Está en la página 1de 11

En Colombia Sí Nacimos para Semilla

¿INTERVENCIÓN O AYUDA?

Germán Silva S.

Panorama Sobre la Situación de los Derechos Humanos.

Cuando se piensa en Colombia la primera impresión que se retiene es la de un país violento a


causa del narcotráfico o de las acciones guerrilleras. Ciudades como Medellín y Cali han
trascendido al mundo por los carteles de la droga que les dieron inmerecida fama. Carros
bomba, aviones que estallan en el aire, masacres, sicarios, colombianos involucrados en redes
de narcotráfico, y políticos venales, dan en su conjunto la impresión de un país poblado por
bárbaros, con una incontrolable multiplicidad de violencias. Detrás de esta cortina de humo se
oculta un pueblo trabajador, acogedor, lleno de imaginación, de gente que es capaz de encontrar
la alegría pese a la tragedia diaria de los sin sabores del hambre y de la guerra.

Colombia geográficamente es uno de los países más privilegiados del planeta: tiene dos grandes
costas sobre los océanos Atlántico y Pacífico, comparte una región importante de la Amazonía y
la atraviesa de sur a norte la cordillera de los Andes que se divide en tres ramales, la cruzan
grandes y pequeños ríos, una inmensa planicie abre al oriente las fronteras con Venezuela y
Brasil. Sus paisajes tropicales gozan de una gran variedad climática que la habilita para producir
todo tipo de alimentos y albergar una inmensa riqueza cultural. Tiene una extensión territorial
tres veces superior a Alemania y dos veces superior a Francia, poblada por 36 millones de
habitantes. Sus grandes riquezas naturales deberían posibilitar que el pueblo colombiano gozara
de prosperidad, justicia social y paz.

Colombia políticamente es uno de los países de más larga tradición democrática en América
Latina, por lo menos en su consagración formal. Desde su independencia definitiva del Imperio
Español en 1819 ha conservado instituciones republicanas y ha introducido un catálogo de
derechos fundamentales que ha enriquecido con las reformas constitucionales. En 1991 se eligió
una Asamblea Constituyente que elaboró una nueva Carta Política con una de las más amplias
declaraciones de derechos humanos del mundo y con reformas institucionales que envidiarían
las más maduras democracias europeas. En su legislación se garantiza el derecho a la vida y
está prohibida la pena de muerte. Su régimen político es presidencialista en el que se celebran
elecciones periódicas cada cuatro años, tiene un poder judicial autónomo y un Congreso que
puede ejercer, además de las funciones legislativas que le son inherentes, el control político
sobre el Ejecutivo. Su Constitución establece un Estado Social de Derecho como principio rector
de toda la gestión pública; por lo tanto sus ciudadanos deberían estar al abrigo de los abusos de
poder y encontrar en las autoridades la legitimidad del Estado en función del conjunto de los
intereses sociales.

Sin embargo la distancia entre la realidad y su institucionalidad está mediada por un poder
económico y político arbitrario, profundamente injusto y corrupto, ejercido por minorías
conservadoras que a lo largo de su historia republicana han provocado un sinnúmero de guerras
civiles. La última ha sido llamada por un dirigente gremial la guerra de los quince mil días, que se
inició a comienzos de los años sesenta como una guerra de guerrillas de resistencia campesina
que luego se multiplicó y dividió en las diferentes vertientes ideológicas que han orientado las
luchas populares en el mundo.

La existencia de organizaciones guerrilleras en Colombia ha servido como pretexto para


decapitar al movimiento social, popular, sindical y de oposición política. Toda manifestación de
inconformidad es tratada como subversiva. A la represión legal se suma la represión paralegal,
que se ha ejercido de preferencia en los últimos lustros.

El estado colombiano mantiene desde hace varios años la tasa promedio de homicidios más alta
del mundo, en lo que va corrido de la década del noventa cada día han sido asesinadas
alrededor de cien personas. El 97% del total de los delitos se mantiene en la impunidad. Los
crímenes no se previenen porque los encargados de perseguir el delito, están ocupados en
cometerlos o en ocultarlos.

En Colombia diez personas en promedio mueren diariamente por razones políticas, treinta mil
asesinatos políticos en los últimos diez años constatan estas cifras de horror. En Colombia en los
últimos cinco años se han asesinado más sindicalistas que en todos los demás países del
mundo sumados, es también el país donde más periodistas y educadores se asesina cada año.

Las estadísticas de la barbarie convierten a Colombia en la democracia más peligrosa del


planeta. Epítetos como Terrorismo de Estado o Democracia genocida se utilizan cada vez con
mayor eco para calificar las abominables violaciones a los derechos humanos que allí se
cometen, mediante acciones deliberadas y sistemáticas de las Fuerzas Armadas ya a través de
operaciones directas o ya encubiertas bajo el manto de grupos paramilitares.

Colombia es uno de los países más violentos del mundo, no porque su pueblo sea
narcotraficante, ni porque haya asimilado una cultura de la violencia de sus antepasados. Lo es
porque el crimen se promueve desde las altas esferas del poder como se promueve la
impunidad.

