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JALON ANGEL, artífice de la construcción de la Imagen de un dictador*

(realizado en coautoría con Benito Espindola)

“La imagen de todos los dictadores fascistas arrastra y proyecta los


oscuros designios colectivos que los llevaron al poder”
José Carlos Mainer

Introducción

El presente trabajo analiza la obra del fotógrafo aragonés conocido como Jalón
Angel, el retratista de Franco, un hombre con una extraordinaria capacidad de
trabajo demostrada a lo largo de cinco décadas. Nos centraremos en el material
producido en la década del treinta, el mismo está constituido por retratos de
personalidades del mundo de la cultura y de generales y personajes famosos del
lado nacional denominado “Forjadores del Imperio”.
Resulta interesante la elaboración estética de esta obra tendiente a la
construcción de la imagen de un Movimiento que se estaba gestando y que
posteriormente desembocaría en la dictadura que oscureció a España durante
varias décadas.

El fotógrafo

Angel Hilario García de Jalón, nace en Viana, Navarra, el 11 de Noviembre de


1898 y muere en Zaragoza el 6 de Noviembre de 1976. Por influencia familiar
decide ser fotógrafo, comienza como aprendiz en Fotografía Muro, de Logroño.
Vive en París desde 1916 a 1926, estudiando pintura en la Academia de Bellas
Artes de París. Como fotógrafo tiene como maestro a Benson Benjamin.

Una vez establecido en Zaragoza en 1926 se convierte de manera vertiginosa en


uno de los fotógrafos más reconocidos por los retratos que realiza a personajes de
la sociedad y, sobre todo, al General Franco, desde el momento en que es director
de la Academia General Militar Zaragozana. En plena guerra civil retrata a los
generales y personajes más famosos del bando nacional que se habían revelado
contra la democracia republicana. Al final de la guerra, en 1939, editó un álbum
con estas fotografías titulado, significativamente, Forjadores del Imperio, con
portada del pintor aragonés Alberto Duce e introducciones de José María Pemán y
Federico García Sanchiz.

Demuestra una extraordinaria capacidad de trabajo, a lo largo de sus 50 años


como fotógrafo archiva alrededor de 450.000 negativos, teniendo en cuenta que
cada original constaba de tres pruebas. Su consagración como fotógrafo se da en
1952, convirtiéndose en uno de los más famosos en los años cuarenta y
cincuenta. Resalta su interés por los efectos de luz y un planteamiento estético
que no complacía a algunos ortodoxos de la época. Constantemente
experimentaba nuevos procedimientos de iluminación, cámaras y objetivos
buscando planteamientos que le permitan destacar más la personalidad del
fotografiado. Sus efectos flou y desenfoques suaves pronto se pusieron de moda
llegó a ser uno de los fotógrafos más famosos de las décadas de los cuarenta a
sesenta, adquiriendo renombre internacional.

Durante 25 años usó cámaras de 18 x 24 cm con objetivos de foco suave,


utilizando enfoques muy críticos a determinadas zonas de la cara del modelo,
posteriormente cambiará a aparatos de 9 x 12 modificando completamente su
técnica.
Podemos señalar una primera época en la que no importaba ni el fondo ni las
luces, éstas aparecen en campo pero con veladuras o utilizando papel vegetal en
las que había marcado sombras o indicado suavemente volúmenes
personalizando las obras.

Siempre destacó su preferencia por el retrato de cuerpo entero, considerándolo de


más difícil realización que el plano corto por permitirle prescindir de la posición de
las manos o el cuerpo. Asimismo consideraba como escenario ideal el lugar donde
se desenvolvía el modelo, a la vez que proponía una representación a través del
encuadre o la iluminación, pero siempre de acuerdo con una ambientación natural.

Al inaugurarse la Academia General de Zaragoza en 1928 se nombra como


director al general Francisco Franco. Es en esa época cuando su esposa Carmen
Polo lleva a su hija Carmencita al estudio de Jalon Angel para que éste la retrate.
Fueron tan exitosas estas fotografías que ella misma posa y posteriormente irá
también Franco a retratarse. Luego Jalón Angel le realizará una serie de retratos
en la Academia Militar que lo harán famoso. En 1937 le hace las primeras fotos en
Salamanca y recibe un permiso especial para fotografiar a todas las
personalidades del Movimiento Nacionalista.

