Está en la página 1de 10

20

Educar para
una Cultura de Paz

Vicenç Fisas
Mayo de 2011
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

Quaderns de Construcció de Pau es una publicación de la Escola de Cultura de Pau


que tiene el objetivo de difundir y acercar al público interesado las investigaciones
que se llevan a cabo en esta institución en el ámbito de la construcción de la
paz. Los cuadernos de investigación seguirán tres líneas de trabajo fundamentales.
En primer lugar se ofrecerán documentos de análisis sobre diferentes temas
de actualidad, aportando reflexiones de carácter académico. En segundo lugar
se elaborarán documentos en los que se formularán propuestas que faciliten la
intervención de los actores implicados en los diferentes ámbitos de la construcción
de la paz. Finalmente se elaborarán monográficos de análisis de conflictos
armados, tensiones, procesos de paz o procesos de rehabilitación posbélica que
están teniendo lugar actualmente fruto del análisis sobre el terreno del personal
investigador de la Escola de Cultura de Pau.
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

RESUMEN

La cultura de paz es una tarea educativa que pasa por educar en y para el conflicto,
en desenmascarar la violencia cultural y el patriarcado, en educar para la
disidencia, el inconformismo y el desarme, en responsabilizarnos, en movilizarnos,
en transformar los conflictos, en llevar a cabo el desarme cultural, en promover
una ética global y en buscar un consenso fundamental sobre convicciones humanas
integradoras, entre otras cosas.
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

C omo es bien sabido, la paz es algo más que la ausencia de guerra, y tiene que
ver con la superación, reducción o evitación de todo tipo de violencias, físicas,
culturales y estructurales, y con nuestra capacidad y habilidad para transformar
los conflictos, para que en vez de tener una expresión violenta y destructiva,
las situaciones de conflicto, siempre que sea posible, puedan ser oportunidades
creativas, de encuentro, comunicación, cambio, adaptación e intercambio. Este
nuevo enfoque es el que persigue la “cultura de paz”, o “cultura para la paz”, si
la entendemos como un proceso que, en primera instancia, habrá de transformar la
“cultura de la violencia”, tan presente en nuestras sociedades.

En este Quadern me propongo argumentar que la cultura de paz es una tarea


educativa que pasa por educar en y para el conflicto, en desenmascarar la violencia
cultural y el patriarcado, en educar para la disidencia, el inconformismo y el
desarme, en responsabilizarnos, en movilizarnos, en transformar los conflictos,
en llevar a cabo el desarme cultural, en promover una ética global y en buscar un
consenso fundamental sobre convicciones humanas integradoras, entre otras cosas.

Educar para la paz, sin duda alguna, implica educar sobre el conflicto, que no debe
ser confundido con la violencia. Tendríamos que dedicar más tiempo a aprender de
nuestros propios conflictos, puesto que la paz no es otra cosa que la “fase superior
de los conflictos”, es decir, el estadio en el que los conflictos son transformados por
la personas y por las comunidades de forma positiva, creativa y no violenta1. Para
ello resulta fundamental estimular la creatividad para que al buscar soluciones a
los conflictos prevalezca la comprensión mutua, la tolerancia y el desbloqueo de
posiciones. Necesitamos, por tanto, cambiar nuestra percepción del conflicto y
la forma de acercarnos a él. “Uno de los primero pasos es entender el potencial
positivo inherente en todas las situaciones de desacuerdo. Necesitamos transformar
cómo pensamos sobre los conflictos. Solemos pensar que el conflicto es siempre
una disrupción del orden, una experiencia negativa, un error en las relaciones. Sin
embargo, hemos de entender que el conflicto es un crecimiento de la diversidad que
puede ser utilizado para clarificar las relaciones, proporcionar caminos adicionales
de pensamiento y opciones para actuar de una forma no considerada previamente,
y abrir posibilidades para mejorar la relación”.2 Antes de regular el conflicto,
sin embargo, hay que tener el valor de reconocer su existencia. Reconocer que
formamos parte de una situación conflictiva es ya un paso importante, previo y
necesario para abordar cualquier otro, y sobre todo para adentrarnos en el camino
del diálogo continuo como método para solucionarlo.

