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Realidad y Juego. Cap. 9 Papel de Espejo de La Madre y La Familia en El Desarrollo Del Nino (Winnicott.)
Realidad y Juego. Cap. 9 Papel de Espejo de La Madre y La Familia en El Desarrollo Del Nino (Winnicott.)
Ejemplo 1. Me refiero primero a una mujer que conozco, quien se casó y crió a tres magníficos
hijos varones. Además fue un buen respaldo para su esposo, que tenía un puesto importante y
creador. Entre bambalinas, esta mujer se encontraba siempre cerca de la depresión. Perturbó
gravemente su vida matrimonial al despertar todas las mañanas en estado de desesperación. No
podía hacer nada para evitarlo. La solución de la depresión paralizante se producía todos los días
cuando llegaba el momento de levantarse y al final de sus abluciones, y luego de vestirse, podía
"ponerse la cara". Entonces se sentía rehabilitada y le era posible enfrentar al mundo y hacerse
cargo de sus responsabilidades familiares. A la larga, esta persona, excepcionalmente inteligente y
responsable, reaccionó ante una desgracia con un estado depresivo crónico, que al final se
convirtió en una perturbación física, crónica es incapacitante. He aquí un molde repetido, cuyo
similar cualquiera puede encontrar en su experiencia social o clínica. Lo que muestra este caso no
hace más que exagerar lo que es normal. Se exagera la tarea del espejo, de tomar nota y aprobar.
La mujer tenía que ser su propia madre. Si hubiese tenido una hija, no cabe duda de que habría
encontrado un gran alivio, pero quizás aquella habría sufrido por el hecho de tener excesiva
importancia en lo referente a corregir la incertidumbre de su madre en relación con la visión que
esta tenía de ella. El lector estará pensando ya en Francis Bacon. No me refiero al Bacon que dijo:
"Un rostro hermoso es un elogio silencioso" y "Lo que un cuadro no puede expresar es la mejor
parte de la belleza", sino al exasperante, diestro y desafiante artista de nuestro tiempo que pinta
una y otra vez el rostro humano deformado de manera significativa. Desde el punto de vista de
este capítulo, este Francis Bacon de hoy se ve en el rostro de su madre, pero con cierto
retorcimiento en él o ella que nos enfurece, a él y a nosotros. Nada sé acerca de la vida privada de
este artista, y solo lo presento porque se introduce por la fuerza en cualquier estudio actual sobre
el rostro y la persona. El rostro de Bacon me parece estar muy lejos de la percepción de lo real;
cuando mira caras me da la impresión de estar esforzándose penosamente para que se lo vea,
cosa que constituye la base del mirar creador. Advierto que vinculo la apercepción con la
percepción al postular un proceso histórico (en el individuo) que depende del ser visto:. Cuando
miro se me ve, y por lo tanto existo. Ahora puedo permitirme mirar y ver. Ahora miro en forma
creadora, y lo que apercibo también lo percibo. En verdad no me importa no ver lo que no está
presente para ser visto (a menos de que esté cansado).
Ejemplo II. Una paciente informa: "Ayer por la noche fui a un café y me sentí fascinada al ver allí a
los distintos personajes", y describe a algunos de ellos. Ahora bien, esta paciente tiene un aspecto
llamativo, y si supiese-usarse podría ser la figura central en cualquier grupo. Le pregunté:
"¿Alguien la miró? " Consiguió pasar a la idea de que en verdad había atraído buena parte del
fuego de las miradas, pero la acompañaba un amigo y sintió que la gente lo miraba a él. A partir de
ahí pudimos realizar un estudio preliminar de su historia de recién nacida y de la infancia, en
términos de ser vista en una forma que pudiese hacerle sentir que existía. En rigor había tenido
una experiencia deplorable en ese sentido. Este tema quedó luego perdido, por el momento, en
otros tipos de material, pero en cierto modo todo el análisis de esta paciente gira en torno de ese
"ser vista" como lo que en realidad es, en un momento cualquiera; y en ocasiones ese ser vista de
verdad es para ella, de una manera sutil, lo principal de su tratamiento. Es particularmente
sensible como crítica pictórica, y la falta de belleza desintegra su personalidad, a tal punto, que
reconoce esa falta porque ella misma se siente espantosa (desintegrada o despersonalizada).
