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María Teresa Alcalá A00821689

Mayra Vizcarra A01196994

Titulo
Experiencia, percepción y conocimiento sobre la violencia de género de las mujeres del Tec
de Monterrey, Campus Monterrey.

Resumen

Entre los objetivos de este trabajo se encuentra el conocer cuántas alumnas del campus
Monterrey han sufrido algún tipo de violencia de género dentro o fuera del campus y conocer la
opinión que tienen las alumnas sobre los efectos de violencia de género. Para llevar a cabo esta
investigación se hizo un análisis de contenido donde se estudiaron 26 videos testimoniales de
sobreviventes de abuso sexual en su universidad. Asimismo, se encuestó a 391 alumnas del
Tecnológico de Monterrey, donde se les plantearon diversas situaciones hipotéticas de violencia,
preguntando que si alguna vez han vivido algo así dentro de su universidad y si consideran esas
situaciones como violencia de género. Entre los datos más relevantes, se descubrió que 45.5% de
las estudiantes consideran haber sido demeritadas dentro de su universidad, 10% de ellas han
recibido golpes o jaloneos en el interior de su institución, y 10.5% de las alumnas encuestadas
consideran haber vivido abuso sexual dentro de la universidad. Un 23.8% admitió que considera
haber experimentado coerción sexual en su lugar de estudio. Aunque estos porcentajes no son
extremadamente altos, son lo suficientemente notables como para pensar en la universidad como
un entorno en la que las estudiantes pueden llegar a vivir algún tipo de violencia de género.
Asimismo, estos datos incitan a una mejor educación sobre el tema, pues en algunas situaciones
planteadas las encuestadas contestaron “no sé” o “prefiero no decir”. Se concluyó que las
alumnas sí suelen informarse en materia de género y esto les da a conocer herramientas para
reconocer la violencia de género. Además se pudo ver que los victimarios no suelen tener
autoridad y suelen ser alumnos.

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Palabras Clave: ​Violencia de genero, Universidad, Abuso sexual, Genero, Victimario.

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Introducción

Antecedentes del problema


De acuerdo a la UNICEF, la violencia de género se define como los “actos perjudiciales
perpetrados en contra de una persona sobre la base de las diferencias que la sociedad asigna a
hombres y mujeres”. Sin embargo, explica que históricamente la violencia de género es utilizada
también para referirse al trato que han recibido las mujeres desde hace años y a la situación de
vulnerabilidad en la que se encuentran desde el instante en el que nacen siendo mujer. Unos
ejemplos de violencia de género son los siguientes: abuso sexual, matrimonio infantil, acoso
sexual, feminicidios, violencia doméstica, mutilación genital femenina. Este tipo de violencia es
prevaleciente en todas las culturas alrededor del mundo (aunque en diferentes niveles y en sus
diferentes tipos), y es una forma de mantener a la mujer en una condición de subordinación con
respecto al hombre. Además de estos ejemplos, hay otros que cuentan con un nivel de violencia
más bajo, pero que igualmente son dañinos para las mujeres, como la brecha salarial, la coerción
sexual y la exclusión de diversos ámbitos y áreas de estudio por el simple hecho de ser mujer.
Según El Financiero, actualmente, a lo que va de 2020, tan solo en México se han registrado 73
feminicidios en el mes de enero. A comparación del primer mes de otros años, se ha notado un
aumento. En enero de 2018, se cometieron 69 feminicidios, en enero de 2017 hubo 51, en enero
de 2016 se registraron 44 y en 2015, 33 feminicidios. Estos hechos representan la realidad
mexicana, que es una ola de violencia de género que cada vez va aumentando y que pone en
peligro a mujeres de todas las edades.
En cuanto el ámbito universitario, un estudio realizado en 2018 por Parga, y Verdejo, expone que
el proceso educativo de los universitarios es atravesado por la discriminación, violencia de
género e incluso homofobia.
Asimismo, dicho estudio revela que hay un tabú en cuanto a la discusión del tema de violencia
de género en espacios universitarios, tanto por pena como por temor. Esto resulta en que exista
una tolerancia hacia la violencia de género, pues se deja de lado la búsqueda de los hechos y el
cuestionamiento de todos los involucrados en algún acto violento. Es así que la violencia de
género resulta en ser institucionalizada, por alumnos, maestros, colaboradores e incluso la misma

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universidad. Esto mismo sucede en el ámbito político, ya que la negligencia de las autoridades y
la falta de atención a las denuncias hechas por mujeres suelen ser ignoradas, lo que resulta en
feminicidios.
Es por ende que la situación actual de violencia de género puede ser entendida por la
institucionalización de ella tanto en ámbitos escolares, laborales y políticos. Además de que hay
un tabú que prevalece para la discusión de estos temas, mismo tabú que cada vez se va
disminuyendo por iniciativas feministas en las universidades y por la elaboración de estudios
como el citado y como el que realizaremos en esta clase, artículos que hablan del tema para así
alcanzar un mejor entendimiento del mismo, y así poder erradicar la violencia de género.

Definición del problema

¿Cuál es el grado de conocimiento de las alumnas del Tec de Monterrey sobre la violencia de
género y la percepción de los efectos de esta?

La presencia de violencia de género en la vida cotidiana de las mujeres en México ha estado


presente desde antes de que México incluso fuera un país. Instituciones como el Tec de
Monterrey han intentado hacer frente contra este problema. Sin embargo, las mujeres, sobre todo
las activistas, han mostrado una inconformidad ya que sigue habiendo casos de violencia de
género que quedan impunes dentro del Campus, aunque actualmente la institución cuente con un
Protocolo de Violencia de Género. Un factor importante de la violencia de género y cómo se
actúa ante este problema es el conocimiento y la percepción que se tiene sobre él en nuestra
comunidad, ya que esto afecta a la pronta actuación en contra de casos en los que se esté
presentando.

Es relevante obtener información cuantitativa respecto al conocimiento y la percepción que se


tiene de la violencia de género ya que el conocimiento que tienen las mujeres sobre este tema es
vital para la eliminación de este. Además, hay pocas investigaciones en instituciones educativas
y ninguna de ellas son en Monterrey, México. Resulta relevante investigar esta problemática ya

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que la visibilización de este problema en nuestra comunidad es un paso esencial para empezar un
cambio.

Objetivos

1. Conocer cuántas alumnas del Tec de Monterrey han sufrido algún tipo de violencia de
género dentro o fuera del campus o cuántas conocen a alguna mujer que haya sufrido este
tipo de violencia.
2. Indagar y conocer la opinión que tienen las alumnas del Tec de Monterrey sobre los
efectos de la violencia de género, que dirían ellas que son las repercusiones de sufrir este
tipo de violencia.
3. Identificar de dónde se informan las alumnas sobre temas como la violencia de género y
el feminismo.

Justificación

Esta investigación presenta un gran valor en estos tiempos donde existe una crisis: alertas de
feminicidio alrededor del país, casos en los cuales las víctimas son culpadas y los victimarios
salen impunes y también incertidumbre sobre el futuro de las mujeres en general. Hay que saber
qué tanto conocimiento tienen las mujeres acerca del tema para analizar qué tantas herramientas
tienen ellas para defenderse de la violencia contra su género.

La información que resulte de esta investigación puede ser usada por instituciones educativas
como el Tec de Monterrey para acoplar a sus protocolos y aprender qué áreas se pueden mejorar
sabiendo que es lo que sabe la comunidad de la violencia de género, además de proporcionar un
panorama sobre la situación de violencia en el campus. Aún no hay un acuerdo con una
institución, pero es importante que este trabajo sea visibilizado por el beneficio de la comunidad.
Ya que este tema es uno relevante en estos tiempos será fácil recolectar información para
cumplir con la investigación en un plazo de tiempo de 3 meses. La investigación estará

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patrocinada por las investigadoras. La información va a ser recolectada por medio de encuestas
donde se cuestionará sobre los conocimientos que tienen las mujeres de herramientas como el
violentómetro el cual visualiza conductas y acciones de violencia de género.

Hipotesis

● Cuando hay un caso de violencia de género en el Tec de Monterrey el victimario suele ser
hombre.
● Las alumnas del Tec de Monterrey están informadas y conocen las repercusiones de la
violencia.
● Las alumnas del Tec de Monterrey que piensan que se es vulnerable a casos de violencia
de género en la universidad consideran que esta no hace un esfuerzo por resolver los
casos o apoyar a las víctimas.
● Las estudiantes que se informan sobre violencia de género conocen herramientas para
detectarla.
● Los victimarios de casos de violencia de género son personas con autoridad en el Tec de
Monterrey.

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Marco Referencial

La violencia de género ha sido objeto de estudio de una gran cantidad de expertos e


investigadores, quienes desde distintos ámbitos y puntos de vista han estudiado y analizado dicha
problemática. En concreto, desde el punto de vista universitario, la violencia de género es un
problema tangible pero usualmente invisibilizado por la misma comunidad, incluyendo los
docentes y directivos de las universidades. Sin embargo, existe el entendimiento que la violencia
de género dada dentro de un ambiente universitario no es la única en su tipo, sino que esta puede
ser encontrada y estudiada en todos los contextos sociales. Los estudios de esta índole, incluso
fuera de las aulas universitarias, se muestran pertinentes ya que la raíz del problema es una sola y
conforme la respuesta de diferentes áreas ante esta problemática se pueden encontrar patrones de
comportamiento y de esta manera se puede determinar con precisión el inicio y fin del problema.

Desde un punto de vista global se puede considerar la violencia de género como un tema de
importancia mundial que cobra la sanidad y bienestar de muchas personas, en especial de las
mujeres. Aunque la situación en cuestión de género ha aparentado una mejora en los últimos
años, no se ha conseguido un trato igualitario y esto significa que hay ideologías retrógradas
presentes que desembocan en tratos poco dignos. En la Universidad Autónoma de Tlaxcala,
Hernández, Rodríguez y Ruíz llevaron a cabo un estudio enfocado en la discriminación de
género en el aula donde contrastaron la realidad de la situación de la discriminación de género de
sus alumnas con la percepción de los alumnos y docentes sobre este mismo tema. Los autores
indican que:
​“Un trato diferenciado en función del sexo es un atentado contra la construcción de una
vida digna; menoscaba las posibilidades y potencialidades de las personas,
independientemente de su sexo, anulando el desarrollo de ciertas capacidades,
encorsetando y marcando en función de unos atributos marcados por el sexo que
simplifican la diversidad real existente.”​ ​(2016, p. 56)

Desde el punto de vista médico, Martínez., Segura, Martínez, Cruz, y Moreno (2019) destacan
que la violencia de género es aquella relación entre el estado de subordinación femenina en la

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sociedad y la vulnerabilidad que resulta de esto último. De acuerdo a los mismos autores, las
consecuencias en la salud física de las mujeres que sufren violencia de género son depresión,
intentos de suicidio, trastorno por estrés postraumático, ansiedad, entre otros. Igualmente, al citar
a la Organización Mundial de la Salud, los autores afirman lo siguiente: “​El programa de acción
específico 2013-2018 para la prevención y atención a la violencia familiar y de género, la
reconoce como un problema de salud pública al enfatizar que su abordaje debe ser integral y
multidisciplinario, ya que las consecuencias en la salud física y mental de la mujeres son
diversas y muchas de ellas graves”​ (Martínez., Segura, Martínez, Cruz, y Moreno, 2019, p. 9).

El estudio cuantitativo de Martínez y otros resulta relevante para la temática de violencia de


género ya que se analiza bajo un punto de vista médico y profundiza en el trato que reciben las
pacientes víctimas de este tipo de violencia por parte del personal médico de un hospital
psiquiátrico de San Luis Potosí. Igualmente, habla sobre las prácticas médicas al momento de la
detección, atención y seguimiento de la violencia de género. El análisis partió de la aplicación de
una encuesta a los profesionales de la salud en el hospital psiquiátrico, de las áreas de medicina
general, psiquiatría, enfermería, trabajo social y psicología respectivamente. La segunda parte
del estudio consistió en la comparación de los resultados de las encuestas al personal con 86
expedientes médicos de mujeres atendidas en urgencias y mujeres hospitalizadas.