De otro lado, los campesinos colombianos que siembran coca no son narcotraficantres, son
trabajadores agrarios expulsados de sus lugares tradicionales de producción por la adopción de
políticas neoliberales o por el proceso de concentración de la tierra en manos de grandes mafias
que promueven a su vez el paramilitarismo como estrategia económica y contrainsurgente.

Son los poderes mafiosos o tradicionales ligados a la explotación ganadera, la extracción minera
o a la agroexportación los que abren un camino seguro para la presencia de las multinacionales
y el avance de las políticas neoliberales. Estos poderes propician la represión estatal y
paraestatal, privilegiando en los últimos años el modelo paramilitar : Es un modelo de 'seguridad'
y 'desarrollo' -en el que - existe un control autoritario de la población, se han eliminado con
violencia los disidentes y limitado todo tipo de protesta social o política, se han realizado
innovaciones tecnológicas...se extendió el fluído de energía eléctrica, se ampliaron las redes
viales y se construyó una importante infraestructura económica y social. Se ha perseguido y
desplazado a los productores de la economía campesina bajo el pretexto de eliminar la base de
apoyo de la guerrilla, lo que en la práctica ha significado la imposición violenta de una
contrarreforma agraria y la consolidación de un verdadero para-Estado, que tiene sus propios
sistemas privados de seguridad, regulación económica, control político, cobro de impuestos,
políticas sociales y procedimientos para dirimir los conflictos.

No es la confrontación directa guerrilla-Estado la que genera el mayor número de muertes por


razones políticas, más de las dos terceras partes las son en ejecuciones extrajudiciales o
asesinatos. El 73,26 % de dichas muertes son imputables al Estado por acción de la Fuerza
Pública o de los grupos paramilitares que esta promueve, mientras a los grupos guerrilleros se
les señala como responsables del 26.79%.

El conflicto armado interno y la guerra sucia con la que este se desenvuelve ha ocasionado
alrededor de un millón de desplazados internos. Cada tres horas cuatro familias campesinas son
obligadas a huir de sus lugares de vivienda o de trabajo. El 70 % de la población desplazada
está constituída por mujeres, la mayoría jóvenes menores de 18 años, y niños.

La crisis humanitaria que padece el pueblo de Colombia es cada vez menos ajena a la
comunidad internacional. Cuestionando las violaciones de los derechos humanos, la impunidad,
el paramilitarimo, los atentados contra defensores de derechos humanos y reclamando una
salida política al conflicto armado el Parlamento Europeo ha emitido en los últimos catorce
meses cinco resoluciones sobre Colombia.

Esta situación figura por fin en la agenda de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU que
en su 52 período de sesiones pidió al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, en acuerdo con el gobierno colombiano, de abrir una oficina en Colombia
que empezó sus operaciones en mayo de 1997 con el mandato de proteger, promover y
supervisar los derechos humanos.

También el Comité del pacto de Derechos Civiles y Políticos -Comité de DDHH- de la ONU, en
su 56 período de sesiones, expresó su preocupación por las pruebas del apoyo militar a los
grupos paramilitares, por la impunidad reinante, el uso frecuente de los estados de excepción, la
falta de protección a los derechos del niño y por la persistencia de la discriminación a las
comunidades indígenas y a las minorías negras. Además entre otras recomendaciones el Comité
exhortó al gobierno colombiano a redoblar esfuerzos por la reconciliación nacional como premisa
de la paz, sustraer del fuero penal militar las violaciones de los derechos humanos, desmantelar
los grupos paramilitares y revocar el Decreto presidencial, que permiten la legalización de dichos
grupos a través de la conformación de las llamadas Cooperativas de Seguridad -Convivir-.

Los anteriores pronunciamientos se suman a las recomendaciones reiteradas de los diferentes


órganos especializados de Naciones Unidas que han visitado Colombia : relatores contra las
ejecuciones sumarias, torturas, sobre la independencia de jueces y abogados, los grupos de
detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas. Pese a ello aún faltan acciones más decididas
de la comunidad internacional para que dichas recomendaciones sean implementadas por el
Estado colombiano, quien sin embargo se ha visto abocado a darles curso a algunas de ellas.

Es importante resaltar la decisión de la Corte Constitucional que excluyó la posibilidad de que las
violaciones de los derechos humanos pudiesen seguir siendo consideradas en relación con el
servicio militar o con ocasión del mismo, lo que se constituía en fuente principal de impunidad ya
que los tribunales castrenses a menudo estaban integrados por los mismos que habían
ordenado cometer los crímenes que se investigaban.

También es de buen recibo las iniciativas de diálogo con la insurgencia armada que el gobierno
colombiano ha recuperado en el segundo semestre de 1997, aceptando al tiempo que se
requiere una política de paz de Estado.

Sin embargo seguimos constatando que las violaciones masivas y sistemáticas de los derechos
humanos no cesan, los paramilitares, con carta blanca del Estado, siguen masacrando
campesinos y provocando éxodos masivos, el Ejército y la Fuerza Aérea continúa
bombardeando indiscriminadamente extensas regiones del país, y el gobierno insiste en el
involucramiento de la población civil en el conflicto interno promoviendo las mencionadas
Convivir.

