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1. ¿Cuáles son los procesos en el que ser humano se desarrolla socialmente?

Existen diversos ámbitos en los que el ser humano se desarrolla a nivel social, entre ellos
tenemos el ámbito familiar, escolar, laboral y el trato con los demás. Teniendo en cuenta
esto, la socialización que se da en cada espacio va variando dependiendo de con quien se
está socializando; en el ámbito familiar, se comparte con las personas más cercanas, padres,
hermanos y personas que viven en casa, con ellos se inician los procesos de socialización
desde temprana edad, ya que son quienes impartes pautas para que sean cumplidas y
brindan enseñanzas para que sean llevadas a cabo en la sociedad. En el ámbito escolar, la
socialización se da entre los estudiantes y los maestros y los estudiantes con los demás
compañeros, Perinat (2003) nos dice que hay relaciones jerárquicas denominadas
verticales: entre maestros y alumnos; y relaciones horizontales que se dan entre iguales, es
decir entre compañeros y amigos.
Cabe destacar que el juego también es uno de los procesos en los cuales el niño y niña
empiezan a entablar relaciones sociales, puesto que a determinada edad empiezan a
compartir espacios en los cuales cada uno quiere demostrar sus capacidades ante los demás,
pero ya no querrán llamar la atención de los adultos como al principio. Perinat (2003)
expone que “…también se dice que sirve a los niños para “medirse” entre sí y que, por ahí,
establece entre ellos una incipiente jerarquía social” (p. 319).
2. ¿Qué son los procesos de socialización y cuáles son los principales agentes de
socialización?
Los procesos de socialización son los momentos por los que un individuo pasa para lograr
interactuar con los otros; es la capacidad de desarrollar diversas formas para incluirse y
desenvolverse en la sociedad, poniendo en práctica los valores, principios y normas con las
que ha sido criado.
Los agentes principales de socialización son: la familia, los amigos (los pares) y la escuela.

3. ¿Cuál es la influencia de los agentes de socialización en la formación de la conducta


prosocial?
La conducta prosocial se va desarrollando a lo largo de la vida, pero los inicios que se dan
en la infancia son las bases solidad a las que se sujeta esta conducta. En el momento en el
que los agentes de socialización dan al niño o niña tareas que se enfocan en ayudar y
colaborar a los demás sin pensar en un beneficio propio sino en un bien común alejado de
egocentrismos, es que se logra una conducta prosocial. Por ello, agentes como la familia y
los docentes deben promover la empatía para que los niños y las niñas puedan trabajar
desde la concepción o los zapatos del otro, teniendo en cuenta sus sentimientos. A partir de
esto hay conclusiones como que “la empatía involucra no sólo la experiencia afectiva del
estado emocional real o inferido de otra persona sino, además, algún reconocimiento y
comprensión mínimos del estado emocional de otro” (Richaud de Minzi, 2009, p. 188)
4. ¿Qué son pautas de crianza, ¿cuáles son los estilos parentales y cómo influyen en el
desarrollo socio afectivo del niño?
Hay autores que señalan que:
La socialización de la infancia se produce mediante las prácticas de crianza, entendidas

como la manera en que los padres (y en general la estructura familiar) orientan el

desarrollo del niño/a y le transmiten un conjunto de valores y normas que facilitan su

incorporación al grupo social. (Cuervo Martinez, 2010, p. 114)

