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SISTEMAS DE CALEFACCIÓN POR AGUA CALIENTE

Principios de funcionamiento: Estos sistemas de calefacción se basan en la circulación de


una cantidad constante de agua caliente, a través de una red de cañerías. La instalación
constituye un circuito cerrado.
Al agua se le entrega calor sensible por medio de una caldera, y se la distribuye hasta los
calefactores, los que difunden el calor en las habitaciones. El transmisor del calor es el agua,
de la que se aprovecha su elevado calor específico (Ce = 1).
El agua a utilizar no debe ser “dura”, ya que ese tipo de agua, por calentamiento y
precipitación de sales puede provocar serias incrustaciones en las cañerías.
La temperatura de régimen del agua alcanza los 80 a 90 ºC en las cañerías de mando o
alimentación, desde la caldera, y los 60 a 70 ºC en las cañerías de retorno a la misma, con un
salto térmico de 20 ºC aproximadamente.
El sistema de calefacción por agua caliente es indicado para edificios habitados durante
todo el día o la mayor parte de él. Es decir, para instalaciones de funcionamiento continuo,
como hospitales, vivienda colectiva, oficinas, etc.

Diseño de los circuitos: Una vez completado el proyecto o diseño arquitectónico del
edificio, su destino, etc., deberemos realizar el esquema del tendido de las cañerías, de modo
de enlazar la caldera con las unidades terminales (radiadores, convectores, etc.), produrando
lograr la solución más clara y económica posible. Es lo que llamamos “el diseño de la
instalación”. Hay que detenerse en esta tarea de diseño todo el tiempo que sea necesario, pues
allí nacen los circuitos y en función de su trazado, habremos hallado o no, la solución técnico-
económica más conveniente.
El diseño de la instalación deberá ser lo más simple posible, evitando innecesarios
desarrollos o excesivas sinuosidades en las cañerías, ya que ello nos llevará a complicaciones
en el cálculo posterior y a incrementos en las pérdidas de carga en los circuitos.
Si hay interferencias con la estructura portante del edificio o con las instalaciones
sanitarias, eléctricas, de gas, etc., se deberán salvar de la manera más racional posible. Este es
el momento en que el proyectista deberá agotar sus recursos para optimizar el resultado
diseño arquitectónico / instalaciones.
Los calefactores se ubicarán preferentemente bajo las ventanas, aunque en baños,
cocinas, offices, etc., irán donde mejor convenga. La elección de los mismos, dentro de los
varios modelos existentes en el mercado, generalmente estará en función del espacio
disponible.
La caldera se ubicará de modo de favorecer el diseño de la instalación en su aspecto
técnico-económico, sin olvidar que los gases de combustión que deben ser evacuados al
exterior requieren una chimenea que debe poder salir lo más recta posible a los cuatro vientos.
Los elementos que acompañarán a la caldera (tanque de combustible, bombas, controles,
elementos para limpieza, etc., tienen ubicaciones flexibles, pero deben estar previstos en el
curso del diseño.
Estos sistemas de calefacción se pueden clasificar desde distintos puntos de vista:

1. Según el tamaño de la instalación

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a) Sistemas individuales o locales;
b) Sistemas colectivos o centrales.

1.a – Sistemas individuales o locales: son aquellos destinados a servir a una sola
vivienda o local y cada instalación cuenta con su propia caldera o generador de calor.
Funcionan a partir de una caldera pequeña, tipo “calefón” o “de cocina” (mini-caldera) y el
agua es mantenida en circulación a través de los radiadores por medio de una pequeña bomba.
Por ello se dice que son sistemas de “circulación forzada”.

1.b – Sistemas colectivos o centrales: son aquellos en los que se genera agua caliente
en un lugar especial del edificio (sala de calderas o sala de máquinas) y luego se conduce
hacia los distintos ambientes a calefaccionar, retornando luego de pasar por los radiadores
hacia la caldera para reiniciar el ciclo. El sistema de calefacción central permite, con poca
atención, calentar uniformemente todo un edificio o un sector de él. Con el empleo de
controles automáticos, la atención requerida es prácticamente nula.

2. Según la forma en que se produce la circulación del agua


a) Circulación natural o termosifón (por diferencia de densidad);
b) Circulación forzada o por bombeo.

