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BAUTISMO
DE NIÑOS
2 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES
IN T R O D U C C IÓ N
El Bautismo, sacramento de la fe
3. El Bautismo, puerta de la vida y del reino, es el primer sacramento de la
nueva ley, que Cristo propuso a todos para que tuvieran la vida eterna9 y que
después confió a su Iglesia juntamente con su Evangelio, cuando mandó a los
Apóstoles: «íd y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo»10. Por ello el Bautismo es, en primer
lugar, el sacramento de la fe con que los hombres, iluminados por la gracia del
Espíritu Santo, responden al Evangelio de Cristo. Así, pues, no hay nada que la
Iglesia estime tanto ni hay tarea que ella considere tan suya como reavivar en los
catecúmenos o en los padres y padrinos de los niños que se van a bautizar una fe
activa, por la cual, uniéndose a Cristo, entren en el pacto de la nueva alianza o la
ratifiquen. A esto se ordenan, en definitiva, tanto el catecumenado y la
preparación de padres y padrinos como la celebración de la Palabra de Dios y la
profesión de fe en el rito bautismal.
Espíritu Santo. Las lecturas bíblicas, la oración de los fieles y la triple profesión de
fe están encaminadas a preparar este momento culminante.
9. Ahora bien, para completar la verdad del sacramento conviene que los
niños sean educados después en la fe en que han sido bautizados. El mismo
sacramento recibido será el fundamento y la fuente de esta educación. Porque la
educación en la fe, que en justicia se les debe a los niños, tiende a llevarles
gradualmente a comprender y asimilar el plan de Dios en Cristo, para que
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El pueblo de Dios
11. La preparación al Bautismo y la formación cristiana es tarea que incumbe
muy seriamente al pueblo de Dios, es decir, a la Iglesia, que transmite y alimenta
la fe recibida de los Apóstoles. A través del ministerio de la Iglesia, los adultos son
llamados al Evangelio por el Espíritu Santo, y los niños son bautizados y
educados en la fe de la Iglesia.
Es, pues, muy importante que los catequistas y otros laicos presten su
colaboración a los sacerdotes y a los diáconos ya desde la preparación del
Bautismo. Conviene, además, que, en la celebración del Bautismo, tome parte
activa el pueblo de Dios, representado no solamente por los padrinos, padres y
parientes, sino también, en cuanto sea posible, por sus amigos, familiares y
vecinos, y por algunos miembros de la Iglesia local, para que se manifieste la fe y
se exprese la alegría de todos al acoger en la Iglesia a los recién bautizados.
Los padres
15. Por el mismo orden natural, el ministerio y las funciones de los padres en
el Bautismo de los niños está muy por encima del ministerio y funciones de los
padrinos.
a) Es muy importante que antes de la celebración del sacramento los
padres, movidos por su propia fe o ayudados por amigos u otros
miembros de la comunidad, se preparen a una celebración consciente,
recurriendo a medios adecuados, como pueden ser libros, folletos,
circulares y catecismos. Procure el párroco tener contacto con ellos,
personalmente o por otros, incluso reuniendo a varias familias, para
prepararles a la próxima celebración con reflexiones pastorales y
oración en común.
b) Es igualmente importante que los padres del niño asistan a la
celebración en la que su hijo renacerá del agua y del Espíritu Santo.
c) Los padres del niño ejercen un ministerio verdaderamente propio en la
celebración del Bautismo. En efecto, además de escuchar las
moniciones del celebrante y de orar juntamente con la asamblea
desempeñan un verdadero ministerio:
— cuando piden públicamente que sea bautizado el niño;
— cuando lo signan en la frente, después del celebrante;
— cuando hacen la renuncia a Satanás y pronuncian la profesión de
fe;
— cuando llevan el niño a la fuente bautismal (función que
corresponde principalmente a la madre);
— cuando encienden el cirio;
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Los padrinos
16. Según costumbre antiquísima de la Iglesia, no se admite a un adulto al
Bautismo sin un padrino, tomado de entre los miembros de la comunidad
cristiana. Este padrino le habrá ayudado al menos en la última fase de preparación
al sacramento y, después de bautizado, contribuirá a su perseverancia en la fe y en
la vida cristiana.
En el Bautismo de un niño debe haber también un padrino: representa a la
familia, como extensión espiritual de la misma, y a la Iglesia madre, y, cuando sea
necesario, ayuda a los padres para que el niño llegue a profesar la fe y a expresarla
en su vida.
18. Por tanto, es conveniente que el padrino elegido por la familia reúna, a
juicio de los pastores, las cualidades requeridas para que pueda realizar los ritos
que le corresponden, a saber:
a) que tenga la madurez necesaria para cumplir con esta función;
b) que haya recibido los tres sacramentos de la iniciación cristiana:
Bautismo, Confirmación y Eucaristía;
c) que pertenezca a la Iglesia católica y no esté incapacitado, por el
derecho, para el ejercicio de la función de padrino.
Sin embargo, cuando así lo deseen los padres, se puede admitir como
padrino o testigo cristiano del Bautismo a un bautizado que pertenezca a una
8 | ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES
20. Los padres han de tomar en serio la elección de buenos padrinos para sus
hijos, a fin de que el padrinazgo no se convierta en una institución de puro
tramite y formalismo. No deben dejarse guiar únicamente por razones de
parentesco, amistad o prestigio social, sino por un deseo sincero de asegurar a sus
hijos unos padrinos que, por su edad, proximidad, formación y vida cristianas,
sean capaces de influir, en su día, eficazmente en la educación cristiana de
aquellos.
Los ministros
21. Es ministro ordinario del Bautismo el obispo, el presbítero y el diácono.
Siempre que celebren este sacramento recuerden que actúan como Iglesia, en
nombre de Cristo y por la fuerza del Espíritu Santo. Sean, pues, diligentes en
administrar la Palabra de Dios y en la forma de realizar el sacramento. Eviten
también todo lo que pueda ser interpretado razonablemente por los fieles como
una discriminación de personas22.
22. Por ser los obispos «los principales administradores de los misterios de
Dios, así como también moderadores de toda la vida litúrgica en la Iglesia que les
ha sido confiada»23, corresponde a ellos «regular la administración del Bautismo,
por medio del cual se concede la participación en el sacerdocio real de Cristo»24.
Por tanto, no dejen de celebrar ellos mismos el Bautismo, principalmente en la
Vigilia pascual y en la visita pastoral (cfr. n. 48).
24. Los demás presbíteros y diáconos, por ser los colaboradores del obispo y de
los párrocos en su ministerio, preparan al Bautismo y lo confieren también, de
acuerdo con el obispo o el párroco.
27. Todos los laicos, como miembros que son de un pueblo sacerdotal,
especialmente los padres y, por razón de su oficio, los catequistas, las comadronas,
las asistentes sociales, las enfermeras, los médicos y los cirujanos, deben tener
interés por conocer bien, cada cual según su capacidad, el modo correcto de
bautizar en caso de urgencia.
Corresponde a los presbíteros, diáconos y catequistas el instruirles.
28. El que preside la celebración del Bautismo no actúa solo como ministro del
sacramento, sino también en función o en nombre del presidente de la
comunidad a la que se agrega un nuevo miembro. Se tendrá esto en cuenta
especialmente cuando por razones de tipo familiar o social ha de presidir un
presbítero o diácono, distinto de los presbíteros o diáconos de la comunidad.
33. El agua del Bautismo debe ser agua natural y limpia, para manifestar la
verdad del signo y hasta por razones de higiene.
37. Tanto el rito de la inmersión -que es más apto para significar la muerte y
resurrección de Cristo- como el rito de la infusión pueden utilizarse con todo
derecho.
38. Las palabras en las cuales se confiere el Bautismo en la Iglesia latina son:
«Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
40. El bautisterio -es decir, el lugar donde brota el agua de la fuente bautismal
o, simplemente, está colocada permanentemente la pila- debe estar reservado al
sacramento del Bautismo, y ser verdaderamente digno de manera que aparezca
con claridad que allí los cristianos renacen del agua y del Espíritu Santo. Bien sea
que esté situado en alguna capilla dentro o fuera del templo, bien esté colocado
en cualquier parte de la Iglesia a la vista de los fieles, debe estar ordenado de tal
manera que permita la cómoda participación de una asamblea numerosa. Una vez
concluido el tiempo de Pascua, conviene que el cirio pascual se conserve
dignamente en el bautisterio; durante la celebración del Bautismo debe estar
encendido, para que con facilidad se puedan encender en él los cirios de los
bautizados.
41. Aquellos ritos que, en la celebración del Bautismo, se hacen fuera del
bautisterio deben realizarse en los distintos lugares del templo que respondan más
adecuadamente tanto al número de los asistentes como a las distintas partes de la
liturgia bautismal. En cuanto a aquellos ritos que suelen hacerse en el bautisterio,
se pueden elegir también otros lugares más aptos, si la capilla del bautisterio no es
capaz para todos los asistentes.
