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5 cosas que he aprendido en pandemia.

Haz tu lista y no la olvides


 Autor de la publicaciónPor Jana Boltvinik
 Fecha de la publicación18 agosto, 2020

Fue a mediados de marzo que el coronavirus se volvió una realidad en México.


Desde entonces, hemos leído y leído de la pandemia, textos científicos, de
manejo de emociones, de negocios, de cómo administrarnos en las crisis, entre
muchos temas más. Vimos webinars y nos atascamos de cuanto contenido
pudimos, al tiempo que reordenábamos nuestra vida, nuestras empresas,
negocios y familias en medio de la situación más desafiante y disruptiva que ha
vivido el mundo a lo largo de muchas generaciones. Nos vimos rodeados de
cloro, toallitas y geles, al tiempo que desocupábamos oficinas e
improvisábamos salones de clases y espacios de trabajo en departamentos y
casas.

Ante la amenaza de un virus que desploma vidas y negocios, nos encerramos y


desde una nueva trinchera arrancamos una nueva vida sin darnos cuenta. Sin
obviar por supuesto y con el debido respeto, a los que han tenido que lidiar con
pérdidas. Hoy, instalados en esta nueva vida, y a más de cinco meses de que
todo esto empezara, me pareció relevante tomar unos minutos para reflexionar.

¿Cómo lo hemos hecho hasta ahora?

La neta es que sin darnos cuenta hemos ido aprendiendo un montón de cosas
que vale la pena enumerar para que no se nos olviden. Es probable que con
frecuencia las hayas mencionado o platicado con alguien, pero el ejercicio de
apuntarlas, a solas y de preferencia a mano, permite interiorizarlas y darnos
cuenta de la magnitud del aprendizaje. A lo mejor son más de 5, entonces
prioriza y quédate con las más importantes.

En mi caso, por el simple hecho del recuento y la reflexión que conllevó, al


terminar de hacer el ejercicio me sentí más fuerte. Y ojo, que en muchos casos
el aprendizaje proviene no sólo de mi experiencia personal y de negocios, sino
del ecosistema emprendedor y de los emprendedores con los que interactúo
todos los días.
Aquí las comparto.

1. Salud emocional

Un estado emocional desordenado no permite enfrentar con claridad el estrés


que significa que de un día para otro tengas que chambear desde tu casa, junto
a tu pareja y junto a tus hij@s que dejaron de ir a la escuela, sin contar con los
espacios y/o la infraestructura adecuada (buena conexión, suficientes
computadoras, escritorios, etc). En muchos casos tomando decisiones difíciles o
enfrentando situaciones laborales o familiares inesperadas. Pensando en los que
viven solos, sin emociones en orden no puedes hacerte cargo de no hablar más
que con el espejo por un tiempo indefinido.

En cambio, las emociones bien canalizadas te permiten actuar con empuje.


Echar para adelante y construir en ambientes aún de mucha incertidumbre. Te
diría que el primer paso con las emociones es reconocerlas, saber que ahí están,
para poder controlarlas y el segundo es entenderlas: de dónde vienen y qué te
quieren decir. El tercero, y el que nos fortalece más, es abrazarlas y hacerlas
parte de nuestras acciones para que nos den un empujoncito de más.

2. Relaciones laborales en orden

La pandemia nos generó cambios en las interacciones sociales en todos sus


ámbitos: laborales, tanto en lo contractual como en lo operacional y lo
cotidiano, nuestra familia y nuestros amigos.

Por relación laboral en orden me refiero a que éstas se encuentren en buenos


términos, y bien reguladas tanto en lo escrito como en lo no escrito. Al pasar al
modo remoto, una buena relación laboral nos permite confiar en que todos
estamos trabajando en sintonía y que no nos tenemos que estar checando cada
5 minutos. La transparencia es aquí un ingrediente primordial. Suena obvio,
pero no es tanto.

Las relaciones contractuales en todo momento deben estar en orden y aún más
si tuviste que tomar decisiones difíciles, lo mejor es siempre que los acuerdos
queden por escrito para que no haya dudas de que ambas partes actuaron de
común acuerdo.
3. Empatía y sólo empatía para el 24/7

Después de todos estos meses de encierro en mi pequeña familia de cuatro, me


doy cuenta que la empatía es probablemente lo más importante para una
convivencia 24/7. La capacidad de ser empático con el proceso del otro es lo
que nos permitió como familia pasar una cuarentena difícil. Hay muchos valores
más sobre la mesa, pero priorizar ese es sin duda, el más importante.

Sólo a través de la empatía nos podemos comunicar con los otros de manera
asertiva, conscientes de que el otro tiene en la cabeza un número inimaginable
de cosas por resolver o que le están afectando y/o preocupando. Incluso, en
muchos casos, durante la cuarentena, se fueron presentando lutos por un tipo
de vida que probablemente no vuelva.

4. Liderazgo basado en valores

Con la magnitud del choque, aquellos liderazgos basados en los grandes


resultados de una empresa o en los grandes nombres dejaron de funcionar. Se
desaparecieron en un chasquido de dedos.

Cada uno, desde su casa, con conexiones de internet a veces inestables se


empezó a unir a sus juntas de equipo con el líder de la empresa o de su área.
Queda claro, te hizo sentido aquel que fue transparente, que te habló con la
verdad desde el principio, que se preocupó por ti y por preservar la cultura de la
empresa, que supo adecuar con rapidez los planes de negocio, pero al mismo
tiempo preocuparse por los empleados y escuchar a quién tenía o necesitaba
ser escuchado.

El tipo de liderazgo que se ha requerido en la pandemia y que ha sacado a las


empresas adelante, es el tipo de liderazgo que queremos: ético y basado en
valores. Esos son los líderes que sacan adelante empresas.

5. Finanzas en orden y/o dinerito abajo del colchón

La pandemia nos dejó claro que por más que las cosas marchen bien y en un
entorno estable, no estamos exentos de fuertes choques inesperados. Y esa
lección no sólo hay que aprenderla, sino ya siempre estar preparado para ella.
En este contexto, los modelos de crecimiento-a-toda-costa y de manera muy
rápida no son aptos para enfrentar este tipo de choques. En la mayoría de los
casos, estos modelos derivan en unit economics negativos y en una ruta incierta
hacia el breakeven. Financieramente, para este tipo de empresas, fue muy duro
enfrentar la pandemia.
Trasladar eso a las finanzas familiares debe ser casi un copy-paste y a nivel
personal uno debe tener rutas de gasto sanas y sostenibles que nos permitan
un guardadito, de tal manera que tengamos nuestro “runway familiar” para
varios, si no es que muchos, meses.
Hasta aquí mis aprendizajes que comparto con todos ustedes, a manera de
ejercicio personal y profesional, para que no se nos olvide este momento que
estamos viviendo, pero sobre todo, para poder trascender a esta nueva realidad
emanada desde nosotros mismos.

 ¿Cuáles son tus aprendizajes hasta ahora?.

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