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Definiciones Salud Mental
Definiciones Salud Mental
La salud es el equilibrio dinámico de los factores de riesgo entre el medio y dentro de ciertos
parámetros....
John De Saint
La forma física es la capacidad que tiene el cuerpo para realizar cualquier tipo de ejercicio
donde muestra que tiene resistencia, fuerza, agilidad, habilidad, coordinación y flexibilidad.
Estas definiciones han sido cuestionadas ya que se la considera una definición ideal, ya
que toda la población no alcanzaría ese estado, hoy asumimos que la salud es un proceso
en el cual el individuo se desplaza sobre un eje salud- enfermedad acercándose a uno u
otro extremo según se refuerce o rompa el equilibrio.
La salud se concibe como la posibilidad que tiene una persona de gozar de una armonía
biopsicosocial, en interacción dinámica con el medio en el cual vive.
Ejercicio físico[editar]
El ejercicio físico se debe practicar con mesura y de forma equilibrada, prestando atención
a los cambios físicos internos para aprender a comprender la relación causa-efecto entre
el movimiento físico concreto y su efecto directo con los cambios internos percibidos.
Recomendable porque puede llevar a un desgaste físico de ciertas partes del cuerpo. Por
eso, cabe insistir en el equilibrio de fuerzas, tanto internas como externas, y a ello ayuda el
autoconocimiento mediante un crítico autoanálisis (autoexámenes de conciencia mientras
se desarrolla la actividad física).
El ejercicio físico es necesario para una salud equilibrada; además, debe complementarse
con una dieta equilibrada y una adecuada calidad de vida. Sus beneficios pueden
resumirse en los siguientes puntos:
El descanso[editar]
Nutrición[editar]
Artículo principal: Nutrición
La alimentación es otro factor que permite que disfrutemos de una buena salud. Esto se
consigue mediante una dieta equilibrada, con una gran variedad de alimentos, equilibrio
entre calorías, ingerir las comidas diarias recomendadas. Entre otros.
Higiene[editar]
Artículo principal: Higiene
Salud mental[editar]
Artículo principal: Salud mental
Según la OMS, no hay una definición oficial de salud mental. Las diferencias culturales,
evaluaciones subjetivas, y la competición de teorías profesionales, hacen difícil definir "la
salud mental". En general, la mayor parte de expertos convienen en que la salud mental y
las enfermedades mentales no son excluyentes. En otras palabras, la ausencia de un
desorden mental reconocido, no es necesariamente un indicador de contar con salud
mental (probablemente debido al desconocimiento de la gran variedad de estados
mentales aún por definir, y la corta edad de la ciencia médica en general tal como la
conocemos hoy en día, y en especial de la ciencia que intenta definir con más exactitud
estos trastornos o complejos salud-enfermedad que proponen tanto la psicología como la
psiquiatría).
La personalidad saludable[editar]
En la antigua Grecia nada se sabía de virus y bacterias, pero ya reconocían que
la personalidad y sus características, desempeñan un rol fundamental en los orígenes de
la enfermedad.
Galeno, una figura gigantesca del mundo antiguo, ya observó la existencia de un vínculo
muy estrecho entre la melancolía y el cáncer de mama. De este modo, en estos primeros
enfoques médicos, encontramos tempranamente un criterio holístico en la consideración
de la salud y la enfermedad.
Platón remarcaba que la buena educación es la que tendía con fuerza a mejorar la mente
juntamente con el cuerpo. Reconocía, de alguna manera, que la salud corporal conduce a
la higiene mental, pero, al mismo tiempo, que el buen estado mental predispone al buen
estado corporal. Así, establecía, específicamente, que el alma "buena", por su propia
excelencia, mejora al cuerpo en todo sentido.
En los tiempos actuales, desde el siglo XX, especialmente, pero también desde mucho
antes –e incluso en la medicina oriental antigua–, se comienza a reconocer la necesidad
de concepción holística de la salud.
Tener una dieta equilibrada, que incluya todos los grupos de alimentos, y realizar actividad
física moderada con regularidad (150 minutos de ejercicio a la semana) son factores clave
en la mejora de salud; además de no fumar, tener un consumo moderado de alcohol,
comer cinco piezas de frutas y verduras al día y tener un peso adecuando a la talla de la
persona. Estos cambios en los hábitos de vida combatiría enfermedades cardiovasculares
crónicas y diabetes.5
Biología humana[editar]
Es el estudio de la vida del ser humano o la información genética que cada individuo trae
en sus genes, puede proteger o favorecer la aparición de enfermedades. Dentro del factor
biológico podemos destacar las enfermedades adquiridas por el medio como el dengue o
el mal de chagas.
