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Resumen del capítulo 1

La mente criminal: teorías explicativas del delito desde la psicología


jurídica

La violencia ha estado presente desde tiempos inimaginables. Según el


cristianismo y su tradición, el tema del delito está desde los inicios de la
humanidad. En el libro de Génesis, se muestra como el primer delito de la
humanidad lo realizó Eva, al utilizar a Adán para arrancar la fruta del árbol del
bien, y provocando desde ese entonces una lista de problemas sociales que
tanto nos preocupan al día de hoy.

En el antiguo Egipto, se hicieron avances en la medicina forense, con esto


fueron avances en la identificación criminal. Sumado a lo anterior en la “utopía”
de Tomás Moro, el delito era producido por factores como la economía, la
guerra, el ocio, el ambiente social y los errores en la educación. Ahora con
respecto a la violencia y agresión, las teorías más actuales relacionan la
agresión con los impulsos internos, apareciendo esta con el sujeto desde que
nace, pero también existen las teorías reactivas, las cuales sitúan el origen de
la agresión en el contexto del individuo y reconocen a esta como una reacción
de salida frente a ciertas situaciones ambientales. De igual manera, etólogos
como Eibl-Eibesfeld dicen que la agresión es una manera de manifestar los
instintos.

Otros autores como Feshbach, menciona que los seres humanos generan
frustraciones durante su vida, que posteriormente se transforma en agresión. El
sacar todas estas frustraciones es llamada catarsis, permitiendo que estas
conductas sean canalizadas y controladas por mecanismos psicológicos.

Una forma de obtener experiencias violentas, aunque no sean de forma directa,


son las escenas violentas en televisión. Estas sirven para aliviar los
sentimientos de frustración que tenemos internamente así mismo existen
también otros estados emocionales denominados “activación emocional
general”, los cuales desempeñan un papel fundamental en la agresión, estos
estados son complejos y uno de ellos atribuye al sujeto su activación
emocional.

Esta activación, de acuerdo con Rule y Nesdale, interactúa con la cólera de


manera bastante concreta para influir en la frustración.

La activación general no es simple, esta procede de diversas fuentes que


aumentan la agresión de una persona si el estado de activación se percibe
como cólera, pero la hace disminuir si el estado de activación se atribuye a una
fuente distinta de la cólera.

Para Bandura en su teoría del aprendizaje social existen tres funciones


reguladoras que controlan las conductas agresivas: el estímulo, el refuerzo y el
control cognitivo. Estas tres funciones están entrelazadas y son necesarias
para explicar dicha conducta, estableciendo los límites de la autodirección.

Gracias al tema de la agresión, se ha relacionado con la violencia y se han


creado teorías enfocadas en ello. Le teoría del refuerzo de Klapper (1974)
establece que las imágenes de violencia en televisión refuerzan las conductas
violentas que los espectadores traigan consigo. Las escenas de violencia en
televisión no producen aumentos o disminuciones de importancia en la
probabilidad de agresión en el público. Esta teoría examina los factores
determinantes de la conducta violenta. Estos y más factores determinan los
efectos de las descripciones violentas en los medios para que así las personas
que han desarrollado pautas de comportamiento violentas y sus actitudes que
apoyan a la violencia para conseguir los objetivos, perciban las escenas
violentas con mayor probabilidad que otras personas. Esto porque refuerzan
sus normas y actitudes.

De acuerdo con Gerbner y Gross (1976), el argumento principal de la teoría del


cultivo son los medios de comunicación como la televisión, ya que esta
mantiene las construcciones que el público realiza sobre la realidad. La
violencia que se muestra en televisión es para que los personajes que ejercen
esto obtengan poder y puedan dominar al resto. Esta teoría menciona que el
mundo violento de los medios penetra en la conciencia de los espectadores,
que pasan a ver el mundo real como el de la televisión. Hay conceptos
importantes de esta teoría, y son “la corriente principal” y “la resonancia”. El
primero hace referencia a la homogenización dentro de grupos, ya que los
espectadores adictos son tan influenciados por la televisión que llegan a
sostener una visión compartida del mundo real, mientras que el segundo
concepto hace referencia a un efecto de prominencia, por el cual quienes viven
en circunstancias violentas resuenan ante el mundo violento de la televisión,
por lo que su concepción del mundo real aparece amplificada por la televisión.

