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Universidad Católica De Honduras

Nuestra Señora Reina De La Paz

Campus Sagrado Corazon De Jesus

Materia:
Sacramentos I

Alumnos:
Lesly Xiomara Hernández Bonilla
Norma aracely Hernández Pérez
Milgian Eliuth Mejía Obando
Carlos Ortiz Valdez

Catedrático:
Prof. José Hidalgo

Tema:
EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS
EL BAUTISMO DE LOS NIÑOS,
Y LOS NIÑOS MUERTOS SIN BAUTISMO
Introducción

El tema del destino eterno de los niños que mueren sin haber recibido el bautismo. a sido afrontado
por padres de la iglesia teólogos concilios de todos los tiempos se a tratado con mucha sensatez por
que sobre este punto no hay ninguna definición dogmática. teniendo en cuenta el principio de la
jerarquía de las verdades, en el contexto del designio salvador universal de Dios, de la unicidad y el
carácter insuperable de la mediación de cristo, de la sacramentalidad de la iglesia. En orden a la
salvación y la realidad del pecado original. en la posibilidad de salvación para estos niños. la iglesia
es consiente de que esta salvación se puede alcanzar únicamente en cristo. por medio del espíritu,
pero no puede renunciar a reflexionar en cuanto a madre y maestra, y enseñar acerca del destino de
todos los seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios. y de manera particular, de los
débiles y de aquellos que todavía no tienen uso de razón y de la libertad.

Desarrollo del Tema

Los niños plantean a la teología bautismal dos casos que deben esclarecerse a la luz de las premisas
desarrolladas hasta ahora: el bautismo de los niños, corolario de la cuestión del sujeto, y los niños;
muertos sin bautismo, corolario de la necesidad universal del bautismo. Uno y otro problema han
experimentado en nuestra época una efervescencia singular.

La cuestión del bautismo de los niños exige un análisis bíblico, histórico, teológico y pastoral.

l. Análisis bíblico.
El Nuevo Testamento no ofrece ningún texto claro que permita afirmar la práctica del bautismo de
los niños, y menos aún que inculque la obligación del mismo.

Todo lo más, es posible reunir algunos indicios convergentes, como la afirmación de que Pablo
bautiza a Estéfanas «y a toda su casa» Lo mismo sucede con lo que se dice de Lidia «y de los
suyos», del carcelero de Filipos y «de todos los suyos», así como de Crispo. Es posible que hubiese
habido niños entre los bautizados, pero no se dice explícitamente.

2. Análisis histórico
Las indicaciones se precisan desde el siglo u. En el año 155 ó 156, Policarpo dice, en el momento
de su martirio, que él sirve a Cristo desde hace ochenta y seis años, lo cual deja suponer que fue
bautizado durante su infancia.

«En efecto, Jesús vino a salvar por sí mismo a todos los hombres; a todos aquellos, digo yo, que
por él han renacido en Dios: niños de pecho (infantes), chiquillos, jóvenes y personas de edad.» Es
difícil no ver aquí una alusión al bautismo.

En el siglo III, los textos son tan claros y tan numerosos en Alejandría, en Cartago y en Roma, que
el bautismo de los niños ya no ofrece ninguna duda, Cipriano y Orígenes son los más explícitos a
este respecto. Orígenes afirma incluso que la institución es de origen apostólico. Cipriano critica a
quienes, so pretexto de imitar la circuncisión judía, esperan al octavo día para bautizar ".
Las inscripciones funerarias del siglo III y tal vez del II, aportan una confirmación suplementaria.
La Tradición Apostólica'", que atestigua el bautismo de los niños, ofrece una precisión respecto a la
edad: «Si pueden responder por sí mismos, que respondan; si no pueden, que sus padres o alguien
de su familia responda por ellos.» En este último caso, se trata de niños pequeños.

Sacramento del bautizo en los niños.


El Santo bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de vida en el Espíritu y la
puerta que abre el acceso a otros sacramentos. Es un acto hecho en obediencia a Dios y que sirve
como señal de limpieza de pecados por el bautismo somos liberados del pecado y regenerados como
hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la iglesia y hechos
participes de su misión.

