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188 DAVID MARTÍNEZ ZORRII I A

ventajas de cara a la defensa de nuestros intereses en un contexto de no


gociación. Pero no debemos tampoco pensar que son ámbitos que se con
funden: la práctica argumentativa está muy estrechamente vinculada a con
ceptos como el de corrección, fundamentación o justificación, lo que no
necesariamente ocurre en los ámbitos de la expresión y de la negociación,
A s í , es perfectamente posible expresar correctamente un argumento falaz,
por lo que una buena expresión de nuestro punto de vista no implica que ésto
sea correcto o justificado. Por otro lado, la negociación exige siempre iiii
contexto de interdependencia estratégica (un juego, en sentido técnico) en ol
que nuestro principal objetivo es obtener aquel resultado que mejor satislii
ga, en la medida de lo posible, nuestros intereses u objetivos, mientras que lii
finalidad primordial en la argumentación es alcanzar el resultado correcto o,
al menos, el mejor justificado o fundamentado. Aunque también es perfei' CAPITULO V
tamente posible un uso estratégico de la argumentación, utihzando aquellas
razones que son favorables a nuestros intereses y silenciando, tergiversandct C U E S T I O N E S C O N C E P T U A L E S BÁSICAS
o atribuyendo menor importancia a las razones en contra. Precisamente os
D E L A ARGUMENTACION
en estos casos cuando resulta de mayor importancia o utilidad contar con un
sólido instrumental argumentativo para poder contrarrestar estas prácticas.

Esta segunda parte aborda el ámbito de la argumentación del siguienir


En este apartado nos detendremos brevemente en la exposición y desa-
modo: en primer lugar, se expone una parte general en la que se introducen
rrollo de ciertos conceptos que resultan fundamentales para afrontar adecua-
los conceptos más básicos y generales (concepto y estructura de argumento,
damente el tema de la argumentación. Muchos de estos conceptos provienen
dimensiones de la justificación, nociones básicas de filosofía del lengua
del ámbito de la filosofía del lenguaje', pero su inclusión aquí está m á s que
j e , etc.), para después centrarnos, respectivamente, en la dimensión interna
justificada en la medida en que desconocerlos o no tenerlos en cuenta puede
(justificación interna o corrección lógica de los argumentos) y extema (so
lidez de las premisas) de la justificación argumentativa. También se presta producir confusiones importantes, o impedir la adecuada c o m p r e n s i ó n de
una gran atención al aspecto «negativo» de la argumentación: las falacias ar- aspectos centrales de la argumentación.
gumentativas. U n primer paso necesario para argumentar correctamente es
conocer (y saber reconocer) los principales tipos de errores argumentativos,
1. ¿ E N Q U É CONSISTE A R G U M E N T A R ? CONCEPTO
para poder evitarlos en nuestros argumentos y ser capaces de detectarlos en
Y E S T R U C T U R A D E LOS A R G U M E N T O S
los argumentos de los d e m á s . • . . ;

Finalmente, debe destacarse que, aunque a q u í se lleva a cabo una intro- En una aproximación genérica, argumentar consiste en ofrecer razones
ducción general a la a r g u m e n t a c i ó n , y por tanto sus contenidos son aplica- para la justificación o fundamentación de cierto punto de vista, creencia,
bles a cualquier á m b i t o , teniendo en cuenta que nos movemos en el ámbito opinión, acción, decisión...
jurídico en ocasiones se centra la atención en ciertas especificidades propias
Es decir, toda actividad dirigida a apoyar, defender o respaldar mediante
de la argumentación en el ámbito del derecho, que deben tenerse en cuenta
razones (expresadas a través de un lenguaje) cierta posición (en sentido am-
cuando el contexto en el que se desarrolla la argumentación es el jurídico
plio, incluyendo decisiones, opiniones, etc.) puede considerarse como una
(abogados, jueces, dogmáticos del derecho, etc.).
actividad argumentativa. A partir de a q u í , puede definirse un argumento del
modo siguiente:

' Debemos tener en cuenta que la argumentación se lleva a cabo a Ini


lo (|ue debemos tener claros alginios aspectos del mismo.
Un aiguinciiU) es cualquier conjunto de alirniaciones que se o l r c / v a cii En este argumento, aquello que se pretende defender o juslilicar (coiiclii-
defensa o apoyo de una opinión, decisión o acción. sión) es la alirmacióti tic que la disminución de fos tipos de interés coiillcvaiii
el aumento del paro, mientras que ei resto de afirmaciones son fas premisas
Como podemos observar, se trata de una definición extremadamciiti' que pretenden justificar o fundamentar la conclusión. Las premisas aparecen
amplia, ya que no se toma en cuenta ni el tipo de afirmaciones que se otivceii en primer fugar, y ef argumento finafiza con la conclusión.
ni la «calidad» de las mismas. Ello implica que, por débiles o inadecuatlas
Ejemplo 2
que sean las razones ofrecidas, seguiremos estando frente a un argumento
En este caso, el acusado debe ser sancionado con la pena de veinte años
en tanto que lo que se pretenda sea el apoyo o defensa de una posición (o
de prisión, ya que ha quedado claramente acreditado mediante las pruebas
el ataque a la misma, ya que atacar un punto de vista es defender la tesis ilc
aportadas en el juicio que mató a la víctima mientras ésta estaba durmiendo,
que éste resulta inadecuado o incorrecto). En consecuencia, es posible dife-
con lo que existe alevosía, y el Código Penal castiga el asesinato con alevosía
renciar entre buenos y malos argumentos. con esta pena de prisión.
Los malos argumentos suelen ser denominados como «falacias»^. Una A diferencia de lo que ocurre con el ejemplo anterior, en este segundo
falacia, por tanto, es un sinónimo de un mal argumento o, de forma genéri- argumento la conclusión ñgura al inicio, tras la cual se ofrecen todas las pre-
ca, de un error en la argumentación. misas que fundamentarían o justificarían dicha conclusión.

