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RITUAL DEL

BAUTISMO
DE NIÑOS
2 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

ORIEN TACIO N ES D O CTRINA LES Y PASTORALES

IN T R O D U C C IÓ N

Los sacramentos de la iniciación cristiana


1. Por los sacramentos de la iniciación cristiana, los hombres, «libres del
poder de las tinieblas, muertos, sepultados y resucitados con Cristo, reciben el
Espíritu de los hijos de adopción y celebran con todo el pueblo de Dios el
memorial de la muerte y resurrección del Señor»1.

2. En efecto, incorporados a Cristo por el Bautismo, constituyen el pueblo de


Dios, reciben el perdón de todos sus pecados y pasan de la condición humana en
que nacen como hijos del primer Adán al estado de los hijos adoptivos2,
convertidos en nueva criatura por el agua y el Espíritu Santo. Por esto se llaman y
son hijos de Dios3.
Marcados luego en la Confirmación por el don del Espíritu, son más
perfectamente configurados al Señor y llenos del Espíritu Santo, a fin de que,
dando testimonio de él ante el mundo, cooperen «a la expansión y dilatación del
Cuerpo de Cristo para llevarlo cuanto antes a su plenitud»4.
Finalmente, participando en la asamblea eucarística, comen la carne del
Hijo del hombre y beben su sangre, a fin de recibir la vida eterna5 y expresar la
unidad del pueblo de Dios; y, ofreciéndose a sí mismo con Cristo, contribuyen al
sacrificio universal, en el cual se ofrece a Dios, a través del Sumo Sacerdote, toda
la ciudad redimida6; y piden que, por una efusión más plena del Espíritu Santo,
«llegue todo el género humano a la unidad de la familia de Dios»7.
Por tanto, los tres sacramentos de la iniciación cristiana se ordenan entre sí
para llevar a su pleno desarrollo a los fieles, que «ejercen la misión de todo el
pueblo cristiano en la Iglesia y en el mundo»8.
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I. DIGN IDAD D EL BAUTISMO

El Bautismo, sacramento de la fe
3. El Bautismo, puerta de la vida y del reino, es el primer sacramento de la
nueva ley, que Cristo propuso a todos para que tuvieran la vida eterna9 y que
después confió a su Iglesia juntamente con su Evangelio, cuando mandó a los
Apóstoles: «íd y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo»10. Por ello el Bautismo es, en primer
lugar, el sacramento de la fe con que los hombres, iluminados por la gracia del
Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo. Así, pues, no hay nada que la
Iglesia estime tanto ni hay tarea que ella considere tan suya como reavivar en los
catecúmenos o en los padres y padrinos de los niños que se van a bautizar una fe
activa, por la cual, uniéndose a Cristo, entren en el pacto de la nueva alianza o la
ratifiquen. A esto se ordenan, en definitiva, tanto el catecumenado y la
preparación de padres y padrinos como la celebración de la Palabra de Dios y la
profesión de fe en el rito bautismal.

El Bautismo, incorporación a la Iglesia


4. El Bautismo, es además, el sacramento por el que los hombres son
incorporados a la Iglesia, «integrándose en su construcción para ser morada de
Dios, por el Espíritu»11, «raza elegida, sacerdocio real»12; es también vínculo
sacramental de la unidad que existe entre todos los que son marcados con él13.
Este efecto indeleble, expresado por la liturgia latina en la misma celebración con
la crismación de los bautizados en presencia del pueblo de Dios, hace que el rito
del Bautismo merezca el sumo respeto de todos los cristianos y no esté permitida
su repetición cuando se ha celebrado válidamente, aun por hermanos separados.

El Bautismo, nacimiento a la vida de Dios


5. El Bautismo, baño del agua en la palabra de vida14, hace a los hombres
partícipes de la naturaleza divina15 e hijos de Dios16. En efecto, el Bautismo,
como lo proclaman las oraciones de bendición del agua, es un «baño de
regeneración»17 por el que nacen hijos de Dios de lo alto. La invocación de la
Santísima Trinidad sobre los bautizandos hace que los que son marcados con su
nombre le sean consagrados y entren en la comunión con el Padre, y el Hijo, y el
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Espíritu Santo. Las lecturas bíblicas, la oración de los fieles y la triple profesión de
fe están encaminadas a preparar este momento culminante.

El Bautismo, participación en el misterio pascual


6. Estos efectos, muy superiores a las purificaciones de la antigua ley, los
realiza el Bautismo por la fuerza del misterio de la Pasión y Resurrección del
Señor. Los bautizados, que «han unido su existencia con la de Cristo en una
muerte como la suya y han sido sepultados con él en la muerte»18, «son también
juntamente con él vivificados y resucitados»19. El Bautismo, en efecto,
conmemora y actualiza el misterio pascual, haciendo pasar a los hombres de la
muerte del pecado a la vida. Por tanto, en su celebración debe brillar la alegría de
la resurrección, principalmente cuando tiene lugar en la Vigilia pascual o en
domingo.

II. IM PORTANCIA D EL BAUTISM O D E LOS N IÑ O S

7. Por “párvulos” o “niños” se entiende aquellos que, por no haber llegado


todavía a la edad de la discreción, no pueden tener ni expresar una fe personal.

8. La Iglesia, que recibió la misión de evangelizar y de bautizar, bautizó ya


desde los primeros siglos, no solamente a los adultos, sino también a los niños. En
aquellas palabras del Señor: «El que no nazca de agua y de Espíritu, no puede
entrar en el reino de Dios»20, siempre entendió la Iglesia que no había de privar
del Bautismo a los niños, porque consideró que son bautizados en la fe de la
misma Iglesia, proclamada por los padres, padrinos y demás presentes. Ellos
representan tanto a la Iglesia local como a la comunidad universal de los santos y
de los fieles; es decir, «a la Madre Iglesia», que «toda ella, en la totalidad de sus
miembros, engendra a todos y a cada uno»21.

9. Ahora bien, para completar la verdad del sacramento conviene que los
niños sean educados después en la fe en que han sido bautizados. El mismo
sacramento recibido será el fundamento y la fuente de esta educación. Porque la
educación en la fe, que en justicia se les debe a los niños, tiende a llevarles
gradualmente a comprender y asimilar el plan de Dios en Cristo, para que
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finalmente ellos mismos puedan libremente ratificar la fe en que han sido


bautizados.

III. FU N CIO N ES Y M INISTERIOS

10. La celebración del Bautismo es el momento culminante de toda una acción


pastoral prolongada y compleja, que supone la colaboración de muchos
responsables y se desarrolla en varias etapas sucesivas.

El pueblo de Dios
11. La preparación al Bautismo y la formación cristiana es tarea que incumbe
muy seriamente al pueblo de Dios, es decir, a la Iglesia, que transmite y alimenta
la fe recibida de los Apóstoles. A través del ministerio de la Iglesia, los adultos son
llamados al Evangelio por el Espíritu Santo, y los niños son bautizados y
educados en la fe de la Iglesia.
Es, pues, muy importante que los catequistas y otros laicos presten su
colaboración a los sacerdotes y a los diáconos ya desde la preparación del
Bautismo. Conviene, además, que, en la celebración del Bautismo, tome parte
activa el pueblo de Dios, representado no solamente por los padrinos, padres y
parientes, sino también, en cuanto sea posible, por sus amigos, familiares y
vecinos, y por algunos miembros de la Iglesia local, para que se manifieste la fe y
se exprese la alegría de todos al acoger en la Iglesia a los recién bautizados.

12. La comunidad cristiana, viva representación de la Iglesia madre, debe


sentirse solidariamente responsable del crecimiento de la Iglesia, considerando
como misión de todos el comunicar por los sacramentos la vida de Cristo a
nuevos miembros y el ayudarles luego a alcanzar la madurez y plenitud de esa
vida.
Este sentido de corresponsabilidad debe mover tanto a los que celebran el
sacramento como a los miembros más activos de nuestras comunidades, sobre
todo a los educadores, ya sean religiosos o seglares.

13. El niño, en efecto, tiene derecho al amor y la solicitud de la comunidad,


tanto antes como después de la celebración del sacramento. Dentro del mismo
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rito, además de lo dicho anteriormente (n. 11), la comunidad ejercita su propio


oficio litúrgico dando su asentimiento, juntamente con el celebrante, después de
la profesión de fe de los padres y padrinos. La fe en que son bautizados los niños
se manifiesta así como un tesoro, no sólo de la familia, sino de toda la Iglesia de
Cristo.

14. Toda la comunidad, reunida para la celebración del Bautismo, cumple un


verdadero oficio litúrgico con sus intervenciones en los momentos señalados en el
rito. Se ha de procurar por todos los medios que todos los asistentes asuman la
responsabilidad que les corresponde en la celebración.

Los padres
15. Por el mismo orden natural, el ministerio y las funciones de los padres en
el Bautismo de los niños está muy por encima del ministerio y funciones de los
padrinos.
a) Es muy importante que antes de la celebración del sacramento los
padres, movidos por su propia fe o ayudados por amigos u otros
miembros de la comunidad, se preparen a una celebración consciente,
recurriendo a medios adecuados, como pueden ser libros, folletos,
circulares y catecismos. Procure el párroco tener contacto con ellos,
personalmente o por otros, incluso reuniendo a varias familias, para
prepararles a la próxima celebración con reflexiones pastorales y
oración en común.
b) Es igualmente importante que los padres del niño asistan a la
celebración en la que su hijo renacerá del agua y del Espíritu Santo.
c) Los padres del niño ejercen un ministerio verdaderamente propio en la
celebración del Bautismo. En efecto, además de escuchar las
moniciones del celebrante y de orar juntamente con la asamblea
desempeñan un verdadero ministerio:
— cuando piden públicamente que sea bautizado el niño;
— cuando lo signan en la frente, después del celebrante;
— cuando hacen la renuncia a Satanás y pronuncian la profesión de
fe;
— cuando llevan el niño a la fuente bautismal (función que
corresponde principalmente a la madre);
— cuando encienden el cirio;
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— cuando reciben la bendición especial, destinada a las madres y a


los padres.
d) Si acaso alguno no pudiera, en conciencia, hacer la profesión de fe -por
ejemplo, por no ser católico-, puede guardar silencio. En este caso, sólo
se le pide que cuando presente su hijo al Bautismo garantice o, por lo
menos, permita que el niño sea educado en la fe bautismal.
e) Después de conferido el Bautismo, los padres, por gratitud a Dios y
por fidelidad a la misión recibida, deben conducir al niño al
conocimiento de Dios, del cual ha sido hecho hijo adoptivo, así como
prepararle a la Confirmación y a la Eucaristía. En esta tarea el párroco
les prestará ayuda con medios adecuados.

Los padrinos
16. Según costumbre antiquísima de la Iglesia, no se admite a un adulto al
Bautismo sin un padrino, tomado de entre los miembros de la comunidad
cristiana. Este padrino le habrá ayudado al menos en la última fase de preparación
al sacramento y, después de bautizado, contribuirá a su perseverancia en la fe y en
la vida cristiana.
En el Bautismo de un niño debe haber también un padrino: representa a la
familia, como extensión espiritual de la misma, y a la Iglesia madre, y, cuando sea
necesario, ayuda a los padres para que el niño llegue a profesar la fe y a expresarla
en su vida.

17. El padrino interviene en la celebración del Bautismo para profesar,


juntamente con los padres, la fe de la Iglesia en la cual es bautizado el niño.

18. Por tanto, es conveniente que el padrino elegido por la familia reúna, a
juicio de los pastores, las cualidades requeridas para que pueda realizar los ritos
que le corresponden, a saber:
a) que tenga la madurez necesaria para cumplir con esta función;
b) que haya recibido los tres sacramentos de la iniciación cristiana:
Bautismo, Confirmación y Eucaristía;
c) que pertenezca a la Iglesia católica y no esté incapacitado, por el
derecho, para el ejercicio de la función de padrino.
Sin embargo, cuando así lo deseen los padres, se puede admitir como
padrino o testigo cristiano del Bautismo a un bautizado que pertenezca a una
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Iglesia o comunidad separada, siempre que lo sea juntamente con un padrino


católico o una madrina católica. En cada caso, se tendrán en cuenta las normas
establecidas en materia ecuménica.

19. Cada niño puede tener padrino y madrina, o solamente padrino o


madrina. La palabra “padrino”, en el ritual, incluye los tres casos.

20. Los padres han de tomar en serio la elección de buenos padrinos para sus
hijos, a fin de que el padrinazgo no se convierta en una institución de puro
tramite y formalismo. No deben dejarse guiar únicamente por razones de
parentesco, amistad o prestigio social, sino por un deseo sincero de asegurar a sus
hijos unos padrinos que, por su edad, proximidad, formación y vida cristianas,
sean capaces de influir, en su día, eficazmente en la educación cristiana de
aquellos.

Los ministros
21. Es ministro ordinario del Bautismo el obispo, el presbítero y el diácono.
Siempre que celebren este sacramento recuerden que actúan como Iglesia, en
nombre de Cristo y por la fuerza del Espíritu Santo. Sean, pues, diligentes en
administrar la Palabra de Dios y en la forma de realizar el sacramento. Eviten
también todo lo que pueda ser interpretado razonablemente por los fieles como
una discriminación de personas22.

22. Por ser los obispos «los principales administradores de los misterios de
Dios, así como también moderadores de toda la vida litúrgica en la Iglesia que les
ha sido confiada»23, corresponde a ellos «regular la administración del Bautismo,
por medio del cual se concede la participación en el sacerdocio real de Cristo»24.
Por tanto, no dejen de celebrar ellos mismos el Bautismo, principalmente en la
Vigilia pascual y en la visita pastoral (cfr. n. 48).

23. Incumbe a los párrocos, valiéndose de la colaboración de catequistas y


otros seglares idóneos, preparar y ayudar con medios pastorales aptos a los padres
y padrinos de los niños que van a ser bautizados, así como conferir el Bautismo a
estos niños.
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24. Los demás presbíteros y diáconos, por ser los colaboradores del obispo y de
los párrocos en su ministerio, preparan al Bautismo y lo confieren también, de
acuerdo con el obispo o el párroco.

25. Pueden ayudar al celebrante otros presbíteros o diáconos, y también los


laicos, en las funciones que les correspondan, tal como se prevé en las respectivas
partes del rito, sobre todo si el número de los bautizandos es muy grande.

26. No habiendo sacerdote ni diácono, en caso de peligro inminente de


muerte, cualquier fiel, y aun cualquier hombre que tenga la intención requerida,
puede, y algunas veces hasta debe, conferir el Bautismo. Pero si no es tan
inmediata la muerte, el sacramento debe ser conferido, en lo posible, por un fiel y
según el rito abreviado que se describe más adelante (nn. 161-168). Es muy
importante que, aún en este caso, esté presente una comunidad reducida o, al
menos, que haya, si es posible, uno o dos testigos.

27. Todos los laicos, como miembros que son de un pueblo sacerdotal,
especialmente los padres y, por razón de su oficio, los catequistas, las comadronas,
las asistentes sociales, las enfermeras, los médicos y los cirujanos, deben tener
interés por conocer bien, cada cual según su capacidad, el modo correcto de
bautizar en caso de urgencia.
Corresponde a los presbíteros, diáconos y catequistas el instruirles.

28. El que preside la celebración del Bautismo no actúa solo como ministro del
sacramento, sino también en función o en nombre del presidente de la
comunidad a la que se agrega un nuevo miembro. Se tendrá esto en cuenta
especialmente cuando por razones de tipo familiar o social ha de presidir un
presbítero o diácono, distinto de los presbíteros o diáconos de la comunidad.

29. No ha de olvidar el presidente que él no es el único ministro en la


celebración. El lector, el cantor y el pueblo también tienen su función propia, que
no debe absorber el que preside.
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30. Aunque de suyo la elección de algunos elementos de la celebración sea


tarea del presidente, éste procurará hacerlo de común acuerdo con los miembros
más interesados de la asamblea.

Coordinación a nivel diocesano y local


31. Por razón de su ministerio, corresponde al obispo y a los sacerdotes en
general, promover, estimular, orientar y coordinar la actividad de todos aquellos
que, de una manera directa o indirecta, intervienen en la pastoral del Bautismo.
Es de sumo interés que en cada diócesis, oídos el Consejo del Presbiterio y
el Consejo Pastoral, se elabore, dentro de una pastoral orgánica, un programa
detallado de acción conjunta, con metas y criterios comunes de actuación, para
concretar y prolongar las orientaciones pastorales que aquí se dan, adaptándolas a
la situación particular de cada diócesis. Una pastoral renovada del Bautismo
exige, además, la creación de nuevas estructuras, instituciones y cursos de
formación a nivel diocesano o interparroquial.
Especialmente interesa que los obispos, a nivel diocesano o de Conferencia
regional, estudien el modo de concretar los puntos siguientes:
a) la conveniencia de una dilación mayor del Bautismo, bien para
preparar a los padres, bien para destacar las tradicionales fiestas
bautismales del calendario litúrgico;
b) dar normas acerca del modo de preparar a las familias a la celebración
del Bautismo;
c) la supresión total de bautismo en las clínicas;
d) estudiar la oportunidad de la supresión del rito del “effeta”;
e) sugerir un repertorio de cantos bautismales.

32. Al promover la pastoral del Bautismo en los territorios a ellos


encomendados, los párrocos procurarán coordinar sus esfuerzos con los de otros
organismos diocesanos que de alguna manera se relacionan con dicha pastoral. Al
mismo tiempo, conscientes de no ser ellos los únicos responsables de esta acción
pastoral en sus parroquias, buscarán la colaboración de todas aquellas
instituciones que tienen algo que ver con esa acción, como son las casas de
religiosos, las clínicas, los centros de enseñanza, los movimientos de espiritualidad
y apostolado familiar, etc.
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IV. REQUISITOS PARA CELEBRAR EL BAUTISMO

33. El agua del Bautismo debe ser agua natural y limpia, para manifestar la
verdad del signo y hasta por razones de higiene.

34. La fuente bautismal o el recipiente en que se prepara el agua cuando, en


algunos casos, se celebra el sacramento en el presbiterio, deben distinguirse por su
limpieza y estética.

35. Según las necesidades locales, provéase a la posibilidad de calentar el agua.

36. A no ser en caso de necesidad, el sacerdote y el diácono no deben bautizar,


sino con agua bendecida a este fin. El agua consagrada en la Vigilia pascual
consérvese, en lo posible, durante todo el tiempo pascual, y empléese para afirmar
con más claridad la conexión de este sacramento con el misterio pascual.
Pero, fuera del tiempo pascual, se bendice el agua en cada una de las
celebraciones; de este modo, las mismas palabras de la bendición del agua
declaran abiertamente el misterio redentor que conmemora y proclama la Iglesia.
Si el bautisterio está construido de manera que se utilice una fuente de
agua viva, se bendecirá la corriente de agua.

37. Tanto el rito de la inmersión -que es más apto para significar la muerte y
resurrección de Cristo- como el rito de la infusión pueden utilizarse con todo
derecho.

38. Las palabras en las cuales se confiere el Bautismo en la Iglesia latina son:
«Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».

