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AL 18/03/2021
SE HACE PARTE
DOMICILIO LEGAL
CONTESTA
PRUEBA
AUTORIZACIÓN
RESERVA RECURSO FEDERAL
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otorgue la participación procesal correspondiente, todo lo que
solicito al Tribunal se tenga presente.
II.-CONTESTA.
Que en tiempo y forma, de conformidad con
el art. 44 de la Ley N° 3.918, vengo a contestar la demanda
promovida en contra del Honorable Tribunal de Cuentas de la
Provincia, solicitando que al resolver la rechace con expresa
condena en costas, todo ello en mérito a las consideraciones de
hecho y de derecho que a continuación se exponen.
1.- La parte actora Oscar Horacio Sandes,
interpone acción procesal administrativa, a fin que se deje sin
efecto y declare nulo el Fallo Nº 17.357 del Honorable Tribunal
de Cuentas, dictado en el expediente 309-A-2019, que además
de una multa, formula varios cargos en forma solidaria con otros
funcionarios responsables, en su carácter de Administrador de la
Dirección Provincial de Vialidad, y referido el ejercicio parcial
2019. Considera que el mismo contiene vicios en su motivación,
razonabilidad, y violación del procedimiento administrativo y
respeto a la teoría de los actos propios.
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contestar la demanda incoada por la actora, en ejercicio de las
facultades que le concede la ley procesal, planteando
primeramente la inconstitucionalidad de la Ley N° 3.918.
A. LA INCONSTITUCIONALIDAD
PLANTEADA POR EL H. TRIBUNAL DE CUENTAS
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administrativo que no ejerce función jurisdiccional. A pesar
de no ser un acto jurisdiccional, se trata de un acto
administrativo especial y específico de un órgano de control,
siendo un juicio de responsabilidad especial y específica, que le
permite al Tribunal de Cuentas formular un cargo patrimonial y
aplicar sanciones disciplinarias a los sometidos a su contralor
(ley 1003). En tal sentido la Jurisprudencia de la Suprema Corte
de la Provincia de Buenos Aires, la Jurisprudencia local, y la
doctrina jurídica especializada, lo consideran mayoritariamente
como un tribunal de jurisdicción administrativo y no como un
órgano jurisdiccional. De allí la acción de revisión amplia que
habilita la ley 3.918 para cuestionar los fallos del organismo de
control”. (Expte.: 88927 - CARRIZO SANDRA MONICA C/
TRIBUNAL DE CUENTAS DE LA PROVINCIA DE MENDOZA S/
A.P.A.-01/09/2010 - SUPREMA CORTE - SALA N° 1-LS416-247).
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administrativo de contralor extra poder (conforme dictamen
N.º123/12 de esta Fiscalía de Estado, entre otros), formando
parte de la Administración Pública Provincial (art. 4 y cctes. de la
Ley Nº8.706 y jurisprudencia de la S.C.J.M ) y como tal, por su
naturaleza, los procedimientos que implementa están
alcanzados por los principios generales del procedimiento
administrativo (en tanto no colisionen insalvablemente con los
propios del régimen especial de control).
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B. ADHIERE CONTESTACIÓN
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Cabe resaltar que dichas irregularidades que
pasaban antes sus ojos fueron justamente advertidas por el
propio Tribunal de Cuentas, lo que demuestra una clara
negligencia en el ejercicio de su cargo, ya sea por acción y
también por la omisión en el debido control.
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pretender desligarse de su responsabilidad justamente por ser él
quien de acuerdo a su función y cargo debió controlar. Puesto
que de haber existido los debidos controles dichos desmanejos,
groseras irregularidades, y gastos que no responden al objetivo
del organismo, no habrían ocurrido; o en su defecto no se
habrían repetido sistemáticamente durante más de dos años.
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2019 hacer la denuncia penal, bajo el número P-774707/09,
Unidad Fiscal de Delitos Económicos, Fiscalía N°15.
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que le hacía la firma en los comprobantes rendidos en el Fondo
Permanente de los años 2018 y 2019. (sic, Acta de constatación,
Escritura 42, protocolo auxiliar, 07/11/2019, escribana Rosa
Aurora Amaya Blanco)
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afectaban las arcas públicas ya se venían perpetrando con
anterioridad a la aprobación de este supuesto “borrador”, las
que también ya habían sido advertidas. De allí que podemos
sostener que el desfalco y el desmanejo de los fondos públicos
no comenzaron con el dictado de un nuevo organigrama, sin
perjuicio que éste les permitiera aún más eludir controles o
facilitar el desvió de fondos.
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actora; y detalladas también por el Tribunal de Cuentas en su
contestación, y señaladas en el fallo cuestionado. Es difícil
pensar que estas irregularidades no fueran advertidas nunca por
el Sr. Sandes, no obstante que fueron señaladas por el tribunal,
al auditar el ejercicio 2017, cuando se advirtió sobre la falta de
procedimientos escritos sobre el manejo de los fondos fijos,
formulados sin reglamentación, y que la que se dictara además
de tardía era genérica.