Uno de los problemas m á s destacables de las falacias es que, al menos


en algunos casos, pueden resultar sugestivas desde un punto de vista psi-
2. JUSTIFICACIÓN INTERNA Y JUSTIFICACIÓN EXTERNA
cológico, lo que nos puede llevar a e n g a ñ o si no somos lo suficientemente
rigurosos y cuidadosos.
A la hora de argumentar, nuestro objetivo b á s i c o es conseguir que
A partir de la propia noción de «argumento» es posible establecer su nuestros argumentos tengan la mayor calidad posible y , en ese sentido,
estructura básica, distinguiendo entre dos partes claramente diferenciadas. que se trate de argumentos justificados. ;,Pero en q u é consiste la justifica-
I'or un lado, tenemos aquella opinión, decisión, acción, etc., que se preten- ción de un argumento? Muchos autores han remarcado que la justificación
de justificar, a la que se denomina conclusión, mientras que por otra parte, requiere, al menos, dos aspectos o elementos: a) Por una parte, que el vín-
todos aquellos elementos que se utilizan como razones para apoyar dicha culo o la c o n e x i ó n entre las premisas y la c o n c l u s i ó n sea adecuada; esto
conclusión, son denominados premisas. Por tanto, puede ofrecerse una de- es, que realmente esas premisas permitan sustentar la c o n c l u s i ó n mediante
finición m á s estricta de argumento como aquel conjunto de afirmaciones, una estructura de razonamiento correcta (corrección lógica), h) Por otra
llamadas premisas, que son utilizadas como razones para apoyar o justificar parte, es necesario t a m b i é n que las propias premisas sean sólidas, correc-
otra afirmación, llamada conclusión. tas o justificadas, pues por mucho que nuestro razonamiento sea formal
o l ó g i c a m e n t e correcto, y que la conclusión se deduzca de las premisas,
Es importante destacar que el hecho de que algo sea considerado como pre-
éste no tendrá mucha fuerza si se fundanenta en premisas d é b i l e s , falsas
misa o como conclusión no depende del lugar que ocupe dentro del argumento.
o incorrectas.
Dicho de otro modo, la conclusión puede estar ubicada indistintamente al inicio
o al final del argumento, sin que esto afecte a su solidez o corrección. •' Por tanto, es posible diferenciar dos dimensiones distintas en la justifi-
cación, ambas imprescindibles pero ninguna de ellas suficiente por sí sola.
Ejemplo 1 A estas dimensiones se las suele denominar como «dimensión interna» y
Si el banco central baja los tipos de interés para reactivar la economía, «dimensión e x t e m a » de la justificación, o simplemente como justificación
como consecuencia aumentará también la inflación. Si la inflación aumenta, interna y justificación externa^. / ÍÍ
disminuirá el poder adquisitivo de los consumidores y bajará la demanda. Y
si baja la demanda, aumentará el paro. Por tanto, si bajan los tipos de interés,
al final aumentará el paro.

