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La corrupción es un problema generalizado en Colombia que ha socavado la fe del público en la justicia. Los defensores de derechos humanos son blancos frecuentes de ataques y asesinatos por oponerse a los intereses de grupos armados ilegales y corruptos, y denunciar abusos. A pesar del histórico acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC, los asesinatos de defensores de derechos humanos han seguido aumentando, exponiendo las dinámicas ocultas de violencia
La corrupción es un problema generalizado en Colombia que ha socavado la fe del público en la justicia. Los defensores de derechos humanos son blancos frecuentes de ataques y asesinatos por oponerse a los intereses de grupos armados ilegales y corruptos, y denunciar abusos. A pesar del histórico acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC, los asesinatos de defensores de derechos humanos han seguido aumentando, exponiendo las dinámicas ocultas de violencia
La corrupción es un problema generalizado en Colombia que ha socavado la fe del público en la justicia. Los defensores de derechos humanos son blancos frecuentes de ataques y asesinatos por oponerse a los intereses de grupos armados ilegales y corruptos, y denunciar abusos. A pesar del histórico acuerdo de paz de 2016 entre el gobierno y las FARC, los asesinatos de defensores de derechos humanos han seguido aumentando, exponiendo las dinámicas ocultas de violencia
La actual coyuntura económica que padecemos es típica de lo que sufre toda
economía en la parte final del ciclo de expansión, auge y finalmente depresión. Sin embargo, esta se postergó hasta el 96 debido a la entrada de dólares petroleros y, también, por el crecimiento del endeudamiento externo, tanto del sector público como del privado. La corrupción es un tema trasversalen Colombia en la medida en que los medios de comunicación la abarcan diariamente, las investigaciones referentes a esta crecen incesantemente en el país, e incluso, aquellas que recaen sobre los órganos anticorrupción. Recordemos aquel 19 de abril de 1970, donde se especula que hubo corrupción en las elecciones presidenciales de aquel entonces, cuando Pastrana Borrero y Rojas Pinilla se disputaban la primera magistratura del país, la corrupción es una de las razones por las cuales la sociedad ha dejado de creer en la justicia. La corrupción desintegra la vida, la esperanza, la ilusión, sumerge al hombre en la ambición, la codicia desenfrenada, el pecado, la oscuridad, la práctica de la corrupción en el país es tal que abarca, con algunas excepciones, todas las esferas del poder público y privado, lo cual ha llevado a que el malestar general de la ciudadanía se expresara contundente y masivamente a través de la Consulta Anticorrupción que sirvió de campanazo de alerta contra aquellos que se enriquecen de cuenta del Estado; pero sobre todo lanzó una dura advertencia al legislativo y a los cargos de elección popular, de que el malestar general ciudadano transita hacia un movimiento por el cambio y la restauración moral de la administración pública. En Colombia las personas defensoras son asesinadas y violentadas por implementar la paz; oponerse a los intereses del crimen organizado, las economías ilegales, la corrupción y la tenencia ilícita de la tierra; y por proteger sus comunidades. Las defensoras son, además, objeto de violaciones específicas de género y sus familias son también el blanco de ataques En noviembre de 2016, el gobierno las FARC llegaron a un histórico acuerdo de paz, que llevó a la desmovilización del que entonces era el principal grupo armado del país, no obstante, los asesinatos a defensores de derechos humanos empezaron a incrementar La labor que realizan algunos defensores de derechos humanos —por ejemplo, oponiéndose a la presencia de grupos armados o denunciando abusos— los ha convertido en blanco de ataques. Otros han sido asesinados durante ataques de carácter más general perpetrados por los grupos armados contra la población civil. Los asesinatos han dejado al descubierto las dinámicas invisibilizadas de violencia y abuso en regiones remotas de Colombia, donde la presencia de autoridades judiciales y la policía frecuentemente es escasa.