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conocimiento que requieren el cargo de Administrador, y el
ejercicio negligente de su función. Otra vez, todo pasaba por
delante de sus ojos durante mucho tiempo y nada fue ni visto ni
conocido, sin embargo fue la auditoría del Tribunal de Cuentas
quien advierte semejantes irregularidades.
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de facturas de pago, o con facturas adulteradas, y falta de
documentación respaldatoria; es decir no se trató de un
hecho aislado o de varios iguales; sino de muchos y de
los más variados.
Lo que permite concluir que está
acreditada la existencia de maniobras indebidas en uso de
fondos públicos, y en el marco del derecho aplicable,
reconocidas incluso por el propio cuentadante, por lo que el fallo
dictado ha formulado debidamente los cargos correspondientes
a las conductas de cada uno de los responsables del ejercicio
parcial 2019 de la Dirección Provincial de Vialidad. Respecto del
actor claramente no ha rendido la cuenta de conformidad con su
deber constitucional, pues al finalizar el ejercicio no advierte la
existencia de ingentes faltantes de origen no comprobado, cuyos
fondos, en definitiva, fueron confiados a su administración. La
omisión en los controles que se le imputa ha permitido que se
produjera una maniobra dolosa por parte de agentes de la
administración de apropiación de fondos públicos. La valoración
que lleva a cabo el Tribunal de Cuentas es exclusivamente
personal y a la luz de las responsabilidades profesionales y de
acuerdo al cargo que desempeña el obligado a la rendición de
cuentas.
Con respecto a la multa, la falta de
cumplimiento de los requisitos y formalidades que el Tribunal de
Cuentas exige en la presentación de las mismas, lo ha hecho
incurrir en procedimientos administrativos irregulares, los que
conforme el art. 42 de la ley 1003, son pasibles de la multa
impuesta.
9. Es innecesario cansar a V.E en
repeticiones de las innumerables conductas irregulares que
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fueron detectadas y analizadas por el Tribunal de Cuentas,
expuestas tanto en el fallo como en la contestación de esta
demanda, además que han sido reconocidas e incluso detalladas
por el propio actor. No obstante cabe poner de resalto que es
inadmisible la pretensión del actor de ser liberado de
responsabilidad por el desconocimiento de lo que ocurría con el
manejo y desvío fraudulento de los fondos públicos.
Especialmente tratándose de innumerables actos irregulares,
que se produjeron a lo largo de años, por personas de su
estricta confianza y por él designadas y “bajo sus mismas
narices”. Es inaceptable pensar que durante años no firmó nada
y que sólo le falsificó la firma la Sra. Gallardo, pero aún de ser
así, su responsabilidad por la grosera negligencia y falta
de control resulta absolutamente inexcusable.
Al respecto cabe decir que "...el ser
funcionario implica `una responsabilidad especial' entendida
como capaz de obligarse por el funcionamiento del servicio a su
cargo, por lo cual están constreñidos no sólo por el contrato de
carácter público que los vincula sino por la exigencia legal
o jurisprudencial, que los obliga no sólo a accionar
eficientemente, sino que les impide la realización de
omisiones, caso no encuadrable al ciudadano común, el cual
está obligado en esto si expresamente no se lo impone la ley
como excepción" (Trib. Sup. Just. Santiago del Estero,
6/7/1998, "Infante de Castillo, Nora y otros v. Municipalidad de
la Capital s/beneficio de litigar sin gastos - Indemnización por
daños y perjuicios")
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Ahora bien, "...si en su desempeño en
la Administración los agentes estatales actúan de manera
inconveniente, irregular o en el supuesto más grave delictiva,
resultan responsables en alguna o varias de las categorías de la
responsabilidad a las que se encuentran sometidos" (CANDA,
Fabián O., "La responsabilidad penal de los agentes de la
Administración Pública", en AA.VV., Responsabilidad del Estado y
del funcionario público, jornadas organizadas por la Universidad
Austral, Facultad de Derecho, Editorial Ciencias de la
Administración, División Estudios Administrativos, Buenos Aires,
2001, p. 617). Asimismo, tal como lo señala Ivanega, "...las
responsabilidades en las que pueden incurrir los funcionarios
públicos son entre sí compatibles e independientes. Un mismo
hecho puede dar lugar al nacimiento de varias
responsabilidades; y a su vez, el pronunciamiento sobre la
inexistencia de una de ellas no es obstáculo para que puedan
incurrir las otras" (IVANEGA, Miriam Mabel, Mecanismos de
control público y argumentaciones de responsabilidad, Depalma,
Buenos Aires, 2003, p. 264).
