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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación Superior Universitaria, Ciencia y Tecnología


Universidad Nacional Experimental De Los Llanos Centrales
“Rómulo Gallegos”
Área de Ciencias Políticas y Jurídicas
Unidad Curricular: Arte y Cultura

INFORME DE LAS SOCIEDADES,


GENERALIDADES

Estudiante: Julio César Hernández Bonillo


C.I.V- 29.900.284
1° Año sección 2

Marzo, 2.021
COSMOVISIÓN ABORIGEN

Es el conjunto de creencias, valores y sistemas de conocimiento que articulan la vida social


de los grupos indígenas. El historiador Alfredo López Austin define la cosmovisión como
"el conjunto estructurado de los diversos sistemas ideológicos con los que el grupo social,
en un momento histórico, pretende aprehender el universo, engloba todos los sistemas, los
ordena y los ubica.
La cosmovisión está íntimamente ligada a la religión, la política, la economía y el medio
ambiente. En los sistemas cosmológicos de los indígenas mexicanos la tradición tiene un
enorme peso y, gracias a las investigaciones de arqueólogos, historiadores y lingüistas, ha
sido posible conocer el origen prehispánico de muchos de los elementos que forman los
sistemas actuales de creencia y conocimiento.

La cosmovisión expresa la relación de los hombres con los dioses, establece el orden
jerárquico del cosmos, la concepción del cuerpo humano, estructura la vida comunitaria y
agrupa el conjunto de los mitos que explican el origen del mundo. La cosmovisión indígena
tiene un claro origen agrícola; en ella el medio ambiente (el territorio real y simbólico es un
factor fundamental y tiene como uno de sus rasgos característicos el que no exista una
separación —como en el pensamiento occidental— entre naturaleza y cultura, orden natural
y orden social, individuo y sociedad. El ámbito de lo sobrenatural ocupa un lugar
preponderante de la cosmovisión y tampoco está desligado del mundo social. Se considera
que el orden político está fundado en la jerarquía divina, que numerosas enfermedades del
cuerpo son resultado de la acción de desequilibrios o daños causados por fuerzas
sobrenaturales. Las calamidades, las tensiones sociales y los enfrentamientos entre
individuos o grupos también pueden ser entendidos como resultado de un conflicto entre
los hombres y la divinidad (los dueños de aguas, bosques, cuevas, montes, cerros).

La intervención de los dioses se busca constantemente para obtener la protección y


conseguir el buen desempeño de las distintas actividades de la vida cotidiana. En el
nacimiento, el matrimonio, la construcción de una casa y de un temazcal o la preparación
de la milpa para la siembra se invoca la ayuda de las divinidades o se busca ahuyentar
aquellas entidades que pudieran ser una amenaza para la tarea que se lleva a cabo.

En las cosmovisiones indígenas el tiempo y el calendario ocupan un lugar destacado. Los


mitos sobre el origen del mundo establecen cómo se pasó de un tiempo primordial, dónde
sólo existían los dioses, al tiempo de los hombres. Por su parte, tanto el calendario de 365
días como el ritual de 260 tienen una importancia clave en los sistemas cosmológicos y en
la organización de la vida social. El calendario no sólo determina los tiempos adecuados
para la siembra y la cosecha, sino que fija los días en que deben realizarse las fiestas
religiosas, las cuales sirven para adorar a los dioses (y desde tiempos coloniales a los santos
patronos), realizar intercambios comerciales y renovar las autoridades tradicionales.

Existe también una estrecha relación entre el conjunto de los sistemas de creencias y
saberes y la estructura familiar. Las comunidades indígenas suelen estar formadas por
familias extensas, cuyo vínculo no es exclusivamente consanguíneo sino que está
establecido en términos de la pertenencia a un linaje en que un dios tutelar es considerado
como el antepasado común de los miembros del grupo.

COSMOVISIÓN EUROPEA

Es aquella que coloca a Europa como el eje y centro del todo. El inicio de esta creencia
parte del Renacimiento, cuando se convirtió en un conjunto de teorías sociales que
aseguraban el liderazgo de Europa para conquistar el mundo. Es la mirada del mundo a
partir de una experiencia occidental. Era una posición donde se afirmaba que la historia de
Europa era superior a la de los otros.

Se habla entonces de una “específica racionalidad o perspectiva de conocimiento que se


hace hegemónica colonizando y sobreponiéndose a todas las demás, previas o diferentes, y
a sus respectivos saberes concretos, tanto en Europa como en el resto del mundo”. De esta
forma, se concluye que el etnocentrismo como tradición intelectual, como método de
análisis de culturas dominantes y dominadas o como idea hegemónica de superioridad
(como en el eurocentrismo) debe ser objeto constante de crítica en la academia por diversas
disciplinas, en la medida en que las imposiciones dadas por las hegemonías culturales
consideradas de rango superior distorsionan la realidad cultural y social mundial, ignorando
o suprimiendo una pluralidad de culturas que quieren ser una copia de la cultura dominante.

Enrique Dussel explica que en el siglo XVIII, la Europa moderna y "bárbara", inventó una
trayectoria histórica lineal entre la Antigua Grecia, el Imperio romano y la Europa
moderna, que ha sido utilizada desde entonces como esquema ideológico básico del relato
histórico.

Esta concepción europeo céntrica de la historia no ha abandonado a la historiografía ni a la


sociología occidental hasta el día de hoy, pese a los esfuerzos que los historiadores han
llevado a cabo, especialmente desde el siglo XX, para entender y comprender la
experiencia humana en su totalidad. Los historiadores modernos pudieron establecer que la
tecnología china entre los siglos XIV y XV había logrado avances que previamente se
habían considerado creaciones europeas. Así el papel, la brújula, la pólvora, el antecesor de
la imprenta moderna y la fundición de hierro colado se iniciaron en China mucho antes que
en Europa. La investigación a finales del siglo XX, estableció claramente que aún durante
la Edad Moderna, Asia era el continente económicamente dominante en el mundo. Hacia
1500, Oriente Medio, India y China concentraban cerca del 60 % de la producción mundial,
y poco antes de 1800 el 80 % de la misma. Durante el siglo XVIII, los textiles de India se
exportaban extensivamente a Francia e Inglaterra. Y gran cantidad de productos industriales
chinos estaban presentes tanto en la América colonial desde el siglo XVII como en Europa.
Se estima que un 75 % de la plata extraída por los españoles en América acabó en China a
cambio de la compra de productos manufacturados en China. Solo la Revolución Industrial
europea alteró este equilibrio, y mediante conquista militar gran parte de Asia pasó a estar
controlada por potencias europeas.

Si bien el eurocentrismo no es una postura mayoritaria en el mundo académico


actualmente, numerosos intelectuales e incluso académicos siguen teniendo posturas que
parcialmente repiten argumentos eurocéntricos. Por ejemplo la visión del choque de
civilizaciones, ampliamente criticados por otros académicos, defendida extensivamente por
Samuel P. Huntington.

MODELOS DE JUSTICIA ANCESTRAL

Los pueblos indígenas tienen cierta autonomía a la hora de impartir los castigos, los
problemas dentro de la comunidad se resuelven primero en el seno del hogar. Si no es
posible se pasa a una instancia de asamblea comunitaria entre todos se llega a “la verdad”.
Entre los castigos que podían adoptar se encontraban el destierro, el corte de pelo o
vergüenza pública. Aunque la mayor parte de los conflictos de los pueblos indígenas
terminan en acuerdos o conciliaciones.
Ciertas tribus poseen consejos de ancianos y ancianas, un coordinador de la comunidad, los
médicos tradicionales, las parteras, etc.

Desde tiempos milenarios los pueblos y nacionalidades indígenas han ejercido prácticas y
costumbres basadas en su derecho consuetudinario, la administración de justicia indígena
forma parte de este derecho, teniendo sus propios, preceptos, objetivos, fundamentos
características y principios.
Que busca restablecer el orden y la paz social. La autoridad indígena será la encargada de
cumplir y hacer cumplir las normas, valores y principios comunitarios; Principios
Fundamentales: ama killa, ama llulla, ama shua; Solidaridad, Reciprocidad y Colectividad.

La Justicia indígena, sin embargo no existe como resultado de una decisión de política
legislativa motivada en criterios técnicos o de eficiencia, sino que nace del reconocimiento
de un derecho, cuyo titular es un ente colectivo: "el pueblo indígena". Es un producto de un
pueblo o comunidad indígena que por muchos años ha reservado su sistema de administrar
justicia de aLa década de 1990 ha sido testigo de reformas constitucionales muy
importantes, en los países andinos particularmente Colombia (1991), Perú (1993), Bolivia
(1994), Ecuador (1998). A finales de esta década los países andinos reconocen
constitucionalmente que sus estados están conformados por una diversidad de culturas y
por ende buscan garantizar la pluralidad cultural y el derecho y el derecho a la identidad
cultural. También se reconoce a los diversos pueblos indígenas y sus derechos,
oficializando sus idiomas, protegiendo sus costumbres, vestimenta, promoviendo su propia
cultura.

Se reconoce el derecho al propio derecho, esto es, el derecho indígena o consuetudinario y


la jurisdicción especial

Junto con estas reformas dichos países también han ratificado el convenio 169 de la OIT
sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes. Esto supone cambios muy
importantes en la doctrina jurídica tradicional que se basa en nomismo jurídico y la
identidad Estado- Derecho. Igualmente cuestiona la noción clásica del Estado- Nación, en
tanto "nación" se entendía como un solo pueblo, una sola cultura, un solo idioma y una sola
religión. Tanto la ratificación del convenio 169 de la OIT como las reformas
constitucionales, dan las pautas para la construcción de un nuevo modelo de la juridicidad,
en el marco de un modelo de Estado Pluricultural.

