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Introducción
La salinidad del suelo es una amenaza creciente para la agricultura y a la vez un factor importante en la reducción de la
productividad de los cultivos. La industria ofrece soluciones a este problema por medio de un producto muy conocido: el
nitrato de potasio. Es bien sabido que el uso de una adecuada nutrición potásica constituye un método eficiente para
prevenir el estrés inducido por el exceso de sodio en muchos cultivos. Además, una adecuada fertilización con nitrato es
una poderosa herramienta para prevenir el estrés inducido por cloruros en varios cultivos. La aplicación de nitrato de
potasio se presenta y demuestra aquí como un método muy eficiente para combatir estas limitantes mencionadas y para
mejorar el rendimiento de los cultivos bajo condiciones de salinidad. Este concepto es validado aquí para tres hortalizas
sensibles a este problema: tomate, lechuga y repollo chino.
En este artículo se presenta una revisión del fenómeno de la salinidad, sus razones y su impacto en la performance total de
los cultivos; además se mostrará que combatir la absorción y los efectos perjudiciales del sodio y del cloruro, reduciendo
sus efectos dañinos en la performance de los cultivos, es más importante que reducir la alta conductividad eléctrica (CE) de
la solución del suelo. Se intentará demostrar mediante algunos experimentos que un adecuado régimen nutricional puede
revertir los efectos negativos de la salinidad aún a pesar del efecto asociado de aumentar la CE del agua de riego.
Adoptando un adecuado régimen nutricional, puede alcanzarse una buena performance a niveles equivalentes mucho
menores de salinidad.
Un suelo es considerado salino si contiene sales en concentración suficiente para interferir con el crecimiento de la mayoría
de las especies vegetales. A pesar de ello esta definición no se refiere a una cantidad fija de sales, dado que depende de
diversos factores: textura del suelo, capacidad de retención de agua del suelo, especie vegetal y composición de las sales.
La definición de nivel salino del suelo no es tan clara, y es más bien arbitraria. De acuerdo al Laboratorio de Salinidad de
los Estados Unidos, los suelos salinos son aquellos con una CE mayor que 4 mS/cm, equivalente a 40 mM/l de NaCl y con
un Porcentaje de Sodio Intercambiable (PSI) menor que 15. Estos suelos pueden aparecer con un amplio rango de pH, a
pesar de que es natural que tengan una leve tendencia hacia la alcalinidad. El suelo afectado con altos contenidos de
sodio, (Sódico) tiene un pH más alto que aquellos con bajos contenidos.
El laboratorio Riverside de la Universidad de California en los Estados Unidos desarrolló otra conocida clasificación. Esta
divide a los cultivos de acuerdo a su respuesta ante diferentes niveles de EC.
Déficit de agua
La salinidad del sustrato disminuye la disponibilidad de agua debido a la alta presión osmótica negativa, que reducen la
absorción de agua y la presión radicular que maneja el transporte de agua.
La solución del sustrato contiene también nutrientes disueltos, por lo tanto, su absorción también se ve afectada. Una
menor absorción de agua reduce la turgencia de las células de las hojas y esto inhibe su elongación y la extensibilidad de la
pared de la célula, (Lynch el al., 1988). En sustratos salinizados, tanto el crecimiento de la raíz como el del tallo están
deprimidos, pero como regla general el crecimiento del tallo es el que se ve más afectado (Termaat y Munns, 1986). La
elongación de la raíz se deprime en presencia de altas concentraciones de NaCl y de bajas concentraciones de Ca2+
(Carmer et al., 1988).
Figura 3. Síntomas de toxicidad por cloruro en hojas de palta, toxicidad por sodio en hojas de banana y
síntomas de cloruro ("quemado del borde") en hojas de cítricos.
Los mecanismos de toxicidad iónica provocan reacciones enzimáticas, tales como la inhibición y compartimentalización
entre citoplasma y vacuolas. La hipótesis Oertli (1968) brinda una explicación sobre el efecto de la acumulación de sales en
el apoplasto de las hojas, llevándola a la deshidratación, pérdida de turgencia, y a la muerte de las células del tejido foliar.
El desequilibrio iónico es provocado por interacciones entre la absorción de diferentes iones, donde un ion afecta la
absorción, transporte o utilización de otro. El desequilibrio puede ser causado por el antagonismo y la competencia, o por
reacciones químicas que restrinjan la absorción de iones. La salinización por sulfato puede provocar una depresión en el
contenido de potasio y magnesio del tallo (Broursier y Lauchli, 1990). La salinización por sodio está principalmente
++
relacionada al bajo nivel de Ca en las membranas de los pelos radiculares (Cramer et al., 1985). En suelos con una alta
disponibilidad de fósforo, la salinidad por NaCl puede mejorar la absorción del fósforo y deprimir el crecimiento de la planta
-
debido a la toxicidad por fósforo (Roberts et al., 1984). La salinización por cloruro puede inhibir la absorción de NO3 .