Al tiempo los defensores de derechos humanos han sido convertidos en objetivos de la guerra
sucia ; los asesinatos en el último año de Josué Giraldo, Víctor Julio Garzón, Mario Calderón y
Elsa Alvarado entre muchos otros que han sido victimizados, u obligados al exilio; tienen como
propósito afianzar el terror, esconder la verdad de los crímenes e impedir la justicia. Las
expectativas de paz de los colombianos, de respeto de los derechos humanos, de consolidación
de un Estado Social de Derecho y de consolidación de una institucionalidad democrática tienen
como corolario el respeto a la vida e integridad física y sicológica de los defensores de la vida. El
reto urgente de la comunidad internacional es el de presionar por que se les respete y garantice
su trabajo.

En una nota titulada paz o guerra , fechada en marzo 3 de 1984 pero siempre vigente, HÉCTOR
ABAD GÓMEZ sintetizó la utopía de los derechos humanos por la que se esforzó y por la que su
sangre fue vertida, este sigue siendo el ideario de los defensores de los derechos humanos en
Colombia :

Pero, por fortuna, el mundo ha cambiado y sigue cambiando. Se ha abandonado, es cierto,


la utopía de la igualdad absoluta. Pero se ha acogido universalmente el concepto de que
cada hombre, cada mujer, cada niño, cada anciano, cada blanco, cada negro, cada
amarillo, cada alto, cada bajito, cada gordo, cada flaco, cada crespo, cada indio, cada
instruído o cada ignorante tiene los mismos derechos básicos : derecho a la vida, a la
dignidad, a ser bien tratado por las autoridades, a ser oído, a ser juzgado conforme a las
normas y leyes preexistentes, a comer, a dormir, a tener vivienda, a amar, a gustarle o no
gustarle ciertas cosas, a ser respetado mientras no irrespete a los demás ; a pensar y
opinar lo que le plazca, a informar y ser informado ; a vestirse como quiera ; a bailar como
quiera, mientras no pise los callos de los demás bailarines ; a cantar bajo la ducha,
aunque cante mal, a tener agua y aire limpios ; a divertirse como le guste, mientras no
cause daño a otros, es decir, a ser él o ella como es, así sea distinto a los demás. Esos
son los derechos humanos .

Septiembre 21 de 1997.

EE.UU. aumenta la presión para la guerra contra las drogas en Colombia

El 16 de septiembre, la Cámara de Representantes de EE.UU. votó (por 384 votos contra 39) a favor del
acta H.R. 4300, versión del Acta de Eliminación de las Drogas en el Hemisferio Occidental (WHDEA),
que autorizaría el envío de 2.600 millones de dólares para la erradicación de cultivos y la persecución a
las drogas en América Latina y el Caribe. La ley sólo autorizaría la financiación, que aún debe ser
asignada. Los representantes demócratas se quejaron un poco por la decisión del vocero de la Cámara
Newt Gingrich de permitir que la ley llegara a la Cámara sin audiencias ni aprobación en comisiones,
pero al final se unieron a sus colegas republicanos y la apoyaron. Exigiéndole al Congreso que "deje de
derrochar nuestros dólares en policías corruptos", la representante Maxine Waters (demócrata de
California) introdujo una enmienda para impedir la financiación a Colombia y México; su enmienda fue
derrotada por 354 votos contra 67.

El voto en la Cámara de Representantes vino pocas horas después de que Barry McCaffrey, director de
la Oficina de la Casa Blanca para Políticas de Control de Drogas, testificara en el Senado contra la
versión senatorial de la medida, S.2341. McCaffrey dijo que este proyecto era demasiado costoso, que
su meta de reducir en un 80% el flujo de drogas ilegales en los EE.UU. era "completamente irreal", y que
la medida representaría una "microadministración de tácticas contra la droga basada en un análisis
superficial del problema y de nuestras herramientas disponibles". Se espera que el Senado vote pronto
sobre el proyecto.

Junto con la versión de la Cámara de la WHDEA, se aprobó una enmienda que hace inelegible a
Colombia para futura ayuda antidrogas de los EE.UU. si el despeje de tropas del gobierno de cinco
municipios en el sur de Colombia interfiere con los esfuerzos antinarcóticos en esas áreas. La
aprobación de esta enmienda obligó al nuevo presidente Andrés Pastrana a programar una imprevista
visita a Washington el 24 de septiembre para reunirse con legisladores norteamericanos para explicar su
plan para el despeje de tropas, que los rebeldes izquierdistas han puesto como condición para los
diálogos de paz. Pastrana ya había planeado dirigirse a la Asamblea General de las Naciones Unidas en
Nueva York el 23 de septiembre.
El director de la Policía Nacional, general Rosso José Serrano, que visitó por su propia cuenta los
EE.UU. junto al jefe de las Fuerzas Armadas, general Fernando Tapias, dijo a los reporteros que en el
área definida para la desmilitarización está el 12% de los cultivos ilegales de amapola y coca.