Ambiente[editar]
Son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser humano
"no tiene control".
Ambiente doméstico[editar]
Son todos aquellos factores que provienen del exterior y sobre los cuales el ser humano sí
tiene control. Los productos químicos domésticos alteran gravemente el ambiente
doméstico y pasan a las personas a través de los alimentos a los cuales contaminan
fácilmente por estar almacenados en los mismos habitáculos durante periodos de tiempo.
Por su parte, los hábitos de ejercicio físico son imprescindibles para quemar el exceso de
calorías ingeridas, y tonificar músculos y huesos con vistas a la vejez. Su práctica reduce
las probabilidades de padecer enfermedades de corazón, enfermedades relacionadas con
la presión arterial y el colesterol.
En la parte de los hábitos tóxicos, cabe destacar el alcohol y el tabaco como unas de las
fuentes más perjudiciales para la salud en tanto en cuanto a la gran extensión entre la
población de estos hábitos.
Promoción de la salud[editar]
Artículo principal: Promoción de la salud
El proceso que permite fortalecer los conocimientos, aptitudes y actitudes de las personas
para participar responsablemente en el cuidado de su salud y para optar por estilos de vida
saludables, facilitando el logro y conservación de un adecuado estado de salud individual,
familiar y colectivo mediante actividades de participación social, comunicativa y educativa
para la salud.
Salud mental
Para otros usos de este término, véase Filosofía de la mente.
La salud mental es, en términos generales, el estado de equilibrio entre una persona y su
entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual y de relaciones
para alcanzar un bienestar y calidad de vida. Comúnmente, se utiliza el término “salud
mental” de manera análoga al de “salud o estado físico”,'la salud mental abarca una
amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de
bienestar mental incluido en la definición de salud que da la OMS: «un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades»1 'pero lo mental alcanza dimensiones más complejas que el
funcionamiento meramente orgánico del individuo. La salud mental ha sido definida de
múltiples formas por autores de diferentes culturas. Los conceptos de salud mental
incluyen el bienestar subjetivo, la autonomía y potencial emocional, entre otros. Sin
embargo, las precisiones de la Organización Mundial de la Salud establecen que no existe
una definición “oficial” sobre lo que es salud mental y que cualquier definición estará
siempre influenciada por diferencias culturales, suposiciones, disputas entre teorías
profesionales, la forma en que las personas relacionan su entorno con la realidad, etc.
En cambio, un punto en común en el cual coinciden los teóricos es que “salud mental” y
“enfermedad mental” no son dos conceptos simplemente opuestos, es decir, la ausencia
de un desorden mentalreconocido no indica necesariamente que se goce de salud
mental y, al revés, sufrir un determinado trastorno mental no constituye siempre y
necesariamente un impedimento para disfrutar de una salud mental razonablemente
buena.
Dado que es la observación del comportamiento de una persona en su vida diaria, el
principal modo de conocer el estado de su salud mental en aspectos como el manejo de
sus conflictos, temores y capacidades, sus competencias y responsabilidades, la
manutención de sus propias necesidades, la forma en que afronta sus propias tensiones,
sus relaciones interpersonales y la manera en que dirige una vida independiente, el
concepto es necesariamente subjetivo y culturalmente determinado.
Índice
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En ese mismo simposio, la directora de la OPS, Mirta Roses Periago, presentó un informe
estadístico acerca de los problemas mentales y morbilidad en el continente americano.
Dice Roses que si en 1990 existía en América un número aproximado de 114 millones de
personas con trastornos mentales, esa cifra aumentará en 176 millones para el 2010 y que
lo preocupante es que tan sólo una minoría recibe tratamiento. Roses aseguró que según
los diagnósticos que la OPS había realizado en México en personas con enfermedades
mentales, el 80% de los pacientes diagnosticados no habían recibido ningún tipo de
atención en los 12 meses previos al realizado por la OPS. Además, añade Roses que una
cuarta parte de la población adulta en América Latina y en Caribe ha sufrido de algún
problema mental, que al menos cinco millones de personas sufren epilepsia y de estos
sólo un 1,5 millones reciben algún tipo de atención. 4
1. Esencia o espiritualidad.
2. Trabajo y ocio.
3. Amistad.
4. Amor.
5. Autodominio.
Además doce sub-áreas:
Nivel oficial - El estado de cada nación comprometido en planes que reduzcan las
barreras socio-económicas promoviendo oportunidades en igualdad de acceso a los
servicios de salud pública por parte de los ciudadanos más vulnerables a este
desorden.
