronunciación, pero
no hay Otro.
Podemos decir que Fabián pronuncia frases sensatas, pronunciar es una
experiencia clave del análisis. Cuántas veces los pacientes pronuncian frases
sensatas pero no las significan, no saben lo que están diciendo, la significación
no les vuelve en lo que dicen, entonces digo que Fabián pronuncia frases
sensatas pero sin contexto.
Desde el comienzo del tratamiento, él se había apoderado del llavero del
padre. El padre tenía un Citroen; ustedes saben que el signo del Citroen son
dos "V", una encima de la otra. Nunca dejó ellogo del Citroen. Siempre lo
tuvo o en la mano o en el bolsillo. Y esto es una cosa muy importante, porque
a falta de traza de identificación primaria le reconstituye el lugarteniente, el
objeto sustituto de esa falta de trazo, este símbolo, del padre. Símbolo de la
movilidad del padre, ya que con el auto se va de la casa, vuelve; pero no el
auto en tanto que tal, sino el símbolo de la marca.
Esto da la pauta de la importancia de lo que es gráfico en la fundación
del inconsciente, allí donde el inconsciente no llega a constituirse. E1
inconsciente originario está cerrado por grafemas, de allí la importancia del
dibujo en el niño. No el dibujo representativo, dibujar la casa, los árboles, lo
que hacen los chicos normales, neuróticos, sino todo lo que sea trazado.
En el trazado el chico está tratando de hacer lo que no hizo en su momento,
esa es la importancia fundamental del grafema. Es directamente el lugar de la
formación del Nombre del Padre. Cuando no ha habido primera traza de
identificación, es lo que posibilita que a partir de ahí algo se construya, aunque
no haya pruebas de que la primera identificación se ha constituido.
Pero el hecho de que él dibujara un marco a mí me llenó de sorpresa, por
supuesto que en Lacan hay mucho escrito sobre el marco, el marco del
fantasma, pero todo lo que ha escrito Lacan no me solucionaba a mí el c6mo
un nifto de cuatro años y medio encuadra todo lo que va a hacer en un marco.
¿Qué es lo que hace? ¿Qué significa un marco dibujado?
Durante meses yo me planteaba la pregunta. En un momento dado tengo
una asociación, un recuerdo. Me preguntaba cuándo y por qué aparece el
116
encuadramiento, el marco, en la pintura occidental. Siempre hay que ir a la
práctica humana para resolver la constitución del aparato psíquico, porque son
homólogos. Y me llega a la memoria una página de Proust, de "En busca del
tiempo perdido", donde contando largamente una visita a Venecia habla de los
frescos de Giotto en Padova. Me acuerdo de una frase de Malraux donde habla
del Giotto como muy poca gente habló del Giotto. Tomo el coche y me voy
a Padova a ver esa capilla. Efectivamente es la primera vez en la historia de
la pintura en que el marco tiene una función. Aparece la perspectiva, y la
historia sagrada que el Giotto cuenta en esa capilla, aparte de ser de una belleza
extraordinaria, tiene una construcción que no tenía hasta ese momento la
pintura del Treccento.
Y empiezo a leer Panovsky, que es el historiador más Jmportante de la
pintura de este siglo, probablemente uno de los más grandes teóricos de toda
la historia. Y dice justamente sobre Giotto, al hablar de este período de la
historia, que dibujar un cuadro es reconocer un punto de fuga, punto de fuga
matemáticamente se dice punto al infmito.Panovsky continúa: dibujar un
cuadro significa el reconocimiento de un espacio vacío infinito, y no más. El
se está refiriendo a la historia de las concepciones del espacio, un topos
aristotélico en el que cada cosa tiene su lugar.
· Lo cual implica que Fabián dibujando este cuadro ha llegado a la
condición de la formación del sujeto del inconsciente.
El punto al infinito es matemáticamente aquello que permite hablar de
sujeto, porque el sujeto se escribe en el lugar del Otro pero se significa afuera;
ese afuera es el punto de fuga, el punto al infinito. Otra cosa que me extrañaba
era c6mo Fabián empezó a hablar de golpe. Eso quizás sea una de las claves
de la carencia que sigue existiendo en Fabián. Fabián no jugó con la voz, como
hacen todos los bebés que imitan la voz del padre, la voz de la madre y en el
espacio comprendido entre esas dos voces empiezan a encontrar la suya propia.
Cuando los bebés crean sonidos, se habla del período glosolálico del
bebé, no es simplemente que están encontrando sonidos en las cuerdas vocales,
es un período creador. Sin ese período creador hay algo que no va a funcionar.
Sin esa glosolalia no va a haber palabra, o va a haber difícilmente palabra.
