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Estrategias para La Defensa Nacional
Estrategias para La Defensa Nacional
LA SITUACIÓN SOCIAL:
El punto de partida para graficar la situación social es: El crecimiento económico al no
mejorar la distribución del ingreso ni generar oportunidades para todos ni tampoco
mayor inclusión social. Ha aportado poco en la reducción de pobreza y nada, o casi
nada, en la ansiada y necesaria reducción de la desigualdad.
Hoy el debate está centrado no sólo en cuanto ha bajado el número de personas que
se encuentran en situación de pobreza sino en cómo se generan mecanismos y
políticas claras para mitigar la desigualdad.
La población empieza a preguntarse si la democracia promueve la vigencia de los
derechos sociales, para todos y todas. Tengo la impresión que para que esto sea una
realidad es necesario transitar por una ruta que debe tener como orientación tres
aspectos: El primero de ellos, a mi modo de ver, está referido al establecimiento de
políticas y metas concretas y medibles para mejorar la distribución del ingreso,
bajando la, hasta hoy, abusiva, concentración del mismo. Debería ser materia de
denuncia permanente y definido como inaceptable que el 10% de la Población (los
más ricos) se apropien del 81 % de la riqueza. Que por lo demás, todos, incluidos los
pobres, la generamos.
En segundo lugar, es necesario que entendamos que la política social debe estar
encaminada, centralmente, a la generación de pleno empleo ó empleo decente para
todos y todas, y
En tercer lugar, propiciar programas de asistencia, a los más pobres, en alimentación,
educación y salud con metas concretas y medibles como medidas necesarias para
mitigar la desigualdad pero no como lo único que hay que hacer
En lo que va del gobierno actual, se ha venido insistiendo en el desarrollo de
programas de asistencia y en mejorar la eficiencia de los llamados programas
sociales, para los más pobres, con medidas como: elaborar un padrón único, evitar la
duplicidad de beneficiarios, una mayor coordinación entre las instituciones que
ejecutan programas sociales y la llamada focalización. Acciones que van dando frutos.
Sin embargo, es necesario desconcentrar recursos y decisiones para aumentar la
eficiencia.
Podemos, afirmar, entonces que: La mejora de las condiciones de vida de las grandes
mayorías como producto del, sin duda necesario, crecimiento económico no se ha
producido hasta hoy. A pesar de seis años de ininterrumpido crecimiento de la
economía.
Por lo que el "Chorreo" se ha convertido, una vez más, en "goteo" hacia los más
necesitados, que son, dicho sea de paso, los que contribuyen decisivamente a esa
bonanza.
Hay que ver en que clave y con que notas hacemos música para todos y cuáles son
los límites que no podemos ni debemos seguir soportando. Mitigar la pobreza y la
exclusión no puede esperar. Más allá de ser liberales ó no. Hay que prestar especial
atención a la urgente necesidad de distribuir mejor los costos y los beneficios, del
crecimiento económico. Es hora de que el crecimiento beneficie a todos los
ciudadanos y ciudadanas del Perú. Y sobretodo, que el que más tiene pague más
impuestos.
SITUACION DIPLOMATICA
Diplomacia pública es el proceso público y abierto de comunicación internacional que
se da para promover el interés nacional, mediante el entendimiento mutuo, la
reciprocidad y la influencia en la opinión pública extranjera de países considerados
relevantes.
La diplomacia pública tiende a establecer y mejorar el diálogo entre los ciudadanos de
dos o más países con la meta de mejorar el entendimiento y las percepciones mutuas.
Si bien se trata de una actividad impulsada a nivel gubernamental, no es el gobierno el
único protagonista de este proceso de comunicación internacional. La diplomacia
pública engloba a todos aquellos programas, tanto de información política como
cultural y educativa, que cada gobierno destina para promocionar su política exterior y
la imagen nacional de su país ante los gobiernos extranjeros y los públicos activos
extranjeros y nacionales.
El diplomático público es, por lo tanto, en este campo de acción, creador y
diseminador de ideas capaces de ser difundidas de una persona a otra a través de la
red social, así como generador y facilitador de redes y relaciones.