2.a – Circulación natural o termosifón: la circulación del agua se produce en virtud de


la diferencia de peso (o de densidad) entre el agua caliente de alimentación (más caliente –
menos densa) y el agua de retorno (menos caliente – más densa). Supongamos un sistema de
calefacción muy sencillo, como el del croquis siguiente:

Se supone que las variaciones de temperatura del agua se producen sólo en los
radiadores (descenso) y en la caldera (aumento), considerando idealmente que no existen
pérdidas de calor (Q) en las cañerías.
Se origina entonces una “presión eficaz” (H) debido a la diferencia de densidades
entre las columnas de agua de alimentación (γa) y retorno (γr).

H = h (γr – γa)

dónde: H = presión eficaz (mm.c.a. o kg/mm2);

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h = diferencia de alturas entre el centro de la caldera y el centro de cada
radiador considerado (m);
γr = peso específico del agua de retorno, a 70 ºC (977,8 kg/m3);
γa = peso específico del agua de alimentación, a 90 ºC (965,3 kg/m3).
La diferencia de pesos específicos puede tomarse, en general, como un valor
constante aproximadamente igual a 12,5 kg/m3 (977,8 – 965,3).
La presión eficaz H es directamente proporcional a la diferencia de alturas h.

En estos casos, la diferencia efectiva de presiones es pequeña, dependiendo


fundamentalmente de las características del edificio, más precisamente de la altura “h”. Sin
embargo, esta pequeña presión es suficiente para asegurar la correcta circulación del agua en
edificios no muy extensos horizontalmente. La velocidad de circulación del agua caliente en
este tipo de instalaciones es normalmente inferior a 0,3 m/s (30 cm/s).

Estas instalaciones tienen la propiedad de “autorregulación”, dado que si el agua se


enfría más, la diferencia de pesos específicos o densidades se hace mayor, aumentando la
presión eficaz “H”. Por ello, en caso de contar con diámetros de cañerías muy chicos, la
circulación del agua se hará más lenta, enfriándose más y aumentando automáticamente la
presión eficaz, la que tenderá a restablecer el movimiento.

2.b – Circulación forzada o por bombeo: son instalaciones que cuentan con una
bomba circuladora para producir el movimiento del agua. Al disponer de una bomba, la
presión eficaz resulta mucho más elevada que en el sistema por termosifón y como
consecuencia de ello se acelera la circulación, alcanzando valores de hasta 1,5 m/s, siendo los
valores normales de 0,4 a 0,8 m/s. El salto térmico en los radiadores es menor, oscilando entre
los 5 y 10 ºC.
Este sistema permite un calentamiento rápido. La detención de la bomba supone
la detención de la circulación.
El montaje de la bomba se hace generalmente en el circuito de retorno,
inmediatamente antes de la caldera, pues si se ubicara en el ramal de alimentación, aspirando
agua de la caldera, existiría el peligro de formación de vapores y golpes de ariete.
Contrariamente, el punto menos caliente del circuito es la cañería de retorno, antes de la
caldera.
En la actualidad es muy alto el porcentaje de empleo de bombas circuladoras en
instalaciones de calefacción. Ante posibles desperfectos de la bomba, se recurre a instalar dos,
en “by-pass”, de manera de contar siempre con una en servicio mientras la otra se encuentra
en reparación.

3. Según la presión de trabajo


a) Sistemas de baja presión o vaso abierto;

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b) Sistemas de media o alta presión o vaso cerrado o agua sobrecalentada.

3.a – Sistemas de baja presión o vaso abierto: son las instalaciones más comunes. Se
las denomina “de vaso abierto” porque el agua del sistema queda en comunicación con la
atmósfera, manteniéndose a la presión atmosférica constante dentro de la instalación.
El agua a presión normal pasa al estado de vapor a 100 ºC, por lo que estas
instalaciones trabajan con agua a 90 ºC aproximadamente para evitar la formación de vapor,
dentro del rango de calor sensible.

Los elementos constitutivos de estos sistemas son los ya estudiados:


- Caldera
- Cañerías
- Calefactores (radiadores, convectores, etc.)
- Accesorios (quemadores, controles, llaves de paso, etc.)
- Vaso de expansión
Vaso de expansión (VE): su misión es la de absorber el aumento de volumen
que el agua experimenta al calentarla. Al estar en contacto con la atmósfera permite que todo
el sistema se encuentre a la presión atmosférica normal. Se instala en la parte más alta del
edificio y se conecta con el tanque de reserva (TR) mediante cañería y válvula a flotante (VF).

