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La filosofía en la continuidad pedagógica 2020. DFDP.

El presente material contiene sugerencias para la enseñanza de Filosofía en escuela


secundaria de la provincia de Buenos Aires en el marco del Aislamiento Social,
Preventivo y Obligatorio. Está destinado a docentes a cargo de las materias filosóficas,
pero también a quienes quieran incorporar temas o enfoques filosóficos a sus
disciplinas.

Actividad: ¿La pandemia es una situación límite? (Orígenes de la filosofía).

Módulo 1. La filosofía como pensamiento problematizador.

Entre los temas del primero módulo del Diseño Curricular de Filosofía tenemos la
presentación de la filosofía. Nos parece importante, en este momento en el que no
podemos tener clases “normalmente”, comenzar vinculando el primer módulo con el
contexto de aislamiento social que estamos atravesando.

En estas páginas ofreceremos una breve presentación de un tema clásico de la


enseñanza de la filosofía, una lectura posible para realizar por parte de los alumnos, y
algunas preguntas destinadas a los y las docentes para su apropiación y eventual
modificación, en caso de que elijan tomar la propuesta.

Una de las maneras usuales de presentar la filosofía consiste en recurrir a su punto de


partida. Por eso uno de los temas con los que comenzamos a enseñar filosofía es la
diferencia entre el comienzo y el origen. Karl Jaspers -filósofo alemán del siglo XX-, hizo
de esa distinción una diferencia importante. En la historia, la filosofía tiene un
comienzo en Grecia, en el siglo VI antes de Cristo. Pero los orígenes del filosofar tienen
que ver con los modos en que cualquiera de nosotros, puede llegar a la filosofía, en
cualquier momento. Jaspers dice que este origen es múltiple:

“Del asombro sale la pregunta y el conocimiento, de la


duda acerca de lo conocido el examen crítico y la clara
certeza, de la conmoción del hombre y de la conciencia de
estar perdido la cuestión de sí propio.”

Jaspers, K. (1949) La filosofía (desde el punto de vista de la existencia)

De acuerdo a esta presentación, tres son los orígenes de la filosofía. Estos orígenes
pueden asociarse también a diferentes épocas y momentos de la historia de la
filosofía, pero lo que nos interesa es profundizar en cada uno de ellos, porque pueden
llevarnos a cualquiera de nosotros/as a la filosofía, en cualquier momento.

El asombro de los griegos no se parece demasiado a lo que llamamos asombro en


nuestros días. Actualmente el asombro se vincula a las diferentes “sorpresas” a las que
nos acostumbramos todos los días, en especial a través de los medios de comunicación
y las redes sociales, que ofrecen una vinculación en tiempo presente entre los seres
humanos como nunca antes se dio en la historia de la humanidad. Permanentemente
conocemos nuevos records en el deporte; no terminamos de sorprendernos ante una
nueva posibilidad tecnológica cuando inmediatamente nos sorprende otro
acontecimiento igual de sorprendente; la comunicación inmediata producida gracias a
los avances de la ciencia y la tecnología nos presenta hechos y descubrimientos
novedosos, sorprendentes, y espectaculares. Pero a las sorpresas y a las novedades
nos terminamos acostumbrando. Cada vez nos generan menos reacciones, y se
convierten en rutina. Simplemente nos maravillamos y aceptamos pasivamente la
situación de revivir sucesos y hechos cada vez más asombrosos. Por el contrario, el
asombro griego fue una experiencia atada a su época y su circunstancia, que los llevó a
preguntarse por la naturaleza y por la totalidad de “lo que es”. Es decir, aquel asombro
es origen de la filosofía porque a los griegos los llevó hacia la actividad del
pensamiento racional. Pero no ocurre eso cuando pensamos en el asombro del que
hablamos en la actualidad, más cerca del espectáculo y la sorpresa permanente que
nos deja inmóviles que del asombro que nos lleva a pensar.

En cuanto a la duda, el segundo origen de la filosofía, corresponde asociarla al método


de Descartes, en el inicio de la modernidad filosófica (en el siglo XVII). La duda extrema
y metódica lleva finalmente a la una certeza: el “yo pienso”. Se inicia de ese modo una
época del pensamiento que de alguna manera llega hasta nuestros días. La sospecha
es una actitud valiosa para el pensamiento crítico y la filosofía. Pero fuera del campo
de la filosofía la duda no tiene mucho prestigio. Se puede interpretar como vacilación,
o indecisión. Como la actitud de alguien que “no está seguro de sí mismo”. Y
precisamente eso no despierta ningún tipo de admiración, sino todo lo contrario.
Quien sospecha de los saberes y del mundo puede ser considerado como alguien
meramente desconfiado, y también inseguro. Por lo que en este caso hay que volver a
pensar también, en la actualidad, la duda y la sospecha filosófica como origen de la
filosofía.

Ahora bien, la situación actual de pandemia causada por el Corona Virus parece haber
reactivado aquellos sentidos fuertes del asombro y la duda filosóficas que sacuden al
pensamiento. No parece ser una situación asombrosa más, y las dudas que genera no
parecen dudas que tengamos en condiciones normales. Tal vez haya en este contexto
un germen para la filosofía.