La justicia indígena u originaria está presidida por dos razones:

La primera es que el derecho y la justicia son una de las ventanas privilegiadas para
analizar las contradicciones, las ambivalencias, los ritmos, los avances y retrocesos de los
procesos de transformación social, sobre todo de los que se afirman como portadores de
nuevos proyectos políticos o como momentos decisivos de transición política.

La segunda razón es que justicia indígena se centra en el hecho de reivindicar una


precedencia histórica y una autonomía cultural que desafían todo el edificio jurídico y
político del Estado. Por esta razón, las luchas indígenas tienen potencial para radicalizar (en
el sentido de ir a las raíces) los procesos de transformación social, sobre todo cuando
asumen una dimensión constituyente de acuerdo a sus usos y costumbres.

Cada pueblo cuenta con su pensamiento filosófico, que guía la convivencia social de sus
miembros, sustentado en el pasado histórico, que determina el presente de hoy fugaz y casi
imperceptible, proyectando el devenir de los nuevos tiempos.

Para el conocimiento del pueblo indígena andino, el tiempo es circular, (PACHAKUTICK),


cada periodo llega a eliminar lo malo, curar lo enfermo. Así, su concepción espiritual
cósmica creía en una renovación constante, teniendo como madre, la tierra.

Esta concepción al ser integrada influye en el derecho de los pueblos indígenas, su armonía
natural se refleja en la armonía social de respeto a todos los integrantes de la familia
comunitaria liderada por los mayores, quienes protegen el equilibrio social. Lógicamente si
altera una de las normas surge el conflicto y por ende tiene que ser corregido.

SOCIEDAD MATRIARCAL

El matriarcado, según Bachofen (1992/1861), describe una sociedad que se regula a partir
de lo femenino, no como dominio sobre lo masculino, sino como un modo de ordenamiento
social, caracterizado por el respeto, la fraternidad y el bien común, en el que las mujeres
desempeñan un papel central.

En la concepción del creador de este término, el jurista, filósofo, sociólogo y antropólogo


suizo Bachofen (1992/1861), el término matriarcado no se refiere al poder de las mujeres
sobre los hombres; no se trata de un sistema en el que las mujeres son las opresoras y los
hombres los oprimidos. El matriarcado primitivo que describe Bachofen, consiste en una
organización natural que se regula a partir de lo femenino, pero no como dominio sobre lo
masculino, sino como un modo de interpretar el cosmos y de ordenamiento social,
caracterizado por el respeto, la fraternidad y el bien común. Por esta razón, se consideró
apropiado para la presente investigación la elección del término matriarcado, tal como
originalmente fue concebido por el autor ya señalado.

En el año 2002, la antropóloga Peggy Sanday, profesora de la Universidad de Pennsylvania,


publicó: Women at the Center: Life in a Modern Matriarchy (Mujeres en el Centro: La vida
en un matriarcado moderno), resultado de una investigación entre los Minangkabau, grupo
étnico de Indonesia, ubicado en las montañas de Sumatra Occidental. En esta comunidad,
los hombres y las mujeres se relacionan como pares que buscan el bien común, y el
prestigio social es para las personas que impulsan esta causa. En dicho estudio, Sanday
(2002) sostiene que «…el término ‘matriarcado’ es relevante en sociedades donde los
símbolos maternales están conectados a prácticas sociales con influencia directa sobre las
vidas de ambos sexos, y donde las mujeres juegan un papel central en dichas prácticas». (p.
xii).

Esta noción de matriarcado en el siglo XXI, coincide con las ideas de Bachofen
(1992/1861) del siglo XIX, quien reconocía en las sociedades matriarcales el «principio de
libertad e igualdad», «el carácter familiar y de una sympátheia (simpatía, que en griego
significa sufrir juntos o compartir el dolor del otro) que abarcaba por igual a todos los
miembros del pueblo», y «los sentimientos de fraternidad y espíritu nacional colectivo» (p.
37).

SOCIEDAD PATRIMONIAL

La sociedad patrimonial es aquella que no se dedica principalmente a desarrollar


actividades económicas sino a la administración de un patrimonio, generalmente compuesto
por valores o bienes inmuebles. Por ello, más de la mitad de su activo debe tener forma de
valores o no estar afectos a ninguna actividad económica.

Las etnias indígenas han estado sujetas a apropiación y explotación de su patrimonio


cultural por miembros de comunidades distintas de las que la crearon. Urge proteger los
derechos sobre sus territorios, su propiedad intelectual, lengua, tradiciones, técnicas
artesanales y actividades económicas.

Los pueblos indígenas latinoamericanos y venezolano (patrimonios culturales intangibles)


pueden jugar un importante papel en la solución de problemas locales y nacionales relativos
a los grandes temas de la actualidad. Estas etnias, patrimonios culturales vivos e
intangibles, son una manifestación y expresión de la identidad de grupo, que a su vez tiene
una profunda raigambre histórica. Las cosmologías, creencias y valores comunicados por
las diversas lenguas, tradiciones orales y diversas manifestaciones culturales, a menudo
constituyen los cimientos de la vida en estas comunidades. Es más, en muchos países la
reiteración de la identidad cultural basada en las culturas indígenas, y en otros grupos
locales tradicionales y populares, han posibilitado la construcción de los nuevos Estados
pluriculturales.

Muchos de los pueblos indígenas, entre ellos la etnia wayúu (el grupo más numeroso y
representativo que vive en el estado Zulia, Venezuela), están amenazados a veces con la
extinción. Por esta razón es imperativo implementar mecanismos y estrategias para
garantizar la salvaguarda de este patrimonio cultural intangible, es decir, su protección
sistemática en los ámbitos locales, nacionales y globales. Tal protección debe acoger no
solamente el patrimonio cultural intangible en sí mismo, sino a los propios practicantes,
creencias, tradiciones y modos de vida.

Las etnias indígenas han estado sujetas a apropiación y explotación de su patrimonio


cultural por miembros de comunidades distintas de las que la crearon. Urge proteger los
derechos sobre sus territorios, su propiedad intelectual, lengua, tradiciones, técnicas
artesanales y actividades económicas. Para tal efecto es indispensable brindar a estas
comunidades una adecuada orientación y formación para que participen activamente en la
conservación de su patrimonio cultural, con énfasis en la integración de los patrimonios
tangible e intangible, que no es otra cosa que su propia vida o espacio antropológico.

El trabajo consta de tres partes: la primera considera lo que implica el patrimonio cultural y,
específicamente, lo que representa el patrimonio intangible como parte interrelacionada con
el patrimonio tangible de las comunidades y naciones que las producen; la segunda analiza
el marco jurídico-político que lo protege, haciendo énfasis en los derechos patrimoniales
indígenas; la tercera trata de establecer si en el plano concreto se está dando la participación
y la conservación sustentable del patrimonio cultural indígena.

El patrimonio cultural forma parte de un discurso más amplio que se ha establecido sobre la
cultura y que responde a una ubicación temporal y espacial específica. El concepto de
cultura ha sido muy dinámico y ha modelado diversas maneras de ver al “otro” y sus
manifestaciones culturales (creencias, tradiciones, símbolos). Ese “otro” está representado
no solo por los pueblos indígenas y las comunidades locales o las diversas minorías, sino
también por un encuentro de discursos que manejan diferentes posiciones sobre lo que debe
ser y lo que finalmente resulte ser la cultura nacional. La cultura ha sido un campo de
confrontación que incluye desde posturas que han considerado la cultura eurocéntrica como
la única alta cultura e incluso como la cultura, hasta la contrapartida, sostenida por la
Antropología, que irrumpe con fuerza en el concepto de cultura al volver el concepto plural,
por lo cual ahora habla de diversas culturas: la cultura indígena, la cultura oriental, la
cultura africana. De este modo la revitalización de la cultura por parte de los discursos hace
posible que emerjan los patrimonios culturales que identifican, condensan y simbolizan las
diferentes culturas (Villegas, 2000:2-3).

El patrimonio es un capital cultural que no tiene valores y sentidos fijos, sino que forma
parte de los procesos sociales. Es fundamentalmente una obra colectiva producida por el
conjunto de la sociedad, de manera tal que cuando la sociedad está formada tanto
multicultural como plurisocietariamente, el patrimonio, tanto su acceso como su
construcción, es diferencial (Garcia Canclini, 1986:182). El patrimonio cultural son los
bienes tangibles (monumentos históricos y arqueológicos, paisajes urbanos y naturales) y
los intangibles (valores espirituales, la cosmovisión, la sabiduría popular, ceremonias,
música, expresiones culturales de un pueblo), que son valorados colectivamente por
diversas circunstancias. En esta medida, lo valorado es lo que condensan los símbolos
considerados representativos de la identidad del grupo, de la nación, región, o localidad; de
esta forma, cualquier manifestación cultural es representativa de una sociedad y podría ser
convertida en patrimonio. Sin embargo, lo que se valora de una cultura responde a su
condición histórica, y, por tanto, su producción, acumulación e identificación es cambiante.

El patrimonio de las sociedades surgen en el recorte de un espacio heterogéneo sobre el


cual se proyectan las categorías culturales: el espacio culturizado se transforma en espacio
homogéneo, imbricado fuertemente en los símbolos que cada sociedad produce a través de
su historia. Esta simbolización del espacio constituye, para quienes nacen en una sociedad
dada, un a priori a partir del cual se construye la experiencia de todos y se forma la
experiencia de cada uno: en este sentido, esa simbolización es a la vez una matriz
intelectual, una constitución social, una herencia y la condición primera de toda historia,
individual y colectiva (Augé, 1996:16). De esta manera, este espacio no es estático, sino
que cambia siguiendo los avatares de la historia de los pueblos, de los conflictos internos y
externos y, naturalmente, según la organización del poder que la define.