39. Dispóngase un lugar adecuado para la celebración de la Liturgia de la


Palabra, bien en el bautisterio, bien en otro lugar del templo.
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40. El bautisterio -es decir, el lugar donde brota el agua de la fuente bautismal
o, simplemente, está colocada permanentemente la pila- debe estar reservado al
sacramento del Bautismo, y ser verdaderamente digno de manera que aparezca
con claridad que allí los cristianos renacen del agua y del Espíritu Santo. Bien sea
que esté situado en alguna capilla dentro o fuera del templo, bien esté colocado
en cualquier parte de la Iglesia a la vista de los fieles, debe estar ordenado de tal
manera que permita la cómoda participación de una asamblea numerosa. Una vez
concluido el tiempo de Pascua, conviene que el cirio pascual se conserve
dignamente en el bautisterio; durante la celebración del Bautismo debe estar
encendido, para que con facilidad se puedan encender en él los cirios de los
bautizados.

41. Aquellos ritos que, en la celebración del Bautismo, se hacen fuera del
bautisterio deben realizarse en los distintos lugares del templo que respondan más
adecuadamente tanto al número de los asistentes como a las distintas partes de la
liturgia bautismal. En cuanto a aquellos ritos que suelen hacerse en el bautisterio,
se pueden elegir también otros lugares más aptos, si la capilla del bautisterio no es
capaz para todos los asistentes.

42. Todos los niños nacidos recientemente serán bautizados, a ser posible en
común en el mismo día. Y, si no es por justa causa, nunca se celebre dos veces el
sacramento en el mismo día y en la misma iglesia.

43. Los párrocos deben anotar, cuidadosamente y sin demora, en el libro de


bautismos los nombres de los bautizados, haciendo mención también del
ministro, de los padres y padrinos, del lugar y del día del Bautismo.

V. TIEM PO Y LUGAR DEL BAUTISMO D E LOS N IÑ O S

Tiempo
44. Por lo que se refiere al tiempo de conferir el Bautismo, es necesario tener
en cuenta, en primer lugar, la salvación del niño, a fin de que no sea privado del
beneficio del sacramento; después, el estado de salud de la madre, para que, en lo
posible, pueda estar presente también ella; finalmente, la necesidad pastoral, o
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sea, el tiempo suficiente de preparar a los padres y de organizar la ceremonia de


tal manera que la índole del rito se manifieste adecuadamente.
En consecuencia:
a) Si un niño se encuentra en peligro de muerte, se le bautizará sin demora,
del modo establecido más adelante (nn. 161-168).
b) En los demás casos, los padres comunicarán lo antes posible al párroco
su intención de bautizar al niño -inclusive, antes de su nacimiento- para
que la celebración del sacramento pueda prepararse adecuadamente.
c) El Bautismo debe celebrarse dentro de las primeras semanas siguientes al
nacimiento del niño. No obstante, el Ordinario del lugar o la
Conferencia regional puede, por razones serias de orden pastoral,
establecer un intervalo de tiempo más largo.
d) Es incumbencia del párroco, teniendo en cuenta las normas vigentes en
cada región, establecer el tiempo en que han de ser bautizados aquellos
niños cuyos padres todavía no estén suficientemente preparados a
profesar la fe ni aceptar la responsabilidad de educar a sus niños en la fe
cristiana.

45. Allí donde haya muchos bautizos, para no multiplicar excesivamente las
celebraciones, y para que la comunidad parroquial pueda estar presente, conviene
fijar un calendario de «días bautismales».

46. Para manifestar la índole pascual del Bautismo se encarece la celebración


del sacramento en la Vigilia pascual o en domingo, día en que la Iglesia
conmemora la Resurrección del Señor. El domingo puede celebrarse el Bautismo
dentro de la Misa, para que sea posible la asistencia de toda la comunidad y se
manifieste más claramente la relación del Bautismo con la Eucaristía. Esto, sin
embargo, no se haga con demasiada frecuencia. Más adelante se proponen
normas para celebrar el Bautismo en la Vigilia pascual (n. 78) o dentro de la Misa
dominical (nn. 79-81).

47. Por ser la Cuaresma un tiempo de preparación al Bautismo de los


catecúmenos y de renovación de la conciencia bautismal de los fieles, parece
oportuno que durante la misma no se celebre dicho sacramento, precisamente
para que la Vigilia pascual y el día de la Resurrección aparezcan como el “día
bautismal” por excelencia.
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48. El carácter “pastoral” de la visita del obispo diocesano a sus comunidades


locales adquiere su pleno significado, destacando esta fecha también como “día
bautismal”, en el que el pastor de la diócesis, concelebrando con sus presbíteros,
agrega nuevos hijos a la Iglesia (n. 22).

Lugar
49. Para que el Bautismo aparezca como el sacramento de la fe de la Iglesia y
de la agregación al pueblo de Dios normalmente debe celebrarse en el templo
parroquial, que debe tener su fuente bautismal.

50. Es competencia del obispo, después de haber escuchado el parecer del


párroco del lugar, permitir o mandar que haya una fuente bautismal también en
otra iglesia u oratorio público dentro del territorio de la misma parroquia. Aun en
este lugar pertenece también, normalmente, al párroco celebrar el Bautismo.

51. En las casas particulares no se celebre el Bautismo, fuera del caso de peligro
de muerte.

52. A no ser que el obispo haya determinado otra cosa (cfr. nn. 31 y 50), en las
clínicas no se celebre el Bautismo salvo en caso de necesidad. Pero cúidese
siempre comunicarlo al párroco y preparar a los padres previamente

53. Mientras se celebra la Liturgia de la Palabra, si los niños dificultan el


recogimiento necesario para la escucha de la Palabra de Dios y si existe un lugar,
es conveniente que los niños sean llevados a dicho lugar aparte. No obstante, hay
que procurar que las madres y madrinas asistan a la Liturgia de la Palabra; por
tanto, encomiéndense los niños a otras mujeres.
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VI. PREPARACIÓN D EL BAUTISM O D E LOS N IÑ O S

A) Preparación remota

Finalidad de esta preparación


54. Para que el pueblo de Dios sea consciente de su misión, tanto en la
celebración del Bautismo como en su preparación y cuidado posterior, es
necesario desarrollar una adecuada y constante catequesis sobre el Bautismo y sus
exigencias, según se explica en los nn. 3 al 6.

Momentos de esta catequesis


55. Como momentos especialmente aptos para esta catequesis, señalados por el
mismo ritmo de la vida cristiana, cabe destacar los siguientes:
a) La Cuaresma, que «prepara a los fieles para que celebren el misterio
pascual sobre todo mediante el recuerdo o la preparación del
Bautismo»25.
b) Los días -especialmente domingos- cuya Liturgia de la Palabra haga
referencia al Bautismo.
c) Siempre que se celebre otro sacramento de la iniciación cristiana.
d) En ocasiones extraordinarias tales como misiones populares, ejercicios
espirituales, cursillos, etc., donde se renueva la conciencia bautismal del
cristiano.
e) El mejor complemento de la catequesis será siempre una buena
celebración del Bautismo, preparada y participada por todos.

Formación prematrimonial
56. En la preparación al matrimonio o en los cursillos prematrimoniales no
puede faltar el tema del Bautismo, porque, al aceptar el sacramento del amor de
Cristo a su Iglesia, los contrayentes asumen la misión maternal de la Iglesia.

B) Preparación próxima de padres y padrinos


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Diálogo prebautismal
57. Para preparar adecuadamente a los padres y padrinos para el cumplimiento
de su misión es necesario que a la celebración del Bautismo preceda el diálogo
con un sacerdote o con otras personas responsabilizadas en la pastoral bautismal.
Este diálogo pretende:
a) hacerles reflexionar sobre las motivaciones de la petición del Bautismo,
ayudándoles a que esta petición sea un verdadero ejercicio de fe;
b) preparar el rito, explicando las intervenciones de los padres y padrinos
y su significado, para que se asegure la veracidad de sus respuestas;
c) en muchos casos, realizar una elemental catequesis del sacramento;
d) en otros, incluso una catequesis general que busca una educación de la
fe y no sólo una mera instrucción sobre la fe;
e) alguna vez, con padres descristianizados, evangelizar en sentido pleno o
sensibilizar para una posterior evangelización.

Cursillos para futuros padres


58. Allí donde el número de nacimientos sea abundante será conveniente
organizar cursillos o conferencias, a nivel parroquial o de zona, para padres que
esperan un hijo.

Petición del Bautismo


59. Como conclusión del diálogo prebautismal, los padres solicitarán el
Bautismo para su hijo o se comprometerán a cumplir las exigencias del mismo.
Esto, si se hace por escrito, es un documento que acredita el derecho del niño a
ser educado en cristiano.

Garantías
60. En el caso de padres descristianizados (nn. 15-d y 44-d), si se retrasa la
fecha del Bautismo será para conceder un tiempo prudencial a su preparación,
evitando que esa dilatación aparezca como castigo o como cerrar las puertas de la
Iglesia a los que de manera ruda o torpemente piden su entrada. Así mismo se ha
de evitar el bautizar sin una garantía suficiente de educación cristiana del niño.
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VII. LA CELEBRACIÓN D EL BAUTISMO DE N IÑ O S

A) Aspecto comunitario de la celebración

61. La naturaleza de este sacramento y la misma estructura del rito exigen una
celebración comunitaria, que no se define solamente por el mayor o menor
número de los bautizados, sino, sobre todo, por la participación activa de la
comunidad local. Una celebración sin comunidad deberá constituir siempre una
excepción.

62. La comunidad parroquial, por tanto, debe estar interesada en los


Bautismos que se celebren en la parroquia, significando con su presencia la Iglesia
madre. Los padres y padrinos, con los familiares y amigos, deben tomar
conciencia de que son parte integrante de esta comunidad. Con más razón habrá
de estar presente y participar la comunidad presbiteral.

63. El lugar de la celebración del Bautismo es aquel donde los padres viven
normalmente su vida cristiana, esto es, la comunidad parroquial. Con esto no se
trata tanto de afirmar un derecho cuanto destacar la índole del Bautismo como
agregación a una comunidad viva. Por esto, fuera del caso de estricta necesidad,
no se celebre ni en las clínicas ni en las casas particulares dr. nn. 51 y 52).

64. El canto enriquece en gran manera la celebración del Bautismo: aviva la


unanimidad de los asistentes, fomenta la oración comunitaria y, finalmente,
expresa la alegría pascual que debe manifestar este rito. Por consiguiente, se
recomienda vivamente su uso. Además de los cantos indicados en el rito, se
podrán emplear otros cantos populares apropiados.

65. Según las exigencias del rito bautismal, adáptense los lugares de la
celebración, teniendo en cuenta la dignidad del sacramento, la dinámica del rito y
el respeto a los valores artísticos del templo.
18 I ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

B) Dinámica del rito

66. El rito del Bautismo consta de cuatro partes, íntimamente ordenadas entre
sí, formando una unidad de celebración con un ritmo progresivo que culmina en
el sacramento propiamente dicho y que es necesario respetar, para que la misma
dinámica de la celebración ayude a los fieles a una fructuosa y activa
participación.

Rito de acogida
67. Comienza el rito por la recepción de los niños. En él se expresa la voluntad
de los padres y padrinos, y la intención de la Iglesia de celebrar el Bautismo: esto
se manifiesta por medio de la signación en la frente de los niños, hecha por los
padres y por el celebrante.

68. La finalidad del rito de acogida es lograr que los fieles reunidos constituyan
una comunidad y se dispongan a oír como conviene la Palabra de Dios y a
celebrar dignamente el sacramento.

El tono cordial, afectuoso y humano con que el celebrante va acogiendo a


los fieles, lo mismo que la ejecución de un canto apropiado, contribuirá a crear
un ambiente de celebración comunitaria y favorecerá la integración de los fieles a
la misma.
Tanto la petición del Bautismo por los padres como la aceptación de las
responsabilidades que lleva anejas deben aparecer como una verdadera profesión
de fe ante la comunidad reunida.

Liturgia de la Palabra
69. La celebración de la Palabra de Dios se ordena a que, antes de realizar el
sacramento, se avive la fe de los padres y padrinos y de todos los presentes, y se
ruegue en la oración común por el fruto del sacramento. Esta celebración consta
de la lectura de uno o varios textos de la Sagrada Escritura; de la homilía,
juntamente con un tiempo de silencio; de la oración de los fieles, que concluye
con una oración en forma de exorcismo, y a su vez introduce la unción con el
óleo de los catecúmenos o la imposición de manos.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 1 9

70. Para que la Liturgia de la Palabra sirva realmente para avivar la fe de los
padres, padrinos y demás asistentes antes de realizar el sacramento, es necesario:
a) que sea cuidadosamente preparada y realizada en todas sus partes -
lecturas, homilía, silencio, oración de los fieles-, atendiendo al nivel
de cultura y de fe de los asistentes;
b) que se elija el lugar más apto que reúna las condiciones necesarias de
acústica y recogimiento; este será ordinariamente el que se utiliza para
la Liturgia de la Palabra en la Misa.

71. De la conveniente elección de las lecturas depende en gran parte el fruto de


esta celebración de la Palabra. La brevedad o el gusto personal del celebrante no
ha de ser el criterio decisivo, sino el interés pastoral de la comunidad.

72. La homilía, como parte integrante del rito, dentro de su brevedad, tiende a
explicar las lecturas y a llevar a los presentes a un conocimiento más profundo del
Bautismo y a la aceptación de las responsabilidades que nacen del mismo, sobre
todo para los padres y padrinos26.

Celebración del sacramento


73. La celebración del Bautismo comprende:
a) Una preparación próxima, que consiste:
— en una oración solemne del celebrante, que, recordando la historia
de la salvación e invocando a Dios, bendice el agua del Bautismo o
recuerda su bendición;
— en la renuncia de los padres y padrinos a Satanás, y en la profesión
de fe, a la cual se añade el asentimiento del celebrante y de la
comunidad; y en la última interrogación a los padres y padrinos.
b) El rito de la ablución con el agua, que puede hacerse por inmersión o
por infusión, invocando a la Santísima Trinidad.
c) Finalmente, los ritos complementarios: como la crismación, por la que
se significan el sacerdocio real del bautizado y su agregación al pueblo
de Dios, la vestidura blanca, el cirio encendido y el “effeta” propuesto
ad libitum.
2 0 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

74. Se ha de procurar que la celebración del sacramento aparezca como la parte


culminante del rito, a la cual están ordenadas todas las demás. Mantener la
participación activa de todos debe ser el criterio principal a la hora de determinar
el lugar de la celebración.

75. Hay que hacer caer en la cuenta que las renuncias y la profesión de fe de
padres y padrinos, y el asentimiento de la comunidad, son una actualización de su
propio Bautismo y expresan la fe de la Iglesia, en la cual es bautizado el niño. La
utilización de otros formularios más explícitos, que figuran en el apéndice, puede
contribuir a evitar que la renuncia sea un acto rutinario.

76. Se recomienda, por razón de su significado, que el “vestido blanco” sea un


auténtico vestido, y que sea traído por la propia familia del bautizando. Tanto el
vestido como el cirio, pueden servir más adelante, sobre todo en ocasiones
especiales, para recordar el Bautismo recibido.

Ritos conclusivos
77. Después de una monición del celebrante, para prefigurar la futura
participación en la Eucaristía, se dice ante el altar la oración dominical, en la cual
los hijos de Dios se dirigen al Padre que está en los cielos. Finalmente, para que la
gracia de Dios descienda sobre todos, se bendice a las madres, a los padres y a
todos los asistentes.

C) Celebración en la Vigilia pascual

78. Cuando el Bautismo de los niños se celebra dentro de la Vigilia pascual,


ordénese el rito de la siguiente manera:
a) Antes de la Vigilia pascual, en tiempo y lugar convenientes se celebra el
rito de la recepción de los niños; al final, omitiendo, si se cree oportuno,
la Liturgia de la Palabra, se hace la oración del exorcismo y la unción
con el óleo de los catecúmenos.
b) La celebración del sacramento propiamente dicho tiene lugar después de
la bendición del agua, tal como se indica en el rito mismo de la Vigilia
pascual.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 2 1

c) Se omite el asentimiento del celebrante y de la comunidad (n. 127), la


entrega del cirio encendido (n. 131) y el rito del “effeta” (n. 132).
d) Se omiten los ritos conclusivos (nn. 133-135).

D) Celebración dentro de la Misa

79. Cuando el Bautismo se confiere dentro de la Misa dominical, se dice la


Misa del domingo y la celebración se ordena como sigue:

a) El rito de la recepción de los niños (nn. 109-114) se hace al principio


de la Misa; se omiten, por tanto, el saludo y el acto penitencial.
b) En la Liturgia de la Palabra:
— las lecturas se toman de la Misa del domingo; sin embargo, cuando
hay razones especiales para ello, se pueden tomar de entre las que se
proponen en el Ritual del Bautismo;
— la homilía debe basarse en el texto sagrado, pero teniendo en
cuenta el Bautismo que se va a celebrar;
— no se recita el Credo, que se sustituye por la profesión de fe que
hará toda la comunidad más adelante, antes del Bautismo;
— la oración universal se toma de entre las que figuran en el Ritual
del Bautismo (nn. 117-118). Pero al final, antes de las invocaciones
de los Santos, se añaden unas peticiones por la Iglesia universal y
por las necesidades del mundo.
c) Prosigue la celebración del Bautismo con la oración del exorcismo, la
unción y demás ritos que se indican en el Ritual (nn. 119-132).
d) Una vez terminada la celebración del Bautismo, continúa la Misa,
como de costumbre, con el ofertorio.
e) Al final de la Misa, para la bendición, el sacerdote puede emplear una
de las fórmulas previstas en el rito del Bautismo (n. 135).

80. Cuando el Bautismo se celebra dentro de la Misa en un día entre semana,


se sigue, en general, el mismo orden que los domingos. Sin embargo, las lecturas
para la Liturgia de la Palabra pueden tomarse de entre las propuestas para el rito
del Bautismo.
2 2 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

81. La celebración del Bautismo dentro de la Misa no es una manera de dar


más solemnidad externa al acto, sino un modo mejor de significar, en medio de la
comunidad reunida, el carácter eclesial del Bautismo y su relación con la
Eucaristía.

E) Ritual breve del Bautismo

82. El ritual breve para bautizar a un niño en peligro de muerte, ausente el


ministro ordinario, presenta dos formas:
a) “In articulo mortis”, o sea, cuando la muerte es inminente y el tiempo
urge, el ministro, omitido todo lo demás; vierte sobre la cabeza del
niño agua, aunque no esté bendecida, siempre que sea natural,
pronunciando la fórmula habitual.
b) Pero si prudentemente se juzga que hay tiempo suficiente,
congréguense algunos fieles y, si hay entre ellos alguno que pueda
dirigir una breve oración, utilícese el siguiente rito: se tiene una
monición del ministro y una breve oración universal, la profesión de fe
de los padres o solamente del padrino, y la infusión del agua con las
palabras acostumbradas. Cuando los presentes sean poco instruidos, el
ministro, después de haber recitado en alta voz el símbolo de la fe,
bautice según el rito indicado para el caso de peligro de muerte
inminente.

83. También el sacerdote y el diácono pueden utilizar, en caso de peligro de


muerte, este rito breve. El párroco u otro sacerdote que tenga potestad
equivalente, si tiene a mano el Santo Crisma y queda tiempo suficiente, no deje
de administrar la Confirmación después del Bautismo, omitiendo en este caso la
crismación posbautismal.