En una entrevista con la radio colombiana el 17 de septiembre, el ministro de Defensa Rodrigo Lloreda
dijo que la enmienda estaba basada en una serie de malentendidos respecto al despeje de tropas
planeado. Llorado, que acompañará a Pastrana en las conversaciones del 24 de septiembre en
Washington, insistió en que la lucha contra las drogas en el área no será afectada por el despeje, que se
espera que ocurra a principios de noviembre y dure al menos 90 días. Lloreda añadió que el programa
de erradicación de cultivos ilícitos patrocinado por EE.UU. en Colombia, el cual se concentra en la
fumigación con herbicidas sobre áreas de cultivo, no se verá afectado ya que el programa está centrado
en áreas fuera de la zona desmilitarizada, donde los cultivos son más densos y extensos.

289 millones de dólares DE EE.UU. para que guerra?


Las FARC rechazan acusación de ser involucrada en protección de laboratorio

Recientemente un avión (Hercules) de la Fuerza de Aviación Colombiana, FAC, fue descubierto con más
de 600 kilos de cocaína en una basa militar de Estados Unidos. El escándalo era un hecho público que
reventó y varios oficiales y el general de la FAC fueron dado de baja.

Con el caso se descubrió una vez más, que el estado y los organismos que deben vigilar las fronteras
para la soberanía nacional, en vez de eso, las violan, haciendo contrabando.

Las FF.MM. han pasado varias derrotas, no solamente por el terrible desprestigio con los 600 kilos de
cocaína, sino también en campo de derechos humanos. En un informe del Departamento de Estado
norteamericano, la administración de Clinton menciona que solamente dos de las siete brigadas militares
en Colombia cumple con los requisitos de los derechos humanos. Las otras cinco no.

Abusos a los derechos humanos


Pero eso no impide que el vecino del norte seguirá dando cursos para los oficiales colombianos, en que,
según las ONGs de Estados Unidos, 124 de 247 militares colombianos entrenados en la Escuela de las
Américas en los últimos diez años han cometido abusos a los derechos humanos. Es decir, el 50 por
ciento. A raíz de este informe, los congresistas Joseph Kennedy, de Massachusetts, y Esteban Torres,
de California, le pidieron el pasado 24 de julio al gobierno de su país clausurar la institución.
Colombia se ha convertido en uno de los principales receptores de la ayuda exterior de EE.UU., pues por
iniciativa de un grupo de legisladores republicanos, el Congreso estadounidense acordó recientemente
dedicar 289 millones de dólares para la lucha contra la producción y tráfico de cocaína en 1999,
informaba ayer miércoles el diario El Colombiano.
"Estados Unidos no proporciona asistencia a las operaciones en contra de la guerrilla en
Colombia. Nuestra asistencia se dirige a combatir la producción de narcóticos y que puede ser
usada en contra de quienes están involucrados en el negocio de la droga", dijo James Rubin,
portavoz del departamento de estado.

Hace unos días salió un comunicado de prensa por la Brigada 24 del ejército colombiano (una de esas
cinco brigadas denunciadas por EE.UU. de ser violador a los DD.HH.), donde informaba que un frente
guerrillero de las FARC en el departamento de Putumayo, había sido involucrado en la protección de "un
gigantesco laboratorio de cocaína".

Según los acuerdos de la cumbre de Cartagena entre los ministros de defensa de América Latina,
EE.UU. apoyará la lucha contra el narcotráfico a través de la entrega de armas, helicópteros y también
planes de vigilancia, y supondrá un fuerte aumento del dinero que se destina a la Policía colombiana.
En la revista colombiana SEMANA, editado el lunes, el ministro de defensa colombiana, Rodrigo Lloreda
desmintió abiertamente la acusación, que las armas que se entregan y entregarán, van a ser utilizadas
en la guerra contra la guerrilla. Y además fue muy claro en su amenaza de una gran guerra contra la
guerrilla.

Debilidades del Ejercito y la defensa del Estado Colombiano

Debido a los riesgos de seguridad en el área, los Estados Unidos hicieron un cambio en la ayuda militar
para Colombia en 1999, al pasar de la Categoría 4 a la Categoría 2, la cual permite que se utilice en
operaciones militares. La anterior no podía ser usada en acciones relacionadas con hostilidades bélicas

Algunos analistas dicen que Estados Unidos le está dando su apoyo incondicional y su ayuda financiera
al Ejército Nacional de Colombia, porque es la única manera de proteger la supervivencia del Estado
colombiano, aunque habrá que imponer disciplina, organización y mística para cambiarles el espíritu a
las Fuerzas Armadas regulares, sin olvidar las posibilidades de una guerra abierta, si las negociaciones
de paz no prosperan.

De hecho, los funcionarios de Estados Unidos expresan su preocupación por la debilidad del Ejército
regular y la fuerza de la guerrilla colombiana. "El 40 por ciento de territorio colombiano está en poder de
la guerrilla", dijo el general Berry McCaffrey recientemente, quien es el zar antidrogas de la
administración Clinton, y quien fuera comandante en jefe del Comando Sur y uno de los grandes
expertos en temas de contraguerrilla, justificando la certificación plena de Colombia.