Estamos ahí en el punto del misterio del cuerpo que habla. ¿Qué es lo que
permite que haya ese encuentro entre el cuerpo y el lenguaje? Hay un mito que
todos ustedes conocen. Es el mito vehiculizado en el Nuevo Testamento del
milagro de Pentecostés, cuando los apóstoles, luego de la muerte terrena de
Cristo, van a Jerusalén para comenzar la conversión. Jerusalén era el lugar de
117

encuentro de todas las razas, de todos los pueblos. Y por milagro empiezan
a aparecer lenguas de fuego en el cielo y ellos empiezan a hablar ellos todas
las lenguas.
Eso que está vehiculizado en el mito, que la religión transmite, tiene algo
más que lo que se transmite en episodios psic6ticos. Digamos que hay toda una
historiografía psiquiátrica importante de eso. Pero ese milagro de Pentecostés
en que alguien empieza a hablar una lengua, pasa todos los días cuando el bebé
deja de ser bebé y empieza a hablar. En el milagro de Pentecostés está
elaborado de manera mítica o religiosa eso que , en la tradición cristiana, se
llamaba "hablar en lenguas", en las lenguas de los que no eran creyentes. Es
decir que la creencia, nos está diciendo el Testamento, permite hablar. Como
psicoanalista tengo que suscribir totalmente lo que está diciendo ahíla religión,
lo que dice el texto religioso.
La pregunta que yo me hago en ese punto es la siguiente: ¿qué es lo que
está escrito en la palabra antes de toda escritura? Porque para poder hablar,
antes que haya palabra, hay escritura, hay una superficie de trazos. Sin ese
trazado originario no hay palabra, no hay incorporación del lenguaje.
Esto es homólogo a lo que los lingüistas llaman la estructura asemántica
de la lengua. Toda lengua tiene estructura que no es semántica. Sin que hubiera
escrito en la emisión sonora articulada, no habría emisión sonora articulada,
habría emisión sonora que no sería articulada. Articulación implica estructura.
¿Qué es la escritura de la palabra, ll\ estructura asemántica de la lengua'?
Los rasgos distintivos, lo que diferencia una consonante de otra, no es el
significado solamente, sino un rasgo distintivo: la "g" de gato, la "k", la
posición fonatoria de las cuerdas vocales es la misma, solamente que en la "g"
las cuerdas vocales vibran, en la "k" no vibran.
En la diferencia entre la "g" y la "k" que dan significados distintos a las
palabras está dado en aprender eso que no tiene en sí mismo sentido. Los rasgos
prosódicos son sin sentido, son asemánticos, los acentos de la lengua son una
estructura que no tiene sentido, los acentos en las palabras y los acentos en las
frases. Cada idioma tiene un acento de frase, aparte de que haya acentos en las
palabras. La gente distingue alguien que habla muy bien una lengua, pero que
sin embargo no es su lengua materna, por el acento de las frases. En alemán
va el acento en el medio de la frase de una manera muy precisa, en inglés va
en las frases semánticamente importantes y jamás en las semánticamente menos
importantes. Están los rasgos de entonación. La entonación son las diferencias
de tono y semitono que diferencian el interrogativo del imperativo, del
118
"
indicativo. Esas son diferencias musicales de tono, en sí mismas son musicales,
pero dentro de una lengua son la base, el soporte de esa lengua. Forman parte
de la lengua, y si cambiamos de lengua ya no tienen la misma función. No
tienen la misma función en las lenguas occidentales que en las lenguas
orientales.
Los tipos de silencio que hay en la frase son una estructura sin sentido •
que permite que haya sentido.
Sin todo esto el sonido sería un continuo, sería un objeto físico. Todo niño
aprende, me corrijo, incorpora la palabra. Yo digo "aprende" pero está mal
dicho. Nadie aprende a hablar, la palabra es un don de amor y por eso se
incorpora como objeto.
Un niño habla, incorpora la lengua, porque él percibe desde su goce que
lo más gozoso que intercambian sus padres entre sí y con él, pasa por el
lenguaje. Es simplemente por eso que se habla. Si un niño no percibe que haya
goce en el intercambio lingüístico entre los padres y con él, ¿por qué va a
incorporar el lenguaje'? Es a partir del goce que eso va a ser ingresado.
Lo que es muy interesante es lo siguiente. Ustedes saben perfectamente
qué es la metáfora paterna. Culmina en Lacan con un materna, una escritura
que es . En general se lo llama significado, o significación al sujeto. ¿Cuál
es entonces la significación con la que se termina la metáfora paterna? La
significación fálica. De acuerdo. ¿Y cuál es esa significación fálica'? Para que
podamos entender qué es, en principio, digamos que es no-sentido. Es "not
sens" en inglés. No es una cosa sin sentido, es no-sentido. Ese producto de
la metáfora paterna como "not sensicat" es la posibilidad para que el niño
incorpore la estructura asemántica de la lengua.