SITUACION CULTURAL
Los peruanos estamos cada vez más orgullosos de la riqueza histórica y cultural del
pasado y presente. Después de haber vivido por siglos de espaldas a nuestros
orígenes andinos, hoy reconocemos el valor del Ande y la Amazonía por todo lo que
representa en recursos y tradición milenaria.
Somos la civilización más antigua de Sudamérica. De nuestro territorio y nuestro
imperio surgieron los países vecinos. El Perú fue el centro político y productivo de la
región, con una privilegiada ubicación geográfica.
El Perú de hoy está poblado de emprendedores que han redescubierto su capacidad
de crear nuevas riquezas, nuevos negocios, nuevos servicios. El país ha superado
difíciles momentos de crisis económicas y políticas. Aunque está en proceso de
consolidación de las instituciones tutelares del Estado, ha conservado más de dos
décadas de democracia.
En general, el Perú es acogedor, como su gente, que ofrece la mejor atención al
visitante, con su comida y múltiples celebraciones. El fútbol es la pasión, y además de
ser el deporte nacional, es motivo de encuentro familiar y amical.
Somos un pueblo muy creyente, la religión católica prima en la vida social, pero
convive con los diversos credos.
SITUACION INSTITUCIONAL
Los sucesos acaecidos durante la caída del régimen de Fujimori son muy recientes y
revelan la existencia de una compleja red de mafias en su interior, articuladas entre sí,
pero desde 1998, con un claro dominio de Montesinos en el espectro. Es la primera
vez que la corrupción en el poder toma un claro cariz delincuencial y objetivamente
obvio.
Los diversos "caciques" (Fujimori, Montesinos, Camet) se reparten tajadas del poder y
delimitan sus ámbitos de influencia, pero con intereses comunes que interceptan esas
esferas. La prensa ataca duramente desde 1997 y su gobierno cae por la divulgación
de un video (Kouri-Montesinos).
Igual que sucedió con el Oncenio de Leguía con el "crack" de 1929, la crisis de las
bolsas de valores asiáticas arrastró al gobierno de Fujimori a una recesión que dura
hasta hoy, mientras que el saqueo de los fondos públicos crecía acorde a la posición
dominante que Montesinos iba asumiendo y poco a poco iba superando el treinta por
ciento del presupuesto, por lo que no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas
de la población en materia alimentaria, de salud, de educación, etc.
Por ende, solamente cuando nos encontramos en una situación alimentaria deficitaria,
reclamamos y protestamos, no porque defendamos la democracia. Mientras nos
alimente, no importa cuanto robe, se dirán muchos, pero solamente cuando el desfalco
atenta contra los subsidios estatales, ahí recién se emprenden las tardías protestas.
En el plano económico, muy determinante del proceso político nacional, observamos
que los procesos de estabilización y ajuste estructural desarrollados durante los dos
periodos gubernamentales de Alberto Fujimori, en los cuales se tomaron una serie de
medidas orientadas a restaurar los equilibrios básicos de la economía, después del
desbalance producido por la hiperinflación del gobierno de Alan García, recurriendo a
un fuerte ajuste estructural, originaron la toma de una serie de decisiones políticas
orientadas a promover la eficiencia y la competitividad del sistema económico y la
consolidación de las instituciones del país.
Pero las decisiones respecto de la política económica y el ajuste estructural se
realizaron sobre un horizonte cortoplacista, ya que, a pesar de lograrse en el corto
plazo la estabilización macroeconómica ante la hiperinflación heredada del gobierno
del APRA, no se implementó una estrategia de desarrollo integral y coherente que
permitiera efectuar reformas estructurales a mediano y largo plazo, sobre todo
respecto de las instituciones del Estado.
En vista de la poca coordinación intersectorial existente en el Poder Ejecutivo y de la
carencia de un sistema de planeamiento estratégico que diese coherencia a las
políticas gubernamentales, no se contó con la presencia de un elemento clave para
ampliar los horizontes reformistas : las capacidades del gobierno no se han elevado
significativamente, lo que no permite poner en práctica dicha reforma (quimioterapia
institucional).