Desde los años setenta la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (Unesco) ha emprendido acciones para proteger los grandes
monumentos históricos, tales como el templo de Abu Simbel, en Egipto. A lo largo de los
años noventa, la Lista de Patrimonio Mundial agregó el patrimonio natural a la fórmula
patrimonio cultural tangible..., monumentos y sitios históricos ya existente.
En noviembre de 1998 los Estados miembros de la Unesco, para los cuales “patrimonio
cultural” solo había significado “patrimonio cultural tangible”, acordaron ampliar el
concepto de patrimonio cultural incluyendo en él también el patrimonio cultural intangible.
De hecho, los patrimonios intangible y tangible siempre han estado íntimamente
entrelazados: el primero da significado al segundo, mientras que este brinda apoyo físico al
anterior (Unesco, Conferencia General, 1998).

La ampliación del concepto de patrimonio cultural por parte de este organismo responde a
las exigencias de tratar esta problemática de la manera más adecuada, puesto que los
patrimonios no son elementos aislados, sino que adquieren sentido en sus múltiples
interrelaciones.

En efecto, la cultura en este caso, los patrimonios culturales como parte de esa cultura, se
refieren a una multiplicidad de relaciones, muchas de las cuales están superpuestas o
entrelazadas entre sí y constituyen el contexto dentro del cual pueden describirse e
interpretarse los modos de conducta, las instituciones y los procesos sociales (Geertz,
1997:26-27).

Para garantizar la salvaguardia del patrimonio intangible se requiere un enfoque que


interrelacione tanto los aspectos tangibles como los intangibles. Aún más, es esencial que
las comunidades locales contemporáneas se vean facultadas para participar en la iniciación
de medidas de protección de su patrimonio cultural intangible. Para tal efecto es
indispensable brindar a estas comunidades (entre ellas la etnias indígenas) una adecuada
capacitación en administración del patrimonio, lo cual debe hacer énfasis en la integración
de los patrimonios tangible e intangible, teniendo en cuenta que son inseparables, que el
patrimonio intangible es producto y se recrea permanentemente a través y en los hechos
tangibles y que ese entramado no es otra cosa que parte de la vida misma de la comunidad.

En este sentido, se considera que el patrimonio cultural tiene un carácter social,


participativo y dinámico, que evidencia los significados que continuamente son
interpretados por la comunidad de la que formamos parte. El patrimonio sería la base
fundamental de nuestra identidad, los elementos y valores a través de los cuales nos
reconocemos y somos reconocidos, por lo que resulta inevitable asociar patrimonio e
identidad a su conservación (Molinar y otros, 2000).
Se define la conservación como el uso racional, rentable y sustentable del patrimonio para
mejorar el bienestar de las poblaciones y los ecosistemas de los cuales forman parte. Si un
conjunto de bienes tangibles e intangibles representan valores comunes y constituyen
nuestro patrimonio, el cual da forma a nuestra identidad cultural, que a su vez se reafirma
cotidianamente a través de la conservación, se puede afirmar que la problemática de su
conservación y protección se relacionaría fundamentalmente con la idea y el valor que se le
otorgue a ese patrimonio.

Conservar el patrimonio cultural es una acción esencialmente social y participativa de y con


las comunidades. En el caso de los pueblos indígenas, por ejemplo, se está ante un
patrimonio vivo y su conservación es parte de la vida misma; por tanto, la compleja
sociedad contemporánea requiere de un marco jurídico o normativo que posibilite la
evaluación de los bienes patrimoniales, la identificación de los problemas, recuperar la
capacidad de evaluar, recuperar valores perdidos, en una estrategia de acción en todos los
frentes de nuestra vida, a fin de que se establezca una relación con los bienes patrimoniales
que tienda al uso sustentable, esto es, al aprovechamiento sostenido de los recursos o bienes
culturales para las presentes y futuras generaciones, atendiendo la necesidad permanente de
su autorrenovación (Molinar y otros, 2000).

A pesar de los avances innegables que representan la Constitución de la República


Bolivariana de Venezuela (1999) y demás leyes, reglamentos y convenios internacionales
suscritos por el país, los pueblos originarios de Venezuela continúan viviendo situaciones
que afectan sus derechos fundamentales y podrían a largo plazo amenazar su supervivencia.

La mayoría de la población indígena continúa viviendo en los Estados fronterizos y en


zonas geográficas de difícil acceso: regiones semidesérticas, en los bosques o las montañas.
Es algo que explica su historia y que conlleva a que estas comunidades deban superar una
serie de dificultades en la aplicación de estos nuevos derechos.

La existencia de un marco jurídico que consagra el reconocimiento de los derechos


culturales no es suficiente; se requiere además, por un lado, instancias y mecanismos
institucionales que lo posibiliten y, por otro lado, la participación decisiva de los pueblos y
comunidades indígenas en la defensa de su propia cultura, para conservarla, protegerla y
salvaguardarla de manera sustentable.
El pueblo wayúu es un patrimonio cultural intangible de gran importancia; es el grupo
amerindio más numeroso en nuestro país y pertenece a la familia lingüística arawak. Este
pueblo se asentó en la península de la Guajira desde mucho antes de la penetración europea.
Esta península (región semidesértica) comprende tanto territorio colombiano como
venezolano y tiene una extensión aproximada de 15.380 kilómetros, de la cual tan solo
3.380 kilómetros corresponden a nuestro país.

Loa wayúu no reconocen límites o demarcaciones políticas territoriales y se desplazan de


un lado a otro en toda la península, atendiendo a su propia organización socio-cultural y
política. Si bien es cierto que están conscientes de su pertenencia a un determinado Estado
nacional (Colombia o Venezuela), también tienen consciencia de que forman un grupo
étnico que mantienen fuertes lazos identitarios, como su lengua, su organización cultural y
un complejo mundo mitológico a través del cual explican su vida.

La distribución espacial de la población wayúu corresponde a un patrón de asentamiento


disperso. En su mayoría, las personas que habitan el territorio no suelen formar poblados
propiamente, sino conjuntos de viviendas —constituidos por un grupo que integra entre 5 y
10 casas—, que conforman caseríos o rancherías (püchipala). Además, su tipo de
asentamiento puede estar relacionado con las características semidesérticas del territorio
wayúu, que obliga a los distintos grupos familiares a realizar una explotación extensiva de
los recursos naturales presentes en él. La dispersión facilita también el manejo y control de
los rebaños de ovinos y caprinos que constituyen la actividad económica predominante en
estas comunidades (Leal González y otros, 2003:192-193).

El deterioro del medioambiente en la parte de la península de la Guajira venezolana donde


habitan los wayuu y la no existencia de agua para consumo humano, plantea graves
problemas no solo a estas comunidades locales —ya que amenaza los recursos, estilos de
vida y culturas tradicionales—, sino que también afecta al Estado venezolano, debido a la
implicación geopolítica y antropológica de esta región fronteriza; por tanto, son necesarias
medidas concretas para combatir ese deterioro. La revitalización del conocimiento, las
destrezas y las prácticas tradicionales que apuntan a regular los recursos naturales mediante
la aplicación de medidas de conservación y protección, constituyen una necesidad
perentoria en la interrelación entre los pueblos y el medioambiente y entre estos y el resto
de la sociedad y el Estado venezolano, lo que permitiría el mantenimiento de la vida en
estos lugares.
A pesar de la voluntad política manifiesta del Estado venezolano, la aplicación de políticas
públicas con miras a lograr la protección y conservación de los wayuu en esa región no es
tan rápida como debiera. La situación sanitaria sigue siendo precaria en numerosas
comunidades de difícil acceso, agravada por el hecho de que no se ha solucionado de
manera permanente la falta de agua potable.

La educación intercultural bilingüe está retardándose. Recientemente, los pueblos indígenas


de Venezuela fueron convocados por el Ministerio de Educación y Deportes (MED) con la
finalidad de que participen en el desarrollo de sus propias políticas educativas, que se
evidencien en planes adaptados a sus necesidades, costumbres y cultura (RNV, 2006:1).
También la Unicef está apoyando la elaboración de los proyectos educativos, entre otros,
del pueblo wayuu. Esto implica que los wayuu deben organizarse y participar en la
construcción colectiva de la guía pedagógica, el diseño curricular, la estandarización del
alfabeto, diseño del calendario escolar basado en su cosmogonía, la elaboración de material
educativo y la formación de los docentes. Asimismo, se está apoyando la revitalización
lingüística y propiciando el aprendizaje de la lectura y escritura en la lengua de los wayuu
(Unicef, 2005:2).

No obstante los aspectos arriba señalados, se mantiene una precaria situación


socioeconómica y de violencia en los espacios fronterizos, lo cual obliga todavía a muchas
personas a refugiarse en las zonas urbanas, fundamentalmente alrededor de la ciudad de
Maracaibo. A pesar de las disposiciones jurídicas en la materia, la dificultad de controles en
estos espacios explican todavía cómo el «derecho de propiedad intelectual colectivo» de los
pueblos originarios sobre sus saberes tradicionales sigue siendo todavía violado
sistemáticamente (Lévy, 2006).

Pero la dificultad más grande es reconocer los derechos de los pueblos originarios sobre sus
tierras, así como la preservación de sus recursos naturales. No solo se mantiene una gran
inseguridad jurídica en numerosas regiones en razón de los fallos y retardos en los procesos
de demarcación de sus territorios, sino, sobre todo, que numerosas comunidades son presa
de proyectos públicos y privados con gran impacto sobre su integridad económica, social y
cultural y sobre su medioambiente. Esto lo evidencia una explotación intensiva del carbón
en el estado Zulia, donde viven algunas de las más grandes comunidades indígenas del país,
como son los wayúu. El propio Estado venezolano no está exento de contradicciones: en
este último caso, la empresa pública Carbozulia comparte sus actividades con las
multinacionales que operan en la región, en detrimento del ambiente y los territorios
indígenas (Leal González, 2006b:211-212).