Sin eso, lo que el niño va a hacer es defenderse del sentido todo el tiempo
porque-.el-sentido es .destructivo. Es ese no-sentido que permite que haya
fonación de las fraseS. Los11iños, al aprender a hablar, lo hacen gracias al juego
de palabras. Todos los niños hacen juegos de palabras y onomatopeyas, y
confunden, por supuesto, y gracias a esa confusión hablan. Confunden las
palabras por las rimas.
La onomatopeya fue una teoría romántica del origen del lenguaje. Hoy
sabemos que no se puede hacer una teoría del origen del lenguaje. Pero
estaremos salvados al creer que los románticos pusieron el dedo sobre algo
importante en la onomatopeya.
Onomatopeya no quiere decir hacer rimas, solamente. Eso es un sentido
degradado. Onomatopeya es en castellano la hispanización de dos palabras
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 'F
griegas: onomatopoiesis, producción de nombres.
Si el bebé deviniendo niño comienza a hacer onomatopeyas, eso no quiere
decir que ese sea el origen .del lenguaje como origen de las palabras, pero sí
es el origen de los nombres. Y todos lOs nombres se reducen a un nombre. La
actividad de juego onomatopéyico del niño es la creación del Nombre del
Padre.
Lacan lo dice, lo dice a su manera. ¿Cómo lo dice Lacan? Porque hay que
encontrarlo. El dice, ejemplo de metáfora en Escritos: perro hace miau, gato
hace guau. Está todo dicho. Está diciendo que la metáfora es productora de no-
sentido y la significación surge de la metáfora y de los significantes que la
producen, justamente sobre ese horizonte del no-sentido, a partir del cual
puede haber metáfora, puede seguir habiendo metáfora y puede haber
metonimia. Es esta la marca que el bebé, que ya es un sujeto, hace sobre el
objeto.
Esta actividad onomatopéyica de creación es lo que permite vislumbrar
qué es lo que Lacan llama la forclusión del sentido. Sin esta forclusión del
sentido el cuerpo no puede convertirse en el lugar de inscripción del gran Otro.
Esta actividad insensata, not sensical, no sensata, del juego de sonidos,
es la base sobre la cual se construye este Nombre del Padre y se construye el
inconsciente como conjunto de trazas. Hay un sentido que queda, no todo el
sentido se forcluye. Esta forclusión no tiene nada que ver con la forclusión del
Nombre del Padre, ésta es la original. La del Nombre del Padre va a venir
después, probablemente como intento chingado de terminar esa primera que
no se pudo hacer. Con lo cual para trabajar la distinción entre autismo y
psicosis hay que trabajar las relaciones entre estas dos forclusiones y no
simplemente la que se da en el momento del Edipo.
Más aún, si hay que señalar estructuralmente el lugar del repudio o de
la renegación, no de la fabricación de la perversión, sino el lugar en la
estructura en general, hay que ubicar esta renegación separando lo que queda
de sentido que no ha podido ser puesto afuera, agujereado.
Esta traza primera permite la intrincación pulsional. Es algo que uno se
pregunta, ¿cómo están intrincadas las pulsiones?, ¿qué es ésto de lo que Freud
hablaba tanto, la intrincación de las pulsiones?
Yo les daría un ejemplo de intrincación entre la pulsión invocante que es
la que sostiene la palabra por el hecho de existir como pulsión y la pulsión
escópica. Lo diría así: que la voz, la voz a ti debida, se sostiene por una marca
visual. Esa marca visual sobre la cual la voz se sostiene la hace, a la voz,
120
h..
legible. El campo de la mirada está encuadrado por la voz y es, porque se puede
buscar con los ojos una voz, que uno puede ser llamado por una mirada.
Freud trabajó mucho tiempo la cuestión de la fundación del afuera. Por
ejemplo, en "Los dos principios del funcionamiento psíquico", Freud habla
mucho de la insatisfacción, cómo la insatisfacción es fundamento de la
aparición, de la constitución, de la estructura. Sin insatisfacción no hay
estructura.
Con esto está respondiendo al problema del autismo tambilén. Porque si
en el autismo no hay expulsión de ese goce que está en el cuerpo, ¡por qué va
a haber otra cosa?
Freud dice: la satisfacción tiene que faltar. Falta constituyente. Acá Freud
está hablando de la constitución de lo real y está hablando de la constitución
del agujero de lo real. Freud dice en alemán una palabra que se traduce
comúnmente como falta, pero que construida como la construye Freud, si se
la lee a la letra, se puede traducir sin problema "queda afuera". En lugar de
leer la satisfacción falta, se puede leer la satisfacción queda afuera, se la va a
buscar afuera. Es decir que esa insatisfacción es lo que permite la fundación
del afuera, la fundación del horizonte, y el objeto que se busca va a quedar
detrás del horizonte, es decir, inencontrable, pero vectorizando al sujeto. Esto
es el verdadero agujero. A esto Freud lo llamaba de varias maneras. Hay varios
nombres freudianos de lo Real, pero de lo Real agujereado, porque si no es
agujereado el funcionamiento de lo Real, va a ser cataclísmico.