De los 72 profesionales de la salud encuestados, 58.3% eran de enfermería, 20.8% de medicina


general, 13.8% de psiquiatría y 6.9% de trabajo social. Un 84.7% dictó que había detectado
algún caso de violencia de género alguna vez. Sin embargo, los autores dieron a conocer que se
encontró “​la ausencia de protocolos de atención, la escasa capacitación, además de considerar
que la participación del personal de salud no está legitimada” ​(Martínez., Segura, Martínez,
Cruz, y Moreno, 2019, p. 11).

Igualmente, los autores explican que también hay un miedo palpable de acudir a instancias
legales, además de un desconocimiento sobre el tema y sobre todo de a dónde y con quien acudir
para darle un seguimiento al caso de violencia de género. Además, se halló que únicamente en

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18% de los casos de violencia de género, exisito seguimiento por parte del personal médico
durante el internamiento.
Por último, más de la mitad de los profesionales que contestaron la encuesta consideraron que en
su día a día realizan una búsqueda intencional de casos de violencia de género en las pacientes.
Sin embargo, Martínez y otros, comentan que “e​sta detección no se evidencia en sus registros
clínicos y aparece como parte de los relatos que algunas mujeres o familiares de las mismas
proporcionan​” (2019, p.14)

De esta manera, los investigadores afirman que al contrastar los datos de las encuestas y los
datos de los expedientes clínicos, se pueden pueden notar diferencias entre la percepción del
personal médico sobre cómo se trata la violencia de género en el hospital y la atención
proporcionada al tema. Además de una falta de protocolos de seguimiento y redirigimiento de los
casos.

Este problema no empieza en el hospital, si no que se viene incubando desde la manera en la que
reciben la educación los médicos. Esto se refleja en los estudios llevados a cabo en la
Universidad de Caldas en Colombia (Moreno, Sepúlveda y Restrepo, 2013) en donde se explora
la prevalencia de la discriminación de género en la facultad de las ciencias de la salud y en la
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (Hernández, Toraya, Maldonado, y Muñoz, 2016) en
donde se estudia la perspectiva y los valores que tienen los alumnos de segundo y octavo
semestre de medicina en cuanto al género.

En el estudio de Hernández, Toraya, Maldonado, y Muñoz publicado en el 2016 se quería ver el


contraste en el conocimiento en cuanto a conceptos de género en alumnos de segundo semestre
de medicina en comparación con alumnos de octavo semestre de la misma carrera. Al concluir el
estudio basado en entrevistas puntuales se encontró que los alumnos de octavo semestre no
tenían más conocimiento en el área de género que los alumnos de segundo. Esto deja en claro
para los autores que el tema de género no es tratado en los procesos escolares y tampoco se
aplica en el área de cuidado de la salud.

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Cuando se les cuestionó en la entrevista a los futuros doctores sobre la violencia doméstica como
un problema de salud pública ellos admitieron saber sobre la violencia con la que tratan las
mujeres y la describieron como más psicológica que física en tiempos modernos. Los alumnos
también se deslindan del problema de la violencia doméstica diciendo que las mujeres que no
conocen sus derechos son las que sufren de violencia doméstica. ​“Only women that allow it are
the ones who are mistreated”​ (Hernández, Toraya, Maldonado, y Muñoz, 2016, p. 24). De esta
manera es claro ver que hay una responsabilidad alta a la que le ponen a la educación de las
mujeres en relación con sus experiencias con la violencia de género, además de que se les da una
cierta “culpabilidad” a las mujeres de su sufrimiento por violencia de género.

A su vez estudiantes, empleadas y docentes de la facultad de ciencias de la salud de la


Universidad de Caldas (Moreno, Sepúlveda y Restrepo, 2013) fueron encuestadas en cuanto a su
experiencia sobre violencia de género en el campus y se descubrió que el 67.7% de las
estudiantes habían sufrido de algún tipo de discriminación o violencia en al menos una instancia
mientras que porcentaje de agresión en empleadas y docentes era de aproximadamente un 54%.
Los mayores agresores dentro de la Universidad fueron los docentes. Estos eventos de violencia
pueden variar desde un abuso de autoridad hasta agresión psicológica o verbal.

En este estudio se presenta una variable interesante y necesaria ya que Moreno, Sepúlveda y
Restrepo (2013) usan la raza como variable de investigación, dando así cabida a un elemento del
feminismo interseccional y a los problemas que no solo son de género, si no de raza, dando así
una razón para teorizar que la discriminación y violencia se emiten desde un juego de poder,
sobretodo sabiendo que los más violentadas son las alumnas y que los mayores violentadores son
los docentes. ​“Se puede decir que la violencia de género se manifiesta dentro de la comunidad
universitaria con frecuencias altas, siendo el estamento estudiantil el que más expuesto se
encuentra a todo tipo de agresiones, especialmente si se es de raza negra” (​ Moreno, Sepúlveda
y Restrepo, 2013, p. 18).

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Las mismas autoras Moreno, Sepúlveda y Restrepo (2012) publicaron otro estudio en el cual
también se estudiaba la Universidad de Caldas pero de una manera más general. Se estudiaron
hombres y mujeres que sumaron 18 empleados, 88 docentes y 292 alumnos. Con estas encuestas
se descubrió que el 64.9% de toda la población universitaria había pasado por una situación en la
que se veían vulnerados o discriminados por su género. Pero una cifra que aumentó 5 puntos más
con la inclusión de los hombres y nuevas carreras fue que el 72.6% de los estudiantes habían
sufrido de este problema.

La carrera universitaria donde más prevalente es la discriminación es en la carrera de medicina


donde se recolectó que el 86.4% de los estudiantes habían sufrido algún tipo de discriminación.
En el 97.8% de los casos en los que se presentó violencia y discriminación fue causada por
hombres en el área de medicina, mientras que en el área de enfermería el 53.6% de los casos fue
causado por mujeres.

Otro estudio relevante en cuanto violencia de género es el titulado “Percepción de la violencia de


género en estudiantes universitarios” de los autores Marín, Rodríguez, Rosero, Narváez, y Coka,
(2020). Este estudio analiza la violencia de género desde el punto de vista universitario porque se
enfoca en las opiniones y percepciones de jóvenes que estudian una carrera profesional.

Marín y el resto de los autores introducen el tema de violencia de género al distinguir la


diferencia entre el término “sexo” y el término “género”. Los autores explican que el sexo es la
diferencia biológica que existe entre hombres y mujeres. Por otro lado, género se refiere a las
construcciones sociales existentes para hombres y mujeres. Afirman que “​el concepto género
tiene como objeto de estudio las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres; mientras
que el sexo se refiere a características biológicas que son comunes a todas las sociedades y
contextos”, ​(Marín, Rodríguez, Rosero, Narváez, y Coka, 2020, p. 2)​.

Profundizan sobre el concepto “género” y los autores afirman que éste no es una característica de
tipo biológico, sino que es el sistema de valores, conductas, puntos de vista, rasgos personales,

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actitudes, dogmas, representaciones y sentimientos construidos colectivamente como parte de
una sociedad, con el fin de marcar la diferencia entre hombres y mujeres.

Es de gran relevancia tener en cuenta esta información proporcionada por Marín y el resto de los
autores (2020), pues ambos términos, sexo y género, suelen ser confundidos por otros
fácilmente.

De manera que “género” alude a las prácticas y creencias sociales, estas terminan abarcando
espacios públicos, oportunidades, reconocimientos, castigos, derechos y obligaciones de
hombres y mujeres. Lo que significa que cosas como las enlistadas, se definen a partir de tu
género y pueden existir limitaciones por ser de cierto género, que es un tipo de violencia.

En cuanto violencia de género, las limitaciones llegan a ser evidentes y reflejadas en los sistemas
legales, pueden ser menos evidentes pero igualmente violentas. Marín y otros (2020) exponen lo
siguiente: “​A estas limitaciones y discriminaciones se añade el componente más agresivo y letal
de estas inequidades: la violencia de género o sea una expresión caracterizada por formas de
brutalidad de una persona a otra motivada por su sexo o identidad de género”​ (p. 3) . Afirman
que la violencia de género es una problemática de nivel mundial, presente en países social y
económicamente pobres, pero también en aquellos países considerados desarrollados.

En cuanto la realización de este estudio cualitativo y cuantitativo, los autores llevaron a cabo un
cuestionario a 120 (67 mujeres y 53 hombres) alumnos de la Universidad Regional Autónoma de
los Andes en Ecuador (referida como UNIANDES en el artículo), donde las preguntas eran de
tipo sociodemográfico e indagaban acerca de la percepción de los estudiantes sobre violencia de
género.

De los 120 alumnos encuestados, 87 compartió que en su familia existían antecedentes de


violencia de género, es decir un 70% de los encuestados. Al preguntarles sobre qué consideran
ellos como violencia de género, 61.7% contestó que es “un problema grave para quien la sufre”.

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Por otro lado, un 26% considero que la violencia de género es un problema importante para la
sociedad y un 12% afirmó que la violencia de género es un problema “leve” y que suele pasar
desapercibido.

Entre las preguntas y respuestas más detonantes, se encuentra el interrogatorio sobre si los
alumnos consideraban que “la forma de vestir de las mujeres o incluso su comportamiento incita
a la violación”. A lo cual un 52.5% contestó que sí.

En otro punto de la encuesta, 80% de los alumnos opinaron que violencia de género es violencia
ejercida a tu pareja, y un 12% opinó que es cualquier tipo de violencia ejercida sobre la mujer,
específicamente.

Al discutir los resultados de la encuesta, Marín y el resto de los autores (2020) concuerdan que es
un avance el que 87.5% de los encuestados considere que la violencia de género es un problema
grave. Sin embargo, afirman que el que el 52.5% de los alumnos consideren que el
comportamiento o vestimenta de las mujeres incite a la violación es un problema cultural.

Los autores resaltan la importancia de estrategias que permitan tanto a alumnos como a
profesores introducirse un poco más en lo que es la violencia de género y cómo erradicarla, pues
aunque a lo largo de la encuesta hubo datos satisfactorios, se pudo sentir la falta de información
en cuanto a otras interrogativas.

La investigación de Marín y otros (2020) es de gran relevancia ya que es un punto de partida


para que el lector se pueda dar a profundidad una idea de cómo es que piensan los jóvenes hoy
en día, lo cual proporciona contexto para conocer la presente situación de la problemática
llamada violencia de género.

En el estudio de ​Pinzón, Armas, Aponte, y Usuche, (2018) también se habla sobre la percepción
en estudiantes universitarias de la violencia simbólica, se pone a prueba el papel que tienen las

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instituciones educativas como sustento de las ideologías que ponen a las mujeres a experimentar
violencia simbólica de género.

“La violencia simbólica de género se presenta cotidianamente en acciones-actitudes que


pueden llegar a ser fácilmente invisibilizadas. El lenguaje, las jerarquías que se
establecen cotidianamente en las relaciones interpersonales, las relaciones laborales y
las bromas. No reconocer (o ver/percibir) que en estos espacios existe un componente de
violencia es ya violento en sí y perpetúa las estructuras sociales (de poder) que se
reproducen en el sistema patriarcal en el que vivimos.”​ ​(Pinzón, Armas, Aponte, y
Usuche, 2018, p. 104)

Sorprendentemente de las 300 estudiantes de universidades públicas y privadas que fueron


encuestadas se descubrió que solo el 30% ha pasado por esta violencia simbólica como la
definen.