Los beneficios del turismo en territorio indígena y en sus comunidades (actividad que
actualmente es inevitable) deberían repartirse según acuerdos negociados con ellos, tal
como debería hacerse con respecto a cualquier otra concesión para explotar recursos en sus
tierras. Este parece ser el caso del centro de recreación de Alitasía, situado a siete minutos
de Paraguaipoa (1 hora y 40 minutos desde Maracaibo), donde se encuentra el único parque
temático wayúu en Venezuela y en donde el viajero podrá acercarse a esta cultura al
caminar por cada una de las chozas (una hora y media dura el recorrido). Aquí le relatarán
aspectos importantes de la vida de esta población indígena, como el blanqueo, la dote, el
primero y el segundo entierro; de igual modo, tendrá tiempo de deleitarse con platos típicos
y podrá pernoctar en un chinchorro. Marisol Montiel, una de las propietarias de esta
empresa familiar, es el contacto para organizar su tour, previa reservación, por el precio de
25.000 bolívares por persona (diario La Verdad, 2007:B- 3).

Sin embargo, la actividad turística no esta exenta de riesgos. Con demasiada frecuencia, los
operadores turísticos tratan a los pueblos indígenas como objetos exóticos que forman parte
del paisaje. Se espera, además, que desplieguen música y danzas tribales para los turistas.
Por otro lado, fuera de su contexto ceremonial original, estos aspectos de la cultura
indígena se trivializan y pierden su valor y su sentido. Para muchos turistas, cultura es
sinónimo de canto, baile, “vestidos nativos” y artesanía, pero ignoran las ideas, valores y
sistemas de creencias de las personas a las que han visitado. Así se devalúan las culturas
indígenas y se refuerzan y perpetúan los estereotipos inconvenientes (Survival
International, 2007:3).

LA DESAPARICIÓN DE LAS MANIFESTACIONES COSMOGÓNICAS

La cosmogonía, en un principio, es una narración mítica que pretenda o tiene como


finalidad dar una respuesta al origen del universo y de la propia humanidad.

Generalmente, en ella se nos remonta a un momento de preexistencia o de caos originario,


en el cual el mundo no estaba formado, pues los elementos que habían de constituirlo se
hallaban en desorden; en este sentido, el relato mítico cosmogónico presenta el
agrupamiento —paulatino o repentino— de estos elementos, en un lenguaje altamente
simbólico, con la participación de elementos divinos que pueden poseer o no atributos
antropomorfos.
La cosmogonía pretende establecer una realidad, ayudando a construir activamente la
percepción del universo (espacio) y del origen de dioses, la humanidad y elementos
naturales. A su vez, permite apreciar la necesidad del ser humano de concebir un orden
físico y metafísico que permita conjurar el caos y la incertidumbre.

Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha sentido la acuciante necesidad de explicarse


como producto, de interrogarse sobre los orígenes del mundo circundante y los suyos
propios. Todas las culturas, en todas las épocas y ámbitos geográficos, han plasmado esta
curiosidad en multitud de mitos etiológicos y, entre ellos, el relato cosmogónico, historia
sobre los orígenes del mundo y relato fundacional primero, ha ocupado siempre un lugar de
excepción. Hasta tal punto que, en algunas culturas, este tipo de narración ha sido erigido a
la categoría de género literario. Y ello porque esta forma de relato ofrece respuestas de
orden físico y biológico, pero instaura también elementos de alcance sociológico. En las
narraciones de los orígenes se halla el germen de la cosmovisión de una sociedad, de su
potencialidad explicativa sobre el mundo en clave mística.

Caso paradigmático al respecto es el de la antigua Grecia, que ilustra con claridad las etapas
por las que, sucesiva o simultáneamente, puede transitar la especulación sobre los orígenes
del universo y los dioses. Pero antes de abordarlas, es necesario advertir que, si bien una
cosmogonía no es estrictamente una teogonía, en la Antigüedad ambos relatos suelen
aparecer encadenados, e incluso a veces unidos a una antropogonía, sin solución de
continuidad. Pues bien, como en otras civilizaciones antiguas -ineludible es la mención a la
mitología egipcia-, encontramos en Grecia distintas versiones sobre lo ocurrido en los
tiempos primigenios, no necesariamente excluyentes. Conservamos fragmentos de las
cosmogonías de Alcmán, Ferecides, Epiménides o Museo, personajes todos ellos velados
por las brumas de lo legendario, así como rastros de varias teogonías órficas.3 La propia
Teogonia hesiódica intenta combinar distintas ideas sobre el momento originario, lo que
provoca ciertas incongruencias de sentido en su seno.

Sin embargo, cabe señalar algunas concomitancias en estas concepciones de los orígenes;
así, por ejemplo, que el pensamiento griego, a diferencia del hebreo,4 no imagina la
creación del mundo ex nihilo;5 lo que se nos presenta es la ordenación (cósmos) de esa
materia. En todas ellas, además, "se hallaba presente la idea de unos progenitores,
primordiales e inengendrados, de todas las divinidades y todas las cosas. La fuente de la
que todo deriva (sea Noche, Zas, Cronos y Ctonia, etc.) llevaba siempre, explícito o no, el
atributo de eternidad".6
Además de las mencionadas composiciones fragmentarias7 y otras de las que
probablemente no tengamos noticia siquiera, la Teogonía hesiódica nos proporciona una
temprana y completa expresión de esta forma de relato. Veamos la manera en que describe
Hesiodo el origen del mundo:

En primer lugar existió el Caos. Después Gea la de amplio pecho, sede siempre segura de
todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. [En el fondo de la tierra de
anchos caminos existió el tenebroso Tártaro.] Por último, Eros, el más hermoso entre los
dioses inmortales, que afloja los miembros y cautiva de todos los dioses y todos los
hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos.

Del Caos surgieron Érebo y la negra Noche. De la Noche a su vez nacieron el Éter y el Día,
a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Érebo.

Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la
contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses.
También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de diosas, las Ninfas que
habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago de agitadas olas, el
Ponto, sin mediar el grato comercio.8

Es esta obra la máxima expresión helénica de un género literario de muy segura


procedencia oriental, que constaba de un breve proemio y un poema cosmogónico y
teogónico, y que, por los azares de la transmisión, ha pervivido como prototipo literario
para la posteridad, encontrándose en ella incluso el modelo del lenguaje filosófico.

En su composición, el género cosmogónico está obviamente determinado, en primera


instancia, por su contenido, así como por la aparición de subtemas o motivos propios, como
son la separación del cielo y la tierra, el mito de la sucesión o el motivo de las edades de la
humanidad, de raigambre indoeuropea o producto del legado oriental. Pero asimismo
existen condicionantes desde el punto de vista formal.
En la zona geográfica que corresponde a la mitad sur del México actual, se desarrolló una
gran actividad cultural desde unos 2000 años a. C. En esta región habitaron diversos
pueblos, algunos de los cuales nos han dejado muestra de su floreciente cultura, como es el
caso de los restos arqueológicos de la ciudad de Teotihuacán, ya deshabitada cuando
llegaron los españoles. En la meseta central mexicana desde finales del siglo VII hasta
mediados del siglo XII, se desarrolló la cultura tolteca que llegó a fusionarse con la maya
en su expansión hasta el Yucatán. En este marco geográfico, más concretamente en las
orillas e islas del lago Texcoco, se desarrolló la civilización azteca, una de las civilizaciones
mejor conocida de la América precolombina y la unidad política más importante de toda
Mesoamérica cuando llegaron los españoles. Los aztecas son herederos de la tradición
cultural de los toltecas, que sirven de nexo entre la cultura azteca y la maya.

Los aztecas, que se hacían llamar a sí mismos "mexicas", llegaron del norte y se asentaron
en la cuenca del Texcoco a mediados del siglo XII, fundando su capital, Tenochtitlán, en
1325 La palabra "azteca" tiene su origen en una legendaria tierra del norte llamada
"Aztlán". Según cuenta la leyenda, los aztecas abandonaron esta mítica Aztlán, por orden
de los dioses y debían instalarse allí donde encontrasen un águila devorando a una
serpiente.

El azteca fue un pueblo que, mediante alianzas militares con otros grupos y poblaciones
conoció una rápida expansión y dominó el área central y sur del actual México entre los
siglos XIV y XVI, si bien es cierto que en un primer momento tras su llegada, tuvo que
enfrentarse a otros pueblos ya asentados en la zona. Tras la muerte de Moctezuma II en el
1520, se puso de manifiesto la debilidad de este gran imperio, derivada de aquella rápida
expansión: no podían controlar aquel vasto territorio; las divisiones internas entre
provincias y las tensiones y ambiciones independentistas de algunos pueblos, facilitó a los
españoles, dirigidos por Hernán Cortés, la conquista de este gran imperio, que culminó en
1521.