lo VII ""^^ '^^^''"^ principales tipos de falacias argumentativas en el capítu- ' Sobre esta distinción, puede verse WRÓBLEVSKI, 1971; 4 0 9 - 4 1 9 , y WRÓBLEWSKI, 1974;
33-46. ...
Ejemplo 2
2.1. L a justifícacíón interna f) Según ef cfcrecfio iiciial españof, quien cometa un asesinato ifefu- ser
sancionado con la pena de muerte
Se considera que un argumento está internamente justificado si, y sólt» 2) X ha cometido un asesinato
si, entre las premisas y la conclusión existe un vínculo lógico correcto; esio Por lo tanto,
3) X debe ser sancionado con la pena de muerte
es, si se ajusta a las leyes de la lógica, de modo que la conclusión se detlenf
o se infiere lógicamente a partir de las premisas. A l contrario de lo que ocurre con el primer ejemplo, en este caso el
En otras palabras, un argumento justificado desde el punto de vista Inter la/onamiento sí que es lógicamente correcto, con lo que el argumento está
no es un argumento lógicamente válido. liistiíicado internamente. E l problema, no obstante, radica en las premisas
(af menos, en la primera de ellas), ya que no es cierto que el derecho penal
Ahora bien, la lógica es una disciplina estrictamente formal (como
español contemple la pena de muerte para los casos de asesinato (quedó
las m a t e m á t i c a s ) , y como t a l , no nos puede dar ninguna pista sobre la
abolida por el art. 15 de la Constitución española de 1978). Por ello, el argu-
« c a l i d a d » del contenido de las premisas. E l seguimiento de las leyes de
mento es también rechazable.
inferencia lógica nos garantiza que, en el caso de que las premisas sean
verdaderas o correctas, necesariamente t a m b i é n l o será la c o n c l u s i ó n que En s í n t e s i s , podemos afirmar que la c o r r e c c i ó n l ó g i c a es una con-
se deduce de ellas, pero eso no significa que nos asegure que las premisas dición necesaria, aunque no suficiente, de la j u s t i f i c a c i ó n o c o r r e c c i ó n
sean las adecuadas. Tampoco implica que si un argumento no se ajusta a de un argumento, ya que el mero hecho de que el razonamiento no sea
las reglas l ó g i c a s , las premisas y/o la c o n c l u s i ó n será(n) falsa(s). De este l ó g i c a m e n t e correcto basta para rechazarlo como inadecuado, pero l a
modo, es perfectamente posible encontrarnos tanto frente a un razona- satisfacción de esta c o n d i c i ó n no asegura tampoco la c o r r e c c i ó n del ar-
miento l ó g i c a m e n t e incorrecto con las premisas y la c o n c l u s i ó n verdade- gumento.
ras, como ante un razonamiento l ó g i c a m e n t e impecable pero injustificado Por otra parte, las cosas pueden complicarse porque, en no pocas ocasio-
debido a la i n a d e c u a c i ó n o incorrección de las premisas. Veamos algunos nes, muchos razonamientos son entimemáticos. U n entimema es una premi-
ejemplos: sa o conclusión que no se hace explícita, sino que se asume implícitamente
por considerarla como algo presupuesto o incluso evidente. En un argumen-
Ejemplo 1 to e n t i m e m á t i c o , si atendemos exclusivamente a las premisas explícitas, el
1) Si llueve, las calles se mojan razonamiento no es lógicamente correcto, ya que para que éste pueda consi-
2) las calles se mojan * , derarse válido, debemos incluir también las premisas implícitas que se han
Por lo tanto, obviado. Veamos el ejemplo siguiente:
3) llueve , • -,
Ejemplo 3
Este razonamiento resulta inadecuado porque no es correcto desde el pun- Yo hago mucho deporte. Por lo tanto, gozo de buena salud.
to de vista lógico (la conclusión no se deduce lógicamente de las premisas)"*.
Puede ocurrir perfectamente que sea verdad que si lleve se mojan las calles, Si atendemos exclusivamente al contenido explícito, el argumento es
que también sea cierto que las calles se mojan, y en cambio ser falso que falaz, ya que de la afirmación de que yo hago mucho deporte no se deduce
llueva (por ejemplo, si las calles se están mojando como consecuencia de lógicamente la afirmación de que gozo de buena salud. Para que esta de-
que un c a m i ó n del ayuntamiento está regando las calles). En un argumento d u c c i ó n sea posible, debemos incorporar la premisa (implícita) de que las
lógicamente correcto, la verdad de las premisas garantiza la verdad de la personas que realizan mucho deporte gozan de buena salud.
conclusión; esto es, no puede ocurrir que las premisas sean verdaderas y que
Como regla general, conviene evitar los argumentos e n t i m e m á t i c o s , a
la conclusión no lo sea.
menos que podamos estar razonablemente seguros de que se trata de pre-
misas muy evidentes o universalmente asumidas. E n muchos casos, sin em-
" L a estructura de este razonamiento se corresponde con la llamada falacia de afirmación bargo, no es a s í , y los entimemas pueden ocultar argumentos falaces. Sin
del consecuente, que veremos en la sección 1.2 del capítulo V I I . flrmacion ir m á s lejos, es cuestionable la afirmación de que hacer mucho deporte sea
benclicioso para la salud, ya que la ciencia medica alerta de que el dcporic tema j u r í d i c o establece (pensemos en el ejemplo anterio
en exceso puede ser perjudicial. que afirmaba que quien cometa un asesinato será condena
muerte, como ejemplo de una premisa inadecuada). Por
premisas son las relativas a los hechos del caso; en cuaiJ
2.2. L a justificación externa hechos (algo que a c o n t e c i ó ) , su justificación d e p e n d e r í a
su verdad o falsedad, pero en el contexto j u r í d i c o , el cr
Se considera que un argumento está justificado externamente si, y sólo es el de la prueba: las premisas fácticas que pueden usl
si, las premisas del razonamiento son sólidas (verdaderas, correctas, etc.). justificada en un razonamiento j u r í d i c o para justificar ui^
las relativas a hechos que han sido probados. Y aunque
U n argumento satisfactorio debe basarse en una selección adecuada de
vez, se fundamenta en la idea de verdad, el contexto juríJ
sus premisas. L a fortaleza de un razonamiento depende directamente de que
muchos otros condicionantes que, al menos en algunos
las razones que se aporten para justificar la conclusión sean adecuadas; si
más relevantes que la verdad material, con el fin de salva
son débiles, cuestionables, o directamente falsas, el argumento carecerá de
derechos b á s i c o s de las personas y de evitar la dilación in
fuerza justificatoria.
procesos judiciales (pensemos por ejemplo en las presur^
Ahora bien, la d i m e n s i ó n externa de la justificación plantea muchas i n a d m i s i ó n de medios de prueba que vulneren la legalidad
m á s dificultades que la justificación interna. Respecto de esta líltima, con- fundamentales, por e j e m p l o ) \
tamos con unos criterios claros de corrección: las reglas l ó g i c a s . Si el ra-
Teniendo esto en cuenta, la estructura m á s básica que p
zonamiento es l ó g i c a m e n t e correcto (se ajusta a las leyes de la l ó g i c a ) ,
razonamiento jurídico para la justificación de una decisión d
estará internamente justificado, y en caso contrario, no lo estará. Pero por
nistrativa) sería la siguiente:
desgracia, no tenemos nada parecido en relación con la justificación exter-
na. L a «solidez» de una premisa es habitualmente una cuestión de grado;
1) Si acontece el hecho X , debe aplicarse la consec
no hay simplemente premisas correctas o incorrectas, sino justificadas en (premisa normativa)
mayor o menor medida, o m á s o menos sólidas. T a m b i é n depende del 2) Acontece el hecho X (premisa fáctica)
contexto argumentativo: en el á m b i t o de la d i s c u s i ó n científica, por ejem- Por lo tanto, "Í>') i.ri
plo, el nivel de rigor y exigencia en relación con las premisas será muy 3) Debe aplicarse la consecuencia jurídica Y
superior al que podamos exigir en nuestra vida cotidiana (esto es claro, por
ejemplo, si pensamos en la justificación de relaciones causales). Por otro Esta estructura argumentativa suele conocerse como ]
lado, aquello que ofrece «solidez» a una premisa t a m b i é n depende del tipo d i c o » , y es válida desde el punto de vista de su justificad
de discurso de que se trate: si se trata de premisas que describen ciertos a d e m á s , las premisas están justificadas externamente, el ra
hechos, su justificación d e p e n d e r á de que sean verdaderas, esto es, de que tificaría la decisión.
se ajusten o acomoden a la realidad que describen, mientras que si se trata
de un discurso prescriptivo o normativo (justificar afirmaciones como «la
pena de muerte es injusta» o « n o debemos permitir la d i s c r i m i n a c i ó n de 3. USOS D E L L E N G U A J E . - >
la m u j e r » ) , la corrección debe basarse en otros p a r á m e t r o s , ya que, como
veremos, en sentido estricto no puede hablarse de verdad o falsedad en Como sabemos, la argumentación es una práctica que se
relación con las normas y juicios de valor. vés del lenguaje, por lo que depende de éste. E l lenguaje es
En el á m b i t o j u r í d i c o (abogados, jueces, d o g m á t i c o s , etc.), la argu- de c o m u n i c a c i ó n extremadamente potente y versátil, que
m e n t a c i ó n se basa fundamentalmente en dos tipos o c a t e g o r í a s generales cabo las m á s diversas tareas, mucho m á s allá de la simple
de premisas. Por una parte, e s t á n aquellas premisas que se refieren al información. Desde el punto de vista argumentativo, estas
contenido del derecho ( q u é dice o establece el derecho para cierto caso).
Estas premisas suelen denominarse premisas normativas, y su justifica- ' Sobre la prueba, puede verse, por ejemplo. GASCÓN, 1999; FERRER,
c i ó n d e p e n d e r á del grado en que se ajusten o no a l o que realmente el sis- TARUFFO,2010.
tienen sil incidencia a la hora de plantearnos c ó m o Justilicar aquello (|iic iillii . loiiipoita de acuerdo con ella si cierra la ventana , y será incíica/,
m a í l l o s . A través del lenguaje es posible, entre otras cosas, d e s c r i h i i , M I I I I I M I , i I I 1 aso contrario). Resulta evidente la importancia que este uso lingiiísluo
criticar, ordenar, contar, prometer, proponer, re/.ar, explicar historias, cunliti | i i i i de tener en contextos normativos como el j u r í d i c o .