42. Todos los niños nacidos recientemente serán bautizados, a ser posible en
común en el mismo día. Y, si no es por justa causa, nunca se celebre dos veces el
sacramento en el mismo día y en la misma iglesia.
Tiempo
44. Por lo que se refiere al tiempo de conferir el Bautismo, es necesario tener
en cuenta, en primer lugar, la salvación del niño, a fin de que no sea privado del
beneficio del sacramento; después, el estado de salud de la madre, para que, en lo
posible, pueda estar presente también ella; finalmente, la necesidad pastoral, o
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45. Allí donde haya muchos bautizos, para no multiplicar excesivamente las
celebraciones, y para que la comunidad parroquial pueda estar presente, conviene
fijar un calendario de «días bautismales».
Lugar
49. Para que el Bautismo aparezca como el sacramento de la fe de la Iglesia y
de la agregación al pueblo de Dios normalmente debe celebrarse en el templo
parroquial, que debe tener su fuente bautismal.
51. En las casas particulares no se celebre el Bautismo, fuera del caso de peligro
de muerte.
52. A no ser que el obispo haya determinado otra cosa (cfr. nn. 31 y 50), en las
clínicas no se celebre el Bautismo salvo en caso de necesidad. Pero cúidese
siempre comunicarlo al párroco y preparar a los padres previamente
A) Preparación remota
Formación prematrimonial
56. En la preparación al matrimonio o en los cursillos prematrimoniales no
puede faltar el tema del Bautismo, porque, al aceptar el sacramento del amor de
Cristo a su Iglesia, los contrayentes asumen la misión maternal de la Iglesia.
Diálogo prebautismal
57. Para preparar adecuadamente a los padres y padrinos para el cumplimiento
de su misión es necesario que a la celebración del Bautismo preceda el diálogo
con un sacerdote o con otras personas responsabilizadas en la pastoral bautismal.
Este diálogo pretende:
a) hacerles reflexionar sobre las motivaciones de la petición del Bautismo,
ayudándoles a que esta petición sea un verdadero ejercicio de fe;
b) preparar el rito, explicando las intervenciones de los padres y padrinos
y su significado, para que se asegure la veracidad de sus respuestas;
c) en muchos casos, realizar una elemental catequesis del sacramento;
d) en otros, incluso una catequesis general que busca una educación de la
fe y no sólo una mera instrucción sobre la fe;
e) alguna vez, con padres descristianizados, evangelizar en sentido pleno o
sensibilizar para una posterior evangelización.
Garantías
60. En el caso de padres descristianizados (nn. 15-d y 44-d), si se retrasa la
fecha del Bautismo será para conceder un tiempo prudencial a su preparación,
evitando que esa dilatación aparezca como castigo o como cerrar las puertas de la
Iglesia a los que de manera ruda o torpemente piden su entrada. Así mismo se ha
de evitar el bautizar sin una garantía suficiente de educación cristiana del niño.
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61. La naturaleza de este sacramento y la misma estructura del rito exigen una
celebración comunitaria, que no se define solamente por el mayor o menor
número de los bautizados, sino, sobre todo, por la participación activa de la
comunidad local. Una celebración sin comunidad deberá constituir siempre una
excepción.
63. El lugar de la celebración del Bautismo es aquel donde los padres viven
normalmente su vida cristiana, esto es, la comunidad parroquial. Con esto no se
trata tanto de afirmar un derecho cuanto destacar la índole del Bautismo como
agregación a una comunidad viva. Por esto, fuera del caso de estricta necesidad,
no se celebre ni en las clínicas ni en las casas particulares dr. nn. 51 y 52).
65. Según las exigencias del rito bautismal, adáptense los lugares de la
celebración, teniendo en cuenta la dignidad del sacramento, la dinámica del rito y
el respeto a los valores artísticos del templo.
18 I ORIENTACIONES DOCTRINALES Y PASTORALES
66. El rito del Bautismo consta de cuatro partes, íntimamente ordenadas entre
sí, formando una unidad de celebración con un ritmo progresivo que culmina en
el sacramento propiamente dicho y que es necesario respetar, para que la misma
dinámica de la celebración ayude a los fieles a una fructuosa y activa
participación.
Rito de acogida
67. Comienza el rito por la recepción de los niños. En él se expresa la voluntad
de los padres y padrinos, y la intención de la Iglesia de celebrar el Bautismo: esto
se manifiesta por medio de la signación en la frente de los niños, hecha por los
padres y por el celebrante.
68. La finalidad del rito de acogida es lograr que los fieles reunidos constituyan
una comunidad y se dispongan a oír como conviene la Palabra de Dios y a
celebrar dignamente el sacramento.
Liturgia de la Palabra
69. La celebración de la Palabra de Dios se ordena a que, antes de realizar el
sacramento, se avive la fe de los padres y padrinos y de todos los presentes, y se
ruegue en la oración común por el fruto del sacramento. Esta celebración consta
de la lectura de uno o varios textos de la Sagrada Escritura; de la homilía,
juntamente con un tiempo de silencio; de la oración de los fieles, que concluye
con una oración en forma de exorcismo, y a su vez introduce la unción con el
óleo de los catecúmenos o la imposición de manos.
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70. Para que la Liturgia de la Palabra sirva realmente para avivar la fe de los
padres, padrinos y demás asistentes antes de realizar el sacramento, es necesario:
a) que sea cuidadosamente preparada y realizada en todas sus partes -
lecturas, homilía, silencio, oración de los fieles-, atendiendo al nivel
de cultura y de fe de los asistentes;
b) que se elija el lugar más apto que reúna las condiciones necesarias de
acústica y recogimiento; este será ordinariamente el que se utiliza para
la Liturgia de la Palabra en la Misa.
72. La homilía, como parte integrante del rito, dentro de su brevedad, tiende a
explicar las lecturas y a llevar a los presentes a un conocimiento más profundo del
Bautismo y a la aceptación de las responsabilidades que nacen del mismo, sobre
todo para los padres y padrinos26.
75. Hay que hacer caer en la cuenta que las renuncias y la profesión de fe de
padres y padrinos, y el asentimiento de la comunidad, son una actualización de su
propio Bautismo y expresan la fe de la Iglesia, en la cual es bautizado el niño. La
utilización de otros formularios más explícitos, que figuran en el apéndice, puede
contribuir a evitar que la renuncia sea un acto rutinario.
Ritos conclusivos
77. Después de una monición del celebrante, para prefigurar la futura
participación en la Eucaristía, se dice ante el altar la oración dominical, en la cual
los hijos de Dios se dirigen al Padre que está en los cielos. Finalmente, para que la
gracia de Dios descienda sobre todos, se bendice a las madres, a los padres y a
todos los asistentes.
A) Principios generales
87. Aunque el don del Bautismo es pleno por parte de Dios, sin embargo, por
parte del hombre requiere respuesta y conversión; esto es: fe personal, cuando el
hombre sea capaz de ello. Lo que en los adultos es requisito previo al Bautismo,
en los niños es exigencia posterior, de tal manera que si esta exigencia no se
cumple, el Bautismo queda, de alguna manera, infructuoso. Lo que al niño le
salvó en promesa no le será suficiente de adulto si no se cumple esa promesa
viviendo la fe de la Iglesia, en la que ha sido bautizado.
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89. Desde la más corta edad se debe iniciar la educación cristiana, la cual «no
persigue solamente la madurez de la persona humana, sino que busca, sobre todo,
que los bautizados se hagan conscientes cada día del don de fe recibido, mientras
son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación;
aprendan a adorar a Dios Padre en espíritu y verdad, ante todo en la acción
litúrgica, adaptándose a vivir según el hombre nuevo, en justicia y santidad
verdaderas, y así lleguen al hombre perfecto, a la edad de la plenitud de Cristo y
contribuyan al crecimiento del Cuerpo Místico»28.
91. La fe es don de Dios y como tal ha sido recibida en el Bautismo; pero para
que ese don no quede estéril requiere respuesta del hombre, y es obra de la
catequesis posterior disponer el corazón para acoger el don del Espíritu y seguir
sus llamadas.
La familia
95. La Familia es llamada «Iglesia doméstica, y en ella los padres han de ser
para con sus hijos los primeros predicadores de la fe, tanto con su palabra como
con su ejemplo»32. Es en la familia en donde «los cónyuges tienen su propia
vocación para que ellos, entre sí y sus hijos, sean testigos de la fe y del amor de
Cristo»33.
96. A esto se comprometen los padres al pedir el Bautismo para sus hijos: a
«educarlos en la fe, para que guardando los mandamientos amen al Señor y al
prójimo como Cristo nos enseña en el Evangelio» (n. 112). Y esto es lo que
prometen al renovar las promesas de su propio Bautismo: esforzarse «en educarlos
en la fe de tal manera que esta vida divina quede preservada del pecado y crezca
en ellos de día en día» (n. 124). Y cuando se les entrega el cirio pascual con la luz
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98. De una manera especial han de estar presentes los padres en las etapas
sacramentales que, como hitos, van desarrollando la iniciación a la vida cristiana
que empezó en el Bautismo, como son la Confirmación y la Primera Comunión,
asi como las del desarrollo humano del niño: entrada en la escolaridad, edad de
razón, despertar de la vida, adolescencia, entrada en el mundo de los estudios, etc.
