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Apocalipsis: Un Comentario de Referencia

1. Introducción
Para muchos, al leer el Apocalipsis por primera vez, especialmente como un cristiano
nuevo, parece un libro fantástico, pero a medida que uno crece en la comprensión de la
Biblia, más de él se vuelve reconocible y familiar. La razón por la que nos parece fantástico
es debido al estilo apocalíptico en el que fue escrito. Este estilo sería conocido para los
lectores del primer siglo pero no es un estilo que conocemos nosotros y, por lo tanto, es una
barrera para nuestra comprensión del mensaje del libro. El objetivo de este corto
comentario es rellenar algunos huecos más de nuestra comprensión y mostrar cómo tanto
las escrituras del Antiguo y del Nuevo Testamento, y el mismo Apocalipsis, proveen
muchas de las claves para la interpretación del libro de Apocalipsis. Se puede ganar mucha
comprensión estudiando solamente muchas de las referencias cruzadas dentro de
Apocalipsis y en particular los contrastes dentro de él. Está enraizado particularmente en el
simbolismo del Antiguo Testamento pero un estudio detallado revela una perspectiva neo-
testamentaria en una cantidad de aspectos sorprendente del libro. También contiene una
unidad suprema propia, pero su unidad con el resto de la palabra de Dios lo convierten en
una mina de oro. El mejor comentario del Apocalipsis son las Escrituras mismas y, por lo
tanto, he mantenido los comentarios al mínimo, ya que estos podrían sólo enturbiar el agua.
He tratado de contestar la pregunta, "qué significa todo" pero, sin embargo, sólo es posible
proveer respuestas para algunas de estas preguntas. No pretendo entender el libro
completamente, pero algunas percepciones deberían ser de utilidad.
El Apocalipsis es un libro frecuentemente dejado de lado, en parte porque su simbolismo lo
hace oscuro. Por lo tanto, no puede ser leído ligeramente, pero con diligencia entregará sus
tesoros a aquellos que los buscan. Otra razón por la cual no se predica sobre él es la
advertencia en 22:18-19 acerca de agregar o quitar algo de las palabras de la profecía. Sin
embargo, las bendiciones de 1:3 y 22:7 también significan que debe ser leído, escuchado y
entendido.
¿Por qué deberíamos estudiar el Apocalipsis?
Dice tener el nivel más alto de autoridad divina de cualquier libro de la Biblia (1:1).
Debido a su simbolismo y, en consecuencia, la dificultad de estudiarlo, es dejado de
lado frecuentemente, pero toda Escritura es útil.
Tiene una bendición para aquellos que la escuchan y guardan su mensaje (1:3, 22:7).
Tiene un mensaje para la iglesia a través de las generaciones y ha bendecido y
fortalecido a la iglesia a través de las generaciones pasadas.
Tiene un mensaje que es relevante para nosotros hoy, de la misma forma que las cartas
a las siete iglesias fueron relevantes en ese tiempo.
Es la última palabra de Dios a la iglesia en las Escrituras, tanto en ubicación como en el
tiempo.
Tiene un mensaje específico para aquellos que están sufriendo persecución.
Muestra el final de la historia, la derrota de los enemigos de Dios y la bendición
celestial para los santos de Dios.
Nos muestra al Cristo glorificado como ningún otro libro en la Biblia.
El Apocalipsis fue escrito para mostrarles a los siervos de Dios lo que sucedería pronto. Es
decir, es una profecía referida al futuro cercano (1:1, 1:3, 1:19, 4:1, 22:6, 22:10) y también
al futuro lejano, porque nos muestra el final de los enemigos de Dios. Las palabras de la
profecía estaban destinadas originalmente a ser leídas en voz alta. Uno debería suponer que
cualquiera con la madurez de la vida cristiana y un buen conocimiento tanto del Antiguo
Testamento como del Nuevo Testamento, como ser un anciano, podría entender el libro
cuando fue escrito. Hay una bendición para la persona que lee en voz alta el libro a la
asamblea, así como para aquellos que escuchan y guardan lo que está escrito en él porque el
tiempo para que aquellas cosas escritas en él se cumplan está cerca. El libro muestra la
tribulación para los santos en la forma de persecución y tribulación para el mundo en la
forma de guerras, hambre, ataque demoníaco, engaños, desastres y plagas de Dios
advirtiendo a la humanidad que se arrepienta. Sin duda el Señor tenía en mente un período
de persecución bajo el Imperio Romano que duraría hasta Constantino en 314 d.C. cuando
le dio esta profecía a Juan, pero Él también tenían en mente todos los períodos de
persecución que habría hasta el tiempo de Su retorno. Este es el último libro en la Biblia y
por lo tanto es Su última palabra a Su pueblo, advirtiéndonos que seamos fieles hasta el fin
cuando Él vuelva en gloria con sus santos ángeles y haga entrar el reino y el reinado eterno
de Dios. Este libro tiene la intención de fortalecer nuestra fe hasta que Él vuelva.