No puedo resistir de citarles una genial definición de la violencia que, hace ya


unos cuantos años, nos dio el pedagogo Bruno Bettelheim3, al señalar que “la
violencia es el comportamiento de alguien incapaz de imaginar otra solución a un
problema que le atormenta”. A menos que creamos en la determinación biológica
de la maldad humana, hemos de convenir que la violencia humana, tiene mucho que
ver con esa falta de educación y entrenamiento para manejarse en los inevitables
conflictos que todo individuo ha de tener durante su existencia, y en imaginar
salidas positivas para dichos conflictos. No hay violencia gratuita si previamente
no ha existido frustración, miedo, mal trato, desamor o desamparo en la persona
que la protagoniza. Desde hace muchos años sabemos con certeza que la agresión
maligna no es instintiva, sino que se adquiere, se aprende, especialmente en la
infancia, y como ha señalado el psiquiatra Rojas Marcos en un libro divulgativo
sobre este tema4, los valores culturales promotores de violencia, como el culto al
machismo, la glorificación de la competitividad o el racismo, se transmiten de
generación en generación a través del proceso de educación y socialización.

1 GALTUNG, Johan, Paz por medios pacíficos, Bakeaz/Gernika Gogoratuz, 2003, 354 p.
2 MOAWAD, Nazli, “An Agenda for Peace and a Culture of peace”, en From a culture of violence to a
culture of peace, UNESCO, 1996, p. 183.
3 BETTELHEIM, Bruno, Educación y vida moderna, Editorial Crítica, Barcelona, 1982, p.98
4 ROJAS MARCOS, Luis, Las semillas de la violencia, Espasa Calpe, Madrid, 1995, 230 p.
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

Todos los seres humanos tenemos una cultura, y en la prevención de la violencia machista5. Y como
5
esta cultura podemos hacerla evolucionar, porque es consecuencia de estas prácticas, los hombres deben
dinámica. Nos es posible inventar nuevas maneras asumir otros patrones de masculinidad; una nueva
de hacer las cosas. No existe un solo aspecto de masculinidad que no esté disociada del cuidado, la
nuestro comportamiento que esté tan determinado ternura y la compasión, y que tenga su plasmación
que no pueda ser modificado por el aprendizaje. tanto en el plano personal como en el social. Sólo
La construcción de la paz, por tanto empieza en así, hombres y mujeres podrán compartir el mundo
la mente de los seres humanos: es la idea de un a partir de sus diferencias, sin que estas supongan
mundo nuevo. El respeto a los derechos humanos y desigualdad ni discriminación de unos sobre otras.
de las libertades fundamentales, la comprensión, la
tolerancia, la amistad entre las naciones, todos los En uno de los periódicos informes que la UNESCO
grupos raciales y religiosos: he aquí los fundamentos realiza y sirven de reflexión sobre las dinámicas
de la obra de la paz. Excluye el recurso a la guerra culturales que se producen en el mundo, más allá de las
con fines expansivos, agresivos y dominantes, así estadísticas, Jacques Delors apuntaba que “la educación
como el uso de la fuerza y de la violencia con fines tiene la misión de capacitar a cada uno de nosotros
represivos. La violencia es siempre un ejercicio de sin excepciones en desarrollar todos sus talentos al
poder, sean o no visibles sus efectos, y como tal, puede máximo y a realizar su potencial creativo, incluyendo la
manifestarse en cualquier esfera de nuestra vida, en responsabilidad de sus propias vidas y el cumplimiento
lo cultural, lo económico, lo político o lo doméstico. de los objetivos personales”.6 En el informe mencionado,
La violencia pude considerarse como la forma más Delors señalaba que la educación ha de organizarse
burda y primitiva de la agresión. En este sentido es alrededor de cuatro aprendizajes, que serán los
una fuerza exclusivamente humana que aspira a ser pilares del conocimiento a lo largo de la vida de cada
“la” solución que excluya a todas las demás, por lo individuo, y que perfectamente podrían considerarse
que también es una censura totalitaria. también los cuatro ejes de la educación para la paz:

Nos interesa especialmente la violencia cultural, que 1) aprender a conocer, esto es, adquirir los
es lo opuesto a la cultura de la paz, y que se expresa instrumentos de la comprensión
también desde infinidad de medios (simbolismos, 2) aprender a hacer, para poder actuar sobre el entorno
religión, ideología, lenguaje, arte, ciencia, leyes, 3) aprender a vivir juntos, para participar y cooperar
medios de comunicación, educación, etc., y que con los demás en todas las actividades humanas
cumple la función de legitimar la violencia directa y 4) aprender a ser, progresión esencial que participa
estructural, así como de inhibir o reprimir la respuesta de los tres aprendizajes anteriores
de quienes la sufren, y ofrece justificaciones para que
los seres humanos, a diferencia del resto de especies, Desde la educación para la paz se ha dicho siempre,
se destruyan mutuamente y sean recompensados y con razón, que hemos de educar también para
incluso por hacerlo. Desenmascarar y deconstruir esta la disidencia, la indignación, la desobediencia
violencia cultural es, pues, una tarea fundamental a responsable, la elección con conocimiento y la
desarrollar desde el ámbito de la educación. crítica, es decir, para salirnos de las propuestas de
alienación cultural y política. Desde esta perspectiva,
La cultura de la violencia está enraizada en el la educación para la paz “consiste en analizar este
patriarcado, un sistema de control y de dominación mundo en que vivimos, pasarlo por la crítica reflexiva
masculino mantenido durante siglos, por el que los emanada de los valores propios de una cosmovisión
hombres, desde diferentes instituciones públicas y pacifista y lanzar a los individuos a un compromiso
privadas, han ejercido el poder y subyugado a las transformador, liberador de las personas en tanto en
mujeres, y más contemporáneamente a la naturaleza, cuanto que, movidas por ese análisis crítico, quedan
mediante la violencia y la fuerza, y han considerado e atrapadas por la fuerza de la verdad y obligados en
impuesto como la norma universal lo que no era más conciencia a cooperar en la lucha por la emancipación
que el patrón de comportamiento del arquetipo viril. de todos los seres humanos y de sí mismas, en primer
Para superar esa raíz de la cultura de la violencia lugar”.7 Es más, y en palabras del ex director
resulta imprescindible poner en práctica los principios general de la UNESCO, “tenemos la obligación
de la coeducación, entendida como la acción moral de fomentar en nosotros y en nuestros hijos
educadora que valora indistintamente la experiencia, la capacidad de oponernos a que un sinfín de cosas
las aptitudes y la aportación social y cultural de las parezcan normales, cotidianas y aceptables en el
mujeres y los hombres, en igualdad de derechos, sin
5 Definición basada en el artículo 12 de la Ley 5/2008 del derecho a las
estereotipos sexistas y androcéntricos, ni actitudes mujeres a erradicar la violencia machista, de la Generalitat de Catalunya.
discriminatorias, con objeto de conseguir el objetivo 6 DELORS, Jacques, Educación: hay un tesoro escondido dentro,
de construir una sociedad sin subordinaciones UNESCO, 1996, 250 p.
culturales entre mujeres y hombres. Los principios de 7 RODRÍGUEZ, Martín, “Educar para la paz y la racionalidad
comunicativa”, en Educando para la paz: Nuevas propuestas,
la coeducación son, además, un elemento fundamental Universidad de Granada, 1994, p. 366.
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