Las autoras Pinzón, Armas, Aponte, y Usuche, (2018) explican que la violencia simbólica es
difícil de visibilizar por el simple hecho de que es parte de una cultura y de esta manera pasa por
ser invisibilizada y hace comportamientos que deberían ser castigados aceptables. Para exponer
estas ideas ellas citan a Bourdieu que teorizó que el sistema educativo ayuda a la legitimación de
este tipo de conductas y se convierte en un sistema reproductor de ideologías que desembocan en
violencia.

El estudio descubre una limitación en no poder cruzar variables como lo es la raza y la clase, ya
que como eran ideas basadas de la teoría de Bourdieu, estas tienen en consideración la diferencia
en capital que tienen las mujeres de diferentes clases y razas. Hacer un estudio de este tipo
ayudaría a encontrar maneras de visibilizar el feminismo interseccional y buscar maneras de
aprender a ser comprensivos con las situaciones de los demás sabiendo que no todos estamos en
el mismo eslabón.

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El estudio de 2019 de las autoras Pérez, Pereira y Cantera titulado “Workplace Violence in Work
Environments against Gender Violence​” ​también resulta relevante al momento de hablar de
violencia de género, especialmente porque las autoras analizan el problema en un contexto
completamente distinto, aquel en donde se trabaja por la erradicación del mismo problema en
Barcelona, España.

La investigación de estas autoras fue de tipo cualitativo, en la cual se obtuvo la información por
medio de entrevistas. Destacan que el objetivo de su estudio consistió en “​describe and analyze
the subjective experiences concerning workplace violence in a group of 20 workers. The
scenario chosen shows a paradoxical situation: violence in environments where people work
against gender violence.”​ (Pérez, Pereira y Cantera, 2019, p. 1)

A manera de introducción, Pérez y el resto de las autoras (2019) comparten que la violencia de
género debe ser percibida como un problema sistemático, el cual involucra aspectos de las
relaciones del día a día, e incluso a la estructura de jerarquía en un ambiente laboral.

En cuanto a los entrevistados, las autoras explican que se trata de profesionales relacionados en
acciones e iniciativas sobre la investigación, detección e intervención en situaciones de violencia
de género, quienes laboran en instancias gubernamentales.

La entrevista fue dividida de manera que abarca diversas áreas de la problemática, como
violencia y el trabajo, la trayectoria de los entrevistados, convicciones y afirmaciones sobre lo
que ellos consideran violencia de género.

Al analizar las transcripciones de las entrevistas, Pérez y el resto de autoras (2019) explican que
“The analysis of the information the interviewees reported indicates that workplace violence in
this environment occurs as a result of mainly personal and organizational factors, which
generate serious conflicts among coworkers, superiors and the institution. This research
suggests that the phenomenon of workplace violence has a clearly multi-causal nature.” ​(p. 12)

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Asimismo, los entrevistados declararon que han visto o sufrido violencia, o incluso han sido
quienes acuden a la violencia en ciertos momentos. Específicamente, la violencia ha sido
expresada por medio de insultos o ignorancias que resultan en invisibilizar el trabajo realizado en
el área laboral.

Pérez y el resto (2019) de las autoras confirman que, de una manera controlada, organizada y
permitida, el contexto económico y legislativo de España influye de cierta manera en la creación
de este tipo de situaciones, en donde agresiones violentas ocurren. Al incitar un cambio en
niveles gubernamentales de alto mando, se considera que el contexto laboral podría mejorar.

El estudio cualitativo de las autoras Pereira, Brandelli, Neves, (2019​) ​estudia la violencia de
género en las relaciones afectivas en los jóvenes. Para la realización de este análisis se llevaron a
cabo 6 ​focus groups,​ donde participaron adolescentes que asistían a escuelas de la parte rural y
urbana de Brasil.

Entre los subtemas que surgieron en la plática se encuentran el feminismo y la comunidad


LGBT, sin embargo, los temas de mayor presencia en los focus groups son las relaciones
amorosas entre jóvenes y cómo es que estas se desenvuelven. De acuerdo a los adolescentes que
participaron, las relaciones afectivas pueden iniciar desde un beso hasta un “encuentro casual”.

En cuanto a la violencia en las relaciones afectivas, se detectó que la violencia en el tipo de


relaciones de estos adolescentes es del tipo verbal. Se reconoció la importancia de este tipo de
violencia, sin embargo, se deja ir fácilmente ya que es considerada menos agresiva que la
violencia física. Igualmente, los adolescentes mencionaron la violencia en la red, como el
controlar y monitorear las redes sociales de tu pareja (Pereira, Brandelli, y Neves, 2019).

En las consideraciones finales mencionadas por Pereira, Brandelli, y Neves estos autores
recalcaron los diferentes tipos de relaciones que pueden darse entre los adolescentes. Esto ya que

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dependiendo del tipo de relación afectiva que hay entre dos individuos, es que puede surgir
alguna situación de violencia.

Micromachismos en adolescentes es el tema principal en el artículo académico de las autoras


García, Hidalgo, López, y Román (2018). Este artículo aborda la violencia de género con la
inclusión de la maternidad y paternidad, que es observar la problemática con la añadidura de
otros subtemas y contextos.

La primera idea que destacan en su artículo es la diferencia que aún existe entre las identidades
masculinas y femeninas. Cómo es que la primera es relacionada con la fuerza, el poder,
autosuficiencia, autocontrol, etc. Por otro lado, la identidad femenina todavía se relaciona con la
dependencia emocional, el cuidado de los otros y la comprensión.

Las autoras explican que el ser humano se construye por medio de la relación que hay entre 3
esferas diferentes, que son la esfera biológica, que constituye las diferencias biológicas y físicas
entre el sexo masculino y femenino, la esfera social que son los roles asignados a hombres y
mujeres y la esfera psíquica, que es aquella donde se construyen las posturas subjetivas en cuanto
lo masculino y femenino a partir de la convivencia en sociedad. Explican que el género es la
construcción cultural basada en las diferencias entre los sexos. (García, Hidalgo, López, y
Román, 2018)

La información de este artículo fue recuperada por medio de dos grupos de discusión, uno
compuesto por 7 adolescentes hombres y otro compuesto por 7 adolescentes mujeres. El objetivo
de este estudio cualitativo fue conocer las representaciones sociales de los micromachismos en
las relaciones afectivas y el concepto que tienen los adolescentes de la maternidad y paternidad.
En los grupos de discusión se hablaron temas como las relaciones afectivas y las
responsabilidades de hombres y mujeres tanto dentro como fuera de las relaciones amorosas.

En García, Hidalgo, López, y Román, (2018) explican que los micromachismos son aquellas
actitudes y prácticas de dominación masculina en el día a día, cimentadas y encontradas en la

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sutiliza de prácticas sociales. Es por eso que pueden llegar a ser casi imposibles de notar, o no
identificados a simple vista, actitudes encontradas hasta en el hombre menos machista de todos.

Profundizan en los diferentes micromachismos, que se dividen en 4: los utilitarios, que fuerzan a
la feminidad a ser relacionada con los tradicionales aspectos de cuidado y cuidado doméstico.
Los encubiertos, que ocultan su objetivo al abusar de la confianza femenina, los de crisis, que
buscan la permanencia del​ status quo​ desigualitario entre sexos y los coercitivos, que utilizan
fuerza psicológica para la perpetuación de violencia de género. Consideramos que la inclusión
del término machismo y micromachismos es de gran importancia, pues no todos los estudios
tocan este tema, el cual está íntimamente vinculado con la violencia de género.

Los resultados de este artículo demuestran que los adolescentes actuales están informados sobre
el machismo y tienen conciencia al respecto, lo cual puede resultar un cambio social y en la
disminución de violencia de género hacia las mujeres. Esto se concluyó ya que entre los
adolescentes varones 6 de los 7 dijeron que las tareas domésticas deben de ser divididas entre el
hombre y la mujer y que la mujer tiene libertad de ejercer laboralmente, y no ven un problema si
ella es quien cuenta con un mayor ingreso económico. Además, se notó la apertura por parte de
las mujeres ya que estas resaltaron la importancia de la independencia sobre todo económica,
pues existe el caso de una posible separación amorosa en el futuro.

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Método

Este es un estudio con metodología cuantitativa en dos ámbitos diferentes. El primero fue con
estudiantes universitarias del Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey en Nuevo León.
Esta institución es una que brinda educación superior privada. Se encontró que la población del
campus universitario es de 16,649 personas, no se pudo conseguir el número o porcentaje exacto
de alumnas dentro de este así que se tomó el 40% de la población estudiantil. A partir de este
40% se tomó una muestra de 364 alumnas para aplicarles una encuesta que buscaba encontrar su
conocimiento y experiencias con la violencia de género. Entonces la unidad de análisis fueron
alumnas que actualmente cursan una carrera universitaria en el Tec de Monterrey, Campus
Monterrey. Esta encuesta fue distribuida y contestada en Google Forms. Esta encuesta se basó
en un cuestionario que se dividió en tres partes: la primera fue para conocer si las alumnas se
informan en materia de género y si conocen sobre la herramienta del violentómetro, la segunda
fue para conocer las experiencias que han tenido con la violencia de género, y la tercera fue para
aprender cuál es la percepción que se tiene sobre los efectos que tiene la violencia de género
sobre las alumnas. Se recibieron 391 respuestas a la encuesta después de que se compartió por
diferentes medios con las alumnas, algunos de estos medios fueron: Facebook y WhatsApp.
Estos datos obtenidos se procesaron con la herramienta SPSS, donde se obtuvieron tablas de
frecuencia y tablas de contingencia que se probaron con la chi cuadrada.

En el segundo ámbito de investigación se llevó a cabo un análisis de contenido. Este análisis de


contenido se llevó a cabo por medio de la búsqueda de las frases clave “I was abused in college”
y “testimonies of college sexual assault” en la plataforma de videos YouTube, estas frases clave
fueron escritas en inglés para ampliar el resultado de búsqueda. Nuestra muestra fue de 26 videos
testimoniales donde las víctimas de violencia de género hablaban de su experiencia, estos videos
duran desde 2 minutos hasta 30 minutos y el video más antiguo fue del 2011 mientras que el más
reciente es uno que se publicó este año (2020). La información se recolectó por medio de una
hoja de codificación, que a su vez está basado en un manual de codificación. Este manual de
codificación está conformado por 26 preguntas que exploran varios aspectos de las experiencias
de los protagonistas. Las preguntas van desde la edad, sexo y raza de la persona que aparece en

19
el video y de su victimario hasta la profundidad con la que describe su experiencia y si denunció
a su victimario. Las respuestas que se podían dar se identificaban con un número y se
describieron en este manual para que después se pudieran llenar la hojas de codificación. Se
llenaron 26 hojas de codificación, esta información después fue procesada por medio de excel
para poder adquirir gráficas que muestran la frecuencia y variación de los códigos en los videos.

20
Resultados

Análisis de contenido
De manera que el título de nuestra investigación es ​Experiencia, Percepción y Conocimiento
sobre la violencia de género de las mujeres del Tec de Monterrey, Campus Monterrey​, el
contenido que decidimos analizar fueron testimonios de personas que hayan vivido este tipo de
abuso mientras asistían a la universidad. Analizamos 26 videos de Youtube. La búsqueda fue la
siguiente: ​Testimonies of college sexual assault ​y ​College/university sexual assault.​ Después,
procedimos a ver los videos que resultaban de esa búsqueda de palabras. La mayoría de los
resultados eran testimonios personales de cada víctima o reportajes de medios de comunicación.
La duración de los videos iban desde 2 minutos hasta casi los 30 minutos, el video con más corta
duración siendo de 2:03 minutos y el de más larga duración siendo de 28:36 minutos. El único
punto que jamás varió en los 26 videos analizados fue que en ninguno de ellos se mencionó la
orientación sexual de la víctima. El video con mayor antigüedad data del 2011, y el más actual es
del presente año. El video más visto cuenta con ​3.155.746 vistas y es del año 2015. De los 26
videos vistos, solo en uno de ellos el victimario era mujer. Por otro lado, de las 26 víctimas,
únicamente 2 de ellas eran hombres. ​A continuación presentamos tablas de las variables más
relevantes que fueron tomadas en cuenta el momento de analizar cada video, en anexos se
encuentra el resto de tablas.