"Colombia es la sede de la fuerza guerrillera izquierdista más grande de todo América del Sur. Las
fuerzas armadas regulares no han podido controlar a las Farc y al ELN. Estados Unidos quiere derrotar
estas guerrillas supuestamente porque juegan un papel importante en el tráfico de drogas. Pero no se
puede olvidar la desestabilización que los grupos guerrilleros están jugando en toda la región. En menos
de dos semanas, los presidentes de Perú y Venezuela han reclamado airadamente al gobierno de
Bogotá debido a problemas con la guerrilla. Y eso preocupa mucho a Washington. Con los problemas de
Brasil, lo que menos se necesita es una región andina en conflictos de hermanos", dijo George O'Brien,
un analista de asuntos internacionales.

Críticas

A su vez, algunos informes coinciden en manifestar que el Ejército Nacional de Colombia es un


organismo anacrónico, débil, desgastado y plagado de problemas. "El Ejército de Colombia tiene una
larga historia de abuso de los derechos humanos y se ve poca evidencia de reformas fundamentales. La
falta de reformas se ve porque hay un gran número de oficiales de alto rango enfrentando cargos por
vínculos con grupos paramilitares", dijo Robin Kirk, de Human Rights Watch/Américas.

De acuerdo con Adam Isacson, investigador del Centro para Política Internacional y autor, junto con Joy
Olson del libro "Simplemente Los Hechos", el cual trata de la ayuda del Pentágono a las fuerzas militares
de América Latina, "las fuerzas armadas de Colombia también sufren de una gran corrupción interna, la
cual nunca ha sido castigada. Como resultado de tal situación, a pesar del gran presupuesto que tiene
asignado, el Ejército de Colombia ha sido incapaz de adecuar su equipo bélico, o de preparar o entrenar
a su personal".

Isacson también destaca que el Ejército tiene una larga proporción de personal, destinado a "trabajos de
oficina", que impide enviarlos al combate. Señala cómo el personal preparado académicamente está
protegido para no ir a las armas, lo que crea una división invisible con los muchachos pobres, por lo
general con menos educación, que son enviados a combate.

Pero quizá sea todo lo relacionado con su vinculación con las autodefensas lo que más preocupa. El
embajador de Estados Unidos en Colombia, Curtis Kamman, ha solicitado en varias ocasiones investigar
a los oficiales vinculados con las autodefensas; ha instado a que el Estado cumpla con su obligación de
vigilar el respeto por los derechos humanos y ha manifestado que para recibir la ayuda, las fuerzas
armadas deben cumplir con las estipulaciones de la Enmienda Leahy, aprobada hace dos años por el
Congreso de Estados Unidos, según la cual, ninguna unidad del Ejército que no cumpla con los derechos
humanos puede recibir ayuda oficial de E. U.

"Por motivo de su vinculación con los paramilitares, sólo hay dos unidades del Ejército de Colombia
recibiendo ayuda por parte de los Estados Unidos, aunque pronto, la nueva Unidad Antinarcóticos,
también será beneficiada", dijo Isacson".

Reparos

Para los organismos que vigilan el respeto por los derechos humanos, este es el pecado del actual
gobierno. "La administración Pastrana no ha hecho nada para controlar los abusos de las autodefensas,
ni ha protegido a los defensores de los derechos humanos", dijo Coletta Youngers de la Oficina en
Washington para América Latina, Wola, por sus siglas en inglés.

"A Carlos Castaño lo entrevistan todos los periódicos, noticieros y revistas. Periodistas, fotógrafos y
camarógrafos pueden llegar hasta él, pero no el Ejército ni las unidades de inteligencia", dijo uno de los
asistentes del congresista republicano Benjamin Gilman, de Nueva York, uno de los grandes amigos de
las Fuerzas Armadas colombianas, en especial, de la policía y su comandante, el general Rosso José
Serrano, y quien fuera una de las fichas claves para que el Congreso de Estados Unidos concediera la
ayuda financiera de $289 millones de dólares.

Claro que el meollo de este asunto es lo que realmente va a pasar no sólo con la guerrilla, con los paras,
con las Fuerzas Armadas, sino con toda Colombia. Por años, el Pentágono designó la ayuda militar a
Colombia, en la categoría 4, para operaciones no envueltas en hostilidades bélicas. Ahora, la
mencionada ayuda aparece en la categoría 2, para operaciones militares.

Expectativas por los cambios

Estos cambios permiten que dicha financiación se siga otorgando, aún por encima del irrespeto por los
derechos humanos. "El respeto por los derechos no tiene nada que ver con la ayuda. Además, como
tanto la guerrilla como los autodefensas están involucrados en el negocio del narcotráfico, nada impide
que esos dineros destinados a la guerra contra las drogas se usen en contra de estos grupos", dijo Kirk.