De acuerdo a lo que se ha leído con anterioridad, se han presentado orígenes


del delito de acuerdo con la historia, como se estudia y su relación con la
agresión. Después se aborda el desarrollo de las teorías psicológicas así como
también se habla acerca de las formas de violencia y conducta antisocial, de
las clasificaciones que se han propuesto en la literatura para estas conductas a
nivel de análisis etológico, psicosocial, cognitivo y social al igual que se utilizan
diversas teorías psicológicas para la explicación del delito.

De igual manera, se revela como influencian las teorías freudianas en el


análisis del delito y el concepto de “delincuentes por sentimiento de culpa” que
influye dentro de las corrientes psicoanalíticas dentro de la explicación del
delito. Se determina una “personalidad delictiva” y como se vincula con el
desarrollo del super yo en el individuo al igual que se hace una revisión de la
teoría de Eysenk y sus aportaciones para la explicación de lo que es el delito
en conductas violentas, teoría representativa de los modelos psicológicos
estructurales. Esta plantea el interés de identificar los diferentes tipos de
personalidad para realizar ciertas predicciones acerca de los comportamientos
sociales por individuo.

Mas adelante se revisan aportaciones que desde otros modelos teóricos del
condicionamiento clásico u operante, se ofrecen para la explicación del
fenómeno delictivo. Con esta perspectiva, las conductas, tanto antisocial como
delictiva, se consideran como una conducta aprendida mediante el entorno y la
interacción con otras personas, a través de un proceso de modelado en el que
es de mucha importancia la interiorización de las normas sociales para que
adquieran cierto carácter y oportunidades en su toma de roles para adoptar una
perspectiva de miembro dentro de la sociedad.

Las teorías del control personal en concreto, revisan las aportaciones que
procesos como el autocontrol proporcionan tanto para la comprensión del
fenómeno delictivo como para el diseño de estrategias de intervención.

En la perspectiva social del individuo desde el ámbito moral se hace una


revisión de las teorías del desarrollo, desde la perspectiva de Kohlberg como la
de Bandura. Se concede atención a la revisión del “sesgo egocéntrico” de la
persona a través de un proceso de descentración en la explicación de la
conducta delictiva.

La relación entre la conducta moral y razonamiento no es consistente, aunque


existan ciertas evidencias al respecto en cierto tipo de conductas antisociales.
Se examinan los modelos teóricos más completos en la explicación del proceso
moral. Dichos modelos pueden ser los cuatro componentes de “rest” o las
aportaciones de Fishbein y Aizen a la explicación de la conducta moral.

Miguel Ángel Vidal ofrece una serie de aportaciones extraídas al estudio sobre
la influencia de los medios de comunicación en la conducta agresiva del sujeto
y analiza procesos psicológicos relacionados con la exposición a violencia en
los medios de comunicación. Se plantea una definición de conducta antisocial
como trastorno que inicia en la infancia o adolescencia. Aborda factores de
riesgo y protección relacionados con este tipo de comportamiento.

La curiosidad humana nos lleva a la observación de las situaciones que se


desarrollan a nuestro alrededor y la voluntad de saber lleva la mente humana a
sistematizar dichas observaciones en forma de informaciones y datos que
sirvan para elaborar conceptos y teorías sobre la realidad. Los elementos que
este proceso constituyen son: la mente humana, los datos y la realidad.