Todo esto reclama una acción pastoral que ilumine la fe de los padres y
que les oriente en el cumplimiento de su misión educadora.
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La escuela
99. Tanto el documento conciliar sobre la educación cristiana de la juventud
(«Gravissimum educationis momentum») como el de la Comisión Episcopal de
Enseñanza, antes citado, dan valiosas normas sobre los objetivos, los métodos y
los agentes de la educación en la Escuela Católica, que no se repiten, pero han de
tenerse en cuenta en este momento.
La parroquia
100. Porque el bautizado va madurando en la vida de fe en la medida en que se
va incorporando, de una manera consciente, a la vida concreta del pueblo de
Dios, es necesario ayudar a los niños a incorporarse, paso a paso, a formas de vida
comunitaria, y entre éstas ocupa un lugar preeminente la parroquia.
circunstancias en las que la vida cristiana crece o se afianza o se cualifica con una
vocación particular dentro del pueblo de Dios.
105. Cuando se celebran los otros dos sacramentos que, con el Bautismo,
constituyen la iniciación sacramental a la vida cristiana -es decir, la Confirmación
y la Primera Comunión-, para que aparezca más claramente su íntima relación
conviene que preceda la renovación de las promesas del Bautismo35. El momento
mas oportuno es después de la homilía, igual que se hace en la Vigilia pascual.
108. Por último, hay un nuevo modo de actualizar el Bautismo, que es por
medio de conmemoraciones o celebraciones de la Palabra en circunstancias
especiales: aniversario del Bautismo, ejercicios espirituales, jornadas de estudio,
etc.
NOTAS
1 Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, Adgentes, n. 14.
2 Rom 8, 15; Gal 4, 5; cf. Conc. Trid., Sesión VI, Decreto sobre la justificación, cap., 4; Dez.
296 (1524).
3 Cf. 1 Jn 3, 1.
4 Cf. Conc. Vat. II, Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia, A d gentes, n. 36.
5 Cf. Io, 6, 55.
6 S. Agustin, D e Cívítate Dei, X, 6: PL., 41, 284; Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre
la Iglesia, Lumen gentium, n. 11; Decreto sobre el ministerio y vida de los
presbíteros, Presbyterorum ordinis, n. 2.
7 Cf. Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 28.
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25 Conc. Vat. II, Constitución sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 109.
26 Cf. Ritual del Bautismo, n. 116.
27 Comisión Episcopal de Enseñanza, La Iglesia y la educación en España hoy, n. 10.
28 Conc. Vat. II, Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, Gravissimum
educationis momentum, n 2.
29 S. Pío X, Enc. Acerbo nimis, n. 13.
30 Conc. Vat. II, Declaración sobre la educación cristiana de la juventud, Gravissimum
educationis momentum, n. 8.
31 Conc. Vat. II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium, n. 17.
35 Cf. Conc. Vat. II, Constitución sobre la sagrada liturgia, Sacrosanctum Concilium, n. 71.
CAPÍTULO I
BAUTISM O D E VARIOS N IÑ O S
El padre y la madre, en unión con los padrinos, deben presentar al niño a la Iglesia para ser
bautizado.
Si son numerosos los que deben ser bautizados y están presentes varios sacerdotes o diáconos,
estos pueden ayudar al celebrante en diferentes ritos, según se indica en su lugar.
RITO D E A CO G ID A
109. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentran los padres y
padrinos con los bautizandos.
Hermanos:
Celebrante:
¿Qué nombre habéis elegido para este niño?
Padres:
N.
Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia para N .?
Padres:
El Bautismo.
111. Si son muy numerosos los bautizandos, el celebrante pregunta conjuntamente a todos los
padres el nombre de los niños; cada una de las familias responde sucesivamente. A la segunda
pregunta pueden responder todos a la vez.
Celebrante:
¿Qué nombres habéis elegido para estos niños?
Padres:
N ., N.
Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia de Dios para vuestros hijos?
3 2 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Todos:
El Bautismo.
112. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:
Padres:
Sí, lo sabemos.
Esta respuesta debe darla cada familiar por separado. Sin embargo, si son muy numerosos los
bautizandos, pueden responder todos conjuntamente.
113. Dirigiéndose después a los padrinos, les pregunta con estas u otras palabras:
Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo,
diciendo:
115. El celebrante invita a los padres, padrinos y demás asistentes a participar en la celebración
de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con cantos, v. gr.:
Sal 84,7-8-9, hasta el lugar previsto.
Los niños que van a ser bautizados pueden dejarse en un lugar aparte, hasta que termine la
celebración de la Palabra de Dios, con el fin de poder celebrar con la atención debida esta
liturgia.
116. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad.
Jn 3, 1-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).
M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).
M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí." (n. 201).
Pueden también elegirse las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres.
Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.
Después de la lectura el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre 1o
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne especialmente como padres y
padrinos.
Celebrante:
H e r m a n o s : o r e m o s a h o r a p o r e sto s n iñ o s q u e v a n a se r b a u tiz a d o s, p o r
su s p a d r e s y p a d r in o s , y p o r to d o el p u e b lo sa n to d e D io s .
Lector:
P ara q u e e sto s n iñ o s, al p a r tic ip a r en el m iste r io de la m u e rte y
r e su r r e c c ió n de C r is t o , a lc a n c e n n u e v a v id a , y p o r el B a u t is m o se
i n c o r p o r e n a s u s a n t a I g le s ia . R o g u e m o s a l S e ñ o r .
Todos:
T e r o g a m o s , ó y e n o s (u otra respuesta habitual).
Lector:
P a r a q u e e l B a u t i s m o y la c o n f i r m a c i ó n lo s h a g a fie le s d i s c í p u l o s s u y o s ,
q u e d e n t e s tim o n io d e l E v a n g e lio e n el m u n d o . R o g u e m o s al S e ñ o r .
Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
Lector:
P a r a q u e a tr a v é s d e u n a v i d a s a n t a l l e g u e n a l R e i n o d e lo s c ie lo s .
R o g u e m o s al S eñ o r.
Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
Lector:
P a r a q u e lo s p a d r e s y p a d r i n o s s e a n e j e m p l o d e fe v i v a p a r a e s t o s n i ñ o s .
R o g u e m o s al S eñ o r.
Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 5
Lector:
Para que Dios guarde siempre en su amor a estas familias. Roguemos al
Señor.
Todos:
Te rogamos, óyenos.
Lector:
Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Roguemos
al Señor.
Todos:
Te rogamos, óyenos.
Otras fórmulas ad libitum, en los números 210-214.
118. Después el celebrante invita a los presentes a invocar a los santos (en este momento, si
hace el caso, se introduce de nuevo a los niños en la iglesia).
Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos de los niños,
de la iglesia o del lugar.
San N.
San N.
Se termina así:
Todos:
Amén.
Todos:
Amén.
Se hace la unción con el óleo de los catecúmenos en el pecho. Si los niños son muy numerosos,
las unciones pueden hacerlas varios ministros.
Por razones pastorales (v. gr.: gran número de bautizandos) puede omitirse esta unción. En este
caso se dice solamente:
Os fortalezca el poder de Cristo Salvador, que vive y reina por los siglos
de los siglos.
Todos:
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 7
Amén.
E inmediatamente impone la mano sobre cada uno de los niños, sin decir nada.
121. Seguidamente, si el baptisterio está situado fuera de la Iglesia, o alejado de la vista de los
fieles, se va procesionalmente a él.
Si está a la vista de la asamblea, el celebrante, los padres y padrinos con los niños se acercarán a
é1, permaneciendo los demás en su sitio.
Si el baptisterio no es capaz para todos los presentes, se puede celebrar el Bautismo en un lugar
más apto de la Iglesia, acercándose en su momento oportuno los padres y padrinos.
Entre tanto, si puede hacerse dignamente, se canta un canto apropiado, v. gr.: Sal 22.
122. Cuando hubieren llegado a la fuente bautismal, el celebrante recordará brevemente a los
presentes la admirable providencia de Dios, que ha querido santificar el alma y el cuerpo del
hombre por medio del agua. Lo puede hacer con estas o parecidas palabras:
123. Fuera del Tiempo Pascual, el celebrante, vuelto hacia la fuente, dice la siguiente
bendición:
Oh Dios,
que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible,
y de diversos modos te has servido de tu criatura, el agua, para
significar la gracia del Bautismo.
Oh Dios,
cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre las aguas, para
que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.
Oh Dios,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.
Oh Dios,
que hiciste pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de
la familia de los bautizados.
Oh Dios,
cuyo Hijo, al ser bautizado en el agua del Jordán, fue ungido por el
Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 3 9
Todos:
Amén.