chistes, expresar nuestra conformidad, etc. Cada una de estas aclividiiiltn


puede concebirse como un determinado «uso» del lenguaje y como piudc I i i) Uso expresivo
verse, pueden resultar muy distintos entre sí, por lo que conviene cU-siiu m Consiste en utilizar el lenguaje para expresar o exteriorizar emociones,
ciertas características y diferencias entre los mismos. Sin embargi), inicnliii sentimientos o valoraciones, al tiempo que para intentar influir en los senti-
realizar una lista completa de los usos del lenguaje sería una tarca | M K I I IIlientos o valoraciones de los d e m á s (crear adhesión).
menos que imposible, a d e m á s de poco títil. Por ello, muchos autores se liiiil
Para intentar comprenderlo mejor, podemos considerar las diferencias
limitado a realizar una clasificación de los usos del lenguaje fundamcnialcH
entre las expresiones «la pena de muerte es considerada injusta en nuestra
o básicos, que suele contener sólo unas pocas categorías, dado que totlos I O K
sociedad» y «la pena de muerte es un crimen a b o m i n a b l e » . Mientras que,
d e m á s usos, en mayor o menor medida, pueden reconducirse a alguna de I I I N
en el primer caso, se trataría de informar o describir acerca de la o p i n i ó n
categorías principales.
mayoritaria de la sociedad (se ajustaría por tanto a un uso asertivo), en el
segundo caso, si bien es cierto de que en algiín sentido t a m b i é n nos infor-
La clasificación que a q u í presentaremos distingue entre los cuatro U S O N
siguientes: i ) uso asertivo o descriptivo; i i ) uso prescriptivo o directivo; ma de que la persona que formula el enunciado es contraria a la pena de
i i i ) uso expresivo; y i v ) uso realizativo u operativo. muerte, el niícleo principal del significado consiste en la exteriorización o
manifestación del rechazo a la pena de muerte —un j u i c i o de valor—, al
i) Uso asertivo o descriptivo tiempo que t a m b i é n , en cierta medida (lo que explica el uso de calificati-
Pertenecen a esta categoría todas aquellas expresiones que describen o vos como «crimen a b o m i n a b l e » ) , intenta influir en los sentimientos de los
informan acerca de determinados hechos, personas, objetos, etc. d e m á s . Es una c u e s t i ó n muy discutida filosóficamente si es posible hablar
de verdad y falsedad en los juicios de valor, por l o que no entraremos
Expresiones como «los ángulos de un triángulo suman 180 g r a d o s » , o en esta c u e s t i ó n , aunque resulta bastante p r o b l e m á t i c o atribuir valores de
«la distancia aproximada entre la Tierra y el sol es de 150 millones de k i - verdad a dichos juicios.
lómetros» serían buenos ejemplos del uso asertivo. Los significados de los
enunciados que se enmarcan en este uso asertivo se llaman proposiciones, iv) Uso realizativo u operativo 'i
que pueden ser verdaderas o falsas, según exista o no correspondencia en- M á s que un uso específico del lenguaje, se trataría de una categoría bas-
tre dichos significados y la realidad que describen (que no necesariamente tante amplia en la que se enmarcarían mtíltiples usos del lenguaje que com-
ha de ser el mundo físico). A s í , por ejemplo, el enunciado «los á n g u l o s de parten una característica fundamental: ser acciones, actividades o comporta-
un triángulo suman 180 grados» será verdadero (expresará una proposición mientos que dependen del lenguaje y son configurados por é s t e .
verdadera) si y sólo si de acuerdo con las reglas de la g e o m e t r í a los ángulos
Puede ilustrarse mejor la idea del modo siguiente: todos sabemos que
de un triángulo realmente suman 180 grados. En caso contrario, la afirma-
ción sería falsa. existen ciertos comportamientos, como andar, respirar, comer, dormir, etc.
que son totalmente independientes del lenguaje, en el sentido de que po-
ii) Uso prescriptivo o directivo d r í a m o s realizarlos incluso aunque no dispusiéramos de esta herramienta de
c o m u n i c a c i ó n (de hecho, eso es lo que ocurre con los animales). Sin embar-
Nos movemos dentro de esta categoría siempre que utilicemos e l len-
go, sin el lenguaje no p o d r í a m o s hacer acciones como prometer, condenar,
guaje con el propósito de dirigir la conducta de alguien. . , ;
o nombrar un heredero, por poner algunos ejemplos, ya que la manera de
Si formulamos la expresión «cierra la ventana, por favor», con ella no llevarlas a cabo es, precisamente, usando el lenguaje de un cierto modo
estamos describiendo ni informando de nada, sino que pretendemos que el determinado. A s í , por ejemplo, si decimos « p r o m e t o llamarte rnañana», rea-
destinatario haga algo; que se comporte de cierto modo (en este caso, que lizaremos una promesa, y difícilmente p o d r í a m o s prometer algo sin usar el
cierre la ventana). A diferencia de lo que ocurre con las aserciones, en las lenguaje de cierto modo. A l g o similar ocurre, por ejemplo, con las expresio-
prescripciones no es posible hablar de verdad o falsedad, sino en todo caso nes « c o n d e n o al acusado al pago de una multa de 1000 e u r o s » , o « n o m b r o a
de eficacia o ineficacia (la orden o prescripción será eficaz si el destinatario M a r í a como heredera universal de todos mis b i e n e s » .
La neccsidati ilc t|uc el enunciado exprese un sentido completo (al me-
4. ORACIÜNliS, I'KOPOSICIÜNHS Y NORMAS nos, sujeto y verbo) no supone necesariamente que exista una pluralidad
de palabras, aunque esto será lo habitual. Expresiones como «llueve», en
Una distinción fundamental en el ámbito lingüístico es la que se plantea castellano, ya constituyen por sí solas una oración.
entre las expresiones lingüísticas (enunciados) y sus significados. Aunque
la noción de «significado» es una cuestión muy discutida en el ámbito de la
filosofía del lenguaje, parece en principio bastante claro que podemos dife- 4.2. L a s proposiciones
renciar entre una expresión y el significado que se asocia a la misma.
Se entiende por «proposición» el significado expresado por una oración
De ese modo, es posible distinguir entre las palabras (en tanto expresiones
lingüísticas) y los conceptos (como el significado que aquéllas expresan). Esta asertiva.
diferencia queda patente desde el momento en que podemos comprobar que A s í como los conceptos son los significados asociados a ciertas palabras,
diversas palabras pueden expresar un mismo concepto (sinonimia), o que una las proposiciones son los significados expresados por ciertas oraciones. En
misma palabra puede expresar distintos conceptos (ambigüedad). Si, por caso, concreto, son los significados expresados por oraciones asertivas (uso aser-
consideramos las palabras «pelota» y «balón», veremos que ambas pueden tivo o descriptivo del lenguaje), que describen o transmiten información so-
usarse para expresar un mismo concepto (objeto de forma esférica capaz de bre algo. Estas proposiciones, y no las oraciones asertivas, son susceptibles
botar, usado en diversos juegos y deportes), y este fenómeno todavía es m á s de verdad o falsedad, según exista o no correspondencia con la realidad que
evidente si tenemos en cuenta los distintos idiomas (pensemos, por ejemplo, describen (por ejemplo, la proposición «la nieve es blanca» será verdadera
en las palabras «blanco», «white», «blanco», «blanc», «branco», «weiss»...). si, y sólo si, la nieve es blanca).