Fotosíntesis y respiración
La salinidad tiene dos efectos principales sobre la fotosíntesis:
• Normalmente, la superficie de la hoja es inversamente proporcional a la condición de salinidad. La acumulación de sal en
las hojas daña su tejido. La superficie total efectiva de la hoja disminuye y disminuyen sus funciones fotosintéticas. Las
sales se acumulan mayormente en hojas maduras. La evaluación de la respuesta del crecimiento a la salinidad se mide por
la concentración máxima de sal tolerada por las hojas totalmente expandidas. Otra evaluación del grado de limitación por
salinidad puede realizarse comparando la tasa de mortalidad de las hojas con respecto al desarrollo de nuevas hojas. Si la
tasa de mortalidad iguala a la tasa de creación nuevas hojas, entonces el área fotosintéticamente activa es muy baja para
soportar un crecimiento continuo (Munns y Termaat, 1986).
• La fijación neta de CO2 por unidad de área foliar declina, mientras que la respiración (durante la oscuridad) aumenta,
llevando a una drástica reducción en la asimilación neta diaria de CO2 por unidad de área foliar. El déficit hídrico, la pérdida
de turgencia del mesófilo, el cierre parcial de las estomas y/o el efecto de la toxicidad iónica directa provocan una menor
tasa de fijación de CO2 durante el período de luz.
La salinidad puede aumentar la tasa de respiración de las raíces de la planta. Una alta respiración consume mayores
cantidades de carbohidratos para el mantenimiento (Schwarz y Gale, 1981). El mayor consumo es presumiblemente el
resultado de la compartimentalización del ion sodio (Na+), la secreción del ion Na+, o la reparación del daño celular.
En ambientes controlados, como los invernaderos, pueden utilizarse algunas técnicas para compensar e incrementar la
fotosíntesis, y disminuir el efecto negativo de la salinidad. El enriquecimiento con CO2, que incrementa el contenido de
carbono en la atmósfera, es muy importante en condiciones salinas. Se pueden superar las limitaciones e incrementar la
tolerancia a la salinidad (Meiri y Plaut, 1985). En forma similar, una alta radiación solar también puede aumentar la
tolerancia a la salinidad (Helal y Mengel, 1981).
Síntesis de proteínas
En condiciones salinas, la síntesis de proteínas declina en las hojas, ya sea como respuesta al déficit hídrico o debido a una
toxicidad iónica específica. Los efectos de la salinidad por NaCl pueden deberse, ya sea a toxicidad por cloro en las
+/ +
especies más sensitivas, como también por el desequilibrio creado entre Na K en especies más tolerantes. En algunos
+ +
cultivos, se realiza el reemplazo de K por Na para lograr un ajuste osmótico, pero no para la síntesis de proteínas. En
algunas Halofitas, el Na+ puede reemplazar a los cationes potasio para la síntesis de proteínas (Gibson et al, 1984).
+
En algunos casos, el fertilizante KCl pueden lograr una reducción del efecto del N debido a un aporte extra de iones
potasio, a pesar que a la vez pueda estar disminuyendo el potencial osmótico de la solución del suelo.
Fitohormonas
Una posible repuesta de la planta a la salinidad es el cambio en las concentraciones de algunas hormonas. Los niveles de
citoquininas decrecen, mientras que los de ABA (ácido absícico) aumentan (Kuiper et al., 1990). La producción de
fitohormonas se hace inadecuada debido al deterioro de la provisión, absorción o utilización de nutrientes.
El ácido abscícico es importante para que las plantas puedan lograr el ajuste osmótico (Rosa et al., 1985). La aplicación de
ABA puede aumentar la tolerancia a la salinidad mediante el mejoramiento de la fijación de CO2 provocado por el aumento
en la actividad PEP carboxilasa (Amzallag et al., 1990). Diversos estudios arribaron a la conclusión de que la aplicación de
citoquininas disminuye la senescencia provocada por la alta salinidad (Katz et al., 1978).
Resultados
Figura 4: Salinidad y efecto del nitrato de potasio en los parámetros vegetativos y en el tamaño de tomates
de invernadero "Pusa ruby"
Figura 5: Salinidad, efectos del nitrato de potasio y de calcio (CN) en el rendimiento de tomates de
invernadero.
Como se muestra en las Figuras 4 y 5 la salinización de la solución nutriente disminuye marcadamente el peso seco de las
plantas, el tamaño de la fruta, la altura de la planta, el contenido K de las hojas, el cuaje y el número total de flores en el
tallo principal de la planta. El agregado de 2 o 4 mM de Nitrato de potasio a la solución nutritiva salinizada incrementa
notablemente los valores de EC de la solución nutriente pero revierte los
Efectos adversos causados por el NaCl. Varios parámetros han mejorado, aún sobre el control, como un resultado directo
del tratamiento de Multi-K, por ejemplo, el tamaño de la fruta y la altura de la planta (Figura 4), el contenido K de las hojas y
la tasa cuaje de frutos (Tabla 2).
dS/m % % p/planta
Valores seguidos por diferentes letras dentro de la columna difieren significativamente a nivel P< 0,05
El rendimiento total del cultivo triplicó con el agregado de 2 mM de nitrato de potasio a la solución nutriente salinizada
(Figura 5). El agregado de nitrato de calcio a la solución nutriente salinizada en lugar del nitrato de potasio tuvo un efecto
aliviador menor que con el segundo (Figura 5). Un incremento adicional en la concentración de nitrato de potasio hasta 8
mM fue menos efectivo que el tratamiento con 2 mM (Figura 4).