21
La tabla 1 muestra el género de las víctimas, donde se puede visualizar que solo 2 de las 26 eran hombres,
mientras que 24 de los videos vistos contaban con víctimas mujeres contando su historia.

La tabla 5 fue destinada para el lugar en donde ocurrió la violencia de género, donde se ve que 12
de los episodios de violencia ocurrieron dentro del campus de la universidad (codigo 1). 10 de los
otras vivencias, ocurrieron afuera del campus pero en sus alrededores (código 2) y únicamente en
una ocasión ocurrió fuera y lejos de el (código 3) (el código 4 fue destinado para cuando no se
menciona donde se dio el abuso). Esto demuestra que los alumnos no están seguros dentro de su
propio campus, pues estos abusos ocurrieron dentro del mismo.

22
La tabla 6 muestra el género del victimario, donde se observa que únicamente en uno de los casos,
una mujer fue quien abusó de otra mujer (código 2). Por otro lado, en otro caso una mujer fue
abusada por más de un hombre (código 3). En el resto de los videos, (24), el victimario fue un
hombre que abusó de otra mujer. Se puede notar que los casos en los que un hombre es el
victimario rebasan en gran número a los casos en los que una mujer es quien ejerce violencia.

23
La tabla 7 fue destinada para observar si es que el victimario era una autoridad ante la víctima (ej:
maestro, un hombre de mayor edad, entrenador). Como se muestra, únicamente en 2 casos el
victimario contaba con un nivel de autoridad por sobre la víctima (código 1). En otros 2 casos, esta
información no se menciona. En el resto de videos (22), el victimario no contaba con autoridad por
sobre ella. Esto significa que no necesariamente los victimarios son personas mayores o con algún
tipo de autoridad, sino que resultan ser personas en un mismo nivel que con la víctima.

24
La tabla 8 busca mostrar el nivel de autoridad con el que contaba el victimario por sobre la víctima.
Como se explicó en la tabla 7, 22 de los victimarios no contaba con autoridad (código 4), uno de
ellos era un ​maestro​ (código 1), uno de ellos era un ​conocido de mayor edad que por ende cuenta
con autoridad​ (código 3) y en 2 de los casos, no se da a conocer si el victimario contaba con alguna
autoridad por sobre la víctima o no (código 5)

25
La tabla 16 muestra cuál fue el tipo de violencia de género que experimentó la víctima. Es
importante determinar esto ya que no siempre se experimenta solo violencia sexual. En 23 de los
casos las víctimas experimentaron violencia sexual (código 3), solo en
dos de los casos estudiados se experimentó violencia de tres tipos (código 4): física, sexual y
psicológica. En solo uno de los casos se presentó violencia de solo dos tipos (código 4). Esto significa
que la presencia de violencia sexual es la más experimentada en las universidades ya que en 25 de
los casos hubo presencia de violencia sexual.

El hecho de que de 26 testimonios analizados, 24 de las víctimas fueran mujeres corrobora el


hecho de que a lo largo de los años y todavía actualmente, la mujer es quien suele ser abusada
por parte de un hombre, es quien se encuentra en un nivel de subordinación en diferentes ámbitos
de su vida, como social, económico, político y en ocasiones también en el ámbito personal. No es
coincidencia que hasta 1953 la mujer ganó ciudadanía completa en la República Mexicana, y que
en 1955 ejerciera por primera vez su derecho al voto, por nombrar un ejemplo.

Al momento de analizar los videos testimoniales, consideramos la posibilidad de que estos


abusos hayan sido perpetrados por parte de alguna figura de autoridad por sobre la víctima, ya
sea un maestro, directivo, entrenador o incluso algún conocido de mayor edad que por ende
cuenta con un nivel de autoridad por sobre la víctima. Como datan Moreno, Sepúlveda y
Restrepo en un estudio realizado en el 2013, 67.7% de las alumnas de la Universidad de Caldas
habían sufrido algun tipo de discriminación o abuso dentro del campus. La mayoría de los
victimarios conformaban el cuerpo docente, de manera que consideramos esta posibilidad al
momento de analizar nuestro contenido testimonial. Sin embargo, como lo muestra la gráfica
anteriormente presentada, únicamente en 2 de los testimonios analizados, el victimario era una
autoridad por sobre la víctima. En el resto de los casos era algún conocido, desconocido, amigo o
incluso la pareja amorosa de la víctima. Esto, sumado a los hechos presentados por Moreno,
Sepulveda y Restrepo (2013), demuestra que las alumnas, al asistir a la universidad, corren el

26
riesgo de sufrir algún tipo de abuso no solo por parte del cuerpo docente, sino de conocidos y
desconocidos.

Por otro lado, consideramos necesario profundizar en el tema de las denuncias de este tipo de
abuso o en el compartir lo sucedido con familiares y/o amigos en el momento en el que ocurre el
abuso. En los testimoniales observados, 11 de las víctimas decidió compartir lo que le pasó a
familiares o amigos, 9 de ellas no lo compartieron a nadie y en los otros 6, no se menciona si se
compartió o no.
En cuanto a denuncias con la autoridad, 16 de las víctimas compartieron que sí denunciaron lo
sucedido y 10 de ellas no puso denuncia.
Únicamente en 4 de los casos donde se puso una denuncia, el victimario fue expulsado de la
universidad donde se cometió el abuso, otros 3 de los victimarios término en la cárcel. En 8 de
los casos, el victimario no sufrió repercusiones por sus actos y continuó con su vida
normalmente, y en uno de los videos testimoniales no se menciona que clase de efecto tuvo la
denuncia de la víctima.
Consideramos importante tomar en cuenta que el compartir este tipo de vivencias es sumamente
difícil, pero como lo menciona una de las víctimas en su video testimonial “necesario para seguir
adelante”. No obstante, hay que tomar en cuenta las reacciones de las personas a las que se les
comparte esta información.

De acuerdo a Hernández, Toraya, Maldonado y Muñoz (2016), autoras que realizaron una
estudio con alumnos de medicina, los futuros doctores coincidieron que la violencia que viven
las mujeres actualmente suele ser más del tipo psicológica que física. Por otro lado, las autoras
comparten que uno de los participantes del estudio considera que “​Only women that allow it are
the ones who are mistreated”​. Este punto de vista cambia los papeles de la violencia vivida, y
busca culpar a la víctima, ya que es decir “permitiste que sucediera y por eso te trataron mal”.
Consideramos que esto influye en el que las víctimas decidan no compartir su experiencia de
violencia con amigos o familiares, ni mucho menos hacer una denuncia pública ante autoridades.
Sin un conocimiento sobre el tema, la culpa seguirá queriendo ser impuesta sobre la víctima, y

27
esta por ende, no se sentirá segura de compartir su vivencia, lo cual jamás resultará en justicia
para la misma.

Encuesta
En esta sección exploraremos las respuestas que obtuvimos en la encuesta que aplicamos a las
alumnas del Tec de Monterrey sobre la violencia de género en la universidad. Vamos a ver desde
tablas de frecuencia, donde analizaremos los datos como una sola variable y veremos
porcentualmente cuales son las respuestas más recurrentes para así llegar a reconocer patrones en
el comportamiento y estado de la comunidad universitaria en la materia de violencia de género.
Posteriormente haremos 2 tablas de contingencia donde pondremos a prueba las hipótesis de
nuestras entregas pasadas, esto por medio de la Chi cuadrada que será el indicador principal para
saber si es necesario descartar nuestras hipótesis. Todo esto con su debido análisis. Para terminar
cumpliremos con un análisis integral donde se tomen en cuenta las diferentes tablas y gráficas
que creamos en el desarrollo de la entrega y analizaremos si hemos cumplido con nuestros
objetivos de investigación, además de respaldar nuestras hipótesis. (Al igual que con las tablas
del análisis de contenido, las más relevantes estarán a continuación y el resto en anexos).

Tabla 1

De manera que en nuestra investigación queremos conocer la percepción que tienen las alumnas del
campus Monterrey sobre las repercusiones de sufrir violencia de género y si alguna vez ellas han vivido
algo así, nos aseguramos de preguntar la universidad de la encuestada e ignorar las encuestas en las que se
contestó que se estudiaba en otra universidad. El total de respuestas de alumnas del Tec de Monterrey
fueron 391, como se puede observar en la tabla superior.

28
Tabla 2

La violencia de género es un tema que puede ser relacionado con el feminismo. Consideramos que el que
las alumnas se consideren a sí mismas feministas o no, puede que tenga que ver con su percepción sobre
lo que es la violencia de género y sus efectos en la víctima de este tipo de violencia. Se puede apreciar
que 87% de las alumnas encuestas se considera a si misma feminista, cerca del 100%.

Tabla 3

29
Debido al auge que ha tenido en los últimos años el feminismo consideramos relevante conocer de dónde
es que las alumnas descubrieron a este movimiento. 55%, más de la mitad de las encuestas, descubrió al
feminismo por medio de redes sociales. Únicamente el 5.6% de las alumnas conocieron al feminismo por
medio de libros, y un 6.1% lo conoció debido a maestras o maestros. Por otro lado, 23.3% de las
encuestadas conoce a este movimiento por medio de amigas o amigos. Esto refleja cómo es que los
jóvenes suelen informarse hoy en día, que es por medio de redes sociales.

Tabla 4

30
Entre nuestros objetivos se encuentra conocer las fuentes de información que consultan las alumnas
cuando se trata de temas como violencia de género y feminismo. Antes de poder hablar de las fuentes que
consultamos, necesitábamos averiguar si es que se mantienen informadas sobre estos temas o no. Como se
puede observar en la Tabla 4, únicamente el 6.4% de las alumnas no está al tanto de estos temas. Por otro
lado, 74% de las encuestadas se mantienen informadas sobre cuestiones como genero, feminismo y
violencia contra las mujeres.

Tabla 6

31
Queremos saber que es lo que piensan las alumnas de su universidad, si consideran que es un lugar en el
cual las mujeres puedan llegar a vivir algún tipo de violencia de género. Como se observa en la Tabla 6, el
72% de las encuestadas piensa que el Tec de Monterrey si es una institución donde las alumnas son
susceptibles a vivir algo así. Únicamente el 12% piensa lo contrario, y un 15% no lo sabe.

Tabla 7

La Tabla 7 está destinada para la percepción que tiene las alumnas sobre cómo es que la Institución
resuelve casos de violencia, a lo que el 49% de las estudiantes piensa que su universidad no apoya ni
resuelve correctamente este tipo de casos. 37% no está segura de su postura, pues contesto “no se” y
solamente un 13/% opina que su institución si resuelve y apoya este tipo de casos.

32
Tabla 8

La tabla 8 refleja si las estudiantes conoce a otra mujer que haya vivido violencia de género en la
universidad, pregunta relevante ya que entre nuestros objetivos está el conocer cuántas mujeres conocen a
otra alumna que haya experimentado algo así. Como se puede apreciar, el 60% de las alumnas
encuestadas conoce a otra estudiante que haya vivido violencia de género en la universidad, mientras que
el 30% dice que no. Un 8% admite no saberlo.

Tabla 9

33
La tabla 9 busca reflejar si las alumnas conocen el violentómetro, a lo que el 69% de las encuestadas
admite si conocerlo. Por otro lado, el 30% reconoce no saber del violentómetro​.