En 1939 los representantes monárquicos visitaron a Jalón Angel para invitarlo a ir


a Roma con todos los gastos pagos a retratar a Alfonso XIII. Jalón Angel aceptó y
se hizo cargo de sus propios gastos. Obtiene 2300 fotos, de las cuales se
conservan 3 negativos de Alfonso XIII, dos de Don Juan, una Diapositiva de la
reina Victoria, y del resto se desconoce el paradero. El rey lo felicita por el trabajo
realizado y le recomienda no llevarlo a España por temor a que lo destruyeran. Al
regresar Jalón Angel a España el gobierno de Burgos lo ha desterrado a Villa
Cisneros, y se le indica que no debe hacer ninguna copia de los negativos que ha
traído de Italia.
De esta época también son muy notables las fotografías de esa época del general
Primo de Rivera y de personalidades del teatro y de la cultura.

Jalón Angel, un fotógrafo profesional versátil, inquieto y experimentador opinaba


en la Revista Aragón: “en los salones de Paris y Londres el procedimiento a las
sales de plata por revelado va desalojando a los demás procedimientos. Es
natural, porque las tintas grasas son de una interpretación muy difícil para los que
no poseen un dominio absoluto de la paleta y por otra parte con la perfección de
los bromuros la fotografía va adquiriendo un carácter decorativo muy particular
que ya no necesita en sus composiciones recurrir a la banal imitación del cuadro
pictórico”.
Esta toma de posición de Jalón Angel con respecto a la estética fotográfica era
posible por su vínculo con la Sociedad Fotográfica de Zaragoza que se contactaba
con otras sociedades extranjeras para conocer las novedades de las corrientes
fotográficas.
Una vez que fue aceptado como fotógrafo profesional en la ciudad fue ganándose
prestigio entre los propios fotógrafos y clientes que acudían a su estudio. Jalón era
de los más esperados para participar de los Salones por sus retratos a él se
referían “al celebrado retratista Jalón Angel, mago de la luz artifical”.

Luego de la actividad en torno a la sociedad fotográfica y a sus salones, centra su


trabajo en su estudio dedicándose a los retratos.
En la obra Forjadores del Imperio de 1939 aparecen fotografiados los más
significativos representantes civiles y militares del “Movimiento”. Solamente llegó a
publicarse una entrega con 32 fotolitografías aunque en su archivo quedaron
muchos negativos más esperando tal como él mismo lo anunciaba “en breve
completaremos nuestra empresa publicando nuevos cuadernos rindiendo culto en
sus portadas a nuestros emblemas imperiales y a través de ellos irán desfilando
los ilustres Hombres del movimiento Nacional pléyade de héroes “Forjadores del
imperio”

Cuando concluyó la guerra civil continuó como fotógrafo preferido de Franco, al


que retrató de múltiples formas y con diferentes uniformes hasta las fotos en
familia que acudió a hacer a El Pardo en 1956 pasando por las más significativas
de 1937 con capa y bastón de mando, aunque el fotógrafo oficial haya sido Pepe
Campúa.

A partir de la sublevación militar y la Guerra Civil la figura del dictador se vio


enaltecida a la categoría de líder invicto del que emanaban la paz y la prosperidad,
y al que todo "buen español" debía obediencia y gratitud. En los cines las
proyecciones finalizaban con la imagen de Franco, al que los espectadores debían
saludar de pie con el brazo en alto, mientras sonaba la música del himno nacional.
La fotografía de Jalón Angel lo muestra con uniforme militar, con una buena
presencia de la que personalmente carecía. Resulta significativo que esta foto
continuara colgada en los despachos oficiales hasta la muerte del dictador, y
continuó en muchas dependencias militares hasta pasados muchos años.

Uno de los primeros retratos a color de Franco es realizado por Jalón Angel quien
realizó durante la posguerra varios retratos de Franco y de los generales del
bando nacional, exponiendo en 1944 en el Ministerio de Asuntos Exteriores una
muestra de sus retratos del Caudillo. En la década del 50 se trasladó a Vevey
(Suiza) para estudiar la técnica de la fotografía en color, siendo uno de los
primeros estudios en incorporar esta técnica en España.