Ejemplo III. Tengo un caso de investigación, una mujer que ha sido objeto de un análisis muy
prolongado. En un etapa muy avanzada de su vida esta paciente ha llegado a sentirse real, y un
cínico podría decir: ¿Para qué?. Pero a ella le parece que ha valido la pena, y gracias a ella yo
mismo aprendí mucho de lo que sé sobre los primeros fenómenos. Este análisis involucraba una
grave y profunda regresión a la dependencia infantil. La historia ambiental era muy perturbadora
en muchos sentidos, pero en este caso me refiero al efecto que tuvo sobre ella la depresión de su
madre. Esto se elaboró en repetidas ocasiones, y como analista tuve que desplazar a esa madre
para permitir que la paciente empezara a ser persona55. Ahora, cerca del final de mi trabajo con
ella, me envió un retrato de su nodriza. Yo ya tenía uno de su madre, y llegué a conocer muy
íntimamente la rigidez de las defensas de esta. Se hizo evidente que la madre (según dijo la
paciente) había elegido una nodriza deprimida para que la reemplazara, de manera que pudiera
evitar la pérdida total del contacto con sus hijos. Una nodriza vivaz habría "arrebatado" los hijos a
esa madre deprimida. Esta paciente muestra una notable falta de lo que caracteriza a tantas
mujeres: el interés por su rostro. Por cierto que no había pasado por la fase adolescente de
examen de sí misma en el espejo, y ahora solo se mira en él para recordarse de que "parece una
vieja bruja" (según sus propias palabras). Esa misma semana la paciente encontró una foto de mi
cara en la sobrecubierta de un libro. Me escribió para decirme que necesitaba una ampliación para
ver las líneas y todos los rasgos de ese "viejo paisaje". Le envié la foto (vive lejos, y ahora solo la
veo de vez en cuando), y al mismo tiempo le ofrecí una interpretación basada en lo que trato de
decir en este capítulo. 55 En mi trabajo Metapsychological and Clinical Aspects of Regression
within the Psycho-Analytical Set-Up informé acerca de un aspecto de este caso (1954). La paciente
creía que no hacía más que adquirir el retrato de ese hombre que tanto había hecho por ella (y así
es). Pero necesitaba que se le dijera que mi rostro surcado de arrugas tenía ciertos rasgos que
para ella se vinculan con la rigidez de los de su madre y su nodriza. En verdad esta paciente tiene
una cara muy buena, y cuando está con humor para ello es una persona simpatiquísima. Sabe
preocuparse, durante un período limitado, por los asuntos de otras personas y por sus problemas.
¡Cuántas veces esta característica sedujo a otros individuos y los hizo pensar que ella era alguien
en quien resultaba posible apoyarse!. Pero la verdad es que en cuanto se siente comprometida, en
especial con la depresión de alguien, mecánicamente se retira y se acurruca en la cama, con una
botella de agua caliente, para abrigar su alma. En ese momento es vulnerable.
Ejemplo IV. Después de escribir todo lo que antecede una paciente me trajo, en una hora analítica,
material que habría podido estar basado en lo que escribo. La mujer de que se trata se muestra
muy preocupada por la etapa de su establecimiento como individuo. A lo largo de la hora
introdujo una referencia a "Espejo, espejo de la pared", etcétera, y luego dijo: "¿No sería terrible
que el chico mirase en el espejo y no viera nada?". El resto del material se relacionaba con el
ambiente proporcionado por su madre cuando ella era pequeña, y la imagen era la de una madre
que hablaba con algún otro, salvo que se encontrase ocupada en forma activa en una relación
positiva con el bebé. La insinuación quería decir que este miraba a la madre y la veía hablando con
cualquier otra persona. La paciente describió luego su gran interés por las pinturas de Francis
Bacon, y se preguntó si podría prestarme un libro sobre el artista. Se refirió en detalle al libro.