Tabla 21

La Tabla 21 busca mostrar la experiencia individual de cada encuestada. El 22% de las alumnas
consideran haber recibido piropos y silbidos dentro de su universidad. El 73.4% consideran lo contrario, y
un 4.6% contesto que no lo sabía. Esto demuestra que más de la mitad de las alumnas encuestadas no han
recibido silbidos o piropos dentro de su institución.

Tabla 22

34
La Tabla 22 habla sobre la demeritación en el ámbito escolar, a lo cual el 45.5% de las encuestadas
considera haber sido demeritada dentro de su universidad. El 42.7% considera lo contrario, el 11% no lo
sabe y únicamente el .8% contestó “prefiero no decirlo”. Hay casi un empate en cuanto a las respuestas de
“sí” y “no”, pues 178 alumnas consideran haber sido demeritadas dentro de su institución y en el ámbito
escolar, y 167 encuestadas consideran que no lo han sido.

Tabla 23

La Tabla 23 muestra el aislamiento social impuesto por la pareja de la encuestada, y que si ella
consideraba alguna vez haber vivido eso dentro de su universidad. El 17% de las estudiantes encuestadas,
consideran haber vivido esta situación dentro de su universidad. El 78.5%, por otro lado, considera lo
contrario. Un 3.1% contesto “no se” y un 1.3% contestó “prefiero no decir”. Esto demuestra que más de la
mitad de las estudiantes no han vivido esta situación dentro de su institución.

35
Tabla 24

La Tabla 24 plantea la situación de destrucción de artículos personales por parte de la pareja de la


encuestada, esto sucediendo dentro de su universidad. El 93.4% de las encuestadas considera que no ha
vivido esta situación, mientras que el 5.4% considera lo contrario. .8% contesto “no se”, y .5% contestó
“prefiero no decir”. Casi el 100% de las estudiantes encuestadas considera no haber vivido esta
experiencia dentro de su universidad.

Tabla 25

36
La Tabla 25 plantea la situación de recibir golpes o jaloneos dentro de la universidad. 87.5% de las
encuestadas consideran no haber vivido esta situación, mientras que el 10% considera lo contrario. Un 7%
contesto “no se” y un 3% “prefiero no decir”. Debido a que un golpeo o jaloneo son violencia física, nos
sorprendió que 10% de las alumnas consideren haber vivido esa experiencia dentro de su universidad.

Tabla 26

La Tabla 26 plantea la situación de vivir coerción sexual dentro de la universidad. Como se puede
apreciar, 23.8% considera que ha vivido esta situación. Por otro lado, el 71.6% considera no haber vivido
coerción sexual dentro de su institución académica. Un 11% contestó “no se” y un 7% “prefiero no decir”.
Esto significa que 93 estudiantes de las 391 encuestadas, (23.8%), considera haber vivido coerción sexual
dentro de su universidad.

37
Tabla 27

La Tabla 27 plantea la situación de recibir amenazas de muerte dentro la universidad. Como se muestra,
4.3% de las encuestadas considera haber vivido esta situación. Contrariamente, 91.6% de las estudiantes
consideran no haber vivido esta experiencia. 2.8% contesto “no se” y 1.3% “prefiero no decir”.

Tabla 28

Al plantearse la situación de haber vivido abuso sexual dentro de la universidad, 10.5% de las encuestadas
consideran haber vivido esa experiencia. Contrariamente, el 84.7% de las estudiantes considera que no.

38
4.1% contesto “no se” y .8% “prefiero no decir”. Esto muestra que 41 (10.5%) de las 391 estudiantes
encuestadas, consideran haber vivido abuso sexual dentro de su institución academica.

Tabla 29

La Tabla 29 muestra que, en caso de considerar haber sufrido alguna de las situaciones planteadas
anteriormente (jaloneos, abuso sexual, coercion sexual, destruccion de articulos personas, entre otras),
¿cual ha sido el genero del victimario para aquellas encuestadas que consideraban haber vivido alguna de
las experiencias platenadas?. Como se puede observar, 38.1% no considera haber vivido nada de lo
planteado, 48.1% admitió que su victimario siempre fue hombre, 13.6% contestó que su victimario fue en
algunas ocasiones hombre y en otras mujer, y un .3% reconoció que su victimario fue siempre mujer.
Consideramos que esta tabla es relevante, pues casi el 50% de las estudiantes encuestadas contestaron que
su victimario fue siempre un hombre. Solamente una, de las 391 alumnas, contestó que su victimario fue
siempre mujer. Esto refuta posturas que buscan decir que los victimarios de este tipo de violencia no es
siempre hombre, pues aunque no siempre lo sea, en su mayoría de los casos, lo es.

39
Tabla 33

La Tabla 33 muestra la opinión de las estudiantes sobre si los casos de violencia de género afectan los
estudios de las mujeres, incluso de aquellas que no han vivido este tipo de experiencia. Como se puede
apreciar, 92.8% contestó que sí, mientras que un 3.3% contesto lo contrario. Solo 3.8% contesto “no se”.
Esto demuestra que casi el 100% de las estudiantes encuestadas consideran que la violencia de género
afecta los estudios de las mujeres, incluso de las que no viven este tipo de violencia.

40
41
Tabla de contingencia y chi cuadrada 1

El 49.1% de las alumnas considera que el Tec de Monterrey no resuelve correctamente los casos
de violencia de género. El 58.7% de las alumnas que consideran que la universidad es un lugar
donde las alumnas son susceptibles a sufrir violencia de género dicen que sí resuelven los casos,
este porcentaje es alto frente al 14.9% que considera que las alumnas no son susceptibles. Por
otro lado, el 31.1% considera que no sabe si son susceptibles o no.
Por tanto, la resolución de casos de violencia de género tiene una relación con la
susceptibilidad a la misma. La relación es grande ya que la mayoría de las alumnas que
contestaron que no saben o que no piensan que son susceptibles a la violencia de género también
consideran que no saben o que sí ha resolución en los casos de violencia de género. En cambio,
la mayoría de las que votaron que sí se consideran susceptibles respondieron en su mayoría que
no se resuelven correctamente casos en la universidad y que tampoco se da apoyo.
Es interesante ver los datos de esta tabla cruzada y apoyan nuestros objetivos ya que nos
demuestran que, aunque gran cantidad de las alumnas se consideran feministas (87%) y con
conocimientos en el área de feminismo y violencia de género (74%) casi la mitad de ellas no
conocen sobre la situación actual en cuestión de violencia de género dentro de la universidad, 32

42
(8.2%) de ellas contestaron que no sabían sobre ninguna de las dos preguntas y 144 (36.9%)
respondieron que no sabían a alguna de las dos preguntas. Estos resultados ayudan a ver que la
susceptibilidad que sienten las alumnas está en relación con cómo piensan que la universidad
maneja los casos de violencia de género.
De acuerdo con la anterior Tabla de Prueba de Chi Cuadrada 1 se puede concluir que hay
una relación entre las variables ya que el valor de ​p​ es menor a 0.05, por lo tanto, se rechaza Ho
y se rechaza la hipótesis nula. Solo hay una celda con un valor menor a 5, entonces la tabla de
Chi cuadrada es válida para análisis. Entonces, la proporción de alumnas que consideran que el
Tec maneja bien los casos de violencia de género, las piensan que no saben y las que piensan que
no los maneja bien es diferente entre las que creen que son susceptibles y las que no lo creen.

Tabla de contingencia y chi cuadrada 2

El 69.8% de las encuestadas considera que conoce el violentómetro. Siendo este el porcentaje
mayor en las que se informan sobre el feminismo (81.3%), seguido por las alumnas que se
mantienen informadas de todos los temas (72.4%), 64.7% de las alumnas que se informan en
cuestión de género, 65.1% de las que se informan de violencia de género y 44% que no se
informa sobre ningún tema.

43
Esto indica que las alumnas que no se informan en cuestiones de feminismo, género y
violencia conocen en menor cantidad herramientas que las ayudarían a reconocer violencia de
género en el ambiente académico. La relación se puede considerar grande, ya que las alumnas
que se informan al menos de un tema tienen mayor presencia en el área que sí conoce el
violentómetro. Los datos que esta tabla cruzada arrojan apoyan los objetivos de estudio ya que
nos demuestran que, las alumnas que se mantienen informadas entienden las conocen
herramientas que las apoyan en la lucha contra la violencia de género. Estos resultados ayudan a
ver que el nivel de información está en relación con la prevención de la violencia de género a
través de herramientas que brinda apoyo a la comunidad universitaria femenina.
De acuerdo con la anterior Tabla de Prueba de Chi Cuadrada 3 se puede concluir que hay
una relación entre las variables ya que el valor de ​p​ es menor a 0.05, por lo tanto, se rechaza Ho
y se rechaza la hipótesis nula. Entonces, la proporción de alumnas que conocen el violentómetro,
las que dicen que no lo conocen es diferente entre las que se mantienen informadas en temas de
feminismo, género, y violencia de género y las que no se mantienen informadas en estos temas.

44
Discusión y Conclusiones

¿Cuál es el grado de conocimiento de las alumnas del Tec de Monterrey sobre la violencia de
género y la percepción de los efectos de esta?

Las alumnas cuentan con un alto nivel de conocimiento sobre la violencia de género, pues en las
situaciones planteadas, su mayoría si las consideraba violencia de género. Esto demuestra una
familiarización el tema. En cuanto la percepción de los efectos de este tipo de violencia, para las
alumnas del campus Monterrey, las repercusiones de vivir una situación de este tipo son
depresión, culpa, desmotivación, ansiedad y desconfianza. Asimismo, toman en cuenta la
posibilidad de que puede haber otros efectos a esta experiencia de abuso. De acuerdo a Martínez
y Rocha, las consecuencias en la salud física de las mujeres que sufren violencia de género son
depresión, intentos de suicidio, trastorno por estrés postraumático, ansiedad, entre otros. Esto
indica que las estudiantes del campus Monterrey también están familiarizadas con los efectos de
vivir violencia de género.

En cuanto al objetivo de conocer cuántas alumnas del campus Monterrey han vivido violencia de
género dentro de su universidad, después de analizar las respuestas de la encuesta, hallamos lo
siguiente:

● 86 de 391 alumnas contestaron que consideran haber recibido piropos o chiflidos dentro
del campus.
● 178 de 391 encuestadas contestaron que consideran haber sido desmeritadas dentro de las
aulas.
● 67 de 391 encuestadas contestaron que han sufrido aislamiento social dentro del campus
por parte de su pareja.
● 21 de 391 encuestadas contestaron haber sufrido la destrucción de artículos personales
dentro de la universidad por parte de su pareja.
● 39 de 391 encuestadas contestaron haber sido empujadas o jaloneadas dentro del campus.

45
● 93 de 391 encuestadas contestaron haber experimentado coerción sexual dentro de su
institución.
● 17 de 391 encuestadas contestaron haber recibido amenazas de muerte dentro del
campus.
● Y 41 de 391 encuestadas contestaron haber sufrido abuso sexual dentro de su
universidad.

Aunque al visualizar las tablas y ver los porcentajes, los más altos son aquellos en los que las
alumnas contestaron “no” haber vivido una situación como la planteada, los datos presentados
arriba son considerablemente notables como para pensar en la universidad como una institución
en la que las estudiantes pueden llegar a vivir algún tipo de violencia de género. Asimismo, estos
porcentajes incitan a una mejor educación sobre el tema, pues en algunas situaciones planteadas
las encuestadas contestaron “no sé” o “prefiero no decir”. Consideramos que las respuestas de
“prefiero no decir”, probablemente son, un sí considero que he vivido esta situación.