entorno, tanto natural como social... Debemos luchar positivas, en la medida en que la situación de
6
contra la pereza y la tendencia al conformismo y el conflicto sea el detonante de procesos de conciencia,
silencio que la sociedad fomenta”.8 Educar, en otras participación e implicación que transformen una
palabras, significa dotar al individuo de la autonomía situación inicial en otra con mayor carga positiva.
suficiente para que pueda razonar y decidir con La transformación de conflictos es una mirada
toda libertad. Significa proporcionar los criterios empirista que asume de entrada los límites, la
que nos permiten defender nuestras diferencias y complejidad y lo imprevisible de todo conflicto, pero
divergencias sin violencia, “fomentar la capacidad que lo hace al tiempo que está convencida de la
de apreciar el valor de la libertad y las aptitudes que potencialidad transformadora de los seres humanos
permitan responder a sus retos. Ello supone que se y de las sociedades. A diferencia de otros modelos
prepare a los ciudadanos para que sepan manejar de tratamiento de conflictos que trabajan desde el
situaciones difíciles e inciertas, prepararlos para la exterior, en la epidermis o en las consecuencias del
responsabilidad individual. Esta última ha de estar conflicto, el planteamiento de la transformación
ligada al reconocimiento del valor del compromiso de los conflictos adopta como sistema de análisis
cívico, de la asociación con los demás para resolver el viaje hacia el interior del conflicto para trabajar
problemas y trabajar por una comunidad justa, también desde su corazón, dando razón a quienes
pacífica y democrática, porque el derecho y la propugnan que la alternativa al conflicto no es la paz
necesidad de alcanzar una autorealización personal superficial o aparente, sino una dialéctica siempre
no ha de ser ni un obstáculo ni una incompatibilidad abierta que permita sacar rendimiento creativo al
con la necesidad de formarnos como ciudadanos propio conflicto. La transformación de conflictos
responsables y con conciencia pública. es una apelación a la creatividad humana, a una
creatividad constructiva para lograr un beneficio no
Esto supone siempre, y en primera instancia, una exclusivo y un consenso que potencie la confianza en
mirada hacia nuestro interior, en darnos la posibilidad las personas en superar sus dificultades. En palabras
de decidir y en ejercitar el derecho de pensar lo que de Lederach, “la transformación de conflictos
queremos, en imaginarnos un futuro y en practicar la significa preveer los reflujos de los conflictos sociales
política en primera persona, sin más intermediarios y responder a ellos como oportunidades vivificantes
iniciales que nuestra propia conciencia, para después para crear procesos hacia un cambio constructivo
coparticipar con nuestras semejantes, reconociéndonos que reduzca la violencia, haga crecer la justicia en
autoridad (que no poder) y capacidad creativa, y en las interacciones directas y las estructuras sociales
asumir que estos actos pueden transformar la realidad. y responda a los problemas reales de las relaciones
Pero la educación para la paz ha de ser también una humanas”.9 Nada más cercano, pues, que al camino
educación para el encuentro de las individualidades, de construir una cultura de paz.
una educación para la conspiración, la cooperación,
la cesión de confianza, un lugar donde aprender el La educación es, sin duda alguna, un instrumento
manejo de nuestras potencialidades de transformación crucial de la transformación social y política. Si
y en donde los proyectos culturales se conviertan en estamos de acuerdo en que la paz es también la
actividad política. El proyecto de cultura de paz, en transformación creativa de los conflictos, y que
definitiva, sólo alcanza sentido en la medida que sea algunas de sus palabras-clave son el conocimiento,
un instrumento útil para movilizar a la gente, para su la imaginación, la compasión, el diálogo, la
propia transformación y la de su entorno. Frente a la solidaridad, la integración, la participación y la
violencia y el terror, además, el discurso de la cultura empatía, hemos de convenir que su propósito no
de paz habría de ser como una batería para cargar es otro que formar una cultura de paz, opuesta a
pilas a la sociedad civil, a sus conciencias y a sus la cultura de la violencia, que pueda desarrollar
posibilidades de actuación, para rebelarse, conquistar esos valores, necesidades y potencialidades. Es a
el alma y derrotar cultural y espiritualmente a la través de la educación “que podremos introducir
violencia, redefiniendo la democracia, la civilidad y la de forma generalizada los valores, herramientas
esfera de lo sacro. Nos situamos por tanto ante una y conocimientos que forman las bases del
actitud transformativa. respeto hacia la paz, los derechos humanos y la
democracia, porque la educación es un importante
Si asumimos que el conflicto es un proceso interactivo, medio para eliminar la sospecha, la ignorancia, los
una construcción social y una creación humana que estereotipos, las imágenes de enemigo y, al mismo
puede ser moldeada y superada, y que por tanto no tiempo, promover los ideales de paz, tolerancia
transcurre por senderos cerrados o estancos en los y no violencia, la apreciación mutua entre los
que la fatalidad es inevitable, hemos de convenir individuos, grupos y naciones.”10
también que las situaciones conflictivas son también
9 John Paul Lederach, The little book of Conflict Transformation,
depositarias de oportunidades Good Books, Pensilvania, 2003.
10 SYMONIDES, Janusz; SINGH, Kishore, “Constructing a culture
8 MAYOR ZARAGOZA, Federico, La nueva página, UNESCO/
of peace: challenges and perspectives. An introductory note”, en From
Círculo de Lectores, 1994, p. 53
a culture of violence to a culture of peace, UNESCO, 1996, pp. 20-30.
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