Renuncias y profesión de fe
Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Y a todas sus obras?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Y a todas sus seducciones?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 4 1
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en
vosotros el pecado?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio
126. Seguidamente el celebrante pide esta triple profesión de fe a los padres y padrinos:
Celebrante:
¿Creéis en Dios, Padre todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
Celebrante:
¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa
María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha de1 Padre?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
4 2 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión
de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
Todos:
Amén.
Oportunamente esta fórmula puede ser sustituida por otra. Se puede cantar también un canto
apropiado, en el que la comunidad expresa su fe.
Bautismo
128. El celebrante invita a la primera familia para que se acerque a la fuente. Después de
conocer el nombre del niño, pregunta a los padres y padrinos:
Celebrante:
¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo N. sea bautizado en la fe de la
Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?
Padres y padrinos:
Sí, queremos.
Después del Bautismo de cada niño, oportunamente puede haber una breve aclamación del
pueblo (cf. nn. 221-222).
Si el Bautismo es por infusión, es de desear que el niño lo lleve la madre o el padre; sin
embargo, puede ser sostenido por la madrina o el padrino, allí donde convenga mantener esta
costumbre.
Si el Bautismo se hace por inmersión, corresponde a las mismas Personas tomar al niño cuando
es sacado del agua.
Si son numerosos los bautizandos y están presentes varios sacerdotes o diáconos, cada uno de
ellos puede bautizar a algunos niños, observando el modo y la fórmula descritos más arriba.
Todos:
Amén.
Seguidamente, en silencio, el sacerdote unge en la coronilla a cada uno con el Santo Crisma.
Si son numerosos los bautizados y están presentes varios sacerdotes o diáconos, cada uno de
ellos puede ungir a algunos niños.
4 4 | BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Todos:
Amén.
Y se impone a cada uno el vestido blanco. Es de desear que las mismas familias lleven la
vestidura.
Uno de cada familia (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.
Effetá
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 4 5
132. Si al celebrante le parece oportuno, puede añadir el rito del "effetá" de la forma siguiente:
tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca de cada uno de los niños, dice:
El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, te
conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para
alabanza y gloria de Dios Padre.
Todos:
Amén.
Si los niños son muy numerosos, el celebrante pronuncia la formula una sola vez en plural,
omitiendo el tocar los oídos y la boca.
C O N C L U SIÓ N D EL RITO
133. Después, a no ser que el Bautismo haya tenido lugar en el mismo presbiterio, se va
procesionalmente al altar llevando encendidos los cirios de los bautizados.
134. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y a todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:
Hermanos:
Estos niños, nacidos de nuevo por el Bautismo, se llaman y son hijos de
Dios. Un día recibirán por la Confirmación la plenitud del Espíritu
4 6 | BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Bendición
135. Seguidamente el celebrante bendice a las madres, que tienen en sus brazos a los niños, y a
los padres y a todos los presentes, diciendo:
Todos:
Amén.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 4 7
Celebrante:
El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna,
bendiga a estos padres, para que junto con sus esposas sean los primeros
que, de palabra y obra, den testimonio de la fe ante sus hijos, en
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.
Celebrante:
Todos:
Am én.
El padre y la madre, en unión con los padrinos, deben presentar al niño a la Iglesia para ser
bautizado.
R IT O D E A C O G I D A
136. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentran los padres y
padrinos con el niño.
Hermanos:
Celebrante:
¿Qué nombre habéis elegido para este niño?
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 49
Padres:
N.
Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia para N . ?
Padres:
El Bautismo.
La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres de la región, tiene el
derecho de imponer el nombre.
138. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:
Padres:
Sí, lo sabemos.
139. Dirigiéndose después a los padrinos, les pregunta con estas u otras palabras:
Padrinos:
Sí, estamos dispuestos.
Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo.
L IT U R G IA D E LA P A L A B R A
141. El celebrante invita a los padres, padrinos y demás asistentes a participar en la celebración
de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con cantos, v. gr.:
Sal 84,7-8-9, hasta el lugar previsto.
142. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad.
Jn 3, 1-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).
M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).
M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí" (n. 201).
Pueden también elegirse las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 51
Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.
Después de la lectura el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre lo
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne especialmente como padres y
padrinos.
Celebrante:
H e r m a n o s : o r e m o s a h o r a p o r e ste n iñ o q u e v a a se r b a u tiz a d o , p o r su s
p a d r e s y p a d r in o s , y p o r t o d o el p u e b lo s a n to d e D io s .
Lector:
P ara que e s te n iñ o , al p a rtic ip a r en el m iste r io de la m u e rte y
r e su r r e c c ió n de c r isto , a lc a n c e nueva v id a , y por el B a u tism o se
i n c o r p o r e a s u s a n t a I g le s ia . R o g u e m o s a l S e ñ o r .
Todos:
T e r o g a m o s , ó y e n o s (u otra respuesta habitual).
Lector:
P a r a q u e e l B a u t i s m o y l a C o n f i r m a c i ó n lo h a g a n f ie l d i s c í p u l o s u y o ,
q u e d é t e s tim o n io d e l E v a n g e lio e n el m u n d o . R o g u e m o s al S e ñ o r .
Todos:
T e ro g a m o s, ó y en o s.
5 2 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O
Lector:
Para que a través de una vida santa llegue al Reino de los cielos.
Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que los padres y padrinos sean ejemplo de fe viva Para este niño.
Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que D ios guarde siempre en su amor a esta familia. Roguemos al
Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo. Roguemos
al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos del niño, de
la iglesia o del lugar.
San N.
San N.
Se termina así:
Todos:
Am én.
Todos:
5 4 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O
Am én.
L IT U R G IA D E L S A C R A M E N T O
147. Cuando hubieren llegado a la fuente bautismal, el celebrante recordará brevemente a los
presentes la admirable providencia de Dios, que ha querido santificar el alma y el cuerpo del
hombre por medio del agua.
148. Fuera del Tiempo Pascual, el celebrante, vuelto hacia la fuente, dice la siguiente
bendición:
O h D ios,
que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible,
y de diversos m odos te has servido de tu criatura, el agua, para
significar la gracia del Bautismo.
O h D ios,
cuyo Espíritu, en los orígenes del m undo, se cernía sobre las aguas, para
que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.
O h D ios,
que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el
nacimiento de la nueva humanidad, de m odo que una misma agua
pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.
O h D ios,
que hiciste pasar a pie enjuto por el M ar Rojo a los hijos de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de
la familia de los bautizados.
O h D ios,
cuyo H ijo , al ser bautizado en el agua del Jordán, fue ungido por el
Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con
la sangre; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y
haced discípulos de todos los pueblos, bautizándoles en el nombre del
Padre, y del H ijo , y del Espíritu Santo».
Todos:
Am én.
Renuncias y profesión de fe
Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Y a todas sus obras?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Y a todas sus seducciones?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que domine en
vosotros el Pecado?
5 8 I BAUTISMO DE UN SOLO NIÑO
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
Celebrante:
¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Padres y padrinos:
Sí, renuncio.
151. Seguidamente el celebrante pide esta triple profesión de fe a los padres y padrinos:
Celebrante:
¿Creéis en D ios, Padre todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
Celebrante:
¿Creéis en Jesucristo, su único H ijo , nuestro Señor, que nació de santa
María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
Celebrante:
¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión
de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?
Padres y padrinos:
Sí, creo.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 59
Todos:
Am én.
Oportunamente esta fórmula puede ser sustituida por otra. Se puede cantar también un canto
apropiado, en el que la comunidad expresa su fe.
Bautismo
153. El celebrante invita a la familia para que se acerque a la fuente, y pregunta a los padres y
padrinos:
Celebrante:
¿Queréis, por tanto, que vuestro hijo N. sea bautizado en la fe de la
Iglesia, que todos juntos acabamos de profesar?
Padres y padrinos:
Sí, queremos.
Después del Bautismo del niño se puede hacer una breve aclamación del pueblo (cf. nn. 221
222).
6 0 I BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O
Si el Bautismo es por infusión, es de desear que el niño lo lleve la madre o el padre; sin
embargo, puede ser sostenido por la madrina o el padrino allí donde convenga mantener esta
costumbre.
Si el Bautismo se hace por inmersión, corresponde a las mismas personas tomar al niño cuando
es sacado del agua.
y rey.
Todos:
Am én.
Todos:
Am én.
Y se impone al niño el vestido blanco. Es de desear que la misma familia lleve la vestidura.
RITUAL DEL BAUTISMO DE NIÑOS | 61
Uno (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.
"Effetá"
157. Si al celebrante le parece oportuno, puede añadir el rito del "effetá" de la forma siguiente:
tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca del niño, dice:
El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los m udos, te
conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para
alabanza y gloria de D ios Padre.
Todos:
Am én.
C O N C L U S I Ó N D E L R IT O
158. Después, a no ser que el Bautismo haya tenido lugar en el mismo presbiterio, se va
procesionalmente al altar llevando encendido el cirio del bautizado.
159. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:
Hermanos:
Este niño, nacido de nuevo por el Bautismo, se llama y es hijo de Dios.