Es decir, el funcionario puede ser
pasible de una responsabilidad disciplinaria, penal, civil, política,
o patrimonial, entendida esta última como "aquella que se
origina cuando un funcionario público a través de hechos, actos
u omisiones ocasiona un perjuicio fiscal".-
En ese sentido, se ha señalado que "El
demérito o disminución monetaria o patrimonial que el erario
público pueda sufrir como resultado del accionar de las personas
físicas se traduce en el concepto de perjuicio fiscal" (Ley 24.156,
Ley de Administración Financiera y de los Sistemas de Control
del Sector Público Nacional, Tít. IV "Del Sistema de Control
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Interno", texto institucional anotado, comentado y concordado,
Presidencia de la Nación, Sindicatura General de la Nación,
2003, ps. 101/103).-
Tal como lo señala Hutchinson, el daño
producido para obtener una ventaja personal, o aún la
negligencia o torpeza sin ánimo de beneficio personal o dolo, es
factor de imputabilidad bajo el concepto de culpa, pues la
imprudencia es un elemento que determina la responsabilidad
del funcionario público.
Este tipo de responsabilidad se deriva
del hecho de la inobservancia de las disposiciones legales o del
incumplimiento de los deberes que competen a cada servidor
por razón de sus específicas funciones, el que debe ir
acompañado de la lesión económica.
El Estado es titular de un patrimonio
que la ley ha puesto en sus manos para el cumplimiento de las
funciones y servicios públicos y es claro que quien haya causado
lesión quede vinculado por la necesidad jurídica de reparar este
daño. Siendo la acción la actividad positiva del agente y
habiendo entre éste y la acción un nexo de causalidad no hay
discusión sobre la relación de responsabilidad que recae sobre el
agente, cuando su acción ha inferido perjuicio al patrimonio
público, y sucede lo mismo cuando el perjuicio ha sido
motivado por la omisión del cumplimiento de la ley o de
los deberes que incumben a cada servidor. (Hutchinson,
Tomás, Breves Consideraciones Acerca De La Responsabilidad
Administrativa Patrimonial Del Agente Público, Cita Online:
AR/DOC/8496/2012), (lo resaltado es mío).-
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Estamos ante un caso de
responsabilidad administrativa contable, que es una
responsabilidad específica de los funcionarios públicos
cuentadantes. Los hechos constitutivos de la
responsabilidad contable se desprenden de las cuentas
que se han de rendir, por razón de gestionar los caudales
públicos. La regulación de este tipo de responsabilidad se
hace al margen de las normativas generales de
responsabilidad, que incluso invoca la actora, ya que
viene establecida en normas especiales.
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las pretensiones de la responsabilidad contable se han de
desprender de las cuentas que han de rendir las personas que
tienen a su cargo el manejo de caudales o efectos públicos; y
Sandes lo tenía. (Hutchinson, Tomas, obra cit).-
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no política, civil, disciplinaria o penal; se trata en definitiva de
una resolución de tipo contable, donde se le imputa o se lo
libera de un cargo y donde se visualiza si las cuentas se han
llevado con corrección. No se incursiona en ninguno de los otros
ámbitos de responsabilidad. Ergo, la documentación necesaria
es la estrictamente contable y la decisión no puede quedar
supeditada a otros procesos, pues así romperíamos el principio
de independencia de responsabilidad.
D. DELEGACIÓN DE COMPETENCIA
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cuando el mismo correspondiere, constituye falta disciplinaria
reprimible, según su gravedad, con las sanciones previstas en el
régimen jurídico aplicable al agente público responsable y, en su
caso la contable regulada en las normas de administración
financiera o las que rigen las rendiciones de cuentas de
fondos públicos….
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Afirma la actora que la delegación de
funciones es legal y está permitida, reconociendo que es una
actividad usual dentro de la administración pública, y que si
dicha delegación es válida, el funcionario delegante – es decir el
arquitecto Sandes – no responde por los actos que realice el
delegado. Erróneamente también pretende aplicar la ley de
responsabilidad del Estado 8968, que nada tiene que ver con la
responsabilidad de un cuentadante, entendiendo que no es
responsable de los actos y decisiones adoptadas por el delegado,
habida cuenta de que éste actúa en ejercicio de una
competencia que le ha sido válidamente atribuida y el delegante,
solo responde por culpa grave o dolo.
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distinción y limitarla a la responsabilidad “in eligendo” e “in
vigilando”. Pero claramente el delegante es responsable por
su obligación de control, además de instruir, en general, la
acción del delegado y de expedirle órdenes concretas, puede
también revocar los actos que éste dicte, de oficio o a petición
de parte, sea por razones de legitimidad o de oportunidad; o
avocarse a la materia que le delegó.
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de Mendoza, 3909, Comentada y Concordada, Segunda Edición,
Ediciones AVGVSTVS, 1979, pag. 28, en comentario al art. 10 de
ley 3909 que conserva la misma redacción en la ley 9003).-
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irregularidades agravadas por la magnitud de las cifras
involucradas, son suficientes para concluir al menos en la
absoluta falta de control que permitieron el desvío y exacciones
ilegales de fondos públicos, que justifican la razonabilidad de los
cargos impuestos en el fallo cuestionado.-
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III.- PRUEBA
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en discusión el régimen republicano de gobierno que asegura a
las Provincias el goce de sus instituciones propias,
pretendiéndose en el caso legalidad y legitimidad de un fallo de
rendición de cuentas públicas, en función de lo reglado por los
arts. 1, 5, 121, 123 de la C.N.
VI.- PETITORIO
ES JUSTICIA
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