84. En los casos de urgencia, no se atienda únicamente a asegurar la validez del


sacramento, sino que se deben salvar todos los valores pastorales que sea posible,
como se indica en los formularios previstos para estos casos.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 2 3

F) Acomodaciones que competen al ministro

85. Haga uso el ministro, gustosa y oportunamente, de las opciones que le


ofrece el rito, según las circunstancias, necesidades particulares y deseos de los
fieles.

86. Según esto, el ministro puede introducir en el rito algunas acomodaciones


exigidas por las circunstancias. Por ejemplo:
a) Si la madre del niño ha fallecido de parto, esta circunstancia deberá
tenerse en cuenta en la monición inicial (nn. 109 y 136), en la oración
universal (nn. 117-18 y 143-144) y en la bendición final (nn. 135 y 160).
b) En el diálogo con los padres (nn. 1l0-111) hay que fijarse en las respuestas
que dan; si en vez de responder: «El Bautismo», contestan «la gracia de
Cristo», o «la entrada en la Iglesia», o «la vida eterna», el ministro no debe
empezar la frase siguiente por: «El Bautismo que pedís para vuestros
hijos...», sino ajustándose a la respuesta de los padres: «La gracia de
Cristo», etc.
c) El rito para presentar a la Iglesia un niño ya bautizado (nn. 169-183) no
prevé más que el caso de un niño bautizado en peligro de muerte, pero se
puede adaptar también a otras circunstancias; por ejemplo, cuando unos
niños han sido bautizados en tiempos de persecución religiosa o durante
un desacuerdo pasajero entre los padres, etc.

VIII. LA ED U CA CIÓ N D E LA FE D E LOS BAUTIZADOS

A) Principios generales

87. Aunque el don del Bautismo es pleno por parte de Dios, sin embargo, por
parte del hombre requiere respuesta y conversión; esto es: fe personal, cuando el
hombre sea capaz de ello. Lo que en los adultos es requisito previo al Bautismo,
en los niños es exigencia posterior, de tal manera que si esta exigencia no se
cumple, el Bautismo queda, de alguna manera, infructuoso. Lo que al niño le
salvó en promesa no le será suficiente de adulto si no se cumple esa promesa
viviendo la fe de la Iglesia, en la que ha sido bautizado.
2 4 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

88. Porque «quienes fueron incorporados a la Iglesia por el Bautismo recibido


en la infancia están llamados a desarrollar la fe que se les infundió, de modo que
lleguen a ser conscientes de lo que significa haber sido elegidos para asociarse a
Cristo por el sacramento del agua y del Espíritu»27.

89. Desde la más corta edad se debe iniciar la educación cristiana, la cual «no
persigue solamente la madurez de la persona humana, sino que busca, sobre todo,
que los bautizados se hagan conscientes cada día del don de fe recibido, mientras
son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación;
aprendan a adorar a Dios Padre en espíritu y verdad, ante todo en la acción
litúrgica, adaptándose a vivir según el hombre nuevo, en justicia y santidad
verdaderas, y así lleguen al hombre perfecto, a la edad de la plenitud de Cristo y
contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico»28.

90. La maternidad de la Iglesia se ejerce, en el caso de los niños, no solo por


haberlos engendrado hijos de Dios por el Bautismo, sino también por el cuidado,
educación y desarrollo de esa fe que en él recibieron y que, de algún modo, es un
germen o promesa de vida cristiana que ha de crecer hasta alcanzar la talla de la
edad de Cristo. La catequesis tiene como fin hacer crecer la vida de fe por el
conocimiento de la Palabra de Dios. «La fe necesita la enseñanza de la Iglesia para
que pueda nutrirse, crecer y dar fruto»29.

91. La fe es don de Dios y como tal ha sido recibida en el Bautismo; pero para
que ese don no quede estéril requiere respuesta del hombre, y es obra de la
catequesis posterior disponer el corazón para acoger el don del Espíritu y seguir
sus llamadas.

92. La fe también es conocimiento, y por eso la catequesis posterior al


Bautismo ayudará a penetrar cada vez más en el Misterio divino, a la par que el
niño crece, se desarrolla y «va adquiriendo el conocimiento del mundo, de la vida
y del hombre»30.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 2 5

93. La fe, sobre todo, es conversión, que empieza cuando se descubre y se


acepta a Cristo como salvación de Dios, y termina con el encuentro último y
definitivo del Señor. Será obra de una constante y cuidadosa atención al niño
ayudarle a enfrentarse con Dios que le llama, le invita y le responsabiliza. La fe
compromete a todo el hombre; su desarrollo le hace más hombre y no se podrá
lograr una educación integral del mismo omitiendo o relegando a segundo plano
la educación de la fe. Pero nunca hay que confundir educar la fe del niño como
sinónimo de una mera instrucción de un «credo» o de una cultura religiosa; es
ayudarle a dar una respuesta de adhesión libre y consciente a la Palabra de Dios.

B) Los responsables de la educación de la fe

94. «Sobre todos los discípulos de Cristo pesa la obligación de propagar la fe


según su propia condición de vida»31. Pero aunque todos solidariamente son
responsables del crecimiento de la Iglesia, no lo son por igual ante todos los
hombres.
En lo que respecta a los bautizados de niños, lo serán de una manera
directa los responsables de las tres instituciones en las que el niño ha de ser
educado: la Familia, la Parroquia y la Escuela. En la Familia se incluyen los
padres y padrinos; en la Parroquia, los sacerdotes y los catequistas, y en la Escuela,
los maestros.

La familia
95. La Familia es llamada «Iglesia doméstica, y en ella los padres han de ser
para con sus hijos los primeros predicadores de la fe, tanto con su palabra como
con su ejemplo»32. Es en la familia en donde «los cónyuges tienen su propia
vocación para que ellos, entre sí y sus hijos, sean testigos de la fe y del amor de
Cristo»33.

96. A esto se comprometen los padres al pedir el Bautismo para sus hijos: a
«educarlos en la fe, para que guardando los mandamientos amen al Señor y al
prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio» (n. 112). Y esto es lo que
prometen al renovar las promesas de su propio Bautismo: esforzarse «en educarlos
en la fe de tal manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca
en ellos de día en día» (n. 124). Y cuando se les entrega el cirio pascual con la luz
2 6 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

de Cristo, el celebrante les recuerda: «A vosotros, padres y padrinos, se os confía


acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre
como hijos de la luz. Y perseverando en la fe, puedan salir con todos los Santos al
encuentro del Señor» (n. 131). Y, por último, en la bendición de despedida,
reciben gracia especial para ser «los primeros que, de palabra y de obra, den
testimonio de la fe ante sus hijos, en Jesucristo nuestro Señor» (n. 135).

97. «La educación de la fe en el ambiente familiar se realiza, ante todo, por el


testimonio de vida cristiana de los padres. Para la educación de la fe de los niños
nada tiene tanto valor como una vida familiar honrada, sincera, que ama la
justicia, que respeta la opinión ajena y fomenta el diálogo amistoso, que es
iluminada por los criterios evangélicos de pobreza, de amor fraterno, de perdón
cristiano, y que alimenta una fe que se expresa tanto en los momentos difíciles de
la vida como en los días de júbilo, que tiene su ritmo de oración comunitaria,
familiar y litúrgica, y que, en todo momento, mira hacia Jesucristo como luz,
camino, verdad y vida.
La experiencia del amor incondicional con que los niños deben ser amados
por sus padres, y del amor profundo con que éstos se aman entre si, es para los
niños un signo vivo del amor de Dios Padre.
Los padres están, además, llamados, según su capacidad, a dar una
instrucción religiosa, generalmente de carácter ocasional o no sistemático.
Partiendo de la realidad de los acontecimientos de la vida familiar, de las fiestas
del año litúrgico, de la actividad que los niños realizan en el ambiente escolar, en
la parroquia, en las agrupaciones, etc., los padres van descubriendo a los hijos la
presencia del misterio de Cristo Salvador en el mundo»34.

98. De una manera especial han de estar presentes los padres en las etapas
sacramentales que, como hitos, van desarrollando la iniciación a la vida cristiana
que empezó en el Bautismo, como son la Confirmación y la Primera Comunión,
asi como las del desarrollo humano del niño: entrada en la escolaridad, edad de
razón, despertar de la vida, adolescencia, entrada en el mundo de los estudios, etc.
Todo esto reclama una acción pastoral que ilumine la fe de los padres y
que les oriente en el cumplimiento de su misión educadora.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 2 7

La escuela
99. Tanto el documento conciliar sobre la educación cristiana de la juventud
(«Gravissimum educationis momentum») como el de la Comisión Episcopal de
Enseñanza, antes citado, dan valiosas normas sobre los objetivos, los métodos y
los agentes de la educación en la Escuela Católica, que no se repiten, pero han de
tenerse en cuenta en este momento.

La parroquia
100. Porque el bautizado va madurando en la vida de fe en la medida en que se
va incorporando, de una manera consciente, a la vida concreta del pueblo de
Dios, es necesario ayudar a los niños a incorporarse, paso a paso, a formas de vida
comunitaria, y entre éstas ocupa un lugar preeminente la parroquia.

101. Si la finalidad de la escuela es la sistematización vital de todo el contenido


religioso, y la de la familia preferentemente una catequesis ambiental, el acento
catequizador de la parroquia hay que ponerlo más en la vida concreta cristiana,
que se alimenta en los sacramentos, participa en la Liturgia y se manifiesta en una
comunidad dinámica de caridad y apostolado.

102. Le corresponde también a la parroquia una misión de suplencia en el caso


de que las otras instituciones educativas no realicen su misión, y siempre habrá de
ser elemento coordinador de las mismas.

103. La parroquia ha de estar en contacto estrecho y en actitud de servicio con


los padres y con los maestros en todo momento, pero de una manera especial
cuando se ha de realizar la catequesis de la iniciación a la vida, la Primera
Comunión, la Confirmación, la salida de escolaridad, la entrada en el mundo de
los adultos, etc.

IX. ACTUALIZACIÓN DEL BAUTISMO A LO LARGO D E LA VIDA DEL


CRISTIANO

104. Si el Bautismo constituye el fundamento de la vida cristiana, justo es que


sea evocado frecuentemente y que sea actualizado, sobre todo en momentos y
2 8 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES

circunstancias en las que la vida cristiana crece o se afianza o se cualifica con una
vocación particular dentro del pueblo de Dios.

105. Cuando se celebran los otros dos sacramentos que, con el Bautismo,
constituyen la iniciación sacramental a la vida cristiana -es decir, la Confirmación
y la Primera Comunión-, para que aparezca más claramente su íntima relación
conviene que preceda la renovación de las promesas del Bautismo35. El momento
mas oportuno es después de la homilía, igual que se hace en la Vigilia pascual.

106. De una manera especial se ha de renovar el Bautismo en la celebración


anual de la Pascua, precedida por la Cuaresma, como tiempo en el que la Iglesia
prepara el Bautismo de los catecúmenos y recuerda el de todos los fieles.

107. Y siempre que en la Iglesia el cristiano tome una nueva responsabilidad, de


algún modo cualifica su Bautismo o lo actualiza, como ocurre en el caso de los
padres ante el Bautismo de sus hijos, y lo mismo en el matrimonio, la profesión
religiosa o el orden sacerdotal.

108. Por último, hay un nuevo modo de actualizar el Bautismo, que es por
medio de conmemoraciones o celebraciones de la Palabra en circunstancias
especiales: aniversario del Bautismo, ejercicios espirituales, jornadas de estudio,
etc.

NOTAS

1 Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, Adgentes, n. 14.
2 Rom 8, 15; Gal 4, 5; cf. Conc. Trid., Sesión VI, Decreto sobre la justificación, cap., 4; Dez.
296 (1524).
3 Cf. 1 Jn 3, 1.
4 Cf. Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, A d gentes, n. 36.
5 Cf. Io, 6, 55.
6 S. Agustin, D e Cívítate Dei, X, 6: PL., 41, 284; Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre
la Iglesia, Lumen gentium, n. 11; Decreto sobre el ministerio y vida de los
presbíteros, Presbyterorum ordinis, n. 2.
7 Cf. Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 28.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 2 9

8 Cf. ibid., n. 31.


9 Cf. Jn 3, 5.
10 M t 28, 19
11 E f 2, 22.
12 1 P 2,9.
13 Conc. Vat. II, Decreto sobre ecumenismo, Unitatis redintegratio, n. 22.
14 E f 5, 26.
15 2 Pt 1,4.
16 Cf. Rom 8, 15; Gal 4, 5.
17 Cf. T it 3, 5.
18 Rom., 6, 4-5.
19 Cf. E f 2,6.

25 Conc. Vat. II, Constitución sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 109.
26 Cf. Ritual del Bautismo, n. 116.
27 Comisión Episcopal de Enseñanza, La Iglesia y la educación en España hoy, n. 10.
28 Conc. Vat. II, Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, Gravissimum
educationis momentum, n 2.
29 S. Pío X, Enc. Acerbo nimis, n. 13.
30 Conc. Vat. II, Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, Gravissimum

educationis momentum, n. 8.
31 Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 17.

35 Cf. Conc. Vat. II, Constitución sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 71.
CAPÍTULO I
BAUTISM O D E VARIOS N IÑ O S

El Bautismo de los niños se ha de conferir en el domingo, día en que la Iglesia celebra el


Misterio pascual (a no ser que una causa justa lo impida), y en una celebración común para
todos los niños que han nacido recientemente, a la que asistirán los fieles, al menos los
familiares, amigos y vecinos, participando activamente.

El padre y la madre, en unión con los padrinos, deben presentar al niño a la Iglesia para ser
bautizado.

Si son numerosos los que deben ser bautizados y están presentes varios sacerdotes o diáconos,
estos pueden ayudar al celebrante en diferentes ritos, según se indica en su lugar.

RITO D E A CO G ID A

109. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentran los padres y
padrinos con los bautizandos.

El celebrante saluda a los presentes, principalmente a los padres y padrinos, recordándoles el


gozo con que han recibido a este niño como un don de Dios, que es la fuente de toda vida y
que quiere ahora comunicarla.

Lo puede hacer con las siguientes palabras u otras espontáneas:

Hermanos:

Con gozo habéis vivido en el seno de vuestra familia el nacimiento de


un niño. Con gozo venís ahora a la Iglesia a dar gracias a Dios y
celebrar el nuevo y definitivo nacimiento por el Bautismo.

Todos los aquí presentes nos alegramos en este momento, porque se va


a acrecentar el número de los bautizados en Cristo.

Dispongámonos a participar activamente.


RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 1

110. El celebrante, en primer lugar, interroga a los padres de cada niño:

Celebrante:
¿Qué nombre habéis elegido para este niño?

Padres:
N.

Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia para N .?

Padres:
El Bautismo.

El celebrante, en el diálogo, puede usar otras palabras.


La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres de la región,
tiene el derecho de imponer el nombre.

En la segunda respuesta los padres pueden decir también:

La gracia de Cristo, o bien: La entrada en la iglesia, o bien: La vida eterna.

111. Si son muy numerosos los bautizandos, el celebrante pregunta conjuntamente a todos los
padres el nombre de los niños; cada una de las familias responde sucesivamente. A la segunda
pregunta pueden responder todos a la vez.

Celebrante:
¿Qué nombres habéis elegido para estos niños?

Padres:
N ., N.

Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia de Dios para vuestros hijos?
3 2 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Todos:
El Bautismo.

112. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:

Al pedir el Bautismo para vuestros hijos, ¿sabéis que os obligáis a


educarlos en la fe, para que estos niños, guardando los mandamientos
de Dios, amen al Señor y al prójimo, como Cristo nos enseña en el
Evangelio?

Padres:
Sí, lo sabemos.

Esta respuesta debe darla cada familiar por separado. Sin embargo, si son muy numerosos los
bautizandos, pueden responder todos conjuntamente.

113. Dirigiéndose después a los padrinos, les pregunta con estas u otras palabras:

Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres en esa


tarea?

Todos los padrinos al mismo tiempo:


Sí, estamos dispuestos.

114. Prosigue el celebrante diciendo:

N ., N ., la Iglesia cristiana os recibe con gran alegría. Yo, en su nombre,


os signo con la señal de Cristo Salvador.

Y, en silencio, signa a cada niño en la frente.

Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo,
diciendo:

Y vosotros, padres (y padrinos), haced también sobre ellos la señal de la cruz.


RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 3

LITU RGIA D E LA PALABRA

115. El celebrante invita a los padres, padrinos y demás asistentes a participar en la celebración
de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con cantos, v. gr.:
Sal 84,7-8-9, hasta el lugar previsto.

Los niños que van a ser bautizados pueden dejarse en un lugar aparte, hasta que termine la
celebración de la Palabra de Dios, con el fin de poder celebrar con la atención debida esta
liturgia.

Lecturas bíblicas y homilía

116. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad.

Jn 3, 1-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).

M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).

M c 1, 9-11: Jesús fue bautizado por fuan, en el Jordán (n. 200).

M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí." (n. 201).

Pueden también elegirse las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres.

Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.

Después de la lectura el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre 1o
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne especialmente como padres y
padrinos.

Después de la homilía o de la letanía, o durante la misma letanía, es muy conveniente que el


celebrante invite a la asamblea a orar en silencio, y que los fieles oren al Señor en su interior.
Después, si se puede, se entona un canto apropiado.
3 4 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Oración de los fieles

117. Seguidamente se tiene la oración de los fieles.

Celebrante:
H e r m a n o s : o r e m o s a h o r a p o r e sto s n iñ o s q u e v a n a se r b a u tiz a d o s, p o r
su s p a d r e s y p a d r in o s , y p o r to d o el p u e b lo sa n to d e D io s .

Lector:
P ara q u e e sto s n iñ o s, al p a r tic ip a r en el m iste r io de la m u e rte y
r e su r r e c c ió n de C r is t o , a lc a n c e n n u e v a v id a , y p o r el B a u t is m o se
i n c o r p o r e n a s u s a n t a I g le s ia . R o g u e m o s a l S e ñ o r .

Todos:
T e r o g a m o s , ó y e n o s (u otra respuesta habitual).

Lector:
P a r a q u e e l B a u t i s m o y la c o n f i r m a c i ó n lo s h a g a fie le s d i s c í p u l o s s u y o s ,
q u e d e n t e s tim o n io d e l E v a n g e lio e n el m u n d o . R o g u e m o s al S e ñ o r .

Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.

Lector:
P a r a q u e a tr a v é s d e u n a v i d a s a n t a l l e g u e n a l R e i n o d e lo s c ie lo s .
R o g u e m o s al S eñ o r.

Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.

Lector:
P a r a q u e lo s p a d r e s y p a d r i n o s s e a n e j e m p l o d e fe v i v a p a r a e s t o s n i ñ o s .
R o g u e m o s al S eñ o r.

Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 5

Lector:
Para que Dios guarde siempre en su amor a estas familias. Roguemos al
Señor.

Todos:
Te rogamos, óyenos.

Lector:
Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Roguemos
al Señor.

Todos:

Te rogamos, óyenos.
Otras fórmulas ad libitum, en los números 210-214.