Pero vivimos en un mundo violento, en el que la en el año 2010, del que un 30% corresponde las
7
cultura de la violencia impregna todas las esferas exportaciones realizadas por Estados Unidos. ¿Nos
de la actividad humana: la política, la religión, el conduce este rearme a un mundo más seguro?
arte, el deporte, la economía, la ideología, la ciencia, Evidentemente no. El rearme, en todo caso, detrae
la educación... incluso lo simbólico, y siempre con recursos humanos y materiales necesarios para hacer
la función de legitimar tanto la violencia directa frente a las verdaderas amenazas a la seguridad,
como la estructural, y por supuesto, la guerra, como la pobreza, el terrorismo, las enfermedades
buscando siempre razones y excusas para justificar infecciosas, la degradación del medio ambiente o la
el uso de la fuerza y la práctica de la destrucción, delincuencia organizada transnacional. Un mundo
y normalmente en nombre de algo superior, ya sea con menos pobreza es, en cualquier caso, un mundo
un Dios o una ideología. La violencia cultural sirve más seguro, como lo es un mundo con menos países
también para paralizar a la gente, para infundirle invadidos por tropas extranjeras. Esta militarización
el miedo, para hacerla impotente frente al mundo, de la sociedad viene dada por un concepto anticuado
para evitar que dé respuestas a las cosas que la de la seguridad, que la asocia con el armamentismo.
oprimen o le producen sufrimiento. La educación Hay, pues, todo un trabajo educativo para mostrar
para la paz, por tanto, ha de ser una esfuerzo capaz que la seguridad humana, la seguridad ecológica y la
de contrarrestar estas tendencias y de consolidar seguridad democrática son formas más razonables y
una nueva manera de ver, entender y vivir el mundo, efectivas de encarar los problemas del mundo de hoy.
empezando por el propio ser y continuando con
los demás, horizontalmente, formando red, dando La educación para la paz, que repito es también una
confianza, seguridad y autoridad a las personas y educación sobre los conflictos, ha de poner mucho
a las sociedades, intercambiándose mutuamente, énfasis en algunos otros aspectos que me gustaría
superando desconfianzas, ayudando a movilizarlas y mencionar. El primero, básico y fundamental, es
a superar sus diferencias, asomándolas a la realidad aprender a reconocer los intereses del oponente.
del mundo para alcanzar una perspectiva global que Esto significa olvidarnos de una vez de la palabra
después pueda ser compartida por el mayor número “victoria”, porque la victoria sólo conduce a la
posible de personas. El reto de la educación y de la victoria, no a la paz. Todas las técnicas de resolución
cultura de paz, por tanto, es el de dar responsabilidad de conflictos parten de esta importante premisa
a las personas para hacerlas protagonistas de su que concierne exclusivamente a los actores y a