U n día recibirá por la Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Se
acercará al altar del Señor, participará en la mesa de su sacrificio y lo
invocará com o Padre en medio de su Iglesia. Ahora nosotros, en
nombre de este niño, que es ya hijo por el espíritu de adopción que
todos hemos recibido, oremos juntos com o Cristo nos enseñó.
Bendición
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 63
160. Seguidamente el celebrante bendice a la madre, que tiene en sus brazos al niño, y al padre
y a todos los presentes, diciendo:
Todos:
Am én.
Celebrante:
Todos:
Am én.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.
6 4 |BAUTISMO DE U N SOLO N IÑ O
Celebrante:
La bendición de D ios todopoderoso,
Padre, H ijo » , y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Todos:
Am én.
R IT U A L A B R E V IA D O
161. Preparada el agua, aunque no esté bendecida, y reunidos en torno al niño enfermo los
padres, padrinos y si es posible, algunos familiares y amigos, el ministro (sacerdote, diácono o
laico) comienza esta breve oración de los fieles:
163. Seguidamente se hace la profesión de fe. El ministro invita a los presentes con estas
palabras:
Y después pregunta:
164. La profesión de fe, oportunamente, puede hacerse también con la recitación del Credo.
166. Omitidos los restantes ritos, puede hacerse la imposición de la vestidura blanca. El
ministro dice:
168. Si entre los presentes ninguno es capaz de dirigir la celebración aquí descrita, cualquier fiel
puede bautizar, recitando el Credo y después derramando el agua sobre el bautizando con la
fórmula propia (cf. n. 165). Incluso la recitación del Credo, oportunamente, puede omitirse.
En peligro de muerte inminente, omitidos los restantes ritos, es suficiente que el ministro
derrame agua sobre el niño, diciendo las palabras acostumbradas (cf. n. 165). En cuanto sea
posible, conviene que el ministro tenga presente uno o dos testigos.
C A P ÍT U L O IV
P A R A R E C IB IR E N LA IG L E SIA A U N N I Ñ O Y A B A U T I Z A D O
R IT O D E A C O G I D A
169. Mientras los fieles cantan un salmo o himno apropiado para este momento, el sacerdote o
el diácono celebrante, vestido con alba y estola, o incluso con capa pluvial de color festivo, se
dirigirá con los ministros a la puerta de la iglesia o al lugar donde se encuentren los padres y
padrinos con el bautizado.
El celebrante saluda a los presentes, principalmente a los padres y padrinos, y les alaba la
prontitud con que han bautizado al niño, y da gracias a Dios y se congratula con los padres
porque el niño ha recobrado la salud.
Padres:
N.
Celebrante:
¿Qué pedís a la Iglesia de D ios para N . , que ya ha sido bautizado?
Padres:
Queremos que conste ante la comunidad que nuestro hijo ya es
miembro de la Iglesia.
La primera respuesta la puede dar otra persona si, según las costumbres del lugar tiene el
derecho de imponer el nombre.
170. Entonces el celebrante se dirige a los padres con estas palabras u otras semejantes:
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | J\
Padres:
Sí, lo sabemos.
171. Dirigiéndose después a los padrinos les pregunta con estas u otras palabras:
Padrinos:
Sí, estamos dispuestos.
Después invita a los padres, y si parece oportuno a los padrinos, para que hagan lo mismo.
L IT U R G IA D E LA P A L A B R A
173. El celebrante invita a los padres, a los padrinos y demás asistentes a participar en la
celebración de la Palabra de Dios. Si las circunstancias lo permiten, hágase una procesión con
cantos, v. gr.: Sal 84, 7-8-9, hasta el lugar previsto.
174. Estando todos sentados, se lee una o algunas de las siguientes perícopas, según la
oportunidad:
Jn 3, l-6: El que no nazca de nuevo, no puede entrar en el Reino de Dios (n. 203).
M t 28, 18-20: "Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (n. 199).
M c 10, 13-16: "Dejad que los niños se acerquen a mí" (n. 201).
Pueden elegirse también las lecturas que se encuentran en el apéndice, números 184-209, u
otras más adaptadas al deseo o utilidad de los padres (v. gr.: 1 R 17, 17-24; 2 R 4, 8-37).
Entre las lecturas pueden cantarse los salmos responsoriales con sus respuestas, tal como se
proponen en los números 194-197.
Después de la lectura, el celebrante hace una breve homilía, para ilustrar a los oyentes sobre lo
que han oído, haciéndoles penetrar más profundamente en el misterio del Bautismo e
invitándoles a abrazar con entusiasmo la misión que les concierne, especialmente como padres
y padrinos.
Celebrante:
Invoquemos la misericordia de Cristo por este niño, por sus padres y
padrinos, por todos los bautizados.
Lector:
Para que se muestre agradecido por haber recibido el Bautismo y
recobrado la salud. Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos (u otra respuesta habitual).
Lector:
Para que sea siempre miembro vivo de la santa Iglesia. Roguemos al
Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que sea capaz de oír, guardar y testimoniar el Evangelio.
Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que un día pueda participar con gozo en la mesa de la Eucaristía.
Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que ame siempre a D ios y al prójimo. Roguemos al Señor.
7 4 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que, ayudado con la palabra y el ejemplo de los cristianos, crezca
en sabiduría y gracia. Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Lector:
Para que todos los cristianos vivan siempre unidos en la fe y la caridad.
Roguemos al Señor.
Todos:
T e rogamos, óyenos.
Pueden añadirse los nombres de otros santos, sobre todo de los que sean patronos del niño, de
la iglesia o del lugar.
San N .
San N .
Se termina así:
R IT O S E X P L IC A T IV O S
Todos:
Am én.
7 6 I BAUTISMO DE VARIOS NIÑOS
Todos:
Am én.
Uno de la familia (v. gr.: el padre o el padrino) enciende la vela del niño en el cirio pascual.
Oportunamente se canta un cántico bautismal, por ejemplo, Los que en Cristo (n. 133) u otro
de los que se encuentran en los números 221-222.
RITUAL DEL BAUTISM O DE N IÑ OS | 7 7
C O N C L U S I Ó N D E L R IT O
181. El celebrante, de pie ante el altar, dice a los padres y padrinos y a todos los presentes estas
palabras u otras semejantes:
Hermanos:
Este niño nacido de nuevo por el Bautismo se llama y es hijo de Dios.
U n día recibirá por la Confirmación la plenitud del Espíritu Santo. Se
acercará al altar del Señor, participará en la mesa de su sacrificio y lo
invocará com o Padre en medio de su Iglesia. Ahora nosotros, en
nombre de este niño, que es ya hijo por el espíritu de adopción que
todos hemos recibido, oremos juntos com o Cristo nos enseñó.
Bendición
182. Seguidamente el celebrante bendice a la madre, que tiene en sus brazos al niño, y al padre
y a todos los presentes, diciendo:
Todos:
Am én.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la eterna,
bendiga a este padre, para que junto con su esposa sean los primeros
que, de palabra y obra, den testimonio de la fe ante su hijo, en
Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.
Celebrante:
El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna por el
agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que, siempre y en
todo lugar, sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia
de su paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.
Todos:
Am én.
Celebrante:
La bendición de D ios todopoderoso,
Padre, H ijo * , y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
Todos:
Am én.
183. Después de la bendición, oportunamente todos cantan un cántico apropiado que exprese
la alegría pascual y la acción de gracias, o el canto de la Virgen, el Magníficat.
Este rito se emplea también cuando se lleva a la Iglesia a un niño que ya ha sido bautizado,
después de ciertas dificultades (por ejemplo, una persecución, disensiones entre los padres,
etc.), que impedían celebrar el Bautismo en la Iglesia. En estos casos el celebrante debe
acomodar a las circunstancias las moniciones, las lecturas, las intenciones de la oración de los
fieles, etc.
LECCIONARIO PARA EL BAUTISMO
DE NIÑOS
184. El paso del mar Rojo> que prefigura la Pascua del Señor, es también figura del
Bautismo cristiano (1 Cor 10, 1-11).
El Bautismo es un misterio de liberación: nos libera de la esclavitud de Satanás y del
pecado. Las fuerzas del mal, que Cristo venció en la cruz (Col 2, 15), simbolizadas por los
ejércitos del Faraón, quedan aniquiladas en las aguas bautismales; el Bautismo destruye en
nosotros el pecado (Rom 6, 6 ; E f 1} 7). De> las aguas bautismales surge una raza nueva, el
nuevo Israel, el pueblo de la nueva Alianza.
El Bautismo es la Pascua del cristiano : paso de una situación de esclavitud a una existen
cia nueva de libertad y salvación.
las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto,
mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda.
Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos
en medio del mar todos los caballos del Faraón y los carros con
sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento
egipcio desde la columna de fuego y nube y sembró el pánico en
el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las
hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
— Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor
contra Egipto.
Dijo el Señor a Moisés:
— Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre
los egipcios, sus carros y sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer
volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban
a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y
todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar.
Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del
mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto.
Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vió
la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo
temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico
al Señor.
103 Lecturas del Antiguo Testamento
II
185. El agua que brota de la roca de Horeb es figura del Bautismo (1 Cor 10, 4-6).
Dios es fuente de aguas vivas (Is 12, 3 ; Jer 2, 1 3 ; Sal 35, 9). El agua es símbolo de la
vida divina comunicada al hombre. «La profecía se cumplió en el Evangelio, cuando Cristo,
que es la Roca, fue traspasado por la lanza en la pasióm ( San Cipriano). De la pasión de
Cristo brotaron las fuentes de la salvación (Jn 19, 31-35 ; 7, 37-39). El Bautismo se presenta
como la realización de las aspiraciones (sed) de la humanidad por la redención (Is 48,
20-21 y 43, 19-21). En contraposición al desierto sediento y estéril, las aguas en abundancia
simbolizan una efusión de vida nueva y una fecundidad espiritual inagotable. El don de la
vida divina supone en el hombre una confianza total en el poder de Dios; el Bautismo es
sacramento de la fe.
III
186. Se mencionan en este texto el agua y el Espíritu, los dos elementos fundamentales del
Bautismo. El agua es símbolo de la efusión del Espíritu. Tres efectos del Bautismo :
a) Nos purifica (36, 25). El agua disuelve toda inmundicia. El Espíritu borra todo pecado
(1 Ped 3, 2 1 ; Hb 10, 21). Naamán, limpiado de la lepra (2 Re 5, 1-15), es figura del
Bautismo.
b) Nos hace creaturas nuevas (36, 26-27), a imagen de Cristo resucitado, primicias de la
nueva creación (2 Cor 5, 1 7 ; E f 4, 24).
c) Nos introduce en el pueblo de la nueva Alianza (36, 24. 28) y nos capacita para ser
fieles al pacto con Dios (Jer 31, 3 1 -3 4 ; Hb 1 0,15 -17).
El vestido blanco simboliza estos tres efectos: purificación, vida nueva y pertenencia al
pueblo de Dios.
IV
187. Las aguas del Bautismo brotan «del lado derecho del templo» (47, 1) ; es decir, del
costado de Cristo traspasado en la pasión (Jn 2, 2 1 ; 19, 31-35). Toda su fuerza le viene al
Bautismo de la pasión:
a) Para purificar y sanear el mundo (47, 8-9. 11) : las aguas de Mar a (Ex 15, 12-25)
y de Jericó (2 Re 2, 19-22), milagrosamente endulzadas y saneadas, son figura de la
fuerza saneadora del Bautismo; también lo fue el diluvio (1 Ped 3, 20-21), donde
Dios purificó la tierra exterminando a los impíos.
b) Para transformar la Iglesia en Paraíso (47, 12), cumpliéndose así las profecías que
anunciaban al desierto convertido en vergel (Is 35, 6 -7 ; 41, 1 8 -2 0 ; 44, 3 -4 ; Jl 3, 1 8 ;
Jr 17, 8 ; Za 14, 8). El Bautismo nos introduce nuevamente en el Paraíso, cuyas puertas
abrió la muerte del nuevo Adán (Le 23, 43). Los cuatro ríos del Paraíso ( Gn 2, 10-14)
prefiguraban las aguas fecundantes del Bautismo.
Me dijo entonces:
— ¿Has visto, hijo de Adán?
Me condujo a la vuelta por la orilla del torrente.
Al regresar vi a la vera del río una gran arboleda
en sus dos márgenes.
Me dijo:
— Estas aguas corren a la comarca de Levante,
bajarán hasta el Arabá y desembocarán en el mar,
el de las aguas pútridas, y lo sanearán.
Todos los seres vivos que bullan
allí donde desemboque la corriente, tendrán vida,
y habrá peces en abundancia;
al desembocar allí estas aguas quedará saneado el mar
y habrá vida dondequiera que llegue la corriente.
a) El rito de la inmersión simboliza nuestra sepultura con Cristo (6 > 4 ; Col 23 12). Nuestro
hombre viejo ha sido crucificado con Cristo (6, 6 ; Gal 2 , 19; 5, 24 ; 6, 14). «Hemos
muerto con Cristo» (6> 8. 1 1 ; Col 3> 3). El diluvio y el paso del mar Rojo prefiguraron
este aspecto del Bautismo como muerte al pecado.
b) La salida de las aguas significa la resurrección de Cristo de entre los muertos. El Bautis
mo nos hace participar en la vida nueva del Resucitado (6, 5 - 6 ; Col 2, 12) : esto quiere
significar la vela que se enciende en el cirio pascual. El pueble que nace de las aguas bautis
males es una «Iglesia de resucitados» ( San Ambrosio).
A partir del Bautismo> la vida cristiana tiene que ser una vida pascual: de muerte al
pecado y de vida en Cristo para Dios (6, 11).
Hermanos:
Los que por el Bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos
incorporados a su muerte.
Por el Bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para
que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida
nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte
como la suya, lo estará también en una resurrección como la
suya.
Leccionario para el Bautismo de niños 108
II
189. El Bautismo nos introduce en la Historia de la Salvación : Dios cumple sus planes de
salvarnos en su Hijo y por él.
Hermanos:
Sabemos que Dios hace que todas las cosas contribuyan al
bien de los que le aman, de los que han sido llamados según su
voluntad.
A los que de antemano conoció, a esos los predestinó a repro
ducir la imagen de su Hijo, para que sea él el primogénito entre
muchos hermanos. A los que predestinó también los llamó; y
a los que llamó también los justificó; y a los que justificó también
los glorificó.
¿Qué diremos más? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra
nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó
por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con su Hijo?
109 Lecturas de las cartas apostólicas
m
190. El Bautismo nos incorpora a la Iglesia en virtud del Espíritu que nos comunica.
a) El agua bautismal, fecundada por el Espíritu, simboliza la efusión del Espíritu ( Is 32,
15). En el Bautismo «bebemos el Espíritu» (12, 13), que brotó del costado de Cristo
como una fuente (Jn 7, 3 7 -3 9 ; 19, 31-35).
b) La unidad del Cuerpo de Cristo es obra del Espíritu: en la Encamación (Le 1, 35),
en Pentecostés (Hch 1, 4 ), en el Bautismo (12, 1 3 ; E f 4, 4). El Espíritu derrama en
nuestros corazones la caridad (Rom 5, 5), que es vínculo de unión entre todos los bauti
zados ( Gal 3, 28).
Hermanos:
Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miem
bros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos,
son un solo cuerpo, así es también Cristo.
Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos
sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo.
Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.
Leccionario para el Bautismo de niños 110
IV
191. El Bautismo nos incorpora a Cristo; es decir, nos hace miembros del Cuerpo de
Cristo que es la Iglesia.
a) El efecto capital del Bautismo es realizar nuestra unión vital con Cristo muerto y resu
citado (3, 27). Cristo se convierte en ese vestido nuevo que nos cubre interiormente,
haciéndonos un solo Cuerpo con él, el hombre nuevo (Col 3, 1 0 ; E f 4, 24), partícipes
de su filiación divina (3, 26). La vestidura blanca simboliza esta condición nueva creada
en nosotros por el Bautismo.
b) Entre todos los que son «uno en Cristo Jesús» (3, 28), el Bautismo da origen a una co
munidad perfectamente una, cuyo principio ontológico nuevo es el Espíritu (E f 4, 3-4).
Hermanos de Cristo y hermanos entre sí, los bautizados forman una familia que tiene
derecho a la familiaridad con Dios, que los primeros padres perdieron por el pecado
(Gn 3, 10).
Hermanos:
Todos sois hijos de Dios
por la fe en Cristo Jesús.
Los que os habéis incorporado a Cristo por el Bautismo
os habéis revestido de Cristo.
Ya no hay distinción entre
judíos y gentiles,
esclavos y libres,
hombres y mujeres,
porque todos sois uno en Cristo Jesús.
111 Lecturas de las cartas apostólicas
192. El Bautismo nos introduce en un misterio de comunión con Cristo, con los hermanos,
con la Trinidad.
a) Formamos con Cristo «un solo Cuerpo, un solo Espíritu» (4, 4 ; 1 Cor 6, 17), un solo
hombre. En adelante la existencia del bautizado será una «vida en Cristo» (3, 17; Gal 2,
20).
b) Formamos con todos los bautizados un solo Cuerpo, una sola familia (4, 4. 6) : tenemos
todos la misma fe, el mismo principio de unidad que es el Espíritu, los mismos sacramentos,
el mismo Padre. La ley fundamental de esta comunidad es la candad.
c) Entramos en comunión con Dios en la vida trinitaria (1 Jn 1 ,3 ) : entramos en la familia
de Dios; somos hijos de Dios y herederos del Reino.
Exigencia del Bautismo: cultivar las virtudes que salvaguardan la unidad de la Iglesia
(4, 2-3).
Hermanos:
Yo, el prisionero por Cristo, os ruego que andéis como pide
la vocación a la que habéis sido convocados.
