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El Segundo post: Las locuras de este mundo

Cuando escribo me pregunto si el mundo está tan loco como lo veo a través de mis ojos y de
mis pensamientos.

Hace algunos días alguien compartió una imagen sobre las diferentes catástrofes que han
ocurrido en diversas partes del mundo y hacían referencia a que todos eran castigos que Dios
por hacer un comentario que desafiara su voluntad, por ejemplo lo que le ocurrió al Titanic,
según la imagen fue porque quien diseño el barco dijo que ni la mano de Dios podría hundirlo
y ocurrió lo que ocurrió, además muestra otros ejemplos del mismo tipo. Sin ánimos de querer
entrar en una discusión religiosa ni fanatismos de ninguna índole, ¿qué tiene que ver Dios con
que el capitán del barco no haya podido dirigirlo efectivamente?

Otras preguntas que me hacen pensar; ¿Qué tiene que ver Dios con que los hombres decidan
hacer la guerra? ¿Qué tiene que ver Dios con el hambre en el mundo? ¿No tienen los hombres
suficientes recursos para alimentar a la población mundial? ¿No tiene el hombre la capacidad
de dejar su sed de poder y empezar a vivir en paz? ¿Son problemas que ha causado Dios o el
hombre?

Muchas preguntas que a mi parecer tienen una respuesta sencilla, pero el mundo se empeña
en echarle la culpa a los demás de sus errores, para mí eso es absurdo, quizá vea las cosas más
sencillas de lo que son.

Ejemplos de este tipo aún más sencillos los vemos a diario; si decidiste tener una relación de
pareja y le eres infiel a la persona que elegiste, entonces ¿para qué quieres una relación?

Esta expresión cabe en esta lista “Si saben cómo soy, ¿para qué me invitan?”

El mundo está lleno de muchísimas posibilidades, algunas coherentes y otras no tanto, como
dice mi persona favorita “existe un mar de estupidez indeterminable”, pero muchas de estas
cosas absurdas las hace el hombre para hacer su vida más interesante, se aburre de lo
cotidiano. Imaginemos que no existiera la tristeza, que solo existiera la felicidad, llegara un
punto en el que nos aburriremos de lo mismo y buscaremos algo distinto, eso es lo que hace
que atesoremos tanto esos momentos de felicidad y que duren tan poco. Pero ojo no estoy
justificando la guerra ni la infidelidad, que pienso que son detestables.

Lo mismo ocurre con el aprendizaje, si todo nos saliera perfecto no habría la necesidad de
mejorar, de allí la necesidad del error, no hay mejor oportunidad para aprender que un buen
error.

Todo esto deja implícita una idea: lo que nos pasa es porque queremos que nos pase,
decidimos tomar el camino que mejor nos parezca o nos guste y sabemos qué consecuencias
trae, al final si nos quejamos de esto es porque nos hacemos los locos, porque desde el
principio todo lo sabíamos. Pensar antes de actuar es ya parte de nuestra naturaleza.

Para mí no existe la imperfección, todo obedece a un plan, para todo mal existe un bien, para
toda tempestad llega su calma, cuando caemos nos levantamos, la vida está diseñada para
vivirla con todas sus posibilidades. O ganamos o aprendemos, pero nunca nunca perdemos.

Así que por eso no me quejo tanto, me empeño más en comprender al mundo y a la gente. Sé
que si decido algo las consecuencias que traiga son un aprendizaje y son bien recibidos pues se
convierten en anécdotas e historias que compartir, en consejos y sugerencias o ejemplos a
seguir.
¿Tienes algún comentario o anécdota que quieras compartir sobre este tema? Te invito a
compartirlo más abajo, apreciaré inmensamente tus palabras.

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