propia historia, y con instrumentos de transformación su capacidad de realizar transferencias positivas,
que no impliquen la destrucción u opresión ajena, y de negociar e intercambiar, de transformar
no transmitir intransigencia, odio y exclusión, puesto voluntariamente objetivos iniciales y de generar
que ello siempre supondrá la anulación de nuestro empatía, esto es, de comprender las emociones y los
propio proyecto de emancipación y desarrollo. sentimientos de los demás, de colocarnos en su lugar
y circunstancia. Todos estos requisitos son posibles si
La cultura de paz favorece el desarme y, por se actúa desde la autoridad, pero no desde el poder
ello, se opone a la política de militarización de la que oprime y jerarquiza.
sociedad. Hace dos décadas, con el fin de la Guerra
Fría y la disolución del imperio soviético, el mundo La segunda consideración se refiere a la urgencia
experimentó una importante reducción de sus de que los pueblos dominantes terminen con su
gastos militares, hasta el punto de hablarse de la arrogancia y lleven a cabo un “desarme cultural”,
existencia de un potencial “dividendo del desarme”. aceptando el hecho de la multiculturalidad y la riqueza
De los 1’2 billones de dólares de gasto en 1998 se de la diversidad humana. La educación para la paz
pasó a menos de 800.000 en pocos años, sin que el debería enseñarnos a perder el miedo a la diferencia
ahorro no obstante fuera a parar directamente para del otro, a tratar a las demás culturas en igualdad de
atender a las necesidades sociales de muchos países condiciones, vacunándonos de la tentación de imponer
o al cubrimiento de los gastos de los Objetivos de a los demás aquellos modelos económicos, políticos,
Desarrollo del Milenio. Es más, y lo que constituye culturales y tecnológicos que no nos conducen a la
motivo de enorme preocupación, a partir de la “guerra felicidad. La educación, en este tema, puede jugar un
contra el terror” de 2001, los gastos militares papel trascendental, en la medida que puede ayudar
mundiales no han dejado de aumentar, hasta situarse a comprender el mundo y a comprender al otro con
en 1’6 billones de dólares en 2010, equivalente a más objeto de conocerse mejor a sí mismo.
de 4.400 millones de dólares diarios, de los que el
42’8% corresponde al gasto militar de los Estados Para la UNESCO, “la cultura es el conjunto de
Unidos, que ha de hacer frente a un importante gasto elementos simbólicos, estéticos y significativos que
por las operaciones en Iraq y Afganistán. Desde el forman la urdimbre de nuestra vida y le confieren
2003, además, el comercio mundial de armamentos unidad de sentido y propósito, de la cuna a la tumba....
pesados ha visto igualmente incrementarse, Se trata también del modo en que las comunidades
alcanzando la cifra de 25.000 millones de dólares se expresan y vinculan entre sí, como grupos que
QUADERNS DE CONSTRUCCIÓ DE PAU Nº 20
Educar para una Cultura de Paz