Sed siempre humildes y amables, sed comprensivos;
sobrellevaos mutuamente con amor;
esforzaos en mantener la unidad del Espíritu,
con el vínculo de la paz.
Un solo cuerpo y un solo Espíritu,
como una sola es la meta de la esperanza
en la vocación a la que habéis sido convocados.
Un Señor, una fe, un Bautismo.
Un Dios, Padre de todo,
que lo trasciende todo,
y lo penetra todo,
y lo invade todo.
Bendito sea por los siglos de los siglos. Amén.
Leccionario para el Bautismo de niños 112
VI
193. El Bautismo es agregación a la Iglesia, que es«templo del Espíritu» y pueblo sacerdotal.
a) El Bautismo hace de nosotros esas piedras vivas con que se edifica el nuevo Israel (2, 5).
Recuerda las purificaciones rituales prescritas por la Ley para hacer una persona o un
lugar apto para el culto (Nm 19, 2-10 ; Dt 23, 10-11). Jesús habló de su propio cuerpo
como templo destruido y edificado en tres días en el contexto de la purificación del templo
(Jn 2, 19). El Bautismo nos hace miembros de ese Cuerpo (E f 2 ,1 8 -2 2 ).
b) Por el Bautismo entramos a formar parte del nuevo Israel, pueblo de sacerdotes, reyes
y profetas (2, 5 ; Ex 19, 5 - 6 ; Ap 1, 6 ; 5, 10). En adelante, la vida del bautizado será
un testimonio del Reino y una ofrenda permanente (2, 5. 9) ; Rm 12, 1). Esto quiere
significar la unción con el santo crisma en el Bautismo.
Hermanos:
Acercándoos a Cristo, la piedra viva desechada por los hom
bres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros,
como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del
Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrifi
cios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.
Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación
consagrada, un pueblo adquirido por Dios, para proclamar las
hazañas del que nos llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su
luz maravillosa.
Antes erais «no pueblo», ahora sois «Pueblo de Dios»; antes
erais «no compadecidos», ahora sois «Compadecidos».
113 Salmos responsoriales
SA LM O S RESPONSORIALES
Este salmo3 que canta una serena confianza, nos brinda imágenes elementales (verdor,
aguay camino) que hacen referencia a una aplicación directa al rito bautismal. Importa seña
lar la íntima correlación entre los tres sacramentos de la iniciación cristiana: las <<fuentes
tranquilas» del bautismo3 «el reparar las fuerzas» en. la confirmación5 la «mesa y la copa» Je
la eucaristía3gwe guían al cristiano hacia la «casa del Señor, por años sin término».
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
I?. El Señor es mi pastor,
nada me falta.
'f - El Señor es mi pastor,
nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar;
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
y. Me guía por sendero justo,
por el honor de su nombre.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo:
tu vara y tu cayado me sosiegan.
I?. El Señor es mi pastor,
nada me falta.
Leccionario para el Bautismo de niños 114
Preparas una mesa ante mí
enfrente de mis enemigos;
me unges la cabeza con perfume,
y mi copa rebosa.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
por años sin término.
El Señor es mi pastor,
nada me falta.
II
III
Este salmo comienza con un acto de alabanza, contemplando a Dios en gloria y claridad.
Esta contemplación es sabrosa y es bienaventuranza. El cristiano bautizado debe ser fiel a
Dios, observar sus mandamientos3 así experimentará la cercanía de Dios.
II
III
IV
VI
a) El Bautismo es un pacto con Dios : nuestra ratificación de la Alianza que Dios ha hecho
con su pueblo. La idea de la Alianza está presente en las figuras veterotestamentarias
del Bautismo: diluvio (Gn 9, 9-17), circuncisión (Gn 17, 2-14), paso del mar Rojo
(Ex 24, 1-11). La muerte de Cristo, en la cual somos bautizados (Rm 6, 3), es el sacri
ficio de la nueva Alianza.
b) Lo más característico de la nueva Alianza es la caridad (Jn 13, 35), resumen de toda la
ley (22, 40; Rm 13, 8-10; Gal 5, 14; Col 3, 14). El alma de la fidelidad a la Alianza
es también el amor (Jn 14, 15. 21. 2 3 -2 4 ; 15, 9 -1 0 ; 2 Jn 6). En el Bautismo, d Espí
ritu derrama la caridad en nuestros corazones (Rm 5, 5).
►{« Lectura del santo Evangelio según San Mateo 22, 35-40
II
199. En cada bautizo, la fórmula trinitaria recuerda esta orden de Jesús y nos descubre el
sentido de la misión de la Iglesia y el misterio de nuestro Bautismo.
a) Cristo Resucitado, presente por su Espíritu en la Iglesia (28, 20), ejercita su poder
salvador en el Bautismo. El Bautismo, como la columna de nube para los israelitas en
el desierto (figura del Bautismo : 1 Cor 10, 1-2. 6), es signo de la presencia y protección
del Señor (Ex 13, 2 1 -2 2 ; 14, 19-20).
III
IV
201. «Nacer de nuevo»,«nacer de arriba», ser como un niño, es condición para entrar en el
Reino de los cielos (10, 1 5 ; Jn 3, 3. 5). El Bautismo es abaño de regeneración», de nuevo
nacimiento (Tit 3, 5 ) : nos hace «ereaturas nuevas» (2 Cor 5, 17; Gál 6, 15), «hombres
nuevos» (E f 2, 15), «renovados en nuestro espíritu» (E f 4, 24). La fuerza que nos renueva
interiormente es el Espíritu que se nos comunica en el Bautismo ( Sal 103, 30). De las aguas
bautismales, fecundadas por el Espíritu, salimos como «recién nacidos:» (1 Ped 2, 2 ), igual
que Naamán (figura del Bautismo) de las aguas del Jordán (2 Re 5, 14).
Los miños en Cristo» tienen que crecer hasta llegar a ser«hombres espirituales» (1 Cor 3,1 4 ).
►í* Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 13-16
202. El Bautismo, que nos introduce en el Reino de Dios (1 2 ,3 4 ), nos obliga a aceptar y res
petar las leyes y costumbres de ese Reino: el Bautismo equivale a una especie de «traditio
legis». La ley fundamental del Reino es la caridad (Jn 13, 3 4 -3 5 ; 15, 12-13). El Bautismo
nos consagra enteramente al servicio de Dios y de los hermanos (12,30-31) : éste es el verdadero
culto espiritual (12, 3 3 ; Rom 12, 1 ; 1 Ped 2 ,5 ) . La piedra de toque de la verdadera piedad
es el amor a los hermanos (1 2 ,3 3 ; 1 Jn 3 ,1 3 -1 8 ; 4, 2 0 -2 1 ; Sant 1 ,2 7 ).
VI
VII
204. El Bautismo es «don de Dios» (4, 10) : nos da la vida divina, la vida eterna.
Dios mismo es la fuente de aguas vivas (Jer 2, 1 3 ; Sal 35, 3 ; /s i2, Cmío ¿w su
pasión se ha convertido para los hombres en la Roca de donde brotan las fuentes de la salva
ción (Ex 17, 3 -7 ; Jn 7, 37-39; 19, 3 1 -3 5 ); en él se han cumplido las profecías (Is 41, 17-18;
43, 1 9 -2 1 ; 48, 2 0 -2 1 ; Ap 7, 1 6 -1 7 ; 22, 17). La condición para beber de esa <<fuente de
aguas de vida» es creer en Jesucristo (4, 10) ; el Bautismo es sacramento de la fe.
En el Bautismo, la vida divina se nos da como un germen que aspira a conservarse y de
sarrollarse «hasta la vida eterna» (4, 14) : «Una agua viva que murmura dentro de mí y desde
lo íntimo me está diciendo : Ven al Padre» ( San Ignacio de Antioquía).
La samaritana le dice:
— ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana? (Porque los judíos no se tratan con los samaritanos).
Jesús le contestó:
— Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te pide de
beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.
La mujer le dice:
— Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas
el agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio
este pozo y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados ?
127 Lecturas del Evangelio
Jesús le contestó:
— El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que
beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que
yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que
salta hasta la vida eterna.
VIII
205. El Bautismo es el sacramento de lafe y , por eso mismo, es sacramento de la vida eterna.
La fe es don de Dios (6, 44; E f 2, 8). El Bautismo es signo y expresión de la fe. La fe
y el Bautismo nos introducen en el conocimiento de las relaciones íntimas que existen entre el
Padre y el Hijo (6, 46). Es misión del Espíritu el acercarnos al Padre y descubrirnos sus
secretos (1 Cor 2, 10-12) : en esto consiste la vida eterna (6, 4 7 ; 17, 3). Todo esto nos lo
da el Bautismo.
«Dejarse enseñar por Dios» (6, 45), crecer en la fe recibida, es exigencia del Bautismo.