Los intentos de comprensión de las diferentes realidades sociales han dado


lugar a muchas formas de recopilación de datos. El estudio del delito y
delincuencia empieza a ser un claro exponente de la utilización de cierta
diversidad de teorías que nos proporcionan perspectivas distintas de la
realidad, alimentando orientaciones diversas en la recopilación de datos y en la
asignación de relevancia a cada tipo de datos.

La adopción de perspectivas psicosociales aplicadas al estudio del fenómeno


delictivo en este ámbito ha sido fructífera para la investigación, no solo cuando
se centra en el acto delictivo mediante el recuento. Se debe destacar también
la trascendencia de contribuciones en líneas de investigación de orientación
preventiva en estudios victimológicos o sobre inseguridad ciudadana percibida
en estudios acerca de las actuaciones de los organismos públicos que
combaten los delitos y en estudios relativos a las instituciones penitenciarias.

Por último, cabe mencionar que el estudio de actos delictivos ha ido


ampliándose a campos y perspectivas cada vez más diversos en función de los
retos de conocimiento que agentes sociales han ido asumiendo a lo largo del
tiempo, intentando dar cuenta de una realidad que se nos presenta como más
compleja y difícil de delimitar conforme pasa el tiempo.

Reflexión de la opinión de la visión de reguillo con respecto a la


emergencia de la violencia hacia los jóvenes y en que estoy de acuerdo y
en que en desacuerdo

Una gran parte de los jóvenes de Latinoamérica viven con cierto grado de
temor gracias a la violencia, en sus diferentes presentaciones, tanto física
como la violencia por parte de la política y del estado. Estas son percibidas
como una acción dentro de la sociedad, movida por intereses mayormente
económicos de una manera no muy limpia, de la cual se obtienen resultados de
manera mas sencilla. En muchos jóvenes esto es una salida desesperada de la
pobreza o pobreza extrema tal y como se menciona en el resumen pasado y
que a su vez otros teóricos de la sociedad como Weber mencionan a la hora de
definir los inicios de la violencia ya que en ella está la desigualdad entre seres
humanos a la hora de adquirir conocimiento, trabajo, oportunidades,
información y de más, por lo que la violencia es estructural.

Este tema ha repercutido principalmente en los jóvenes, específicamente en su


pensamiento como parte de la sociedad y la manera en la que se identifican
como un ente dinámico en ella, activo-pasivo. Lo curioso es la manera en la
que en la actualidad la violencia es más tolerada que antes, y se puede ver
cuando, no solo en Ciudad Juárez, sino que e inclusive en algunos otros
estados de la república se normalizan las detonaciones de armas de fuego,
indicando que la percepción de la violencia ha cambiado, y esto a largo plazo
ha mermado muchas oportunidades de desarrollo, oportunidades que ahora ya
no son tan viables en todos los jóvenes perdidos por la misma violencia. Al día
de hoy se plantea la siguiente pregunta, ¿los jóvenes son victimarios gracia a la
violencia, o los jóvenes son víctimas de la violencia?

Según los datos establecidos por la OPS “la violencia de las pandillas es
actualmente una de las formas más visibles de la violencia juvenil en la Región.
Entre el 20% y el 50% de todos los delitos violentos se atribuyen a pandillas”,
una si muy elevada, y alarmante si tomamos en cuenta que en las pandillas
suele haber jóvenes involucrados.

La historia del joven Fredi es un reflejo de lo que muchos jóvenes viven gracias
a la violencia y sus esperanzas de superarse a si mismos a través de ella.
Desde los seis años el pudo sentir lo que es el peligro de andar a pie a mitad
del monte. Poco más tarde cruzó la frontera de Guatemala a México,
acompañado de sus tíos. Durante su estancia en México, su tío se consiguió un
trabajo en los ferrocarriles y el dinero que ganaba lo guardaba para pagar un
viaje “pollero” hacia el norte.