Por ejemplo, yo me preguntaba por qué algunas encefalopatías ligeras en
los bebés, donde no hay ninguna comprobación, en la medida en que se han
dado los antibióticos enseguida, de que eso haya podido destruir neuronas,
¿por qué van a quedar marcados para siempre? Este período de la enfermedad
se pierde para el atravesamiento de lo Real en lo Simbólico. Y una ve:z. que eso
no se produce, ya no se produce más.
Pequeñas enfermedades, aún sin llegar a encefalopatías, pueden impedir
que haya agujereamiento de ese Real. Si lo Real no está agujereado por lo
simbólico, si no está anudado por lo simbólico de entrada, va a tener un
funcionamiento cataclísmico, que ya no está más ordenado en la estructura.
Ese quedar afuera de la satisfacción es isomorfo de lo que Freud llamaba
la urgencia de la vida. La urgencia de la vida es lo que hace que el beb6 se
despierte llorando porque la alucinación no basta para la satisfacción. Esa
urgencia de la vida es un nombre freudiano para lo Real del agujero, porque
la alucinación por sí misma satisface suficientemente como para que se pueda
J2J
"r-
morir alucinando. El hecho de que el bebé se despierte, llorando, implica que
hay demanda al Otro antes de la palabra. El sólo hecho de que el bebé elija,
-pueda-, llorar en lugar de morir alucinando, es la estructura originaria de la
demanda. Gracias a eso va a hablar, pero si no ha llorado y simplemente ha
aceptado las comidas cada 4 o 3 horas, y nunca las ha pedido, va a haber
complicaciones.
En Fabián se produce, gracias al tratamiento, la alucinación primaria que
aparece desde lo Real en la televisión.
El problema es que el pensamiento queda muchas veces iigado a esa
capacidad fascinante, alucinatoria, creativa, entonces, ~qué hacen muchos
chicos?, no Fabián, pero otros chicos, ~qué hacen? Empiezan a nombrar mal
los objetos. ¡Cuántos chicos vienen a terapia porque hablan mal! Pero uno
puede hacer una prueba muy sencilla: uno nombra el objeto mal como el chico
y él le dice a usted que no. Es decir que no es que escuchen mal o que
pronuncien mal porque no pueden pronunciar bien. Eso quiere decir que esa
palabra mal pronunciada no es un defecto de aprendizaje, sino que quiere decir
que la capacidad alucinatoria está ahí trabajando en una creación delirante de
nombres propios a las cosas y que hay una satisfacción libidinal de tipo
delirante en esa creación de nombres, que tiene la misma estructura que el
fenómeno elemental, luego, ·en la psicosis. Lo que permite que haya
inconsciente es que los procesos primarios del principio del placer estén en
relación contradictoria, antinómica. En general la defmición que se da siempre
-por lo menos en Argentina y en Francia- del inconsciente, es que el principio
del placer es el modo de funcionamiento de los procesos primarios. Falso.
Freud nunca dijo eso. Los procesos primarios tienden hacia el goce, el
principio de placer es el que lo retiene. El inconsciente es posible porque hay
un espacio en esa antinomia entre el proceso primario que busca el goce y el
principio de placer que lo retiene. Es porque ese funcionamiento es doble y
contradictorio, y no tiene resolución esa contradicción, que en ese espacio
antinómico va a haber lugar para las trazas.
Pero, ¿por qué les digo esto? Porque tiene que haber una actividad que
tienda hacia el goce, pero en el chico autista no hay ese funcionamiento que
va a tender hacia el goce, por lo tanto no pulsionaliza el goce, o va a
pulsionalizar sobre una superficie dada pero va a quedar otra superficie que
no va a tener pulsionalidad.
Cuando Freud decía: ~cuál es la fmalidad de los procesos primarios?. La
identidad de percepción, afirmaba. Pero si uno lee a Freud como tiene que
122
leerlo, la identidad de percepción es imposible. Si la identidad de percepción
fuera posible... ~cómo es posible la identidad de percepción cuando un chico
crea un nombre a la cosa pronunciando mal, si es él el que crea a la cosa en
el nombre?
Otro de los nombres de lo Real en Freud es el sueño y el despertar. El
despertar es lo que indica que se puede soñar. No poder dormir, que no haya
diferencia entre el sueño y la vigilia, está marcando la falta de ese agujero.
Ustedes habrán notado que los chicos autistas cuando se vuelven adultos
no son psic6ticos como los otros, pero tienen un dismorfismo muy particular.
