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-Paulo Freire.
Desde que era pequeña, me impusieron la idea de que debía ir a la escuela y hacer lo que me
dijeran los profesores sin oponerme a ello, que estudiara con ganas, que tenía que tener un
rendimiento académico impecable para alcanzar las mejores calificaciones. Me explicaban
que eso me daría un título y eso a su vez me abriría las puertas y la oportunidad de ser
alguien en la vida. Aunque… debo ser honesta de que cuando me dijeron que la escuela
también era parte de mi preparación para la vida adulta, creo que hablo en nombre de muchos
estudiantes de generaciones pasadas y actuales cuando digo que… se han olvidado de
enseñarme las cosas más importantes de la vida.
Dicho de forma más general, y ligado a lo anterior el sistema educativo está basado en el
conocimiento; más a mi criterio no aporta las defensas necesarias para afrontar los dilemas de
la vida, basados en distintos ámbitos, así como tampoco aporta las defensas necesarias
contra el error. No aporta los factores que permiten conocerse y comprender a los demás. No
contribuye a los desarrollos de la preocupación, la interrogación (también podríamos entender
esto como la curiosidad), o la reflexión sobre la vida buena o aquello que enfrentaremos o
viviremos lo que nos quedé de existencia. En definitiva, no se enseña más que a pedazos a
vivir, fracasando por lo tanto en lo que debería ser la misión esencial en el ámbito educativo.
(Morín, E., & Barcelona, P. 2017, pág. 220)
Ahora, retomando los problemas mencionados con anterioridad, cabe destacar que se nos
acostumbró a la idea de la educación como en un producto exclusivo de la escuela, y porque
estamos inclinados a presumir que lo que funcionó en los siglos XIX y XX necesariamente
dará los mismos resultados en el XXI. (Illich, I.1971, págs. 3 y 4)
Con lo dicho previamente la idea que se tiene de «educación pública» no sólo significa la
educación del público dentro de la escuela, repito y cito a Ilich: la educación no es un
producto exclusivo de la escuela, también hablamos del público y la educación fuera de ella.
El cuerpo docente de la escuela no podrá ir más lejos ni más rápido de lo que permita la
comunidad. Si bien es hoy una necesidad reafirmar la función educativa de la escuela, hay
también sin duda graves problemas para lograr ejercerla. Ni la escuela es el único contexto de
educación, ni sus profesores y profesoras los únicos agentes, al menos también la familia y
los medios de comunicación desempeñan un importante papel educativo. (Bolívar, A. 2006,
pág. 119)
En su mayoría, los familiares de los estudiantes, por ejemplo; suelen empeorar el conflicto
interior de la institución al negarse (cada vez con más fuerza), a mantener el papel tradicional
de re sponsable de los comportamientos de estos jóvenes y niños. (Juan R. C. 2006, pág.
113)
Los padres deberían tener en cuenta que el ámbito familiar es el nivel más importante para la
primera socialización y la formación de los niños principalmente, hablamos de criterios,
actitudes y valores, claridad y constancia en las normas, autocontrol, sentido de
responsabilidad, motivación por el estudio, trabajo y esfuerzo personal, equilibrio emocional,
desarrollo social, creciente autonomía, etc. La familia es una mediadora para la relación del
niño con el entorno, jugando un papel clave que incidirá en el desarrollo personal y social.
(Bolívar, A. 2006, pág. 121)
Más el problema radica en la realidad que vivimos ahora, la familia y los principios de estos
han cambiado, todo se pone en cuestión actualmente con la desintegración del núcleo
tradicional familiar. Si antes estaba clara la división de funciones («la escuela enseña, la
familia educa») hoy la escuela está acumulando ambas funciones y –en determinados
contextos– está obligada a asumir la formación en aspectos de socialización. (Bolívar, A.
