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Resumen del libro “La mente criminal.

Teorías explicativas del delito desde la psicología


jurídica”. Capitulo 1 “Delincuencia, Agresividad y Violencia”.

Que la historia de la humanidad es la historia del crimen es algo tan innegable que no son
pocos los casos que se pueden encontrar en nuestro pasado colectivo en los que el delito es el eje
explicativo de las vicisitudes de protagonistas y héroes de todos.

Asimismo, los antecedentes científicos del estudio del delito son remotos y variopintos.
Dentro de estos, las pseudociencias iban preparando un terreno abonado para la aparición de las
teorías de los frenólogos y de los craneómetras, cuyo reflejo de la psicología y la sociología
serian la orientación de la patología social, siendo el máximo representante en el estudio de la
delincuencia el antropólogo y médico italiano Cesare Lombroso con su obra L'uomo
Delinquente.

Hoy en día, las teorías que se han formulado para explicar la agresión pueden agruparse
en dos grandes bloques. Por un lado, están las teorías activas, que ponen el origen de la agresión
en los impulsos internos, apareciendo la misma con el sujeto desde el mismo momento de su
nacimiento. Por otro lado, están las que se han venido llamando teorías reactivas, situando el
origen de la agresión en los ambientes que rodean al individuo, y concibiendo a ésta como una
reacción de salida frente a determinadas situaciones ambientales.

Actualmente, la postura de las teorías activas se especifica en la teoría de la catarsis: el


fundamento de dicha teoría reside en que los seres humanos generan frustraciones durante su
vida, que posteriormente los llevan a incurrir en la agresión. El alivio a esas frustraciones seria la
catarsis, quedando así las tendencias agresivas canalizadas y controladas por mecanismos
psicológicos.

Además, según hipótesis, esta función de catarsis seria mas importante en las personas de
clases bajas que en los de clases medias, ya que, a mayor educación, mayor capacidad también
para controlar los impulsos agresivos, no siendo tan necesario el efecto catártico de la violencia
televisiva.

Por su parte, las teorías reactivas o del aprendizaje de la agresión están encabezadas
históricamente por la Hipótesis de la frustración-agresión y las modificaciones posteriores
formuladas por Berkowitz. Señala Berkowitz que además de la frustración y la cólera existen
otros estados emocionales, denominados activación emocional general, que desempeñan un
papel fundamental en la agresión. Estos estados emocionales son complejos y uno de ellos es el
estado cognitivo del sujeto, es decir, aquello a lo que el sujeto atribuye su activación emocional.

Pronto apareció la Teoría del aprendizaje social de la agresión, en donde Bandura


argumentó que existen tres funciones reguladoras que controlan la conducta agresiva: el
estímulo, el refuerzo y el control cognitivo. Estas tres funciones están íntimamente entrelazadas
y son necesarias para explicar la conducta desde la perspectiva del aprendizaje social, haciendo
posible este proceso de interacción reciproca que las personas influyan en su destino y
estableciendo los límites de la autodirección.

También desde las actitudes se han creado teorías que han enfocado el tema de la relación
entre actitud hacia la violencia y agresión: la Teoría del refuerzo, la Teoría del equilibrio (para la
explicación de un amplio abanico de fenómenos psicosociales), la Teoría de la disonancia
cognitivo.

La teoría del refuerzo establece que las imágenes de violencia en televisión refuerzan
cualesquiera pautas establecidas de conducta violenta que los espectadores traigan consigo ante
los medios. La violencia en televisión no produce habitualmente ni aumentos ni disminuciones
de importancia en la probabilidad de una agresión por el público.

Por último, tenemos la Teoría del cultivo en donde los teóricos fundamentales son Gerber
y Gross. El argumento principal es que los medios de comunicación, fundamentalmente la
televisión, modela y mantiene las construcciones que el publico tiene sobre la realidad (violencia
en la tv). Según la teoría del cultivo, este mundo violento penetra en la conciencia de los
espectadores, que pasan a ver el mundo real como si fuera el de la televisión.

Dos conceptos fundamentales de esta teoría son “corriente principal” y “resonancia”. El


primero de ellos hace referencia a la homogeneización dentro de grupos, ya que los espectadores
adictos son tan influidos por la televisión que llegan a sostener una visión más común y
compartida del mundo real. Por otro lado, el concepto de “resonancia”, hace referencia a un
efecto de prominencia, por el cual quienes viven en circunstancias desacostumbradamente
violentas resuenan ante el mundo aun mas violento de la televisión, con lo cual su concepción
violenta del mundo real aparece amplificada o intensificada por la visión de la televisión.
Referencias.

Clemente Díaz, M., & Espinosa Breen, P. (2001). 1. Delincuencia, agresividad y violencia. In M.
Clemente Díaz, & P. Espinosa Breen, La mente criminal. Teorías explicativas del delito
desde la psicología jurídica (pp. 13-20). Madrid: Dykinson.

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