Experimentos con repollo chino y lechuga
Cultivos de repollo chino (Brassica campestris L. Pekinensis group, "Kazumi") y de lechuga (Lactuca sativa L. "Salinas)
fueron conducidos en forma aero-hidropónica bajo invernadero en Israel. Una solución estándar (agua con: 4 mM de Na, 3
- +2
mM de Ca y 4 mM de Cl respectivamente, aumentada con 1mM de H2PO4 , 1 mM SO4 , 23 µM B, 1,6 µM Mn, 1,6 µM Zn,
1,8 µM Mo, y 27 µM Fe, (suministrados como quelatos EDTA) fue utilizada como control (1,8 dS/m) o salinizadas con NaCl
y CaCl2 a 34 y 9 mM, respectivamente (6 dS/m). Las soluciones estándar y salinizada fueron aumentadas con 1, 5 o 10 mM
de nitrato de potasio. Los rendimientos fueron verificados entre los 51 y 63 días después del transplante.
Resultados
Repollo chino – La salinización de la solución nutriente tuvo como consecuencia el desarrollo de síntomas de toxicidad
severa y una caída del 15% en el rendimiento fresco, como muestra la Figura 6. El agregado de 1 mM de nitrato de potasio
Nitrato de potasio redujo el rendimiento, pero aumentando la concentración de ésta hasta 5 mM el rendimiento se recuperó
significativamente llegando a un 109% y 127% de los tratamientos no salinos y salinos, respectivamente (Figura 6).
Figura 6. Salinidad y efecto Nitrato de potasio sobre el rendimiento del repollo de invernadero "Kazumi; 55
días después del transplante.
El análisis foliar de las plantas reveló un claro patrón (aunque estadísticamente no significativo) de aumento en los niveles
de K y de N, así como una disminución en los de Na y Cl, como una respuesta directa a los tratamientos de Nitrato de
potasio (Tabla 3).
Tabla 3: Efecto de agregado de Nitrato de potasio en la solución nutritiva sobre la composición de la hoja
lechuga (cv. "Salinas") cultivada en invernáculo bajo condiciones de salinidad.
dS/m mM K N Na Cl
Resumen
La salinidad no es un fenómeno deseable, un cierto incremento en la CE para cada cultivo traerá como consecuencia una
disminución del rendimiento.
Los resultados de los experimentos citados en este artículo muestran claramente los beneficios provenientes de la
- +
aplicación de NO3 y de K en forma de Nitrato de potasio para mitigar los efectos perjudiciales de la salinidad. Sobrepasar
la EC en una cierta proporción es posible cuando se utilice nitrato de potasio que pueda revertir los efectos de la salinidad y
mejorar la performance de los cultivos comparado con plantas no tratadas. El efecto de nitrato de potasio como producto
anti-salino fueron descriptos por Bar et al. 1997, para palto, Imas et al., 1995, para maíz, Kafkafi et al., 1971 – para tomates,
Levy et al., 2000, para cítricos y Silberbush et al., 1998 para maníes.
+ -
El catión (K ) facilita la absorción del anión (NO3 ) desde la solución del suelo hacia las raíces de la planta y en la planta el
+
catión K se transforma en vehículo de transporte facilitando el movimiento del anión malato desde las hojas a las raíces,
donde se convierte en fuente de energía para el funcionamiento de las raíces. En los resultados citados, la mejor
performance fue obtenida por el nitrato de potasio y no por el de calcio, indicando que el rol que jugó el potasio no puede
ser emulado por el calcio. Por otra parte, podemos asumir justificadamente que no existe ningún catión monovalente que
podría traer mejores resultados que el K desde el momento en que este es el preferido en muchos sistemas fisiológicos
importantes (Nitsos et al., 1969).
La conclusión general de todos estos casos es que la aplicación de Nitrato de potasio, entre 2 y 10 mM en la solución
riego/fertirriego puede contrarrestar los efectos perjudiciales del cloruro y del sodio en el metabolismo de la planta. La
ventaja más importante del Nitrato de potasio respecto de otros fertilizantes, es que el efecto sobre la acumulación de la
salinidad es insignificante. Tanto el nitrato como el potasio constituyentes de este fertilizante, son macronutrientes, por lo
tanto, absorbidos relativamente en grandes cantidades, sin dejar residuos en el suelo; situación que no ocurre con otros
fertilizantes potásicos como el sulfato, cloruro o tiosulfato de potasio.