A partir de la información recopilada y los análisis se comprueban cinco de nuestras seis


hipótesis. La hipótesis que no se verificó fue la de “Los victimarios de casos de violencia de
género son personas con autoridad en el Tec de Monterrey” ya que se descubrió que la mayoría
de los casos de violencia de género se perpetuaron por un un alumno y no por un directivo o un
maestro.
En cuanto a lo que consideran las encuestadas violencia de g​é​nero, los porcentajes que no
consideran ninguna de las situaciones planteadas (piropos, abuso sexual, destruccion de objetos
personales, coerción sexual, entre otras anteriormente mencionadas) son extramadamente bajos,
comparados con los porcentajes de las encuestadas que sí consideran esas situaciones como
violencia de g​é​nero. Esto demuestra que las alumnas están familiarizadas con el tema.

Esta investigación presenta varias limitaciones por el hecho de que el tema de la violencia de
género es uno delicado, sobretodo cuando se trata dentro del ámbito escolar. A partir de este
hecho se pensó que la muestra que tenía que cumplirse para validar el proyecto era muy alta,
pero fue al contrario se contestaron más encuestas de las que la muestra determinaba. Esto puede

46
significar que aunque sea un tema fuerte e incluso incómodo las mujeres están dispuestas a
dialogar sobre él. Otra limitación que se podía haber presentado era el hecho de que las clases se
transforman en digitales y que no hubo contacto directo con más alumnas para pedir que
contestaran la encuesta. Pero creemos que esto funcionó a favor de la investigación ya que, por
lo mismo de que es un tema delicado, se podía haber presentado una presión a las alumnas por
responder de cierta manera si se hubieran hecho encuestas presenciales. Otra limitación fue no
saber el número específico de mujeres estudiando en la institución, ya que no se pudo determinar
una muestra exacta.

Esta investigación se presenta en un momento donde el tema de la equidad de género se presenta


en discusiones dentro de las universidades, sobretodo con los nuevos protocolos de género. Se
espera que esta investigación pueda ser expuesta para que se cobré más interés en el asunto de la
violencia de género en el campus y que más gente entienda porque se necesitan estos protocolos.
Otros puntos interesantes que se podrían estudiar dentro de este mismo tema es la diferencia en
la cantidad de violencia de género experimentada por las alumnas de diferentes áreas de estudio.
Esto puede ser interesante ya que en los estudios consultados se hablaba de como en el área
médica las mujeres son más violentadas que en las áreas de humanidad u otras (Martínez.,
Segura, Martínez, Cruz, y Moreno, 2019, p. 11). Esta información sería útil para los directores de
carrera ya que pueden poner especial atención en investigar casos de este tipo.

De acuerdo a Romero y Saavedra (2018), existe un tabú alrededor de la discusión del tema de
violencia de género, especialmente en universidades, en parte por pena y en parte por temor. Esto
resulta en una tolerancia hacia la violencia de género, pues no hay un involucramiento por los
directivos de las instituciones educativas, ni un cuestionamiento profundo y/o genuino por parte
de los involucrados en el acto violento, ni por parte de la víctima ni del victimario. A su vez, esto
genera una institucionalización de la violencia de género por alumnos, colaboradores, directivos
y profesores. Al analizar las respuestas de las alumnas, nos resulta un tanto alarmante el que 21
de las encuestadas no consideren violencia de género el que su pareja las aísle de amigos o
familiares, que 18 de ellas no consideren violencia de género la destrucción de artículos

47
personales por parte de su pareja , que 4 de ellas no consideren violencia de género las amenazas
de muerte por parte de amigos o su pareja, y que 16 de las alumnas encuestadas no consideren
violencia de genero el abuso sexual, por nombrar unos cuantos ejemplos. Aunque la mayoría de
las encuestadas está familiarizada con el tema, aún existen un número relevante de alumnas que
no. El fomentar la discusión de temas como violencia de género dentro de las universidades
podría resultar en un mejor entendimiento sobre la misma, y así, posiblemente el número de
casos de violencia de género experimentada por alumnas, reduciría.

48
Referencias

García, A., Hidalgo, M., López, M., & Román, M. (2018). Los micromachismos en los
adolescentes. Su asociación con las relaciones de pareja y el modelo de maternidad y
paternidad. Cultura de los Cuidados (Edición digital), 22(51).
Hernández, A., Rodríguez, A., & Ruíz, L. (2016). Discriminación de género en el aula
universitaria y en sus contornos. Ra Ximhai, 49–68. doi: 10.35197/rx.12.01.2016.03.af
Hernández, A., Toraya, J., Maldonado, T., & Muñoz, J. (2016). Perceptions, concepts, attitudes
and values of Mexican medicine students about gender: a descriptive study. Revista De
La Facultad De Medicina, 64(1), 21–26. doi:10.15446/revfacmed.v64n1.53678
Marín, Á., Rodríguez, C., Rosero, S., Narváez, C. A., & Coka, D. (2020). Percepción de la
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https://www.unicef.org/spanish/protection/57929_58001.html

50
Anexos

1. Encuesta

Violencia de género en la universidad

Esta encuesta trata temáticas como el feminismo y la violencia de género. Es con fines académicos y las
respuestas serán completamente anónimas, por lo mismo no se pregunta edad ni qué carrera se estudia. Te
agradecemos tu honestidad y tu participación en esta encuesta.

¿En qué universidad estudias?

● Udem
● Tec de Monterrey
● UANL
● UVM
● Tec Milenio
● U-ERRE
● Otra

¿Te consideras feminista?

● Sí
● No

¿Cómo es que descubriste el feminismo?

● Libros
● Redes sociales
● Maestrxs
● Amigxs
● Otro

¿Te mantienes informada sobre cuestiones de género, temas de feminismo y violencia contra
mujeres?

● Sí, sobre todo lo mencionado

51
● No, sobre ningún tema mencionado
● Solamente sobre cuestiones de género
● Solamente sobre temas de feminismo
● Solamente sobre violencia contra mujeres

Actualmente, ¿cómo te informas sobre la violencia de género? ​*

● Lees sobre el tema en libros o artículos académicos


● Discutes el tema con otras mujeres
● Ves/Lees noticias sobre el tema
● Grupos Feministas
● Otro

¿Consideras que tu universidad es una institución donde las alumnas son susceptibles a sufrir
violencia de género?

● Sí
● No
● No sé

¿Piensas que tu universidad apoya y resuelve correctamente los casos de violencia de género
dentro de la Universidad?

● Sí
● No
● No sé

¿Conoces a alguna mujer que haya experimentado violencia de género/abuso en la universidad?

● Sí
● No
● No sé

Violentometro

52
¿Conoces el violentómetro?

● Sí
● No

¿Cómo conociste la herramienta del violentómetro?

● Por investigación propia


● Redes sociales
● Por medio de mi universidad
● Por medio del gobierno mexicano
● Otro
● No la conozco

¿Para qué sirve el violentómetro?

● Sirve para estar alerta y atender la violencia de manera oportuna en cualquier ámbito en la vida de los
hombres y mujeres.
● Es una herramienta para que las mujeres detecten violencia únicamente en el ámbito de relaciones
amorosas.
● Es una imagen que demuestra diferentes tipos de violencia que puedes vivir.
● No sé
● Otro

Qué se puede considerar violencia de género

¿Consideras violencia de género que chiflen o digan piropos a una mujer mientras camina en la
calle?

● Sí
● No
● No sé

53
¿Consideras violencia de género que demeriten a una mujer en la universidad o en el trabajo por
su género? (baja de sueldo, falta de consideración de su opinión/experiencia)

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras violencia de género que celen a una mujer y la limiten de formar relaciones con más
personas por miedo al engaño?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras violencia de género la destrucción de artículos personales de una mujer por un enojo
de su pareja?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras violencia de género que tu pareja o familiar quiera que te aísles de amistades y
conocidos?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras violencia de género que una mujer reciba golpes/jaloneos/maltrato físico por parte
de su pareja, amigo o algún conocido?

● Sí
● No

54
● Tal vez

¿Consideras violencia de género las amenazas de muerte en contra de una mujer por parte de su
pareja o amigos?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras violencia de género que le insistan a una mujer a tener relaciones sexuales (o a
formar parte de alguna actividad sexual) aunque ella ya haya dicho que no?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras que el abuso sexual es violencia de género?

● Sí
● No
● No sé

¿Consideras que dentro de la universidad, has vivido alguna de estas situaciones?

Sí No No sé Prefiero no decir

Piropos y silbidos

Demérito en el
ámbito escolar

Aislamiento social
impuesto por tu
pareja

Destrucción de
artículos

55
personales por
parte de tu pareja

Golpes o jaloneos

Coerción sexual
(insistencia para
tener relaciones
sexuales)

Amenazas de
muerte
Abuso sexual

Si has sufrido de alguno de los casos anteriores ¿Cuál ha sido el género de tu victimario?

● Siempre hombre
● Siempre mujer
● Hombre y mujer
● No hubo abuso

¿Qué relación tiene con tu universidad tu victimario? (puedes seleccionar múltiples si has sufrido
diferentes casos)

● No, no tiene alguna relación con la universidad


● Profesorx
● Alumnx
● Directivx
● Personal de intendencia
● Personal de cafetería
● Guardia
● Trabajador de una construcción

Efectos

56
En caso de haber experimentado violencia/abuso, ¿cuales dirías que fueron las repercusiones?
(Cambios que notaste en ti misma y tu vida después de lo que viviste)

● Baja autoestima
● Depresión
● Culpa
● Desmotivación
● Ansiedad
● Desconfianza
● No hay consecuencias
● Otro
● No he vivido violencia

Independientemente de haber experimentado algún tipo de abuso o violencia, ¿cuáles consideras


que son los efectos de vivir abuso o violencia?

● Baja autoestima
● Depresión
● Culpa
● Desmotivación
● Ansiedad
● Desconfianza
● No hay consecuencias
● Otro

¿Piensas que los casos de violencia de género en nuestra comunidad afectan los estudios de las
mujeres incluyendo aquellas que no han sido víctimas de violencia de género?

● Sí
● No
● No sé

57
2. Manual de codificación
Género​:
1) Mujer
2) Hombre

Edad:
En qué año universitario ocurrió la violencia de género.
1) Primero
2) Segundo
3) Tercero
4) Cuatro
5) No se menciona la edad

Edad en la que aparece en el video hablando al respecto.


1) Edad universitaria: la víctima tiene de 18 a 23 años de edad.
2) Edad post-universitaria: de 23 a 30 años de edad
3) Adulto: 30 años en adelante.
4) No se menciona la edad

Raza:
1) Blanca
2) Negra
3) Asiatica
4) Nativa

Lugar:​ Dónde es que ocurrió la violencia de género.


1) dentro del campus de la universidad
2) fuera del campus pero en sus alrededores
3) afuera y lejos de el
4) No se menciona donde

Género del victimario:​ ​La persona que cometió el delito


1) Hombre
2) Mujer

Autoridad:​ ​El victimario cuenta con algún nivel de autoridad por sobre su víctima? Si o no?
1) Si: el victimario estaba en una posición de autoridad sobre la víctima.
2) No: el victimario y la víctima se encontraban en el mismo nivel en la institución
3) No se da a conocer

¿Cual era el nivel de autoridad que había por sobre la víctima?


1) Maestro​:​ Era maestro de la víctima en ese momento.

58
2) Directivo​: Tenía un poder sobre la víctima siendo directivo de la institución en la que la víctima
estaba enrolada.
3) Conocido de mayor edad que por ende, supone cierto nivel de autoridad
4) No tiene autoridad sobre la víctima
5) No se da a conocer si hay autoridad o no

Relación con victimario​: ​Cual es la relación existente entre víctima y victimario 1


1) Amorosa:​ ​eran pareja, por ejemplo: novios o estaban saliendo .
2) Amistosa:​ eran amigos cercanos, había una relación estrecha entre ellos y se frecuentaban.
3) Desconocidos:​ no se conocían, nunca antes se habían visto, no tenían ningún tipo de relación
4) Conocidos no cercanos
5) No se menciona

Orientación sexual de la víctima:


1) Heterosexual
2) Bisexual
3) Homosexual
4) No se menciona

Universidad:​ Se menciona el nombre de la universidad donde ocurrió la violencia de género.