Dos expresiones E y E ' son sinónimas si, y sólo si, es posible sustituir E En el contexto argumentativo, son las proposiciones y no las oracio-
por E ' o viceversa sin que cambie el significado. nes (expresiones l i n g ü í s t i c a s concretas) los elementos a tener en cuenta.
Igual que ocurre con los conceptos, t a m b i é n podemos hallar ejemplos de
También es posible que se d é la situación opuesta, es decir, que una mis-
oraciones distintas que expresan una p r o p o s i c i ó n i d é n t i c a (sinonimia)
ma palabra puedaexpresar m á s de un concepto (ambigüedad). Por ejemplo,
y ejemplos de oraciones que pueden expresar diversas proposiciones
la expresión «gato» puede referirse a un mamífero de la familia de los feli-
(ambigüedad).
nos, o a un artilugio m e c á n i c o para elevar grandes pesos.
: Por ejemplo, las oraciones

Oj: H o y es martes
4.1. L a s oraciones O j : Hoy es el d í a inmediatamente posterior al lunes
expresan una misma proposición, al igual que ocurre entre las oraciones
En los lenguajes naturales (como el castellano, el inglés, el francés, etc.),
siguientes:
las palabras se combinan entre sí para hacer posible la comunicación. Pero
esta c o m b i n a c i ó n no es arbitraria, sino que debe ajustarse a ciertas reglas O3: L a nieve es blanca
gramaticales, o de lo contrario, las expresiones carecerán de significado. O4: Snow is white
Una sucesión de palabras del castellano como por ejemplo «está casa mon- O5: L a neu és blanca
taña la cerrada blanca d e » no está correctamente formada según las reglas Og: L a nevé é blanca
gramaticales del castellano y no expresa significado alguno. Si, en cambio,
Por otro lado, una oración como ¡
ordenamos las palabras de la manera siguiente: «la casa blanca de la mon-
taña está c e r r a d a » , esta expresión estará bien formada gramaticalmente y O / E l gato está en el garaje
expresará un significado. Se tratará, entonces, de una oración. Puede expresar dos proposiciones distintas, a saber:
Una oración es una expresión lingüística gramaticalmente correcta y P,: E l mamífero felino está en el garaje
con sentido completo. Pj: E l artilugio m e c á n i c o para elevar grandes pesos está en el garaje
l l l l \ , S I H ) M I ,S l ( l [ N l I l ' M l A I I ,S I I A S K A,S D I - , I , A A l < ( IIIIVir;N 1 A ( K ) N 201

Eu ivlücion C l i n este punto, existen dos interpretaciones contrapuestas, (|iie