A los ocho años, Fredi comienza su vida en estados unidos, producto de este
viaje que hizo su tío, y no fue hasta la secundaria que Fredi se enroló en la
Mara Salvatrucha en una espiral de violencia que lo llevaba de un lado a otro,
lograron que se uniera a ellos y empezara a hacer una lista de muertos por
“jale”. Rápidamente se enrola en una “clica” y entre los controles psicológicos a
los que lo tienen sometido se mete rápidamente en problemas con la Mara 18,
cosa que lo lleva a sentenciar una muerte atroz. Ya inmiscuido en este
ambiente de violencia, Fredi da un paso que lo lleva a la cárcel de una manera
irreversible. Ya en la cárcel Osiel Cárdenas “el jabón” no de los capos mas
temibles del narco mexicano y líder del cartel del Golfo, logra reclutar a Fredi
como sicario para hacerse de la plaza del cartel de Sinaloa. Fredi se convierte
en un implacable soldado de este cartel, aunque su lealtad sigue siendo parte
de la Mara, tanto que tenía un tatuaje a la altura del corazón con la leyenda
“por mi madre nací, por la mara muero”.

Fredi inicialmente fue llevado a Estados Unidos con el fin de que tuviera una
mejor vida, sin embargo, aun allá fue alcanzado por la violencia de su país, por
el cartel mas poderoso del salvador, por los Mara Salvatrucha. Creo que la
cultura latina de acuerdo con la violencia y este sentido de pertenencia que
tenemos al ver algún otro mexicano “en mi casa” o latino fuera del territorio
pudo haber influido en las decisiones de Fredi. Esto no necesariamente quiere
decir que este bien o que el hecho de que haya caído en la violencia esté
justificado.

Los carteles de la droga toman a jóvenes con falta de integración familiar para
nutrir sus filas, unirlos a aquello que denominan “familias” para hacerlos sentir
parte de un todo, todo esto es lo más utilizado por los carteles en algunas
regiones de México como Nuevo Laredo, Matamoros (Tamaulipas), en
Badiraguato y Culiacán (Sinaloa). En estas regiones, muchos jóvenes tienen el
pensamiento de que los buenos son los delincuentes (aquí mi tema,
desconexión moral), mientras que la policía son los malos. Para ellos, la vida
de narcotraficante es un ejemplo de vida, ya que ven en ellos poder económico
y reconocimiento en grupo. Aunado a ello, la tasa de desempleo juvenil es alta
y aun peor en familias de bajos ingresos, y este es el problema que enfrentan
los jóvenes que no estudian ni trabajan, porque la escuela no los atiende y el
mercado laboral no los integra. ¿Cómo pueden identificarse o desarrollarse
estos jóvenes? El narco, en este ámbito lleva esta ventaja social, ya que les
ofrece desarrollarse, ganar dinero y ser alguien en esta vida.

En conclusión, hay muchos factores los cuales permiten que los jóvenes se
integren a pandillas o carteles, uno de ellos, considero que el más fuerte es la
normalización de la violencia, otro es la desintegración familiar o de valores, y
un último punto que considero fuerte es el hecho de que muchos no tienen la
chance de estudiar o de trabajar ante la falta de estudio. Cosas que los carteles
pueden ofrecer de una u otra manera. Creo que los jóvenes son víctimas de la
violencia, y después, la juventud ejerce la violencia contra otros jóvenes.
No estoy de acuerdo en que haya tantos jóvenes en pandillas o carteles, pero
evidentemente es un escape que, por las facilidades, se puede tomar y lo
comprendo en su totalidad, además de que no puedo hacer mucho
actualmente para cambiar este problema social.

Bibliografía  
Clemente, M. y Espinosa, P. (2001). La mente criminal teorías explicativas del delito
desde la psicología jurídica. Madrid: Editorial dykinson. 

Reguillo, R. (2008). Las múltiples fronteras de la violencia: jóvenes latinoamericanos


entre la precarización y el desencanto. Pensamiento iberoamericano. (3). 205-
225.  

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