Bacon "dice que le gusta tener un espejo sobre sus cuadros, porque cuando la gente los mira no ve
solo un cuadro; incluso puede llegar a verse a sí misma"56. Después la paciente habló sobre "Le
Stade du Miroir", porque conoce el trabajo de Lacan, pero no pudo establecer la vinculación que
yo me siento capaz de elaborar, entre el espejo y el rostro de la madre. No era mi tarea en esa
sesión ofrecer esa vinculación a mi paciente, porque en esencia esta se encuentra en la etapa de
descubrir cosas por su propia cuenta, y en tales circunstancias una interpretación prematura
aniquila su creatividad y resulta traumática, en el sentido de que contraría el proceso de
maduración. Este tema sigue teniendo importancia en el análisis de la paciente, pero también
aparece con otras formas. Esta visión del bebé y el niño que ven la persona en el rostro de la
madre, y después en un espejo, ofrece una manera de ver el análisis y la tarea psicoterapéutica. La
psicoterapia no consiste en hacer interpretaciones inteligentes y adecuadas; en general es un de-
escribe: "...contemplar un cuadro de Bacon es mirar en un espejo y ver en él nuestras propias
penas y nuestros temores a la soledad, el fracaso, la humillación, la vejez, la muerte y el peligro de
una catástrofe innominada Su preferencia, confesada, por el barnizado de sus cuadros también
tiene relación con su sentimiento de dependencia respecto de la casualidad. Dicha preferencia se
debe al hecho de que el espejo aparta en cierto modo a los cuadros de su ambiente (así como las
margaritas y las barandillas apartan a sus figuras de su ambiente pictórico) y protege, pero lo que
más importa en ese caso es su creencia de que el juego de reflejos fortuitos realzará sus cuadros.
Le he oído observar que sus trabajos, en especial los de tono azul oscuro, se benefician cuando
permiten que el espectador vea su propio rostro en el espejo". volver al paciente, a largo plazo, lo
que este trae. Es un derivado complejo del rostro que refleja lo que se puede ver en él. Me gusta
pensar en mi trabajo de ese modo, y creo que si lo hago lo bastante bien el paciente encontrará su
persona y podrá existir y sentirse real. Sentirse real es más que existir; es encontrar una forma de
existir como uno mismo, y de relacionarse con los objetos como uno mismo, y de tener una
persona dentro de la cual poder retirarse para el relajamiento. Pero no querría dar la impresión de
que pienso que esa tarea de reflejar lo que trae el paciente es fácil. No lo es, y resulta
emocionalmente agotadora. Aun cuando nuestros pacientes no lleguen a curarse, se muestran
agradecidos con nosotros porque los vemos como son, y ello nos proporciona una profunda
satisfacción. Lo que mencioné, en términos del papel de la madre, de devolver al bebé su persona,
tiene la misma importancia para el niño y la familia. Es claro que a medida que el primero se
desarrolla y los procesos de maduración se vuelven más complicados, y las identificaciones se
multiplican, aquel depende cada vez menos de la devolución de la persona por el rostro de la
madre y el padre, y por los rostros de otros que se encuentren en relaciones de padres o de
hermanos (Winnicott, 1960a). Pero cuando una familia está intacta y marcha hacia adelante
durante un período, todos los niños se benefician gracias a que pueden verse en la actitud de los
miembros de la familia o en la de toda esta. Podemos incluir aquí los espejos reales que existen en
la casa, y las oportunidades que tiene el chico de ver a los padres y a otros mirarse al espejo. Pero
es preciso entender que el espejo real tiene importancia ante todo en su sentido figurativo. Esta
podría ser una manera de formular la contribución que puede realizar una familia en lo que se
refiere al crecimiento y enriquecimiento de la personalidad de cada uno de sus integrantes.