IX
206. El Bautismo es la fuente de agua viva que brotó, para la Iglesia, del costado de Cristo
(7, 3 8 ; 19, 31-35), cumpliéndose así la figura profética de la roca de Horeb (Ex 17, 3 -7 ;
1 Cor 1 0 ,4 ). El Espíritu, fuente de vida eterna, es el don pascual de Cristo a su Iglesia ( 7, 39b ;
16, 7).
El Bautismo, comunicando el Espíritu (Hch 2, 3 9 ; Rm 5, 5), hace brotar en cada cris
tiano torrentes de agua viva (7, 38). La venida del Espíritu es como un «Bautismo en Espí
ritu» (Hch 1, 5 ; 2, 4) ; el Bautismo de agua saca su eficacia del Espíritu. El Espíritu es el
principiq de la vida nueva ( Gn 1 , 2 ; Tit 3, 5) y de la fecundidad en el Bautismo. Para todo
ello se requiere la fe (7 ,3 9 ) ; el Bautismo es sacramento de la fe.
►
J» Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37b-39
207• La coincidencia en una serie de detalles con la simbólica del Bautismo (ceguera de naci
miento, piscina, enviado, unción, lavado, confesión de fe) hacen de este milagro una figura
de nuestro sacramento.
El Bautismo es un misterio de luz, una «iluminación»; a los bautizados se les llama «ilu
minados» (Hb 6, 4 ; 10, 32). El Bautismo nos hace pasar del reino de las tinieblas (muerte)
al reino de la luz (vida) (Col 1 ,1 2 -1 3 ; 1 Ped 2 ,9 ). Equivale a una nueva creación, victoria
de la luz sobre las tinieblas (Gn 1, 3 -4 ; 2 Cor 4 ,6 ). Bautizados en Cristo (Siloé = En
viado), nos revestimos de Cristo, somos «luz en el Señor» (Ef 5 ,8 ) ,« hijos de la luz» (1 Tes 5,
5). El Bautismo nos hace participar en la vida nueva del Resucitado : eso quiere significar el
rito de encender la vela en el cirio pascual (E f 5, 14).
«Andar como hijos de la luz» (Ef 5, 8-11) es una exigencia del Bautismo.
208. El Bautismo nos incorpora a Cristo; es como un injertarnos en.Cristo (Rm 11,17-19),
en su muerte (Rm 6, 5). Es obra del amor de Dios, de elección gratuita (Jn 15, 16 ; Rm 11,
17). Da origen a una comunión estrecha e íntima entre Cristo y el bautizado; nace una co
munidad nueva, el misterio de la verdadera vid : Cristo y la Iglesia, imagen de la comunión
trinitaria (Jn 15, 9 ; 17, 21). Esta comunión es condición y garantía de fecundidad (15,
4 -6 ; Ez 19,10-11 ) y de alegría duradera ( 1 5 ,1 1 ; 17, 13).
El Bautismo exige una fidelidad constante a la comunión con Cristo, que se manifiesta
en el cumplimiento de los mandamientos (1 5 ,1 0 ).
XII
209. La sangre y el agua simbolizan ante todo el sacrificio de Cristo y el Espíritu, el origen
de los sacramentos (Bautismo y Eucaristía) y el nacimiento de la Iglesia (nueva Eva).
Pero la tradición las ha interpretado también como imagen del Bautismo, cumplimiento de
lafigura (roca de Horeb : Ex 17,3-7) y de las profecías (Is 41,17-18 ; 43,19-21 ; 48, 20-21 ;
Jn 7, 37-39). La conexión del agua con la sangre está indicando que toda su fuerza de salva
ción le viene al Bautismo del sacrificio pascual de Cristo. Lo mismo que la Sangre de Cristo,
el Bautismo libera (Ex 12, 7. 22), purifica (Hb 12> 2 4 ; 1 Ped 1 ,2 ; Ap 1 ,5 ; 7,14), vivifica
(Jn 6, 53-56), consagra y santifica (Ex 12, 7. 2 2 ; 29, 20-21 y Lv 8, 23-24. 3 0 ; Ez 43,
20 ; Hb 10, 29 ; 13, 12) . En cada Bautismo se renueva el misterio del nacimiento de la Iglesia
en un nuevo miembro.
I. O r a c ió n de los f ie l e s
2
211. Llamados a ser sacerdocio real, estirpe elegida,
pueblo de su propiedad, invoquemos la misericordia de
Dios omnipotente para estos niños que van a recibir
la gracia del Bautismo, para sus padres y padrinos y
para todos los bautizados.
II. O tra o r a c ió n de e x o r c is m o
Amén.
143 Bendición e invocación a Dios sobre el agua
217.
218 . 3
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por
que de la fuente del Bautismo hiciste
brotar en nosotros la nueva vida de hijos
de Dios.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
(u otra aclamación)
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por
que reúnes en un solo pueblo, por el
agua y el Espíritu Santo, a todos los
bautizados en tu Hijo Jesucristo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por
que nos haces libres para gozar de tu
vida con el Espíritu Santo que infundes
en nuestros corazones.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Te bendecimos, Padre misericordioso, por
que envías a los bautizados para que
anuncien con gozo a todos los pueblos
el Evangelio de Cristo.
Todos: Bendito seas por siempre, Señor.
Celebrante: Bendice, ahora, Señor, este agua, en la
que van a ser bautizados N. y N. (tus
elegidos), a quienes has llamado al baño
de la regeneración en la fe de tu Iglesia,
para que tengan la vida eterna. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 146
Cuando el agua está ya bendecida, se omite la invocación Bendice
,
ahora Señor, diciendo el celebrante:
Por el sacramento de este agua consagrada,
N. y N . (tus elegidos), llamados al Bau
tismo en la fe de la Iglesia, nazcan de
nuevo y tengan vida eterna. Por Jesu
cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
147 Formularios para las renuncias
IV. F o r m u la r io s para la s r e n u n c ia s
Sí, renuncio.
Sí, renuncio.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 148
Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser:
— cobardía;
— pereza;
— comodidad;
— ventajas personales.
1^. Sí, renuncio.
149 Formularios para las renuncias
Sí, renuncio.
Formularios diversos para la celebración del Bautismo 150
V. A c la m a c io n e s y tr o p a r io s
VI. F ó r m u la s de b e n d ic ió n fin a l
Todos: Amén.
3
225.
Celebrante: El Dios autor de la vida y de la caridad,
que llena el corazón de las madres de
amor a sus hijos, bendiga a las madres
de éstos bautizados, para que del mismo
modo que le agradecen su descenden
cia, se gocen en el cariño, crecimiento
y fortaleza de sus hijos.
Todos: Amén.
Todos: Amén.
4
226 .
Celebrante: Hermanos:
Os pongo en manos de la gracia miseri
cordiosa de Dios Padre todopoderoso,
de su Hijo unigénito y del Espíritu
Santo. El nos proteja en la vida, para
que, caminando a la luz de la fe, alcan
cemos los bienes prometidos.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ^ y Espíritu Santo des
cienda sobre vosotros.
Todos: Amén.
Podéis ir en paz.
INDICE GENERAL
157 Indice general
Pag.
• O R IE N T A C IO N E S D O C T R IN A L E S Y P A S T O R A L E S ....................... 7
El pueblo de D io s ................................................................................................. 12
Los padres............................................................................................................... 13
L os padrinos........................................................................................................... 14
L os m inistros......................................................................................................... 14
Coordinación a nivel diocesano y local.......................................................... 16
T ie m p o ......................................................................... .......................................... 18
L u g a r ....................................................................................................................... 19
A) Preparación remota...................................................................................... 20
Finalidad de esta preparación................................................................. 20
M om entos de esta catequesis..................................... ............................ 20
Form ación prem atrim onial....................................................................... 20
B) Preparación próxima de padres y padrinos............... ............................ 21
D iálogo prebautism al................................................................................. 21
Cursillos para futuros padres.................................................................. 21
Petición del Bautism o................................................................................ 21
Garantías................................................................................................... .. • 21
Indice general 158
Pág .
• B A U T IS M O D E V A R IO S N I Ñ O S 33
R ito de acogida............................................................................................................. 35
Liturgia de la Palabra................................................................................................. 38
Liturgia del Sacram ento.................................................................................... ........ 43
C onclusión del rito.............................................................................................. ........ 52
• B A U T IS M O D E U N S O L O N I Ñ O .............................. 55
R ito de acogida..............................................................................................................57
Liturgia de la Palabra..................................... ................................................... .........60
Liturgia del S acram ento................................................................................... .........64
Conclusión del r i t o ............ .........................................................................................73
• B A U T IS M O D E U N N IÑ O E N P E L IG R O D E M U E R T E .........77
Pág.
• PARA RECIBIR EN L A IG L E S IA A U N N IÑ O Y A B A U T I Z A D O .. 85
Rito de acogida..................................................................................................... 87
Liturgia de la Palabra......................................................................................... 89
Ritos explicativos.................................................................................................. 93
Conclusión del rito.............................................................................................. 95
• LE C C IO N A R IO PARA EL B A U T IS M O DE N IÑ O S ........................... 99