Durante el fujimorato, a pesar de mantenerse las principales decisiones de política
económica en el tiempo, no se sentaron las bases de una reforma institucional, porque
el estilo de conducción del gobierno no promovía una gestión transparente, además de
existir escaso debate público y poca materialización en los procedimientos de consulta
abiertos a sectores significativos de la sociedad peruana, todo esto aunado a la falta
de planes y programas al respecto.
Asimismo, al eliminarse el Instituto Nacional de Planificación, dejó de funcionar una
entidad planificadora central que evaluara el gasto público.
En suma, a pesar de que el gobierno de Fujimori consiguió éxitos al contener el
deterioro de la calidad de vida y al disminuir el ritmo de aumento de la pobreza
absoluta, las reformas económicas acentuaron la desigualdad del ingreso y del
consumo y una creciente brecha entre ricos y pobres, lo que, aunado al deterioro
originado por la crisis económica de fines de los años ochentas, debilitó aún más
nuestro ya de por sí frágil sistema institucional, originando una especie de escalada en
la corrupción al interior del aparato de poder, la que incluso superó a la mostrada por
el gobierno aprista en cuanto a su organización criminal y poder político-militar.
Todo esto originó que la falta de claridad en el manejo del gasto público y las
dificultades para fiscalizar su empleo durante el fujimorato desembocó en una
explosión social, la que efectivamente se dio desde Septiembre del año 2000, cuando
el país observó a través de los tristemente célebres "vladivideos", como se manejaban
los fondos públicos.
Hasta el momento, las investigaciones en marcha a más de cuatro años después de la
caída y fuga de Fujimori no concluyen y continúan los procesos entablados a por lo
menos un millar de personas involucradas en hechos delictuosos dentro del poder, lo
que nos da un atisbo acerca del grado y la profundidad de la corrupción en el manejo
del poder en la década de 1990. Esperemos que no concluyan en el vacío, como el
joven Basadre se quejaba cuando integraba el Tribunal de Sanción Nacional creado
en 1930 para investigar y penar a los miembros de la corrupción de la década de 1920
o como ocurrió con la revisión de la escandalosa sobre valorización de los créditos de
particulares contra el estado en tiempos de Echenique, cuando el Presupuesto
alcanzaba apenas el millón de soles y dichas acreencias fueron infladas a veintitrés
millones de soles.
En ambos casos los mayores saqueadores quedaron impunes y sólo encontraron su
fin tanto Leguía como Castilla, en cierto modo asumiendo caracteres de tragedia
griega, sumidos en la más profunda pobreza y carestía, el primero tísico en la prisión
de El Callao y el segundo consumido por las fiebres sobre las ardientes arenas de su
natal Tarapacá.
Ni Echenique ni los barones del azúcar o Mariano Ignacio Prado prófugo en 1879,
tuvieron un fin parecido. En la actualidad, los peruanos que apostaron por la
democracia no cuentan ni siquiera con un consuelo revanchista similar, toda vez que
Fujimori se encuentra bajo la protección del gobierno nipón, negando ser peruano,
sino afirmando su origen japonés y a la vez tentando la Presidencia para el 2006, con
un apoyo ciudadano extrañamente elevado.
Todo esto se explica por la debilidad institucional peruana, siempre palpable, pero
nunca tanto como en el período posterior a 1980, originando un desplome del sistema
formal el 5 de Abril de 1992.
SITUACION MILITAR
Las fuerzas armadas de la República del Perú están encargadas de defender la
soberanía del Estado y "la seguridad de los peruanos". Planean, preparan y coordinan
la dirección y conducción de las operaciones militares conjuntas de las Instituciones
Armadas en el cumplimiento de los objetivos de la política de Defensa Nacional,
asegurando su máxima eficacia en concordancia con los recursos logísticos y
presupuestales asignados, y en observancia de los principios de interoperatividad,
eficiencia y accionar conjunto.