comparten preocupaciones y experiencias, que sirven lo simbólico) y de la acción (instituciones políticas


8
a su vez para proyectar recuerdos, hallazgos e incluso y medios económicos). Es imprescindible, en este
traumas y temores, más allá de los límites de nuestra sentido, que los humanos nos reconozcamos como
existencia mortal, a las generaciones venideras. La seres portadores de derechos y obligaciones.
cultura es, sobre todo, comportamiento cotidiano, que
refleja la “forma de ser” de cada cual, el resultado Educar para la paz y sentar las bases para una cultura
de sus percepciones y reflexiones, la elección íntima de paz significa preparar a las nuevas generaciones
entre las distintas opciones que la mente elabora, para buscar un nuevo consenso fundamental sobre
la respuesta personal a las cuestiones esenciales, convicciones humanas integradoras14, que como
el fruto en cada uno del conocimiento adquirido, la ha señalado Hans Küng, incluirá una pluralidad
huella de los impactos del contexto en que se vive.”11 heterogénea de proyectos vitales, comportamientos,
lenguajes, formas de vida, conceptos científicos,
La cultura de paz, por tanto, “es una cultura que promueve sistemas económicos, modelos sociales y comunidades
la pacificación. Una cultura que incluye estilos de vida, creyentes, y que infunde en la sociedad internacional
patrones de creencias, valores y comportamientos que unas pautas de comportamiento ético y moral,
favorezcan la construcción de la paz y acompañe los comprensión humana y empatía, con el propósito
cambios institucionales que promuevan el bienestar, la de lograr una cooperación pacífica en la mejora
igualdad, la administración equitativa de los recursos, la de la condición humana. Este consenso no puede
seguridad para los individuos, las familias, la identidad ser una norma estricta, o una imposición policial,
de los grupos o de las naciones, y sin necesidad de sino un consenso ético, un diálogo entre todas las
recurrir a la violencia”.12 tradiciones culturales, un no-centrismo de la historia
del pensamiento humano, más fácilmente obtenible
Ello implica que hemos de aprender a ser miembros de cuanto mayor sea nuestra percepción de sentirnos
una comunidad global. Cuando hablamos de comunidad miembros responsables del planeta, solidarios con el
global o planetaria es para referirnos exclusivamente mundo por ser parte de él, y conscientes de que para
a un conjunto mínimo de cosas (valores, normas y el bien de muchos, unos pocos deberemos limitar
comportamientos) que consideramos esenciales para nuestro bienestar y aceptar la suficiencia. Esta nueva
nuestra propia supervivencia, para nuestro desarrollo mirada hacia el mundo persigue, en primer lugar,
y para una convivencia más armoniosa y digna. Todo entender mejor su complejidad y diversidad, para
lo demás puede o no ser compartido, pero queda después, o paralelamente, consensuar un “código
fuera de la necesidad inmediata. Hoy día no tenemos de conducta universal”, una ética global o una
más posibilidades que pretender universalizar una macro-ética planetaria, definida como una ética de
moralidad mínima, unas reglas del juego que vinculen corresponsabilidad planetaria que tenga en cuenta
a todas las personas y que permitan desterrar los efectos de cuanto hacemos, para nosotros y para
las tratos más denigrantes sobre las personas y las futuras generaciones, buscando un mínimo de
sociedades, e instaurar lo que Hampshire13 llama valores que podamos compartir y defender todas las
“una noción tenue de justicia procedimental mínima: sociedades, sin imposiciones ni occidentalizaciones,
las condiciones de mera decencia”. Probablemente con sus correspondientes responsabilidades que
deberíamos empezar exigiendo que nuestras puedan ser traducidas en normas exigibles.
sociedades e instituciones sean decentes, esto es,
que se comporten de manera que no humillen ni a Todas las personas y todas las sociedades somos
sus integrantes ni a quienes no pertenecen a ella. El portadoras de potencialidades de bien y de mal,
difícil objetivo residiría en reducir la competitividad, de creación y de destrucción. Nos decantamos,
transformándola gradualmente en un sentido solidario individual y colectivamente, más hacia un lado o
de colaboración entre las sociedades humanas, lo hacia el otro en función de múltiples factores, que
que nos conduce a tres de las grandes tareas aquí actúan al unísono, aunque con intensidad variable: las
planteadas: ensanchar las lealtades grupales, creencias religiosas, las tradiciones étnicas, nuestro
educarnos para las responsabilidades colectivas nivel de pensamiento utópico, nuestra capacidad de
y actuar para transformar las macroestructuras disensión o de sometimiento, y un largo etcétera.
mundiales. Se trata, en definitiva, de recuperar Muchos, muchísimos de esos factores son culturales,
el sentido de “estar y hacer juntos” el sentido del y por tanto son transformables. Esa constatación es
bien común, y de entender que el bien común está lo que da pleno sentido a la educación para la paz,
representando por la existencia del otro, y que la y la convierte en la herramienta fundamental para
realización de esta existencia del otro requiere unas construir un futuro con un horizonte en el que se vaya
condiciones de espíritu (del sistema de valores, de construyendo la cultura de la paz.
11 MAYOR ZARAGOZA, Federico, op.cit , p. 111
12 BOULDING, Elise, “The concept of peace culture”, en Peace and
Conflict Issues after the Cold War, UNESCO, 1992, p. 107.
13 HAMPSHIRE, Stuart, Innocence and Experience, Harvard 14 KÜNG, Hans, Proyecto de una ética mundial, Editorial Trotta,
University Press, 1989. Madrid, 1991, 174 p.
Escola de Cultura de Pau (UAB)