Tanto en oriente como en occidente, la práctica de bautizar a los niños es considerada como una
norma de tradicional inmemorial.
Orígenes, Y más tarde San Agustín, ven en ella una tradición recibida de los apóstoles, que tiene
como origen en la Iglesia Católica Romana, un estudio del tema y de la historia defiende el
bautismo de los niños en las costumbres de la iglesia primitiva, Por ejemplo Policarpo un discípulo
del apóstol Juan (69-165) quien nació en la era apostólica fue bautizado siendo un bebé.

San Irineo en particular considera obvia la presencia entre los bautizados de niños pequeños, de
infantes al lado de adolescentes, de jóvenes de personas adultas y es
el más antiguo ritual conocido que se describe al principio del siglo III La tradición apostólica, que
contiene la prescripción siguiente se bautizará en primer lugar a los niños, todos los que puedan
hablar solos, que hablen; por los que no pueden hacerlo, que hablen sus padres o alguno de su
familia.

San Cipriano, en un sínodo de obispos africanos, afirmaba que no se puede negar la misericordia y
la gracia de Dios, a ningún hombre que viene a la existencia, y en el mismo sínodo invoco la
igualdad espiritual de todos los hombres que cualquier estatura y edad, decreto que se podían
bautizar los niños a partir de él segundo o tercer día del nacimiento.

También, para los padres y doctores de la iglesia del siglo IV el bautismo de los niños conoció una
gran regresión aquí, San Basilio, San Gregorio Niceno, Ambrosio y Agustín, qué bautizados en edad
adulta, insistían que no retrasarán el bautismo, ya que es necesario para la salvación y que era el
mejor administrarlo desde Niños.

Los textos del magisterio ahora trataban sobre todo de evitar errores, estar lejos de agotar la riqueza
de la doctrina sobre el bautismo, tal cómo se expresa en el Nuevo Testamento, en la catequesis de
los padres y en la enseñanza de los doctores de la iglesia; el bautismo es manifestación del amor y
gratitud del Padre, participación en el misterio Pascual del Hijo, comunicación de una nueva vida en
el Espíritu, el bautismo hace entrar a los hombres en la herencia de Dios y los agrega al cuerpo de
Cristo que es la iglesia.

Además el niño no es un ser aislado; se sitúa en el interior de una comunidad, es esencialmente un


ser social, desde su nacimiento: Nace en una familia, que por el Sacramento del matrimonio no
solamente está integrada en el pueblo de Dios sino que recibe una misión de la iglesia, para el
servicio de la iglesia en el mundo, incorporado al pueblo de Dios, el hogar cristiano le prepara
nuevos miembros.

Para los padres, como para la iglesia, el niño tiene desde su nacimiento su lugar señalado en la obra
de la salvación, pertenece a la humanidad que Cristo ha llevado al Calvario para hacerla nacer a la
vida de Dios.
El bautismo ratifica esta gracia ya realizada: Bautizar a un niño, para la iglesia y para los padres
cristianos, es en primer lugar confesar está verdad fundamental, que no es ante la respuesta, sino
gracia, descubrimiento y participación de una misma fe.
Bautismo y Fe están ligadas, pero la Fe sigue y propone la gracia de filiación que es dada: El
camino que conduce a la fe adulta es largo, porque la andadura no depende únicamente del
desarrollo del espíritu sino de la conversión del corazón: La fe vivida Y compartida de los padres
debe facilitar este despertar y sostener la andadura, qué es obra de larga duración pero que no puede
ser aplazada.

En realidad, el niño es persona, mucho antes de que sea capaz de manifestarlo mediante actos
conscientes y libres, y como tal, puede ya llegar a ser por el Sacramento del bautismo hijo de Dios y
coheredero con Cristo.
Su consecuencia y su libertad podrán después, despertar, y disponer de las energías infundidas en su
alma por la gracia bautismal.

