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Mensaje y simbología

Cosplayer personificando al Capitán América en la convención WonderCon (2011).

Puesto que muchos de los guionistas que realizaron las aventuras del Capitán América buscaron
conscientemente convertir al personaje en un reflejo de las inquietudes de la sociedad
estadounidense de su época, no es de extrañar que el personaje posea una fuerte carga simbólica
y discursiva.6 Estos mensajes y símbolos solían introducirse a través de la representación que se
hacía del héroe, sus aliados y los villanos, pero también a través del tono de las aventuras.

Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, el personaje se mostró claramente como un
reflejo idealizado de los Estados Unidos, cuyo deber era proteger el mundo libre, mientras que el
alter ego del personaje, Steve Rogers, representaba a todos y cada uno de los soldados que iban a
luchar por su país y la libertad. Por su lado, Bucky se mostraba un chico normal que carecía de
poderes y capacidades especiales, si bien su patriotismo era tal que luchaba junto a su ídolo por
una causa justa, siendo un modelo para los lectores más jóvenes, que de paso aprendían a ser
obedientes y respetuosos con sus mayores.37 Aunque este posicionamiento del superhéroe a
favor de la libertad y la democracia fue normal durante la década de 1940, los estudiosos del
personaje suelen señalar que el personaje mantuvo dicha actitud durante los años de la Guerra
Fría, algo bastante poco habitual, y que ha llevado a identificar la breve etapa del personaje entre
1953 y 1954 como un cómic de influencias claramente macartistas.3810

El mensaje de aquellos cómics dio un giro radical a finales de la década de 1960, cuando sus
aventuras reflejaron importantes cambios sociales como el renacer del movimiento feminista, las
protestas estudiantiles, la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, la delincuencia
juvenil y los demás cambios importantes que se estaban produciendo en la sociedad
estadounidense. De ese modo, Sharon Carter, la novia del personaje, prefería una vida de acción
como agente secreta de S.H.I.E.L.D. antes que estar encerrada en la casa esperando al héroe. De
igual manera, el nuevo compañero del Capitán América, el Halcón, era un afroamericano que
luchaba para limpiar de criminales el gueto de Harlem. Lejos de resolver los problemas
simplemente a golpes, como en las décadas anteriores, el Capitán América solía afrontar estos
conflictos desde un papel de mediador, evitando por lo general el empleo de la violencia y
buscando siempre soluciones de consenso, lo que mostraba una sociedad más compleja y diversa
a la que ya no era posible imponer soluciones fáciles.3940

Incluso en la década de 1980, cuando coincidiendo con el mandato de Ronald Reagan la serie dio
un giro levemente conservador, que se reflejó en la pérdida de protagonismo del Halcón y la
rápida muerte de Sharon Carter, los guionistas siguieron manteniendo un compromiso social. Así,
por ejemplo, la saga en la que Steve Rogers abandonaba su identidad como Capitán América
porque el gobierno consideraba que no representaba suficientemente bien sus intereses, coincidió
cronológicamente con una época de recesión real en la que el gobierno quiso reajustar y controlar
mejor sus recursos.41 El propio guionista de la serie, Mark Gruenwald, reconoció que sus
historietas intentaban reflejar de forma figurada problemas tangibles:

Muchos de los enemigos del Capitán América comenzaron siendo simplemente mi visión de algún
problema que afectaba a los Estados Unidos. Es decir, si revisas mi etapas descubrirás que no hay
un solo villano que sea malvado porque sí. Siempre defienden algo que yo sentía que tenía que ver
con la sociedad estadounidense.28

Hasta en los momentos en los que la serie no introducía de forma directa problemas candentes,
como sucedió durante buena parte de la década de 1990, seguía planteando el conflicto entre las
diferentes visiones del país, como por ejemplo las diferentes visiones del sueño americano.42

Pero fue realmente a partir de los atentados del 11-S cuando las aventuras del personaje volvieron
a tomar un claro giro político. Entre finales de 2001 y hasta 2004, fue habitual que el Capitán
América tratase temas como la lucha contra grupos terroristas, las intrigas de su propio gobierno e
incluso el maltrato a los presos de Guantánamo. De igual modo, el personaje tuvo especial
protagonismo en la miniserie Civil War entre 2006 y 2007, en la que el héroe lideraba a una
facción de héroes que se negaba a aceptar el Acta de Registro Superhumano (una ley ficticia con
inspiración en el Acta Patriótica que aprobó la presidencia de George W. Bush), contraviniendo las
instrucciones del gobierno.43

En 2017 un concejal de California juró su cargo ante el escudo del Capitán América, explicando que
el escudo del héroe de Marvel “representaba los ideales de Estados Unidos” y fue por esta razón
que decidió usarlo en su juramento.44

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