Este libro dice ser un apocalipsis (1:1), una profecía (1:3), una epístola (1:4,11; 22:21) y
una visión (9:17). Está escrito en parte en el estilo de la literatura judía apocalíptica de ese
tiempo (200 a.C. hasta 100 d.C.), y hay también un cuerpo importante de escritos cristiano
tempranos que caen en este género (Talbert). Otros ejemplos de este estilo de escritura en la
Biblia incluyen partes de Daniel y Zacarías. El equivalente moderno más cercano es la
historieta política. Que el Apocalipsis cae dentro del género apocalíptico es una de las
claves de su interpretación. Mounce señala que "un papel importante de los apocalipsis era
explicar por qué los justos sufrían y por qué el reino de Dios se demoraba". Esto podemos
verlo claramente en Apocalipsis, que es de ayuda en ambos puntos. Este tipo de literatura
era escrito bajo el seudónimo de alguna persona importante del pasado tal como Moisés o
Enoc. En este sentido Apocalipsis es distinto, ya que fue escrito bajo el nombre de Juan,
que era un nombre común en ese tiempo. Los apocalipsis suelen ser revelados por un ser
celestial, como ser un ángel. Éste es el caso de Apocalipsis. Sin embargo, declara
explícitamente que Dios es el autor, pero está mediado por Jesucristo y su ángel. El
mensaje de los apocalipsis es expresado usando un simbolismo vívido y describe las luchas
entre el bien y el mal en la historia del mundo, en el pasado y en el futuro. Describe al
hombre como impotente para vencer al mal. Finalmente Dios intervendrá en forma
cataclísmica para destruir los poderes del mal. Esto puede estar asociado con la venida del
Mesías y la inauguración del reino de Dios (xxxx). Este idioma apocalíptico sería un estilo
conocido para la audiencia de Juan, pero para nosotros nos parece extraño. Ladd comenta
que el libro está lleno de alusiones a los escrito proféticos del Antiguo Testamento pero que
no hay una alusión similar probada a ninguno de los escritos apocalípticos judíos
conocidos. Swete, citando a otra fuente, dice que de los 404 versículos del Apocalipsis hay
278 que contienen referencias a las Escrituras judías y luego da una lista extensa de unas
300 referencias del Antiguo Testamento. Una diferencia entre el Apocalipsis y la literatura
apocalíptica judía de ese tiempo debería ser destacada: aunque Juan era judío, también era
cristiano, y como tal su mensaje está centrado en Cristo.
La razón para el estilo apocalíptico es probablemente para hacerlo lo suficientemente
vívido para aquellos que están pasando por persecución que es quienes está dirigido
principalmente. Aquellos bajo persecución podrían no recordar tan fácilmente la teología de
las epístolas de Pablo, pero el simbolismo vívido de Apocalipsis podría ser recordado
fácilmente (Goldsworthy). El uso de imágenes simbólicas también lo hace significativo
para todas las generaciones porque no ata los símbolos a ningún evento específico de la
historia de la iglesia. Obviamente el simbolismo de la bestia puede mostrarse que se
relaciona frecuentemente con el Imperio Romano (como en la interpretación preterista)
pero no está atado sólo al Imperio Romano sino a las tiranías a través de los siglos que
persiguen a la iglesia, culminando en el anticristo. También significa que no podemos usar
el Apocalipsis para predecir el momento exacto de la segunda venida de Cristo. El objetivo
de Apocalipsis es ayudar a preparar al pueblo de Dios para la segunda venida y el tiempo
difícil que la precede.
El libro es de un estilo apocalíptico y por lo tanto debe ser interpretado simbólicamente y
no literalmente. Tomar un enfoque completamente literal pronto produce dificultades, por
ejemplo, cuando tratamos de deducir quiénes son los ocho reyes de Ap. 17:11, o el
significado del número de la bestia, 666, o la Nueva Jerusalén, que es un cubo de 12.000
estadios de lado. Por admisión propia es simbólico; Jesús mismo explica el simbolismo de
las siete estrellas y los siete candelabros de oro (1:20) y, por lo tanto, nos da a los cristianos
al final del segundo milenio una llave para su interpretación.
Ap. 1:20 El misterio e las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete
candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete
candeleros que has visto, son las siete iglesias.
Sin embargo, como profecía es una predicción del futuro tanto como una palabra de parte
de Dios. Como epístola, Juan enfatiza el arrepentimiento y la santidad de parte de los
santos. Apunta a alentar a los santos a que soporten la persecución y a no transigir con los
patrones del mundo, y al hacerlo muestra las recompensas de aquellos que vencen y
obedecen las palabras de este libro, y el castigo de los cobardes.
Le debemos al libro de Apocalipsis un caleidoscopio de descripciones y visiones de Jesús
en su gloria celestial. Por ejemplo, la visión de alguien "semejante al Hijo del Hombre"
(1:13-16), el Cordero como si hubiera sido inmolado (5:6 ff.), el Cordero como el pastor
que conduce a su pueblo a fuentes de aguas de vida (7:17), el Cordero de pie sobre el monte
de Sion con los 144.000 (14:1), el jinete sobre el caballo blanco como Rey de Reyes y
Señor de Señores (19:11 ff.) y el Cordero como lumbrera de la Nueva Jerusalén. También
le debemos a Apocalipsis una gran cantidad de nombres de Jesús: el testigo fiel, el
primogénito de los muertos, el soberano de los reyes de la tierra, el Primero y el Último, el
que vive, el Amén, el soberano de la creación de Dios, el Cordero, el Fiel y Verdadero, la
Palabra de Dios, Rey de reyes y Señor de señores, el Alfa y el Omega, la Raíz y Simiente
de David, la Estrella Brillante de la Mañana. Nos da también muchos ejemplos de himnos
de alabanza y adoración que han inspirado a compositores de himnos a través de los siglos.

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