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Bin cilibre Hercince de Cristo, excita por Jose Husslein, S. J., se encuentra el siguierite fragmento sobre Santa Cecilio, patrona de los musicos, cuya alme-vibraba como una melodia celestial: “Aliniciarse el tercer siglo de nuestra Era, Roma, la ciudad de los Césares, se erguia resplandecien- te bajo el sol de Italia. Sus deslumbrantes templos de marmal, sus monumentos augustos, sus suntuo- sos palacios, todo hablaba de la grandeza y de la opulencia del imperio. Habia salido de la nada gracias a las proezas militares de sus legiones, y su poder se extendia sobre la faz del mundo. “Fue aquél un gron imperio, cuna de muchos grandes hombres. Pero la historia de sus empera- dores estaba entretejida con una historia de ce- los, de odios, de ignorancia, de idolatria y de olas de sangre. Aunque el imperio engendré hombras buenos y justos, no obsiante, los monstruos de crueldad que a veces guiaban sus destinos, empa- fiaban su potente esplendor. “Este Fue el ambiente en que nacid Santa Ceci- lia, llamada ‘le paloma blanca de Roma’, “Si no podemos responder de la exactitud de la leyenda de su vida, tal como ha llegado hasta nosotros, por lo menos podemos reconocer detras de ella los hechos histéricos de su heroismo y de su caridad. "Cecilia era una joven buena y encantadora, y dotada de un gran sentido comin. Su madre era una cristiona ferviente, pero en cambio su padre no habia sido iluminado por la luz de la fe. “Debemos recordar que sélo doscientos afos antes, Cristo habia caminado por la tierra, de modo que su Vida era tan reciente para elle, como podria serlo para nosotros la vida de Washington ‘ode algun otro personaje de la historic moderna. “Sus andanzas de caridad y de consvelo por los barrios mas pobres de la Roma imperial se hicie- ron cada vez més frecuentes. Cecilia era para los desheredados un angel de bondad, y todos la amabkan. Los nifos, al verla llegar con les brazos cargados de regalos, corrian a su encuentro, por- que era bondadosa y jugaba y refa con ellos. "Pero una de sus tareas la resultaba especial- mente cara: lade entortar los despojosdellos mer tires muertos por su fe. jPeligrosa tarea era ésta, y 1S de lames de 1669 SANTA CEDIA) Conyiich, 1082 ttn Facial por Orman Pople _ Melodia de Bondad nada sencilla! Muchas veces necesitaba andarde: noche para que no la descubrieran cumpliendo esos Ultimos ritos, prohibidos por el prefecto de Roma. No obstante, llevaba adelante ese deber, y en élencontraba |a felicidad.” Por lo anterior se comprenderd quién era Santa Cecilia, la joven pura cuya alma resplandecia en un ambiente de odio y persecucién constante. Sus padres pertenecian a una de las mds ilus- tres familias romanas, llamada de los Cecilios, y esto aumenta la sorpresa que causa su vida, hu- milde como una flor de los campos. Uniende informaciones diversas de su historic, lejana pero jamds olvidada, y aun los datos que la leyenda ha transmitido a través de los siglos, se presenta en esta edicién los aspectos principales de lo “paloma blanca de Rema”, que juntos ofre- cen una visién bastante compléta.de la santa Creemos, asf, poder rendir un fomengje a la memoria de una de las heroinas

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