Finalizada la guerra civil, el ambiente de exaltación patriótica por el éxito militar y


la propuesta de autarquía que impone el régimen en los primeros años de
posguerra, fueron los rasgos que caracterizaron a las manifestaciones gráficas. El
trabajo de los fotógrafos se incluía en el catálogo de valores del pictoralismo, en el
que se enfocan la grandeza y la unidad de la patria, la exaltación de la raza, de la
tradición y de un carácter racial y católico. Unos fotógrafos, que reafirmaban su
inclinación hacia una tendencia artística muy ligada a su lealtad con el franquismo,
poniendo su talento al servicio de una fotografía portadora de los valores eternos y
gloriosos, los mismos que estaban siendo enfatizados desde los gabinetes de
prensa y propaganda del régimen. De esta forma, y en palabras de López
Mondéjar, tras largos años de lucha pertinaz entre lo viejo y lo nuevo, el futuro era,
una vez más, el pasado.

Conclusiones

Como señala Gubern (1992) el hecho de encuadrar a una persona en una foto- es
una forma de reconocerle importancia y de aceptar su fama. Por lo tanto no es
extraño que los estadistas siempre le hayan concedido mucha importancia a la
fotografía.

Siguiendo el planteo de Boris Kossoy “Cualquiera sea el asunto registrado en la


foto, ésta también documentará la visión de mundo del fotógrafo. La foto es un
doble testimonio: por aquello que nos muestra de la escena pasada, irreversible,
congelada fragmentariamente y por aquello que nos informa acerca de su autor”.

Es evidente que las investigaciones históricas de un país no pueden prescindir de


los conocimientos provenientes de las historias de la técnica fotográfica y de los
fotógrafos -autores de aquellas fuentes que actuaron en el país en los distintos
períodos.
Desde esta perspectiva es que nos hemos planteado este trabajo como modo de
reconocer y justipreciar la labor de Jalón Ángel, que ha demostrado una enorme
capacidad de trabajo, siendo durante casi cincuenta años del fotógrafo de galería
más nombrado de Zaragoza y conocido en toda España por sus retratos de
Franco y por haber introducido la foto color en el país. Si bien realiza toda su
producción a partir de la década del 20 es uno de los fotógrafos pictorialistas en
sus comienzos que luego vio influida su obra por las tendencias Internacionales, lo
que le permitía estar al tanto de innovaciones tales como los picados,
contrapicados, diagonalizaciones, diferentes tratamientos de la iluminación sean
dramáticos o sensuales, degradaciones focales y el efecto flou.

Retomando el planteo inicial de Carlos Mainer las modernas dictaduras son el


anverso y reverso de la vida democrática, no se trata de que unos grupos
pergeñen una imagen de sí mismos y de sus líderes y la impongan a la opinión
pública crédula, sino que son los intereses y las pasiones previas más difusas las
que dibujan al salvador que necesitan y cuando encuentran al aventurero que
puede encarnarlas, ya tienen el trabajo casi hecho, es decir que no hay liderazgo
que no suponga una complicidad democrática que pasa a ser obediencia. Y aquí
es donde entra a jugar, además, la colaboración del lenguaje fotográfico en manos
de un profundo conocedor de la fotografía.

“Todo poder es, en resumen un misterio. Pero el de Franco era un misterio


transparente: se construyó a medias entre su propia vanidad y su mezquindad
estética y el sueño adulador de sus leales, que no eran mucho mejores que él.
Todo fascismo es fundamentalmente kitsch, el nuestro lo fue en grado superlativo”
Carlos Mainer

Bibliografía:
Freund, Gisèle (2003) La fotografía como documento social. Mexico. Ed. Gustavo Gili.
Gubern, Roman. (1992) La mirada Opulenta. Barcelona. Ed. Gustavo Gili.
Idas y caos. Aspectos de las vanguardias fotográficas en España. Madrid. Ministerio de Cultura.
1984.
Kossoy, Boris. Fotografía e Historia. Buenos Aires. Ed. La Marca. 2001.
Mainer, José Carlos. La construcción de Franco, primeros años en
www.uv.es/imagengc/articulos/laconstrucciondefranco.pdf
Pantoja Chaves, Antonio. “Prensa y Fotografía. Historia del fotoperiodismo en España”, en Revista
El argonauta Español, Universidad de Extremadura, Nº 4, 2007
Romero, Alfredo: La Fotografía en Aragón. Zaragoza. IberCaja. Colección Boira, 43.1999.
Romero, Alfredo y Tartón, Carmelo. Jalón Ángel. Zaragoza. Diputación Provincial de Zaragoza.
Fotografía Aragonesa / 2. 1985.

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