Para algunos expertos, los cambios van más allá del protocolo de la Enmienda Leahy. "Eso quiere decir
que Washington se ha preparado para la guerra total contra la guerrilla y contra los paras", dijo O'Brien.

De acuerdo con O'Brien, la política estadounidense hacia Colombia la dictan, entre otros, la DEA, la CIA,
el Pentágono y la línea dura de la derecha republicana. "Todos ellos tienen sus propias agendas y
aunque algunas no coincidan con los planes de Pastrana, han respetado su política de diálogo, pero
mientras Pastrana dialoga y las guerrillas exigen y rompen las conversaciones de paz, ellos preparan la
guerra", dijo.

Preocupación

Aunque oficialmente aquí todos los funcionarios y oficiales de alto rango niegan que tal cosa vaya a
pasar, lo que sí es cierto es que el foco principal de los Estados Unidos en este momento es que las
fuerzas militares regulares tomen el control de la mitad del territorio colombiano, donde están los cultivos
de coca y amapola, donde ahora reina la guerrilla.

Todo se está preparando con cuidado. En lo que va del año, Estados Unidos ha inaugurado el nuevo
radar, localizado en San José del Guaviare, con el cual se busca controlar el tráfico de aviones y en Tres
Esquinas se instaló el nuevo centro de inteligencia financiado por la CIA. Y muy pronto se va a decir en
forma oficial, donde operará la nueva Unidad Antinarcóticos que el presidente Pastrana y el ministro
Lloreda acordaron organizar, cuando estuvieron en el Congreso de Estados Unidos, en septiembre.

"La clave de lo que va a pasar realmente está en los planes que tomen en conjunto la
administración Pastrana, con el ministro Lloreda a la cabeza, el jefe del Comando Sur, los
oficiales de inteligencia del Pentágono y la CIA y los encargados de las políticas hacia
Latinoamérica. Mucho me temo que esta guerra no sea contra los cultivos propiamente
dichos", dijo O'Brien.

El departamento defensa USA defiende su participación en el entrenamiento de tropas


colombianas.
El Departamento de Defensa norteamericano defendió hoy su programa de ejercicios de entrenamiento
en Colombia, afirmando que sigue las normas del Departamento de Estado en materia de derechos
humanos y es importante para sus Fuerzas de Operaciones Especiales. Los ejercicios, en el marco del
programa Conjunto Combinado de Intercambio de Entrenamiento (JCET) del Pentágono, benefician en
especial a las tropas estadounidenses, afirmó el Departamento de Defensa comentando un artículo del
Washington Post.
El personal de las Fuerzas de Operaciones Especiales necesita un dominio
fluido de una lengua extranjera y familiarizarse con el terreno y la
topografía de otras regiones, apuntó el Pentágono Además, es importante
que aprendan los métodos de operación de fuerzas foráneas y establezcan
una relación personal con colegas de otros países, agregó Kenneth Bacon,
el vocero del Pentágono.

La relación personal que se establece es importante para reafirmar el cometido de los militares
estadounidenses hacia el respeto de los derechos humanos, al tiempo que permite enseñar técnicas de
rescate de rehenes y de contraterrorismo, dijo Bacon.
Un artículo aparecido ayer en el Washington Post afirmó que los ejercicios provocaban inquietud entre
quienes abogan por el respeto de los derechos humanos, en vista de frecuentes denuncias contra los
militares colombianos.

El Pentágono replicó hoy que los ejercicios son aprobados por la representación diplomática
estadounidense en Colombia y que los ejercicios programados para este año han sido suspendidos ante
la proximidad de las elecciones presidenciales en ese país.

Un programa similar que el Pentágono efectuaba en Indonesia fue suspendido también, debido a la
conmoción existente en ese país. Según el Pentágono, en el año fiscal 1997 se efectuaron ejercicios en
el marco del programa JCET en 101 países.

REVELADA COOPERACION DE FUERZAS ESPECIALES NORTEAMERICANAS.

WASHINGTON, 25 (ANSA) - Las Fuerzas Especiales norteamericanas están comprometidas desde hace
años en Colombia en misiones secretas de adiestramiento de las tropas de Bogotá que combaten a la
guerrilla y a los traficantes de drogas, reveló hoy el diario The Washington Post. Centenares de tropas
norteamericanas realizan, anualmente, ejercicios de adiestramiento con las tropas colombianas dando
rodeos a las leyes de Estados Unidos sobre
restricciones a la cooperación con los militares sospechados de haber
cometido abusos contra los derechos humanos, afirma el diario.

La salida fue dada por una ley de 1991 que autoriza a las Fuerzas Especiales norteamericanas a
desarrollar en cualquier país extranjero, sin restricciones, ejercicios de adiestramiento de los que pueden
sacar algún beneficio. La polémica gira sobre el hecho de que, mientras las Fuerzas Especiales
norteamericanas sacan ventajas de las maniobras efectuadas en la selva colombiana, al mismo tiempo
las tropas de elite norteamericanas
adiestran a los colegas colombianos y no acatan las restricciones planteadas por el Departamento de
Estado sobre los contactos con las fuerzas armadas de Bogotá.