43. L a s normas pueden caIKicarse como la «interpretación objetiva» y la «interpretación suiijcli-
va» del engallo, respectivamente. Los partidarios de la «interpretación objetiva»
En sentido estricto, las normas son los significados de las oraciones entienden que la entidad del engaño debe tener en cuenta el modelo del «hombre
medio», es decir, la persona corriente que no es experta ni especialista en la ma-
prescriptivas (uso prescriptivo o directivo del lenguaje).
teria sobre la cual se ha producido el engaño. Por el contrario, los partidarios de
Como se indicó anteriormente, en ocasiones se usa el lenguaje no para la «interpretación subjetiva» consideran que el engaño debe calibrarse en función
informar o describir algo, sino para dirigir la conducta de los destinatarios de las circunstancias víctima: así, si se ttata de un especialista en la materia, se
de la expresión, como por ejemplo cuando se dice «¡cierra la puerta!» o exigiría un nivel de engaño muy superior al que sería exigible tratándose de una
«prohibido fumar en las aulas». Los significados de estas expresiones no persona no experta, porque se parte de la base de que si alguien es un experto,
pueden ser proposiciones, ya que no son susceptibles de verdad o falsedad. puede detectar más fácilmente la trampa y es más difícil el engaño. Estas dife-
Las normas pueden ser eficaces o ineficaces, justas o injustas, razonables o rencias no son sólo teóricas, sino que tienen importantes repercusiones prácticas:
pueden suponer que unos mismos hechos sean sancionados o que no lo sean (y,
arbitrarias, útiles o inútiles, pero no verdaderas o falsas.
por tanto, que el acusado vaya a prisión o no), en función de la interpretación
E l hecho de que el concepto de «norma» se atribuya a un significado en adoptada. En esencia, se ü-ata de que un mismo precepto puede expresar normas
lugar de a una expresión (enunciado) es un dato muy relevante, sobre todo distintas, y ofrecer soluciones incompatibles a un mismo caso.
si asumimos, como es habitual, que el derecho está formado por normas.
En sentido estricto, lo que dicta el legislador (entendido en sentido amplio,
como cualquier órgano o autoridad con capacidad para dictar normas jurí-
dicas) son disposiciones normativas, esto es, expresiones lingüísticas, a las 4.4. Normas y proposiciones normativas
cuales, a través de la interpretación, se les atribuye un cierto significado (la
norma). Esta distinción es importante, en la medida que implica que diver- Si bien el hecho de que algunos enunciados lingüísticos contengan pa-
sas interpretaciones divergentes de una misma disposición normativa (por labras o expresiones propias de un lenguaje prescriptivo, como « d e b e » , «no
ejemplo, de un artículo de una ley) pueden dar lugar a distintas normase d e b e » , «obligatorio», «prohibido», «permitido», entre otras, puede parecer
Es muy habitual encontrarnos con diversas «posiciones doctrinales» sobre un indicio inequívoco de que nos movemos en el á m b i t o de un uso prescrip-
un tema j u r í d i c o , o con diversas «líneas jurisprudenciales» sobre un mismo tivo o directivo del lenguaje, y de que en consecuencia, estos enunciados
asunto. Estas controversias no giran en torno a cuáles han sido las palabras expresan normas con la finalidad de dirigir la conducta de los destinatarios,
del legislador, ya que ello está fuera de toda duda, sino que se refieren a lamentablemente las cosas no son tan sencillas. Este tipo de exprcsioties,
cuál es el modo m á s adecuado de interpretar o entender esas palabras (los que pueden denominarse genéricamente como «oraciones deónticas» (del
significados). La interpretación j u r í d i c a es por ello uno de los ámbitos m á s griego déon, deber ser), en ciertos casos pueden ser enunciados descriptivos
proclives a la argumentación j u r í d i c a , ya que los autores basan sus propues- que, en cuanto tales, expresan proposiciones (verdaderas o falsas).
tas interpretativas en razones, que intentan justificar por q u é sus puntos de
vista son m á s satisfactorios que las posibles alternativas. Consideremos el ejemplo siguiente:

O D : Está prohibido fumar en las aulas


Ejemplo: el «engaño bastante» en el delito de estafa
A pesar de parecer una expresión sencilla y clara, resulta ambigua, ya
El Código Penal español de 1995 regula, en los arts. 248 y siguientes,
que puede interpretarse de dos modos distintos:
el delito de estafa. A ñn de poder sancionar penalmente por esta actividad,
deben satisfacerse todos los requisitos establecidos por el art. 248.1. Entre OOp ¡Prohibido fumar en las aulas!
ellos se encuentra el de que haya habido por parte del estafador un «engaño
En esta interpretación, estamos claramente frente a una norma (pres-
bastante», dando a entender que no sirve cualquier tipo de engaño, por burdo
y simple que sea, sino que para poder imponer una pena dicho engaño debe cripción) que pretende guiar la conducta (es este caso, intentando que no se
ser de una cierta entidad (esto es, mínimamente sofisticado). fume en las aulas).
Pero también es posible la interpretación siguiente:
' Recordemos aquí lo expuesto en la sección 3.1 del capítulo II. ODj: Existe una norma que establece que está prohibido fumar en las aulas
( U I ' S I U IIM'„> ( 1 I I M | ' , r I 1 ,1',^ I l / \ . " V H /\,-| U r , 1 ,/\ I I MVIIMN I / \ 1< ' 1 1

En este caso, no estamos ante una prescripción, sino trente a un enun Cuando el lenguaje se usa |)ara hablar del lenguaje, se puede distinguir cnire
ciado asertivo que nos informa de la existencia de una cierta norma con un el lí'ni;iiíijc objeto (el Iciiguiije (iccrai del nial estamos hablaiulo) y el imin-
determinado contenido. Como enunciado asertivo, expresa una proposición, Icii^uajc (el lenguaje que usamos para hablar del lenguaje objeto). Aplicando
que puede ser verdadera (si realmente existe —ha sido dictada por la auloi i la distinción al ejemplo de la afirmación en un manual de derecho c i v i l , osla
dad normativa— una norma con ese contenido), o falsa (en caso contrario) sería metalingüística en relación con la norma del Código C i v i l a la cual se
refiere, que sería el lenguaje objeto. E n conclusión, puede decirse pues que
En este líltimo caso, cuando una oración deóntica se entiende como un las proposiciones normativas son metalingüísticas en relación con las normas
enunciado asertivo, se dice que estamos ante una proposición normativa. que describen.