118. Después el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos (en este momento, si
hace el caso, se introduce de nuevo a los niños en la iglesia).

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.


San José, esposo de la Virgen, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
Santos apóstoles Pedro y Pablo, rogad por nosotros.

Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos de los niños,
de la iglesia o del lugar.

San N.
San N.

Se termina así:

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.


3 6 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Oración de exorcismo y unción prebautismal

119. Acabadas las invocaciones, el celebrante dice:

Dios todopoderoso y eterno, que has enviado tu Hijo al mundo, para


librarnos del dominio de Satanás, espíritu del mal, y llevarnos así,
arrancados de las tinieblas, al Reino de tu luz admirable; te pedimos
que estos niños, lavados del pecado original, sean templo tuyo, y que el
Espíritu Santo habite en ellos. Por Cristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

Otra fórmula de exorcismo adlibitum, en el número 215.

120. Prosigue el celebrante:

Para que el poder de Cristo Salvador os fortalezca, os ungimos con este


óleo de salvación en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

Se hace la unción con el óleo de los catecúmenos en el pecho. Si los niños son muy numerosos,
las unciones pueden hacerlas varios ministros.

Por razones pastorales (v. gr.: gran número de bautizandos) puede omitirse esta unción. En este
caso se dice solamente:

Os fortalezca el poder de Cristo Salvador, que vive y reina por los siglos
de los siglos.

Todos:
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 7

Amén.

E inmediatamente impone la mano sobre cada uno de los niños, sin decir nada.

LITU RGIA D EL SACRAM ENTO

121. Seguidamente, si el baptisterio está situado fuera de la Iglesia, o alejado de la vista de los
fieles, se va procesionalmente a él.

Si está a la vista de la asamblea, el celebrante, los padres y padrinos con los niños se acercarán a
é1, permaneciendo los demás en su sitio.

Si el baptisterio no es capaz para todos los presentes, se puede celebrar el Bautismo en un lugar
más apto de la Iglesia, acercándose en su momento oportuno los padres y padrinos.

Entre tanto, si puede hacerse dignamente, se canta un canto apropiado, v. gr.: Sal 22.

Bendición e invocación a Dios sobre el agua

122. Cuando hubieren llegado a la fuente bautismal, el celebrante recordará brevemente a los
presentes la admirable providencia de Dios, que ha querido santificar el alma y el cuerpo del
hombre por medio del agua. Lo puede hacer con estas o parecidas palabras:

Oremos, hermanos, al Señor Dios todopoderoso para que conceda a


estos niños la vida nueva Por el agua y el Espíritu Santo.

O bien con éstas:

Sabéis, hermanos, que Dios concede a los creyentes la abundancia de su


vida por el sacramento del agua.

Levantemos hacia él nuestro corazón, para que por el agua de esta


fuente derrame su gracia sobre estos elegidos.
3 8 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

O bien con estas otras:

Comenzamos ahora la plegaria de bendición y de alabanza a Dios por


las grandes obras que él ha realizado por medio del agua en la historia
santa, suplicándole las realice también ahora por el agua de esta fuente
bautismal.

123. Fuera del Tiempo Pascual, el celebrante, vuelto hacia la fuente, dice la siguiente
bendición:

Oh Dios,
que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible,
y de diversos modos te has servido de tu criatura, el agua, para
significar la gracia del Bautismo.

Oh Dios,
cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre las aguas, para
que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.

Oh Dios,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

Oh Dios,
que hiciste pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de
la familia de los bautizados.

Oh Dios,
cuyo Hijo, al ser bautizado en el agua del Jordán, fue ungido por el
Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 9

la sangre; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y


haced discípulos de todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del
Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».

Mira, ahora, a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del


Bautismo: Que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu
Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el
Bautismo, muera al hombre viejo y renazca, como niño, a nueva vida
por el agua y el Espíritu.

El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue:

Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo,


descienda sobre el agua de esta fuente, para que los sepultados con
Cristo en su muerte, por el Bautismo, resuciten con él a la vida. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

Otras fórmulas ad libitum, en los números 216-218.

En el Tiempo Pascual, si se ha consagrado el agua en la vigilia pascual, a fin de que no falten en


el Bautismo la acción de gracias y la súplica, se hace la bendición e invocación de Dios sobre el
agua, según las fórmulas que se encuentran en los números 217-218, teniendo en cuenta las
variantes del texto en el final de las mismas fórmulas.

Renuncias y profesión de fe

124. El celebrante amonesta a los padres y padrinos con estas palabras:

Queridos padres y padrinos:

En el sacramento del Bautismo, estos niños que habéis presentado a la


Iglesia van a recibir, por el agua y el Espíritu Santo, una nueva vida que
brota del amor de Dios.
4 0 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Vosotros, por vuestra parte, debéis esforzaros en educarlos en la fe, de


tal manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca en
ellos de día en día.

Así, pues, si estáis dispuestos a aceptar esta obligación, recordando


vuestro propio Bautismo, renunciad al pecado y confesad vuestra fe en
Cristo Jesús, que es la fe de la Iglesia, en la que van a ser bautizados
vuestros hijos.

125. Después pregunta a los mismos:

Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Y a todas sus obras?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Y a todas sus seducciones?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

O bien les pregunta con esta otra fórmula:

Celebrante:
¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 4 1

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en
vosotros el pecado?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio

Otras fórmulas de renuncia ad libitum, en los números 219-220.

126. Seguidamente el celebrante pide esta triple profesión de fe a los padres y padrinos:

Celebrante:
¿Creéis en Dios, Padre todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

Celebrante:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa
María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha de1 Padre?

Padres y padrinos:
Sí, creo.
4 2 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión
de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

127. A esta profesión de fe asiente el celebrante y la comunidad, diciendo:

Ésta es nuestra fe. Ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de


profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Todos:
Amén.

Oportunamente esta fórmula puede ser sustituida por otra. Se puede cantar también un canto
apropiado, en el que la comunidad expresa su fe.

Bautismo

128. El celebrante invita a la primera familia para que se acerque a la fuente. Después de
conocer el nombre del niño, pregunta a los padres y padrinos:

Celebrante:
¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo N. sea bautizado en la fe de la
Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?

Padres y padrinos:
Sí, queremos.

E inmediatamente el celebrante bautiza al niño diciendo:


RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 4 3

N ., yo te bautizo en el nombre del Padre,


primera inmersión o infusión de agua
y del Hijo,
segunda inmersión o infusión de agua
y del Espíritu Santo.
tercera inmersión o infusión de agua

De modo semejante pregunta y hace con cada uno de los bautizandos.

Después del Bautismo de cada niño, oportunamente puede haber una breve aclamación del
pueblo (cf. nn. 221-222).

Si el Bautismo es por infusión, es de desear que el niño lo lleve la madre o el padre; sin
embargo, puede ser sostenido por la madrina o el padrino, allí donde convenga mantener esta
costumbre.

Si el Bautismo se hace por inmersión, corresponde a las mismas Personas tomar al niño cuando
es sacado del agua.

Si son numerosos los bautizandos y están presentes varios sacerdotes o diáconos, cada uno de
ellos puede bautizar a algunos niños, observando el modo y la fórmula descritos más arriba.

Unción con el Santo Crisma

129. Después el celebrante dice:

Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que os ha


liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo,
os consagre con el Crisma de la salvación para que entréis a formar
parte de su pueblo y seáis para siempre miembros de Cristo, sacerdote,
profeta y rey.

Todos:
Amén.

Seguidamente, en silencio, el sacerdote unge en la coronilla a cada uno con el Santo Crisma.

Si son numerosos los bautizados y están presentes varios sacerdotes o diáconos, cada uno de
ellos puede ungir a algunos niños.
4 4 | BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Im posición de la vestidura blanca

130. El celebrante dice:

N. y N ., sois ya nueva criatura y habéis sido revestidos de Cristo. Esta


vestidura blanca sea signo de vuestra dignidad de cristianos. Ayudados
por la palabra y el ejemplo de los vuestros, conservadla sin mancha
hasta la vida eterna.

Todos:
Amén.

Y se impone a cada uno el vestido blanco. Es de desear que las mismas familias lleven la
vestidura.

Entrega del cirio

131. Después el celebrante muestra el cirio pascual y dice:

Recibid la luz de Cristo.

Uno de cada familia (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.

Seguidamente el celebrante dice:

A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que


vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de
la luz. Y, perseverando en la fe, puedan salir con todos los santos al
encuentro del Señor.

Effetá
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 4 5

132. Si al celebrante le parece oportuno, puede añadir el rito del "effetá" de la forma siguiente:
tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca de cada uno de los niños, dice:

El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te
conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para
alabanza y gloria de Dios Padre.

Todos:
Amén.

Si los niños son muy numerosos, el celebrante pronuncia la formula una sola vez en plural,
omitiendo el tocar los oídos y la boca.

C O N C L U SIÓ N D EL RITO

133. Después, a no ser que el Bautismo haya tenido lugar en el mismo presbiterio, se va
procesionalmente al altar llevando encendidos los cirios de los bautizados.

Es de desear que mientras tanto se cante un cántico bautismal, por ejemplo:

Los que en Cristo habéis sido bautizados,


de Cristo os habéis revestido.
Aleluya, aleluya.

Otros cantos ad libitum, en los números 221-222.

Recitación de la oración dominical

134. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y a todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:

Hermanos:
Estos niños, nacidos de nuevo por el Bautismo, se llaman y son hijos de
Dios. Un día recibirán por la Confirmación la plenitud del Espíritu
4 6 | BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Santo. Se acercarán al altar del Señor, participarán en la mesa de su


sacrificio y lo invocarán como Padre en medio de su Iglesia. Ahora
nosotros, en nombre de estos niños, que son ya hijos por el espíritu de
adopción que todos hemos recibido, oremos juntos como Cristo nos
enseñó.

Y todos juntamente con el celebrante dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros Perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Bendición

135. Seguidamente el celebrante bendice a las madres, que tienen en sus brazos a los niños, y a
los padres y a todos los presentes, diciendo:

El Señor todopoderoso, por su Hijo, nacido de María la Virgen,


bendiga a estas madres y alegre su corazón con la esperanza de la vida
eterna, alumbrada hoy en sus hijos, para que del mismo modo que le
agradecen el fruto de sus entrañas, perseveren con ellos en constante
acción de gracias. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 4 7

Celebrante:
El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna,
bendiga a estos padres, para que junto con sus esposas sean los primeros
que, de palabra y obra, den testimonio de la fe ante sus hijos, en
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:

La bendición de D ios todopoderoso,


Padre, H ijo » y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.

Todos:
Am én.

Otras fórmulas de bendición, en los números 223-226.

Después de la bendición, oportunamente todos cantan un cántico apropiado que exprese la


alegría pascual y la acción de gracias, o el canto de la Virgen, el Magníficat.

Puede conservarse oportunamente la costumbre de llevar los niños bautizados a un altar de la


Virgen.
C A P ÍT U L O II
B A U T IS M O D E U N S O L O N I Ñ O

El Bautismo de un niño se ha de conferir en el domingo, día en que la Iglesia celebra el


Misterio pascual (a no ser que una causa justa lo impida), con asistencia de fieles, al menos los
familiares, amigos y vecinos, los cuales participarán activamente.

El padre y la madre, en unión con los padrinos, deben presentar al niño a la Iglesia para ser
bautizado.

R IT O D E A C O G I D A

136. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentran los padres y
padrinos con el niño.

El celebrante saluda a los presentes, principalmente a los padres y padrinos, recordándoles el


gozo con que han recibido a este niño como un don de Dios, que es la fuente de toda vida y
que quiere ahora comunicarla. Lo puede hacer con las siguientes palabras u otras espontáneas:

Hermanos:

C on gozo habéis vivido en el seno de vuestra familia el nacimiento de


un niño. C on gozo venís ahora a la Iglesia a dar gracias a D ios y
celebrar el nuevo y definitivo nacimiento por el Bautismo.

T odos los aquí presentes nos alegramos en este m om ento, porque se va


a acrecentar el número de los bautizados en Cristo.

Dispongám onos a participar activamente.

137. El celebrante, en primer lugar, interroga a los padres.

Celebrante:
¿Qué nombre habéis elegido para este niño?
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 49

Padres:
N.

Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia para N . ?

Padres:
El Bautismo.

El celebrante, en el diálogo, puede usar otras palabras.

La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres de la región, tiene el
derecho de imponer el nombre.

En la segunda respuesta los padres pueden decir también:

La gracia de Cristo, o bien: La entrada en la Iglesia, o bien: La vida eterna.

138. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:

A l pedir el Bautismo para vuestro hijo, ¿sabéis que os obligáis a


educarlo en la fe, para que este niño, guardando los mandamientos de
D ios, ame al Señor y al prójimo, com o Cristo nos enseña en el
Evangelio?

Padres:
Sí, lo sabemos.

139. Dirigiéndose después a los padrinos, les pregunta con estas u otras palabras:

Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres en esa


tarea?
5 0 |BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Padrinos:
Sí, estamos dispuestos.

140. Prosigue el celebrante diciendo:

N . , La Iglesia te recibe con gran alegría. Y o, en su nombre, te signo con


la señal de Cristo Salvador.

Y, en silencio, signa al niño en la frente.

Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo.

Y vosotros, padres (y padrinos), haced también sobre él la señal de la


cruz.

L IT U R G IA D E LA P A L A B R A

141. El celebrante invita a los padres, padrinos y demás asistentes a participar en la celebración
de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con cantos, v. gr.:
Sal 84,7-8-9, hasta el lugar previsto.

Lecturas bíblicas y homilía

142. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad.

Jn 3, 1-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).

M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).

M c 1, 9-11: Jesús fue bautizado por Juan, en el Jordán (n. 200).

M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí" (n. 201).

Pueden también elegirse las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 51

Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.

Después de la lectura el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre lo
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne especialmente como padres y
padrinos.

Después de la homilía o de la letanía, o durante la misma letanía, es muy conveniente que el


celebrante invite a la asamblea a orar en silencio, y que los fieles oren al Señor en su interior.
Después, si se puede, se entona un canto apropiado.

Oración de los fieles

143. Seguidamente se tiene la oración de los fieles.

Celebrante:
H e r m a n o s : o r e m o s a h o r a p o r e ste n iñ o q u e v a a se r b a u tiz a d o , p o r su s
p a d r e s y p a d r in o s , y p o r t o d o el p u e b lo s a n to d e D io s .

Lector:
P ara que e s te n iñ o , al p a rtic ip a r en el m iste r io de la m u e rte y
r e su r r e c c ió n de c r isto , a lc a n c e nueva v id a , y por el B a u tism o se
i n c o r p o r e a s u s a n t a I g le s ia . R o g u e m o s a l S e ñ o r .

Todos:
T e r o g a m o s , ó y e n o s (u otra respuesta habitual).

Lector:
P a r a q u e e l B a u t i s m o y l a C o n f i r m a c i ó n lo h a g a n f ie l d i s c í p u l o s u y o ,
q u e d é t e s tim o n io d e l E v a n g e lio e n el m u n d o . R o g u e m o s al S e ñ o r .

Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
5 2 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Lector:
Para que a través de una vida santa llegue al Reino de los cielos.
Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que los padres y padrinos sean ejemplo de fe viva Para este niño.
Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que D ios guarde siempre en su amor a esta familia. Roguemos al
Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Roguemos
al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Otras fórmulas ad libitum, en los números 210-214.

144. Después el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos.

Santa María, Madre de D ios, ruega por nosotros.


San José, esposo de la Virgen, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
Santos apóstoles Pedro y Pablo, rogad por nosotros.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 53

Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos del niño, de
la iglesia o del lugar.

San N.
San N.

Se termina así:

T odos los santos y santas de D ios, rogad por nosotros.

Oración de exorcismo y unción prebautismal

145. Acabadas las invocaciones, el celebrante dice:

D ios todopoderoso y eterno, que has enviado tu H ijo al m undo, para


librarnos del dom inio de Satanás, espíritu del mal, y llevarnos así,
arrancados de las tinieblas, al Reino de tu luz admirable; te pedimos
que este niño, lavado del pecado original, sea templo tuyo, y que el
Espíritu Santo habite en é1. Por Cristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Otra fórmula de exorcismo adlibitum, en el número 215.

146. Prosigue el celebrante:

Para que el poder de Cristo Salvador te fortalezca, te ungimos con este


óleo de salvación en el nombre del m ism o Jesucristo, Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos.

Todos:
5 4 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Am én.

Se hace la unción con el óleo de los catecúmenos en el pecho.

L IT U R G IA D E L S A C R A M E N T O

Seguidamente se va procesionalmente al baptisterio o, según la oportunidad, al presbiterio, si


allí se celebra el Bautismo.

Bendición e invocación a Dios sobre el agua

147. Cuando hubieren llegado a la fuente bautismal, el celebrante recordará brevemente a los
presentes la admirable providencia de Dios, que ha querido santificar el alma y el cuerpo del
hombre por medio del agua.

Lo puede hacer con estas o parecidas palabras:

Orem os, hermanos, al Señor D ios todopoderoso, para que conceda a


este niño la vida nueva por el agua y el Espíritu Santo.

O bien con éstas:

Sabéis, hermanos, que D ios concede a los creyentes la abundancia de su


vida por el sacramento del agua.

Levantemos hacia él nuestro corazón, para que por el agua de esta


fuente derrame su gracia sobre estos elegidos.

O bien con estas otras:

Com enzam os ahora la plegaria de bendición y de alabanza a D ios por


las grandes obras que él ha realizado por medio del agua en la historia
santa, suplicándole las realice también ahora por el agua de esta fuente
bautismal.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 55

148. Fuera del Tiempo Pascual, el celebrante, vuelto hacia la fuente, dice la siguiente
bendición:

O h D ios,
que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible,
y de diversos m odos te has servido de tu criatura, el agua, para
significar la gracia del Bautismo.

O h D ios,
cuyo Espíritu, en los orígenes del m undo, se cernía sobre las aguas, para
que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.

O h D ios,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de m odo que una misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

O h D ios,
que hiciste pasar a pie enjuto por el M ar Rojo a los hijos de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de
la familia de los bautizados.

O h D ios,
cuyo H ijo , al ser bautizado en el agua del Jordán, fue ungido por el
Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con
la sangre; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y
haced discípulos de todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del
Padre, y del H ijo , y del Espíritu Santo».

M ira, ahora, a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del


Bautismo: Q u e esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu
Unigénito, para que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el
5 6 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Bautismo, muera al hombre viejo y renazca, com o niño, a nueva vida


por el agua y el Espíritu.

El celebrante toca el agua con la mano derecha y prosigue:

T e pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu H ijo ,


descienda sobre el agua de esta fuente, para que los sepultados con
Cristo en su muerte, por el Bautismo, resuciten con él a la vida. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Otras fórmulas ad libitum, en los números 216-218.

En el Tiempo Pascual, si se ha consagrado el agua en la Vigilia pascual, a fin de que no falten


en el Bautismo la acción de gracias y la súplica, se hace la bendición e invocación de Dios sobre
el agua, según las fórmulas que se encuentran en los números217-218, teniendo en cuenta las
variantes del texto en el final de las mismas fórmulas.