Lo cual nos indica que una pauta de crianza es la forma en la que los padres o adultos a
cargo crían a los niños, enseñándoles valores, principios y normas básicas para que puedan
socializar, basándose en el desarrollo del niño a través de la estimulación, a disciplina, la
solución de conflictos, la atención y el cuidado.
En cuanto a los estilos parentales, estos hacen referencia a las técnicas que utilizan los
padres para hacerse cargo de la educación de los hijos.
Según Berger y Thompson (1995) algunos de los estilos educativos de los padres tienen
más influencia que otros en la generación de características en los niños.
En el estilo democrático los padres manejan una buena relación comunicativa con sus hijos,
son cariñosos y ofrecen un ambiente apropiado, pero al mismo tiempo imponen limites que
los niños deben acatar sin recurrir a castigos físicos, por ende, los niños crecen sintiéndose
valorados y con rasgos de independencia.
Por otro lado, está el estilo autoritario, todo lo contrario al anterior, pues el afecto es
bastante bajo y ejercen control sobre los niños de tal forma que las ordenes son
incuestionables, adicionalmente, el no cumplimiento de ellas conllevará al castigo
inmediato. Los niños criados bajo este estilo, suelen desarrollar problemas debido a la poca
comunicación con sus padres, suelen ser más agresivo y dependientes.
Cuando se maneja un nivel de control bajo y un nivel de afecto alto, se da un estilo
permisivo, el cual refiere que los padres son más liberales con sus hijos y creen que
exigirles no es necesario para su desarrollo, pero las demostraciones de afecto están muy
presentes. Los niños criados bajo este estilo suelen ser muy inmaduros.
El estilo indiferente hace referencia a aquel que no tiene control ni afecto en su forma de
ejercer, en este los padres no demuestran ningún tipo de apoyo a los niños, ni imponen
límites. Es el estilo más perjudicial para los niños porque no tendrán buena autoestima ni se
relacionarán de buena manera, además de ser desobedientes, inmaduros y con posibles
problemas de cognición.
Los padres o adultos con los que el niño comparte y se cría son los elementos de donde
parte la socialización y donde se evidencia el impacto que tiene la familia en el desarrollo
tanto social como afectivo, pues de lo aprendido en casa toma actitudes para y con los
otros.
5. ¿Cuál es el papel de la cultura en el desarrollo personal y social de la infancia?
La cultura tiene un papel importante en el desarrollo infantil, ya que ofrece espacios en los
que los niños y las niñas se desempeñan socialmente mediante la adaptación de procesos,
pautas y normas establecidas que son enseñadas desde muy temprana edad para su
apropiamiento. En la diversidad de culturas que existen hay diferentes formas de
“iniciación” en el ámbito social, todo depende de las reglas que existan y de la edad en la
que se encuentre el niño o la niña, además, el desarrollo personal también se ve envuelto en
la exposición que se hace al mundo real, en el que el niño o niña debe estar dispuesto a
adaptarse de manera efectiva.
Al estar inmersos en una cultura, deben acatarse significaciones propias de ella, para así
mismo poder desenvolverse con un sentido claro a lo largo de su vida. Cada cultura plasma
normas que son del entendimiento de cada uno de sus pertenecientes y el cumplimiento de
estas conlleva a un mejor ambiente social. Al respecto de esto se dice que:
Cada norma reposa sobre la convicción (implícita) de que, cumpliéndola contribuimos

no sólo a que “todo siga en orden” sino a que aquél sea el mejor de los órdenes

posibles. Todas las normas tienen significado dentro de la cultura que las ha alumbrado;

recíprocamente, el conjunto de las normas da significación a esa cultura. (Perinat, 2003,

p. 303)

6. ¿Cómo influyen los medios de comunicación en el desarrollo socio afectivo y moral


de la niñez?
A menudo se piensa sobre el impacto que pueden tener los medios sobre el desarrollo de las
personas, sobre todo de los niños y niñas, que son quienes están más propensos a pasar
tiempo frente a la televisión, por ejemplo. Hay una preocupación constante de parte de los
padres, quienes refieren que los niños y niñas aprenden cosas que aportan poco a la
moralidad, que en realidad aprenden a ser agresivos, mentirosos o malas personas,
poniendo en tela de juicio lo que ellos quieren enseñarles en casa. Hay quienes aprovechan
la influencia de los medios para que a partir de allí los niños refuercen los valores que sus
padres han inculcado, por ejemplo, Perinat (2003) afirma que “en una palabra, los padres
pueden servirse de la TV para complementar la socialización de sus hijos en lugar de ser
todos socializados por la presencia invasora de la TV” (p. 325) por lo tanto es un trabajo en
conjunto.
7. ¿Cuál es la influencia que tienen los agentes de socialización en el desarrollo de la
resiliencia infantil?
La resiliencia infantil se apoya en diversos factores, la mayoría están sujetos al entorno y la
forma en la que el niño y la niña lleva su relación con las demás personas con las que
comparte diariamente. Por lo tanto, la socialización hace parte importante del desarrollo de
la resiliencia, ya que los niños y niñas aprenden a compartir con los otros, ya sean adultos o
sus pares, desde su seguridad y desde la confianza de poder demostrar sus sentimientos a
agentes externos a ellos.
Para que haya un óptimo desarrollo de la resiliencia infantil es importante que el ambiente
en el que crece el niño o niña sea apto, esto conlleva tanto al entorno como a las personas
con las que este comparte.
Hernández Rodríguez (2018) dice que “No debemos olvidar que ayudar a que el niño
mantenga su autoestima es un trabajo diario, ya que diariamente tendrá que afrontar
situaciones diversas” (p. 170). El niño o niña debe sentirse acompañado/a, amado/a,
escuchado/a y sobretodo valorado/a, es aquí donde los agentes de socialización,
principalmente padres, tutores y maestros, deben ofrecer al niño el acompañamiento
necesario y brindar espacios donde se pueda trabajar la autoestima y así el desarrollo en
todos los sentidos posibles se vea beneficiado y los procesos de socialización sean más
sencillos para los niños y niñas.

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