No en Fabián, porque el padre tiene una capacidad de simbolización
extraordinaria, pero en general en los niños autistas si uno observa a los padres,
cada rasgo dismórfico del chico es una acentuación exagerada de pequeños
rasgos de los padres. Cosa que me ha llevado a pensar que los autistas
funcionan como anamorfosis reales de los padres, como espejos deformantes,
antes del estadio del espejo. Ustedes saben que no se necesita que haya espejo
para que se dé el corte, pues en la medida en que hay mielinización, funciona
como espejo. En ellos, de entrada, en la medida en que la metáfora paterna no
se ha hecho, la relación a los padres empieza a funcionar de manera anamórfica,
ellos se identifican, pero el imaginario se relaciona con lo simbólico, pero
impide que haya el atravesamiento de lo simbólico. Este funcionamiento
anamórfico tiene una potencia extraordinaria porque está muy libidinizado. Y
esto es lo que va a dar esas falsas debilidades -y no son débiles, pueden ser
geniales- que toman un aspecto de debilidad justamente por la prevalencia
terrible de este Imaginario que no es especular en el sentido de la identificación
a la imagen.
Eso es lo que hace también que el pensamiento siga siendo un
pensamiento alucinado, un pensamiento que crea sus objetos en lugar de poder
separar el sueño de la vigilia.
Para terminar les cuento una sesión de marzo de este año. En general yo
no hago chistes, ni a los niños ni a los adultos. Fabián está dibujando pantallas
de televisión en un gran marco y escribe los nombres de los canales de
televisión. Yo oigo que dibujando murmura sin mirarme "vitel", que es un
nombre de agua mineral, de una propaganda de televisión, y yo no puedo
resistir y le pregunto:~vit elle?, ~vive ella?. No me dice nada. Cinco minutos
después escucho que dice "vite elle", "rápido ella". El padre me dice que
nunca habló tanto como esa semana.
123
,.
Preguntas del público
- ¿Podría explicar más este atravesamiento de lo Real y lo Simbólico que
especificaría al autismo diferenciándolo de la psicosis?
-¿Hay alguna relación entre el funcionamiento anamórfico y el mimetismo?
- ¿La falla en esta identificación primaria tiene que ver con la identifica-
ción al padre tal como Freud la plantea en Psicología de las masas?
- H. Y.: Yo pienso que una de las diferencias fundamentales entre el
autismo y la psicosis es que yo hablo del autismo como de una a-estructura.
El psic6tico accede a la palabra mediante la metáfora delínmte, el autista si no
hay tratamiento no llega a eso. El autista puede entender lo que se le dice y
puede decir ciertas frases, pero no hay palabra. Freud hablaba de la existencia
de tres deseos pulsionales, así los llamaba "deseos pulsionales", y decía que
son tres: el canibalismo, el incesto y el homicidio. Es lo que hace posible a la
Humanidad. El autista no llega a constituir estos tres deseos pulsionales que
sedan como la raíz de la arborescencia pulsional, de la ramificación pulsional.
Todas las pulsiones se significan en estos tres deseos. Cuando Freud plantea
esto en "El porvenir de una ilusión" está acotando el falo. El goce fálico para
Freud y para Lacan es canibalístico, incestuoso y homicida, siempre. El goce
es siempre eso. En la medida en que hay una actividad del inconciente que
permite cifrarlo y en parte desexualizarlo es que no estamos todos matándonos,
pero el goce en su esencia es eso. Lo que permite que el goce no aparezca
siempre así es su ciframiento. De ahí la resistencia al desciframiento.
El autista no constituye, no acota estos tres deseos pulsionales que son
nombres del falo. Lacan lo sigue a la letra a Freud allí. El atravesamiento de
lo Real por lo Simbólico es la afirmación primera de Freud desde que Freud
comienza a escribir. Todos los trabajos de Freud del principio tienen que ver
con eso, todo "El Proyecto de Psicología" del '95 es un trabajo que está
elaborado en torno a cuales son las condiciones para que lo Real funcione, y
funcione de una cierta manera, por eso habla de la libido, una sustancia, y de
un aparato de lenguaje, Freud siempre está ajustando las dos cosas.
Lo que permite eso, Freud lo dice claramente, es la marca cifrada de la
identificación paterna.
Lo que pasa es que yo estoy tratando de decir que no basta con formular,
hay una identificación primaria al padre de la prehistoria, hay toda una cantidad
de pisos, de hojas, en la estructura, eso Real no es un punto, es un Real
complejo. Está ahí la fabricación de un no-sentido, está el encuadramiento de
124
~
una pulsión con otra, está la constitución del juego con el sonido. Hay toda una
serie de pisos que hacen que esta identificación primera se mantenga y esté
separada de las otras.