Si el VE no existiera, se produciría un aumento de presión dentro de la


instalación que podría afectar a alguno de sus elementos, en especial a la caldera. En la
generalidad de los casos, el VE permite también reponer automáticamente cualquier pérdida
de agua que pudiere existir en los circuitos de cañerías.

El VE se conecta a la caldera, según las normas DIN, mediante dos cañerías de


seguridad. En instalaciones de calefacción los peligros provienen siempre de la caldera. Si
esta quedara desvinculada del VE, la dilatación del agua provocada por su calentamiento
ejercería una presión excesiva que podría hacerla estallar. Por ello siempre la caldera debe
estar unida al VE por medio de dos cañerías de seguridad que no puedan cerrarse, o sea que
no tengan válvulas interpuestas.
A continuación se esquematiza una instalación de calefacción por agua
caliente, indicando los principales elementos que la componen:
- Caldera;
- Cañerías de alimentación y de retorno;
- Cañerías de seguridad de alimentación y de retorno (con válvula de
limpieza VL);
- Vaso de expansión (VE) con su válvula a flotante (VF), tapa de inspección
(TI), válvula de limpieza (VL) y cañería de ventilación (CV), conectado al
tanque de reserva general (TR)
- Radiadores (R1, R2 y R3) con sus llaves de paso (LLP)

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La “cañería de seguridad de alimentación” se empalma por encima del nivel
máximo del VE, para evitar una circulación continua del agua entre ambas cañerías de
seguridad. Por su parte, la “cañería de seguridad del retorno” vincula la cañería de retorno, en
un punto cercano a la caldera, con el fondo del VE, terminando unos 5 a 10 cm sobre el nivel
del mismo, para evitar que cualquier impureza del agua penetre en los circuitos de la
instalación, dejando un espacio adecuado para la sedimentación. Periódicamente las
impurezas podrán ser eliminadas a través de una cañería y válvula de limpieza.

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El Ø de las cañerías de seguridad se calcula con las siguientes fórmulas:
Alimentación: Ø (mm) = 15 + 1,5 √Qc / 1.000
Retorno: Ø (mm) = 15 + √Qc / 1.000

Los VE se pueden construir en diversos materiales: chapas de acero, hierro


galvanizado, fibrocemento, PVC, hormigón u otros y su forma puede ser cilíndrica o
rectangular. Deben contar con una tapa de inspección (TI) que permita acceder a la válvula a
flotante (VF) para eventuales reparaciones o sustituciones. Su capacidad debe ser el doble de
la necesaria para contener el aumento de volumen provocado por la dilatación del agua. Sin
embargo dicho VE no sólo cumple la función de expansión, sino también la de mantener la
carga del sistema. Por tal motivo, para determinar su capacidad puede emplearse una fórmula
práctica de buenos resultados:

Volumen VE (litros) = Qc (kcal/h) / 500

o también: Volumen VE = 3% volumen total de la instalación

Esto se debe a que para instalaciones de calefacción con agua caliente a


temperaturas promedio de 80 ºC, se estima la dilatación en un 3% del volumen total de la
misma.
El VE debe ser protegido contra las heladas, nevadas y –en general- contra las
temperaturas que permitan el congelamiento del agua. Para ello generalmente se los recubre
con materiales aislantes o se los ubica cercanos a las chimeneas de las calderas.

Proceso de llenado de la instalación: estando la instalación vacía, el agua que


carga el sistema se bombea a través de la cañería de seguridad del retorno, por medio de una
válvula que también sirve para limpieza general periódica. El agua irá avanzando hacia arriba,
por vasos comunicantes, eliminando en su avance el aire contenido en las cañerías y demás
elementos de la instalación, el que se eliminará a través de la cañería de seguridad de

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alimentación, VE y cañería de ventilación reglamentaria. Del mismo modo se podrá eliminar
al exterior cualquier mezcla de agua/vapor que pudiera originarse en el sistema por cualquier
motivo. El VE tiene un rebosadero y una cañería de ventilación por la que se efectúa la
descarga del aire a la atmósfera. Esta cañería terminará en un codo invertido, abierto, por
encima del nivel máximo del VE, protegida con malla de bronce para evitar el ingreso de
insectos u otro elemento extraño.