La salud mental se tiene que tener en cuenta a lo largo de todo el ciclo vital, en este
sentido es importante tener en cuenta cómo se puede promover la salud mental en los
niños y los adolescentes. Los jóvenes son uno de los grupos etarios que presenta mayor
probabilidad de sufrir depresión, ya que en la etapa de la adolescencia se llevan a cabo
procesos de cambio físico, psicológico, sociocultural y cognitivo. 30 Algunas estrategias para
la promoción de la salud mental en ellos son: la comunicación con un adulto que los ayude
a comprender el porqué de sus sentimientos frente a una determinada situación, tratarlos
con respeto y a la evitación de los castigos que puedan tener respercusiones físicas o
psicológicas. El adulto en este contexto, debe servir como ejemplo de salud mental,
llevando un estilo de vida saludable.
7 consejos para mejorar tu salud mental.
Estos son algunos consejos muy útiles para llevar a cabo una vida más sana y
confortable.
Tras estudiar a 94 sujetos que superaban los setenta años de edad, Thompson observó
que el cerebro de los obesos parecía 16 años más “viejos” que el de sus compañeros más
delgados. Sus resultados indican que los ancianos con mayor índice de masa corporal
(IMC) tienen también un cerebro más pequeño, en concreto un 8% más reducido que el de
sujetos con un peso normal. Y que la pérdida de masa cerebral se produce
fundamentalmente en el lóbulo temporal y el lóbulo frontal, con un importante papel en la
planificación y la memoria, respectivamente.
Thompson sugiere que a medida que aumenta la grasa corporal es más probable que
existan arterias obstruidas, lo que reduce la llegada de oxígeno y sangre a las neuronas
del cerebro. La buena noticia, añade, es que hacer ejercicio intenso puede “salvar” la
misma cantidad de tejido cerebral que se pierde a causa de la obesidad. Sus conclusiones
se publican en la revista Human Brain Mapping.
2. Mejor en pareja
Vivir en pareja reduce el riesgo de demencia
Estar casado o vivir en pareja reduce el riesgo de sufrir demencia y Alzheimer al envejecer
en un 50 por ciento, según revela un estudio realizado por científicos suizos y finlandeses
y publicado en la prestigiosa revista British Medical Journal. Los datos también indican que
enviudar o divorciarse alrededor de los cincuenta años triplica las posibilidades de
desarrollar demencia.
Según Miia Kivipelto, coautora del estudio, los resultados tienen un importante valor de
cara a la atención médica primaria, y sugiere que un tratamiento preventivo en adultos que
han perdido a su pareja podría reducir la incidencia del Alzheimer y la demencia, y evitar
así que se cumplan los pronósticos de los expertos, que estiman que en 2040 habrá 81,1
millones de personas afectadas por estas enfermedades.
La capacidad de hacer varias cosas a la vez de forma eficiente está “limitada por la
velocidad a la que nuestra corteza prefrontal procesa la información”, asegura Paul E. Duz,
investigador de la Universidad de Vanderbilt y coautor del estudio. La buena noticia,
añade, es que esa capacidad se puede entrenar.
Para demostrarlo, Duz y sus colegas entrenaron diariamente a siete personas durante dos
semanas en dos tareas sencillas: mover un dedo en respuesta a diferentes imágenes y
seleccionar una sílaba concreta al escuchar diferentes sonido. Las tareas se desarrollaron
simultáneamente y por separado.
4. Apaga la televisión
La ciencia del sueño
El fin de semana pasado comenzó en Estados Unidos la conferencia anual SLEEP 2009
(sueño, en inglés), que en esta edición reúne a más de 6.000 expertos en medicina del
sueño. Entre los estudios que presentarán estos días los investigadores se incluyen
algunos tan interesantes como el realizado recientemente por la Universidad de
Pensilvania que revela que ver la televisión antes de dormir suele generar deudas de
sueño, que aumentan el riesgo de caer enfermos.
