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Otros autores como Feshbach, menciona que los seres humanos generan
frustraciones durante su vida, que posteriormente se transforma en agresión. El
sacar todas estas frustraciones es llamada catarsis, permitiendo que estas
conductas sean canalizadas y controladas por mecanismos psicológicos.
Mas adelante se revisan aportaciones que desde otros modelos teóricos del
condicionamiento clásico u operante, se ofrecen para la explicación del
fenómeno delictivo. Con esta perspectiva, las conductas, tanto antisocial como
delictiva, se consideran como una conducta aprendida mediante el entorno y la
interacción con otras personas, a través de un proceso de modelado en el que
es de mucha importancia la interiorización de las normas sociales para que
adquieran cierto carácter y oportunidades en su toma de roles para adoptar una
perspectiva de miembro dentro de la sociedad.
Las teorías del control personal en concreto, revisan las aportaciones que
procesos como el autocontrol proporcionan tanto para la comprensión del
fenómeno delictivo como para el diseño de estrategias de intervención.
Miguel Ángel Vidal ofrece una serie de aportaciones extraídas al estudio sobre
la influencia de los medios de comunicación en la conducta agresiva del sujeto
y analiza procesos psicológicos relacionados con la exposición a violencia en
los medios de comunicación. Se plantea una definición de conducta antisocial
como trastorno que inicia en la infancia o adolescencia. Aborda factores de
riesgo y protección relacionados con este tipo de comportamiento.
Una gran parte de los jóvenes de Latinoamérica viven con cierto grado de
temor gracias a la violencia, en sus diferentes presentaciones, tanto física
como la violencia por parte de la política y del estado. Estas son percibidas
como una acción dentro de la sociedad, movida por intereses mayormente
económicos de una manera no muy limpia, de la cual se obtienen resultados de
manera mas sencilla. En muchos jóvenes esto es una salida desesperada de la
pobreza o pobreza extrema tal y como se menciona en el resumen pasado y
que a su vez otros teóricos de la sociedad como Weber mencionan a la hora de
definir los inicios de la violencia ya que en ella está la desigualdad entre seres
humanos a la hora de adquirir conocimiento, trabajo, oportunidades,
información y de más, por lo que la violencia es estructural.
Según los datos establecidos por la OPS “la violencia de las pandillas es
actualmente una de las formas más visibles de la violencia juvenil en la Región.
Entre el 20% y el 50% de todos los delitos violentos se atribuyen a pandillas”,
una si muy elevada, y alarmante si tomamos en cuenta que en las pandillas
suele haber jóvenes involucrados.
La historia del joven Fredi es un reflejo de lo que muchos jóvenes viven gracias
a la violencia y sus esperanzas de superarse a si mismos a través de ella.
Desde los seis años el pudo sentir lo que es el peligro de andar a pie a mitad
del monte. Poco más tarde cruzó la frontera de Guatemala a México,
acompañado de sus tíos. Durante su estancia en México, su tío se consiguió un
trabajo en los ferrocarriles y el dinero que ganaba lo guardaba para pagar un
viaje “pollero” hacia el norte.
A los ocho años, Fredi comienza su vida en estados unidos, producto de este
viaje que hizo su tío, y no fue hasta la secundaria que Fredi se enroló en la
Mara Salvatrucha en una espiral de violencia que lo llevaba de un lado a otro,
lograron que se uniera a ellos y empezara a hacer una lista de muertos por
“jale”. Rápidamente se enrola en una “clica” y entre los controles psicológicos a
los que lo tienen sometido se mete rápidamente en problemas con la Mara 18,
cosa que lo lleva a sentenciar una muerte atroz. Ya inmiscuido en este
ambiente de violencia, Fredi da un paso que lo lleva a la cárcel de una manera
irreversible. Ya en la cárcel Osiel Cárdenas “el jabón” no de los capos mas
temibles del narco mexicano y líder del cartel del Golfo, logra reclutar a Fredi
como sicario para hacerse de la plaza del cartel de Sinaloa. Fredi se convierte
en un implacable soldado de este cartel, aunque su lealtad sigue siendo parte
de la Mara, tanto que tenía un tatuaje a la altura del corazón con la leyenda
“por mi madre nací, por la mara muero”.
Fredi inicialmente fue llevado a Estados Unidos con el fin de que tuviera una
mejor vida, sin embargo, aun allá fue alcanzado por la violencia de su país, por
el cartel mas poderoso del salvador, por los Mara Salvatrucha. Creo que la
cultura latina de acuerdo con la violencia y este sentido de pertenencia que
tenemos al ver algún otro mexicano “en mi casa” o latino fuera del territorio
pudo haber influido en las decisiones de Fredi. Esto no necesariamente quiere
decir que este bien o que el hecho de que haya caído en la violencia esté
justificado.
Los carteles de la droga toman a jóvenes con falta de integración familiar para
nutrir sus filas, unirlos a aquello que denominan “familias” para hacerlos sentir
parte de un todo, todo esto es lo más utilizado por los carteles en algunas
regiones de México como Nuevo Laredo, Matamoros (Tamaulipas), en
Badiraguato y Culiacán (Sinaloa). En estas regiones, muchos jóvenes tienen el
pensamiento de que los buenos son los delincuentes (aquí mi tema,
desconexión moral), mientras que la policía son los malos. Para ellos, la vida
de narcotraficante es un ejemplo de vida, ya que ven en ellos poder económico
y reconocimiento en grupo. Aunado a ello, la tasa de desempleo juvenil es alta
y aun peor en familias de bajos ingresos, y este es el problema que enfrentan
los jóvenes que no estudian ni trabajan, porque la escuela no los atiende y el
mercado laboral no los integra. ¿Cómo pueden identificarse o desarrollarse
estos jóvenes? El narco, en este ámbito lleva esta ventaja social, ya que les
ofrece desarrollarse, ganar dinero y ser alguien en esta vida.
En conclusión, hay muchos factores los cuales permiten que los jóvenes se
integren a pandillas o carteles, uno de ellos, considero que el más fuerte es la
normalización de la violencia, otro es la desintegración familiar o de valores, y
un último punto que considero fuerte es el hecho de que muchos no tienen la
chance de estudiar o de trabajar ante la falta de estudio. Cosas que los carteles
pueden ofrecer de una u otra manera. Creo que los jóvenes son víctimas de la
violencia, y después, la juventud ejerce la violencia contra otros jóvenes.
No estoy de acuerdo en que haya tantos jóvenes en pandillas o carteles, pero
evidentemente es un escape que, por las facilidades, se puede tomar y lo
comprendo en su totalidad, además de que no puedo hacer mucho
actualmente para cambiar este problema social.
Bibliografía
Clemente, M. y Espinosa, P. (2001). La mente criminal teorías explicativas del delito
desde la psicología jurídica. Madrid: Editorial dykinson.