3.b – Sistemas de media o alta presión: se llaman también “instalaciones de


agua sobrecalentada”, ya que el agua alcanza temperaturas de 120 a 150 ºC, para lo cual
trabaja con presiones superiores a la normal (de 3 a 7 atm) a fin de evitar que se transforme en
vapor. Son instalaciones de tipo cerrado, en las que debe existir un “VE cerrado” en el que el
agua se va comprimiendo, alcanzando temperaturas de vaporización superiores a la
correspondiente a la presión atmosférica normal (100 ºC).
Estas instalaciones suelen emplearse en las distribuciones a larga
distancia, con centrales para alimentar barrio o grupos de viviendas. El agua sobrecalentada
llega a un intercambiador de calor en el edificio, desde donde se efectúa la distribución
interna del agua caliente a baja presión.
La ejecución de la instalación es similar a las de baja presión y se
produce un ahorro de superficie de calefacción ya que la temperatura es más elevada en el
radiador, lo que eleva su rendimiento. Requieren para su funcionamiento un control mucho
más estricto, con válvulas reductoras de presión y de seguridad (para los casos en que la
presión de trabajo supere los valores admisibles).
El VE cerrado es un depósito o recipiente metálico, el cual está dividido en dos
cámaras por una membrana flexible. Una de las cámaras contiene aire o nitrógeno a una
presión determinada, mientras que la otra –unida a la instalación- funciona como un
receptáculo que admite la normal expansión del agua por el calentamiento.

De esa manera el agua, al dilatarse por efecto de la temperatura, comprime la


cámara donde se encuentra el aire o el nitrógeno, aumentando así su presión. Por ello también

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el VE cerrado recibe el nombre de “tanque de compresión”. Puede montarse junto a la
caldera, evitando largos tramos de cañerías aisladas y eliminando redes de desaire. Tampoco
existe el peligro del congelamiento del agua en climas muy fríos.
Además del VE cerrado, estos sistemas llevan incorporados purgadores para
permitir la eliminación automática de eventuales burbujas de aire que se puedan generar.
Funcionan a base de un flotante que acciona una válvula de escape de aire.

4. Según la forma de disponer las cañerías


a) Sistema monotubular
1 – distribución superior;
2 – distribución inferior.
b) Sistema bitubular
1 – distribución superior;
2 – distribución inferior.

4.a – Sistema monotubular: consta de una sola cañería, para alimentación y retorno
del agua.
a.1 – distribución superior: la cañería de alimentación que sale de la caldera sube
verticalmente hasta el punto más alto, desde donde se dirige a los distintos radiadores del piso
superior, los cuales carecen de cañería de retorno independiente, por lo que la cañería de
retorno del radiador más elevado constituye la alimentación de los inferiores y así
sucesivamente.
El agua paulatinamente pierde temperatura, por lo cual los radiadores más elevados
están a mayor temperatura que los situados más abajo, siendo mayor su rendimiento. Para
compensar esto, a los radiadores inferiores se les aumenta su área total.

Sistema monotubular, distribución superior

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a.2 – distribución inferior: estos tipos de circuitos pueden utilizarse en edificios
de pocas plantas. Con él se reducen gastos de cañerías, pero no llega a compensar el mayor
costo de los radiadores más grandes que deben instalarse en los pisos donde el agua llega a
menor temperatura.

Sistema monotubular, distribución inferior

4.b – Sistema bitubular: son instalaciones compuestas de dos cañerías, una de


alimentación y otra de retorno.
b.1 – distribución superior: en este caso, la cañería de alimentación va a la parte
más alta de la instalación, por encima del calefactor más alto. Desde allí se derivan los
montantes que alimentan a cada radiador. El agua circula por ellos desde arriba hacia abajo.
Luego, mediante una red de cañerías de retorno en la parte inferior, vuelve el agua a la
caldera.

Sistema bitubular, distribución superior

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Sistema bitubular, distribución superior

b.2 – distribución inferior: en esta disposición, la cañería de alimentación se


encuentra en la losa de los sótanos o enterrada bajo pisos y desde ella se derivan los distintos
montantes. La alimentación del agua se produce desde abajo hacia arriba, debiendo preverse
la eliminación del aire mediante cañería de ventilación (CV).

Sistema bitubular, distribución inferior

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