Los aztecas se asentaron sobre un rico espacio que les ofrecía grandes pasibilidades para el
desarrollo de la agricultura, la pesca y el comercio. La economía azteca fue principalmente
agrícola (cultivo de maíz), destacando la técnica conocida como "chinampas", dentro de la
cual se diferenciaba la de tierra firme de la de pantano. Con esta técnica, se explotaba el
suelo cenagoso permanentemente fértil y húmedo y se obtenía una productividad muy
elevada. Esta agricultura intensiva se combinaba con la ganadería, la caza y la pesca en el
lago, y un importante comercio, a corta y a larga distancia. Con respecto al sistema de
tenencia y explotación de la tierra, el pueblo azteca desarrolló una estructura compleja en la
cual se podía distinguir la tierra asignada a los llamados "calpulli" (las unidades básicas de
organización de la sociedad azteca), que a su vez realizaban el reparto entre las familias de
no privilegiados; por otro lado, las tierras de los elementos privilegiados de la sociedad,
trabajadas por braceros y esclavos. Otro grupo lo integraban las tierras destinadas a fines
públicos: mantenimiento de la administración, del templo, del gobernante y del ejército. Un
concepto muy interesante, tanto desde el punto de vista económico, como desde el punto de
vista político, fue el "tributo", pagado a los aztecas por los pueblos sometidos a su dominio.
Al no conocer la moneda, este tributo era pagado, por así decirlo, en especie y servía para
abastecer a la capital azteca de productos básicos, materias primas y manofacturas. Por otro
lado, este tributo formaba parte de la redistribución de bienes, ya que parte de dicho tributo
era destinado al mantenimiento de la administración, otra parte revertía en los elementos
privilegiados de la sociedad y cierta cantidad se reservaba para su almacenamiento.

La estructura de la sociedad mexica está caracterizada por su complejidad, recordando,


hasta cierto punto, a la estructura feudal que en aquellos momentos se conocía en el Viejo
Mundo. Para empezar, la primera separación hacia referencia a la condición de
privilegiados, o "pipiltzin", (no tenían que pagar tributo y acapararon tierras y cargos) y no
privilegiados, o "macehualtín" (tenían que pagar tributos). Dentro del primer grupo, se
podían diferenciar varios subgrupos y a la cabeza de ellos se encontraba el supremo
gobernante azteca: «Huey Tlatoani», cuya residencia estaba en Tenochtitlán. Al servicio de
este gobernante se hallaba una élite de pipiltzin directamente vinculada con él. Al mando de
las ciudades se encontraban los llamados "tlatoani". Finalmente estaban los pipiltzin de
menor categoría. Los «macehualtín» eran organizados en calpulli. Pero no todos los no
privilegiados quedaron ordenados en estas unidades, por ejemplo los comerciantes de larga
distancia, llamados «pochteca» que, sin ser privilegiados, contaron con estatutos
particulares, cultos propios y espacios diferenciados de residencia o los "mayeque" o
braceros. El escalón más inferior en la sociedad azteca lo ocupaban los esclavos.

También la estructura política ofrece una complejidad propia de una administración


evolucionada, en la que, sin embargo, perviven elementos de la antigua sociedad nómada
(calpulli con el calpullec al mando). Al frente del gobierno estaba el emperador azteca, el
"Huey Tlatoani", el último de los cuales fue Moctezuma. También sabemos de la existencia
de consejos, como el llamado "Consejo de los Cuatro", formado por destacados pipiltzin
encargados de elegir al sucesor, y otra serie de consejos especializados. La unidad política
del área del lago Texcoco se consolidó tras la alianza de los tres grandes reinos:
Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopán que dominaban amplias zonas y de los que dependían
otros núcleos menores.
La complejidad y la riqueza en la estructura política, social y económica de la civilización
azteca, fue acompañada de un espléndido desarrollo cultural. En concreto, la concepción
mesiánica que tenían los aztecas de sí mismos y su concepción cíclica del tiempo, marcaron
la vida cultural y religiosa de este pueblo, así como su vida diaria y su concepción
cosmogónica.

Los aztecas recogen la tradición cultural mesoamericana y su arte, su ciencia y su panteón


divino van a caracterizarse por su sincretismo. En primer lugar destaca su escritura
compuesta por caracteres ideográficos, algunos numerales y glifos fonéticos. Si bien es
cierto que su escritura no logró superar a la desarrollada por los mayas, ésta les sirvió para
que administrara su imperio. El arte mexica es la culminación de las manifestaciones
artísticas de la tradición mesoamericana, con una gran estatuaria, una importante pintura
mural y unos elaborados mosaicos. Destaca el arte de la plumaria, del cual, dado el carácter
perecedero del material, no conservamos muestra alguna.

En cuanto al desarrollo científico, el pueblo azteca destacó en medicina y farmacopea; es de


suponer que una cultura tan vinculada a las prácticas guerreras contase con eficaces curas
para los traumatismos. También destacaron en la astronomía, la base de su calendario,
herencia de la cultura maya. Emplearon el calendario de 365 días y el de 260, utilizando
además, la "rueda calendárica" de 52 años. Los aztecas tenían una concepción cíclica del
tiempo, por lo cual consideraban que se podía predecir, de ahí la importancia de la
observación astronómica y del calendario. La observación de los astros fue tan importante
que esta prestigiosa tarea fue una obligación del Huey Tlatoani.

La educación fue importante, sobre todo, en lo que se refiere a la formación de los pipiltzin,
marcada por su carácter obligatorio y su dureza. La enseñanza de los nobles, desarrollada
en escuelas especializadas (calmécac), se diferenciaba de la que recibían los macehualtín,
los no privilegiados. La formación de la élite debía ser más completa, ya que eran ellos los
que ocuparían cargos importantes en el ejército y en la administración; eran formados en
derecho, historia, astronomía, religión..., pero también en poesía y canto. Era un pueblo
orientado hacia la guerra, preocupado por que los jóvenes fuesen formados en una serie de
conocimientos y prácticas, y en un sentimiento de unión entre ellos. Existieron órdenes
militares entre los aztecas, como las llamadas «Hombres Valientes», "Caballeros del Sol"; y
también los no privilegiados tenían sus propias órdenes como la conocida como "Nobles
Águila".
La importancia de la guerra está vinculada con la concepción mesiánica que los mexica
tenían sobre sí mismos. Consideraban que ellos eran el pueblo elegido para mantener con
vida al Sol; Sol que únicamente podía alimentarse con un elemento que se hallaba
exclusivamente en la sangre de las madres muertas en el parto, la sangre de guerreros
muertos en combate y la sangre de prisioneros sacrificados en el altar mayor. Así, las
actividades bélicas estaban ampliamente justificadas desde el punto de vista práctico-
religioso.

Los sacrificios humanos, realizados siguiendo un solemne ritual, eran fundamentales para
los mexicas. Se desarrollaban en la "Piedra de los Sacrificios" del templo, donde cuatro
sacerdotes sujetaban al prisionero y le extraían el corazón, para después cortarle la cabeza.
El corazón se guardaba en un recipiente especial, mientras que el cuerpo era arrojado por
las escaleras abajo y el guerrero que capturó al prisionero tenía derecho a celebrar con él un
banquete.

Esta religión, que tenía como preocupación principal el mantenimiento del Sol mediante el
sacrificio, contó con un panteón enorme compuesto por sus propios dioses, por deidades
que fueron asimilando en su marcha desde norte hasta el lago Texcoco y divinidades de
pueblos conquistados. Además los aztecas tenían un dios para cada actividad y cada
calpulli. A este variado panteón, debemos añadir el hecho de que eran dioses de carácter
cambiante, asociados a colores y con posibilidad de multiplicarse. De todas estas
divinidades, la más importante fue Hiutzilopochtli, el dios del sol y la guerra, que tenía su
antítesis en Telcatlipoca, concebido como un dios oscuro, lo cual pone de manifiesto la
dualidad existente en la religión azteca. También fueron importantes Tlaloc, dios de la
lluvia, y Quetzalcoalt.

Quetzalcoatl era un dios antiguo, anterior a los mexicas, del que hay diversas versiones.
Para algunos era el dios creador del hombre, mientras que para otros fue un dios
civilizador, identificándolo con Prometeo. El mito de Quetzalcoalt es muy interesante para
entender la reacción de los aztecas ante la llegada de los conquistadores. Este dios también
es conocido como el dios del viento bajo el nombre de Ehecatl, que es una de sus formas, y
otra de sus formas es la de dios del agua y dios de la fertilidad. Quetzalcoatl es considerado
hijo de la diosa virgen Coatlique y hermano gemelo del dios Xolotl. Como introductor de la
cultura, él trajo al hombre la agricultura y el calendario, y es patrón del las artes y de los
oficios. En un mito azteca el dios Quetzalcoatl permitió ser seducido por Tezcatlipoca, pero
se arrojó a sí mismo a una pira funeraria lleno de arrepentimiento. Tras su muerte su
corazón se convirtió en el lucero de la mañana, y como tal es vinculado con la divinidad
Tlahuizcalpantecutli. En cualquier caso, este dios, descrito como un ser de rostro blanco y
barbado, era un dios pacífico y civilizador, opuesto a los sacrificios humanos, que intentó
detener esta práctica ritual. Al fracasar en su propósito, emigró hacia el este, prometiendo
que un día regresaría en un año determinado de la cuenta azteca. Esto afectó en la actitud de
los aztecas antes la llegada de los primeros españoles.

Cuando llegó Hernán Cortés, Moctezuma lo confundió con el dios Quetzalcoatl, por su
rostro blanco y su barba; pero, además, la llegada de los conquistadores coincidió con el
año en que Quetzalcoatl había prometido volver, lo cual hace entender la terrible confusión
de los aztecas, que pronto se percataron de que aquellos extranjeros no eran dioses.
Después, los aztecas le convirtieron en un dios símbolo de la muerte y la resurrección y en
el patrono de los sacerdotes. El sacerdote mayor era llamado Quetzalcoatl también. El culto
a Quetzalcoatl se extendió por muchas ciudades y pueblos mesoamericanos: Tula (capital
Tolteca), Cholula, Tenochtitlán o Chichén Itzá.