Renuncias y profesión de fe

149. El celebrante amonesta a los padres y padrinos con estas palabras:

Queridos padres y padrinos:

En el sacramento del Bautismo, este niño que habéis presentado a la


Iglesia va a recibir, por el agua y el Espíritu Santo, una nueva vida que
brota del amor de D ios.

Vosotros, por vuestra parte, debéis esforzaros en educarlo en la fe, de tal


manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca en él
de día en día.

Así, pues, si estáis dispuestos a aceptar esta obligación, recordando


vuestro propio Bautismo, renunciad al pecado y confesad vuestra fe en
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 57

Cristo Jesús, que es la fe de la Iglesia, en la que va a ser bautizado


vuestro hijo.

150. Después pregunta a los mismos:

Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Y a todas sus obras?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Y a todas sus seducciones?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

O bien les pregunta con esta otra fórmula:

Celebrante:
¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que domine en
vosotros el Pecado?
5 8 I BAUTISMO DE UN SOLO NIÑO

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?

Padres y padrinos:
Sí, renuncio.

Otras fórmulas de renuncia ad libitum, en los números 219-220.

151. Seguidamente el celebrante pide esta triple profesión de fe a los padres y padrinos:

Celebrante:
¿Creéis en D ios, Padre todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

Celebrante:
¿Creéis en Jesucristo, su único H ijo , nuestro Señor, que nació de santa
María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?

Padres y padrinos:
Sí, creo.

Celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión
de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?

Padres y padrinos:
Sí, creo.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 59

152. A esta profesión de fe asienten el celebrante y la comunidad, diciendo:

Ésta es nuestra fe. Ésta es la fe de la Iglesia, que nos gloriamos de


profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Todos:
Am én.

Oportunamente esta fórmula puede ser sustituida por otra. Se puede cantar también un canto
apropiado, en el que la comunidad expresa su fe.

Bautismo

153. El celebrante invita a la familia para que se acerque a la fuente, y pregunta a los padres y
padrinos:

Celebrante:
¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo N. sea bautizado en la fe de la
Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?

Padres y padrinos:
Sí, queremos.

E inmediatamente el celebrante bautiza al niño diciendo:

N . , yo te bautizo en el nombre del Padre,


primera inmersión o infusión de agua
y del H ijo ,
segunda inmersión o infusión de agua
y del Espíritu Santo.
tercera inmersión o infusión de agua

Después del Bautismo del niño se puede hacer una breve aclamación del pueblo (cf. nn. 221­
222).
6 0 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Si el Bautismo es por infusión, es de desear que el niño lo lleve la madre o el padre; sin
embargo, puede ser sostenido por la madrina o el padrino allí donde convenga mantener esta
costumbre.

Si el Bautismo se hace por inmersión, corresponde a las mismas personas tomar al niño cuando
es sacado del agua.

Unción con el Santo Crisma

154. Después el celebrante dice:

D ios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que te ha


liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo,
te consagre con el Crisma de la salvación para que entres a formar parte
de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo, sacerdote, profeta

y rey.

Todos:
Am én.

Seguidamente, en silencio, el sacerdote unge en la coronilla al niño con el Santo Crisma.

Imposición de la vestidura blanca

155. El celebrante dice:

N . , eres ya nueva criatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura


blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y
el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna.

Todos:
Am én.

Y se impone al niño el vestido blanco. Es de desear que la misma familia lleve la vestidura.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 61

Entrega del cirio

156. Después el celebrante muestra el cirio pascual y dice:

Recibid la luz de Cristo.

Uno (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.

Seguidamente el celebrante dice:

A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz.


Q u e vuestro hijo, iluminado por Cristo, camine siempre com o hijo de
la luz.
Y , perseverando en la fe, pueda salir con todos los santos al encuentro
del Señor.

"Effetá"

157. Si al celebrante le parece oportuno, puede añadir el rito del "effetá" de la forma siguiente:
tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca del niño, dice:

El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los m udos, te
conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para
alabanza y gloria de D ios Padre.

Todos:
Am én.

C O N C L U S I Ó N D E L R IT O

158. Después, a no ser que el Bautismo haya tenido lugar en el mismo presbiterio, se va
procesionalmente al altar llevando encendido el cirio del bautizado.

Es de desear que mientras tanto se cante un cántico bautismal, por ejemplo:


6 2 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Los que en Cristo habéis sido bautizados,


de Cristo os habéis revestido.
Aleluya, aleluya.

Otros cantos ad libitum, en los números 221-222.

Recitación de la oración dominical

159. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:

Hermanos:
Este niño, nacido de nuevo por el Bautismo, se llama y es hijo de Dios.
U n día recibirá por la Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Se
acercará al altar del Señor, participará en la mesa de su sacrificio y lo
invocará com o Padre en medio de su Iglesia. Ahora nosotros, en
nombre de este niño, que es ya hijo por el espíritu de adopción que
todos hemos recibido, oremos juntos com o Cristo nos enseñó.

Y todos juntamente con el celebrante dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu N om bre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra com o en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;


perdona nuestras ofensas,
com o también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. A m én.

Bendición
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 63

160. Seguidamente el celebrante bendice a la madre, que tiene en sus brazos al niño, y al padre
y a todos los presentes, diciendo:

El Señor todopoderoso, por su H ijo , nacido de María la Virgen,


bendiga a esta madre y alegre su corazón con la esperanza de la vida
eterna, alumbrada hoy en su hijo, para que del m ism o m odo que le
agradece el fruto de sus entrañas, persevere con él en constante acción
de gracias. Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:

El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna,


bendiga a este padre, para que junto con su esposa sean los primeros
que, de palabra y obra, den testimonio de la fe ante su hijo, en
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.
6 4 |BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O

Celebrante:
La bendición de D ios todopoderoso,
Padre, H ijo » , y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.

Todos:
Am én.

Otras fórmulas de bendición, en los números 223-226.

Después de la bendición, oportunamente todos cantan un cántico apropiado que exprese la


alegría pascual y la acción de gracias, o el canto de la Virgen, el Magníficat.

Puede conservarse oportunamente la costumbre de llevar al niño bautizado a un altar de la


Virgen.
C A P ÍT U L O III
B A U T I S M O D E U N N I Ñ O E N P E L IG R O D E M U E R T E

R IT U A L A B R E V IA D O

161. Preparada el agua, aunque no esté bendecida, y reunidos en torno al niño enfermo los
padres, padrinos y si es posible, algunos familiares y amigos, el ministro (sacerdote, diácono o
laico) comienza esta breve oración de los fieles:

Hermanos: Invoquemos la misericordia de D ios todopoderoso para este


niño que va a recibir la gracia del Bautismo, por sus padres y padrinos,
y por todo el pueblo santo de Dios.

— Para que D ios se digne agregar este niño a su Iglesia por el


Bautismo. Roguemos al Señor.
R /. T e rogamos, óyenos (u otra respuesta habitual).

— Para que se digne adoptarlo com o hijo suyo, por el Bautismo.


Roguemos al Señor.
R /. T e rogamos, óyenos.

— Para que, sepultado por el Bautismo en la muerte de Cristo, le haga


partícipe de su resurrección. Roguemos al Señor.
R /. T e rogamos, óyenos.

— Para que se digne renovar en todos nosotros Ia gracia del Bautismo.


Roguemos al Señor.
R /. T e rogamos, óyenos.

— Para que se digne conservar siempre en una misma fe y caridad a


todos los discípulos de cristo, bautizados para formar un solo cuerpo.
Roguemos al Señor.
R /. T e rogamos, óyenos.
66 I BAUTISMO DE U N N IÑ O EN PELIGRO DE MUERTE

162. La oración de los fieles se concluye así:

D ios, fuente de vida y amor,


Padre de nuestro Señor Jesucristo:
T ú quieres revelar tu designio de amor
a estos padres que temen por la vida de su hijo,
dándoles a conocer que no ha de perderse para siempre
esta vida que renacerá en el Bautismo.
Escucha nuestras súplicas:
N o permitas que este niño permanezca bajo el
poder del mal,
sino admítelo en el Reino de tu H ijo.
Concede que este niño, a quien damos el nombre de N.,
por esta agua vivificada por el Espíritu,
participe en el misterio de la muerte y resurrección
de Cristo,
sea hijo de adopción,
alcance tu heredad
y se alegre com o miembro de tu Iglesia
con el H ijo y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos.
R /. A m én.

163. Seguidamente se hace la profesión de fe. El ministro invita a los presentes con estas
palabras:

Recordando nuestro Bautismo, confesemos nuestra fe en Jesucristo,


que es la fe de la Iglesia, en la que este niño va a ser bautizado.

Y después pregunta:

¿Creéis en D ios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?


R /. Sí, creo.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 67

V /. ¿Creéis en Jesucristo, su único H ijo , nuestro Señor, que nació de


santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos
y está sentado a la derecha del Padre?
R /. Sí, creo.

V /. ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la


com unión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección
de los muertos y en la vida eterna?
R /. Sí, creo.

164. La profesión de fe, oportunamente, puede hacerse también con la recitación del Credo.

Creo en D ios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.


Creo en Jesucristo, su único H ijo , nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de santa María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado;
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos;
subió a los cielos y está sentado a la derecha de D ios Padre;
desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de los muertos
y la vida eterna. A m én.
6 8 I BAUTISMO DE U N N IÑ O EN PELIGRO DE MUERTE

165. Después el ministro bautiza al niño diciendo:

N . , yo te bautizo en el nombre del Padre,


primera inmersión o infusión de agua
y del H ijo ,
segunda inmersión o infusión de agua
y del Espíritu Santo.
tercera inmersión o infusión de agua.

166. Omitidos los restantes ritos, puede hacerse la imposición de la vestidura blanca. El
ministro dice:

N . , eres ya nueva criatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura


blanca sea signo de tu dignidad de cristiano, que debes conservar sin
mancha hasta la vida eterna.
R /. A m én.

167. La celebración se concluye con la recitación de la oración dominical:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu N om bre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra com o en el cielo'
Danos hoy nuestro Pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
com o también nosotros Perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. A m én.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 6 9

168. Si entre los presentes ninguno es capaz de dirigir la celebración aquí descrita, cualquier fiel
puede bautizar, recitando el Credo y después derramando el agua sobre el bautizando con la
fórmula propia (cf. n. 165). Incluso la recitación del Credo, oportunamente, puede omitirse.

En peligro de muerte inminente, omitidos los restantes ritos, es suficiente que el ministro
derrame agua sobre el niño, diciendo las palabras acostumbradas (cf. n. 165). En cuanto sea
posible, conviene que el ministro tenga presente uno o dos testigos.
C A P ÍT U L O IV
P A R A R E C IB IR E N LA IG L E SIA A U N N I Ñ O Y A B A U T I Z A D O

R IT O D E A C O G I D A

169. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentren los padres y
padrinos con el bautizado.

El celebrante saluda a los presentes, principalmente a los padres y padrinos, y les alaba la
prontitud con que han bautizado al niño, y da gracias a Dios y se congratula con los padres
porque el niño ha recobrado la salud.

El celebrante, en primer lugar, pregunta a los padres:


¿Qué nombre habéis elegido para este niño?

Padres:
N.

Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia de D ios para N . , que ya ha sido bautizado?

Padres:
Queremos que conste ante la comunidad que nuestro hijo ya es
miembro de la Iglesia.

La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres del lugar tiene el
derecho de imponer el nombre.

En la segunda respuesta los padres pueden decir también:

Queremos que conste ante la comunidad que nuestro hijo es ya


cristiano (ya ha recibido el Bautismo).

170. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | J\

A l traer a la Iglesia este niño que ya ha sido bautizado, ¿sabéis que os


obligáis a educarlo en la fe, para que guardando los mandamientos de
D ios, ame al Señor y al prójimo, com o Cristo nos enseña en el
Evangelio?

Padres:
Sí, lo sabemos.

171. Dirigiéndose después a los padrinos les pregunta con estas u otras palabras:

Y vosotros, padrinos, ¿estáis dispuestos a ayudar a sus padres en esa


tarea?

Padrinos:
Sí, estamos dispuestos.

172. Prosigue el celebrante diciendo:

N . , la Iglesia te recibe con gran alegría, y con tus padres da gracias y


testimonia públicamente que has sido ya incorporado a la Iglesia. Y o,
en su nombre, te signo con la señal de Cristo, que te ha comunicado su
vida en el Bautismo y te ha hecho miembro de su Iglesia.

Y, en silencio, signa al niño en la frente.

Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo.

Y ahora vosotros, padres (y padrinos), haced también sobre él la señal


de la cruz.
7 2 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

L IT U R G IA D E LA P A L A B R A

173. El celebrante invita a los padres, a los padrinos y demás asistentes a participar en la
celebración de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con
cantos, v. gr.: Sal 84, 7-8-9, hasta el lugar previsto.

Lecturas bíblicas y homilía

174. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad:

Jn 3, l-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).

M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).

M c 1,9-11: Jesús fue bautizado por Juan, en el Jordán (n. 200).

M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí" (n. 201).

Pueden elegirse también las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres (v. gr.: 1 R 17, 17-24; 2 R 4, 8-37).

Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.

Después de la lectura, el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre lo
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne, especialmente como padres
y padrinos.

Después de la homilía o de la letanía, o durante la misma letanía, es muy conveniente que el


celebrante invite a la asamblea a orar en silencio, y que los fieles oren al Señor en su interior.
Después, si se puede, se entona un canto apropiado.

Oración de los fieles

175. Seguidamente se tiene la oración de los fieles.


RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 7 3

Celebrante:
Invoquemos la misericordia de Cristo por este niño, por sus padres y
padrinos, por todos los bautizados.

Lector:
Para que se muestre agradecido por haber recibido el Bautismo y
recobrado la salud. Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos (u otra respuesta habitual).

Lector:
Para que sea siempre miembro vivo de la santa Iglesia. Roguemos al
Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que sea capaz de oír, guardar y testimoniar el Evangelio.
Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que un día pueda participar con gozo en la mesa de la Eucaristía.
Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que ame siempre a D ios y al prójimo. Roguemos al Señor.
7 4 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que, ayudado con la palabra y el ejemplo de los cristianos, crezca
en sabiduría y gracia. Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

Lector:
Para que todos los cristianos vivan siempre unidos en la fe y la caridad.
Roguemos al Señor.

Todos:
T e rogamos, óyenos.

176. Después el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos:

Santa María, Madre de D ios, ruega por nosotros.


San José, esposo de la Virgen, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
Santos apóstoles Pedro y Pablo, rogad por nosotros.

Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos del niño, de
la iglesia o del lugar.

San N .
San N .

Se termina así:

T odos los santos y santas de D ios, rogad por nosotros.

177. Acabadas las invocaciones el celebrante dice:


RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 75

D ios, fuente de vida y amor,


Padre de nuestro Señor Jesucristo:
T e muestras Padre en la solicitud de los padres,
te manifiestas providente cuando sus hijos están en peligro
y te revelas Salvador en su Bautismo.
La Iglesia te da gracias y te pide por N . :
T ú que le has llevado del reino de las tinieblas a tu luz admirable,
haciéndole, por el sacramento del Bautismo,
hijo de adopción y templo del Espíritu Santo;
ayúdale siempre en los peligros de la vida
y protégele con la fuerza de Cristo Salvador
en el combate por la conquista de tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.

R IT O S E X P L IC A T IV O S

Unción con el Santo Crisma

178. Después el celebrante dice:

D ios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


que te ha liberado del pecado y dado nueva vida
por el agua y el Espíritu Santo,
te consagre con el Crisma de la salvación,
para que entres a formar parte de su pueblo
y seas para siempre miembro de Cristo,
sacerdote, profeta y rey.

Todos:
Am én.
7 6 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

Y, en silencio, unge al niño en la coronilla con el Santo Crisma.

Imposición de la vestidura blanca

179. El celebrante dice:

N . , eres ya nueva criatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura


blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y
el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna.

Todos:
Am én.

Entrega del cirio

180. Después el celebrante muestra el cirio pascual y dice:

Recibid la luz de Cristo.

Uno de la familia (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.

Seguidamente el celebrante dice:

A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Q ue


vuestro hijo, iluminado por Cristo, camine siempre com o hijo de la
luz. Y, perseverando en la fe, pueda salir con todos los santos al
encuentro del Señor.

Oportunamente se canta un cántico bautismal, por ejemplo, Los que en Cristo (n. 133) u otro
de los que se encuentran en los números 221-222.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 7 7

C O N C L U S I Ó N D E L R IT O

Recitación de la oración dominical

181. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y a todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:

Hermanos:
Este niño nacido de nuevo por el Bautismo se llama y es hijo de Dios.
U n día recibirá por la Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Se
acercará al altar del Señor, participará en la mesa de su sacrificio y lo
invocará com o Padre en medio de su Iglesia. Ahora nosotros, en
nombre de este niño, que es ya hijo por el espíritu de adopción que
todos hemos recibido, oremos juntos com o Cristo nos enseñó.

Y todos juntamente con el celebrante dicen:

Padre nuestro, que estás en el cielo,


santificado sea tu N om bre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra com o en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
com o también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. A m én.

Bendición

182. Seguidamente el celebrante bendice a la madre, que tiene en sus brazos al niño, y al padre
y a todos los presentes, diciendo:

El Señor todopoderoso, por su H ijo nacido de María la Virgen,


bendiga a esta madre y alegre su corazón con la esperanza de la vida
7 8 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS

eterna, alumbrada por el Bautismo en su hijo, para que del mismo


m odo que le agradece el fruto de sus entrañas y la salud que el niño ha
recobrado, persevere con él en constante acción de gracias, por
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:
El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna,
bendiga a este padre, para que junto con su esposa sean los primeros
que, de palabra y obra, den testimonio de la fe ante su hijo, en
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Am én.

Celebrante:
La bendición de D ios todopoderoso,
Padre, H ijo * , y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.

Todos:
Am én.

Otras fórmulas de bendición en los números 223-226.


RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 7 9

183. Después de la bendición, oportunamente todos cantan un cántico apropiado que exprese
la alegría pascual y la acción de gracias, o el canto de la Virgen, el Magníficat.

Puede conservarse oportunamente la costumbre de llevar al niño bautizado a un altar de la


Virgen.

Este rito se emplea también cuando se lleva a la Iglesia a un niño que ya ha sido bautizado,
después de ciertas dificultades (por ejemplo, una persecución, disensiones entre los padres,
etc.), que impedían celebrar el Bautismo en la Iglesia. En estos casos el celebrante debe
acomodar a las circunstancias las moniciones, las lecturas, las intenciones de la oración de los
fieles, etc.
LECCIONARIO PARA EL BAUTISMO
DE NIÑOS

Los textos de este leccionario se han dispuesto según el orden de


la Biblia.
Conviene hacer notar que el Ritual destaca los textos siguientes:

Jn 3, 1-6 (n. 203).


M t 28, 18-20 (n. 199).
M e 1, 9-11 (n. 200).
M e 10, 13-16 (n. 201).
101 Lecturas del Antiguo Testamento

LECTU RA S D EL ANTIGUO TESTAM ENTO

184. El paso del mar Rojo> que prefigura la Pascua del Señor, es también figura del
Bautismo cristiano (1 Cor 10, 1-11).
El Bautismo es un misterio de liberación: nos libera de la esclavitud de Satanás y del
pecado. Las fuerzas del mal, que Cristo venció en la cruz (Col 2, 15), simbolizadas por los
ejércitos del Faraón, quedan aniquiladas en las aguas bautismales; el Bautismo destruye en
nosotros el pecado (Rom 6, 6 ; E f 1} 7). De> las aguas bautismales surge una raza nueva, el
nuevo Israel, el pueblo de la nueva Alianza.
El Bautismo es la Pascua del cristiano : paso de una situación de esclavitud a una existen­
cia nueva de libertad y salvación.