"En tanto es ilegal adiestrar y reaprovisionar tropas extranjeras responsables de abusos de los
derechos humanos -protestó el senador Patrick Leahy-, nuestras Fuerzas Especiales hacen
precisamente esto, tanto en Colmobia como en Indonesia, sin ocuparse si los militares que están
adiestrando son responsables de las torturas y homicidios".
El Departamento de Estado prohibió cualquier ayuda militar a unidades
colombianas que no puedan demostrar no haberse manchado con la violación
de los derechos humanos. Otro aspecto polémico de la cuestión es la siempre incierta línea de
demarcación entre las unidades de narcotraficantes y la de los guerrilleros colombianos. Una confusión
que podría terminar involucrando a las fuerzas norteamericanas en actividad militar-antiguerrilla en
Colombia. Un portavoz del Pentágono defendió el programa y afirmó que las Fuerzas Especiales pueden
adiestrarse en la selva y en zonas de montaña distintas de las norteamericanas, desarrollando
habilidades que podrían ser útiles en el caso de evacuaciones de emergencia de norteamericanos en el
exterior y en lucha contra el terrorismo.

EE.UU. prepara la guerra del sur


Bases para intervenir en Colombia

Ante la implacable presión de los republicanos para su destitución por corrupto y mentiroso,
como el incontrolable poder del Mando militar y su sed de presupuesto, El Presidente Clinton y
su gobierno se han inventado "nuevos enemigos a destruir" en países "Amigos" en los que hay
que acudir con la ayuda "generosa" con la mas sofisticada máquina de guerra , sus asesores y
sus "Fuerzas de Acción Rápida Efectiva".

Su cacareada política de reducción del gasto militar, que lo llevaron incluso a rebajarle el presupuesto
de 403 mil millones de dólares a 258 mil millones al asumir su primer mandato en el 93, a cambiado de
la noche a la mañana, para lanzarse a una brutal y agresiva carrera armamentista destinando 100 mil
millones de dólares en una nueva estrategia exterior, que con los 100 mil millones, que ya había
aumentado en su segundo periodo para la "tecnificación, exploración y profesionalización de nuevas
fuerzas", completa ahora la escandalosa cifra de mas de 460 mil millones de dólares.

LA GUERRA DEL SUR DE COLOMBIA

Ante la necesidad de dejar las bases en Panamá, el último día de éste siglo, El Pentágono ha buscado
afanosamente una nueva plaza, adónde entrenar sus robots de guerra, adiestrar a los comandantes de
las Américas y preparar nuevas invasiones para "controlar" la situación en cualquier lugar que no sea de
su agrado. Las propuestas para instalarse en Argentina u otro país del cono sur con el cuento de la
"base Continental contra el narcotráfico", no surtieron efecto,. Se inventaron entonces los encuentros
sectoriales y la cumbre de ministros y Comandantes de Ejércitos, agregando al peligro del narcotráfico,
un nuevo fantasma del Terrorismo, capaz de sensibilizar a los gobiernos del continente y aceptar una
nueva estrategia continental. La zanahoria que mordieron los conejos fue la aprobación de nuevas líneas
de crédito por parte del Fondo Monetario Internacional, como la ayuda efectiva para el presupuesto y la
tecnificación de los Ejércitos, desacreditados por la corrupción y la violación a los Derechos Humanos..

El Caballo de batalla, ha sido la conflictiva situación Colombiana, agravada por los últimos cuatro años
de desgobierno de Samper, y la desmoralización de un ejército vinculado con la violación de los
derechos humanos, arrinconado además por los crecientes golpes de una Guerrilla que se crece ante la
injusticia y el desbarajuste de las Instituciones. Por ello en la cumbre militar del 1 de noviembre en
Cartagena, se firmó un tenebroso acuerdo por el Ministro de Defensa Rodrigo Lloreda, el secretario de
defensa gringo Willian Cohen y el general Charles Wilhelm jefe del Comando Sur, que debería ser
aprobado por el departamento de Estado con el visto bueno del Congreso y sobre la base de un último
informe del General Wilhelm sobre la situación política y social, como el estado de la lucha contra el
narcotráfico, la Insurgencia y las Fuerzas Militares de Colombia. Sólo tuvo que redactarlo, pues tenía
los borradores de sus 6 inspecciones realizadas en Colombia en los dos últimos años.

En el informe que el jefe del Comando Sur del Ejército, le entregó al Congreso, se dice que .."La
situación colombiana está llegando a un estado anárquico y casi ingobernable. Los militares
colombianos, no tienen moral ni credibilidad y afrontan frecuentemente problemas de indisciplina en sus
filas. Los diagnósticos demuestran que el Ejército no está en capacidad de localizar al enemigo, ni
prevenir sus ataques, debido a su poca capacidad de movilización y a la falta de equipos de “inteligencia
electrónica” que le permitan advertir la movilización de guerrilleros, especialmente en el sur y las selvas
del oriente en donde éstos están involucrados, de diferentes formas, con la producción de drogas ilícitas.
Hay evidencias de participación de militares con grupos paramilitares, con el favorecimiento de sectores
políticos corruptos , incluso enredados con el narcotráfico, llegándose a presentar muestras de
indisciplina, contradicciones internas y desmoralización en algunas unidades, "…

El departamento de Estado le anunció al presidente Pastrana a través de Rodrigo Lloreda, que el


acuerdo era un hecho y la ayuda empezaría a llegar antes de lo previsto.