En el mimetismo no hay deformación. No tiene por qué haberla. El
comportamiento mimético no es un comportamiento deformante. Lo propio de
la anamorfosis es justamente este comportamiento deformante. La anamorfosis
es la presencia de lo Real en lo Imaginario. Hay una eficacia de ese Real en
lo Imaginario que hay que ubicarlo por ese lado; no está la normalización dada
por lo Simbólico, por eso toma esas apariencias. Es una pregunta que la gente
se hace, en las esquizofrenias, por ejemplo, personas que eran bellas, o
simétricas, es decir, de una belleza real, no en todas, pero hay algo que se
deforma en el cuerpo, en el rostro, en la mirada, que no es genético, que no
es biológico y que no está en el genotipo. Esto tiene que estudiarse en esta
presencia de lo Real en lo Imaginario.
- ¿Es algo de esos tres deseos pulsionales, el canibalismo, el homicidio,
el incesto, lo que aparece en el delirio puerperal'?
-H. Y. : Sf, siempre, en el delirio puerperal de la madre lo que aparece es
el canibalismo y el homicidio.
- ¿Y el incesto?
- H. Y.: Sí, por supuesto, el incesto está entre los otros dos, es menos
claro, aparece después. Son temas defensivos en la madre.
- ¿Ha usted observado que hubiera cierto condicionamiento al delirio
puerperal?
- H. Y.: ¿Condicionamiento qué quiere decir?
-Anuncios, señales previas al momento del parto.
- H. Y.: Seguro, puede haberlos, el problema es que no hay siempre un
analista detrás de cada mujer que va a dar a luz. Lo curioso es que hay algo
que ni los ginecólogos, pediatras u obstetras se dan cuenta. Hay delirios
puerperales que son notables para ellos pero hay otro tipo de delirios
puerperales que yo llamo subclínicos, no porque no sean reales, sino porque
no aparecen.
- O que por ahf toma la mitología popular...
- H. Y.: Por supuesto. Es un tema muy importante, a mf me interesa
muchísimo, yo no lo trabajo directamente pero estuve 10 años, una vez por
semana, algunas horas, en un puesto de protección matemo-infantll en
Francia, donde es obligatorio que las madres que no tienen pediatra partlculG'
128
rr-·----.
1
vayan a ese puesto para hacerse ver durante el embarazo y en los meses
siguientes al parto, y como es un pafs desarrollado el sello del pediatra las
autoriza para recibir una suma de dinero importante para alguien que no tiene
pediatra particular. Por derecho toda madre tiene una locación de dinero. Así
fue que durante 10 años las madres que querían verme, me veían, o la pediatra
les sugería que si querían ver un analista pidieran una cita. Esto me dio una
cierta medida de la importancia de este fen6meno, y no sólo de ésto sino de
la dificultad del cuerpo médico para darse cuenta. Es estructural, no hay por
qué reprocharles, los médicos no están hechos para eso, pero en esos
intersticios hay algo que se produce.
- ¿Cómo piensa la transferencia en un caso de autismo y cuál es la
especificidad de la atención flotante'?
- H. Y.: La atención flotante del analista seguramente es mucho mayor
en los casos de autismo en cuanto a imaginación, que en un caso de neurosis
donde uno recoge los elementos que le da el paciente, no está en una posición
creativa, y aún creo que es contraindicado estar en una posición creativa en el
análisis de un neurótico, uno agregaría cosas al tratamiento que no son del
paciente y eso perjudica el tratamiento. En el tratamiento del autismo, tomando
en cuenta que es por otras vías, hay algo que podría llamar la actividad psíquica
del analista que es muy importante. ·El analista está alerta a pequeñísimos
gestos ofreciendo su cuerpo por medio de su imaginación para que eso pueda
construir algo.
- ¿Qué lugar tendría allí el añadir cosas'?
-H. Y. : Permitir que haya incorporación en el paciente de lo que no está
incorporado.
Al mismo tiempo son los autistas,los psicóticos,los que nos enseñan, en
el caso Jerome, que ustedes tienen, mi apellido fue el primer apellido dicho
por Jerome. En el caso de Fabián la primera sílaba que dice de su nombre es
la segunda, y es la primera de mi apellido en francés, porque la "Y" no se
pronuncia como en castellano "ye", sino "i" larga, esdecirqueél está tomando
de mí, lo cual evidentemente me está induciendo a que yo me "mande". El
préstamo del cuerpo es el mismo, sea un neurótico, un análisis didáctico, un
chico autista, tiene formas diferentes ese préstamo que el analista hace de
dejarse tomar por el Otro. Y si no, uno no podría trabajar, si no se dejara tocar
por todas las cosas que lo rodean, no podría trabajar. Son los propios pacientes
autistas los que me han mostrado, enseñado,que hay algo que estaba en la
relación conmigo. Hay algo que ellos me han mostrado siempre. Por supuesto
126
......
que los padres pueden oponerse a que el tratamiento siga. Yo les planteo a los
padres, de un manera muy firme, y constantemente, que sin ellos nada es
posible. Les permito trabajar lo que a ellos les pasa, la dificultad que tienen.