Otros ejemplos de manifestaciones cosmogónicas son los códices, son documentos escritos
en la era colonial azteca; copia de documentos perdidos que datan de la época
precolombina; son estos el Códice Borbónico, el Códice Mendocino, la Tira de la
Peregrinación o Códice Boturini y Matrícula de tributos. También el quipu, Se trata de los
"quipus" (palabra quechua para "nudos") que eran un sistema de registro, contabilidad y
envío de mensajes del Tahuantinsuyo, como se le conocía al incanato.
La desaparición de todas estas creencias se debe a la colonización, lo cual ocasionó el fin
de múltiples culturas y la imposición de la fe cristiana Europea.

RELIGIOSIDAD POPULAR

Se refiere a las costumbres, manifestaciones o creencias que hemos tenido a lo largo de los
años, sea cual sea nuestra religión. Un ejemplo de ello la fe católica, la fe cristiana, etc.

SATISFACCIÓN SOCIAL EN LA SOCIEDAD COLONIAL

La satisfacción social se nos indica observando los factores que participan en la calidad de
vida de las personas en una sociedad y que hacen que su existencia posea todos aquellos
elementos que dan lugar a la satisfacción humana o social.
En la sociedad Colonial con la conquista española empezó el proceso de formación
colonial sobre la población indígena. La sociedad colonial contaba con un sistema rígido el
cual estaba organizado en una forma jerárquica La superioridad de la civilización traída por
los españoles, la derrota y el sometimiento de los indígenas y la importación de negros que
se encontraban en bajos niveles culturales, provocaron una división racial. Durante la
colonia las castas se clasificaron teniendo en cuenta principalmente el color de la piel, en lo
que Alejandro Lipschütz denominó acertadamente pigmentocracia. Es decir, se relacionó la
condición social del individuo con el color de su piel; a mayor “blancura” se ostentaba una
mejor ubicación en la sociedad indiana.

? Con la llegada de los españoles , en 1502 se dio un choque entre culturas distintas, en
donde terminaron por imponerse valores de la cultura española ( religión, idioma, formas
de producción, arquitectura, tipos de familia, leyes, etc.) que caracterizaron a la sociedad
colonial en la cual la mayoría de sociedades auctotonas quedaron sometidas produciéndose
fenómenos culturales como el sincretismo y la aculturación, dentro de un régimen que
modifico las estructuras de las sociedades indígenas.con este periodo se inicio un viraje
histórico mundial, el cual transformo radicalmente la evolución historia de las sociedades
indígenas y europeas al efectuarse el sometimiento o aniquilación de las primeras y el
desarrollo económico de las segundas. La evolución de la sociedad colonial sobre la base
aborigen estuvo primeramente condicionada por dos factores exteriores: la paz hispánica y
la habilidad tecnológica para explotar la plata del macizo montañoso interior.