Pero junto al acuerdo con Colombia, empezaría a desarrollarse la segunda parte de la estrategia. Al lado
de las cumbres, los Militares Norteamericanos habían conseguido que los gobiernos de Perú y
Ecuador,(necesitados de una fuerte inyección de capitales) accedieran a la instalación de una base, con
dos brigadas móviles que se asentarán y patrullarán las Fronteras de los dos países, limítrofes con
los departamentos de Putumayo, Caquetá y Amazonas en el sur de Colombia, que refuerza y completa
la triangulación de Fuerzas Especiales contrainsurgentes (Antinarcóticos?)en el sur del país, que el
mando militar colombiano, venía implementando en los dos últimos años.(ver "Los Cazadores del
Caguán" - Juan Ramón Ríos - InfoBolivar).

EMPIEZA EL DESPLIEGUE PARA LA INTERVENCIÓN

Pese a que el 15 de abril de 1997, se aprobó una enmienda en el Congreso norteamericano prohibiendo
cualquier tipo de ayuda, incluso la humanitaria a fuerzas militares implicadas en Violación a los derechos
Humanos, negando la propuesta del senador fascista Jesse Helms para enviar bombarderos y equipo
electrónico a los militares colombianos , El Comando Sur en Panamá ha dispuesto el traslado de
unidades " antinarcóticos ", en forma secreta, a la frontera común de Perú Ecuador y Colombia y el Alto
Mando Militar Colombiano de acuerdo con la DEA, la CIA y el Pentágono, comenzarán este año , el
despliegue operacional de una Brigada especial, con base en el terrorífico Comando Unificado del Sur de
Colombia, asentado en Puerto Leguízamo, "por ser una unidad que aparentemente está limpia de la
corrupción y la violación a los derechos Humanos"

Será que los gringos no saben que las Unidades de dicho comando están comprometidas en la práctica
de la detención masiva y la tortura a centenares de campesinos de ésos territorios ? Que varias
unidades móviles de ése comando están investigadas por ayuda u omisión ante las masacres de
paramilitares en Putumayo, Caquetá y el sur del Meta el Guaviare ? Varios suboficiales adscritos a
ése Comando fueron retirados e investigados por favorecimiento a capos del narcotráfico Y Amnistía
Internacional en octubre pasado Denuncio "la persistencia de graves violaciones a los derechos
humanos y la actividad de grupos paramilitares coincidente con las de los militares en el departamento
del Putumayo..

De otro lado el Departamento de Estado, le anunció al Ministro Lloreda ,que no habrá ayuda en dinero,
pues toda la ayuda Irá en Equipos, Armas, Aviones, Asesores, Instalaciones y Radares. A los 370
asesores militares norteamericanos que hay en las Brigadas Colombianas, se agregarán ahora, otros
tantos, pero éstos serán de una graduación especial e irán especialmente a participar junto con 200
expertos, también gringos, en la instalación , adiestramiento y comprobación del desplazamiento y la
efectividad de los Comandos de acción rápida bajo el Mando Conjunto de la Nueva Brigada para la
guerra del Sur de Colombia, que busca controlar y combatir al campesinado y la Guerrilla de las FARC
que precisamente allí en el Sur, inicia un proceso de paz, al que el Departamento de Estado dice apoyar.
Y mientras se reúne con las FARC en Costa Rica para buscar acuerdos, empieza a crear las bases
para una intervención militar en Colombia.

Según los Diarios de Washington "En la operación (que formalmente se denomina antinarcóticos) se
incluye la utilización de aviones espías y vigilancia por satélite a las selvas de la Orinoquia y la
Amazonía, que podrán proveer imágenes de calor e infrarrojas en las cuales se podrán identificar de
inmediato las concentraciones de combatientes de las Farc en la jungla y monitorear sus
comunicaciones, incluyendo su localización, lo cual implica consolidar posiciones en lo más profundo de
la selva y mantener el control militar del Ejército sobre el tránsito en los ríos de la del sur que
actualmente está en poder de las Farc.

La tropa conjunta , (de los dos países) tendrá una localización exacta de los guerrilleros en la selva,
pudiendo enfrentarse en combate de tierra con ellos cuando busquen reagruparse o huir por los ríos,
previo el ataque aéreo de aviones OV-10 Bronco o de helicópteros artillados Blackhawk y serán
recibidos en el río por lanchas de combate, también artilladas, de los Estados Unidos. Será una
operación envolvente de aniquilamiento, mientras se retiene y controla a la población civil, para
alejarla de la Insurgencia.

¿INTERVENCIÓN O AYUDA?

También podría gustarte