La dificultad que tienen los padres es real, por lo tanto yo les anuncio que va
a ser difícil y les digo que lo que pasa con los autistas es lo mismo que pasa
con los bebés, que ellos no se han dado cuenta en el primero, por ejemplo, lo
que en un bebé es un signo transitorio y casi imperceptible para alguien que
no esté muy atento, en el autista se vuelve un comportamiento terriblemente
bochinchero; de nuevo la función de la anamorfosis, hay exageración en el
espacio, en tiempo y en intensidad, de aspectos que pasan en un bebé, que más
o menos crece y se desarrolla normalmente. Eso yo se lo anticipo a los padres,
y nos metemos en un baile movido, si ustedes quieren yo voy, pero ustedes
bailan conmigo.
-Decía que cuando la madre relata el fantasma que presidía el nacimiento,
inmediatamente el niño habla ...
- H. Y. : Empieza a hablar.
- ¿Puede plantear alguna conexión entre un fenómeno y otro'?
-H. Y.: Está claro. Ese fantasma lo mantiene al hijo en posición de causa
de goce, en cuanto la madre habla de esa causa de goce y puede hablar de lo
que le pasó con el padre, el no haber sido reconocida. Esta madre contó que,
ya de grande, el padre la cruza y no la reconoce, es decir que para ella este
síntoma de crear el autismo en Fabián es una manera de mantener la función
paterna, es un síntoma restitutivo.
- ¿Es el hijo el que sabe sobre ella, en lugar del padre'?
-H. Y.: Claro, está manteniendo la función paterna. Por supuesto que de
una manera patológica, pero siempre se está manteniendo la función paterna.
Cambia la modalidad de sostenimiento de la función paterna. En cuanto la
transferencia le permite reubicar la función paterna en otro lado, no sé en cuál,
pero en otro lado, ese desplazamiento se marca en el niño inmediatamente.
- Hay un fen6meno que se juega en el acto del nacimiento, donde nacer
es morir, sumado a la historia trágica de la madre donde sacar el puñal es
muerte y no vida.
-H. Y.: Sí, sí.
-Usted habla de los padres de un modo que transmite un tratamiento
amable con ellos, y en mi experiencia los padres de los autistas no son personas
amables, tienen una carga de hostilidad o de abnegación por ese hijo, en \ID
121
1"'1"""
caso lo traen al tratamiento pero no con demasiada buena predisposición, en
otros casos, expresan abiertamente deseos de muerte hacia el chico, no de
matarlo pero sí de dejarlo y que se muera, entonces estas indicaciones que usted
da de que no es sin ellos es muy diffcü porque, o no vienen, o si vienen lo
depositan al chico.
-H. Y.: Yo planteo mis condiciones, como para todo tratamiento. En
general yo tengo un gran respeto por los padres de los autistas, o de todos los
pacientes. Si yo no tengo transferencia en general el tratamiento no anda. Y
yo tengo transferencia con los padres de los autistas porque les hago preguntas.
- ¿Pero usted se las ha visto con padres problemáticos dé autistas o no?
-H. Y.: Por supuesto, pero mi transferencia es más fuerte que lo otro. Yo
los interrogo.
-Podría darse que los padres dramaticen el incesto entre ellos dos ...
- H. Y.: Pero eso está bien, porque eso permite que de todas maneras la
cosa ande. Es la única manera en que la cosa puede andar.
Siempre uno de los padres va a estar a favor y otro en contra, esto me deja
una gran tranquilidad y una gran paz para tratar a alguien que está en
transferencia negativa.
-Pero esa transferencia contiene aquellos deseos ...
- H. Y.: Pero está bien que los contenga, porque si no, no podríamos
trabajar. El problema es no resistir uno a esa presión fantasmática.
- ¿Cómo es este tener pregunta del analista, ese deseo de saber y el
reincorporar que propicia. ¿Y al no haber suposición de saber, podría precisar
el lugar del analista en estas curas?
-H. Y.: ¿Usted me pregunta qué preguntas tengo yo? Tengo preguntas.
¿Cuales son? ... no sé, quiero saber.
- Me refiero a si puede precisar el lugar del analista, que evidentemente
es distinto al de otro tipo de curas.