La Escola de Cultura de Pau fue creada en 1999, con el propósito de organizar varias actividades académi-
cas y de investigación relacionadas con la cultura de la paz, la prevención y transformación de conflictos,
el desarme y la promoción de los derechos humanos.

La Escola está financiada básicamente por el Gobierno de la Generalitat de Catalunya, a través de la Agen-
cia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) de la Secretaría de Asuntos Exteriores del Departamen-
to de Gobernación y Relaciones Institucionales. La Escola está dirigida por Vicenç Fisas, que a la vez es el
titular de la Cátedra UNESCO sobre Paz y Derechos Humanos de la Universitat Autònoma de Barcelona.

Las principales actividades que realiza la Escola de Cultura de Pau son las siguientes:
‡/DDiplomatura de Cultura de Paz (postgrado de 230 horas lectivas y 70 plazas).
‡/DVasignaturas de libre elección “Cultura de paz y gestión de conflictos”, y “Educar para la paz y en
los conflictos”.
‡Iniciativas de sensibilización e intervención en conflictos, por las que se facilita el diálogo entre
actores en conflicto.
‡Programa de Derechos Humanos, que realiza un seguimiento de la coyuntura internacional en
materia de derechos humanos, y en especial de aquellos ámbitos temáticos que actualmente marcan la
agenda mundial, como la incidencia del terrorismo en el disfrute de todos los derechos o la
responsabilidad social corporativa.
‡Programa de Educación para la Paz, cuyo equipo promueve y desarrolla el conocimiento, los valores y
las capacidades de la Educación para la Paz.
‡Programa de Música, Artes y Paz, que se centra en la investigación de iniciativas artísticas que
contribuyen a la construcción de la paz.
‡Programa de conflictos y construcción de paz, que realiza un seguimiento y análisis diario de
la coyuntura internacional, en materia de conflictos armados, situaciones de tensión, crisis
humanitarias, desarrollo y género, con objeto de realizar el informe anual Alerta!, informes quincenales,
mensuales y trimestrales.
‡Programa de Procesos de Paz, que realiza un seguimiento y análisis de los diferentes países con pro-
cesos de paz o negociaciones formalizadas, y de aquellos países con negociaciones en fase exploratoria.
Dentro de este programa se enmarca el proyecto Colombia, dedicado a dar visibilidad a las iniciativas de
paz para este país.
‡Programa Construcción de Paz Posbélica, desde el que se lleva a cabo un seguimiento y análisis de la
ayuda internacional en términos de construcción de la paz en contextos bélicos y posbélicos.

Escola de Cultura de Pau


Edifici MRA (Mòdul Recerca A)
Campus de la UAB
08193 Bellaterra (Cerdanyola del Vallès)
Barcelona, España
Tel.: +34 93 586 88 42 / Fax: +34 93 581 32 94
escolapau@uab.cat
http://escolapau.uab.cat
Edifici MRA (Mòdul Recerca A)
Campus de la UAB
08193 Bellaterra
(Cerdanyola del Vallès)
Barcelona, España

Tel.: +34 93 586 88 48


Fax: +34 93 581 32 94
escolapau@uab.cat
http://escolapau.uab.cat

También podría gustarte