Es una « p r o p o s i c i ó n » , porque su significado es descriptivo, y es «noi


mativa» porque lo que describe es una norma. L o que resulta m á s proble
mático es que la gran m a y o r í a de oraciones deónticas son ambiguas, ya c|iic 5. L A S DEFINICIONES
pueden interpretarse tanto como normas como también como proposiciones
normativas. L a expresión siguiente:
Las definiciones son enunciados que determinan el significado de una
O D 3 : E l comprador está obligado a pagar el precio de la cosa estipulado cierta expresión, por lo que, al menos idealmente, el definiendum (término o
en el contrato expresión a ser definida) y el definiens (significado del término o expresión
a definir) son expresiones sinónimas: pueden ser intercambiadas sin modi-
Puede entenderse como una norma, si se encuentra en el C ó d i g o C i v i l ,
ficación alguna del significado. A s í , si por ejemplo se define la expresión
o bien como una proposición normativa, si lo hallamos en un manual de
« n ú m e r o par» como « n ú m e r o entero divisible por d o s » , ambas expresio-
derecho c i v i l . E l C ó d i g o C i v i l no pretende informar de nada, sino guiar la
nes son intercambiables entre sí sin modificación alguna del significado: los
conducta, establecer qué debemos hacer bajo determinadas circunstancias,
enunciados «el n ú m e r o 100 es par» y «el n ú m e r o 100 es un entero divisible
mientras que un autor de un manual de derecho c i v i l no pretende establecer
por d o s » expresan la misma proposición.
cuáles son nuestras obligaciones, sino describir adecuadamente el contenido
del derecho. Puede observarse que sólo el contexto nos permite determinar Es fácil ver la relevancia que tienen las definiciones en el contexto de
si se trata de una norma o de una proposición, ya que la estructura gramatical la argumentación y la discusión racional: el significado de aquello que de-
de la expresión es exactamente la misma en ambos casos. j cimos d e p e n d e r á de las definiciones manejadas. Conviene ser cuidadoso y
preciso en la selección y manejo de las definiciones, puesto que no pocas
Para entender mejor la distinción, podemos hacer referencia a la distin- ! controversias, disputas argumentativas o malentendidos responden en rea-
ción que en sede de filosofía del lenguaje se establece entre el uso y la men- lidad a que los interlocutores adscriben significados distintos a una misma
ción de una expresión. Tomemos los siguientes enunciados: palabra o expresión.
E,: «Platón» tiene seis letras
E2: Platón es Aristocles^ Supongamos que dos personas están discutiendo acerca de si una sen-
En la expresión E2, la palabra «Platón» está siendo usada, ya que se tencia judicial reciente es o no «justa». Podría ocurrir que el desacuerdo obe-
utiliza para referirse al filósofo ateniense, mientras que en E l , la palabra deciera a que cada uno de los interlocutores utilizara la expresión «decisión
«Platón» está siendo tan sólo mencionada, ya que se usa no para referirnos justa» en un sentido diferente; por ejemplo, el sujeto A podría sostener que
íi al filósofo, sino a la palabra misma. A pesar de que la palabra coincida, sus la decisión es «justa» en el sentido de que se ajusta a la legalidad, mientras
significados son distintos, lo que impide entre otras cosas obtener la conclu- que el sujeto B afirmaría que la decisión no es «justa» en el sentido de que no
sión siguiente: se adecúa a ciertas exigencias sustantivas de justicia. De este modo, podría
E,: «Aristocles» tiene seis letras ocurrir incluso que el desacuerdo fuese meramente aparente: ambos podrían
Cuando una palabra o expresión lingüística es mencionada, se está usan- coincidir en que la sentencia se ajusta a derecho pero no satisface las exigen-
do el lenguaje para hablar acerca del lenguaje, y no de la realidad extema. cias sustantivas de la justicia material.

Por otro lado, no todas las definiciones son reducibles a una única cate-
' «Platón» es en realidad el apodo o sobrenombre con el que se conocía al filósofo, cuyo au-
téntico nombre era Aristocles. El sobrenombre respondía a su gran corpulencia, ya que'«Platón» goría, y al menos debe diferenciarse entre dos tipos o clases distintas: o) las
significa «ancho de hombros». definiciones lexicográficas, y las definiciones estipulativas.
a) Las delinicioiics son lexicográfuas cuando pretenden infonininun Ln el ámbito jurídico poticmos encontrar numerosos ejemplos ilc dchni
del signiíicado que se atribuye a cierta expresión en una comunidad lingíKs- lioncs estipulativas, cuando el legislador determina a través de la ley cuál es
tica determinada. el sigiúlicado técnico-jurídico de un término o expresión, que normalmeine
es mucho m á s preciso y limitado que en el discurso cotidiano.
Las definiciones que encontramos en los diccionarios serían dclinicio
nes lexicográficas, ya que nos informan del significado que los habíanles Por ejemplo, al art. 1.2 del Estatuto de los Trabajadores de 1980 define
de cierta comunidad lingüística (por ejemplo, los hablantes de la lengua lo que se entiende legalmente como «empresario»: «A los efectos de esta
castellana) atribuyen a una cierta palabra o expresión. A s í , por ejemplo, el Ley, serán empresarios todas las personas, físicas o jurídicas, o comunidades
diccionario de la Real Academia define «libro» como «conjunto de muchas de bienes que reciban la prestación de servicios de las personas referidas en
hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un el apartado anterior así como de las personas contratadas para ser cedidas a
v o l u m e n » . Esto quiere decir que, al menos habitualmente, los hablantes del empresas unitarias por empresas de trabajo temporal legalmente constitui-
castellano utilizan «libro» en ese sentido. Las definiciones lexicográficas, en das». Esta definición es más precisa y rigurosa que el significado corriente o
la medida que pretenden ser informativas, corresponden a un uso descripli coloquial de «empresario», apartándose además (parcialmente) del significa-
vo o asertivo del lenguaje, y pueden por tanto ser verdaderas o falsas, según do común del término, ya que no son «empresarios» a efectos legales (en el
derecho del trabajo) aquellas personas que no tengan contratados «trabajado-
se ajusten o no al significado que la comunidad lingüística de referencia
res» (entendidos también éstos en sentido técnico-jurídico).
atribuya a la expresión.