1) Si
2) No

Nivel socioeconómico de la universidad a la que atiende la víctima:


1) Alto:​ Universidad privada de cuatro años (en promedio $35,830 por año)
2) Medio:​ Universidad pública de 4 años (en promedio $10,230 por año)
3) Bajo:​ Community college (en promedio $3,660 por año)
4) Desconocido:​ ​no se menciona a la universidad.

Alcohol o drogas
¿La víctima consumió algún tipo de droga o alcohol en el momento en el que vivió la violencia de
género?
1) Si
2) No
3) No se menciona, desconoce

Convicción de consumo
1) Conviccion propia:​ la víctima decidió alcoholizarse o drogarse ese día.
2) Sin convicción propia:​ ​la víctima no decidió consumir alcohol o drogas ese día, sino que su
victimario fue quien la drogó o alcoholizado sin su conocimiento.
3) No hubo drogas involucradas
4) Se desconoce si hubo alcohol o drogas involucradas

59
¿En qué nivel fueron consumidas estas sustancias?
1) Alto:​ la víctima estaba fuera de sí, sus facultades estaban afectadas a tal punto en el que no tiene
consciencia de lo que está sucediendo.
2) Medio:​ la víctima está alcoholizada o drogada a tal punto en el que no sabe con certeza lo que
está pasando.
3) Bajo:​ hubo consumo de drogas o alcohol pero no el suficiente como para afectar las facultades de
la víctima.
4) No hubo consumo de alcohol.
5) No se menciona
6) Se desconoce si hubo consumo de sustancias

¿Que tipo de violencia de género se experimentó?


1) Física​:​ la víctima sufrió golpes, empujones, cachetadas, jaloneos, o rasguños.
2) Psicológica:​ abuso verbal en el que se le llama a la víctima con palabras obsenas,o se le grita o
habla groseramente, o se le manipula para que haga acciones que esta no quiere cometer, se
minimiza la dignidad de la persona por medio de acciones del tipo verbal.
3) Sexual:​ la víctima sufrió penetración de cualquier tipo sin su consentimiento, o su cuerpo fue
tocado sin su consentimiento.
4) Dos de las anteriores.
5) Todas las anteriores.

Lenguaje no verbal de la persona hablando en el video:​ Lenguaje no verbal de la persona hablando:


1) Incomoda​ ​sera el término a utilizar para referirnos a las personas que tartamuden o se traben un
poco (o más de un poco) al hablar, que sus movimientos corporales demuestren nerviosismo al
hablar)
2) Segura​ será el término a utilizar si la persona que está hablando no muestra señales de
tartamudeo o de excesivos movimientos corporales que demuestren un nerviosismo).
3) Triste​ ​será la palabra a utilizar para aquellas personas que lloren al momento de hablar en el
video).
4) Enojo​ será la palabra a utilizar para aquellas personas que muestren rabia o enojo al momento de
hablar del tema, ya sea por medio de un tono de voz fuerte, inconforme, firme, que demuestre
enojo, o por medio de movimientos corporales bruscos .

Tipos de video:
1) Video testimonial:​ un video testimonial es aquel en que la persona hablando, comparte su
experiencia de violencia de género, cuenta lo que le sucedió.
2) Video informativo: ​un video informativo es aquel en que la o las personas hablando explican lo
que es violencia de género, hablan de la violencia de género en universidades o hablan sobre
medidas de como erradicar esta violencia.

60
3) Video reportaje:​ ​un video reportaje es aquel en el que se presenta la información por medio de
un noticiero.

Se habla de las prendas de la víctima:


1) Si, se mencionan las prendas que utilizó la víctima durante la violencia.
2) No

¿A que profundidad se habla de las prendas de la víctima?


1) Mucha profundidad:​ se describe a detalle específico las prendas que portaba la víctima en el
momento en el que se vivió la violencia de género.
2) Mediana profundidad:​ se menciona sin detalles (no se describe) la ropa que llevaba puesta la
víctima.
3) Sin profundidad:​ ​no se cuenta ni menciona (tampoco se describe) la ropa que llevaba puesta la
víctima.

¿A qué profundidad se describe la vivencia de violencia de genero?:


1) Mucha profundidad:​ se cuenta a detalle específico lo sucedido.
2) Mediana profundidad:​ se cuentan pocos detalles específicos de lo sucedido.
3) Sin profundidad:​ no se cuentan detalles específicos de lo sucedido.

Comparte lo sucedido
¿La víctima dio a conocer lo que había pasado en el momento?
1) Si
2) No

¿A quien?
1) Amigos
2) Familiares
3) Ambos
4) No se menciona

La víctima denunció lo sucedido ante la autoridad (puso denuncia)


1) Si
2) No
3) No se menciona

¿Cuál fue la reacción de la autoridad ante la denuncia?:


1) Se expulsó/despidió/suspendió al victimario de la universidad
2) El victimario vivió las repercusiones legales de sus actos de manera monetaria, tuvo que pagar
una multa (hubo involucramiento legal de ambas partes, tanto víctima como victimario)
3) El victimario vivió las repercusiones a manera de encarcelamiento. (hubo involucramiento legal
de ambas partes, tanto víctima como victimario)
4) No hubo repercusiones, el victimario continúo su vida normalmente después de la denuncia

61
5) No se denunció
6) No se menciona

3. Hoja de codificación

Variable Codigo Variable Codigo

Género Consumo de alcohol o drogas

Edad de la violencia Convicción de consumo

Edad en el testimonio Nivel de consumo

Raza Tipo de violencia de género

Lugar Lenguaje no verbal

Género de victimario Tipo de video

Autoridad Prendas de la víctima

Clase de autoridad Descripción de la violencia

Relación con el victimario Comparte lo sucedido

Orientación sexual victima A quien le comparte

Universidad Denuncia

Nivel socioeconómico Efecto de la denuncia

62
4. Tablas del análisis de contenido faltantes:

La tabla 2 muestra el año universitario en el que se encontraba el o la estudiante cuando fue


violentada. Como se puede observar, 12 de 26 víctimas se encontraban en su primer año de
universidad al momento de ser abusadas. Esto puede significar que al encontrarse en primer año,
los estudiantes pueden ser percibidos como vulnerables y podría resultar más factible que se
encuentren en una situación de violencia de general.

63
La tabla 3 fue destinada para mostrar la edad con la que contaba la víctima al momento de
aparecer en el video y compartir lo que le había sucedido. Como se observa, la variable más
repetida es la del 1, la cual es de edad universitaria, que significa que la víctima tenía entre los 18 y
23 años de edad al momento de compartir su vivencia, siendo aún estudiante de universidad.

64
La tabla 4 muestra la raza de la víctima, donde se observa que 13 de las 26 víctimas eran de raza
blanca (codigo 1), 8 de raza negra (código 2), 3 de raza asiática (código 3) y 2 de raza nativa (código
5).

La tabla 9 muestra el tipo de relación que la víctima sostenía con el victimario, y como se puede
apreciar, 5 de ellas eran pareja romántica/amorosa de quien las violento (código 1). 4 de ellas
sostenían una amistad cercana con el victimario (código 2), 6 de las víctimas no conocía a su
victimario y jamas lo habia visto antes (código 3) y 7 de ellas conocía a su victimario pero no eran
cercanos (código 4). Solamente en 4 de los videos no se menciona el tipo de relación que había entre
víctima y victimario, (código 5). Consideramos que estos resultados podrían considerarse
equitativos, lo que significa que al final del día, la relación que sostengas con alguien no determina
si una situación de violencia de género es susceptible o no.

65
La tabla 10 fue destinada para la orientación sexual de la víctima, dato que no fue mencionado en
ninguno de los vídeos analizados.

66
La tabla 11 muestra si es que la universidad donde ocurrió el abuso es mencionada. Se puede
apreciar que en 15 de los videos, el nombre de la universidad si es mencionado (código 1), mientras
que en 11 de los videos el nombre de la institución fue omitido.

La tabla 12 muestra el nivel socioeconómico de las universidades donde las víctimas fueron
abusadas. Se puede observar que 10 de esas instituciones eran privadas (ej: Columbia, Stanford)
(código 1). 5 universidades donde hubo experiencias de violencia de género eran universidades
públicas (ej: University of Oregon), únicamente una de esas instituciones era ​community college
(código 3) y en el resto de videos (10), no se menciona el nombre de la universidad por lo cual es
imposible conocer su nivel socioeconómico (código 4). Las universidades privadas de los videos
testimoniales (Stanford, Columbia, Howard, entre otras), al estar ubicadas en grandes ciudades, los
estudiantes de estas universidades están expuestos a un mayor tráfico de todo tipo de gente, lo cual
significa que la probabilidad de sufrir abuso de algún tipo puede aumentar, pues hay más alumnos,
más desconocidos, más gente a la cual los estudiantes se exponen.

67
La tabla 13 muestra si es que la víctima consumió algún tipo de alcohol o droga al momento en el
que fue abusada. Se observa que en 8 de los testimoniales, no se menciona si hubo consumo de
alguna sustancia o no (código 3), en otros 8 videos, se compartió que no hubo consumo alguno de
alcohol o drogas (código 2). Por otro lado, en 10 testimoniales, se compartió que si hubo un
consumo de alcohol o drogas. Consideramos que esta variable era necesaria ya que el consumo de
estas sustancias afectan las facultades de las personas, y el introducirlas en nuestros cuerpos puede
vulnerabilizarnos.

68
La tabla 14 muestra si es que la víctima consumió estas sustancias (drogas/alcohol) por convicción
propia. Se puede apreciar que en 9 de los videos, se compartió que el consumo de estas sustancias
fueron por convicción propia (la víctima decidió consumir ese tipo de sustancias ese día) (código 1).
Por otro lado, en uno de los casos la víctima no consumió estas sustancias por convicción propia
(código 2). En 8 de las situaciones de violencia no hubo consumo de estas sustancias (código 3) y en
el resto (8), se desconoce si hubo consumo de este tipo (código 4).

La tabla 15 muestra el nivel de consumo de drogas/alcohol. Como se aprecia, 4 de las víctimas


consumió un nivel de alcohol alto (código 1), en el que sus facultades estaban afectadas a tal punto
en el que no tiene consciencia de lo que está sucediendo. 5 de ellas consumió un nivel medio de estas
sustancias, donde sus facultades se encontraban alteradas y por ende no sabía con certeza que
estaba ocurriendo (código 2). Únicamente en un video testimonial se compartió que el nivel de
alcohol/drogas consumido era bajo, donde las facultades de la víctima no se vieron afectadas
(código 3). En 8 de los videos se detalló que no hubo consumo de alcohol ni drogas (código 4), en 2
de ellos el nivel de consumo no se menciona (código 5) y en el resto de videos (6), se desconoce si
hubo consumo de alguna sustancia. Esto significa que aunque el beber alcohol o consumir drogas
puede vulnerabilizar a las personas, es factible encontrarse en una situación de violencia
independientemente de si hay alcohol o drogas involucradas, pues en 8 de esas vivencias no se había
consumido ninguna sustancia. Por ende, el no consumir algún tipo de alcohol o droga no exenta a
alguien de ser víctima de violencia de género, en este caso especifico, abuso sexual.

69
La tabla número 17 muestra cuál fue el lenguaje verbal que la víctima implementó en el video. En
esta tabla se puede observar que la mayoría de los casos tienen el código dos o el tres lo que significa
que las víctimas en el video se presentaban en su mayoría seguras y en segunda opción tristes. Por
otro lado la incomodidad (código 1) también estuvo presente mientras que el enojo solamente se vió
en una de las víctimas. Esto significa que las víctimas que prefieren contar su historia de violencia
lo hacen con seguridad y se muestran fuertes.