Sin ambos factores no hubiera existido Honduras. Una sociedad política regional elimino la
fragmentación social de la época indígena, influida en gran medida por el medio ambiente;
y por lo menos en la primera centuria, un viable excedente productivo dio por resultado la
distinción socio-política del área. Carente de tierra laborable y la mano de obra de otras
áreas de Centroamérica, solo la minería atrajo europeos y permitió la formación de una elite
local, permanentes intereses políticos y económicos. Estructura de la Sociedad Colonial
La sociedad colonial se estructuró en diversos grupos o estamentos ordenados
jerárquicamente. En el siglo XVI, los conquistadores a raíz de sus hazañas guerreras
ocuparon el primer rango social. Sus objetivos principales eran la riqueza, el poder y la
honra. Les seguían los primeros pobladores que habían fundado ciudades e iniciado la
colonización. Luego se ubicaron los vecinos con casa y patrimonio en la ciudad y los
moradores que se ganaban la vida como mineros, pequeños comerciantes, artesanos o
granjeros. Por último, los tratantes, pulperos, buhoneros, vendedores ambulantes, etc.
conformaron el pueblo urbano. Los Mestizos, Negros, indígenas y Mulatos En la época el
pueblo era el más alto grupo social, el único que tenía actuación pública. Las capas
inferiores recibían el nombre de plebe o la connotación racial de castas. También se
denominó en un sentido más general a todos estos grupos con el nombre de bajo pueblo.
Constituyó este sector la dotación de trabajadores campesinos, mineros y urbanos sobre los
cuales la aristocracia ejerció control laboral. Este sector fue víctima de una fuerte
discriminación social por parte de la aristocracia. La discriminación funcionó a varios
niveles. Por ejemplo, a los individuos de nacimiento irregular, de oscuro origen social o de
dudosa reputación moral, o de ocupación deleznable, les fue prohibida la adquisición de
encomiendas. En el siglo XVI y XVII la sociedad colonial se caracterizó por una profunda
estratificación de estamentos los cuales mencionamos los siguientes: • Blancos:
constituyeron la cúspide del orden social, diferenciándose dos grupos: los españoles o
peninsulares y los criollos. La inmigración española a América prosiguió durante todo el
periodo colonial, ya que en la sociedad colonial centroamericana encontraban mayores
posibilidades de movilidad social y mejoramiento económico que en la sociedad española
rígidamente estructurada. • Mestizos: inicialmente hijos de blancos con indígenas,
pero más tarde definió cualquier unión multirracial. Llegaron a constituir el grupo más
numeroso y la principal fuente de mano de obra, se vio obligado a desplazarse a las
haciendas donde vivió y trabajó a cambio de tierra en usufructo; en otras palabras, se
volvieron arrendatarios. Debido a que los peninsulares y los criollos se constituyeron en la
clase empresarial que manipulaban el trabajo indígena y negro, originó que los mestizos
también llamados castas, fueran empleados como auxiliares asalariados en la minería,
agricultura, como vaqueros, arrieros tejedores, herreros, pequeños comerciantes, etc. Y
donde el trabajo era escaso, se convirtieron en vagabundos que robaban a las comunidades
indígenas Indígenas: Los indígenas fueron concentrados en los llamados pueblos de indios
o reducciones, lo que hacia mas fácil la recolección del tributo y el empleo de la mano de
obra indígena se distinguieron diferentes categorías según la legalidad impuesta por el
conquistador: rebeldes, esclavos, condición a la que eran reducíos los indios que no
aceptaban someterse a los conquistadores, por lo tanto, eran indios rebeldes capturados;
encomendados, comprendía a los indios que habían sido repartidos en las encomiendas,
con quienes se realizó el mestizaje más intenso; amigos, fueron aquellos indígenas que
cooperaron con los españoles en el proceso de conquista. Los indígenas: el proteccionismo
que inspiró la formación de los pueblos de indios no evitó que la población indígena
siguiera su espiral decreciente durante el siglo XVI. Los pueblos de indios de la zona
central fueron viendo disminuida su población a lo largo de la colonia. La fortaleza de los
pueblos de indios se contrajo a la zona occidental, excepto en Santa Bárbara adonde el
corregimiento de Tencoa prácticamente desapareció. La población indígena terminó
concentrada en esta área, Gracias, Intibucá, por cierto marginada del corredor central
económico, político y administrativo de la provincia, que iba de Choluteca a Omoa,
pasando por Tegucigalpa y Comayagua. Con todo, en pueblos de indios ricos, como
Erandique, se concentraba tanta población como en las capitales provinciales. • Era
muy difícil acceder a los privilegios, derechos o bienes de quienes tenían la ventaja de
contar con una piel más clara, transformándose el prejuicio racial en prejuicio social •
Mulatos: productos de la unión de negros y blancos y negros e indígenas, respectivamente,
este sector fue poco numeroso, debido al reducido volumen de negros traídos a Chile.
Fueron rápidamenente absorbidos por el grupo mestizo. • Negros: Fue a partir de
1545 que la afluencia de negros a Honduras alcanzó una relativa consideración. Llegó
principalmente a la costa norte, entonces poco poblada, y a la zona minera de la región
central. El africano pronto se mezcló con la población indígena y mestiza, y sus
descendientes se establecieron principalmente en los departamentos de Colón Atlántida,
Yoro y La Paz. La esclavitud en Honduras fue siempre de poca importancia. Grupos
Étnicos de Honduras Los Payas: Algunos lingüistas consideran que la lengua paya deviene
del Chibcha, aunque algunos otros lingüistas la consideran como una lengua aislada. Los
Payas habitaban el área inmediatamente al este y al sur de los Jicaques. Según Mártir, el
área al este de Punta Caxinas estaba habitada por los “Taia”, que probablemente era una
corrupción de Paia o Paya. Según Conzemiu, los payas habitaron antiguamente el área al
este del Río Aguan, hacia el sur hasta patuca, a lo largo de la costa, hasta el cabo de Gracias
a Dios, aunque durante el siglo XIX fueron expulsados de la zona por Zambos-Mosquitos,
de quienes se volvieron tributarios. Muchos topónimos de la zona ahora había un centro
religioso sobre el Río Plátano, donde petroglifos payas han sido encontrados. En la
documentación los Payas son a menudo confundidos con otros grupos indígenas y,
frecuentemente, son llamados Xicaques. A finales del siglo XVII hubo expediciones
misioneras entre los Payas que habitaban los valles de Agalta, tinto y Wampu (Guampu).
Posteriormente, indios butucos, que también eran Payas, fueron asentados en Telica, en el
valle del Guayape, luego trasladados a Maniani, cerca de Comayagua. Los payas también
se encantaban en esta áreas orientales junto a otros grupos indígenas, principalmente, lo
Taguapas, Chatos, Sules, Yaras, y Cumajas. Los tagucas eran sumus y posiblemente los
chatos y lo Sules también lo eran aunque como ya se había indicado Lehmann considera
que pueden haber sido lenca o Matagalpa. Conzemius sugiere que los Cumajas eran un
grupo independiente. Stone4 a Identificado vestigios arqueológicos en los valles de Agolpa,
Patuca, negro (tinto) y Aguan como payas, pero su identificación esta basada mayormente
en evidencia documental de su presencia en estas zonas durante la época colonial. Aunque
es muy probable que los payas fabricaran cerámica des estilo aplicado Costa Norte
encontrado en estos sitios, no puede demostrarse con certeza, dada la ausencia de
materiales de contacto. Se cree que las Islas de la Bahía también estuvieron ocupadas por
los Payas. Fundamentan esta propuesta en que, en 1622, indígenas de las Islas de la Bahía
fueron utilizados como interpretes por una expedición misionera entre los Payas de tierra
firme. Además, Stone sugiere que los artefactos encontrados en las Islas de la Bahía son
similares a los encontrados en territorio Paya de tierra firme. Por otro lado, Conzemius
identifica a los habitantes de las Islas de la Bahía como Jicaque, pero con base en evidencia
no más contundente que su similitud a los Jicaque de tierra firme Parece ser que las islas
estaban habitadas por los payas y por comerciantes mayas, cuya presencia allí ya ha sido
señalada. Al oeste de los Payas estaban los Jicaque, y al sudoeste los Lencas. Conzemius
sostiene que los Payas habitaban solamente el nordeste del departamento de Olancho,
mientras que los Sumus habitaban el valle de Olancho. Sin embargo, la documentación
utilizada para demostrar la presencia de lo Jicaque en esta última región, también registra la
presencia de Payas. Efectivamente, hay evidencia de que habitaran un área tan al sur, como
la zona entre Catacamas y Petaste. Esto se apoya en el hecho de que el dialecto utilizado en
Catacamas y Juticalpa corresponde al vocabulario Paya, publicado por Membreño en 1897.
Actualmente el área Paya se centra en Dulce Nombre de Culmi y El Carbón. Finalmente,
Stone sostiene que los Payas se extendieron a lo largo de la costa norte y dentro del Valle
de Sula. Dice esto sobre la base de evidencia arqueológica y al hecho de que en Choloma,
acerca de Chamelecon, se cuenta una leyenda de un cacique Paya. Sugiere que un
asentamiento de colonizadores o de comerciantes Payas pudo haber estado en el área. Los
Misquitos: No existen referencias a los Mosquitos en los inicios del periodo colonial, y
pareciera que emergieron durante el siglo XVII. La referencia mas temprana a los
Misquitos la hace el buncanero Exquemelin, quien, en l672, observo que formaban una
pequeña nación de l, 600 a l700 habitantes. En l681, Dampier, haciendo un estimado más
conservador, observo que “No son mas que una pequeña Nación o Familia, y no hay l00
Hombres de ellos en Numero, habitando la tierra firme al norte, cerca del Cabo Gracia
Dios, entre el Cabo honduras y Nicaragua. En l684, Raveneau de Lussan identifico dos
grupos Misquitos: uno en el Cabo de Gracias a Dios y el otro en Sandy Bay. Se ha
sugerido, y parece probable, que los Misquitos sean un grupo puramente histórico que se
origino en la mezcla de indígenas Sumus con negros que naufragaron en los Cayos
Misquitos en l64l. En l711, el Obispo de Nicaragua describió así el origen de los “Zambos-
Misquitos. Los mayas: Desde aproximadamente 300ac., la influencia cultural de los Mayas
se extendió hasta el occidente hondureño, probablemente alcanzando su máxima extensión
alrededor del 900dc. Es difícil determinar el origen de los Mayas como se manifiestan en
Copan aunque, algunos de sus rasgos indican una proximidad con la sierra. La apariencia
general de los complejos de estelas que se encuentran allí es de Mayas de tierras bajas, y
parece que se originan en la región de Petén-Belize, pasando por la parte superior de los
valles de Motagua y de Copan. Basándose en evidencias arqueológicas se ubica la máxima
extensión de los Mayas a lo largo de una línea que sigue el río Ulúa y baja al sur hasta el
Lago de Yojoa, antes de doblar al sudoeste hacia Gracias a Dios y Río Lempa. Se ubica
además la frontera oriental de los Mayas en la costa norte de Honduras, en Santo Tomás de
Castilla, y la frontera no debería ser ubicada mas al oriente de los Higos, sobre el río
Chamelecón, ya que este punto representa la máxima extensión del culto de las estelas que
se da valle abajo. Más al sur, se ubica la frontera de Jicatuyo y la frontera actual de Copan.
Sostiene que, aunque mucho del área de Ulúa-Yojoa estuvo bajo las influencias maya, la
cerámica policroma que se encuentra allí conforma otro complejo, y que otros rasgos de los
cultos “Jerárquicos” o ceremoniales mayas no se dan en la región. Según Lothrop la
decadencia de la civilización Maya desde 900dc., algunos de los centros ceremoniales de
los Mayas tenían en Guatemala y el Occidente de Honduras fueron abandonados y las
fronteras de la zona maya fueron reubicas al occidente. Durante la conquista, los mayas
probablemente solo ocuparon los departamentos de Copan y Ocotepeque, aunque si la
frontera debería de ser modificada por lo Potones se calificaran como mayas. Hacia el
norte, los mayas probablemente no se extendieron al oriente del valle de Ulua. La evidencia
arqueológica mientras que, la influencia Maya fue considerable durante el periodo clásico
Tardío (600dc., a 900dc.), durante el Posclásico(900dc., a1500dc.), fue sustituida por
influencias del sur, probablemente con filiaciones Chibcha o por lo menos
centroamericanas. Sin embargo, existe evidencia arqueológica de vínculos comerciales
entre las Islas de Utila y sitios mayas en Belice, en la forma de cerámica Plomiza y loza
Roja. Utilizando evidencias históricas, fuentes definen claramente la frontera entre el Maya
y otras lenguas en el Ulua o el cercano Chamelecón, se ha sugerido que en el momento de
la conquista, los Mayas se extendían hasta Trujillo. El relato de Peter Mártir, siguiendo la
descripción que hizo Hernando Colón, registra que la costa norte de Honduras estaba
dividida entre “Maia” y los “Taia” y otra evidencia documental sugiere que dos culturas
distintas se dividían en Puntas Caxinas. Lothrop cita la relación de Hernando Colón para
sustentar su opinión de que habían comerciante mayas en Guanaja y en la tierra firme
aledaña a la Isla. Hernando Colón relata como su hermano Bartolomé encontró algunos
comerciantes en Guanaja, quienes dijeron ir a Nueva España, la cual Bartolomé identifico
luego como “Maiam” probablemente Yucatán. Los comerciantes no pueden haber sido
payas, pues que un cacique indígena que les acompaño como guía de tierra firme los guío
hasta al oeste del cabo de Gracias a Dios, no pudo hablar con los payas que encontraron.
Organización Sociopolítica Los grupos indígenas del oriente de Honduras tenían una
organización social que se caracterizaba por su simplicidad. En general, no había
permanente de liderazgo, pero se caracterizaban por tener un consejo de ancianos que
actuaba a menudo como consejero de la comunidad. Existía otro tipo de liderazgo, bajo la
forma de shamanes y líderes militares. El shaman, conocido como sukya, wata o punakpam
era respetado y actuaba como curandero adivinador, mago, y consejero aun de los ancianos.
Como los grupos vivían en un estado por un conflicto entre si, a menudo requerían de los
lideres militares generalmente eran escogidos por los ancianos de la comunidad en base a
su habilidad militar. Eran altamente respetados, pero su autoridad duraba lo que el
conflicto, y eran sustituidos cuando su servicio se consideran insatisfactorios. Los
constantes conflictos entre y dentro de los grupos indignes probablemente pueden ser
explotados por la falta de una falta de poder judicial que enfrentara los crímenes y arbitrara
disputas. Siendo así las partes ofendidas a menudo tomaban la ley en sus manos y resolvían
sus disputas recurriendo alas armas; se decía que tenia poco respeto por la vida humana y
que el asesinato era común. Los grupos a menudo efectuaban redadas para obtener mujeres
y esclavos, y es posible que también surgieran diputas por el acceso a terrenos valorados
como área de cultivo o coto de caza. La guerra se hacia en forma de redadas. Definición
de Castas: Una casta es el conjunto de individuos diferenciados por la religión, la
comunidad o territorio, el matrimonio, el nacimiento o la ocupación. El Sistema De Castas
En La Sociedad Colonial Sin embargo, el sistema de castas jamás fue impermeable,
existiendo un permanente entrecruzamiento y una masiva mezcla en la sociedad colonial. Y
así, ya en el año 1753 se afirmaba de las castas que “no habrá quién se atreva a
distinguirlas”, o su distinción “nunca tendría fin”, de tal manera las castas resultaban en
términos comunes pero con un significado propio para cada lugar, y distinto para la ciudad
o el medio rural, inclusive que cambia para un mismo sujeto, y referida a aspectos sobre
privilegios, fundamentalmente en pugnas de la aristocracia colonial. La discriminación y el
prejuicio socio-racial en la sociedad colonial, impulsó a las uniones de españoles, indígenas
y esclavos originarios del África negra -en donde fueron secuestrados y llevados cautivos a
América-, y sus descendientes, principalmente mediante relaciones matrimoniales cuando
se trataba de indígenas y esclavos y sus descendientes, o de relaciones sexuales ilegítimas,
cuando involucraba a españoles: Con frecuencia, estos matrimonios mixtos vincularon
miembros de castas próximas castizos, mestizos-mulatos, etc. La unión matrimonial entre el
español peninsular o americano con las castas inferiores continuó siendo infrecuente, no así
la unión ilegítima”. Rasgos propios del siglo XVIII fueron: el aumento del prejuicio socio-
racial de la élite blanca y la frecuencia creciente de matrimonios mixtos… La situación
marginal del individuo de color, provocada por el rechazo de una sociedad ideológicamente
blanca, pero minoritaria numéricamente, impulsó hacia una mayor unión entre los grupos
discriminados o mayoría cuantitativa Sin embargo, los descendientes de matrimonios
mixtos, en muchos casos no fueron registrados en la casta que le había atribuido la
legislación indiana porque ella pretendía “limitar las aspiraciones de poder de los estratos
inferiores”.La movilidad social alcanzada mediante los matrimonios mixtos y las uniones
ilegítimas, no impidió un modo de vida propio, peor valorado que los roles atribuidos a los
de sangre limpia (blancos o indios dependiendo de la mayoría racial), y a su vez, de parte
de los mestizos, donde ellos eran mayoría, del rechazo de las regulaciones del sistema de
castas. De este modo la sociedad colonial se caracterizó por una fuerte discriminación de la
mayoría de la población, categorizada como castas -entre ellas los mestizos-, dominada por
las minorías españolas (peninsulares y americanas), que se definía como blanca: Desde
luego el desdén de los blancos, españoles o criollos, hacia los mestizos y a las castas, fue un
fenómeno generalizado… A mitad de la centuria (1750) el mestizo había logrado, pese a las
trabas, un modo de vida propio y una actitud sólida frente a una sociedad cuyos rasgos
fundamentales eran el acrecentamiento del prejuicio racial y el reforzamiento de la
jerarquización social fundada en la pureza de sangre, con el consiguiente rechazo de los
grupos inferiores. Finalmente, el desmoronamiento del sistema de Las castas se produjo por
la gran movilidad social, producto del mismo mestizaje que había contribuido a crearlas.
Estamentos Los estamento pueden recibir también el nombre de estado (como en estado
laico y estado eclesiástico -no confundir con el concepto político de Estado, referido a lo
estatal y no a lo estamental-), pues se identifica con una característica definitoria e
intrínseca a la persona (como el estado civil). También puede denominarse orden, y a la
sociedad que se divide según ese criterio se suele llamar sociedad estamental o sociedad de
órdenes Los estamentos tienden a ser agrupaciones cerradas, pues se entra en ellos
normalmente por las circunstancias del nacimiento, a diferencia de las clases sociales, que
se definen por intereses económicos. A pesar de ello, los estamentos no son absolutamente
cerrados, a diferencia de las castas. La sociedad estamental se dio en Europa caracterizada
por la edad media y duro hasta la revolución francesa de 1789 cuando nacía la sociedad
burguesa que elimino el factor delimitante a la riqueza y el prestigio social que pueden
poseer los individuos. Sociedad estamental La sociedad del Antiguo Régimen se compone
de tres órdenes o estamentos: el clero, la nobleza y el Tercer Estado o estado llano. Cada
uno de estos estamentos se diferencia de los otros por tener un código de leyes propias que
les conceden unos privilegios (alto clero y nobleza) o unos derechos y deberes (Tercer
Estado) 1. La desigualdad social basada en la aceptación durante generaciones de unos
derechos y deberes hereditarios que son mantenidos por los estamentos y por el estado. 2.
Los estamentos privilegiados son grupos sociales cerrados, en los que no se deja entrar a
nadie que no acredite su nobleza heredada (“honor”) u otorgada por el rey (“ mérito”).
Hasta el siglo XVIII la nobleza, el alto clero y la Corona comparten el poder dentro de una
estructura social estable. 3. El espíritu conservador de nobleza y alto clero se mantiene
gracias a una serie de “ vínculos “ jurídicos legales (derechos señoriales), político-sociales
(monopolio de los altos cargos) o económicos (vinculación de las propiedades rurales).
Independencia de las colonias Los criollos tuvieron conocimiento de las nuevas ideas que
circulaban en Europa respecto a la no divinidad del poder de los reyes, y a los ideales de
libertad, igualdad y fraternidad. Conocedores también del malestar de la mayoría
mestizada, los criollos se lanzaron a la aventura de alcanzar la libertad. En los primeros
años del siglo XIX, se empezaron a gestar movimientos insurreccionales en Centroamérica
y el resto del continente. Para que se diera la independencia, incidieron varias causas, que
los historiadores clasifican en externas e internas Causas internas Causas externas La
impopularidad de las autoridades La Revolución Francesa 1789 El descuido de los
gobiernos coloniales en lo social, económico y cultural La invasión napoleónica de
España en el año 1808 Las desigualdades políticas La carta de Filadelfia, de 1776 el
desprecio de los españoles peninsulares hacia los criollos Las ideas surgidas en
Europa, que pregonaban la libertad, la igualdad, la fraternidad y la soberanía Estructura
colonial Conjunto de manifestaciones arquitectónicas que surgieron en América Latina
desde el descubrimiento del continente, en 1492, hasta la emancipación del mismo, a
principios del siglo XIX. A comienzos del siglo XVI puede decirse que ha terminado la
conquista de América en su mayor parte. Sobre ruinas de grandes imperios precolombinos,
como México y Perú, se preparan los cimientos de la nueva civilización hispanoamericana.
El arte en Latinoamérica va a ser fundamentalmente religioso, marcado por el poder de las
principales órdenes religiosas llegadas del viejo continente. En el trazado reticular de las
ciudades, con origen en los esquemas romanos filtrados a través de los españoles que los
proponen, aparecen las plazas y los monumentos como elementos capaces de tensionar y
referenciar el conjunto. La iglesia, edificada junto a la plaza central de las poblaciones, se
erige en punto de referencia del espacio urbano. Pese a la uniformidad que las órdenes
religiosas, muy centralizadas, van a intentar aportar, las nuevas formas artísticas van
impregnándose de variaciones étnicas y geográficas. Las distintas escuelas se diferenciarán
tanto por los materiales utilizados para la construcción, específicos en cada zona, como por
las tipologías de los edificios en virtud de la función que deban cumplir. Honduras y las
demás colonias europeas en América posibilitaron el desarrollo del capitalismo en Europa,
como economías subalternas, sin que la mayoría de estas colonias lograran aprovechar los
beneficios de tal desarrollo. En la América española, la combinación de formas de
producción feudales y mercantiles (capitalistas) dieron como fruto economías coloniales
limitadas a la satisfacción de las necesidades del mercado colonial, de sectores criollos y
españoles, de la corona y la iglesia. Las colonias españolas fueron fundamentalmente
proveedoras de materias primas en España y varios estados de Europa, así como
consumidoras de mercancías europeas. Durante el periodo colonial se van gestando
( durante mas de tres siglos) las nuevas sociedades americanas contemporáneas. La
sociedad hondureña tiene sus antecedentes históricos fundamentalmente en estos tres siglos
del colonialismo. Se toman sus raíces de la población autóctona y se van incorporando
valores culturales de los españoles y africanos, así como los nuevos valores formados, para
complementar el amplio mosaico cultural que caracteriza a esta sociedad. Las bases
económicas heredadas de este periodo, condicionaron durante mucho tiempo la economía
de Honduras, el cual nace como estado- nación en el siglo XIX , después de un proceso que
se inicia con la independencia del 15 de septiembre de 1821. Ciudades coloniales de
Honduras Ciudad de Comayagua: Santa María de la Nueva Valladolid de Comayagua, o
simplemente Comayagua. Fue fundada por orden del adelanto de Yucatán Don Francisco
de Montejo, quien recomienda su capitán don Alonso de Cáceres que funde una villa en un
paraje que estuviera equidistante de los dos océanos entre Guatemala y León Nicaragua.
Así el 8 de diciembre de 1537, en nombre del Rey de España Carlos I y de María santísima
de la concepción tomo posesión del lado norte de la ciudad. Ciudad de Yuscaran: La ciudad
de yuscarán, esta ubicada en el departamento de El Paraíso, muy cerca de la frontera
nicaragüense, es una pequeña ciudad colonial donde podrás conocer su iglesia y su historia
minera.