Como r e c o m e n d a c i ó n general, debemos ser cuidadosos a la hora de de-


De este modo, por ejemplo, diríamos que una definición de «libro» como
finir términos o expresiones, y conviene hacerlo de manera explícita sobre
«masa de agua salada que cubre la mayor parte de la superficie de la Tierra»
todo cuando pretendemos apartarnos total o parcialmente de los significa-
sería una definición falsa, pues los hablantes del castellano no usan la palabra
«libro» en esc sentido. dos habituales de dichos t é r m i n o s , a fin de evitar posibles malentendidos o
interpretaciones e r r ó n e a s , y para presentar de la manera m á s clara posible
h) Las definiciones son estipulativas cuando el significado de la pa- nuestros argumentos.
labra o expresión es libremente atribuido por quien define dicha palabra o
expresión.
6. PROBLEMAS DEL LENGUAJE: VAGUEDAD,
Puede tratarse de términos o expresiones ya existentes, o de un t é r m i n o AMBIGÜEDAD Y CARGA EMOTIVA
o expresión nueva, a los que se atribuye un significado determinado, que
no tiene por q u é coincidir con su significado lexicográfico (en caso de que Como ya vimos en la sección 3.3 del capítulo I I de la primera parte, las
el t é r m i n o definido sea preexistente), normalmente con el fin de ofrecer un expresiones lingüísticas de los lenguajes naturales (como el castellano, el
mayor grado de rigor, precisión o exactitud en el discurso, o para eliminar inglés, el francés, etc.) pueden verse afectadas por determinados problemas,
problemas de a m b i g ü e d a d . Por tanto, se trata de un tipo de definiciones muy que pueden plantear dificultades para la determinación de su significado. Es-
habitual en los contextos teóricos y científicos, en los que se exige un grado tos problemas son fundamentalmente de tres tipos: la vaguedad, la ambigüe-
de precisión y exactitud superiores a los del discurso corriente. dad y la carga emotiva. Como ya los vimos con cierto detalle anteriormente,
no es necesario reiterar lo dicho y podemos hacer una remisión general a la
En el contexto de las definiciones estipulativas, no puede hablarse en
sentido estricto de definiciones «verdaderas» o «falsas», ya que no preten- sección correspondiente. Recordemos tan sólo los conceptos:
den informarnos de cuál es el significado habitual de las expresiones, sino a) L a vaguedad consiste en la relativa indeterminación de los límites
que se trata de asignar o atribuir el significado que un determinado t é r m i n o de un concepto (la connotación del t é r m i n o ) , que nos impide determinar
o expresión tendrá en un discurso. E l significado libremente atribuido podrá con precisión si un objeto cae dentro o fuera de su denotación. La vaguedad
ser valorado como útil o inútil, como necesario o prescindible, o como pre- potencial e ineliminable de los nombres de clase se conoce como la lexiiira
ciso o impreciso, pero no como verdadero o falso. E l uso del lenguaje apro- abierta del lenguaje.
piado no es el asertivo, sino el realizativo, ya que la definición constituye el b) L a ambigüedad consiste en que un mismo enunciado lingüístico
significado de la expresión. (palabra u oración) es susceptible de expresar diversos significados ilistiiilos
D A V I D MAKTÍNliZ/oKKii | s

e incompatibles. La a m b i g ü e d a d puede ser contextual o extraconlexlual \t


pluralidad de significados plantearse de manera alternativa o simultanea
c) La carga emotiva de una expresión consiste en la dimensión vitf
lorativa o evaluativa (sea ésta positiva o negativa) que aparece asocnidit
indisolublemente al significado descriptivo de la expresión, de modo (|iic. ni
tiempo que se describe algo, simultáneamente también se está valorando di>
manera positiva o negativa.

CAPÍTULO V I

LÓGICA Y ARGUMENTACIÓN
(LA JUSTIFICACIÓN INTERNA)

Como se indicó en la sección precedente, uno de los aspectos esenciales


de la justificación de un argumento es la llamada justificación interna, esto
es, de la corrección lógica del razonamiento. Si no existe un vínculo lógica-
mente correcto entre las premisas y la conclusión, el argumento es rechaza-
ble o inadecuado. Por eso, en este segundo epígrafe nos centraremos en una
sucinta presentación de la lógica formal como mecanismo para analizar (e
intentar garantizar) la corrección formal de los argumentos. Esta «corrección
formal» es lo que se entiende, en el ámbito de la lógica, por «validez».

U n argumento válido es todo argumento que satisface los requisitos de


la lógica; esto es, un argumento lógicamente correcto.

La validez no debe confundirse con la verdad o corrección de las premi-


sas. Como ya se indicó, la lógica es una ciencia estrictamente formal, y son
posibles los argumentos falsos aunque sean impecables desde el punto de
vista lógico. Ahora bien, un razonamiento lógicamente incorrecto (inválido)
es siempre un mal argumento.

Nuestro objetivo, tras esta introducción, es ser capaces de formalizar y


analizar adecuadamente argumentos como el siguiente:

Las próximas elecciones las ganará el partido A o el partido B. Si gana el


partido A , bajarán los impuestos, mientras que si gana el partido B, aumen
taran las inversiones en educación. Pero el partido B no ganará a menos c|ue
consiga el apoyo de los votantes de los cinturones industriales, y como eso no
ocurrirá, ganará el partido A y bajarán los impuestos.

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