- H. Y.: Sí y no. Quiero decir que los padres, al estar en transferencia
conmigo, me tienen que poner en posición de suposición de saber. En principio
está por el lado de los padres, y en Jerome yo lo muestro, él me supone saber,
es más, en lo Real, él supone que yo sé todo. Justamente cuando yo le digo
que yo no sé sino que es él el que permitió saber, mejora durante 6 meses y
después welve a la carga con volcarme todo el saber. El autista también
presupone saber, más que suponerlo me lo adjudica, no como suposición, sino
como Saber en lo Real. Por eso se defiende de mí, se protege, me tacha los
128
dibujos para que yo no vea, para que yo no sepa. La suposición de saber está
en los padres. Yo lo primero que hago es como con los neuróticos, ¡ojo!, yo
no sé, lo digo claramente, yo no sé, sabremos ... El analista lo primero que hace
es autoperforar el lugar donde está, si siente que hay inhibición, para permitir
que haya palabras del lado del otro. Yo a los padres les digo que esto no está
escrito en los libros, no hay libros para esto, no es médico, cada caso es distinto
y tenemos que hacer un camino. Lo digo con palabras llanas, no metaforizo.
No hay un punto de apoyo en un saber real sino en un trabajo, con lo cual
permito que haya suposición para que la transferencia exista, aunque en ciertos
momentos puedo decir cosas que cambian, evidentemente, pero me guardo
mucho de estar siempre ejerciendo el aspecto imaginario de la transferencia,
es decir, por el solo hecho de hablar, provoca efectos, cuando uno hace eso
comprueba a los padres que hay algo que pasa.
Aparte, el niño sabe lo que está pasando, no lo puede decir, no tiene
estructura de palabra para decirlo, pero en el espacio de juego y de construcción
del chico está ese espacio dado por los padres y el analista.
Hay Supuesto Saber, y hay constitución del Otro, justamente por eso
Jerome, después de tres entrevistas con los padres, pone tres figuritas en la
cama y pone la cama en la casa y se ríe. Eso quiere decir que el Edipo lo
constituyó en tres entrevistas, y tenía tres años. Simplemente fue porque , por
primera vez en la vida, los padres hablaron entre ellos de él, en un lugar tercero.
La estructura está, está siempre, el problema es las modalidades de reproduc-
ción de la estructura. La estructura está siempre en los padres, el problema es
qué de la estructura impide que la estructura se reproduzca, o. cuales son los
modos de reproducción de esa estructura, y eso todavía no lo sabemos, al
menos inmediatamente, es obvio.
- Me quedé pensando en el título de esta conferencia, "el niño en la
computadora". A lo largo del desarrollo despejaste algo de la relación de este
niño con la computadora: el marco, el seis, la proyección que él hace de
estructura sobre la computadora. Creo que este nombre no se lo has dado al
azar, ni tampoco creo que sea un nombre de fantasía.¿Fue el momento de la
computadora un punto importante en el desarrollo del tratamiento?¿Vos lo
tenías elaborado asf?
- H. Y.: Es una pregunta importante. Cada vez que yo hablo de un
paciente, niño o adulto, nunca hablo del señor X, jamás. Si voy a hablar de
alguien, le doy nombre. Ese bautismo que yo hago para mí es una cosa de
extremada importancia. Yo vacilo muchas veces, y me ha pasado que antes de
129
,.

escribir, hablando, le doy varios nombres distintos, hasta que al final me

decido por uno que sintetiza para mí el punto de Real de la cura. El modelo
de Freud, llamar a su paciente obsesivo "El hombre de las ratas", "El hombre
de los lobos", ese nombre de animal es ya toda una teoría sobre lo que queda
de Real en un nombre, en un nombre masculino, la función animal en el nombre
masculino del hombre.
Es una decisión pesada, de sentido, para un analista, es una decisión INDICE
;s.t
teórica. Cuando yo lo llamo a Jerome, evidentemente no se llama así. Tiene :J
toda una serie de razones esa apelación a ese bautismo. En Fabián hay .~
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asonancia con su verdadero nombre, y hay letra, y hay anagrama de varias ?
LA MELANCOLIA
funciones del análisis. Como enJerome; Jerometienequever en la iconografía Pura Cancina 5
de la iglesia con la figura del traductor, el traductor del saber. Y se me ocurrió
porque fue el primero que me mostró que había Saber, y que había traducción TIMPANO
en ese Saber. La computadora es el funcionamiento del lnconciente. El PabloZopke 23
inconciente funciona como una computadora, el problema es que no basta que
haya computadora para que haya sujeto, y ese es todo el corazón del problema. UN PSICOANALISTA EN LA FRONTERA
Sergio Rodríguez 39

' LAS PARANOIAS

Norberto Rabinovich 55

·~ ESTRUCTURA Y TRANSFERENCIA EN LA PSICOSIS

Isidoro Vegh 69

"' LA PSICOSIS
ADENTRO DE NADA - AFUERA DE TODO
Alejandro Ariel 87

FABIAN EL NIÑO DE LA COMPUTADORA

HISTORIA DE LA CURA DE UN NIÑO AUTISTA
Hector Yankelevich 105

130