Pasar demasiado tiempo delante de una consola también se asocia con un déficit de
sueño. Según Amanda Woolems, de la Universidad de Arkansas, los grandes “jugones”,
es decir, aquellos que pasan más de siete horas a la semana con videojuegos y se
consideran “adictos” a esta forma de ocio, duermen menos de lo recomendado en los días
laborables y sufren somnolencia durante el día. Por su parte, el australiano Siobhan Banks
presenta hoy los resultados de una investigación que demuestra que las personas que
duermen poco ven reducido su apetito y el consumo de comida pero, paradójicamente,
también tienden a engordar.
5. Medita¿Quieres que tu cerebro crezca?; Medita
Si queremos desarrollar músculos más grandes y huesos más fuertes existen cientos de
ejercicios y suplementos dietéticos que nos ayudan a lograr nuestro objetivo. ¿Pero qué
sucede si lo que pretendemos es aumentar el tamaño de nuestro cerebro? Científicos de la
Universidad de California (UCLA) acaban de demostrar que también es posible recurriendo
a la meditación.
Para llegar a esta conclusión analizaron el cerebro de 44 sujetos, la mitad de los cuales
llevaba entre 5 y 46 años practicando la meditación de 10 a 90 minutos diarios. El resto
nunca había meditado. Comparando los “retratos” de sus cerebros obtenidas mediante
resonancia magnética de alta resolución en tres dimensiones, la investigadora Eileen
Luders y su equipo han demostrado que las personas que llevan varios años meditando
tienen ciertas regiones del cerebro más grandes que el resto de la población, en concreto
el hipocampo y las áreas de corteza orbitofrontal, el tálamo, y el giro temporal inferior.
Estas regiones juegan un importante papel en la regulación de las emociones. “Todos
sabemos que las personas que practican la meditación tienen una habilidad especial para
cultivar emociones positivas y mantener estabilidad emocional”, asegura Luders en la
revista NeuroImage. El nuevo estudio, añade, confirma que existen “diferencias en la
anatomía cerebral que explican estas habilidades”.
6. Únete a un grupo
Más vale en grupo que solo
Formar parte de un grupo social puede reducir el riesgo de sufrir infarto y demencia e
incluso prevenir resfriados, según revela un nuevo trabajo de las universidades
australianas de Exeter y Queensland presentado en el British Science Festival.
El trabajo remite a varios estudios previos, como uno publicado a principios de 2009 en
Psychology and Aging que mostraba que después de permanecer seis semanas dentro de
un grupo, 73 personas de la tercera edad mejoraban su memoria en un 12%.
Según Alex Haslam, de la Universidad de Exeter, “somos animales sociales, que vivimos y
hemos evolucionado para vivir en grupo; formar parte de un grupo, desde un equipo de
futbol a un club de lectura o un grupo de voluntarios sociales nos da una sensación de
identidad social”. Y añade que esto es “indispensable para tener vidas plenas, y por esa
razón los grupos son cruciales para la salud, el equilibrio mental y el bienestar”.
Su compañera Catherine Haslam va aún más lejos y sugiere que los sistemas de salud
deberían “reconocer el papel que juega sobre nuestra salud mental y física participar en
grupos”. “Es mucho más barato que medicarse, tiene menos efectos secundarios y es más
divertido”, añade.
7. Haz garabatos
Garabatear ayuda a pensar
Llenar un papel de garabatos no es una pérdida de tiempo ni una distracción. Muy al
contrario, favorece la concentración mental y estimula la memoria, según revela un estudio
de la Universidad de Plymouth publicado en la revista Applied Cognitive Psychology. Los
investigadores sometieron a 40 personas a una serie de experimentos en los que
escuchaban una llamada de teléfono de dos minutos y medio y, a continuación, debían
recordar nombres y lugares mencionados en la misma. La mitad de los voluntarios
pintaban en una hoja de papel mientras permanecían al teléfono. La otra mitad fue dejada
a su libre albedrío.
Al final, todos los voluntarios tuvieron que escribir ocho nombres y ocho lugares
mencionados en el mensaje. Los que habían hecho garabatos en papel recordaron un
promedio de 7,5 mientras que los que no dibujaron acertaron un 5,8. “En la vida diaria
hacer garabatos puede ser un modo de mantener la atención en una tarea aburrida y evitar
una distracción innecesaria”, concluye la psicóloga Jackie Andrade, responsable del
estudio.