2006, pág. 121) (Juan R. C. 2006, pág. 155)
Esto es una constante lucha de ideas entre las sonadas frases de “¿Acaso no te educaron en
tu casa? o asimismo tenemos “¿Eso no te lo enseñaron en la escuela?”; por partes que
parece interminable.
Una problemática más que agregar a la lista por la que la educación necesita un cambio. Es
claro que todo en la vida está en constante evolución y nosotros tenemos que progresar con
ella, no apegarnos a ideas tradicionalistas de las que somos conscientes, que muchas no
tienen resultados beneficiosos para el desarrollo integral de los alumnos, del docente y de la
sociedad en general. Las familias cambiaron, muchas veces son ellas mismas las que
provocan el estrés de los estudiantes y olvida enseñarles lo importante de la vida, dejan de
lado el enseñarles a vivir, a conocer, relegan los valores y hacen que se centren en conseguir
un título, que seamos honestos, eso no define la inteligencia de alguien. (Morín, E., &
Barcelona, P. 2017, pág. 30) En unos años estaremos hablando de la educación como un
título y no como el aprendizaje. (Ilich, I. 1971, pág. 7)
La gran mayoría de los docentes viven con ideas pasadas, son pocos los que evolucionaron
para bien y te guían a que formules tu propio aprendizaje y dio guiar no imponer. Las viejas
ideas hacen de la enseñanza algo que se encuentra completamente basado en el
conocimiento, pero cuando nos cualifican listos por memorizar, otorgándonos un título
(realmente muchas veces no entendemos y sólo repetimos lo que vienen repitiendo los
demás) y abriéndonos la puerta a la vida para poner en práctica todo lo "aprendido", caemos
en la cuenta de que realmente no estamos listos.
Razonamos que simplemente el haber cumplido con los 12 años de estudio de proceso
obligatorio (y eso si no estudiaste más) en el que se supone aprendiste algo, no significa que
estás cualificado y listo, los alumnos se empiezan a preguntar en que momento perdieron
tanto tiempo y si en realidad están listos, aunque ya es tarde para ese tipo de
cuestionamientos y salen al mundo laboral no recordando muchos de los contenidos
"aprendidos" y descubriendo además que muchas de las materias o contenidos que dijeron
que "serían útiles" para el desarrollo laboral, jamás los utilizaron en la práctica, más no
mencionan nada, porque se supone que esto es así...
Por último tenemos la escuela, la forma en que se enseña y lo poco que produce, convirtiendo
la escuela en una bodega que almacena conocimientos que muchas veces no se actualizan y
con el tiempo pierden su importancia para el resto, y con importancia quiero decir el interés de
los alumnos y que es ajeno a lo que se vive en la actualidad. Los niños y jóvenes se
encuentran siendo formados con un conocimiento y saberes que, nada tienen que ver con su
realidad.
Libros:
Ilich, I. (1971). La escuela, esa vieja y gorda vaca sagrada. América Latina abre un abismo de clases y
prepara a una élite y con ella el fascismo. Tercer Mundo, 3, 1-10.
Juan, R. C. (2006). La Escuela Envejecida, Crisis y Perspectivas de la Educación en el Siglo XXI.
Ciudad de México: Innovación Editorial Lagares.
Revistas:
Bolívar, A. (2006). Familia y escuela: dos mundos llamados a trabajar en común. Revista de
educación, 339(1), 119-146.
Delgado Santos, Arturo. (2010). Cambio educativo. Un tema crucial. Revista mexicana de investigación
educativa, 15(47), 1147-1152.
Morín, E., & Barcelona, P. (2017). Enseñar a vivir. Manifiesto para cambiar la educación. Revista
Catalana de Pedagogía, 11, 223-235.
Soberanes Díez, J. M., & Trejo Osornio, L. A. (2011). Educación escolarizada vs. Educación en casa.
Reflexiones sobre la sentencia homeschooling del Tribunal Constitucional español. Cuestiones
constitucionales, (25), 353-365.