Lectura del Libro del Exodo 14, 15-15, 1

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:


— ¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se
pongan en marcha. Y tú alza tu cayado, extiende tu mano sobre
el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar
a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios
para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón
y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán
los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de
gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del
ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de
nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, ponién­
dose entre el campamento de los egipcios y el campamento de
los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche
sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió
su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la
noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron
Leccionario para el Bautismo de niños 102

las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto,
mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda.
Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos
en medio del mar todos los caballos del Faraón y los carros con
sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento
egipcio desde la columna de fuego y nube y sembró el pánico en
el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las
hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
— Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor
contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
— Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre
los egipcios, sus carros y sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer
volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban
a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y
todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del
mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto.
Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vió
la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo
temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico
al Señor.
103 Lecturas del Antiguo Testamento

II

185. El agua que brota de la roca de Horeb es figura del Bautismo (1 Cor 10, 4-6).
Dios es fuente de aguas vivas (Is 12, 3 ; Jer 2, 1 3 ; Sal 35, 9). El agua es símbolo de la
vida divina comunicada al hombre. «La profecía se cumplió en el Evangelio, cuando Cristo,
que es la Roca, fue traspasado por la lanza en la pasióm ( San Cipriano). De la pasión de
Cristo brotaron las fuentes de la salvación (Jn 19, 31-35 ; 7, 37-39). El Bautismo se presenta
como la realización de las aspiraciones (sed) de la humanidad por la redención (Is 48,
20-21 y 43, 19-21). En contraposición al desierto sediento y estéril, las aguas en abundancia
simbolizan una efusión de vida nueva y una fecundidad espiritual inagotable. El don de la
vida divina supone en el hombre una confianza total en el poder de Dios; el Bautismo es
sacramento de la fe.

Lectura del libro del Exodo 17, 3-7

En aquellos días, el pueblo, sediento, murmuró de Moisés


diciendo:
— ¿Por qué nos has sacado de Egipto para matarnos de sed
a nosotros, a nuestros hijos y al ganado?
Moisés clamó al Señor:
— ¿Qué hago con este pueblo? Por poco me apedrean.
El Señor respondió a Moisés:
— Pasa delante del pueblo, acompañado de los ancianos de
Israel, empuña el bastón con el que golpeaste el Nilo, y camina;
yo estaré frente a ti junto a la roca de Horeb. Golpea la roca y
saldrá agua para que beba el pueblo.
Moisés lo hizo ante los ancianos de Israel; y llamó al lugar
Massá y Meribá, porque se habían reunido y habían tentado al
Señor preguntando: «¿Está el Señor entre nosotros?»
Leccionario para el Bautismo de niños 104

III

186. Se mencionan en este texto el agua y el Espíritu, los dos elementos fundamentales del
Bautismo. El agua es símbolo de la efusión del Espíritu. Tres efectos del Bautismo :

a) Nos purifica (36, 25). El agua disuelve toda inmundicia. El Espíritu borra todo pecado
(1 Ped 3, 2 1 ; Hb 10, 21). Naamán, limpiado de la lepra (2 Re 5, 1-15), es figura del
Bautismo.
b) Nos hace creaturas nuevas (36, 26-27), a imagen de Cristo resucitado, primicias de la
nueva creación (2 Cor 5, 1 7 ; E f 4, 24).

c) Nos introduce en el pueblo de la nueva Alianza (36, 24. 28) y nos capacita para ser
fieles al pacto con Dios (Jer 31, 3 1 -3 4 ; Hb 1 0,15 -17).

El vestido blanco simboliza estos tres efectos: purificación, vida nueva y pertenencia al
pueblo de Dios.

Lectura del Profeta Ezequiel 36, 24-28

Me vino esta palabra del Señor:


Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países,
y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará:
de todas vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar;
y os daré un corazón nuevo,
y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra,
y os daré un corazón de carne.
Os infundiré mi espíritu,
y haré que caminéis según mis preceptos,
y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo
y yo seré vuestro Dios.
105 Lecturas del Antiguo Testamento

IV

187. Las aguas del Bautismo brotan «del lado derecho del templo» (47, 1) ; es decir, del
costado de Cristo traspasado en la pasión (Jn 2, 2 1 ; 19, 31-35). Toda su fuerza le viene al
Bautismo de la pasión:

a) Para purificar y sanear el mundo (47, 8-9. 11) : las aguas de Mar a (Ex 15, 12-25)
y de Jericó (2 Re 2, 19-22), milagrosamente endulzadas y saneadas, son figura de la
fuerza saneadora del Bautismo; también lo fue el diluvio (1 Ped 3, 20-21), donde
Dios purificó la tierra exterminando a los impíos.

b) Para transformar la Iglesia en Paraíso (47, 12), cumpliéndose así las profecías que
anunciaban al desierto convertido en vergel (Is 35, 6 -7 ; 41, 1 8 -2 0 ; 44, 3 -4 ; Jl 3, 1 8 ;
Jr 17, 8 ; Za 14, 8). El Bautismo nos introduce nuevamente en el Paraíso, cuyas puertas
abrió la muerte del nuevo Adán (Le 23, 43). Los cuatro ríos del Paraíso ( Gn 2, 10-14)
prefiguraban las aguas fecundantes del Bautismo.

Lectura del Profeta Ezequiel 47, 1-9. 12

En aquellos días, el ángel me hizo volver a la puerta del templo;


por debajo del umbral del templo manaba agua hacia Levante
— el templo miraba a Levante— ,
el agua iba bajando por el lado derecho del templo,
al mediodía del altar.
Me hizo salir por la puerta del Norte
y me dirigió por fuera a la puerta exterior que mira a Levante-;
el agua iba corriendo por el lado derecho.
Saliendo hacia Levante, el hombre, cordel en mano,
midió mil codos, y me hizo atravesar las aguas:
¡agua hasta los tobillos!

Midió otros mil, y me hizo cruzar las aguas:


¡agua hasta las rodillas!
Midió otros mil, y me hizo pasar:
¡agua hasta la cintura!
Leccionario para el Bautismo de niños

Midió otros mil: era un torrente que no podía cruzar


pues habían crecido las aguas y no se hacía pie;
un torrente que no se podía vadear.

Me dijo entonces:
— ¿Has visto, hijo de Adán?
Me condujo a la vuelta por la orilla del torrente.
Al regresar vi a la vera del río una gran arboleda
en sus dos márgenes.

Me dijo:
— Estas aguas corren a la comarca de Levante,
bajarán hasta el Arabá y desembocarán en el mar,
el de las aguas pútridas, y lo sanearán.
Todos los seres vivos que bullan
allí donde desemboque la corriente, tendrán vida,
y habrá peces en abundancia;
al desembocar allí estas aguas quedará saneado el mar
y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.

A la vera del río, en sus dos riberas,


crecerán toda clase de frutales;
no se marchitarán sus hojas
ni sus frutos se acabarán;
darán cosecha nueva cada luna,
porque los riegan aguas que manan del santuario;
su fruto será comestible
y sus hojas medicinales.
107 Lecturas de las cartas apostólicas

LECTURAS DE LAS CARTAS APOSTOLICAS

188. El Bautismo es incorporación a Cristo en su muerte y resurrección; es una participa­


ción sacramental en el Misterio pascual (Col 2 , 12-13; 3 ,1 -1 3 ).

a) El rito de la inmersión simboliza nuestra sepultura con Cristo (6 > 4 ; Col 23 12). Nuestro
hombre viejo ha sido crucificado con Cristo (6, 6 ; Gal 2 , 19; 5, 24 ; 6, 14). «Hemos
muerto con Cristo» (6> 8. 1 1 ; Col 3> 3). El diluvio y el paso del mar Rojo prefiguraron
este aspecto del Bautismo como muerte al pecado.
b) La salida de las aguas significa la resurrección de Cristo de entre los muertos. El Bautis­
mo nos hace participar en la vida nueva del Resucitado (6, 5 - 6 ; Col 2, 12) : esto quiere
significar la vela que se enciende en el cirio pascual. El pueble que nace de las aguas bautis­
males es una «Iglesia de resucitados» ( San Ambrosio).
A partir del Bautismo> la vida cristiana tiene que ser una vida pascual: de muerte al
pecado y de vida en Cristo para Dios (6, 11).

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 6, 3-5

Hermanos:
Los que por el Bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos
incorporados a su muerte.
Por el Bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para
que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida
nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte
como la suya, lo estará también en una resurrección como la
suya.
Leccionario para el Bautismo de niños 108

II

189. El Bautismo nos introduce en la Historia de la Salvación : Dios cumple sus planes de
salvarnos en su Hijo y por él.

a) El Bautismo expresa y realiza la elección y la llamada de Dios (8, 2 8 -3 0 ; Dt 7, 7 ;


Is 41, 8 ; 48, 12). Esta elección es una prueba del amor de Dios (Dt 7, 8 ; Oí 11, 1).
El Bautismo nos aplica la muerte de Cristo, que fue la máxima prueba del amor de Dios
a los hombres (8, 32).

b) La salvación consiste en nuestra configuración con Cristo (8, 29-30). El Bautismo


realiza una primera configuración con Cristo : restaura en nosotros la imagen divina
destruida por el pecado (1 Cor 15, 4 9 ; 2 Cor 3, 1 8 ; Col 3, 10). Esto nos hace hijos de
Dios en el Hijo (Gál. 4, 6 -7 ; Rm 8 , 15).
c) El Bautismo pone así las bases de la seguridad y del optimismo cristiano (8, 31-32).
Nos hace escapar a la cólera de Dios (M t 3, 7-10), realiza en nosotros la salvación y
nos da la esperanza de la gloria (8, 30).

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 28-32

Hermanos:
Sabemos que Dios hace que todas las cosas contribuyan al
bien de los que le aman, de los que han sido llamados según su
voluntad.
A los que de antemano conoció, a esos los predestinó a repro­
ducir la imagen de su Hijo, para que sea él el primogénito entre
muchos hermanos. A los que predestinó también los llamó; y
a los que llamó también los justificó; y a los que justificó también
los glorificó.
¿Qué diremos más? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con su Hijo?
109 Lecturas de las cartas apostólicas

m
190. El Bautismo nos incorpora a la Iglesia en virtud del Espíritu que nos comunica.

a) El agua bautismal, fecundada por el Espíritu, simboliza la efusión del Espíritu ( Is 32,
15). En el Bautismo «bebemos el Espíritu» (12, 13), que brotó del costado de Cristo
como una fuente (Jn 7, 3 7 -3 9 ; 19, 31-35).
b) La unidad del Cuerpo de Cristo es obra del Espíritu: en la Encamación (Le 1, 35),
en Pentecostés (Hch 1, 4 ), en el Bautismo (12, 1 3 ; E f 4, 4). El Espíritu derrama en
nuestros corazones la caridad (Rom 5, 5), que es vínculo de unión entre todos los bauti­
zados ( Gal 3, 28).

El crecimiento de la Iglesia en la unidad por la caridad es responsabilidad de todos los


cristianos, como una exigencia del Bautismo.

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios


12, 12-13

Hermanos:
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miem­
bros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos,
son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos
sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Leccionario para el Bautismo de niños 110

IV

191. El Bautismo nos incorpora a Cristo; es decir, nos hace miembros del Cuerpo de
Cristo que es la Iglesia.

a) El efecto capital del Bautismo es realizar nuestra unión vital con Cristo muerto y resu­
citado (3, 27). Cristo se convierte en ese vestido nuevo que nos cubre interiormente,
haciéndonos un solo Cuerpo con él, el hombre nuevo (Col 3, 1 0 ; E f 4, 24), partícipes
de su filiación divina (3, 26). La vestidura blanca simboliza esta condición nueva creada
en nosotros por el Bautismo.

b) Entre todos los que son «uno en Cristo Jesús» (3, 28), el Bautismo da origen a una co­
munidad perfectamente una, cuyo principio ontológico nuevo es el Espíritu (E f 4, 3-4).
Hermanos de Cristo y hermanos entre sí, los bautizados forman una familia que tiene
derecho a la familiaridad con Dios, que los primeros padres perdieron por el pecado
(Gn 3, 10).

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 3, 26-28

Hermanos:
Todos sois hijos de Dios
por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el Bautismo
os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre
judíos y gentiles,
esclavos y libres,
hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús.
111 Lecturas de las cartas apostólicas

192. El Bautismo nos introduce en un misterio de comunión con Cristo, con los hermanos,
con la Trinidad.

a) Formamos con Cristo «un solo Cuerpo, un solo Espíritu» (4, 4 ; 1 Cor 6, 17), un solo
hombre. En adelante la existencia del bautizado será una «vida en Cristo» (3, 17; Gal 2,
20).
b) Formamos con todos los bautizados un solo Cuerpo, una sola familia (4, 4. 6) : tenemos
todos la misma fe, el mismo principio de unidad que es el Espíritu, los mismos sacramentos,
el mismo Padre. La ley fundamental de esta comunidad es la candad.
c) Entramos en comunión con Dios en la vida trinitaria (1 Jn 1 ,3 ) : entramos en la familia
de Dios; somos hijos de Dios y herederos del Reino.

Exigencia del Bautismo: cultivar las virtudes que salvaguardan la unidad de la Iglesia
(4, 2-3).

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 4, 1-6

Hermanos:
Yo, el prisionero por Cristo, os ruego que andéis como pide
la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos;
sobrellevaos mutuamente con amor;
esforzaos en mantener la unidad del Espíritu,
con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como una sola es la meta de la esperanza
en la vocación a la que habéis sido convocados.
Un Señor, una fe, un Bautismo.
Un Dios, Padre de todo,
que lo trasciende todo,
y lo penetra todo,
y lo invade todo.
Bendito sea por los siglos de los siglos. Amén.
Leccionario para el Bautismo de niños 112

VI

193. El Bautismo es agregación a la Iglesia, que es«templo del Espíritu» y pueblo sacerdotal.

a) El Bautismo hace de nosotros esas piedras vivas con que se edifica el nuevo Israel (2, 5).
Recuerda las purificaciones rituales prescritas por la Ley para hacer una persona o un
lugar apto para el culto (Nm 19, 2-10 ; Dt 23, 10-11). Jesús habló de su propio cuerpo
como templo destruido y edificado en tres días en el contexto de la purificación del templo
(Jn 2, 19). El Bautismo nos hace miembros de ese Cuerpo (E f 2 ,1 8 -2 2 ).
b) Por el Bautismo entramos a formar parte del nuevo Israel, pueblo de sacerdotes, reyes
y profetas (2, 5 ; Ex 19, 5 - 6 ; Ap 1, 6 ; 5, 10). En adelante, la vida del bautizado será
un testimonio del Reino y una ofrenda permanente (2, 5. 9) ; Rm 12, 1). Esto quiere
significar la unción con el santo crisma en el Bautismo.

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 2, 4-5. 9-10

Hermanos:
Acercándoos a Cristo, la piedra viva desechada por los hom­
bres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros,
como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del
Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrifi­
cios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación
consagrada, un pueblo adquirido por Dios, para proclamar las
hazañas del que nos llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su
luz maravillosa.
Antes erais «no pueblo», ahora sois «Pueblo de Dios»; antes
erais «no compadecidos», ahora sois «Compadecidos».
113 Salmos responsoriales

SA LM O S RESPONSORIALES

194. Sal. 22, l-3a. 3b-4. 5. 6

Este salmo3 que canta una serena confianza, nos brinda imágenes elementales (verdor,
aguay camino) que hacen referencia a una aplicación directa al rito bautismal. Importa seña­
lar la íntima correlación entre los tres sacramentos de la iniciación cristiana: las <<fuentes
tranquilas» del bautismo3 «el reparar las fuerzas» en. la confirmación5 la «mesa y la copa» Je
la eucaristía3gwe guían al cristiano hacia la «casa del Señor, por años sin término».

El Señor es mi pastor,
nada me falta.
I?. El Señor es mi pastor,
nada me falta.
'f - El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
y. Me guía por sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
I?. El Señor es mi pastor,
nada me falta.
Leccionario para el Bautismo de niños 114
Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.

II

195. Sal. 26, 1. 4. 8b-9abc. 13-14

La confianza domina enteramente el espíritu de este salmo. Dios protege en su templo


al que se entra por el Bautismo. Es necesario buscar siempre el rostro y la presencia de Dios.
Toda la vida del cristiano bautizado debe tener una tónica de esperanza, que mira hacia la
consumación a través de la Iglesia terrestre, que es imagen y preparación de la Iglesia celeste.

y. El Señor es mi luz y mi salvación.


I?. El Señor es mi luz y mi salvación.

'p. El Señor es mi luz y mi salvación,


¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.
115 Salmos responsoriales

Una cosa pido al Señor,


eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
l^Z. El Señor es mi luz y mi salvación.

’f . Tu rostro buscaré, Señor,


no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
F^. El Señor es mi luz y mi salvación.

p. Espero gozar de la dicha del Señor


en el país de la vida.
— Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación.

III

196. Sal. 33, 2-3. 6-7. 8-9. 14-15. 16-17. 18-19

Este salmo comienza con un acto de alabanza, contemplando a Dios en gloria y claridad.
Esta contemplación es sabrosa y es bienaventuranza. El cristiano bautizado debe ser fiel a
Dios, observar sus mandamientos3 así experimentará la cercanía de Dios.

Y. Contempladlo y quedaréis radiantes.


( o Gustad y ved qué bueno es el Señor.)
RZ. Contempladlo y quedaréis radiantes.
Leccionario para el Bautismo de niños

y. Bendigo al Señor en todo momento,


su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren.

F$Z. Contempladlo y quedaréis radiantes.

Contempladlo y quedaréis radiantes,


vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias.

I^Z. Contempladlo y quedaréis radiantes.

y. El ángel del Señor acampa


en torno a sus fieles, y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él.

^Z. Contempladlo y quedaréis radiantes.

’f . Guarda tu lengua del mal,


tus labios, de la falsedad;
apártate del mal, obra el bien,
busca la paz y corre tras ella.

RZ. Contempladlo y quedaréis radiantes.

~f. Los ojos del Señor miran a los justos,


sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores
para borrar de la tierra su memoria.

í^Z. Contempladlo y quedaréis radiantes.


Salmos responsoriales

Cuando uno grita, el Señor lo escucha


y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos.

Contempladlo y quedaréis radiantes.


Leccionario para el Bautismo de niños

197. ALELUYAS Y VERSICULOS PARA ANTES


DEL EVANGELIO

Tanto amó Dios al mundo,


que le entregó a su Hijo único.
Todos los que creen en él
tienen vida eterna.
(Jn 3, 16)

II

Yo soy la luz del mundo,


dice el Señor.
El que me sigue no camina en las tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
(Jn 8, 12)

III

Yo soy el camino, la verdad y la vida,


dice el Señor.
Nadie va al Padre, sino por mí.
(Jn 14, 5)

IV

Un Señor, una fe, un bautismo.


