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Ante un terreno incómodo por su fuerte pendiente, pero con bellas vistas sobre el
horizonte, un catedrático de Literatura encargó al arquitecto Alberto Campo Baeza el
diseño de una casa donde su familia pudiese «oír música». Como si se tratase de dar
provisiones para comenzar el proceso de diseño, ya en el primer día el cliente regaló
un libro de poesía al arquitecto.
Esta casa pretende ser una traducción literal de las preguntas tectónica y
estereotómica: una pieza tectónica en una caja estereotómica. Una destilación de lo
que es esencial en la arquitectura.
En ella volvemos a encontrar, una de las ideas preferidas del arquitecto: la
determinación de hacer «más con menos».
Una actitud que no debe confundirse con el minimalismo. Campo Baeza prefiere el
término de esencialista para sus obras, carentes de elementos adjetivos y de
concesiones figurativas, pero ricas en contenidos, en propuestas espaciales y en
hallazgos luminosos.
Situación
Levantada en un terreno de tres mil metros cuadrados en una colina al sudoeste de
Madrid, en la urbanización Los Cortijos, calle Carril del Pozo s/n de Sevilla la Nueva,
ofrece unas vistas privilegiadas hacia el norte, con las montañas de El Escorial.
Al estar tan alto, las casas vecinas desaparecen y dejan espacio para el disfrute del
paisaje en el horizonte lejano.
Concepto
Cuando el cliente Francisco de Blas visitó al arquitecto, le entregó un libro con las
poesías completas de Luis Cernuda editado en Méjico hacia 1950. Éste es un libro
repleto de intensas emociones, que describe la sensibilidad y el amor, el dolor, la
soledad, y los contrastes entre la culminación de los deseos personales -la
esperanza- y los límites impuestos por el mundo circundante -la realidad-.
Tal y como nos explica Campo Baeza, la casa hace referencia al argumento de la
cueva donde refugiarse, frente a la cabaña donde soñar.
Espacios
Campo Baeza decidió dividir la casa en dos partes, una planta baja con los espacios
domésticos y una planta alta para disfrutar del lugar en relación con el entorno.
Planta baja
Todos ellos se asoman al paisaje del norte a través de escuetas ventanas, evitando
que el exterior imponga su presencia en la parte íntima de la casa, sirviendo sólo
como una referencia espacial en el interior de la gruta simbólica que es la planta de
acceso.
Planta alta
La sensación de la planta baja contrasta con las cualidades de la estructura
transparente que conforma un mirador sobre la plataforma de la planta baja, donde
uno está literalmente absorto por el poder del entorno.
La parte superior busca el contacto con la naturaleza, y es una cabaña que protege de
la intemperie.
Materiales
Hormigón armado, Perfiles de acero y vidrio.