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bondades
¡Aprendamos de él! Intentemos tomar unos minutos cada día para recordar las
bondades de Dios en nuestra propia vida y mostrarle nuestra gratitud. Dios es
bueno y sus misericordias son nuevas cada mañana (Lamentaciones 3:22-23).
La alabanza nos lleva a reconocer la santidad de nuestro Dios y a anhelar ser más
como él. Él es santo y nos llama a ser santos (1 Pedro 1:14-16). ¿Cómo lo
logramos? Acercándonos más a Dios y permitiendo que él nos transforme cada
vez más conforme a su imagen.
En estos versículos David menciona algunas de las bendiciones que Dios nos da.
Comienza con el perdón de nuestros pecados porque ese es el regalo más
grande que Dios nos ha dado. David sabía bien lo que es recibir el perdón de
Dios, cómo impacta nuestra vida aquí y el poder que tiene para transformarnos por
la eternidad. Nuestro espíritu despierta al saberse perdonado y se somete
voluntariamente para permitir la obra de Dios en todas las áreas de la vida.
Dios no solo nos sana espiritualmente, sino que también nos concede la sanidad
física. Él sana todas nuestras enfermedades sea por medio de su intervención
directa o a través de la medicina. Servimos al Dios todopoderoso y en él podemos
confiar.
Dios es justo y su justicia no es solo para con nosotros sino para con todos los
oprimidos. A veces parece que el mal va ganando, pero Dios sigue moviéndose en
este mundo y él defiende a los que sufren injusticia y opresión. Seamos agentes
de bendición, llevemos su libertad y su justicia a los que padecen opresión.
Puede parecer una tarea demasiado grande, pero Dios nos mostrará cómo
hacerlo, así como mostró sus caminos a Moisés y reveló sus obras al pueblo de
Israel.
Dios no permite que nuestros errores y pecados sean los que dicten cómo nos
trata. Su gran amor impulsa cada acto para con sus hijos y cubre todo lo que
nos rodea. Dios llama nuestra atención para que oigamos su dulce voz y vivamos
en obediencia.
Pero el amor del Señor es eterno y siempre está con los que le temen; su justicia
está con los hijos de sus hijos, con los que cumplen su pacto y se acuerdan de sus
preceptos para ponerlos por obra.
(Salmo 103:17-18)
Recibe ánimo al leer estos versículos con bendiciones que recibimos por fe.