Caso particular derivado de premisas más generales, la salvación de los niños muertos sin bautismo
sigue siendo una de las cuestiones más escuras, en virtud de las incógnitas que la componen y de las
sobre valoraciones de que ha sido objeto. Conviene para mayor calidad, ofrecer un resumen
histórico del problema teológico, antes de sacar prudentemente unas conclusiones.
El tema del destino de los niños que mueren sin haber recibido el Bautismo ha sido afrontado
teniendo en cuenta el principio de la jerarquía de las verdades, en el contexto del designio salvador
universal de Dios, de la unicidad y el carácter insuperable de la mediación de Cristo, de la sacra
mentalidad de la Iglesia en orden a la salvación y de la realidad del pecado original. En la situación
actual de relativismo cultural y de pluralismo religioso, el número de niños no bautizados aumenta
de manera considerable. En esta situación se hace más urgente la reflexión sobre la posibilidad de
salvación para estos niños. La Iglesia es consciente de que esta salvación se puede alcanzar
únicamente en Cristo por medio del Espíritu. Pero no puede renunciar a reflexionar, en cuanto
madre y maestra, acerca del destino de todos los seres humanos creados a imagen de Dios y, de
manera particular, de los más débiles y de aquellos que todavía no tienen el uso de la razón y de la
libertad.
Es sabido que la enseñanza tradicional recurría a la teoría del limbo, entendido como un estado en el
que las almas de los niños que mueren sin bautismo no merecen el premio de la visión beatífica, a
causa del pecado original, pero no sufren ningún castigo, ya que no han cometido pecados
personales. Esta teoría, elaborada por los teólogos a partir de la Edad Media, nunca ha entrado en
las definiciones dogmáticas del Magisterio, aunque el mismo Magisterio la ha mencionado en su
enseñanza hasta el concilio Vaticano II. Sigue siendo por tanto una hipótesis teológica posible. No
obstante, en el Catecismo de la Iglesia Católica (1992) la teoría del limbo no se menciona; se enseña
por el contrario que, en cuanto a los niños muertos sin el bautismo, la Iglesia no puede más que
confiarlos a la misericordia de Dios, como se hace precisamente en el ritual de las exequias previsto
específicamente para ellos. El principio según el cual Dios quiere la salvación de todos los seres
humanos permite esperar que haya una vía de salvación para los niños muertos sin bautismo
(cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1261). Esta afirmación invita a la reflexión teológica a
encontrar una conexión lógica y coherente entre diversos enunciados de la fe católica: la voluntad
salvífica universal de Dios / la unicidad de la mediación de Cristo / la necesidad del bautismo para
la salvación / la acción universal de la gracia en relación con los sacramentos / la ligazón entre
pecado original y privación de la visión beatífica / la creación del ser humano en Cristo.

Dato De La Escritura:

Un primer texto lo proporciona la primera epístola a los corintios (7, 14) donde San Pablo trata de
los niños nacidos de un matrimonio mixto (pagano con cristiana o viceversa). El apóstol aplica aquí
el principio de que si la raíz es santa, las ramas lo son también. De la santidad de los hijos nacidos
de un conyugue cristiano, incorporado como él y por el cuerpo de cristo, santidad reconocida como
evidente, deduce la santificación del cónyuge no cristiano.
Pues el marido pagano queda santificado por su mujer; y la mujer pagana, por el marido creyente;
de otra manera, vuestros hijos serian impuros, cuando en realidad son santos.
Este texto parece afirmar la integración, de derecho, en el pueblo de Dios, de los hijos nacidos
siquiera de un cónyuge creyente, sin que haga mención del bautismo. Esta exegesis, admitida por
muchos exegetas modernos, es la de numerosos padres latinos y griegos, particularmente de
aquellos que se han aplicado al sentido literal, como Jerónimo y la escuela de Antioquia.
Ya se ha hecho mención de otro texto de la misma carta (15, 2), más oscuro aun, que relata la
costumbre de recibir el bautismo en provecho de los muertos, pero parece que esos muertos son
cristianos. Más tarde, el III concilio de Cartago (397) prohíbe administrar el bautismo a los muertos.
Hijos de padres cristianos no estuvieran santificados por la fe de los padres, la situación de la nueva
alianza, en vez de universalizar la salvación, sería más restrictiva que el antiguo testamento, en el
que los hijos eran integrados en el pueblo de Dios por la fe de los padres. Finalmente, en contra del
argumento a fotiori de la epístola de los romanos (ROM 5,20), la caída del primer hombre sería más
universal que la salvación del nuevo Adán, y el paralelismo operaria en favor de la economía del
pecado, y no de la gracia.