CONCLUSIÓN

Tras todo lo que hemos mencionado en este trabajo, el largo viaje de conocimiento en el
cual nos hemos embarcado nos dejó como aprendizaje la rica y basta cultura indígena, la
organización de sus comunidades y su funcionamiento. Hemos comprendido cómo
funciona la justicia para ellos y los medios por los cuales llegan a aplicarla, impartiendo
dictámenes justos y acordes al crimen cometido, sin pecar de crueldad, pero sin ser blandos.
También entendimos dos distintas formas de ver el mundo, como dos gotas de agua de
diferentes ríos, dos reflejos diferentes en el espejo de la vida, la cosmovisión aborigen y la
europea, una con un sistema de creencias diverso, la relación de los humanos mortales con
los mismos Dioses y aquellos curiosos e interesantes mitos; mientras que dentro del
eurocentrismo hallamos la visión occidental de nuestra cultura, como el resultado de años
de evolución de la sociedad, tras la caída y ascenso de imperios y el desarrollo constante y
pujante de una sociedad que no tuvo fin, que creyó, con arrogancia o no, que era superior a
otros, que estaban destinados a tomarlo todo, pensando ser el centro del todo, siendo esto
un sesgo cultural. Que finalmente, en la conquista, se vio materializado con la imposición
de su cultura sobre la de los conquistados, al igual que hizo con otros pueblos que a lo largo
de la historia.
Ha sido un viaje apasionante y curioso, en dónde sin duda he adquirido nuevos
conocimientos básicos generales que me servirán para mi desarrollo personal como
persona, pero sobretodo, para ser consciente de mi acervo cultural y de mis raíces, de
nuestra historia.

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