Un Dios, Padre de todo.
(Ef 4, 5-6)
119 Aleluyas y versículos para antes del Evangelio

Nuestro Salvador Jesucristo


destruyó la muerte
e iluminó la vida
mediante el Evangelio.
(II Tim 1, 10b)

VI

Vosotros sois una raza elegida,


un sacerdocio real,
una nación consagrada,
para proclamar las hazañas del que nos llamó
a salir de la tiniebla
y a entrar en su luz maravillosa.
(1 Ped 2, 9)
Leccionario para el Bautismo de niños 120

LECTU R AS DEL E V AN G ELIO

198. Por el Bautismo ingresamos en la Iglesia, pueblo de la nueva Alianza.

a) El Bautismo es un pacto con Dios : nuestra ratificación de la Alianza que Dios ha hecho
con su pueblo. La idea de la Alianza está presente en las figuras veterotestamentarias
del Bautismo: diluvio (Gn 9, 9-17), circuncisión (Gn 17, 2-14), paso del mar Rojo
(Ex 24, 1-11). La muerte de Cristo, en la cual somos bautizados (Rm 6, 3), es el sacri­
ficio de la nueva Alianza.

b) Lo más característico de la nueva Alianza es la caridad (Jn 13, 35), resumen de toda la
ley (22, 40; Rm 13, 8-10; Gal 5, 14; Col 3, 14). El alma de la fidelidad a la Alianza
es también el amor (Jn 14, 15. 21. 2 3 -2 4 ; 15, 9 -1 0 ; 2 Jn 6). En el Bautismo, d Espí­
ritu derrama la caridad en nuestros corazones (Rm 5, 5).

Las renuncias y la profesión de fe son la expresión de nuestra adhesión a la Alianza en


el Bautismo.

►{« Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 35-40

En aquel tiempo, un fariseo, doctor de la ley, preguntó a


Jesús para ponerlo a prueba:
— Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?
El le dijo:
— «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma, con todo tu ser.»
Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es
semejante a él:
— «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los pro­
fetas.
121 Lecturas del Evangelio

II

199. En cada bautizo, la fórmula trinitaria recuerda esta orden de Jesús y nos descubre el
sentido de la misión de la Iglesia y el misterio de nuestro Bautismo.

a) Cristo Resucitado, presente por su Espíritu en la Iglesia (28, 20), ejercita su poder
salvador en el Bautismo. El Bautismo, como la columna de nube para los israelitas en
el desierto (figura del Bautismo : 1 Cor 10, 1-2. 6), es signo de la presencia y protección
del Señor (Ex 13, 2 1 -2 2 ; 14, 19-20).

b) A l agregarnos a la Iglesia, imagen de la Trinidad (Jn 17, 21-23), el Bautismo renueva


en nosotros la imagen del Creador (Col 3, 10), nos hace hijos de Dios, nos introduce
en la comunión de la vida trinitaria (28, 19; 1 Jn 1, 3 ; 2, 24-25) y nos hace partícipes
de la misma vida de Dios (2 Ped 1 ,4 ) . En adelante, nuestra vida debe ser digna de tan
elevado origen (28, 19).

Lectura del santo Evangelio según San Mateo 28, 18-20

En aquel tiempo, acercándose Jesús a los once discípulos


les dijo:
— Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra.
Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y ense­
ñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el
fin del mundo.
Leccionario para el Bautismo de niños 122

III

200. El Bautismo de Jesús es figura y fundamento del Bautismo cristiano. En él están


prefigurados los principales efectos de nuestro Bautismo.
Para Jesús, el Bautismo en el Jordán, con la humillación y glorificación que significó,
fue como una anticipación del Bautismo sangriento de la cruz (Me 10, 38-39; Le 12, 50),
en el cual somos bautizados también nosotros (Rm 6, 3). El Bautismo nos abre las puertas
del cielo (1, 10), cerradas por el pecado ; en adelante, nuestra patria es el cielo (Fil 3, 20).
Sobre el bautizado se derrama el Espíritu como una unción (Tit 3, 5-6), que nos hace hijos
de Dios, objeto de las predilecciones del Padre (Rm 8, 14-17; Gál 4, 1-7). Nos consagra
para compartir con Cristo su misión profética (Le 4,18-19 ; 1 Ped 2 ,9 ).

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 1, 9-11

En aquel tiempo, llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que


Juan lo bautizara en el Jordán.
Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar
hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo:
— Tú eres mi Hijo amado, mi preferido.
123 Lecturas del Evangelio

IV

201. «Nacer de nuevo»,«nacer de arriba», ser como un niño, es condición para entrar en el
Reino de los cielos (10, 1 5 ; Jn 3, 3. 5). El Bautismo es abaño de regeneración», de nuevo
nacimiento (Tit 3, 5 ) : nos hace «ereaturas nuevas» (2 Cor 5, 17; Gál 6, 15), «hombres
nuevos» (E f 2, 15), «renovados en nuestro espíritu» (E f 4, 24). La fuerza que nos renueva
interiormente es el Espíritu que se nos comunica en el Bautismo ( Sal 103, 30). De las aguas
bautismales, fecundadas por el Espíritu, salimos como «recién nacidos:» (1 Ped 2, 2 ), igual
que Naamán (figura del Bautismo) de las aguas del Jordán (2 Re 5, 14).
Los miños en Cristo» tienen que crecer hasta llegar a ser«hombres espirituales» (1 Cor 3,1 4 ).

►í* Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 13-16

En aquel tiempo, presentaron a Jesús unos niños para que


los tocara, pero los discípulos les regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
— Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis;
de los que son como ellos es el Reino de Dios. Os aseguro que
el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y los abrazaba y los bendecía imponiéndoles las manos.
Leccionario para el Bautismo de niños 124

202. El Bautismo, que nos introduce en el Reino de Dios (1 2 ,3 4 ), nos obliga a aceptar y res­
petar las leyes y costumbres de ese Reino: el Bautismo equivale a una especie de «traditio
legis». La ley fundamental del Reino es la caridad (Jn 13, 3 4 -3 5 ; 15, 12-13). El Bautismo
nos consagra enteramente al servicio de Dios y de los hermanos (12,30-31) : éste es el verdadero
culto espiritual (12, 3 3 ; Rom 12, 1 ; 1 Ped 2 ,5 ) . La piedra de toque de la verdadera piedad
es el amor a los hermanos (1 2 ,3 3 ; 1 Jn 3 ,1 3 -1 8 ; 4, 2 0 -2 1 ; Sant 1 ,2 7 ).

El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.

Lectura del santo Evangelio según San Marcos 12, 28b-34

En aquel tiempo, un letrado se acercó a Jesús y le preguntó:


— ¿Qué mandamiento es el primero de todos?
Respondió Jesús:
— El primero es: «Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es
el único Señor: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser.» El segundo
es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» No hay manda­
miento mayor que éstos.
[El letrado replicó:
— Muy bien, Maestro, tienes razón cuando dices que el
Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo
el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser y amar
al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos
y sacrificios.
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
— No estás lejos del Reino de Dios.
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.]
125 Lecturas del Evangelio

VI

203. El Bautismo es un nuevo nacimiento, nacimiento a la vida divina: condición para


entrar en el Reino de Dios (3, 3. 5 ; M e 10, 15).
El agua y el Espíritu son símbolos de la vida ( Gn 1, 2). El Espíritu es el germen y el prin­
cipio de la nueva vida (Rm 8, 15-16; Gal 4, 6 ; Tit 3, 5). Las aguas bautismales son el seno
virginal de la Iglesia : «el mismo Espíritu que fecundó a la Virgen, fecunda también la fuente»
( San León Magno) : tal es el sentido de la bendición del agua bautismal. La resurrección,
obra del Espíritu (Rm 8, 11), fue para Jesús como un nuevo nacimiento (Hch 26, 2 3 ; Col 1,
1 8 ; Ap 1, 5). En el Bautismo también nosotros resucitamos con Cristo a una vida nueva
(Rm 6, 5 - 6 ; Col 2, 12).
Vivir una vida nueva (Rm 6, 6), vivir según el Espíritu (Rm 8, 14)t es una exigencia
del Bautismo.

^Lectura del santo Evangelio según San Juan 3, 1-6

En aquel tiempo había ion fariseo llamado Nicodemo, magis­


trado judío. Este fue a ver a Jesús de noche y le dijo:
—Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como
maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces, si
Dios no está con él.
Jesús le contestó:
-—Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el
Reino de Dios.
Nicodemo le pregunta:
— ¿Cómo puede nacer un hombre siendo viejo? ¿Acaso puede
por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer ?
Jesús le contestó:
— Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu, no
puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es
carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
Leccionario para el Bautismo de niños 126

VII

204. El Bautismo es «don de Dios» (4, 10) : nos da la vida divina, la vida eterna.
Dios mismo es la fuente de aguas vivas (Jer 2, 1 3 ; Sal 35, 3 ; /s i2, Cmío ¿w su
pasión se ha convertido para los hombres en la Roca de donde brotan las fuentes de la salva­
ción (Ex 17, 3 -7 ; Jn 7, 37-39; 19, 3 1 -3 5 ); en él se han cumplido las profecías (Is 41, 17-18;
43, 1 9 -2 1 ; 48, 2 0 -2 1 ; Ap 7, 1 6 -1 7 ; 22, 17). La condición para beber de esa <<fuente de
aguas de vida» es creer en Jesucristo (4, 10) ; el Bautismo es sacramento de la fe.
En el Bautismo, la vida divina se nos da como un germen que aspira a conservarse y de­
sarrollarse «hasta la vida eterna» (4, 14) : «Una agua viva que murmura dentro de mí y desde
lo íntimo me está diciendo : Ven al Padre» ( San Ignacio de Antioquía).

►í* Lectura del santo Evangelio según San Juan 4, 5-14

En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado


Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José: allí estaba
el manantial de Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manan­
tial. Era alrededor de mediodía.

Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice:


— Dame de beber.
(Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida).

La samaritana le dice:
— ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos).
Jesús le contestó:
— Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te pide de
beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.

La mujer le dice:
— Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas
el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio
este pozo y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados ?
127 Lecturas del Evangelio

Jesús le contestó:
— El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que
beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que
yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que
salta hasta la vida eterna.

VIII

205. El Bautismo es el sacramento de lafe y , por eso mismo, es sacramento de la vida eterna.
La fe es don de Dios (6, 44; E f 2, 8). El Bautismo es signo y expresión de la fe. La fe
y el Bautismo nos introducen en el conocimiento de las relaciones íntimas que existen entre el
Padre y el Hijo (6, 46). Es misión del Espíritu el acercarnos al Padre y descubrirnos sus
secretos (1 Cor 2, 10-12) : en esto consiste la vida eterna (6, 4 7 ; 17, 3). Todo esto nos lo
da el Bautismo.
«Dejarse enseñar por Dios» (6, 45), crecer en la fe recibida, es exigencia del Bautismo.

►í* Lectura del santo Evangelio según San Juan 6, 44-47

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:


— Nadie puede venir a mí, si no lo trae el Padre que me ha
enviado.
Y yo lo resucitaré el último día.
Está escrito en los profetas: «Serán todos discípulos de Dios.»
Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que viene
de Dios: ése ha visto al Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna.
Leccionario para el Bautismo de niños 128

IX

206. El Bautismo es la fuente de agua viva que brotó, para la Iglesia, del costado de Cristo
(7, 3 8 ; 19, 31-35), cumpliéndose así la figura profética de la roca de Horeb (Ex 17, 3 -7 ;
1 Cor 1 0 ,4 ). El Espíritu, fuente de vida eterna, es el don pascual de Cristo a su Iglesia ( 7, 39b ;
16, 7).
El Bautismo, comunicando el Espíritu (Hch 2, 3 9 ; Rm 5, 5), hace brotar en cada cris­
tiano torrentes de agua viva (7, 38). La venida del Espíritu es como un «Bautismo en Espí­
ritu» (Hch 1, 5 ; 2, 4) ; el Bautismo de agua saca su eficacia del Espíritu. El Espíritu es el
principiq de la vida nueva ( Gn 1 , 2 ; Tit 3, 5) y de la fecundidad en el Bautismo. Para todo
ello se requiere la fe (7 ,3 9 ) ; el Bautismo es sacramento de la fe.


J» Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37b-39

En aquel tiempo, Jesús en pie gritaba:


—El que tenga sed, qué venga a mí;
el que cree en mí, que beba.
(Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes
de agua viva.)
Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los
que creyeran en él.
129 Lecturas del Evangelio

207• La coincidencia en una serie de detalles con la simbólica del Bautismo (ceguera de naci­
miento, piscina, enviado, unción, lavado, confesión de fe) hacen de este milagro una figura
de nuestro sacramento.
El Bautismo es un misterio de luz, una «iluminación»; a los bautizados se les llama «ilu­
minados» (Hb 6, 4 ; 10, 32). El Bautismo nos hace pasar del reino de las tinieblas (muerte)
al reino de la luz (vida) (Col 1 ,1 2 -1 3 ; 1 Ped 2 ,9 ). Equivale a una nueva creación, victoria
de la luz sobre las tinieblas (Gn 1, 3 -4 ; 2 Cor 4 ,6 ). Bautizados en Cristo (Siloé = En­
viado), nos revestimos de Cristo, somos «luz en el Señor» (Ef 5 ,8 ) ,« hijos de la luz» (1 Tes 5,
5). El Bautismo nos hace participar en la vida nueva del Resucitado : eso quiere significar el
rito de encender la vela en el cirio pascual (E f 5, 14).
«Andar como hijos de la luz» (Ef 5, 8-11) es una exigencia del Bautismo.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 9, 1-7

En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de


nacimiento.
Y sus discípulos le preguntaron:
—Maestro, ¿quién pecó: éste o sus padres, para que naciera
ciego?
Jesús contestó:
— Ni éste pecó ni sus padres, sino para que se manifiesten
en él las obras de Dios. Mientras es de día tengo que hacer las
obras del que me ha enviado: viene la noche y nadie podrá ha­
cerlas. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.
Dicho esto escupió en la tierra, hizo barro con la saliva,
se lo untó en los ojos al ciego y le dijo:
— Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).
El fue, se lavó, y volvió con vista.
Leccionario para el Bautismo de niños 130
XI

208. El Bautismo nos incorpora a Cristo; es como un injertarnos en.Cristo (Rm 11,17-19),
en su muerte (Rm 6, 5). Es obra del amor de Dios, de elección gratuita (Jn 15, 16 ; Rm 11,
17). Da origen a una comunión estrecha e íntima entre Cristo y el bautizado; nace una co­
munidad nueva, el misterio de la verdadera vid : Cristo y la Iglesia, imagen de la comunión
trinitaria (Jn 15, 9 ; 17, 21). Esta comunión es condición y garantía de fecundidad (15,
4 -6 ; Ez 19,10-11 ) y de alegría duradera ( 1 5 ,1 1 ; 17, 13).
El Bautismo exige una fidelidad constante a la comunión con Cristo, que se manifiesta
en el cumplimiento de los mandamientos (1 5 ,1 0 ).

^ Lectura del santo Evangelio según San Juan 15, 1-11


En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
—Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador.
A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca; y a todo el
que da fruto, lo poda para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado;
permaneced en mí y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece
en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: el que permanece en
mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí* no podéis
hacer nada.
Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento,
y se seca: luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros,
pediréis lo que deseéis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante;
así seréis discípulos míos.
Como el Padre me ha amado, así os he amado yo: permaneced
en mi amor.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor,
lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre
y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros,
y vuestra alegría llegue a plenitud.
131 Lecturas del Evangelio

XII

209. La sangre y el agua simbolizan ante todo el sacrificio de Cristo y el Espíritu, el origen
de los sacramentos (Bautismo y Eucaristía) y el nacimiento de la Iglesia (nueva Eva).
Pero la tradición las ha interpretado también como imagen del Bautismo, cumplimiento de
lafigura (roca de Horeb : Ex 17,3-7) y de las profecías (Is 41,17-18 ; 43,19-21 ; 48, 20-21 ;
Jn 7, 37-39). La conexión del agua con la sangre está indicando que toda su fuerza de salva­
ción le viene al Bautismo del sacrificio pascual de Cristo. Lo mismo que la Sangre de Cristo,
el Bautismo libera (Ex 12, 7. 22), purifica (Hb 12> 2 4 ; 1 Ped 1 ,2 ; Ap 1 ,5 ; 7,14), vivifica
(Jn 6, 53-56), consagra y santifica (Ex 12, 7. 2 2 ; 29, 20-21 y Lv 8, 23-24. 3 0 ; Ez 43,
20 ; Hb 10, 29 ; 13, 12) . En cada Bautismo se renueva el misterio del nacimiento de la Iglesia
en un nuevo miembro.

Lectura del santo Evangelio según San Juan 19, 31-35

En aquel tiempo los judíos, como era el día de la Preparación,


para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque
aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les que­
braran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le
quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían
crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había
muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados
con la lanza le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vió da testimonio y su testimonio es verdadero, y
él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis.
FORM ULARIOS DIVERSOS
PA R A LA CELEBRACION DEL BAUTISM O
135 Oración de los fieles

I. O r a c ió n de los f ie l e s

Se puede emplear cualquiera de las fórmulas que aquí se proponen.


Es lícito escoger intenciones de los diversos formularios, e incluir nuevas,
con el fin de que la oración sea más apta y responda mejor a las especia­
les circunstancias y deseos de las familias. Siempre se termina con la
invocación de los Santos.

210 . Hermanos: Oremos ahora por estos niños que


van a ser bautizados, por sus padres y padrinos y por
todo el pueblo santo de Dios.
Para que estos niños, al participar en el misterio
de la muerte y resurrección de Cristo, alcan­
cen nueva vida, y por el Bautismo se incor­
poren a su Santa Iglesia. Roguemos al Señor.
í^. Te rogamos, Óyenos (u otra respuesta habitual).

Para que el Bautismo y la Confirmación los haga


fieles discípulos suyos, que den testimonio
del Evangelio en el mundo. Roguemos al
Señor.
Te rogamos, óyenos.

Para que a través de una vida santa lleguen al


Reino de los cielos. Roguemos al Señor.
H?. Te rogamos, óyenos.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 136
Para que los padres y padrinos sean ejemplo de
fe viva para estos niños. Roguemos al Señor.
í^. Te rogamos, óyenos.

Para que Dios guarde siempre en su amor a


estas familias. Roguemos al Señor.
Te rogamos, óyenos.

Para que renueve en todos nosotros la gracia


del Bautismo. Roguemos al Señor.
1^. Te rogamos, óyenos.

Siguen las invocaciones de los Santos.

2
211. Llamados a ser sacerdocio real, estirpe elegida,
pueblo de su propiedad, invoquemos la misericordia de
Dios omnipotente para estos niños que van a recibir
la gracia del Bautismo, para sus padres y padrinos y
para todos los bautizados.

Para que se digne incorporar a estos niños a su


Iglesia, por el Bautismo. Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, Óyenos (u otra respuesta habitual).