Historia De La Cuestion

La cuestión suscitada por la controversia pelagiana. Los pelagianos, que negaban la caída original,
basaban el bautismo de los niños, no en la desaparición del pecado original, sino en el de la
felicidad de Dios. En cuanto a los niños muertos sin bautismo, distinguen un estadio intermedio
entre el reino de Dios, cuyas puertas abre el bautismo, y la vida eterna, a la que esos niños pueden
aspirar.
Agustín, antes de la controversia pelagiana se inclinaba también por un estado intermedio. Frente a
los pelagianos, cambia de opinión, rechazaba toda forma intermedia y condena a los niños muertos
sin bautismo al fuego eterno del infierno.
Una parte de la enseñanza agustiniana se ve confirmada por el concilio de Cartago del año 418,
aprobado por el papa Zósimo, quien condena, con pena de anatema, la afirmación de un lugar
intermedio entre el cielo y el infierno. El que no está a la derecha, estará inevitable a la izquierda.
Este canon incomodo, cuya autenticidad esta fuera de duda, parece al mismo tiempo, por
anticipación, destruir la teoría de los limbos.

El Limbo

El limbo se refiere a un estado o lugar temporal de las almas la palabra limbo viene del latín limbus
que significa la orla del vestido su reborde O límite Final. El tema del limbo de los niños tiene una
gran importancia enorme La doctrina de el limbo ha sido elaborada, durante siglos a partir de una
serie de verdades fundamentales de la fe católica pero con conclusiones que no parecían suficiente
claras no es ni nunca fue un dogma de la iglesia

Historia De La Cuestión

Durante siglos ,la Iglesia Católica de rito latino a reflexionado sobre esta verdades con la ayuda de
las ideas de algunos santos y padres de la iglesia San Agustín, En su polémica con pelagianos que
negaban la existencia del pecado original creían que iban también a un lugar intermedio entre cielo
y el infierno pero los pelagianos , al negar la existencia del pecado original decían que estos
niños no necesitaba el bautismo Y que iban a un lugar intermedio o vida eterna lo cierto es que San
Agustín arremetió Contra Pelagio por negar la necesidad del bautismo para ser liberados del
pecado original, Y cambio suposición, afirmando en diferentes textos que estos niños Iván al
infierno, donde padecerían penas suavísimas ; muchos otros teólogos hablaron también del destino
eterno de estos niños
Santo Tomás pensó que estos niños inocentes no podían ir al cielo pero tampoco podrían padecer
ninguna clase de penas en el infierno por muy leves que fueran a si hablo de limbo eterno donde
estas niños serían felices con una felicidad puramente natural por toda la eternidad San Gregorio
nacianceno dice sobre los niños que mueren sin bautismo que sus almas no serán recompensada ni
castigadas dando a entender que en su opinión irán a un Lugar intermedio entre cielo Y el infierno
hasta mediados del siglo XX prevaleció en los teólogos la opinión común de el limbo de los niños
en el concilio Vaticano Segundo no se quiso tratar este tema ni tampoco en el nuevo catecismo de la
iglesia pero después del concilio se multiplicaron las opiniones a favor de la salvación de estos
niños. algunos teólogos aceptaban su salvación incluso antes del concilio reconocen ciertamente
que Dios ama a estos niños mucho más que nosotros a partir de 1971 en el nuevo ritual de exequias
se mencionan las misas por los niños muertos sin bautismo lo que quiere decir que les puede
aprovechar para su salvación(1283) en cuanto a los niños muertos sin bautismo la liturgia de la
iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina Y a orar por su salvación. (cat 1261) en
cuanto a los niños muertos sin bautismo la iglesia sólo puede confiarnos a la misericordia de Dios
por ellos en efecto la gran misericordia de Dios que quiere que todos los hombres se salven Y la
ternura de Jesús con las niños nos permite confiar en que haya un camino de salvación para los
niños que mueren sin bautismo.