70
En la tabla número 18 se puede observar que la mayor parte de los videos tienen asignado el código
1, asignado a videos testimoniales, mientras que aparecen 8 videos reportaje noticioso y siete videos
tipo documental (informativo). Esto significa que la mayoría de las víctimas de violencia prefieren o
tienen que contar su historia por su cuenta y sin el apoyo de un productor.

En esta tabla se puede ver que en la mayor parte de los videos no se habla de las prendas de la
víctima (código 2), mientras que en solo seis videos se habla de las prendas (código 1). Esto significa
que las prendas de las víctimas son un hecho, en la mayoría, irrelevante para contar su historia de
violencia.

71
En la tabla 20 se puede ver que la mayoría de los videos no profundiza en los vestimenta que traía
la víctima al momento de la violencia de género, mientras que sólo 5 de los videos mencionaron sin
detalles lo que traía puesto la víctima. Esto significa que la vestimenta de la víctima al momento de
una violencia de género no es importante, e incluso si mencionan la ropa no profundizan en el tema
o es usado para describir la escena.

72
En la tabla 21 se puede ver que las víctimas hablas de la violencia que experimentaron con pocos
detalles específicos de los sucedido, mientras que 9 de las víctimas hablan de la violencia con
detalles específicos de lo que sucedió durante la violencia y solo seis decidieron hablar sin detalles y
solo explicaron que sufrieron violencia. Esto significa que las víctimas prefieren dar detalles de lo
sucedido pero sin profundizar altamente en su experiencia, esto puede referirse al hecho de que
quieran demostrar que lo que vivieron de verdad pasó, pero no quieren revictimizarse o sentir que
lo vuelven a vivir.

En la tabla 22 se puede ver que la mayoría de las víctimas mencionan que sí le compartieron lo
sucedido a alguien después de haber experimentado la violencia, mientras que 9 de las personas no
lo contaron en el momento que les sucedió y otras 5 no mencionan si lo comentaron en el momento
o no. Esto significa que la mayoría de las personas necesita hablar de lo sucedido para poder
asimilar lo que sucedía, pero que también hay muchas personas que sienten vergüenza de haber
experimentado lo que les pasó.

73
En la tabla 23 se puede observar que la mayoría de las personas en los videos no mencionan a quien
le dio a conocer la información. Lo más importante de esta información es que nadie menciona que
le haya contado a su familia en el momento y tres mencionan que se lo dijeron a amigos. Esto
significa que esta información es difícil de contar a familiares más que a amigos, sobre todo en las
universidades ya que están fuera de casa.

74
En la tabla 24 se puede ver que la mayoría de las víctimas sí denuncian y acusan a sus victimarios
mientras que 10 de las víctimas decidieron no denunciar. Esto significa que aunque es difícil
denunciar la mayoría de las víctimas quiere que sus victimarios reciban un castigo por lo que les
hicieron vivir.

Como se aprecia en la tabla 25, esta fue destinada para mostrar la reacción/el efecto que
tuvo la denuncia de la víctima, si el victimario vivió las repercusiones de sus acciones. Se
observa que solamente en 4 de los casos donde se puso una denuncia, el victimario fue
expulsado de la universidad donde se cometió el abuso y que otros 3 de los victimarios
término en la cárcel. En 8 de los casos, el victimario no sufrió repercusiones por sus actos y
continuó con su vida normalmente, y en uno de los videos testimoniales no se menciona que
clase de efecto tuvo la denuncia de la víctima​. ​Esto significa que aunque alguien denuncie lo
cometido, esto no garantiza que el victimario viva ningún tipo de repercusión, pues como
mencionamos, de 16 denuncias, 8 no tuvieron ningún tipo de efecto y el victimario continuó
su vida como si no hubiera violentado sexualmente a alguien.

75
En esta tabla se puede ver que la mayoría de los videos se publicaron en el 2017 mientra que el
video más reciente fue en el 2011. El segundo año con más videos es el 2015 con seis videos, el 2018
con cinco videos, el 2019 con cinco y el 2016 y 2020 con uno. Esto significa que la mayoría de los
videos se produjeron después del movimiento MeToo que tuvo auge en el 2017 apoyando la
importancia del movimiento.

76
Tablas de frecuencia y porcentajes:

Tabla 5

77
Tabla 10

Debido a que el tema central de este trabajo es la violencia de género en la universidad, consideramos
adecuado preguntar cómo es que la encuestada conoce la herramienta del violentómetro. Como se puede
observar en la Tabla 10, el 30% de las alumnas lo conoció por medio de su universidad, el 29.9% no
conoce al violentómetro, el 17% lo conoció por redes sociales, el 7% supo de el gracias al gobierno
mexicano y 5.4% por investigación propia. El 10% restante supo del violentómetro de alguna otra
manera, pues contestó “otro”.

Tabla 11

78
La tabla 11 refleja la percepción que tienen las alumnas sobre el violentómetro y para lo que sirve. El
47% contestó que esta herramienta sirve para “estar alerta y atender violencia de manera oportuna en
cualquier ámbito en la vida de hombres y mujeres”. Mientras que el 27% admitió no saber para que sirve,
el 15% contestó que es “una imagen que demuestra diferentes tipos de violencia que puedes vivir”, un 9%
contestó que “es una herramienta para que las mujeres detecten violencia únicamente en el ámbito de
relaciones amorosas” y un .3% contestó “otro”. Aunque la violencia de género es susceptible en las
relaciones amorosas, es también posible que se viva algún tipo de abuso en todo ámbito, como el laboral o
el institucional. Tomando en cuenta esto, se puede apreciar que casi la mitad de las encuestadas está
familiarizada con el violentómetro y su uso de manera correcta.

Tabla 12

Nos interesa la percepción que tienen las estudiantes sobre la violencia de género, de manera que les
planteamos ciertos escenarios y les pedíamos su opinión sobre si eso era violencia de género o no. En la
Tabla 12 se observa que el 90% de las alumnas considera violencia de género el que una mujer reciba
chiflidos o piropos mientras camina por la calle. Un 5.9% considera lo contrario, y un 3.3% reconoce no
saber.

Tabla 13

La Tabla 13 muestra la opinión de las alumnas sobre la situación de que bajen el sueldo de una mujer, no
tomen en cuenta su opinión o experiencia en el ámbito laboral, etc. Para el 99%, esta acción es violencia
de género. Por otro lado, .8% (el equivalente a 3 encuestadas), no piensan que eso sea violencia de
género. Una encuestada admitió no saber. Se puede apreciar que casi las 391 alumnas consideran esto
como violencia de género.

79
Tabla 14

La Tabla 14 muestra la percepción que tienen las encuestadas sobre los celos y las limitaciones en una
relación amorosa, en caso de que alguien cele y límite a su pareja de relacionarse con otras personas por
medio al engaño. El 92.8% de las estudiantes contestaron que sí consideran esta acción como violencia de
género, mientras que el 5.1% contestó lo contrario. Únicamente el 2% contestó que no lo sabía.

Tabla 15

La Tabla 15 plantea el escenario de la destrucción de artículos personales por parte de tu pareja. El 93%
de las estudiantes encuestadas contestó que sí consideraban esto como violencia de género. Un 4.6%
contesto lo contrario, y un 1.5% de las estudiantes contestó que no lo sabía.

Tabla 16

80
En cuanto al aislamiento de amistades y conocidos provocado por un familiar o una pareja, el 90% de las
alumnas considera esto como violencia de género. Un 5.4% considera lo contrario, y un 4.3% reconoció
no saberlo.

Tabla 17

La Tabla 17 plantea la percepción de las alumnas sobre el recibimiento de golpes, jaloneos o maltrato
físico por parte de un amigo, pareja o conocido. El 96.7% de las encuestadas contestó que sí consideran
esto como violencia de género, por otro lado, 2% contesto lo contrario. Esto muestra que casi el 100% de
las encuestadas considera violencia de género los golpes físicos.

Tabla 18

La Tabla 18 muestra que 97% de las estudiantes considera violencia de género las amenazas de muerte en
contra de una mujer por parte de su pareja o amigos. Únicamente el 1% considera lo contrario, y un 1.5%
admitió no saberlo.

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Tabla 19

En cuanto la insistencia a una mujer de que participe en relaciones sexuales o cualquier acto sexual
aunque esta ya haya dicho que no, el 97.7% de las alumnas encuestadas considera esto como violencia de
genero. El .8% (el equivalente a 3 encuestadas) contestó lo contrario, y el 1.5% admitió no saberlo. Casi
el 100% de las estudiantes que participaron en la encuesta consideran la insistencia para la participación
sexual aunque ya se haya dicho que no, como un acto de violencia de género.

Tabla 20

La Tabla 20 muestra que el 94.4% de las estudiantes considera el abuso sexual como violencia de genero,
mientras que el 4.1% considera lo contrario. El 1.5% de las encuestadas contestó que no lo sabía.

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Tabla 30

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Debido a que una de nuestra hipótesis tiene que ver con la relación que guarda el victimario con la
universidad, la Tabla 30 refleja esto. Como se puede observar, 24% de las alumnas contestó que la
relación que hay entre su universidad y su victimario, es que este es alumno de la institución. Por otro
lado, se aprecia que 44.5% contestó que su victimario no guarda relación alguna con la universidad.
Igualmente, 5.6% contestó que su victimario fue un profesor de la institución. 9.2% contestó que el
victimario fue alumno y directivo de la universidad, lo que lleva a pensar en diferentes ocasiones donde se
vivio algun tipo de violencia. Los porcentajes de directivo y profesor son bajos, lo cual demuestra que
nuestra hipótesis era incorrecta, pues el victimario no suele permanecer a un nivel superior de autoridad
que la alumna encuestada, sin embargo, el victimario suele ser alumno o no guardar relación alguna con la

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institución. Consideramos que aunque los porcentajes de directivo y profesor sean bajos, siguen siendo
notables.

Tabla 31

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La Tabla 31 está destinada para las encuestadas que hayan vivido violencia, se les pregunta las
repercusiones que notaron en sí mismas y su vida después de vivir lo ocurrido. Como se puede observar,
únicamente 25.8% de las encuestadas (101 de 391 alumnas que participaron en la encuesta), contestaron
que no habían vivido violencia. La segunda frecuencia más alta es de 31, lo que significa que 7.9% de las
encuestadas contestó que los efectos que vio en sí misma fueron baja autoestima, depresión, culpa,
desmotivación, ansiedad y desconfianza. El resto de respuestas son variantes de esta, en las que las
encuestadas, contestan que vieron en sí mismas desmotivación, ansiedad y desconfianza, sin depresión ni
baja autoestima (el .8% contestó esto). De manera que la segunda frecuencia más alta es la que incluye
baja autoestima, depresión, culpa, desmotivación, ansiedad y desconfianza, consideramos que estas son
las repercusiones que suelen presentarse en las mujeres que viven este tipo de violencia. No obstante,
como se aprecia en la tabla, las repercusiones varían entre las encuestadas, habiendo algunas que ven en sí
mismas menos efectos.

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Tabla 32

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La tabla 32 muestra lo que las encuestadas consideran que son los efectos de vivir este tipo de
abuso. La frecuencia más alta fue de 216, lo que significa que 55.2% de las estudiantes
encuestadas considera que las repercusiones vivir esta violencia son baja autoestima, depresión,
culpa, desmotivación, ansiedad y desconfianza. La segunda frecuencia más alta fue de 37, lo que
significa que el 9.5% de las alumnas consideran que los efectos de una vivencia de abuso son
baja autoestima, depresión, culpa, desmotivación, ansiedad y desconfianza y otro. Únicamente
1.3% (cinco encuestadas) contestaron que no hay consecuencias de vivir algo así. Los otros
elementos de la tabla son diferentes versiones de respuesta que incluyen menos repercusiones,
como solo desmotivación y desconfianza (.3%, es decir que solo una encuestada considera que
solo se dan esas dos repercusiones).

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