Para pensar: la situación de pandemia en el mundo: ¿nos produce algún tipo de


“asombro” frente a lo que está pasando? ¿Nos genera “dudas” con respecto a lo que
sabíamos antes de la pandemia? ¿Hay algo que creíamos y sobre lo que ahora
tenemos “dudas”?

El tercer origen de la filosofía, según Jaspers, corresponde a las situaciones límite. El


siguiente fragmento parece haber sido escrito para nuestros días. Ofrecemos la lectura
y luego invitamos a realizar un ejercicio de escritura.
“Entregado al conocimiento de los objetos del mundo, practicando la duda como vía de la
certeza, vivo entre y para las cosas, sin pensar en mí, ni en mis fines, mi dicha, mi salvación.
Más bien estoy olvidado de mí y satisfecho de alcanzar semejantes conocimientos. La cosa se
vuelve otra cuando me doy cuenta de mí mismo en mi situación. El estoico Epicteto decía: "el
origen de la filosofía es el percatarse de la propia debilidad e impotencia". […]
Pensemos en nuestra humana situación. Estamos siempre en situaciones. Las situaciones
cambian, las ocasiones se suceden. Si estas no se aprovechan, no vuelven más. Puedo trabajar
por hacer que cambie la situación. Pero hay situaciones que por su esencia son permanentes,
aún cuando se altere su apariencia momentánea y se cubra de un velo su poder sobrecogedor:
no puedo no morir, ni dejar de padecer, ni de luchar, estoy sometido al azar, me hundo
inevitablemente en la culpa. Estas situaciones fundamentales de nuestra existencia las
llamamos situaciones límites. Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y
que no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es después del asombro y
de la duda el origen, más profundo aún, de la filosofía. En la vida corriente huimos
frecuentemente de ellas cerrando los ojos y haciendo como si no existieran. Olvidamos que
tenemos que morir, olvidamos nuestro ser culpables, y nuestro estar entregados al acaso.
Entonces sólo tenemos que enfrentar las situaciones concretas que manejamos a nuestro
gusto y a las que reaccionamos actuando según los planes de siempre, impulsados por
nuestros intereses vitales. A las situaciones límites reaccionamos en cambio u ocultándolas o,
cuando nos damos cuenta realmente de ellas, con la desesperación y con la reconstitución:
llegamos a ser nosotros mismos en una transformación de la conciencia de nuestro ser.
Mientras somos felices, estamos jubilosos de nuestra fuerza, tenemos una confianza
irreflexiva, no sabemos de otras cosas que las de nuestra inmediata circunstancia. En el dolor,
en la flaqueza, en la impotencia nos desesperamos. Y una vez que hemos salido del trance y
seguimos viviendo, la dejamos deslizar de nuevo, olvidados de nosotros mismos, por la
pendiente de la vida feliz. ”

Actividad.
Luego de la lectura del texto de Karl Jaspers, les proponemos realizar el siguiente
ejercicio.

1. Lea el documento “Problemas y preguntas de la filosofía”. Selecciones tres


preguntas que le hayan llamado la atención o que le parezcan más importantes que
otras y explique por qué lo son.
2. Los/as invitamos a escribir diez preguntas que ustedes consideren fundamentales.
Preguntas que se hayan hecho a partir del aislamiento social obligatorio y que
consideren preguntas filosóficas. También pueden preguntar en sus casas, a los
integrantes de su grupo familiar, sobre qué temas han pensado a partir de la pandemia
e incorporar esas preguntas o esos temas a la lista.
3. Jaspers indica que en las “situaciones límite” el hombre se libera de todos los
convencionalismos, normas externas y criterios generalmente aceptados. Y que
aparece el sentido de lo trascendente y de aquello que es secundario y accesorio en la
vida. ¿Cómo interpreta la idea de que nos olvidamos de nosotros mismos cuando
somos felices?
4. ¿Por qué cree que Karl Jaspers habla siempre de “el hombre”?
A los/as docentes: ¿Cuáles son nuestros “orígenes” de la filosofía? ¿Qué nos llevó a
la filosofía? ¿Por qué enseñamos filosofía?

Sugerencias:
1. Podemos presentar cada uno de esos “orígenes” de la filosofía tal como los presenta
Karl Jaspers. Podemos hacerlo a través de un resumen propio, o podemos seleccionar
un material que sea apropiado para la lectura (aquí mismo ofrecemos un fragmento de
ese bello libro citado de Karl Jaspers). Y podemos redactar algunas preguntas que
sirvan de disparadores para interpretar esa distinción.

2. Podemos transmitir a los alumnos qué nos llevó a nosotrxs a estudiar y aprender
filosofía. A través de un texto, o de un video breve, como parte de la actividad o como
cierre. Puede ser una buena manera de explicar cuáles son nuestros “orígenes” de la
filosofía. También podemos explicar por qué enseñamos filosofía. Desarrollar nuestro
propio vínculo con la filosofía puede ser sumamente interesante y comprometedor
para nosotros/as y para los/as alumnos. Tendríamos que hacerlo con la mayor
honestidad posible, de modo de establecer un vínculo auténtico con nuestro
pensamiento y con el pensamiento de los/as demás.

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