En la encíclica redentor hominis nos dice mediante la encarnación Como el hijo de Dios se ha unido
en cierto modo a todo hombre.. se trata de cada hombre por qué cada uno ha sido comprendido en el
misterio de la redención Y con cada uno se ha unido cristo para siempre, por medio de este
ministerio. El hombre tal como ha sido querido por Dios tal como el lo ha elegido eternamente Y
has sido el llamado Y destinado a la gracia Y ya la gloria tal es precisamente cada hombre, es el
hombre en toda la plenitud del misterio del que sea hecho participe en Jesucristo en su plan de
salvación indisoluble. con Cristo redentor ya que la creación tubo una finalidad cristo céntrico Y
nadie puede estar fuera del plan de salvación ve Jesucristo.
El niño aun sin bautizar, a pesar del pecado original es ya objeto de la infinita misericordia de Dios,
Dios lo ve unido a su hijo unigénito.

 recordemos que la gracia de salvación es para todos sin distinción.


 cristo ha muerto por todos los hombres, de toda poca y lugar
 Dios ofrece la salvación en todo momento Y circunstancia
 los bebés que sufren se unen a los padecimientos de Cristo en la Cruz Y así se hace uno con
el en el reino

Acción Pastoral

La iglesia debe responder a la misión dada por Cristo a los apóstoles, después de la resurrección, y
descrita en el Evangelio según San Mateo de forma particular y solemne “Me ha sido dado, todo el
poder en el cielo y en la tierra, Id pues, enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. La transmisión de la fe y la administración del bautismo,
estrechamente ligados en el mandato del Señor, forman parte integrante de la misión de la iglesia y
no puede dejar de ser universal.

Así es como, la iglesia lo ha entendido desde los primeros tiempos y no solamente respecto a los
adultos, leyendo las palabras de Jesús a Nicodemo, la iglesia ha comprendido siempre que los niños
no deben ser privado del bautismo.
Tales palabras tienen en efecto una forma tan general y absoluta que los padres han recogido, para
establecer la necesidad del bautismo, y el magisterio las ha aplicado expresamente al caso de los
niños.
Para ellos también este Sacramento es la entrada en el pueblo de Dios y la puerta de la salvación
personal renaciendo del Agua y del Espíritu.

es importante como agentes de pastoral la importancia del tema y necesaria. sensibilización y


percepción. por parte de nosotros los laicos catequistas resulta fundamental la formación
precisa brindada a los catequizando desde el ámbito teológico brindar apoyo y el consuelo para
que puedan entender el destino de los niños. en la esperanza que la iglesia es portadora que hay una
esperanza para los niños que mueren sin el bautizo de una forma menos dolorosa.

Conclusión

Siendo el bautismo, necesario para la salvación, el signo y el instrumento del amor proveniente de
Dios que nos libra del pecado original y comunica la participación en la vida Divina, el don de estos
bienes, no debería aplazarse en ningún momento o etapa de vida del ser humano.

Es misión de los padres ejercer este sacramento, si es posible durante los 40 días después de nacido
el niño (a) para as, fundamentarlo en la vida de la iniciación cristiana.

Para cerrar diré que creo que los Cristianos Evangélicos no deberían estar separados sobre este
asunto ya que estamos de acuerdo que el bautismo en agua “No salva” y es solo un acto simbólico
de haber sido purificados de pecado e inmundicia y de pertenencia al cuerpo “visible” de Cristo que
es la iglesia (1 Cor.7;14); Y eso no afecta si un niño de un mes, uno, dos, once o doce años o si es
un adulto quien lo recibe. Sigue en pie el requerimiento que cada uno sea regenerado y “bautizado
por el Espíritu Santo” y siendo así unido al cuerpo místico de Cristo para plena seguridad de la
esperanza.

Como resultado en cuanto a los niños muertos sin bautizo, esto escapa nuestro entendimiento esto
no es una razón para negar su salvación cristo en su existencia por nosotros Y en el poder redentor
de su sacrificio ha muerto y resucitado por todos.
Con toda su vida Y su enseñanza ha revelado la paternidad de Dios Y su amor universal. La iglesia
habla frecuentemente de la posibilidad de la salvación de estos niños debemos creer en el espíritu
Santo Y en la misericordia divina de Dios.

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