Para que sellados con el signo de la cruz, con­


fiesen por los caminos de la vida a Cristo,
Hijo de Dios. Roguemos al Señor.
1^. Te rogamos, óyenos.
137 Oración de los fieles

Para que sepultados por el Bautismo en la muerte


de Cristo, participen en su resurrección.
Roguemos al Señor.
1^. Te rogamos, óyenos.

Para que, ayudados por la palabra y el ejemplo


de sus padres y padrinos, crezcan como miem­
bros vivos de la Iglesia. Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, óyenos.

Para que en todos nosotros se renueve la gracia


del Bautismo. Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, óyenos.

Para que conserve siempre en una misma fe y


caridad a todos los discípulos de Cristo, bau­
tizados para formar un solo cuerpo. Roguemos
al Señor.
R7. Te rogamos, óyenos.
Siguen las invocaciones de los Santos.

212 . Invoquemos la misericordia de Jesucristo nues­


tro Señor por estos niños que van a ser bautizados,
por sus padres y padrinos y por todos los fíeles.
Para que reciban la adopción de1hijos de Dios,
por el Bautismo. Roguemos al Señor.
Ri. Te rogamos, Óyenos, (u orra respuesta habitual).
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 138
Para que, injertados como sarmientos en la ver­
dadera vid, sean por su fe auténticos discípu­
los de Cristo. Roguemos al Señor.
Te rogamos, óyenos.

Para que guarden fielmente los preceptos de


Cristo, permanezcan siempre en su amor y
anuncien a los hombres su Evangelio. Rogue­
mos al Señor.
^Z. Te rogamos, óyenos.

Para que, santificados por la gracia de Cristo


nuestro Salvador, consigan la herencia eterna.
Roguemos al Señor.
í^7. Te rogamos, óyenos.

Para que sus padres y padrinos eduquen en el


conocimiento y amor de Dios a estos niños
que van a ser bautizados. Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, óyenos.

Para que todos los hombres lleguen a participar


en la nueva vida del Bautismo. Roguemos al
Señor.
1^?. Te rogamos, óyenos.

Siguen las invocaciones de los Santos.


139 Oración de los fieles

213 . Llamados a ser sacerdocio real, estirpe elegida,


pueblo de su propiedad, invoquemos la misericordia de
Dios omnipotente para estos niños que van a recibir la
gracia del Bautismo, para sus padres y padrinos y para
todos los bautizados.

Para que lleguen a ser por el Bautismo hijos


adoptivos de Dios, en quienes él se com­
plazca. Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, Óyenos (u otra respuesta habitual).

Para que, renacidos por el agua y el Espíritu


Santo, y guiados por el mismo Espíritu, ma­
nifiesten siempre su nueva vida a todos los
hombres. Roguemos al Señor.
í^. Te rogamos, óyenos.

Para que tengan la fuerza de superar las tenta­


ciones y los atractivos del espíritu del mal.
Roguemos al Señor.
R'. Te rogamos, óyenos.

Para que amen al Señor con todo su corazón,


con toda su alma y con todas sus fuerzas, y al
prójimo como a sí mismos. Roguemos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 140
Para que todos los aquí presentes demos a estos
niños el testimonio de nuestra fe. Roguemos
al Señor.
Te rogamos, óyenos.

Para que todos los fieles de Cristo manifiesten


siempre en su conducta la señal de la fe que
recibieron en el Bautismo. Roguemos al Señor.
Te rogamos, óyenos (u otra respuesta habitual).

Siguen las invocaciones de los Santos.

214 . Invoquemos la misericordia de Cristo para


estos niños, para sus padres y padrinos y para todos los
bautizados.
Para que renazcan a la vida eterna por el agua
y el Espíritu Santo. Roguemos al Señor.

3Z . Te rogamos, óyenos (u otra respuesta habitual).

Para que sean miembros vivos de la Iglesia


santa. Roguemos al Señor.

1^. Te rogamos, óyenos.

Para que sean capaces de oír, guardar y testimo­


niar el Evangelio. Roguemos al Señor.

H?. Te rogamos, óyenos.


141 Oración de los fieles

Para que un día puedan participar con gozo en


la mesa de la Eucaristía. Roguemos al Señor.
í^. Te rogamos, óyenos.

Para que amen siempre a Dios y al prójimo. Ro­


guemos al Señor.
Te rogamos, óyenos.

Para que, ayudados con la palabra y el ejemplo


de los cristianos, crezcan en sabiduría y gracia.
Roguemos al Señor.
I^Z. Te rogamos, óyenos.

Para que todos los cristianos vivan siempre uni­


dos en la fe y la caridad. Roguemos al Señor.
1^. Te rogamos, óyenos.

Siguen las invocaciones de los Santos.


Formularios diversos para la celebración del Bautismo 142

II. O tra o r a c ió n de e x o r c is m o

215. Señor Dios todopoderoso,


que enviaste a tu Hijo único
para que el' hombre, esclavo del pecado,
alcance la libertad de tus hijos.
Tú sabes que estos niños van a sentir las ten­
taciones del mundo seductor
y van a tener que luchar contra los engaños
del demonio.
Por la fuerza de la muerte y resurrección de
tu Hijo,
arráncalos del poder de las tinieblas
y, fortalecidos con la gracia de Cristo,
guárdalos a lo largo del camino de la vida.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Amén.
143 Bendición e invocación a Dios sobre el agua

III. B e n d ic ió n e in v o c a c ió n a D io s sobre el agua

216. Véase la que se propone en el n. 123.

217.

Celebrante: Bendito seas, Dios Padre todopoderoso,


porque has creado el agua que purifica
y da la vida.

Todos: Bendito seas por siempre, Señor.


(u otra aclamación).
Celebrante: Bendito seas, Dios Hijo único del Padre,
Jesucristo, porque de tu costado abierto
hiciste brotar agua junto con la sangre,
para que de tu muerte y resurrección
naciera la Iglesia.

Todos: Bendito seas por siempre, Señor.

Celebrante: Bendito seas, Dios Espíritu Santo, porque


ungiste a Cristo bautizado en las aguas
del Jordán, para que nosotros seamos
bautizados en ti.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 144

Celebrante: Escúchanos, Señor, Padre único, y santi­


fica este agua, creatura tuya, para que
los bautizados en ella queden limpios
de pecado y renazcan a la vida de hijos
de Dios.
Todos: Escúchanos, Señor, (u otra aclamación).

Celebrante: Santifica este agua, creatura tuya, para


que los bautizados por ella en la muerte
y resurrección de Cristo, respondan a
la imagen de tu Hijo.
Todos: Escúchanos, Señor.

Celebrante: Santifica este agua, creatura tuya, para


que el Espíritu Santo dé la vida nueva
a tus elegidos y sean miembros de tu
pueblo santo.
Todos: Escúchanos, Señor.

Cuando el agua bautismal está ya bendecida, se omiten las invoca­


ciones Escúchanos, Señor, y las que siguen, diciendo el celebrante:
Por el sacramento de este agua, da la vida
espiritual a N. y N. (tus elegidos), lla­
mados al Bautismo en la fe de la Igle­
sia, para que tengan vida eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
T odos: Amén.
145 Bendición e invocación a Dios sobre el agua

218 . 3
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por­
que de la fuente del Bautismo hiciste
brotar en nosotros la nueva vida de hijos
de Dios.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
(u otra aclamación)
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por­
que reúnes en un solo pueblo, por el
agua y el Espíritu Santo, a todos los
bautizados en tu Hijo Jesucristo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por­
que nos haces libres para gozar de tu
vida con el Espíritu Santo que infundes
en nuestros corazones.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por­
que envías a los bautizados para que
anuncien con gozo a todos los pueblos
el Evangelio de Cristo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Bendice, ahora, Señor, este agua, en la
que van a ser bautizados N. y N. (tus
elegidos), a quienes has llamado al baño
de la regeneración en la fe de tu Iglesia,
para que tengan la vida eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 146
Cuando el agua está ya bendecida, se omite la invocación Bendice
,
ahora Señor, diciendo el celebrante:
Por el sacramento de este agua consagrada,
N. y N . (tus elegidos), llamados al Bau­
tismo en la fe de la Iglesia, nazcan de
nuevo y tengan vida eterna. Por Jesu­
cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
147 Formularios para las renuncias

IV. F o r m u la r io s para la s r e n u n c ia s

219. Renunciáis a Satanás, esto es:

— al pecado, como negación de Dios;


— al mal, como signo del pecado en el mundo;
— al error, como ofuscación de la verdad;
— a la violencia, como contraria a la caridad;
— al egoísmo, como falta de testimonio del amor.

Sí, renuncio.

Renunciáis a sus obras, que son:

— vuestras envidias y odios,


— vuestras perezas e indiferencias;
— vuestras cobardías y complejos;
— vuestras tristezas y desconfianzas;
— vuestros materialismos y sensualidades;
— vuestras injusticias y favoritismos;
— vuestras faltas de fe, de esperanza y de caridad.

Sí, renuncio.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 148
Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser:

— el creeros los mejores;


— el veros superiores;
— el estar muy seguros de vosotros mismos;
— el creer que ya estáis convertidos del todo;
— el quedaros en las cosas, medios, instituciones,
métodos, reglamentos, y no ir a Dios.
1^. Sí, renuncio.

220. Renunciáis a creeros superiores a los demás,


esto es, a cualquier tipo de:
— abuso;
— discriminación;
— fariseísmo, hipocresía, cinismo;
— orgullo;
— egoísmo personal;
— desprecio.
Sí, renuncio.

Renunciáis a inhibiros ante las injusticias y necesida­


des de las personas e instituciones por:

— cobardía;
— pereza;
— comodidad;
— ventajas personales.
1^. Sí, renuncio.
149 Formularios para las renuncias

Renunciáis a los criterios y comportamientos mate­


rialistas que consideran:

— el dinero como la aspiración suprema de la vida;


— el placer ante todo;
— el negocio como valor absoluto;
— el propio bien por encima del bien común.

Sí, renuncio.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 150

V. A c la m a c io n e s y tr o p a r io s

221 . Aclamaciones sacadas de los Libros Sagrados:

— ¿Quién de los fuertes se parece a ti, Señor ? (o ¿Quién


se te parece en la fuerza,.Señor?)

— ¿Quién se parece a ti, espléndido en santidad, terrible


y admirable, haciendo maravillas? (Ex., 15, 11).

— Dios es luz, y en él no hay tiniebla alguna (1 Jn., 1, 5).

— Dios es caridad, y el que en caridad permanece, per­


manece en Dios (1 Jn., 4, 16).

— Uno solo es Dios, Padre de todo, el que está sobre


todo y por todo y en todos nosotros (Ef., 4, 6).

— Contemplad al Señor y quedaréis radiantes (Sal., 33, 6).

— Bendito sea Dios, que os eligió en Cristo (Ef., 1, 4).

— Sois hechura de Dios, creados en Cristo Jesús


(Ef., 2, 10).

— Ahora somos hijos de Dios:


Y aún no se ha manifestado lo que seremos (1 Jn., 3,2).
151 Aclamaciones y troparios

— Mirad qué amor nos ha tenido el Padre


para llamarnos y ser hijos de Dios.
— Benditos los que lavan sus estolas en la sangre del
cordero (Ap., 22, 14).
— Somos una misma cosa en Cristo Jesús (Gál., 3, 28).
— Sed imitadores de Dios, y caminad en el amor, tal
como nos amó Cristo (Ef., 5, 1-2).

222. Troparios seleccionados de las Antiguas Li­


turgias :

— Creemos en ti, Cristo; ilumina nuestros corazones,


para que seamos hijos de la luz.
— Nos acercamos a ti, Señor; concédenos vivir en ti
y seremos tus hijos adoptivos.
— De tu costado, Cristo, brotó una fuente de agua, que
lava la suciedad del mundo y renueva la vida.
— Sobre las aguas clama la voz del Padre, brilla la glo­
ria del Hijo y da vida el amor del Espíritu Santo.

— Iglesia santa, abre tus brazos y recibe a los nacidos


por el Espíritu de Dios.
— Alegráos, vosotros, elegidos de Dios,
sepultados con Cristo en su muerte,
resucitados en Cristo por la fe.
Esta es la fuente de vida, que ha lavado al mundo
entero; brotó de la herida de Cristo.
Esperad el Reino de los cielos, los que habéis renacido
de esta fuente.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 152

VI. F ó r m u la s de b e n d ic ió n fin a l

223. Véase el texto propuesto en el n. 135.


224.
2
Celebrante: El Señor Dios todopoderoso, que llenó
de alegría el universo con el nacimiento
de su Hijo, bendiga a estos recién bau­
tizados, para que sean imagen acabada
de Jesucristo.
Todos: Amén.
Celebrante: El Señor Dios todopoderoso, dispensa­
dor de la vida temporal y la eterna, ben­
diga a los padres y madres de estos ni­
ños, para que del mismo modo que ahora
le agradecen su descendencia perseve­
ren con sus hijos en constante acción
de gracias.
Todos: Amén.
Celebrante: El Señor Dios todopoderoso, que nos
ha hecho renacer a la vida eterna por
el agua y el Espíritu, bendiga a estos
fíeles, para que siempre y en todo lugar
sean miembros vivos de su pueblo; y
conceda la abundancia de su paz, a to­
dos los aquí presentes, en Jesucristo
nuestro Señor.
Todos: Amén.
153 Fórmulas de bendición final

Celebrante: La bendición de Dios todopoderoso,


Padre, Hijo ►{< y Espíritu Santo des­
cienda sobre vosotros.

Todos: Amén.

3
225.
Celebrante: El Dios autor de la vida y de la caridad,
que llena el corazón de las madres de
amor a sus hijos, bendiga a las madres
de éstos bautizados, para que del mismo
modo que le agradecen su descenden­
cia, se gocen en el cariño, crecimiento
y fortaleza de sus hijos.
Todos: Amén.

Celebrante: El Dios principio y modelo de toda pa­


ternidad, acompañe con su amor a los
padres de estos niños, para que conduz­
can a sus hijos, con el ejemplo, hasta
la plenitud del compromiso cristiano.
Todos: Amén.

Celebrante: El Dios, amigo de los hombres, mire con


amor a todos los conocidos y familiares
de los nuevos bautizados; los libre del
mal, los proteja siempre y les conceda
paz y felicidad abundante.
Todos: Amén.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 154
Celebrante: La bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo des­
cienda sobre vosotros.

Todos: Amén.

4
226 .
Celebrante: Hermanos:
Os pongo en manos de la gracia miseri­
cordiosa de Dios Padre todopoderoso,
de su Hijo unigénito y del Espíritu
Santo. El nos proteja en la vida, para
que, caminando a la luz de la fe, alcan­
cemos los bienes prometidos.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ^ y Espíritu Santo des­
cienda sobre vosotros.

Todos: Amén.
Podéis ir en paz.
INDICE GENERAL
157 Indice general

Pag.

• O R IE N T A C IO N E S D O C T R IN A L E S Y P A S T O R A L E S ....................... 7

I ntro du cción ....................................................................................................................... 9


L os sacramentos de la iniciación cristiana.................................................... 9

I. D ignidad del B a u tism o .................................................................................... 10

El Bautismo, sacramento de la fe .................................................................... 10


El Bautismo, incorporación a la Iglesia................................................ .. 10
El Bautismo, nacimiento a la vida de D io s ................................................... 10
El Bautismo, participación en el misterio pa scu a l..................................... 11

II. I mportancia del B autismo de los n iñ o s .................... ............................... 11

III. F unciones y ministerios . . . ........................................................................... 12

El pueblo de D io s ................................................................................................. 12
Los padres............................................................................................................... 13
L os padrinos........................................................................................................... 14
L os m inistros......................................................................................................... 14
Coordinación a nivel diocesano y local.......................................................... 16

IV. R equisitos para celebrar el B autism o ....................................................... 17

V. T iempo y lugar del B autismo de los n iñ o s ............................................. 18

T ie m p o ......................................................................... .......................................... 18
L u g a r ....................................................................................................................... 19

V I. P reparación del B autismo de los n iñ o s .................................................... 20

A) Preparación remota...................................................................................... 20
Finalidad de esta preparación................................................................. 20
M om entos de esta catequesis..................................... ............................ 20
Form ación prem atrim onial....................................................................... 20
B) Preparación próxima de padres y padrinos............... ............................ 21
D iálogo prebautism al................................................................................. 21
Cursillos para futuros padres.................................................................. 21
Petición del Bautism o................................................................................ 21
Garantías................................................................................................... .. • 21
Indice general 158
Pág .

V II. La celebración del B autismo de n iñ o s ............................................................. 22

A) Aspecto comunitario de la celebración..............................................................22


B) Dinámica del rito ......................................................................................... ........22
R ito de acogida............................................................................................ ........23
Liturgia de la Palabra................................................................................ ........23
C elebración del S acram ento................................................................... ........24
Ritos conclusivos......................................................................................... ........ 24
C) Celebración en la Vigilia pascual .....................................................................25

D) Celebración dentro de la Misa ...........................................................................25


E) Ritual breve del Bautismo.......................................................................... ........ 26

F) Acomodaciones que competen al ministro................. ....................................... 27

V III. La educación de la fe de los bautizados ........................................................ 27

A) Principios generales...................................................................................... ........ 27

B) Los responsables de la educación de la f e ................................................ ........ 29


La fam ilia...................................................................................................... ........ 29
La escuela...................................................................................................... ........ 30
La parroquia...................................................................... .......................... .........30

IX . A ctualización del B autismo a lo largo de la vida del cris ­


t ia n o ................................................................................................................................... 31

• B A U T IS M O D E V A R IO S N I Ñ O S 33

R ito de acogida............................................................................................................. 35
Liturgia de la Palabra................................................................................................. 38
Liturgia del Sacram ento.................................................................................... ........ 43
C onclusión del rito.............................................................................................. ........ 52

• B A U T IS M O D E U N S O L O N I Ñ O .............................. 55

R ito de acogida..............................................................................................................57
Liturgia de la Palabra..................................... ................................................... .........60
Liturgia del S acram ento................................................................................... .........64
Conclusión del r i t o ............ .........................................................................................73

• B A U T IS M O D E U N N IÑ O E N P E L IG R O D E M U E R T E .........77

Ritual abreviado.......... ..................................................................................................79


159 Indice general

Pág.

• PARA RECIBIR EN L A IG L E S IA A U N N IÑ O Y A B A U T I Z A D O .. 85

Rito de acogida..................................................................................................... 87
Liturgia de la Palabra......................................................................................... 89
Ritos explicativos.................................................................................................. 93
Conclusión del rito.............................................................................................. 95

• LE C C IO N A R IO PARA EL B A U T IS M O DE N IÑ O S ........................... 99

Lecturas del Antiguo Testamento.................................................................. 101


Lecturas de las cartas apostólicas................................................................... 107
Salmos responsoriales.......................................................................................... 113
Aleluyas y versículos para antes del Evangelio......................................... 118
Lecturas del Evangelio....................................................................................... 120

• FO R M U LAR IO S DIVER SO S PARA L A CELEBR ACION D E L B A U ­


T I S M O ................................................................................................................... 133

Oración de los fíeles............................................................................................ 135


Otra oración de exorcismo................................................................................. 142
Bendición e invocación a Dios sobre el agua.............................................. 143
Formularios para las renuncias........................................................................ 147
Aclamaciones y troparios.................................................................................. 150
Fórmulas de bendición final............................................................................. 152

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